Partida Rol por web

El eco del Diablo

Los Olvidados

Cargando editor
17/10/2016, 14:03
Lars Bergstrøm

Comentó alguna cosa de cultura empresarial sobre Vendela Döbeln. No era nadie que hubiera llamado su atención y no la conocía aparte de algunos detalles de sus influencias mediáticas. Habló de ella con desidia, como haciendo tiempo, como si tomara aliento para hablar de Eugene.

-Él no rinde culto. En todo caso, le rinden culto a él. Mats, no sé cómo hablar de ese que mencionas sin que creas que estoy loco... Pero si las cosas tienen nombre, es por algo.

Ese que se hace llamar Eugene no es otro que el Demonio.

Guardó unos segundos de silencio pidiendo paciencia con un gesto de su mano.

Aseveró:

-No es una forma de hablar. Es el Demonio.

Miró a la ventana y luego de nuevo a los ojos de su hijo.

-Tómate cada encuentro con él como una prueba. Cada una de sus palabras como una trampa. Sólo puedo decirte algo útil: su campo de batalla está en tí. Por muy atroz que pueda ser su…

Sus palabras fueron bajando el volumen, como si se perdieran en sus pensamientos.

-Vigila tu orgullo y tu rabia. Hijo, solo te puede llevar si vas con él…

Se cruzó de brazos y su rostro dibujó una sonrisa enigmática. Era expectante, desafiante... y a su vez mostraba preocupación y un atisbo de orgullo.

Cargando editor
17/10/2016, 14:26
Cléo niña

La niña se rascó el mentón frunciendo el ceño.

-¡Pero si yo me fuí antes que tú! ¿No? Volví con mis padres, y mi hermano… no se...pero…

Zarandeó literalmente la cabeza, miró a Arthür y sonrió mostrando su boca con dientes que habían ido creciendo un tanto a lo loco. Se levantó y saltó sobre la mesa sentándose finalmente frente a él.

Una taza vacía se volcó y un plato se zarandeó haciendo ruido, pero no rompió nada.

-¡Te has acordado! ¡Por un momento creí que habías bebido del Vaso de la Esfinge!

Cargando editor
17/10/2016, 14:54
Arthür Guitry
Sólo para el director

Se entristeció al escuchar la respuesta de Cléo. Le dio la impresión de que estaba completamente confundida respecto a su vida. ¿Qué le esperaría a partir de ahora? Entonces la pequeña pareció obviar de pronto lo que podría haber puesto de relieve todo tipo de incongruencias y volvió a centrarse en Arthür: ¿el Vaso de la Esfinge?, ¿se trataba de otra magia que te hacía olvidar? Después de todo, ¿tendría su pasado también algo que ver con los soñadores? Antes de seguir preguntando hizo un esfuerzo por encontrar, en su adormecida memoria de aquel tiempo, alguna referencia al "Vaso" del que hablaba la niña.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Hago una tirada para ver si Arthür recuerda algo en referencia al "Vaso de la Esfinge" del que habla la niña. Tiro Introspección +Psyché.

Cargando editor
17/10/2016, 17:06
Mats Bergstrøm

Lo que oigo a continuación me deja sin aliento. Nunca he creído en dioses ni demonios, si estos se entienden como los que aparecen en la Biblia o en cualquier otro escrito codificado por una mente humana; sin embargo, sí mantengo la mente abierta a la posibilidad de que haya cosas por encima de nuestra lógica, sea cual sea el nombre que decidamos ponerles. Y por eso, creo a mi padre.

Las cosas que dice a continuación me provocan una gran inquietud. Me viene a la mente la clásica imagen del Demonio tentando al alma atormentada. Ya desde el momento en que lo vi en la clínica Saint Jean de Dieu, supe que tarde o temprano libraría una batalla decisiva con él. Sacudo la cabeza, abrumado. ¿Voy a enfrentarme a eso a lo que los hombres llaman el Diablo? ¿Yo? Y si es así, ¿qué garantías tengo? Empiezo a imaginar las cosas que ese monstruo podría hacer o decir para persuadirme de «ir con él», como mi padre lo ha expresado.

