Partida Rol por web

Kansas Health & Environmental Labs

48 horas más tarde.

Situado a unos 8 millas del corazón de Topeka, los laboratorios a los que han sido evacuados han sido habilitados para recibir y atender a los civiles. Dotado de las últimas tecnologías y un personal más que cualificado, el lugar ha sido reforzado con personal médico procedente de todo el país.

De la seguridad se encarga el ejército, quién ha alzando una red defensiva alrededor del lugar y se encarga de que ningún muerto llegue hasta los civiles. Por desgracia se respira una fuerte tensión entre el personal del laboratorio y el propio ejercito.

El lugar fue comprado y absorbido hace dos de años por la corporación One World y desde entonces, se han realizado fuertes inversiones en el lugar, para transformarlo en uno de los mejores laboratorios del país.

La tensión entre el personal de One World del laboratorio y los soldados, es debido a las acusaciones que corren sobre la implicación de One World y el virus. El ejército, bajo el mando directo del general Dunwoody asegura de que la corporación ha vertido algo en las aguas de Topeka que ha provocado que el virus se extienda. Ante tales acusaciones, el propio Bryan Clark fundador y CEO de la corporación ha salido en su defensa.

La opinión pública está divida sin saber muy bien qué creer, pues lo único que desean es que la pesadilla termine y no seguir viendo como sus seres amados, mueren y se alzan como una de esas terribles cosas devoradoras de carne humana.

El hecho de que el ejército prohíba la entrada de la prensa en muchos lugares y que se extienda por la red que el ejército abusa de su poder sobre los civiles, no les ayuda demasiado a forjarse una buena imagen.

One Wolrd por otro lado, pese a sufrir una perdida de varios puntos en sus acciones, continúa siendo una fuerza muy a tener en cuenta. Desde hace 20 años, One World es un rostro conocido en la televisión gracias a sus anuncios y por la fama de otorgar los mejores cuidados a sus pacientes. Por ello dispone de más de cincuenta clínicas abiertas por todo el país. Aunque los servicios que ofrecen van mucho más allá, dispone también de un ala tecnológica que trabaja en el diseño de prótesis de última generación, así como en el avance de nuevos avances médicos. Por último cabe destacar que dispone también de laboratorios situados prácticamente en todas las ciudades importantes del país, donde analizan y purifican el agua. Claro que el trabajo de esos laboratorios no termina ahí, pues están equipados también para el desarrollo de todo tipo de fármacos.

En mayor o menor medida, todos conocen One World. Larry, un hombre con una elevada posición social, tan solo acude a los mejores especialistas cuando su salud está en juego, por tanto, lleva acudiendo a las clínicas de la corporación desde que tiene uso de memoria.

Violeta sufrió un embarazo de riesgo con su primer hijo, así que su marido, creyó oportuno llevarla a los mejores profesionales para que estuviese siempre atendida y todo fuese bien. El trato fue estupendo y debe admitir que los cuidados inmejorables.

Sophie en cambio, no ha tenido contacto directo con ellos. Pero sí ha leído varios estudios que han compartido en la red sobre el tratamiento de pacientes con síntomas de estrés postraumático. Su métodos de lo más revolucionarios, debe de admitir que son intrigantes cuanto menos y con un alto porcentaje de que realmente sirvan a los pacientes.

Durante los dos días que han permanecido en el complejo, todos han sido tratados a las mil maravillas. Se les han realizado nuevas pruebas médicas y todos gozan de excelente salud. También se les ha otorgado ropa nueva y el mejor cambio sin lugar a dudas es la comida. La variedad es increíble y disponen siempre de comida, aunque la más elaborada se otorga tan solo a ciertas horas.

Disponen de libertad de moverse por casi todo el complejo, tan solo hay un par de áreas cerradas. Pero por lo demás, son libres de moverse por los pasillos y ver a través de los ventanales que hay, cómo el personal de One Wolrd trabaja.

Los delta force que los acompañaban, tienen algunos problemas con el oficial al mando. Parece que no le agrada demasiado que le echen en cara lo que el general pensaba hacer con ellos en el instituto. Sea como sea, acaban reuniéndose con otros miembros de los delta force que se encuentra en el lugar y no tardan en volver a la acción regresando a la ciudad.

En un primer momento, los soldados parecen dispuestos a convertir la vida de los 200 civiles que hay allí, en un algo mucho menos cómodo. Pero One World adelantándose a tal eventualidad, ha logrado que Tracey Braun, una de las reporteras más famosas de la televisión acuda al lugar para entrevistar a los civiles y ver de primera mano lo que está sucediendo. En cierto modo, es una forma de hacer ver al mundo las buenas intenciones de One World...o una forma de ocultar el mal que realmente esta haciendo.

Por lo que saben hasta ahora, en pocas horas serán trasladados hasta el aeropuerto, donde serán evacuados por fin de Topeka. Hasta entonces, Larry, Sophie y Violeta han sido citados por Tracey en un pequeño despacho. De alguna forma se ha enterado de las acciones que han llevado acabo, del horror que han sufrido y desea poder entrevistarlos. Claro que de ellos depende aceptar o no esa oportunidad.

Durante esos dos dias, todo volvió a una extraña normalidad. Pese a todo, Sophie ya no volvería a sentirse a salvo nunca más. Siempre alerta, no dejaba de buscar las mejores rutas para escapar de ese complejo.

La primera vez todo sucedió demasiado rápido. Su plan de emergencia apenas se había fraguado, cuando todo se tornó en un caos absoluto. Esta vez procuraría que fuera diferentes.

* * *

Durante los momentos en los que el capitán tenía unas horas de descanso, conversaron para dejar claros sus sentimientos. Lo que había sucedido en el instituto debía quedar claro para ella. Era una mujer muy exigente con los hombres y no iba a dejar de serlo ahora. Wright, que por fin acabó dándole su nombre, parecía cumplir de sombras con todas sus expectativas. El único inconveniente en esa futura relación era el altísimo riesgo que el corría. Aunque en un contexto como aquel nada era seguro...

* * *

Sophie trabajó con los civiles, pero espevoay con Zack. Se sentía en parte responsable de su estado actual. Quería que ese chico recuperara la sonrisa. Sabía que tardaría mucho en volver a ser el de antes, si es que algún día lo lograba...

* * *

La relación con las chicas no cambió en exceso. Las tres seguían siendo las mismas afortunadas que habían sobrevivido a masacre por segunda vez. Eran cada vez más fuertes, pues ver la muerte tan de cerca te endurecía, pars bien y para mal, el corazón...

* * *

La entrevista con Tracey Braun fue algo que le despertó sentimientos encontrados. Por un lado deseaba contar todas aquellos abusos por los que habían pasado días antes en el instituto. Por otro, le preocupaba el anonimato de su testimonio y los intereses que la corporación One World tenía para traer a aquella mujer y permitirle campar a sus anchas...

Han pasado dos dias, y noto la tensión que hay entre Oneworld y el Ejército. Por mi parte, pese a que hice un enemigo en el Ejército, también hice un amigo, o así quiero considerarlo yo. La gente vive equivocada, siempre simplifican las cosas entre blanco o negro, y se pierden los grises, lo más vital.

Ni todos són buenos, ni todos son malos. Pero se posicionan en uno u otro lado, para evitarse la molestía de pensar y acomodarse en su posición, esperando que el Caos ponga las cosas en su sitio.

