Partida Rol por web

Lia y Rogen llegarona las puertas de El Ojo del Tigre, el despacho de Vincent Trench, el detective privado que había estado hablando con la mujer noble. Exceptuando a Rabi, ninguno de los muchachos de la Banda de las Caracolas había tratado mucho con el resto del vecindario. Y si teníamos en cuenta lo pronto que el gnomo se había marchado, no es que supieran mucho del investigador.

La elfa siempre más arrojada, fue quien llamó a la puerta y poco después la puerta se abrió. Tras ella apareció Vincent Trench. Tenía una barba canosa, el pelo aceitoso y peinado hacia atrás y mirada suspicaz. Vestía de manera elegante con un pantalón oscuro, una camisa marrón y un chaleco rojo.

—Buenas tardes—saludó a los aventureros—. ¿Desean algo?

Rogen se sentía más cómodo con el escudo, aunque estuviese a su espalda y no embrazado. Pero saber que lo tenía ahí por si acaso era un gran alivio.
Siguió a Lia hasta la casa del detective. La verdad es que si había alguien que podía averiguar algo era él. O por lo menos eso pensaba el guerrero que deberían hacer los detectives.

-Buenas Sr.Trench. Mi nombre es Rogen Stevers, y esta mí compañera Lia Siannodel. Supongo que estará al tanto de lo que ha ocurrido. Creemos que tal vez pueda ayudarnos.-

O por lo menos eso esperaba.

 - Un placer conocerle, señor Trench, mi nombre es Lia -con un gesto de la mano señaló a Rogen y a sí misma- somos vecinos del Callejón. Nos hemos mudado recientemente a la Mansión Cráneo de Troll. No hemos tenido mucho tiempo de presentarnos adecuadamente entre las reformas y ya sabe, ''la fama de la casa'', estamos todavía adaptándonos. ¿Le importa si pasamos? No le quitaremos mucho tiempo, se lo prometo.

Hizo la pausa reglamentaria con una sonrisa.

 - La ayuda que comenta mi amigo Rogen está relacionada con el incidente de hace un rato. Nos asusta que haya un atentado en frente de nuestra recién adquirida y reformada casa... Los vigilantes nos han dicho que no nos preocupemos pero no han especificado por qué no deberíamos; como si fuera fácil no preocuparse sin tener información. No hemos presenciado nada de lo sucedido, lo justo hemos podido ver brevemente la escena con las víctimas. Y queríamos preguntarle si ha visto qué ha pasado.

La elfa miraba el despacho con curiosidad y cierta admiración. Detectives privados: investigadores autosuficientes guiándose por sus propios intereses e intentando descubrir cosas con medios no-gubernamentales. Fascinante. Tal vez en su cabeza tuviese la profesión muy idealizada, pero si algo encajaba dentro de los planes ''qué-quieres-ser-de-mayor'' para Lia era aquello.

 - Las casualidades no existen hasta que se demuestre lo contrario, y nos preocupa que vuelva a pasar algo similar. Solo queremos saber qué ha pasado para quedarnos tranquilos. Saber si podemos salir a la calle de nuestro vecindario sin miedo. 

—Sé quiénes son, pasen, pasen. Su compañero Rabindranath Tagore me visitó hace un par de semanas. Antes de que se marchara, claro—el detective les hizo un ademán para que entraran, el hombre parecía bien informado.

Vincent dirigió a la pareja de aventureros a una salita de estar. Seguramente donde se reuniría con la mayoría de sus clientes.

—Podría decirle que se hace difícil vivir en una ciudad cuando no se tiene un mínimo de confianza en las fuerzas del orden. Más todavía si uno se decide a tener una propiedad. Pero si fuera así, yo no tendría ni la mitad de mis clientes—el detective sonrió, parecía tener un sentido del humor peculiar—. Veamos, ¿qué quieren saber exáctamente? Sepamos primero que requieren de mí y luego hablaremos de mis emolumentos.

Lia dibujó una sonrisa.

 - Todo el mundo piensa que no tengo confianza en los Vigilantes. Sí que confío, lo que no tengo es paciencia. No quiero esperar.