Pero, ¿por qué yo? —pregunto, momentos antes de darme cuenta de lo tópica que resulta la cuestión; casi me imagino como el protagonista de una película de terror de serie Z—. O sea… ¿Qué he hecho yo para llamar su atención? No entiendo nada. ¿Y a qué te refieres con que su campo de batalla está en mí? ¿Quieres decir que intentará seducirme de alguna forma? Joder… Acabas de decirme que voy a tener un cara a cara con el puto Satanás. ¿Cómo puedo estar preparado para eso? ¿Qué…? —Mi voz titubea. Pienso en Arthür, en lo mucho que significa para mí, y me invade un miedo sobrecogedor cuando pienso en el peligro que corre. Siento hormigueo en los labios, y sé que he palidecido. Trago saliva ruidosamente antes de mirar a mi padre como un conejo asustado—. Papá, ¿qué tengo que hacer? ¿Qué puedo hacer, si es que puedo hacer algo? Mierda, ojalá me hubieses preparado antes…

Cargando editor
17/10/2016, 19:47
Casa Gresta

Entonces Arthür recordó.

Notas de juego

Continúa en "La Cámara de Ámbar"

http://www.comunidadumbria.com/partida/el-eco-del-...

Cargando editor
18/10/2016, 00:14
Lars Bergstrøm

-Mats, no se trata de ti. No solo de ti. Esa batalla se da en cada uno de los hombres desde siempre… el campo de batalla es en cada uno, acorde a su vida…

En estos tiempos insulsos el mal adopta formas más banales pero tu tienes el privilegio de poder tratarlo en persona. Aprovéchalo.

Hablando de estas cosas su padre se mostraba más distendido que nunca. El trato con el hijo era más cercano e independientemente del contenido de lo que decía -que no dejaban de ser a menudo palabras duras- las formas eran menos agresivas que nunca, resultando amigable.

-Te crees el centro del mundo, un héroe que desafía a un poder que es algo ajeno a ti pero no eres más que otro llorica con la cabeza metida en su propio culo.

Como casi todo el mundo, no sólo de tu generación, también de la mía, careces de la más mínima preparación para afrontar algo así. No conoces en absoluto virtudes como la templanza y no hablemos de sabiduría. No te puedo acusar de que seas un hombre de tu época, es lo que quise.

Pero aún así los monstruos han reparado en ti...

Puso la mano del anillo sobre el hombro de Mats.

-Te ven. Y tú a ellos. Y eso te hace en realidad más fuerte.

No te dejes marear con los enredos de Eugene. Eres libre, hijo.

Sólo haz lo correcto.

Cargando editor
18/10/2016, 01:21
Mats Bergstrøm

Suelto una carcajada al escuchar a mi padre. Sus palabras no son nada complacientes. Lars nunca ha sido una persona complaciente, y a estas alturas, no creo que jamás lo sea. Y sin embargo, me transmite algo que no me había hecho llegar nunca. Le importo. O al menos, existo para él. Me siento un poco más animado.

Eh, papá, si vas a hablar de las virtudes de que carezco, también podrías acordarte de las que sí tengo, ¿no? ¿Justicia? ¿Fortaleza, quizá? No me puedes negar que soy perseverante… —Sacudo la cabeza—. Y no creas que voy de héroe ni nada por el estilo. Te aseguro que estoy acojonado, y no quiero este «honor» por nada del mundo. Pero oye, si hay que hacer algo, pues se hará, digo yo. —Me encojo de hombros—. Eso sí, a ver cómo…

Lo siguiente que me dice mi padre tiene algo de enigmático. En cierto modo, es esperanzador, pero también arroja dudas respecto a algo tan subjetivo como qué es «lo correcto». Me rasco la cabeza, pensativo, con la mirada perdida.

¿Lo correcto? —inquiero, como un eco de mis propios pensamientos—. ¿Y cómo saber qué es lo correcto? Porque todos podemos fallar alguna vez. O muchas. Pero si se trata de hacer lo que yo siento que es correcto… —Meneo la cabeza de un lado a otro, con una sonrisa soslayada—. Me temo que a cabezota no me gana nadie.

