Partida Rol por web

El eco del Diablo

Los Olvidados

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28/10/2016, 02:11
Mats Bergstrøm

Cuando veo aparecer a Arthür, lo saludo con un cabeceo y una débil sonrisa, aunque pronto mi mirada vuelve a perderse en un rincón. Mi joven amigo se sienta cerca de mí, paciente, y yo intento encontrar una forma de ordenar todo lo que tengo que decir y no vomitárselo todo sin digerir. Mientras todavía estoy pensando, Arthür parece acordarse de algo de pronto y se levanta, no sin antes excusarse. No tarda en volver, esta vez con una humeante cafetera y un par de tazas. Le doy las gracias, sonriendo de nuevo; desde luego, me irá bien un poco de café. En silencio, lleno una de las tazas y tomo un gran sorbo de café. Está muy caliente y me escalda el alvéolo del paladar, pero no me importa. Dejando la taza sobre una mesilla cercana, me inclino hacia adelante, apoyando los antebrazos sobre mis muslos y mirando al suelo, respirando con ansiedad. Finalmente, levanto la vista para mirar a Arthür.

Acabo de hablar con mi padre. —Inmediatamente, mi mirada huye a la ventana que hay algo más allá, arrojando sobre nosotros la tenue luz del atardecer. Es importante que Arthür sepa lo que mi padre me ha contado, pero para ello tendré que explicarle algo acerca de mi pasado. Después de un largo silencio, continúo—: No me acuerdo de si ya te lo había dicho, pero siempre me he llevado muy mal con él. Es un hombre tremendamente exigente, autoritario e inflexible, que nunca me entendió ni me valoró. Todo lo que recibí de él cuando era niño fue desprecio, reproches… Era un tirano, y lo odiaba. Y le tenía mucho miedo. Aunque bueno, ¿no es lo mismo? —Sonrío—. Él y mi madre se divorciaron cuando yo era pequeño. Mi madre era francesa, y vino a vivir a París después de separarse. Por eso yo siempre venía en las vacaciones…

Meneo la cabeza a un lado y a otro, sopesando si merece la pena entretenerme tanto en los preliminares. Al final decido que mejor será abreviar. No quiero aburrir o incomodar a Arthür con mi historia, así que trataré de ir al grano.

Cuando mi madre murió de cáncer, hace doce años, me quedé en París y no volví a ver a mi padre. Hasta hace un rato. —Carraspeo, aclarándome la garganta—. Mientras volvía a casa desde la oficina, mi prima Ellisif, a la que también llevaba muchísimos años sin ver, ha parado a mi lado con una moto y me ha hecho subir. Y me ha llevado con mi padre. Él… Me ha dicho cosas. Algunas cosas muy raras, y otras muy preocupantes. Me ha contado… —Tomo aire, como si estuviera a punto de zambullirme en una piscina de agua fría, y miro a Arthür, asustado—. Me ha dicho que los monstruos vendrán pronto a por mí, y que tendré que estar preparado. Y por eso no le ha quedado más remedio que contarme la verdad de todo. Por lo que parece… Mi padre pertenece a un antiguo linaje de hombres con el poder de imponer su voluntad sobre los demás. Por su forma de expresarlo, parecía algo más relacionado con la influencia y el liderazgo que con el… control mental y esas cosas. Una especie de reyes y señores sobrenaturales, por así decirlo. —Suspiro—. Y yo soy como él. O lo seré. Él no quería tener hijos, no quería perpetuar esta «maldición», como la ha llamado. Pero mi madre se quedó embarazada de mí. Por eso mi padre me rechazó durante toda mi infancia. Por eso me anulaba y me humillaba día tras día. Porque quería apartarme de él. Quería evitar a toda costa que me convirtiera en lo que él es, para protegerme…

De pronto, no puedo contener las lágrimas. Salen de repente, sin verlas venir, como si hubiese estornudado. Solo emito un sollozo quedo, pero intento llorar del modo más silencioso que me es posible. Después de unos segundos, cuando mi respiración se normaliza, prosigo con mi relato.