La elfa no había escuchado nunca la palabra ''emolumentos'', pero por contexto ya podía imaginar que tenía que ver con oro.

 - Queremos saber si alguien ha visto al conjurador de la bola de fuego. Sabemos que ha hablado hace un rato con una de las testigos, una señora adinerada, que ha presenciado la escena. Podríamos hablar directamente con ella pero parecía muy alterada, no quiero alterarla aún más yendo a preguntar.

Vincent se inclinó levemente hacia adelante.

—Esa es una pregunta interesante, señorita Siannodel. La clave de todo esto, sin duda alguna. Dígame, ¿cuánto estaría dispuesta a pagar por esa información?

Rogen se mantenía en silencio dejando que Lia llevara la conversación, pero cada vez que el detective hablaba de que le pagaran no podía evitar fruncir el ceño. Él es el primero que quiere que le paguen por sus servicios, aunque no lo logren casi nunca, por lo que sería de hipócritas quejarse ahora de ello. Pero la verdad es que el guerrero pensaba que el hecho de que hubiera explotado un bola de fuego al lado de su casa, con victimas mortales, le interesaría echar una mano a sus vecinos. Después de todo era lo que ellos estaban haciendo.

-Me temo Lia que no hemos venido al lugar adecuado. Quizás debamos preguntar a otros vecinos y que sean los vigilantes los que pregunten al sr.Trench. Seguro que en algún momento incluso ellos caerán en contratar sus servicios para que les resuelva el asesinato.-

Con disimulo palpó el zurrón bajo la capa que contenía sus monedas, notando (a ojo) cuántas monedas disponía en aquellos momentos. Lia empezó a dibujar la ''sonrisa de negociar'' cuando Rogen intervino al aludir a los bolsillos de los Caracolas. Vincent estaba pinchando en hueso con aquella proposición.

Encogió los hombros con cierta diversión.

 - Ya lo ha oído señor Trench, no habrá oro en la mesa. En cualquier caso, su negocio se basa en comerciar con la información. Yo he podido sacar algunas conclusiones de la escena del crimen porque he podido acercarme y ver a los implicados. ¿Le parece buen intercambio de información, lo que usted sabe con lo que nosotros sabemos?

Entendía el punto de Rogen, pero no podía irse de allí sin intentar al menos jugar a su juego.

—Los Vigilantes de la ciudad son demasiado orgullosos  como para contar con los servicios de un detective privado, señor Stevers. Eso no pasará.

¿Era eso una pulla? El tono de Vincent era tan educado y correcto que era difícil de saber. Aunque no lo parecía porque el detective no tenía intención  de tener ninguna discusión porque se dirigió inmediatamente a Lia.

—Posiblemente sepamos lo mismo, aunque no veo por qué no. ¿Por dónde quiere empezar, señorita Siannodel?

¿Sabían lo mismo? Lia juraría que no vio a Vincent revisar la escena, pero tal vez tuviese 'ojos en todas partes' o incluso un informante dentro de la Guardia. En cualquier caso, no perdían nada por contar lo que habían visto.

 - El área de una Bola de Fuego conjurada alcanzó a varias víctimas... -procedió a dar detalles[*] incluso de los inocentes- ...y luego tres sospechosos: dos humanos con armadura y espada, y un gnomo con una daga desenvainada. Creo que los humanos eran enemigos del gnomo y éste intentaba defenderse. También podrían estar junto por ser del mismo bando, simplemente con vestimentas distintas, como guardaespaldas de un jefecillo.

Había sacado la libreta e iba revisando las notas.

 - Lo que me hace pensar que no eran colegas es el detalle de que venían de lugares diferentes -subrayó con el lápiz la anotación que estaba contando e incluso ''subrayó'' sus palabras con el tono de voz- El gnomo tenía barro y suciedad en la ropa, como si hubiera estado en una alcantarilla, en un campo de cultivo o escondido entre basura; y los humanos no. La lástima es que no me dio tiempo a ver qué tenía el gnomo, parecía llevar algo guardado con esmero bajo la capa.