La mano de mi padre sobre mi hombro se siente extraña. Al principio trato de hacer como si no me diera cuenta de que está ahí, pero no tardo en sentir la urgencia de responder de alguna forma. Con el gesto más casual de que soy capaz, levanto mi mano y la pongo sobre la de mi padre. Sin mirarlo a los ojos, digo:

Gracias, papá. Ha estado bien hablar contigo, aunque sea de esta locura sin sentido. —Río, tratando de deshacer el nudo de mi garganta—. ¿Tú estarás bien?

Cargando editor
19/10/2016, 12:49
Lars Bergstrøm

-No se trata de hacer cálculos y ponderar qué es lo correcto en una escala de grises o interpretaciones posibles acerca de las consecuencias de los actos... Se trata del bien y el mal, y eso es sencillo de reconocer cuando lo tienes delante si no te has cegado con esas cábalas... Que no te maree con qué es la mejor opción entre varias malas, o con que algo a la larga pueda ser mejor aunque suponga cometer un crimen… preocúpate de tus actos en sí y sabrás lo que es bueno y lo que es malo.

No te ciegues con el presunto fruto futuro de tus actos tras hacer un cálculo que siempre está amañado por él. Esto es lo que quería decir con la frase de que el infierno está pavimentado de buenas intenciones. No sacrifiques los medios para según qué fines. O estarás perdido.

No eres justo ni lo has sido nunca, siempre has culpado al mundo de todo lo que te pasa y has disfrazado tu rabia de niño mimado de guerra contra la injusticia y por eso te crees altruista. Pero nunca has sacrificado nada, nada importante. No eres fuerte, ni siquiera puedes concebir lo que es eso. Pero puedes llegar a serlo. Eso lo vas a tener que aprender más pronto que tarde.

Hizo un gesto de hartazgo, como si sus propias palabras le cansaran. Luego puso una sonrisa de niño malo.

-Lo que sí que tienes es una bonita cabellera y tu forma franca de tratar a la gente.

Se rió levemente.

-Contigo siempre acabo hablando demasiado... Yo... yo nunca estoy bien, siempre rodeado de estos moscones. Te envidio. Envidio tu libertad. Yo hace tiempo que perdí esa batalla que estás a punto de librar... Nos veremos de vez en cuando. Y te diga lo que te diga cuéntame lo que sea que te pase, por horrible o vergonzoso que te parezca.

Se puso serio, de repente. Muy serio.

-Que yo nunca te abandonaré.

Cargando editor
19/10/2016, 16:36
Mats Bergstrøm

No dejo de asentir en ningún momento mientras mi padre habla, absorbiendo todo lo que me dice como un alumno aplicado. ¿Así que el bien y el mal existen, después de todo? En tal caso, no creo tener problemas para distinguir el uno del otro.

Vale, creo que eso puedo hacerlo —digo con cautela, sabiendo de sobras que las circunstancias pueden obligar a una persona a tomar decisiones realmente difíciles.

A continuación, papá se dedica a tirarme por tierra una vez más, a lo que yo esbozo una mueca de fastidio, aunque no me molesta realmente. Claro que no me va a decir que soy magnífico, pero unas palabras de reconocimiento no le van mal a nadie. Para mi desconcierto, termina su regaño con un piropo inesperado, que arranca en mí una carcajada nerviosa. No estoy acostumbrado a estas cosas, y menos viniendo de mi padre. Poco después, su máscara de estoicismo se viene abajo y, por primera vez en muchos años, se sincera conmigo, admitiendo lo difícil de su situación y confesando envidiar mi privilegiada «libertad». ¿Me envidia a mí? Eso es nuevo. Casi parezco estar conociendo a una persona completamente diferente… Claro que las circunstancias no tienen nada que ver con cómo habían sido hasta ahora.

Y como remate, Lars me dice que nunca me abandonará. Mi cara se arruga en una expresión de profundo desconcierto, como si estuviera probando un sabor que nunca antes hubiese experimentado. Vuelven a mí las dudas y el temor. Me descubro a mí mismo queriendo confiar en él, ¿pero cuántas veces no lo habré hecho y habré acabado con la ilusión hecha pedazos? Y sin embargo… Sin embargo, esta vez parece diferente. Trago saliva.

