Partida Rol por web

El eco del Diablo

Los Olvidados

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06/10/2016, 14:18
Ellisif Rudi

Condujo rápido, impulsivamente, saltándose semáforos y virando repentinamente. Los cascos tenían comunicación por radio.

-No creo que te sigan, no te alarmes, esto son medidas rutinarias de seguridad.

Tras cruzar una vía peatonal y una pequeña calle en contradirección la moto volvió al redil del tráfico sin más sobresaltos.

Hasta su destino, una plaza grande arbolada con imponentes plátanos de sombra.

Allí les esperaba un Rolls Royce Phantom gris.

Cuando paró la moto su prima segunda se quitó el casco. Había cambiado mucho desde la última vez, pero su mirada seguía siendo igual de intensa. Demasiado intensa para parecer cuerda.

Miró el coche y le afirmó con la cabeza, animándole a ir.

Las ramas desnudas de los plátanos se cruzaban haciendo una sombra extraña, agujereada con rombos de luz.

La puerta del conductor se abrió y salió un hombre de cara dura y malhumorada. No como si estuviera ahora enfadado, más bien como si estuviese siempre enfadado y se le hubiera quedado ese rictus apesadumbrado.

Mats recordó haberlo reconocido en el entierro de su madre. Ese hombre jugaba con él cuando era pequeño.

Vestía de traje negro y llevaba gafas. Miró alrededor sin disimulo y abrió la puerta de atrás, invitando al periodista a subir.

Allí, cuando se acercó, Mats pudo ver a su padre. Esperándole.

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06/10/2016, 14:37
Cléo niña

...Si, vivo en el segundo piso. Mi madre siempre está trabajando y mi padre siempre está con sus dichosos proyectos. Y sieeeempre estoy sola en casa.

Se cruzó de brazos y miró hacia arriba como un escalador mira a una montaña.

-¿Me das de merendar?

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06/10/2016, 21:39
Mats Bergstrøm

Un sentimiento de anticipación me embota el estómago durante nuestro ajetreado viaje por las calles de París. Por más que lo intento, no puedo dejar de hacerme preguntas, y a tenor de la manera de conducir de mi prima, empiezo a pensar que quizá no haya sido tan buena idea subir a su moto.

La tensión no dura demasiado, y pronto llegamos a una plaza refugiada por la sombra de los árboles, en la que nos espera un coche gris. La puerta del conductor se abre, y un hombre al que reconozco sale del vehículo. Aunque no recuerdo su nombre, ese hombre estuvo presente durante mi infancia, y la última vez que lo vi fue en el funeral de mi madre. Ha envejecido desde entonces, pero la expresión de su cara es inconfundible. ¿Qué está haciendo aquí toda esta gente de mi pasado? Sin decir absolutamente nada, el hombre se acerca a la parte de atrás del coche y abre la puerta trasera. Mi respiración se corta al ver a la última persona que ha asistido a esta reunión, sentada en el asiento trasero, esperándome.

Mi padre, cómo no.

Mil pensamientos y sentimientos cruzan mi cuerpo en un instante, como relámpagos eléctricos. Intento decir algo, preguntar cualquier cosa, pero me siento totalmente incapaz. Simplemente me lo quedo mirando, boquiabierto, sin acertar a reaccionar. Esta vez es él, de verdad, y no como en aquella pesadilla. Miro momentáneamente a mi prima Ellisif, que ya se ha quitado el casco y me observa con ojos intensos, casi dementes. Luego vuelvo a clavar la vista en el viejo Lars. No sé cuántos segundos pasan antes de que, finalmente, mi cuerpo me responda. Lentamente y con cierta rigidez, casi como un autómata, me doblo para meterme dentro del coche, sentándome todo lo alejado que puedo de mi padre, sin mirarlo. Me falta el aliento, y mis ojos se mantienen abiertos e inexpresivos, atravesando la luna delantera.

¿Qué es esto? —pregunto con voz queda, sintiéndome atontado, como en mitad de un sueño.

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07/10/2016, 09:40
Arthür Guitry
Sólo para el director

A Arthür le hizo mucha gracia el desparpajo de la niña al ver que contestaba a sus preguntas de mala gana, como un trámite engorroso e innecesario, mientras dejaba claro que allí había ido a cosas más importantes como merendar. Siendo él tan tímido desde siempre le llamaban mucho la atención los críos tan resueltos, y por un momento se acordó de la frescura de Jovanka y su entregada interpretación del lobito libre que huía de la temible «lintelna» de la señora Pueyrrodón. Le habría dado de merendar con gusto pero debía pensar en que su familia no sabía que la niña estaba allí y que ni a él ni a sus compañeros los conocían de nada. Después de aguantar la risa por un momento, al fin le respondió:

—Me parece buena idea lo de merendar, pero otro día. Primero debo conocer a tus padres y saber que a ellos les parece bien. Te acompaño ahora hasta tu casa y cuando estén nos los presentas, ¿vale? Sé que ellos te habrán dicho que no debes fiarte de la gente que no conoces así como así. Pero agradezco mucho tu visita, Cléo —haciendo un gesto con la cabeza señaló la puerta tras la niña—. Anda, vamos.