Durante estos días he buscado a Wright y a su hermano, discretamente, a uno para felicitarle y a otro para ajustar cuentas pendientes, pero sin mucho éxito, ya que ha habido mucho movimiento y además, he pasado la mayor parte del tiempo rodeado de médicos y auxiliares, limitando mi libertad de movimiento y discreción.

Me sabe mal no haber podido conocer a la mujer que me sacó del hotel, la del ejército. Probablemente ya esté muerta tras el bombardeo y la crisis del instituto. O quizás no. Me aterra esa posibilidad.

Y hablando de mujeres, esa chica tan guapa, la reportera, está buscandonos para una entrevista. Creo que aceptaré. Si, de hecho ya me estoy dirigiendo hacia dónde ella me aguarda, ya que pensandolo bien... si cuento la historia, con inteligencia, tengo la capacidad de cambiar la opinión publica y meter en problemas al sargento, si ensucio la imagen del ejército. Claro que por otra parte, estaría jodiendo al capitán, y él me cae bien... no sé, supongo que improvisaré como siempre.

Pero lo más importante, de porqué acepto la entrevista, es porque se verá alrededor del país, quizás del mundo. Si tengo familiares vivos, me verán, moverán hilos y me contactarán. Deseo saber que sucedió a la familia, necesito saber a quién llorar y a quien proteger.

Voy a la entrevista.

Otra vez encerrada.
Sí, en mejores condiciones, con mejor trato y aparentemente más segura, pues si caía éste, el que aparentaba ser el último y más importante bastión del viejo mundo parecía que sólo quedarían pequeños reductos de supervivientes desperdigados y acosados.
Pero no dejaba de estar encerrada y apartada de mis hijos.
Intenté que alguien hiciera caso a mis preguntas y peticiones sobre el paradero y el posible rescate de mi familia. Si todavía seguían vivos. Yo me aferraba a tal esperanza. No podía hacer lo contrario.
Por ese motivo cuando se me ofreció la oportunidad de realizar una entrevista exponiendo mi caso no lo dudé y accedí. Podía ser la única posibilidad que me quedaba de comunicarme con mis hijos y mis padres.

El lugar prestado por One Word para la entrevista, es una elegante y funcional sala de reuniones que han puesto a entera disposición de Tracey. Dispone de un equipo audiovisual y aire acondiciona, lo cual sin duda se agradece debido al terrible calor que hace en el exterior.

La llegada de Larry, Sophie y Violeta se produce más o menos la mismo tiempo, quizás debido a que poco mas tienen que hacer allí más que esperar a que sea su turno para ser evacuados del condado. Por supuesto, cada uno de ellos alberga intenciones ocultas, así que en el fondo saben que aquella es una gran oportunidad para conseguir algunos de sus objetivos.

Con una sonrisa despampanante, Tracey les recibe en persona estrechando la mano de cada uno de los presentes. Alcanzando el metro ochenta, es considerada una mujer alta y con las medidas apropiadas para ser codiciada por cualquier firma de moda. Aunque Tracey es más que un rostro bonito, es una mujer con una arrolladora personalidad que disfruta de su trabajo y que siente siempre la necesidad, de desvelar la verdad.

En aquella ocasión y pese a que dentro del edificio hay aire acondicionado, porta unos pantalones vaqueros cortos, unas cómodas deportivas y un niki de tirantes de color azul. Su cabello cae por su hombro derecho, recogido en una colega no especialmente bien hecha.

Fuera de  los laboratorios, el calor es abrasador. Pese a estar en otoño, todo el estado está sufriendo una ola de calor como hacía años que no se veía. Algo que por supuesto, tan solo dificulta las labores de rescate y combate.

-Buenas tardes, antes de nada, deseo daros muchas gracias a los tres por concederme un pedacito de vuestro tiempo. Por favor, sentaos donde queráis.   -Frente a la silla que preside la mesa, hay una grabadora, un block y varios lapiceros y bolígrafos. Sobre la mesa hay una jarra con sangría y otra con agua. La primera es un tipo de bebida desconocida para los presentes, pero de la que se aficionó Tracey en sus viajes a España.   -Bueno, creo que lo mejor será que me presente, mi nombre es Tracey Braun y soy periodista, mi intención aquí es escuchar vuestros relatos para después y siempre con vuestro permiso, trasmitírselos al mundo entero. Creo que es importante que la gente ponga nombres y rostros a la terrible tragedia que estamos viviendo. Pero también comprendo que todo esto puede resulta muy difícil, así que si en algún momento os sentís incómodos o incómodas y no deseáis seguir hablando o si preferís que nada de lo que me contéis salga de aquí, tan solo tenéis que decirlo.

Una vez realizadas las presentaciones, Tracey toma asiento, aunque lo hace de una manera muy peculiar, pues se coloca en posición de meditación sobre la silla.

-Bueno, creo que ya conocéis a mi nuevo cámara. Billy, mi fiel compañero de aventuras ha tenido que ausentarse y Rob ha sido tan amable de sustituirlo.

Sí, junto a ellos se encuentra Rob, el bonachón técnico del Paradise que parece haber encontrado un nuevo entretenimiento. Saludando con la mano los recién llegados, en especial a Violeta, no dice nada. Pues con la cámara al hombro, se encuentra ya tomando algunos planos. No es que sea realmente necesario, pero parece contento con su nuevo trabajo y ansioso por desarrollarlo a la perfección.

-Me gustaría poder grabar lo que aquí hablemos y tomar notas si no os parece mal. Si después no queréis que vuestros nombres, voces o rostros aparezcan por televisión, me encargaré de que así sea. Pero si me gustaría que os abrieseis conmigo y me ayudaseis a comprender bien qué está pasando. Rob me ha hablado maravillas sobre vosotros, sabe que lo habéis pasado mal, pero cree que gracias a ello, podéis ofrecer una serie de relatos que sirvan de inspiración para otros.

-Si os parece bien, me gustaría que comenzaseis con una pequeña presentación y un breve resumen de lo que habéis vivido. Después, si os parece bien, os haré preguntas para centrarnos más en un tema u otro.

Bien, ya estamos todos reunidos, se agradece el aire acondicionado y la sala espaciosa. Desde lo del hotel, sólo me he visto hacinado entre multitudes de gente y espacios cerrados. Se agradece algo de pureza y bienestar, para variar. Admito que soy algo mujeriego y que forma parte de mí, pero lo de esta reportera.... mmm tiene un algo.

Evidentemente, su cuerpo acompaña, pero es que además demuestra inteligencia y eso es algo que siempre me pone. No es la rubia de bote hija de papá (con perdón por la mujer del embajador a quién tengo aprecio). Si quiero que la entrevista fluya a mi antojo y me den rienda suelta y me sigan el juego para mis intereses, tengo que hacer que su corazón empiece a latir en mi dirección.

En el juego de la seducción soy el rey.

Lo principal es que no parezca que quiero seducirla, hay que ser sútil o se pondrá a la defensiva, nada de atacarla de frente. Tiene que parecer que ella ha elegido fijarse en mí, nunca lo contrario, o la partida se volverá más díficil.