Pero ya no puede seguir protegiéndome. Y si quiero sobrevivir, tendré que aprender a hacer… lo que sea que él hace. Pero me ha dicho que tenga cuidado, que puedo llegar convertirme en un monstruo, en un cacique que maneja a los demás como marionetas… —Sorbo por la nariz, y me seco las lágrimas con la manga—. Y eso no es todo. Le he preguntado por Vendela y por Masaryk. De Vendela no sabía mucha cosa; yo diría que ni siquiera le parece nadie importante. En cambio, me ha dicho que tenga mucho cuidado con Masaryk, porque es el Demonio. —Pongo mucho énfasis en la última palabra—. Literalmente. No es una forma de hablar. Es a quien los hombres llaman Satanás, Lucifer… El mismo. Y va a ir a por mí, a intentar «llevarme con él». Mi padre me ha dicho que la única manera de salir victorioso en mi encuentro con él será hacer lo correcto. Y con eso se refiere a lo claramente correcto, sin interpretaciones ni matices. Él siempre intentará confundirme, hacerme ver que las cosas son de otro modo o decir que no hay salida posible para que muerda el anzuelo, porque no puede llevarme si yo no accedo a ir con él. No sé exactamente a qué se refería mi padre, pero joder, tengo mucho miedo. No quiero que te pase nada, que te haga nada para llegar hasta mí o algo así… No podría perdonármelo… —Me tiembla la mandíbula. Aprieto los dientes para hacer que pare, pero solo lo empeoro, y empiezo a hablar como si estuviese tiritando de fiebre—. No quiero perderte por nada del mundo…

Entierro mi cara entre mis manos, y masajeo mi cuero cabelludo con ansiedad. Me quedo callado un rato, intentando serenarme. Cuando finalmente lo logro, sigo hablando.

Pero no estaremos solos. Afortunadamente, tendremos ayuda.«O eso espero». Mi prima Ellisif y otro tío de mi pasado, el señor Berisha, nos vigilarán a partir de ahora. Si alguna vez tenemos problemas, se supone que tengo que llamarlos con esto. —Saco de mi bolsillo un manojo de llaves oxidadas, de una antigüedad patente—. Si las agito y digo sus nombres mientras pienso en ellos… en teoría me oirán y vendrán a ayudarme. O eso me han dicho…

Enmudezco. Ya he hablado demasiado, y creo que Arthür necesitará algo de tiempo para masticarlo todo, así que simplemente me lo quedo mirando en la penumbra, sin decir nada. En la semioscuridad reinante, mi cara parece una careta de un color sepia mate, iluminada tan solo por mis brillantes ojos.

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28/10/2016, 10:29
Arthür Guitry

Mats se veía realmente afectado. Tardó en poder siquiera comenzar a hablar y parecía estar buscando las palabras o al menos cómo iniciar su relato. Estaba claro que algo importante y digno de preocupación acababa de ocurrir. Se sirvió también un café y se sentó de nuevo frente a su amigo.

Cuando Mats comenzó a hablar sobre su padre Arthür no le interrumpió, simplemente negó ligeramente con la cabeza que le hubiera hablado antes de él. Recordó la conversación aquella noche conduciendo tras la entrega de premios en que le habló de su madre. Sólo haber encontrado a un padre así después de tantos años ya justificaba que se encontrara afectado.

Después de narrar el mensaje que su padre traía para él las lágrimas rodaron por las mejillas de su amigo, en silencio pero irrefrenables. Detuvo un momento su narración pero era evidente que había más, seguramente la parte más difícil. Arthür se removió en su asiento, reprimiendo el querer consolarle para dejarle expresarse sin interrupciones, tratando de comprender en la medida de lo posible el alcance de lo que su amigo le contaba. Decidió no intervenir hasta el final. Le preocupó y perturbó mucho pensar que podía ser una carga para Mats al ver cómo le afectaba que pudiera ocurrirle algo.

Cuando su amigo terminó el contenido completo de la conversación en el coche volvió a sus pensamientos. Todo aquello encajaba con lo que ya habían empezado a intuir y constituía una confirmación terrible, nada consoladora. Pero era la verdad y habría que enfrentarla con toda la fortaleza de que fueran capaces.

—En cierta forma todo esto ya lo sabías. Piénsalo— dijo sin saber muy bien cómo comenzar y volviendo a sentarse en el borde del sillón acercándose a Mats y hablándole con el tono más sereno que fue capaz.