Jugueteó con el lápiz entre sus dedos haciendo memoria.

 - Si sumamos este altercado con la pelea entre bandas de la ciudad, pues puede haber correlación. O no, espero que no, ojalá sea casualidad. Aún así, enfrente de nuestra casa, enfrente de la taberna cuyo dueño recientemente tuvo problemas con las bandas criminales... pues estoy preocupada. Aunque todo el mundo se empeña en decirme que me preocupo en exceso -encogió los hombros.

Vincent escuchó atentamente a la elfa.

—Sí—asintió finalmente—. Tu relato concuerda con lo que he visto en la escena del crimen.

Parecía que el detective sí había investigado la escena del crimen, pero si lo había hecho, había sido de una forma más discreta que Lia. Era eso o tenía algún tipo de informador. Uno que le pasaba la información muy rápido, de hecho.

—Creo que podría aportar un par de detalles más. Efectivamente el gnomo y los otros tipos eran enemigos. De hecho, el gnomo estaba huyendo y se dirigía precisamente a la taberna. Me atrevo a afirmar que esperaba encontrar refugio allí. Lo cual me lleva a hacerme otra pregunta—Vincent miró escrutadoramente a la pareja de aventureros—. ¿Ninguno de ustedes lo conocía? Son las personas que más frecuentan el lugar y han hecho de la espada y la brujería, su manera de ganarse la vida. No se me ocurre otro motivo por el que fuera a la taberna si no fuera para buscar su ayuda.

Rogen escuchó tanto la explicación de Lia como la del detective. Aunque había un hecho que ambos estaban convencidos a él le parecía podía ser otra cosa.

-No. No le conocíamos, y si venía para pedirnos ayuda me sabe aún peor su muerte.
Pero hay algo que no entiendo. Si de verdad el gnomo y los tipos que estaban con él eran enemigos, y no guardaespaldas suyo, entonces. ¿Quién lanzó la bola de fuego? Sólo vi el cuerpo unos instantes, pero no me pareció que tuviera ingredientes de conjuros. Ni los otros dos. Así que tiene que haber alguien más ¿no?-

Lia asintió a las palabras de Rogen.

 - Sí, eso es lo que me hace dudar y plantear que tal vez fuesen compañeros en vez de enemigos; y es la razón de que estemos aquí: saber quién ha sido. También cabe la posibilidad de que hubiese un tercer bando implicado, no necesariamente una facción, sino tal vez aventureros -añadió en voz baja- Como podríamos haber sido nosotros hace unos días.

El planteamiento de Vincent hizo recapacitar a la elfa. La posibilidad de que el gnomo fuese a la taberna buscando ayuda no la había pensado.

 - Un par de amigos nuestros se han ido de la ciudad, y Rogen y yo hemos visto en primera plana al gnomo pero los demás no sé si han llegado a acercarse tanto... Su atención estaba centrada en Uve y su pobre burrita...

Retrocedió varias páginas de la libreta, buscando anotaciones de días atrás.

 - Hace poco fue la inauguración de la taberna y entre los asistentes había personas con predicamento dentro de la ciudad, varias de ellas de distintas facciones de las buenas, no creo que sea un misterio para usted -estuvo a punto de decir que la fiesta parecía ''un nido de Halcones'', pero dejó los chistecitos para otro momento menos serio- tal vez el gnomo estuvo en la fiesta y no le vimos, sabía que era un posible refugio o conocía a alguien importante y... y...

Hizo una pausa y chasqueó la lengua.

 - El mago de antes, el investigador de la Orden Vigilante de Comelibros y Protectores que se ha acercado a hablar con nosotros... Nos ha preguntado si conocíamos al dueño. Claro, ese tipo también sospechaba que el gnomo se dirigía a la taberna. ¿Encaja eso en sus teorías, señor Trench?

—Así es. Como ya he dicho antes, señor Stevers, en estos momentos y con lo que sé, esa es la clave de todo esto. Sólo encontrando al autor del conjuro se podría avanzar notablemente la investigación.

La atención del investigador volvió a pasar de Rogen a Lia,.