Le estrecho la mano con firmeza cuando hace las presentaciones, mi sonrisa, mis gestos incluso mis movimientos demuestran una personalidad fuerte y un carácter indomable. Eso es algo que en general, aunque no siempre, las mujeres suelen tener en cuenta de forma insconciente. Además, me muestro siempre cercano, sin llegar a ser un moscón, pero para que no pueda evitar fijarse en mi figura y mi rostro. Cuando me mira, la miro con perezosa complicidad, para picarle el gusanillo. Además, también debo mostrar inteligencia, ya que una persona inteligente suele valorarlo. Por suerte poseo en abundancia.*

Si logro posicionarla, todo irá bien.

Buenas tardes, antes de nada, deseo daros muchas gracias a los tres por concederme un pedacito de vuestro tiempo. Por favor, sentaos donde queráis.   -Frente a la silla que preside la mesa, hay una grabadora, un block y varios lapiceros y bolígrafos. Sobre la mesa hay una jarra con sangría y otra con agua. La primera es un tipo de bebida desconocida para los presentes, pero de la que se aficionó Tracey en sus viajes a España.   -Bueno, creo que lo mejor será que me presente, mi nombre es Tracey Braun y soy periodista, mi intención aquí es escuchar vuestros relatos para después y siempre con vuestro permiso, trasmitírselos al mundo entero. Creo que es importante que la gente ponga nombres y rostros a la terrible tragedia que estamos viviendo. Pero también comprendo que todo esto puede resulta muy difícil, así que si en algún momento os sentís incómodos o incómodas y no deseáis seguir hablando o si preferís que nada de lo que me contéis salga de aquí, tan solo tenéis que decirlo.

-Buenas tardes, Tracey, soy Larry Miller.

No añado nada más, dándole algo de misterio hacia mi persona.

-Bueno, creo que ya conocéis a mi nuevo cámara. Billy, mi fiel compañero de aventuras ha tenido que ausentarse y Rob ha sido tan amable de sustituirlo.

Menuda sorpresa me llevo al verlo aquí, me giro hacia él, y le dedico una sincera sonrisa, al verle vivo y medrando pese al apocalipsis, junto a un cabeceo a modo de saludo.

-Me gustaría poder grabar lo que aquí hablemos y tomar notas si no os parece mal. Si después no queréis que vuestros nombres, voces o rostros aparezcan por televisión, me encargaré de que así sea. Pero si me gustaría que os abrieseis conmigo y me ayudaseis a comprender bien qué está pasando. Rob me ha hablado maravillas sobre vosotros, sabe que lo habéis pasado mal, pero cree que gracias a ello, podéis ofrecer una serie de relatos que sirvan de inspiración para otros.

-No será necesario ocultar mi nombre, voz ni rostro, he venido a ayudarte a contar la verdad. -mostrar valentía, determinación y empatía también ayudará a seducirla. De todas formas, me convenía que fuera así, para que mi familia lo viera.

-Si os parece bien, me gustaría que comenzaseis con una pequeña presentación y un breve resumen de lo que habéis vivido. Después, si os parece bien, os haré preguntas para centrarnos más en un tema u otro.

-Bueno Tracey, ¿puedo tutearte, verdad? -le dedico una de mis sonrisas mientras rompemos el hielo, esperando ver reacciones de ella en torno a mi presencia. Ahora me dirijo a la cámara mientras miro alternativamente a ella y al aparato-Mi nombre es Larry Miller, soy CEO de la empresa "GodWings" de transportes de mercancia por todo el globo.  En mi tiempo libre me gusta las actividades de adrenalina, como cualquier hijo del vecino y estudiar. He estudiado psicologia y tecnologías, especialmente sistemas de seguridad, como hobby, aunque luego lo acabo aplicando en mi propia empresa.

Ya no tiene sentido comentar lo de que fui agente de la CIA, menos en la televisión. Si alguno aún cree en eso y lo menciona en televisión nadie le creerá, y si no lo hace, o bien entiende que lo digo es una "tapadera" porqué soy agente secreto, o bien vendrá a preguntarme y le diré eso mismo.

-En cuanto al resumen de lo sucedido, todo empezó en el Hotel Paradise, dónde se celebraba la boda de mi hermano Thomas. En aquellos momentos, yo estaba confraternizando con los invitados, cuando la mujer del embajador, que estaba invitado, se mostró indispuesta. La acompañé hacia el hotel para buscar al personal a ver si la podian atender, cuando un hombre, que parecía un adicto, nos atacó de improviso. Imaginese nuestra sorpresa, Tracey, no le habíamos ni tan siquiera provocado. Fue... terrible. Y a partir de ahí, todo fue a peor, empezaron a salir más trastornados y la cosa se complicó. Vino el ejercito y todo, y por lo que sé nos transportaron hasta un instituto para asegurarse de que estabamos bien, a la espera de ser evacuados, pero la plaga también llamó a sus puertas. Un horror Tracey, he visto cosas horribles..., pero estoy dispuesto a contarlas para que las personas que nos escuchan, puedan ser conscientes de la magnitud de los hechos y puedan prepararse a tiempo.

La entrevista había empezado ya con la intervención de Larry Miller. Lo conocía de haberle visto en la boda, pero sobretodo por los comentarios que había oído sobre él, por parte de gente a la que quería y en la que pondría la mano en el fuego. Por esa razón tenía una imagen de él bastante negativa. Si a eso le añadía que por salvarle, el capitán Wright se había jugado la vida, obviando que le había robado sus llaves...

Simplemente le dejó empezar a él. Pero más pronto que tarde se arrepintió. Desde fuera podían apreciarse sus verdaderas intenciones. Era sútil y sibilino, pero ella era psicologa y podía darse cuenta de sus movimientos. Lo único que buscaba era llamar la atención de la reportera. Difundir la verdad no era su verdadera intención, pues sólo le diría lo que ella quería oír y una vez captada su atención, se perdería en juegos de flirteo.

No. Si estaban allí, era para darle voz a todos aquellos que habían muerto por el egoísmo de unos pocos. Sophie quería contar el abuso de poder del general Dunwoody y como había puesto en peligro la vida de decenas de civiles y soldados.

- Lo que sucedió en aquel hotel fue una carnicería. Prácticamente no salió nadie con vida de allí. - interrumpió a Larry aprovechando que se tomaba unos instantes de descanso entre una miradita y la siguiente.

- Si no hubiera sido por la intervención de los Delta Force, liderados por el capitán Wright, hoy no estaríamos hablando contigo Tracy. - dijo aprovechando para agradecer todo lo que habían hecho esos hombres y mujeres.

- Y no sólo eso, también se quedaron para evacuarnos del instituto, convertido en una base militar improvisada, y asegurarse de que salieramos todos con vida. Cuando según las órdenes recibidas, no tenían porqué hacerlo. Incluso alguno de ellos dió su vida por nosotros. Sí - dijo confirmando lo que Tracey seguramente podía estar empezando a sospechar. - no todos los miembros del ejército dieron la talla. Incluso algunos - dijo dejando algo de suspense - atentaron contra nuestros derechos e incluso contra nuestra vida.

¿La señorita Tracey quería la verdad? Pues Sophie podía darle dos tazas...

Hay un momento en el que el corazón te palpita más fuerte, es entonces el momento de hablar.
Des de que entro en la sala y me acaricia el aire fresco no noto esa sensación.
Veo al bueno de Rob detrás de las cámaras. Este chico tiene más fondo de lo que aparenta. Estoy segura. No parece gran cosa a simple vista pero si consigue estar en los lugares top será por qué vale.
Le devuelvo una franca sonrisa.
"Estamos casi en paz grandullón. Hoy por ti, mañana por mi."