—Aquella noche en que hablamos en el coche del frashkart, de la victoria final, de la lucha contra los monstruos, me dijiste que Masaryk se había presentado frente a ti como el Adversario, que habrías de combatir con él «a muerte», si recuerdo bien. Cuando oímos sus pasos en el otro hospital Saint Jean de Dieu, sentí también que era la aniquilación misma la que caminaba, que era como el final del camino en que todo se pierde para no regresar jamás, como una fuerza de la Nada, absolutamente destructora. Lo que me contaste en el coche y esto mismo encaja con lo que te ha dicho tu padre, así como el terror que el soñador mostraba cuando vino a por él... —un escalofrío recorrió su espalda ante este recuerdo—. Reitero lo que dije, Mats. No podemos huir de lo que somos y se nos ha dado poder verle. Verle caminar, escuchar sus palabras, que se dirija a nosotros... Directamente. Todo el mundo combate, lo sepa o no, pero ahora nosotros lo sabemos sin ambages, sin posibilidad de mirar a otro lado— se quedó meditando unos instantes—. Dicen que el mejor truco del diablo es hacer que la gente crea que no existe. Esto tiene mucho sentido, pues así puede despreocuparse de sus acciones, vivir cómoda con las injusticias, la cobardía, el inmovilismo, justificarse con eso de "es que el mundo es así"... Pero una vez leí que su mejor truco no era tanto que creyéramos que no existe, sino que quisiéramos que no exista. La diferencia es importante. No querer tener trascendencia ni por tanto responsabilidad; mirar para otro lado cuando sabemos que estamos haciendo mal... Creo que tu padre hablaba de esto cuando te incitaba a hacer lo correcto. Tú eres alguien preocupado por la verdad y la justicia. Pues la Verdad y la Justicia son formas del Bien y todos podemos distinguirlas si no nos cegamos. Tenemos la capacidad de hacerlo en nuestra naturaleza, tal como los ojos nos permiten ver lo que la luz ilumina si no están cegados. Pero el diablo está aquí para cegarnos, para ofrecernos caminos que parecen razonables en la superficie pero suponen una desviación, para tomar ventaja de lo peor de nosotros contra nosotros mismos, como el orgullo o la negación de nuestros males y defectos, para que en lugar de enfrentarlos los abracemos y sucumbamos a ellos.

Arthür se puso más serio de pronto al recordar la preocupación de su amigo por él y el temor a que le ocurriera algo por su culpa. Miró fijamente a los ojos a Mats:

 —No debes dejar que te confunda— se detuvo un instante buscando un ejemplo—: si te amenazara pidiendo que hagas un mal a alguien inocente a cambio de no hacerme daño él a mí, no lo hagas, no aceptes ese trato. Pues si me hiciera mal sería él quien lo infringiera, no tú, pero de otro modo habría conseguido que el mal penetrara en ti y fueras suyo. Que no pueda llevarte con él, como decía tu padre. No puede tocar un alma si ésta no le abre las puertas.

Ya no le parecían diatribas sus palabras siendo que se enfrentaban a lo que se enfrentaban. Eran cosas que debían ser dichas, y aunque no sabía muy bien cómo las tomaría Mats, le pareció que era lo que debía escuchar y él se veía capaz de aportar. Y Arthür también hablaba para sí mismo, aterrado como estaba, tratando de que todo sobre lo que había leído y meditado estuviera ahora en su corazón y le ayudara a estar centrado, a protegerse, a apoyar a Mats en todo lo que fuera capaz.

—Me alegra saber que tenemos ayuda— dijo mirando aquellas llaves y tratando de cambiar el tono para terminar con algo más positivo—. Así que una especie de «príncipe»...— dijo esbozando una sonrisa, intentando sonar más ligero sin saber si lo conseguiría— Bueno, ya sabes lo que se dice: «Noblesse oblige». Será un honor combatir a tu lado.

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31/10/2016, 21:51
Albin Govier

Esa noche caía una fría niebla a la que no se le podía llamar lluvia pero que calaba hasta los huesos.

Custodiando la entrada del parque -que estaba cerrado y desierto- había un coche patrulla y uno de los policías les acompañó hasta el lago.

En el puente había un foco sobre un trípode, apagado pero ya preparado, señalando en dirección al lugar donde debía encontrarse el cadáver.

En la orilla, junto a una pequeña barca neumática les esperaba Albin Govier que había levantado las solapas de su gabardina.  Un poco más hacia los árboles dos hombres trajinaban en la tiniebla. Uno se estaba poniendo un traje de neopreno y se presentó como Agustín Belánger. El otro, que vestía una cazadora de cuero y gorra de lana irlandesa y preparaba el equipo fotográfico, se presentó como el Comisario César Pillet.

Conforme se fueron presentando les daban la mano con un fuerte apretón.  

Albin ofreció un remo a Mats y les pidió que llevaran la barca hasta el puente. Desde allí, César les iría dando las instrucciones y el material que ellos le darían al buzo. Mientras Govier vigilaría en la orilla.