—Podría ser, en el terreno de la imaginación puede ser cualquier cosa. No se lo digo a malas, pero hay tantos motivos para que su historia encaje como para que haga aguas. Por ejemplo, si el gnomo tenía interés en ustedes, ¿por qué no se presentó en la fiesta? Seguro que puede responder a esa pregunta con una respuesta plausible. Porque en ese punto podemos imaginarnos cualquier cosa que consideremos razonable.

 - Y conocer al autor que es lo que queremos, ¿o no lo sabe o no lo dirá sin oro a cambio? -añadió Lia volviendo a enfocar el tema de por qué estaban ellos allí- ni siquiera me interesa encontrarlo, con saber quién es para valorar si debemos preocuparnos o no.

Volvió a repasar la libreta ante la pregunta de Vincent.

 - Mi teoría es que el gnomo no tenía interés en nosotros, ni en la fiesta ni ahora -respondió sin dudar- Ni somos lo suficientemente conocidos ni tenemos los medios para ayudar a la gente. Sin embargo, gente que acudió a la fiesta sí es conocida y sí tiene medios para ayudar a la gente. Sin dar nombres, aunque igual ya se los imagina, había miembros de la Confederación, de los Halcones y de la Orden de Magos y Vigilantes; el gnomo podría formar parte de alguno de ellos. Y eso es gente que vi y conozco, porque igual había más peces gordos que no les puse cara. 

Encogió los hombros.

 - Si yo viese que en una taberna se reúnen ''gente de bien'' y estuviese desesperada, dicha taberna podría ser un buen lugar donde por lo menos intentar pedir ayuda. Y si yo fuese miembro de alguno de esos grupos, sabría que la taberna es un lugar amigo. No me iría al Dragón Ensartado -añadió recordando el antro de mala muerte.

Vincent se encogió de hombros ante las teorías de la elfa. El detective parecía estar sólo interesado en los hechos.

—¿Importa si sé o no quién el autor de la bola de fuego? Yo ya he dejado claras mis pretensiones y el señor Stevers las suyas. No tengo intención de cambiar de parecer, así que si ustedes tampoco lo tienen, esta conversación no irá a ninguna parte.

 - Sí que importa, sí. Que pase buen día. Rogen, ¿nos vamos?

Apoyó la mano sobre el brazo de Rogen. Salvo que él quisiera añadir algo más, por parte de la elfa no tenía nada más que decir.

 - Creo que te he retenido demasiado tiempo aquí para nada -añadió con una sonrisa de ''disculpa'' hacia el guerrero- Cuando esté operativa la taberna de nuevo, a la próxima ronda invito yo.

Lia guardó la libreta con descontento. No le extrañaba la actitud del detective, era su trabajo al fin y al cabo, pero tampoco le agradaba. Si en algún momento organizaban una ''cena de vecinos'', ya sabía a quién no iba a invitar.

Rogen asintió a Lia cuando esta le indicó que ya habían acabado allí y se despidió del detective.

-Supongo que nos iremos viendo por el barrio. Que pase usted un buen día Sr.Trench, y gracias por su ayuda.-

Cuando salió con la elfa no le dio importancia a la "perdida" de tiempo, y tampoco creía que hubiese habido una.

-No te disculpes. Ha estado bien venir aquí. Algo hemos sacado, y además hemos averiguado que a nuestro querido detective no le importa lo que le pase a sus vecinos. Eso ya es mucho. Esperemos que Uve y Chispas hayan tenido mejor suerte.-

Cuando pasaban otra vez por el lugar de la explosión se quedó mirando la escena y los alrededores. Buscando nuevamente algo que se les hubiese podido pasar por alto.

Con sentimientos enfrentados, algunas certezas y más dudas, Lia y Rogen volvieron en dirección a la taberna (que tenía pinta que iba a seguir operativa). Vieron que Elaziana y Veatrice iban por delante de ellos y que Ax, esperaba en la puerta con expresión de aburrimiento. Era una suerte que todos se reencontraran al mismo tiempo. Así no había que repetir lo averiguado varias veces.

Lia y Rogen continúan aquí.