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07/10/2016, 10:17
Cléo niña

La niña levantó la mano sin acritud mientras trataba de conseguir un anticipo.

-¿Me das una chocolatina? ¡Tengo hambre!

Luego, cuando bajando por la escalera -la chiquilla había evitado el ascensor- pasaron por el segundo piso, tiró de la mano de Arthur queriendo bajar más mientras casi murmuró -Mi casa está en… -una dirección del distrito XVI, cerca del estado Parque de los Príncipes, al oeste de la ciudad.

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07/10/2016, 10:27
Lars Bergstrøm

Aunque no lo veía, Mats sintió como la mirada de su padre le atravesaba. Era como si le señalara en la sien muy de cerca.

Cuando Lars miraba así casi dolía.

Era muy difícil no corresponderle.

-Mats. Nunca he querido hacerte daño.

Luego siguieron unos segundos de silencio. El conductor no había entrado. Estaban ellos dos. Nadie más.

-Sólo quería que fueras fuerte. Tú más que nadie tenías que ser fuerte. Y he fallado.

Pero nunca he querido ser cruel contigo.

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07/10/2016, 10:57
Arthür Guitry
Sólo para el director

Ante esta nueva noticia, Arthür decidió tomarlo con calma. Se sentó en un escalón entre el segundo piso y el primero y le dio unos golpecitos para que la niña se sentara a su lado. ¿En el distrito XVI? Eso estaba lejísimos. No podía haber ido hasta allí sola -o no debía haberlo hecho, al menos- y ya no se creía ni esta nueva versión ni la anterior.

—Creo que hemos empezado mal, así que vamos a hacerlo de nuevo: me llamo Arthür, y vivo en el edificio desde hace poco, cosa que sí pareces saber. Y quiero ayudarte, pero no lo haré si no puedo confiar en lo que me estás contando. Lo entiendes, ¿verdad?—adoptó un tono cariñoso pero mucho más serio que el que había tenido hasta ahora. Todo aquello empezaba a darle mala espina pero no quería desconfiar de cualquiera con quien se cruzara. Aunque, pensándolo bien, y aunque fuera una niña, eso es tal vez lo que debía hacer de ahora en adelante, le gustara o no.

—Empieza diciéndome cuál es tu verdadero nombre y luego dime por qué estás aquí si esta no es tu casa —se quedó mirándole a los ojos muy fijo, tratando de no dejarle escapatoria.

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07/10/2016, 12:16
Cléo niña

Sentada se notaba más lo canija que era.

-Me llamo Cléo Carol. Cléo es la forma corta de Cléopâtre, como la reina de Egipto. ¡No te miento! ¡Caca!

Hizo un gesto con la mano.

-No es la primera vez que me pasa.

Suspiró y miró a Arthür con cara un tanto molesta.

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07/10/2016, 14:16
Arthür Guitry
Sólo para el director

Bueno, Cléo, está bien —dijo con un gesto de cabeza como aceptándolo y disculpándose un poco a la vez—. Ahora la segunda pregunta: ¿cómo es que estás tan lejos de casa y sola? Y algo más: ¿por qué llamaste a mi puerta? ¿Estabas buscando a alguien?

Por momentos Arthür se iba sintiendo más y más intrigado.

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07/10/2016, 14:31
Cléo niña

-Ehhhh… no se…

Miró de reojo a Arthur.

-Creo que había mucha gente y mucho ruido, muchos coches, infinitas calles, todas taaaan parecidas, no sé…

Se estiró pelo fuerte con una mano mientras se lo peinaba con la otra.

-El patio estaba abierto… y… Tenía hambre.

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07/10/2016, 14:51
Arthür Guitry
Sólo para el director

Bien, no te preocupes —respondió Arthür cada vez más confuso—. ¿Sabes el nombre del sitio donde trabajan tu papá o tu mamá? O tal vez te sepas su número de teléfono de memoria. Tenemos que llamarles y avisarles que estás bien para que no se preocupen. Y si tienes hambre ahora te invito a merendar, ¿vale?

¿Era posible que sólo fuera una niña perdida?

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07/10/2016, 15:23
Cléo niña

-Mi papá se llama Daniel Carol. Es arquitecto y comparte un estudio en Montparnasse. El teléfono es -dio un número de teléfono, fijo-, mi madre es secretaria de los juzgados de lo social, su número del trabajo es -dio otro número, el del juzgado- y en mi casa no hay teléfono, está roto y todavía no han venido a arreglarlo.