 

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01/11/2016, 16:33
Mats Bergstrøm

Una vez más, Arthür logra tranquilizarme. No sé cómo lo consigue siempre; es como si lograse ver todas las situaciones desde fuera, analizándolas sin dejándose abrumar por el peso emocional que estas pudiesen conllevar, y siempre acaba dando en el clavo y haciéndome sentir mejor. En estos momentos, no sé qué haría sin él.

De noche, la sensación que permea el parque es si cabe más ominosa y siniestra que hace unas horas, y el inspector Govier, con su expresión siempre ceñuda, parece plenamente consciente de ello. Doy las gracias por que no se le haya ocurrido hacernos más preguntas sobre nuestra implicación en este caso, o bien haya decidido no hacerlas. Como el experto agente que es, nos da indicaciones claras de lo que debemos hacer: básicamente, facilitaremos el instrumental a los buzos que efectúen las labores de recogida de pruebas. Cuando uno de los buzos se nos presenta como Agustín Bélanger, no salgo de mi asombro. ¡Es el antiguo forense de la policía que desapareció sin dejar rastro cuando todo esto empezó! Con toda la discreción que me es posible, miro a Arthür en silencio para ver si él también lo ha recordado. Con toda probabilidad, este hombre llevará todo este tiempo trabajando para desenmascarar esta gigantesca conspiración, una conspiración cuyas claves puede ayudarnos a entender. Tendré que acordarme de hablar luego con él; seguro que sabe muchas cosas de este caso a las que quizá juntos podamos encontrar sentido.

El bote avanza lentamente por las frígidas aguas del estanque, que a estas horas de la noche se me aparece como la negra y profunda boca de una tumba abierta, exhalando una niebla tan densa que puede masticarse. Un escalofrío me recorre la espalda cuando recuerdo que, hace solo unas horas, nadé en estas mismas aguas. Ahora, la superficie me parece una barrera que separa nuestro mundo de un infierno de oscuridad sin fin, donde nadan las almas ahogadas de los muertos. Intentando apartar este pensamiento tan mórbido de mi mente, me concentro en continuar remando. El esfuerzo hace que mi frente se perle de sudor, y la fría brisa nocturna me hace estremecerme. Miro hacia el puente, que está cada vez más cerca. Cuando finalmente llegamos al punto designado, me pongo en pie y agito un brazo en dirección a los hombres que esperan en la orilla. Estamos listos.

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01/11/2016, 23:39
Comisario César Pillet

Mientras el buzo llegaba al lugar del cadáver el comisario César Pillet le dió a Arthür una cámara de video sumergible y las instrucciones de cómo se la debía ofrecer al buzo. Les explicó que lo primero que iban a hacer, antes de las fotografías y las muestras, era tomar unas imágenes de video en alta resolución del cadáver.

Hablaban casi en susurros pero el silencio era tal que incluso Albin, desde la orilla, podía entender lo que decían.

Les enseñó un termo que tenía preparado. Daba por hecho que trabajarían toda la noche.

Notas de juego

1/3

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01/11/2016, 23:54
Agustín Bélanger

En el área donde se tenía que encontrar el cadáver Belánger emergió y Arthür le pasó la cámara de video.

-Ahora volved al puente -estaba apenas a unos pocos metros- y dejadme espacio, -miró hacia César, en el puente- si el foco ilumina lo suficiente no necesitaré antorcha en la cámara.

Entre la niebla los grandes árboles parecían querer abalanzarse sobre el lago.

Notas de juego

2/3

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02/11/2016, 00:01
Parque de Montsouris, de noche.

Una vez la barca hubo llegado de nuevo al puente, César encendió el foco y su luz entró en el lago haciendo un efecto que parecía imposible.

Mats y Arthür podía ver perfectamente el cadáver. Sumergido en un agua luminosa, majestuoso como si volara en el interior de una luz densa por la que flotaban partículas brillantes como cristales. Era una mujer joven, tendría cerca de treinta años, desnuda, delgada -apenas tenía pechos- cuya piel blanca como la nieve era surcada por infinitud de líneas oscuras que le llenaban el tronco y llegaban al cuello, codos y rodillas. Estaba estirada, con los brazos en alto y de su pie izquierdo tiraba una soga que se perdía en la oscuridad hacia el fondo.

Su pelo, extremadamente largo, flotaba casi hasta la superficie meciéndose con las ondas producidas por el buzo, que se acercaba con la cámara.

La claridad con que se la veía era sorprendente.