Entro la últina después de Sophie y me siento en una cómodo sillón. Quiero escuchar relajada y gozando del aire climatizado antes de contar mi historia.
El ímpetu de Larry y su palabras de político en campaña me aburren. Con satisfacción siento que no me atrapa su historia y me siento suspirar de placer cuando vuelvo de un largo momento de abstracción en el que sólo siento el frescor y la relajación de mi cuerpo.
Al poco, Larry deja paso a Sophie que con gran vehemencia hace una defensa de los soldados que nos sacaron del instituto. Hago una nota mental; tengo que añadir también esta parte en mi historia. Sinó fuese por esa unidad de soldados estaríamos muertas muy probablemente. Cumplieron su deber en circumstancias que sobrepasan lo excepcional.
Cuando Sophie está concluyendo su relato siento el corazón palpitar más fuerte. Ahora sí.

Me levanto y doy la mano a Tracey.
- Hola Tracey, soy Violeta (obvio no sé si inconscientemente mi apellido de casada), muchas gracias por ofrecernos esta oportunidad. Lo que contemos aquí en esencia no será distinto de lo que ha vivido o está viviendo la entera humanidad. El mundo está patas arriba. Esto supera cualquier catástrofe vivida nunca. Tienen que encontrar una cura a éste mal antes que sucumbamos todas - no puedo estarme de lanzar esta súplica urgente a los responsables - Habrá miles de historias como las nuestras. Todas distintas pero igual de horrorosas, sinó más. Te contaré la mía que también empezó en la boda donde nos encotrábamos celebrando el casamiento de mi amiga Alice Campbell.
Mi relato fue exhaustivo de todo lo vivido hasta la intervención de Sophie. No olvidé reconocer el gran valor de los soldados que arriesgaron o perdieron su vida por sacarnos del instituto. Aunque obvié del relato nuestro intento de fuga y dar detalle de como quise elminar la rubia infectada del hotel que me mordió, ni de los disparos que hice sobre los infectados pensando en mis hijos.
- Te quiero pedir, Tracey, que dejes que envíe un mensaje a mis hijos Mark y Julie. - en ese momento sentí como mis ojos se empañaban pero seguí firme - os quiero, hijos. Os buscaré. Quiero encontraros y abrazaros ya mismo. Os cubriré de besos y estaremos juntos. Confiad y manteneos juntos hasta que nos encontremos.
Hice una pausa pues quería maldecir a todos los que me impedían hacer lo que estaba prometiendo a mis hijos. Sabía que la situación era muy difícil y encontrar a alguien tal como estaba todo podía ser complicado pero también sentí que mucho más se podía hacer.
- Pido a quien pueda hacer algo que busquen a mis hijos o que me dejen hacerlo a mi.
Di su posible paradero y enseñé sus fotos a cámara.
Sentía que había hecho algo pero no suficiente. El capitán Wright me dijo que haría lo posible por ponerme en contacto con ellos y tampoco pudo hacer nada. Rezaba por tener más suerte ahora. Necesitaba saber algo de ellos ya.

La intensidad de sus palabras, el tono de voz y la forma en la que comparte su dolor con la mirada, logran cautivar la atención de Tracey, quién permanece rápidamente enganchada al relato de Larry, contemplándolo con su profunda mirada celeste.

-Has tenido que pasarlo realmente mal, lo lamento muchísimo...

En un vano intento de aplacar el dolor que Larry siente, Tracey extiende su mano para acariciarle la mano y sostenérsela de forma firme, pero al mismo tiempo de una forma reconfortante y suave.

Su mirada tan solo se aparta de la de Larry, después de que Sophie comience a hablar y aún así, tarda unos segundos en centrarse en la psicóloga.  Momento en el que retira la mano y toma de nuevo su bolígrafo para tomar notas.

-Me gusta tu franqueza, es como un soplo de aire fresco en todo esto. Bien, permite que revise mis notas un instante...aha...bien, por lo que veo el capitán Wright parece ser un soldado ejemplar. He hablado con más civiles y aquellos que le han conocido, coinciden en que es un buen soldado. Aunque lo que me preocupa es que no eres la primera que menciona que el ejército se ha tomado la libertad de aplastar los derechos de los civiles, mientras tratan de contener el brote de este virus. Quiero que Violeta me cuente su historia y después, me gustaría que me contases cual es la experiencia que has vivido con los militares para llegar a acusarles de algo así. ¿Te parece?

Entregando a Sophie unos cuantos minutos para que piense qué es lo que va a contar sobre el ejército, Tracey se centra en escuchar a Violeta. Quién a diferencia de sus compañeros, decide ser mucho más extensa en su relato y contando prácticamente todo lo que ha vivido. Durante  todo aquel tiempo, Tracey la observa, asiente con la cabeza y toma notas.

Como corresponsal de guerra ha visto cosas terribles, pero jamás nada como lo que Violeta le está contando. Lo que allí está sucediendo es simplemente aterrador. Hombres, mujeres, niños o ancianos...nadie está a salvo del virus. Pero lo que es peor, es que no quiere ni imaginarse cuantos han sido infectados por el virus por el mero hecho de no querer abandonar a sus seres queridos.

¿Podría una madre dejar atrás a su hijo, pese a saber que está infectado? La respuesta es sencilla, en la gran mayoría de los casos no lo hará, pues albergará la esperanza de que su hijo se salve. Así que para Tracey el peor enemigo al que los habitantes de Topeka se están enfrentando, es a la esperanza.

Amigos o familiares, el virus posee la capacidad de volverlos unos en contra de los otros. ¿Quién podría acabar con la vida de un ser querido o de un conocido, pese a saber que ya no queda nada de las personas que conocieron? ¿Sería Larry capaz de acabar con su hermano? ¿Tendría Violeta el coraje o las fuerzas necesarias para seguir adelante, sabiendo que sus hijos han sido infectados?

Aquello es simplemente terrible.

-Rob tomará una grabación con lo que le quieras decir a tus hijos, la colgaré en mi blog y haré que se difunda por internet. Si alguien ha visto a tus hijos, lo sabremos y con un poco de suerte, no tardará en tenerlos de nuevo entre tus brazos.

Rob, siempre obediente, toma un primer plano de Violeta mientras ella transmite su mensaje. También toma un  buen plano de las fotos de los pequeños de violeta, por si hay suerte y alguien los ha visto.

-Bien, me gustaría que ahora me contaseis vuestra experiencia con los soldados, pero también los actos de heroísmo que habéis llevado acabo. Por lo que me han contado y pese a que os podría haber costado la vida, parece ser que todos vosotros habéis logrado salvar vidas. ¿Qué podéis contarme sobre eso?

La periodista ha reaccionado bien a mis intentos, pese a todo aún tengo el toque. La verdad es que mi ánimo y mi autoestima aumenta, mientras coloco mi mano encima de la suya agradecido, hasta que somos interrumpidos por el resto de relatos, con lo que la acabo retirando con una tosecilla de "perdón" que invita a hacerle pensar que hay química. Quizás la haya a fin de cuentas.

Mientras van relatando, me doy cuenta de que mientras Sophie va directa a la sangre y da nombres de héroes, Violeta trata de contentar a la reportera para aprovechar y encontrar a sus hijos.

