Partida Rol por web

El lamento de los muertos

Una nueva vida

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05/09/2017, 12:56
One World

La ceremonia había sido perfecta y cargada de emoción. Alice, la novia, no pudo evitar soltar lágrimas de alegría cuando la sortija finalmente se deslizo en su dedo. Los novios resplandecían llenos de felicidad, aquel día no solo reafirmaban su amor, sino que además lo compartían con todos sus seres queridos. Amigos y familiares por igual habían viajado hasta allí para compartir con ellos aquel momento tan íntimo, lo cual sin duda les hacía sentirse aún más afortunados.

Tras la ceremonia, llegó el momento de las fotos, los abrazos y los besos. Durante más de una hora los novios saludaron a todos los invitados, posaron con ellos e intercambiaron palabras y felicitaciones. Tras lo cual, se retiraron para que los fotógrafos pudiesen inmortalizarles con decenas de nuevas fotos en los lugares más hermosos de los jardines.

Mientras tanto, los invitados pasaron al lugar donde se encontraban las carpas, donde se desarrollaría el gran banquete. Dotados de una gran gracia y elegancia, los camareros y camareras comenzaron a servir los entremeses para que los invitados fuesen picando algo hasta la llegada de los novios. Por supuesto las copas de vino y champán no faltaron.

El gran payaso Flufo, hizo su aparición en el escenario para el deleite de los más pequeños y los no tan pequeños. Gracias a sus acrobacias, juegos malabares, trucos de magia y "payasadas" todos rieron y se lo pasaron en grande convirtiendo la espera en algo realmente ameno. Los más pequeños, en especial una niña de unos seis años, de largos cabellos lisos y dorados, contemplaba con sus grandes ojos azules llenos de admiración a Flufo. Su boca se abría de par en par con cada nuevo truco, con cada nuevo juego malabar como si estuviese contemplando verdadera magia.

Un tanto apartado del escenario, se encontraba la barra dispuesta expresamente para preparar los cócteles más especiales. Algunos eran propios del hotel, otros habían sido diseñados por la joven pero hermosa Karen. Su rostro aniñado hacía aún destacar más su gran destreza a la hora de preparar los cócteles. Sus pequeñas manos se movían con rapidez, arrojando las botellas al aire, girándolas o recogiéndolas antes de que cayesen al suelo. El espectáculo estaba también garantizado en la barra, lo cual suponía buenas propinas. Por desgracia aún era demasiado temprano como para que su trabajo se desarrollase, pues los invitados, aún seremos, preferían brindar con vino y champán.

No tanta suerte tenía Katherine, quién ataviada con su uniforme, no paraba ni un solo instante de servir a los invitados. En ocasiones tenía que soportar algún comentario que pretendía ser gracioso o seductor, pero aquel era el pequeño precio que tenia que pagar con tal de tener un trabajo más o menos bueno. Al menos no había invitados con las manos largas, lo cual era realmente una apreciada novedad.

Larry tuvo también una tarea un tanto agotadora, pues era innegable que entre algunos miembros de la ambas familias saltaban chispas. Así que se vio obligado a mediar entre ellos y desviar las conversaciones hacia temas más neutrales. Por suerte, finalmente aparecieron los novios y todos parecieron, al menos por el momento, olvidarse de los conflictos que existían entre ambas familias pudiendo así dar comienzo el gran banquete.

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05/09/2017, 13:18
One World

-Lagarta... -susurró entre dientes la matriarca de la familia del novio. Claro que aquello había sido todo un avance respecto a las anteriores formas con las que se refería a la novia.

Su nieto, el doctor Miller, acaba de desposarse con una don nadie, una triste profesora de un centro público. Cierto era que hasta el momento, Alice, no había querido ni un solo céntimo de la fortuna familiar. Pero estaba seguro de que antes o después, la joven novia mostraría sus verdaderas intenciones y entonces, se dedicaría en cuerpo y alma a desangrar a su preciado nieto.