Notas de juego

3/3

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02/11/2016, 00:04
Parque de Montsouris, de noche.

A pesar de que la distancia y el ángulo apenas permitían distinguir su rostro Arthür la reconoció de inmediato. Era Cléo, Cléo con la edad que debía tener ahora.

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02/11/2016, 16:41
Arthür Guitry

La imagen del lago en la noche era de lo más imponente que Arthür había visto en su vida. La niebla lo cubría todo impidiendo ver la otra orilla, dando la sensación de que adentrarse allí con una barca era realmente ingresar en el mundo de los muertos. El frío húmedo calaba los huesos y las voces de los policías se superponían a un silencio tan profundo que resultaba espeso, como un telón invisible pero opaco que les separara de los vivos.

No había tenido tiempo de contar a Mats su encuentro de aquella tarde. Las noticias que había traído, la visita de su padre y las certezas sobre Masaryk habían sido demasiado como para superponer algo más. Ahora sin embargo, en este lugar, Arthür temía «resbalar» hacia otro mundo como había ocurrido en el Saint Jean de Dieu, y si aquel lugar había sido horrendo lo que cabía esperar aquí comenzó a helarle la sangre; se puso nervioso a observarlo todo atentamente, a prestar atención a cada detalle, comentario o petición de los policías, aferrándose al «aquí» tanto como era capaz, sin dejar divagar su imaginación, aunque sin saber si su temor era o no fundado ni si aquello serviría en un momento dado para evitar nada.

Tras volver a acercarse hacia el puente por orden de Bélanger, la potente luz del foco atravesó la niebla, penetró en el agua y puso de manifiesto la terrible escena que allí se escondía. Aquella mañana apenas habían distinguido nada, pero ahora la imagen, fantasmagórica y terrible, se clavó como un puñal en la mente de Arthür. La larga melena de la muchacha ondulaba como las algas y la cuerda que sujetaba su pie se perdía en la oscuridad. Menuda, pálida, con todo el cuerpo tatuado... Pero de pronto pudo distinguir sus rasgos.

No era posible. Y sin embargo allí estaba. Sintió un mareo fuerte e instantáneo y sólo por la brusca pérdida de fuerzas pudo evitar gritar. Cerró los ojos con fuerza y se llevó la cabeza entre las manos. Había decidido buscarla, ella le ayudaría a recordar... Y sin embargo allí estaba, muerta desde no sabían cuándo, ¿prisionera desde cuándo?, y le volvía loco lo que aquello podía implicar, haciendo que la sospecha que calladamente había comenzado a albergar tras la visita de la tarde creciera hasta ensordecer todo lo demás. Lloró de rabia, de miedo, de odio. Odio sobre todo hacia sí mismo.

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02/11/2016, 17:34
Mats Bergstrøm

El haz de luz proveniente del foco de la policía me deslumbra momentáneamente, obligándome a cubrirme el rostro con un brazo. La fría columna desciende sobre el lago, atravesando la superficie como si fuera aire.

No podían haber sido más precisos.

En el mismo momento en que miro hacia el punto sobre el que cae la luz, veo la fantasmal imagen de la muchacha. Blanca y etérea, con su oscura cabellera flotando en torno a su cabeza, casi sería bello de contemplar en su eterna serenidad suspendida en el tiempo si no fuera lo que es: un cadáver. Un acceso de horror me hace perder el equilibrio, obligándome a sentarme de nuevo en el asiento del bote. Sin embargo, soy incapaz de apartar la mirada, fascinado y espantado al mismo tiempo, deteniéndome en todos los detalles, en los tatuajes que cubren su cuerpo como lampreas pegadas a su piel, en sus brazos que flotan hacia la superficie como en una especie de oración… En ese momento siento un profundo odio y una lástima inmensa hacia la pobre muchacha. Y como tantas otras veces, no puedo dejar de hacerme la misma pregunta: ¿por qué?

De pronto, oigo un suave sollozo junto a mí. Veo a Arthür llorando. A decir verdad, la estampa me sorprende un poco, pues hasta ahora, mi amigo había demostrado una templanza a prueba de bombas. Me siento realmente mal al verlo tan desconsolado. Acercándome a él, lo rodeo con un brazo, estrechándolo contra mí.