Papá, quiero decirte una cosa… —empiezo, con la sensación de tener una bola de arcilla en las manos a la que no supiera qué forma darle—. Las cosas que he hecho que hayan podido joderte… No era mi intención. En su momento creía que lo era, pero estaba equivocado. No me entendía a mí mismo, y mucho menos a ti. No es que me lo pusieras muy fácil, pero ahora veo lo difícil que te lo puse yo a ti. Sé que no eres un tipo sentimental, así que te voy a ahorrar las sensiblerías. —Sonrío—. En fin, solo quería decirte que lo hecho, hecho está… Y que te entiendo, ¿vale? Y te agradezco tus palabras, pero espero que las cumplas. —Me encojo de hombros, y aparto la mirada, temiendo que mi padre me vea todavía más débil—. Ya está. Solo eso.

Noto una tensión tan fuerte en mi interior que creo que me voy a partir por la mitad.

Cargando editor
21/10/2016, 13:34
Lars Bergstrøm

-No estoy tratando de parecer un padre que apoya a su hijo en un momento de crisis existencial… Es... también un peso que vuelco sobre tus hombros. La soledad dejó de ser una opción para mí cuando naciste y ahora pretendo que deje de ser una salida para ti. Y esto tiene mucho de amenaza, Mats.

Bajó la ventanilla e hizo un gesto hacia el otro lado de la plaza. Un coche arrancó.

-Estamos juntos en esto.

Un Audi A8 negro paró paralelo al Rolls. El conductor -el hombre que Mats recordaba de su infancia- abrió la puerta.

Padre e hijo se despidieron y Mats se cambió de coche sentándose en el asiento trasero.

La copiloto del Audi era su prima, Ellisif.

Notas de juego

1/2

Cargando editor
21/10/2016, 13:37
Anders Berisha

Tras hablar unos minutos con Lars, el conductor se puso al volante del Audi y arrancó.

Mirando de vez en cuando por el retrovisor, habló en noruego.

-Me llamo Anders Berisha. Su padre me ha contado que gente no confiable ha tenido contacto con usted… ¿Hay alguna amenaza a su seguridad?

Notas de juego

2/2

Cargando editor
21/10/2016, 19:23
Mats Bergstrøm

La conversación con mi padre termina de un modo tan tajante como ha empezado. Instantes después, un segundo vehículo, este de color negro, se detiene junto a nosotros. Tras despedirme escuetamente de Lars, me subo al otro coche sin hacer ninguna pregunta. El conductor es el hombre ceñudo de antes, y junto a él, en el asiento del copiloto, viaja mi prima Ellisif.

Cuando finalmente arrancamos, el conductor se presenta como Anders Berisha. Pues vale. Por lo que a mí respecta podría haberse llamado Ola Nordmann*, pues no recordaba su nombre en absoluto. Berisha se dirige a mí de un modo muy formal, hablándome de usted. Como cabía esperar, se interesa por mi seguridad.

Así es, señor Berisha —le respondo con la misma cordialidad que él ha demostrado—. Me he encontrado con ciertas personas que podríamos considerar… peligrosas. Tanto para mí como para mi compañero, Arthür Guitry. Él me está ayudando en mi situación actual. —Suspiro—. Sin embargo, desconozco la inmediatez de la amenaza, y quizá convendría actuar con discreción. Ahora mismo, no saben dónde estamos, y es mejor que sigan sin saberlo… ¿Entiende?

Notas de juego

*Ola Nordmann es el nombre genérico que se usa en Noruega cuando no se tiene otro pensado, como el Perico de los Palotes o el Fulano de Tal españoles, o el John Doe inglés.

Cargando editor
24/10/2016, 23:57
Anders Berisha

El hombre afirmó con la cabeza. Sin dejar de mirar hacia adelante y sin soltar el volante, con una mano, abrió la guantera, sacó una tarjeta con su nombre y teléfono y se la ofreció al periodista.

-Es difícil esconderse de verdad. Teniendo esto presente no queremos molestar en su día a día, pero es necesario permanecer cerca. Por lo que pueda pasar. Una cosa buena sería que viviéramos a no más de una manzana de distancia de usted.

Su prima sacó una argolla con tres llaves de forja oxidadas por los años y se la ofreció a Mats.