Pese a las diferencias que hayamos podido tener al final de todo por culpa de su amiga loca, no puedo evitar sentir empatía hacia ella. Entiendo perfectamente la desesperación por la familia... e imagino que si mi alma se destruye al imaginar a mi hermano hecho trizas... lo que debe pasar la mujer con sus propios hijos debe ser puro infierno.

-Rob tomará una grabación con lo que le quieras decir a tus hijos, la colgaré en mi blog y haré que se difunda por internet. Si alguien ha visto a tus hijos, lo sabremos y con un poco de suerte, no tardará en tenerlos de nuevo entre tus brazos.

Debo hacerlo, no puedo quedarme tranquilo.

-Además, me gustaría añadir -mientras miro a la cámara (esto deberia aumentar las posiblidades de Violeta, si colaboran no solo los desinteresados- que recompensaré generosamente a quien envíe información sobre sus hijos, al correo que les ofrezcan por pantalla. Estoy hablando de 1 millón de dolares por simple información. Si además les ayudan a llegar a salvo a una zona segura, quadruplicaré esa cantidad.

Creo que eso debería ayudar a esos niños y aliviar, en parte, el corazón de Violeta. Luego, me viene en mente mi propia familia, supongo que voy a lograr mi objetivo, si me están viendo. Aunque me quedo con la sensación de que debería poder hacer algo más para ayudar a la causa.

-Además, si montan una red social para gente perdida, abandonada, y de datos, para que podamos reunir las familias separadas por el desastre. Mi propia empresa les pagará con generosidad por la web y su mantenimiento.

Espero que eso pueda ayudar. La entrevista sigue tras la breve pausa...

-Bien, me gustaría que ahora me contaseis vuestra experiencia con los soldados, pero también los actos de heroísmo que habéis llevado acabo. Por lo que me han contado y pese a que os podría haber costado la vida, parece ser que todos vosotros habéis logrado salvar vidas. ¿Qué podéis contarme sobre eso?

Ahora es el momento, tengo a la reportera de mi lado y tengo el poder de hundirlos o elevarlos. Siento el odio hacia el hermano del capitán rezumar en mi consciencia, pero también siento que el capitán y yo nos debemos la vida mutuamente, y es su hermano... ¿deberia apartar mi deseo de venganza por la amistad? ¿o no...?

-Los soldados, en un principio actuaron con profesionalidad dadas las circunstancias. Deben comprender que siguen siendo seres humanos, como usted o como yo. Y la situación puede alterar a los más rectos cuando nos hundimos en un profundo estrés. -noto la garganta seca, y pruebo esa bebida europea que dejaron ahí antes de seguir (no está mal por cierto)- Sin embargo, alguién de arriba debió dar el instituto dónde estabamos por perdido, porque decidieron bombardearnos cuando aún estabamos dentro... eso fue terrible. Como en todas partes, hay manzanas podridas en el cesto, personas que no merecen el uniforme, pero en general eran buenas personas con familia a la que proteger y tratando de no aparentar estar asustados.

Eso es todo lo que puedo hacer por el capitán, instigar una investigación al ejército, en busca de manzanas podridas, moviendo la opinión pública con mi aportación. Habría nombrado a su hermano hasta hundirle, pero eso le habria afectado, no deja de ser su hermano. Quizás ahora que les investigan, logre que las manzanas podridas se comporten, es cuanto puedo hacer por él. Espero que lo aprecie y lo comprenda.

-En cuanto a heroicidades... no creo que hayamos hecho alguna heroicidad. Es cierto que hemos tenido que hacer cosas, pero el miedo fue nuestra mayor motivación. Los matices eran a "que" teniamos miedo. Por ejemplo, cuando a la mujer del embajador la atacó el que tenía aspecto de drogaadicto, tenía miedo de que la mataran. Parecía muy peligroso. Cuando traté de salvar a mi hermano, tratando de atraer la atención de los infectados, hacia mí, tuve miedo de que le pasara algo. Aún a dia de hoy siento ese miedo, ese terror, sobre quien sigue y quien no, entre nosotros, en todos mis conocidos... En el instituto, tuve que romper algunas reglas, si le digo la verdad, para tratar de entender nuestra situación. Entienda que el ejército no nos contaba muchas cosas. Quizás por que ni ellos mismos sabían, aunque imagino que fue para no alterarnos y provocar problemas con los más alterados. La última "heroicidad" -hago comillas con las manos- que recuerdo, fue cuando logré salvar al capitán Wright, de que le cayeran toneladas de explosivos en su cabeza, desbloqueando en tiempo record un acceso bloqueado, mientras alguién nos bombardeaba y sacrificaba a sus propios soldados. Aunque debo decir, que él también me salvó la vida. Si todos los soldados fueran como él, quizás esta crisis no sería una crisis.

Me detengo un momento para tomar algo más de esa bebida. Si que está buena si. Y la verdad es que necesitaba remojar el gaznate. Sin embargo, mientras mis compañeras interceden, me quedo expectante de la reportera, dando la señal de que no me preocupa su proximidad.

Parecía que Larry había encontrado su lugar y su momento, así que dejó que siguiera con su juguecito.

No tenía necesidad de estropearle ese momento que con tanto gusto estaba deleitando. Parecía necesitar tomar el protagonismo de la entrevista, hasta que hablo de la ridículamente alta recompensa que iba a dar por algo de información sobre el paradero de los hijos de Violeta.

- ¿De que va este tío? - le preguntó a su amiga en voz baja, intentando evitar que ls oyeran los presentes. - Ahora resulta que es un héroe y un filántropo.

Como la reunión parecía tomar unos cauces de lo más estrambóticos, cogió la silla y se levantó.

- Parece que ya tienes a tu hombre Tracey. No creo que me necesites aquí. - dijo mientras se marchaba por la puerta sin poder evitar mostrar cuanto le sacaba de quicio aquel tipo.

Salió al exterior de la sala haciendo un gesto a Violeta para que no se preocupara. Ella podía y seguramente debía permanecer allí. Al fin y al cabo su prioridad era encontrar a sus hijos y Tracey era su mejor baza.

Tomando un respiro, aguardó en el pasillo y se encaminó en busca del capitán Wright.

Cuando escucho a Larry su ofrecimiento a dar una recompensa por dar con mis hijos y me saltan las lágrimas de los ojos. Nadie, y me repito, nadie (excepto mis padres) ha sido nunca tan generoso conmigo. Podrá tener, quizá, algún motivo más que el querer ayudarme y ayudar a los demás con la red social que quiere patrocinar. ¡Pero eso me da completamente igual! El hecho es que está dispuesto a desembolsar una cantidad que podría hacer mover mucha gente en pos de mis hijos. Ese gesto me sobrepasa por lo inesperado y lo generoso. No puedo contener las lágrimas.

No entiendo la actitud de Sophie. ¿No debería estar contenta ella también por mi? Es bien cierto que si no tienes hijos no puedes llegar a imaginar el amor que puedes llegar a dar a una persona. Es tan distinto del amor de pareja o de cualquier otro tipo de relación humana. Pero sigo perpleja y algo triste, puede que incluso enfadada o decepcionada por la reacción de mi amiga.

Cuando me calmo un poco no puedo hacer más que dar las gracias a Larry.

- Mis sinceras gracias Larry. Tienes mi inmenso agradecimiento por tu gesto. Estoy segura qie será de gran ayuda. En cuanto a la red social podría ponerme a trabajar en ella. Con ayuda porqué tengo conocimientos pero no suficientes para hacerlo yo sola.