Es terrible… —murmuro, y las lágrimas empiezan a emerger de mis ojos, tal vez por simpatía—. Tranquilo, niño. Cogeremos a esos hijos de puta, te lo juro.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Vale. Como aquí está pasando algo que se me escapa, tiro Imaginación más Empatizar para intentar hacerme una idea de por qué Arthür se ha puesto tan mal de repente. ¡Wow, un impresionante 16! :)

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03/11/2016, 08:45
Arthür Guitry

Cuando el brazo de Mats rodeó su hombro, pudo sentir que estaba temblando. Sus ojos seguían cerrados, apretados con fuerza y a Mats le pareció que el gesto reflejaba un rechazo casi irracional a lo que estaban contemplando. Sabían que allí habría un cadáver. Sabían incluso en qué condiciones exactas se encontraría y sin embargo la reacción de su amigo le pareció que era más bien la que correspondería a haber encontrado algo totalmente inesperado. Apretado contra su cuerpo sentía su respiración rápida y entrecortada. Se diría casi que le estaba entrando un ataque de ansiedad y eso no le cuadraba nada con Arthür y lo que había visto de él hasta ahora. Había algo en aquella chica que lo había perturbado profundamente.

Su amigo respondió a sus palabras de aliento abriendo los ojos, mirándole con la cara descompuesta y una extraña expresión que nunca antes había visto en sus ojos, casi ida. Aunque estaban tan cerca, pareció que a Arthür le costó encontrar la mirada de Mats, como si su mente hubiera hecho en un momento un viaje muy largo. Balbuceó entonces algo mientras dejó caer la cabeza sobre el hombro ofrecido por su amigo. Fue dicho en un volumen tan bajo que Mats sólo pudo entender que se trataba de una palabra breve. Pero no le hizo falta entenderla; en aquel instante comprendió que Arthür había dicho un nombre.

Conocía a aquella mujer.

Notas de juego

Dire, como en otras ocasiones en que hemos hecho tiradas de empatía hacia otros PJs, asumo que debo contestar yo a la tirada de Mats. Además, como te tengo miedito, hay sospechas de mi personaje que no te he contado y claro, no podrías saber muy bien a qué se debe en parte tal reacción... :-P
 

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03/11/2016, 13:38
Comisario César Pillet

Apenas había completado una vuelta alrededor del cadáver cuando el buzo emergió haciendo una señal con la mano.

César, que observaba la escena con ojos entornados, hizo un gesto sutil pero que claramente parecía cuestionar el sentido de la petición. El forense insistió repitiendo su seña y el comisario le ofreció el maletín metálico a Arthür. No sin darle un par de palabras de apoyo.

-Ánimo, hijo. Todos hemos perdido a alguien aquí.

Notas de juego

1/2

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03/11/2016, 13:41
Agustín Bélanger

Remaron hasta el cadáver. Allí la luz llegaba a ser molesta y cegaba al mirar hacia el puente.

El pelo de la chica se movía como uno de esos seres marinos difíciles de catalogar como vegetal o animal.

Mats notó que la respiración del buzo se entrecortaba como si estuviera haciendo un gran esfuerzo físico. Estaba aterrado.

-Dadme... el bisturí y un recipiente para muestras..., el que parece un tubo de ensayo..., el más pequeño.

Notas de juego

2/2

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03/11/2016, 15:50
Mats Bergstrøm

La expresión extraviada, casi trastornada, con la que me mira Arthür hace que el corazón me dé un vuelco. No puedo culparlo, pues la visión es devastadora, pero debería de haber estado preparado, más que yo, incluso, y su reacción me descuadra. Algo en la visión del cadáver ha roto por completo los esquemas de Arthür, y ni siquiera sé cómo empezar a preguntarle de qué se trata. Lo siento como un bebé cuyo llanto no puedo interpretar. Y entonces, murmura algo antes de enterrar su cara en mi hombro. No entiendo la corta palabra que pronuncia, pero de repente todo se pone en su lugar. Acaba de pronunciar un nombre, lo que significa…

Oh, lo siento… —digo cuando al fin comprendo que Arthür conoce a la mujer, estrechándolo aún más fuerte contra mí, esta vez rodeándolo con ambos brazos y besando varias veces su cabeza—. Lo siento, lo siento mucho…

No sé qué más decir. Intento encontrar palabras de consuelo, pero no sale ninguna. Al final, decido que lo mejor es simplemente hacerle sentir mi presencia, que estoy aquí y que no lo abandonaré pase lo que pase. Lo abrazo con fuerza, meciéndolo suavemente y en completo silencio, dejando que se desahogue cuanto necesite. Cuando Bélanger nos pide las herramientas, lo miro durante unos segundos con cara de extrañeza, como si no hubiese entendido una sola palabra de lo que me ha dicho. Después de un instante, miro a mi alrededor apresuradamente, buscando el instrumental que ha solicitado el forense por toda la cubierta del bote. Al detectar por fin el maletín que antes nos diera el comisario Pillet, alargo un brazo sin soltar a Arthür y lo abro torpemente, extrayendo los objetos y entregándoselos al buzo. Al mirarlo a los ojos, me invade la sensación de que todos los aquí presentes son muy conscientes de lo extraño que es todo esto, que saben lo que está pasando aunque no lo digan.