-Como medida de urgencia si quiere llamarnos da igual lo lejos que se encuentre, agítelas para que hagan ruido mientras dice en voz alta nuestros nombres y evoca nuestras imágenes.

El hombre miró por el retrovisor observando la reacción de Mats hacia el artilugio. Ellisif, mientras, volvió a mirar tranquilamente por su ventana, muda, sonriendo.

-Quedaremos una vez al día, en el lugar que usted diga.

Díganos donde quiere que le dejemos, una hora y un día para quedar mañana y su número de teléfono.

Cargando editor
25/10/2016, 18:17
Mats Bergstrøm

Asiento ante las explicaciones de Berisha.

Lo entiendo —concedo, encogiéndome de hombros—. No se preocupe. Le hablaré a Arthür de la situación, y le diré que a partir de ahora vamos a estar más vigilados que de costumbre.

Entonces, sin previo aviso, mi prima Ellisif saca un manojo de llaves oxidadas y me las tiende. El señor Berisha me explica un método de llamada que consiste en agitar las llaves mientras digo sus nombres en voz alta y me concentro en sus imágenes. Tomo las llaves un tanto extrañado, aunque asiento sin decir nada. A continuación, me proponen que nos reunamos diariamente, imagino que como mera medida de seguridad.

¿Saben dónde trabajo? —pregunto, aunque luego me percato de lo estúpida que es la pregunta, teniendo en cuenta que es cerca de allí donde Ellisif me ha encontrado—. Por allí cerca hay un parque no muy frecuentado; ese podría ser un buen punto de reunión. Aunque no sé, quizá les parezca mejor algún otro sitio que no tenga nada que ver con lugares a los que vaya habitualmente… Si tienen alguna sugerencia, soy todo oídos.

A continuación, les doy a mis acompañantes mi número de teléfono y unas indicaciones para que me dejen cerca de casa. Después de lo que ha sucedido y de mi imprevisto encuentro con mi padre, lo único que me apetece es volver a casa y ver a Arthür. Tiene que saber todo esto.

Cargando editor
26/10/2016, 13:32
Ellisif Rudi

Estuvieron de acuerdo. Se reunirían en una cafetería con terraza en el parque avisando con un rato de antelación. Si llegaba la noche y Mats no había dado señales de vida, comenzarían a buscarlo.

Fue en ese mismo parque donde lo dejaron. Su prima le plantó un beso y un abrazo de despedida.

Luego Mats acudió a la casa Gresta. Llamó a la puerta de su casa y guardó la espera de rigor.

Notas de juego

Si entras en la casa, puedes marcar a Arthür.

Cargando editor
26/10/2016, 13:35
Cléo niña

Sonó el timbre de la Casa Gresta. La niña miró a Arthür con una sonrisa y desapareció. Se esfumó.

No había sido una sonrisa de mofa o que pretendiera ser intrigante. Era una sonrisa sincera de una vieja amiga que se alegraba de haberlo encontrado.  

Cargando editor
27/10/2016, 01:40
Mats Bergstrøm

La inesperada despedida de mi prima Ellisif me coge con la guardia baja. Aunque sé que es la misma persona, no tengo ni idea de las cosas que habrá vivido en todos estos años, y siento como si me estuviera dando un beso una desconocida. La sensación solo dura un momento de incertidumbre, después del cual sonrío con afecto.

Me alegro de verte, Ellisif. Aunque sea en estas circunstancias. Eh, y dile a papá que… —Me acaricio la barba, un poco incómodo—. Bueno, dile que también me alegro de haberlo visto a él, ¿vale? Intentad no meteros en líos. La cosa está dura…

Cuando mis acompañantes me dejan finalmente, me dirijo a la casa Gresta sintiendo la cabeza pesada, casi tumefacta. Demasiadas cosas en demasiado poco tiempo…

Cargando editor
27/10/2016, 01:41
Mats Bergstrøm

Tras esperar los treinta segundos de rigor, introduzco la llave en la cerradura y abro la puerta. Santuario. Me apresuro a cerrar la robusta puerta detrás de mí, lo que inmediatamente me da una sensación de seguridad. Después de descalzarme en la entrada, a la japonesa, me paseo por el vestíbulo frotándome la cabeza. No, migraña no, por favor. Es lo último que necesito ahora.