Ah, también tengo un hermano. Es menor que yo.

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07/10/2016, 16:07
Arthür Guitry
Sólo para el director

Al chico le extrañó que, sabiendo todos los números de memoria, la niña no le diera el móvil de sus padres, pero dándose por satisfecho por ahora, decidió marcar el del estudio de arquitectura pensando que sería más fácil que allí atendieran a esas horas que en los juzgados.

Marcó y esperó a que contestaran.

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07/10/2016, 16:08
Director

El teléfono dio un tono raro. Luego nada.

Notas de juego

:-)

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07/10/2016, 16:10
Arthür Guitry
Sólo para el director

—Uhmn... —masculló Arthür volviendo a mirar la pantalla del móvil para ver si se había equivocado marcando. Decidió colgar. Mientras marcaba el otro teléfono que le había dado la niña preguntó:

—¿Cómo se llama tu madre?

 

 

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07/10/2016, 16:14
Casa Gresta

-Antoinette Carol, pero todos la llaman Viky.

A esas horas, la voz que le atendió dijo que en esa oficina no conocía a nadie con ese nombre. Al menos sí eran los juzgados, aunque no de lo Social, sino de gestión de expedientes y archivística.

 

- Tiradas (1)
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07/10/2016, 16:25
Arthür Guitry
Sólo para el director

El teléfono de los juzgados tampoco parecía ser correcto. Tal vez la diferencia en algún dígito de extensión le hubiera hecho contactar con otras oficinas. En todo París tampoco habría unos únicos juzgados de lo social, así que prefirió indagar por un camino más seguro:

Bien, no pasa nada... —dijo medio a la niña medio a sí mismo— Dime a qué cole vas y llamaré allí. No hay problema.

Arthür observó a la chiquilla preocupado de que se estuviera poniendo nerviosa.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Hago una tirada de Imaginación + Empatía para tratar de ver cómo está el ánimo de la chiquilla.

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07/10/2016, 16:32
Director

Había pasado de estirarse del pelo a cruzar sus dedos de formas creativas. Trataba de simular indiferencia, pero se estaba poniendo nerviosa.

-Mi cole es el Montessori Internacional. -Dio otro número de teléfono- Mi tutor es el Sr. Bolon. ¡Bolón! ¡Ja!

Cuando Arthür llamó, contestó la voz serena de una mujer madura.

-No, no tenemos a ninguna alumna con ese nombre. Pero… Bolon… ¡Bolón era el mote que los niños le ponían a mi padre! ¿No le estarán gastando una broma? ¡Solían llamar preguntando por Bolón y luego decían que es que lo habían visto pasar rodando y cosas por el estilo!

- Tiradas (1)
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08/10/2016, 22:59
Mats Bergstrøm

Las palabras de mi padre hacen que la bestia enjaulada de mi interior se revuelva entre sus barrotes. No puedo evitar mirarlo de repente, con la boca entreabierta y una expresión a medio camino entre la incredulidad y la indignación.

¿Ah, sí? ¿Has fallado? Pues vaya, muchas gracias, papá. En fin… Doce años sin vernos, y lo primero que haces es insultarme. Buen intento de reconciliación. —le respondo con fastidio, y sacudo la cabeza con un gesto cansado—. Pero no te preocupes. Ya me da igual. Porque en realidad no lo hiciste tan mal como crees, ¿sabes? Como nunca pude contar contigo para nada, tuve que aprender a apañármelas solo. Así que bueno, si esa era tu manera de intentar hacerme fuerte, supongo que lo lograste. Felicidades. —Mierda. No quiero dejar que la bilis me consuma. No quiero darle esa satisfacción, ese poder—. Mira, da igual. Tú eres como eres, yo soy como soy, y no hay nada que hacer, ¿verdad que los dos lo sabemos? Así que, ¿por qué no me dices qué estamos haciendo aquí?

Mis ojos no se apartan de los de mi padre, y una media sonrisa de ira se dibuja en mi cara. «No volveré a tenerte miedo, viejo».

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10/10/2016, 08:52
Arthür Guitry
Sólo para el director

Después de colgar a la hija del profesor Bolon, Arthür volvió a teclear en el móvil antes de decirle nada a la niña. Buscó en internet el nombre de su padre, el arquitecto Daniel Carol, para ver si podía encontrar algo acerca de él, alguna página web del estudio, algún proyecto en que hubiera trabajado... Cualquier cosa que le sacara del atolladero o explicara lo que parecía no tener sentido allí. Ya no le pareció que la niña estuviera mintiendo y sin embargo había en todo ello algo muy extraño. En espera de saber más trató de que su mente no se desbordara con hipótesis descabelladas. Empezaba a costarle controlarlo.