Y ahora dirigiéndome a Tracey respondo su petición.

- Gracias también a ti Tracey por darme esta oportunidad. En cuanto a la actuación de los soldados te he contado como lo viví. No tengo más para añadir. Y tu pregunta sobre las heroicidades, bueno, cuando te encuentras en una situación tan extrema el instinto manda sobre ti. No me parece heroico hacer lo que crees que es tu deber. Hay gente a la que le vence el miedo y también es lícito. Otra cosa es bombardear una zona donde pueden haber civiles sanos. Eso para mi es una actuación errónea.

Me guardo para mí mi auténtico sentir pues creo que eso es criminal y no erróneo. Pero nada voy a conseguir poniéndome a acusar de criminales al ejército y sus mandos. Menos en estos momentos donde tienen tanto poder. También omito los muertos que he causado o intentado causar. No me gustaría que eso llegase a oídos de mis hijos y entrar en eso me parece además morboso y de ninguna utilidad.

Me quedo esperando en la sala hasta que nos despidan. Así también me doy tiempo para digerir mi decepción con Sophie.

La repentina salida de Sophie toma por sorpresa a Tracey, quién se pone en pie y agradece igualmente el tiempo que la ha dedicado. La periodista presiente que hay algo que se la escapa y si puede, más tarde, tratará de hablar en privado con ella. Aunque por el momento, prefiere no interrumpirla y permitirla marchar sin importunarla.

La búsqueda del capitán la lleva  casi media hora, aunque se puede decir que ha tenido suerte. Desde que los helicópteros las trasladaron allí, el capitán junto a su equipo apenas han pisado los laboratorios. Uniendo fuerzas con otras unidades militares, realizan incursiones a la ciudad de Topeka en busca de supervivientes o para acabar con el mayor número de hostiles posibles.

Sophie ve llegar un pequeño convoy formado por cuatro vehículos blindados de los rangers. Todos ellos están recién lavados, pues ve las gotas de agua resbalar sobre el chasis de los vehículos. La primera vez que vio llegar el convoy la sorprendió, hasta que al fijarse un poco mejor, pudo ver que aún quedaban rastros de sangre en el parachoques de los vehículos.

Aquellas máquinas imparables, se adentran en donde nadie más se atreve y acabar cubiertos de sangre y vísceras. Por lo que antes de llegar a los laboratorios, pasan por el campamento militar y los limpian de forma rápida con una manguera. Lo hacen principalmente para no asustar a los civiles cuando llegar un nuevo convoy, en especial a los niños.

El agotamiento, tanto físico como mental ha arrastrado a los soldados mucho más allá de sus propios límites. El horror de ver rostros inocentes deformados por el virus, devorando a personas inocentes ha causado gran mella en los soldados. Muchos sufrirán pesadillas el resto de sus vidas, otros en cambio, han desertado bien para ir en busca de sus propias familias o simplemente porque les resulta imposible combatir contra un enemigo, que en muchas ocasiones, porta el rostro de sus propios compañeros.

La falta de sueño y descanso, también pasa factura a los soldados incluso el capitán porta ahora profundas ojeras y cansancio que prácticamente le hace arrastrarlos pies al caminar. Los soldados que le acompañan no muestran un aspecto mejor, no tanto por el cansancio físico, sino por todos los horrores que están viendo. El único que parece mostrarse indiferente a todo aquello, es el propio hermano del capitán. El lobo con piel de oveja, no siente remordimientos ni compasión por los hostiles y mucho menos, por los civiles que suponen un problema para el resto de supervivientes.

El número de supervivientes que traen consigo con cada nueva incursión mengua, cada vez son menos las vidas que logran salvar del terrible virus. En aquella ocasión, tan solo tres familias con un total de unas trece personas han podido ser rescatadas. El sargento Wright, aguarda fuera de los vehículos para "obligar" a los niños a chocarle la mano a modo de felicitación por haber sido tan valientes, incluso para sorpresa de Sophie, ve cómo el sargento finge dolor en la mano cuando el más pequeño de los niños, le choca la mano.

Los soldados disponen de unas pocas horas de descanso mientras reponen munición y gasolina en los vehículos. Algunos aprovechan para tirarse a dormir bajo una sombra, mientras que otros, corren para devorar lo que puedan, pues solo dios sabe cuando volverán  a tener una oportunidad de comer algo.

El capitán se detiene unos minutos para conversar con el líder de los rangers, seguramente para evaluar la situación o acordar a que hora deben de partir. Aquel reducido grupo de soldados son los únicos que permanecen en los laboratorios y no en el campamento. Las tensiones entre One World y el ejército han provocado que ambos deban de permanecer a distancia el uno del otro. Pero aquellos valientes soldados, son bien recibidos por el director de los laboratorios y les proporcionan toda la ayuda que pueden.

El capitán camina hacia los laboratorios, seguramente en busca de un lugar fresco donde poder descansar por unas horas. Lleva tanto tiempo despierto y manteniéndose en alerta, que en aquellos momentos ha bajado la guardia y ni tan siquiera ve que Sophie está por allí.

El estallido de Sophie toma por sorpresa a Tracey, quién presiente que se está perdiendo algo pero no tiene ni idea de qué. Así que tras ponerse en pie y agradecer a Sophie la oportunidad que le ha dado, la acompaña hasta la puerta y se despide de ella.

-Lamento la interrupción, todos estamos pasando por momentos muy tensos y resulta complicado hablar sobre ello, sin recordar a parientes y amigos.  -Retomando el hilo de la conversación y tras revisar sus notas, tracey vuelve a tomar la palabra.    -Es una oferta de lo más generosa, que espero ayude a encontrar los hijos de Violeta.

En aquel momento, Rob tose tratando de interrumpir la conversación, aunque cuando se da cuenta de que es el centro de atención de los presentes, no puede evitar ruborizarse y ponerse nervioso.

-Esto...eh...no creo que sea buena idea algo así. Si los niños están a salvo, ahora tendrán una diana en sus cabezas y cualquier podría tratar de raptarlos para hacerse con la recompensa. El ejército ha abierto diversos campamentos a los cuales lleva a los supervivientes que encuentran. Si dispusiésemos de una página web en la que todos puedan introducir sus datos, sería ideal para que familias puedan reencontrarse. Creo que podría programar algo sencillo y con algo de tiempo, incluso instalar un sistema que mediante una foto, se pueda buscar en una base de datos. En unas pocas horas podría tenerlo montado, lo único que habría que hacer, sería pagar el precio del servidor y publicitar la página web. Aunque existe un pequeño problema...gran parte de la ciudad ha quedado incomunicada, tan solo funcionan los canales militares, así que habría zonas en las que la página web sería inservible. Pero aún así, podría ser de gran  ayuda. Si estás dispuesto a cubrir los gastos, se podría enviar personal a los campamentos para que tomen los datos de los supervivientes y los suban a la web.

"Bueno, por no mencionar que dudo que el ejército permita que se ofrezcan recompensas así para rescatar a nadie. Eso provocaría que muchos descerebrados se colasen en zonas infectadas y que pudiesen extender aún más el virus. Claro que no voy a decirles eso. Así que mejor es centrarme en lo que puedo hacer y programar la página web sería un juego de niños."