Arthür… —llamo a mi amigo, aunque sin levantar demasiado la voz; ni siquiera sé si está en casa. Tras llamarlo una segunda vez, me dirijo hacia el salón en busca de un cómodo sillón en el que caer rendido. Estoy exhausto. Mientras espero a ver si Arthür aparece, dejo que mi cabeza repose sobre mi mano, sustentada por un codo que a su vez descansa en el reposabrazos, al tiempo que masajeo mis sienes con los dedos pulgar y corazón. A ver cómo se toma lo que voy a decirle esta vez…

Cargando editor
27/10/2016, 09:49
Arthür Guitry
Sólo para el director

Y con el sonido de la puerta de la casa, Cléo se desvaneció.

Ella no era un fantasma pero sí un sueño, o eso pensó Arthür aunque la hubiera encontrado despierto. O bien había vuelto a penetrar en el sueño sin estar dormido o bien aquella casa extravagante y misteriosa, que tenía sus propias normas, había propiciado el encuentro de alguna manera. Pensó entonces que Cléo seguía viva y que, si era una soñadora, tal vez supiera algo valioso que pudiera ayudarlos. O tal vez no y tratar de encontrarla no haría otra cosa que ponerla en peligro. Pero si ella no recordaba nada de sus expediciones en sueños de la infancia, ¿tendría algo que perder si la buscaba? Si no guardaba ningún recuerdo no haría falta contarle nada. Cualquier opción era peligrosa y las ideas se amontonaban en su cabeza junto a una sospecha difusa que le asustó mucho y contra la que se protegía diciéndose a sí mismo que no tenía en realidad pruebas todavía y que no era más que una hipótesis.

Tras unos segundos oyó la voz de Mats y salió de su ensimismamiento. No pudo recordar más por el momento y se dio cuenta de que todavía no le había contado nada a su amigo desde que omitió los recuerdos de su pasado que la visita de Munin le había devuelto. Tal vez sí que hubiera bebido del Vaso de la Esfinge del que habló la niña, significara eso lo que significara, pero con todos los acontecimientos actuales el velo del olvido estuviera empezando a caer. Tendría que contarle a Mats lo que recordaba pero no sabía si esperar a tratar de recordar un poco más. Intentaría hacerlo poniendo todo su empeño si es que era cosa de poner empeño en ello. Tal vez los recuerdos acudirían por sí mismos como Cléo y Munin, pero tal vez debía buscar activamente a la chica. Con esta idea en la cabeza, y un poco más pálido de lo que era normal en él, salió un tanto tambaleante de la cocina en busca de Mats.

Notas de juego

Una curiosidad, ¿han sido comidos los pastelitos realmente?

Cargando editor
27/10/2016, 10:12
Arthür Guitry

Siguiendo el susurro de la voz de Mats, Arthür lo encontró en el salón, reclinada su cabeza y con gesto de cansancio, o eso le pareció a él, como si en lugar de haber pasado sólo unas horas desde la última vez que se vieron hubieran transcurrido días. Se apoyó un instante en el marco de la puerta, dándose cuenta que todavía estaba algo aturdido y recomponiéndose lo más rápido que pudo. Algo había ocurrido o algo más había descubierto Mats en estas horas y su gesto parecía el de alguien que aún estuviera procesándolo. Se acercó a él y se sentó en el borde de otro de los sillones, mirándole con rostro inquisitivo que de forma evidente se preguntaba si su amigo estaba bien y qué era lo que le había ocurrido. No habló sin embargo, prefiriendo esperar a que él empezara. Tal vez no quisiera contarle o no se sintiera con fuerzas o ánimos de hacerlo en este momento.

Un momento, vuelvo enseguida— dijo hablando también con tono un tanto bajo como si no quisiera sacarlo de sus pensamientos. Volvió al cabo de un momento con la cafetera que había preparado hacía un rato, un par de tazas, un vaso de agua para Mats y algo para comer. Parecía que allí se necesitaba reponer fuerzas y más tarde les esperaba una larga y difícil noche en vela.