Shhh… Tranquilo… —intento tranquilizar a Arthür, apartando con suavidad los mechones de cabello castaño dorado que caen sobre su frente. No puedo dejar de notar el intenso olor a champú—. Todo acabará pronto…

- Tiradas (1)

Notas de juego

¿Puedo hacer alguna clase de tirada para consolar a Arthür? Así a bote pronto se me ocurre Carisma más Empatizar. Yo por agilizar tiro, por si acaso. Saco un pobre 9, pero como soy Emotivo, a lo mejor consigo algo... :P.

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04/11/2016, 10:40
Arthür Guitry

Arthür se aferró a la voz de Mats, a sus gestos y palabras. Se sentía tremendamente débil y le resultaba muy difícil apelar a la razón, tratar de comprender y convencerse de qué era lo mejor que podía hacer en este momento. Ya no miraba al cadáver de la chica, hundido su rostro en el abrazo de su amigo, pero no podía apartarla de su mente. Volvían también a él sus enigmáticas palabras: «¡Pero si yo me fui antes que tú! ¿No? Volví con mis padres, y mi hermano… no sé...pero…»

No. No podía ser...

A través de toda la confusión pudo percibir sin embargo lo afectado que estaba Mats. Su abrazo era fuerte pero su voz temblaba muy ligeramente por las lágrimas contagiadas. Respiró hondo: decidió dejarse llevar, hacer cuanto le pidiera y también aquellos hombres, pues si seguía sus impulsos temía perder por completo toda la compostura. Cuando el comisario Pillet le dio el maletín apenas entendió sus palabras. No podría haberlas repetido pero se dio cuenta que éste había comprendido también que conocía a la chica. ¿Cómo iba a poder explicar eso si le preguntaban? No era capaz de pensar en ello en este momento.

Escuchó a Bélanger pedir algo a Mats y luego éste volvió a prestarle toda su atención. Bajo la dura luz del foco se acentuaban sus rasgos. Cada pelo de su barba, de su cabeza, parecía tener vida propia y había algo sus ojos, un brillo en lo profundo de la pupila, que captó vivamente su atención. Aquellas pupilas eran la ventana a unas aguas muy distintas a las que les rodeaban y albergaban una luz que no era un reflejo del exterior, sino una imagen del fuego interior. Mats apartó el pelo de su frente.

—«Shhh… Tranquilo… Todo acabará pronto…»

Arthür se vio reflejado en aquellas pupilas asintiendo levemente con la cabeza. Poco a poco se serenó.

- Tiradas (1)

Notas de juego

He hecho una tirada de Carisma más Reaccionar para ver si Arthür es capaz de serenarse (tiene también la aptitud de "sereno", así que aunque la situación es difícil, con el apoyo de Mats y la tirada he pensado que lo lograría).

He tenido en cuenta en la narración lo que Mats le explicó acerca del poder que transmite la sangre de su familia, esa autoridad regia que pueden desplegar. Como Arthür se ha abierto completamente a su amigo he pensado que no estaba de más que, aunque Mats no esté ejerciendo el poder activamente, por así decir, Arthür pueda percibirlo como una especie de aura. Espero haber acertado con el tono.

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04/11/2016, 13:10
Parque de Montsouris, de noche.

Belánger se sumergió acercándose lentamente al cuerpo tatuado de la chica y punzó sin violencia su costado.

Un hilillo de sangre vistosamente roja manó como si fuera el humo de un cigarrillo.

El buzo salió a la superficie y se apartó el tubo del snorkel para interrogar a los de la barca. Tenía el ceño fruncido en una expresión evidente de extrañeza.

-¿Y a qué hora la encontraron? ¿Están del todo seguros?

Sin dar explicaciones les pidió una pequeña linterna y esta vez, cuando llegó hasta ella, le abrió un ojo con una mano mientras lo iluminaba de cerca con la linterna, en la otra. Separó la cabeza de pronto y se alejó violentamente dejando la linterna libre que fue iluminando la cuerda en su caída.