-¡Oh! Incluso se podrían colgar vídeos con mensajes para las familias. Así como consejos para los supervivientes, con la ayuda del ejército y One World, podríamos ayudar a la gente a evitar contagiarse y saber qué hacer para conseguir alimentos y cosas así. No sé, una especie de página de ayuda y consejos. No es por ser alarmista, pero el virus se ha extendido a otras ciudades y muchos aún no saben qué está pasando realmente. Podría servir para ayudar a salvar vidas.

Tracey escucha las palabras de un cada vez más sonrojado Rob. El joven parece ser alguien inteligente, un poco raro, pero sin duda inteligente y con habilidades técnicas que sin duda ahora pueden servirles de ayuda.

-Una idea interesante, que se podría desarrollar si trabajamos todos juntos. Dispongo de una basta cantidad de seguidores a los cuales podría hacer llegar la página web. Ellos a su vez la extenderían a sus contactos, por no mencionar, que la podríamos publicar en las televisiones y periódicos. Podría ser una buena manera de ayudar a las familias y de hacer saber al mundo lo que está pasando. ¿Qué os parece a vosotros la idea? De hecho, creo que ambos podríais ser el rostro visible de la página web.

Ambos tienen una gran historia que contar, son jóvenes y atractivos, por lo que las masas sentirán empatía hacia ellos con gran rapidez. Si unen fuerzas con Tracey, lo que en un primer momento iba a ser solo una entrevista, puede convertirse en algo mucho más extenso.

-Aunque antes de continuar con esto, me gustaría resaltar que dispongo de ciertos contactos en el ejército. No puedo prometer nada, pero puedo pedirles que revisen la zona en la que sus hijos fueron vistos por última vez. No quiero dar falsas esperanzas, pues la situación en Topeka es bastante crítica, pero quizás puedan encontrarlos o ya lo hayan hecho.
 

Sophie había salido de aquella sala sin poderlo remediar. Sentía repulsión por aquel tipo llamado Larry Miller. No sabía muy bien el porqué pero le sacaba de quicio.

Ahora, una vez fuera, con mucha más calma pensó en Violeta. La pobre agradecía una ayuda que seguramente jamás recibiría de aquel tipo, que era más egoísta que nadie allí, comparable sólo con el sargento Wright.

- ¿Un millón de dólares? en serio... menudo fantasma. - dijo para sus adentros. - Y lo peor es que ella se lo cree.

Por mucho que una madre desespere por ver con vida a sus hijos no debe de nublar su jucio con falsas esperanzas de un mentiroso compulsivo como era Larry. Que claramente sólo decía todo eso para llevarse a Tracy a la cama. Eso sólo le haría más daño. Si sus hijos podían estar con vida en algún lugar no sería gracias un multimillonario mujeriego si no a gente como el capitán. Gente que de verdad se juega la vida cada vez que sale al exterior. A él si que tendrían que darle un millón por cada persona que salva de la muerte. Pero por eso mismo, el dinero en situaciones como está no vale de nada...

Algo enfadada con Violeta por dejarse engañar de esa forma, se marcha para encontrarse con Matthew. Pues ese era el nombre del capitán.

En estos dos días apenas se habían visto un par de veces, pero lo suficiente como para dejar clara la situación.

Ahora mismo se sentían bien estando juntos, pero nada más. La situación era demasiado grave como para hablar de relación o de futuro. Ni siquiera tenían claro si empezaban a sentir algo más...

Lo que Sophie tenía claro es que aquel hombre la necesitaba. Necesitaba a alguien a su lado, alguien que le revonectara con el mundo real fuera de la barbarie y la muerte.

Por eso cada vez que tenía ocasión, cuidaba de él. Por supuesto que el sabía cuidarse sólo, pero una voz reconfortante o alguien que te espere para darte un abrazo vale más que cualquier cosa.

Es algo que al soldado le hacía ver que más allá de salvar vidas, también debía pensar, aunque fuese por un instante en si mismo.

Al ver como entraba, con esa cara, con esis ojos de los que si te acercabas mucho casi podías ver reflejadas las escenas que habían captado momentos antes, simplemente le abrazó.

Le abrazó para detenerle un segundo, para hacerle sentir "en casa", para que tuviera un contacto físico que no despertara reacciones de combate en su tenso cuerpo.

- Ya estás aquí. - dijo dándole un fugaz pero cálido beso. - déjame que te acompañe. Tu descansa mientras te preparo la ducha y busco algo de comer en condiciones.

Lo llevó al lugar que ella tenía asignado y le dió de comer lo que le correspondía.

Ella sólo procuraba que el poco tiempo qu pudiera pasar en los laboratorios fuese los más tranquilo y relajado posible. Para que en unas horas tuviera las pilas recargadas o al menos lo máximo posible.

- Deberías descansar... - dijo cediendo su cama después de la merecida ducha. - duerme, yo controlaré la hora y te despertaré cuando me digas. Despreocupate de todo por unas horas. Deja que esta vez sean otros los que cuiden de tí...

Dicho esto se sentó a su lado y le acarició el cabello mientras esperaba a que se durmiera.

La presencia de Sophie es como un soplo de aire fresco y sin duda, un buen motivo para seguir combatiendo. Resulta difícil saber si de aquello saldrá algo o si simplemente, se aferran el uno al otro como un medio para sobrellevar toda aquella pesadilla. Ninguno de los dos tiene tiempo para pensar demasiado en ello, simplemente viven el momento.

Rodeándola con un brazo, recibe aquel cálido pero fugaz beso, a la vez que disfruta de sentirla cerca. No rechista y obediente, acompaña a Sophie hasta la pequeña habitación que la han cedido. No es gran cosa, pues están diseñadas para que el personal se tome unas horas de descanso cuando está  sumergido en algún gran proyecto y no desean irse hasta sus casas. Pero al menos es un cambio más que notable a su antigua condición en el instituto.

-Agradezco tu ayuda y tus cuidados, te diría que no son necesarios, pero conociéndote...seguro que me arrastrabas por la fuerza y sinceramente, no me vendrá mal descansar un poco.

La ducha es fugaz, la comida apenas es probada, pues se sumerge casi de inmediato en un reparador sueño. Durante casi cuatro horas, el capitán descansa como un recién nacido, hasta que finalmente abre los ojos. Durante aquel tiempo, Sophie se ha hecho una idea general de cual es la situación en Topeka gracias a la radio de Matt. Pese a que existen pequeños focos donde los civiles aún aguantan, la gran mayoría de la ciudad ha sucumbido al virus. Aunque se habla también de infectados en muchas otras ciudades cercanas, rumores sin confirmar pero que parecen ser ciertos.

El ejercito ha sufrido bajas incalculables y su número se ha reducido drásticamente a la vez que la horda de infectados no para de crecer. Se escuchan rumores de que incluso una horda gigantesca avanzaba hacia el oeste de Topeka, pero que se ha esfumado sin dejar rastro, como si hubiese desaparecido por completo. Nadie sabe lo que sucede, aunque achacan esa información errónea a que los exploradores estaban tan agotados, que seguramente se durmieron durante su guardia sufriendo una mala pesadilla.

Despertando con un suave gruñido, se frota la cara con las manos antes de mirar a su alrededor. Durante unos instantes parece desorientado, como si no tuviese ni idea de donde se encuentra, aunque el ver a Sophie le hace tranquilizarse y recordar más o menos lo que ha sucedido hasta quedarse dormido.

-En momentos como este, me pregunto cómo he logrado sobrevivir tanto tiempo sin ti.

Pese a que han sido pocas horas de descanso, el capitán ha sido entrenado para situaciones así, por lo que ha acostumbrado su cuerpo a ser llevado al límite y descansar el tiempo mínimo posible. Por suerte, su unidad ha recibido un descanso de varias horas más, por lo que aún dispone de tiempo para comer algo, echar otra cabezada y pasar algo de tiempo con Sophie.

Tomándola de la mano, tira de ella hasta hacerla caer sobre la cama, momento que aprovecha para besarla de forma apasionada y estrecharla entre sus brazos. No suele actuar así, pero que diablos, lo más seguro es que no vida mucho más si la cosa sigue así. Además su hermano siempre dice que es mejor seguir el instinto sin preocuparse por las consecuencias, no es que su hermano sea un genio precisamente, pero en aquel momento su consejo le parece perfectamente válido.

Tras aquel largo beso, simplemente permanece en silencio mirándola a los ojos y acariciando con dulzura los hermosos rasgos de su rostro.

-He hablado con el oficial que se encarga de la evacuación de los civiles, he logrado hacerte un hueco en el siguiente transporte. Sale a medianoche y os llevará lejos de Topeka, a un lugar seguro. La situación en la ciudad no es buena, así que es mejor que salgas de aquí. He conseguido que tus dos amigas puedan ir contigo, así que las tres saldréis de esta pesadilla en unas pocas horas.

El número de refugiados es bastante elevado y aunque transportes de One World y el ejército se encargan de sacar de allí a los civiles, la evacuación es demasiado lenta. Ancianos, niños y heridos son quienes gozan de mayor prioridad, aunque eso realmente poco le importa al virus. Si llega hasta allí, no hará distinción alguna.

El sonido o más bien el rugido que proviene de las tripas del capitán, aporta un momento de lo más cómico, provocando que Matt sonría.

-Creo que ahora sí que terminaré la comida que me has preparado. Sera un cambio de lo más agradable tras pasar  días comiendo las raciones del ejército. De mientras ¿Qué te parece si nos conocemos un poco? En mi unidad, en los momentos previos al combate o cuando estamos sumergido en él, tendemos a realizar una especie de juego. Uno hace una pregunta personal a otro miembro del equipo, quién responde con la verdad y después, realizar una nueva pregunta. Eso nos ayuda a superar la tensión del combate y a recordar lo que dejamos atrás esperándonos. Por lo que sé de ti, eres una mujer valiente, cabezota e inteligente, veamos si puedo saber algo más de ti. Si te tuviese que llevar a una primera cita a un lugar ¿Qué sería? ¿Montaña, lago o campo?

Oh. Vaya. Me sentía muy tonta en este momento. Rob había visto como la recompensa pondría una diana encima de las cabezas de mis hijos y cualquiera podía ponerlos en peligro para cobrar la recompensa. 

Pero también había gente buena. Rob era el ejemplo más claro. Y además inteligente.

- Me gustaría participar en la página web. Me encantaría poder echar una mano. 

Y opté por no añadir nada más. Aún me duraba la vergüenza de haber quedado tan obnubilada frente la generosidad de Larry. 

No he acabado de entender la reacción de Sophie, igual tiene algún hijo desaparecido y he metido la pata al no mencionar nada. Luego trataré de averiguar que sucedió. En cualquier caso, todo parece ir bien, aunque Rob menciona algo que llama mi atención.

Esto...eh...no creo que sea buena idea algo así. Si los niños están a salvo, ahora tendrán una diana en sus cabezas y cualquier podría tratar de raptarlos para hacerse con la recompensa. El ejército ha abierto diversos campamentos a los cuales lleva a los supervivientes que encuentran. Si dispusiésemos de una página web en la que todos puedan introducir sus datos, sería ideal para que familias puedan reencontrarse. Creo que podría programar algo sencillo y con algo de tiempo, incluso instalar un sistema que mediante una foto, se pueda buscar en una base de datos. En unas pocas horas podría tenerlo montado, lo único que habría que hacer, sería pagar el precio del servidor y publicitar la página web. Aunque existe un pequeño problema...gran parte de la ciudad ha quedado incomunicada, tan solo funcionan los canales militares, así que habría zonas en las que la página web sería inservible. Pero aún así, podría ser de gran  ayuda. Si estás dispuesto a cubrir los gastos, se podría enviar personal a los campamentos para que tomen los datos de los supervivientes y los suban a la web.

Es un razonamiento bien intencionado, y le doy vueltas a lo que ha dicho, aunque le veo algunos puntos débiles en su lógica que no dudo en comentar:

-Piensalo, si como dices están a salvo, entonces si, habrán avariciosos que querrán cogerlos para traernoslos. Pero a final los traerán. Si no están a salvo, quizás nadie les esté haciendo caso y estén solos. Por supuesto, no estamos exentos de riesgos, y comprendo la preocupación del secuestro, pero ambos caminos tienen sus virtudes y defectos. Creo que esta decisión, debe tomarla la madre -miro hacia Violeta- en cualquier caso aceptaré lo que ella me diga.

Por lo demás los tres han aceptado con buenos ojos la propuesta de la red social para estos casos de desaparecidos, y van aportando sus granitos de arena.

-Una idea interesante, que se podría desarrollar si trabajamos todos juntos. Dispongo de una basta cantidad de seguidores a los cuales podría hacer llegar la página web. Ellos a su vez la extenderían a sus contactos, por no mencionar, que la podríamos publicar en las televisiones y periódicos. Podría ser una buena manera de ayudar a las familias y de hacer saber al mundo lo que está pasando. ¿Qué os parece a vosotros la idea? De hecho, creo que ambos podríais ser el rostro visible de la página web.

Ambos tienen una gran historia que contar, son jóvenes y atractivos, por lo que las masas sentirán empatía hacia ellos con gran rapidez. Si unen fuerzas con Tracey, lo que en un primer momento iba a ser solo una entrevista, puede convertirse en algo mucho más extenso.

-Aunque antes de continuar con esto, me gustaría resaltar que dispongo de ciertos contactos en el ejército. No puedo prometer nada, pero puedo pedirles que revisen la zona en la que sus hijos fueron vistos por última vez. No quiero dar falsas esperanzas, pues la situación en Topeka es bastante crítica, pero quizás puedan encontrarlos o ya lo hayan hecho.

- Me gustaría participar en la página web. Me encantaría poder echar una mano. 

 

-Me alegra ver que la idea ha cogido aceptación, creo que es algo que necesitamos todos en tiempos como estos, y como dijo Rob, yo estoy dispuesto a cargar con los gastos. Tracey, tu estudiaste audiovisuales y todo lo referente a imagen y comunicaciones, si crees que valdremos para aportar la imagen, lo dejo en tus manos. Y Violeta, pide lo que necesites para la web o tus hijos, y lo tendrás. 

Hago otra pausa mientras bebo otra vez esa bebida europea, que buena está joder. Y luego les miro a los tres antes de concretar.

-Creo que podemos hacer grandes cosas con esto. Entre mis recursos, y vuestros conocimientos y contactos, podemos aportar algo importante a la causa. Si el ejército además quisiera colaborar, o no poner trabas, sería de gran ayuda. El Ejército también tiene familias, ¿verdad?

A partir de ahí dejo que Tracey vuelva a tomar la iniciativa y se organicen, apoyando en cuanto pidan. Ojalá mi familia pueda también usar estos medios.