La chica bajó los brazos lentamente y abrió los ojos quedándose unos segundos así, parada. Luego, como si de pronto se hubiera dado cuenta de su estado, hizo un gesto muy parecido al grito, moviendo los brazos y la pierna libre con fuerza y soltando aire en un montón de burbujas que empezaron a borbotear hacia la superficie rompiendo al salir el silencio con un estruendo.

- Tiradas (1)
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05/11/2016, 01:18
Mats Bergstrøm

¡Joooder…! —chillo de repente, soltando a Arthür y apartándome como si me hubiera dado una sacudida eléctrica. Ante mis ojos se sucede una escena tan aterradora y traumática que parece sacada de una película de terror, o aún mejor, de mi peor pesadilla. ¡Lo que creíamos era un cadáver acaba de abrir los ojos y se está retorciendo en sus ataduras, luchando por respirar! ¿Qué coño está pasando? ¿Está viva? ¿Cómo es posible siquiera? Pero mi instinto acaba por imponerse a mi horror, y antes de pensar siquiera en lo ilógica que es la situación, le grito a Bélanger—: ¡Pero sácala ya de ahí! ¿No ves que está viva?

Y sin embargo, no me extraña su tardanza en reaccionar: nadie podría haber imaginado que una persona que lleva, como mínimo, casi un día entero bajo el agua, esté milagrosamente viva. ¿Qué ha ocurrido? ¿Por qué esta vez ha sido diferente? ¿Por qué no está hinchada, putrefacta, muerta desde hace quién sabe cuánto?

¿Por qué está viva?

«Joder, date prisa…», pienso mientras empiezo a buscar entre el instrumental algo lo suficientemente afilado como para poder cortar la soga que mantiene a esa mujer bajo la superficie. Estoy a nada de saltar del bote.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Jo, menudo jumpscare se acaba de llevar el pobre Bélanger (bueno, en realidad todos XD).

Por cierto, quiero tirar Percepción más Reaccionar para ver si encuentro algún objeto cortante lo bastante rápido, pero por algún motivo, este ordenador (el del trabajo) no me deja ver mi ficha. Creo que tengo Percepción 2 y Reaccionar 1, aunque no estoy seguro. De todos modos tiro con +3, y si luego resulta que es otra cosa, ya calculamos en consecuencia. 

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05/11/2016, 10:22
Arthür Guitry

Cuando la sangre, roja y líquida, manó de la punción en el costado de la chica, todos los músculos de Arthür se pusieron en tensión. ¿Era posible que fluyera así de un cadáver después de, cuanto menos, muchas horas? ¿Habría algún tipo de veneno anticoagulante que le hubieran dado? Estaba confuso pero su mente se reactivó de pronto, invadiéndole la sensación de que algo terrible estaba por pasar. Entonces ocurrió lo que jamás habría esperado: la chica se movió, primero despacio, como inconsciente de la situación en que se encontraba, casi como si despertara de un sueño, e inmediatamente después luchando violentamente por soltarse con movimientos desesperados: ¡estaba viva!

Belánger se separó bruscamente presa del terror o cuanto menos la sorpresa y Mats, increpándole para que reaccionara, comenzó a buscar en el maletín de instrumental. Allí debía haber bisturís u otros objetos para cortar la soga. Sin embargo la chica expelía todo el aire de sus pulmones en un grito silencioso; sólo el terror podría hacer que sufriera una parada y pronto.

No pensó más. Arthür se quitó la chaqueta mientras inspiraba con profundidad y saltó de la barca. Quería mantener con aire a la chica hasta que Mats o Belánger pudieran soltarla. Una vez bajo el agua se acercó hasta ella. Debía sujetar su rostro entre las manos y pasar la bocanada de aire a su boca.

Notas de juego

¡Pero qué susto, madre míaaaa!

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05/11/2016, 11:11
Parque de Montsouris, de noche.

Mientras Mats encontraba en el maletín un cuchillo con la hoja de sierra, no muy larga pero un poco curvada, Arthür se lanzó al agua.

Notas de juego

Aliosha. Haz una tirada de Fuerza más Atletismo y te cuento.

Belgeval, si tu personaje se lanza al agua para tratar de cortar la cuerda, has de hacer dos tiradas, Fuerza más Maña (dificultad 9) e Introspección más Reaccionar (Dificultad 11)

Aquí tienes un link al jpg de la ficha de Mats:

https://imagorol.files.wordpress.com/2016/03/mats....

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05/11/2016, 14:09
Arthür Guitry
Sólo para el director
- Tiradas (1)