-Debiste hacer algo, Larry. Las mujeres siempre se te dieron bien, podrías haberla apartado de tu hermano, así ahora no estaría cometiendo este terrible error. ¡Amor! ¡Ja! Los finales felices son propios de una novela rosa que tanto ansían aquellos que carecen de visión. Antes de dos años esa...lagarta habrá dejado sin dinero a tu hermano y entonces no me cansaré de decir que os lo advertí.

Angela podía repetir aquella historia mil veces y aunque realmente tuviese razón, nada le haría cambiar a Thomas de decisión. Pues bastaba un simple vistazo por parte de Larry para comprender que su hermano no cambiaría aquellos momentos junto a su esposa por nada del mundo, incluso aunque supiese que su matrimonio estaba destinado al fracaso, no habría cambiado absolutamente nada. Después de todo así era el amor, algo totalmente ilógico pero lleno de pasión.

El banquete había sido exquisito, Jacob Wright se había encargado de que cada plato estuviese perfecto. Los invitados disfrutaron del banquete, pero en especial, de la bebida. Aquel era un día de celebración, ya tendrían después tiempo de lamentarse por haber bebido tanto.

Los novios, ya mucho más tranquilos, fueron mesa por mesa conversando con sus amigos y familiares. Riendo con ellos y contando toda clase de anécdotas. Cuando finalmente regresaron a la mesa, Alice se quedó conversando con su padre, mientras que Thomas, se acercó a Larry mostrando su encantadora sonrisa.

-Bueno hermanito, parece que soy el primero en sentar la cabeza. Pensé que vendrías acompañado por esa preciosa modelo con la que estabas saliendo. ¿Problemas en el paraíso o es que buscar parajes más cálidos?

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05/09/2017, 15:05
Brian Stewart

Brian chasqueó los dedos de forma sutil para llamar la atención de dos camareros. Se encontraba junto a Katherine y Karen, no muy lejos de donde se encontraba una de las mesas de los familiares del novio. Todos ellos vestían elegantes trajes y portaban caras joyas y relojes.

-Por favor, atender las mesas tres y cinco con total dedicación. Han sido especialmente educados al solicitar un servicio mucho más atento.

Ambos camareros asintieron con un sutil gesto con la cabeza y se deslizaron hasta las mesas donde se encontraban los invitados de la novia (Los cuales todo hay que decir, eran los más escandalosos)

El banquete prácticamente había finalizado, ya tan solo faltaba por llegar la gran tarta que los novios partirían y repartirían entre los invitados. Pero por decisión de ambos, se estaba retrasando el tiempo suficiente como para que pudiesen conversar con sus familiares y amigos. Claro que aquella espera se traducía en más trabajo para Khaterine y Karen. Después de todo era un día caluroso y las bebidas no paraban de ser reclamadas. Por ello mismo Karen había abandonado la barra para colaborar con el resto de camareros, más tarde ya regresaría a su zona de "recreo" habitual.

Mientras ambas preparaban una nueva remesa de botellas de vino, pudieron ver cómo uno de los hombres sentados de la mesa cercana en la que se encontraban frunció el ceño enojado. Estaba claro que las palabras de Brian habían sido escuchadas "casualmente" por el hombre, a quién no le agradó lo más mínimo que unos paletos sin dinero tuviesen un servicio especial, mientras que ellos tenían que esperar a que les llegasen las bebidas. Así que tras hacer un gesto a Brian y darle un buen, buen apretón de manos, cruzaron unas pocas palabras.

Karen llevaba poco tiempo trabajando allí, pero Katherine había visto a Brian usar aquella misma táctica en decenas de ocasiones. El muchacho tenía un don innato para detectar conflictos entre familias, en especial en bodas en las que había un nivel económico tan dispar. Provocar a los ricachones era un juego de niños, tan solo tenía que preocuparse de hacerles creer que otros invitados de la boda iban a recibir un trato especial y premio, los ricachones enseguida aflojan los bolsillos dispuestos a dar una más que generosa propina y así asegurarse el mejor servicio posible.

Chasqueando una vez más los dedos, esta vez llamando la atención de Karen y Katherina, las indicó que sirviesen con exclusividad aquella mesa. Ahora tan solo tenían que encargase de mostrar sus mejores sonrisas y estar pendientes en todo momento de que las copas no estuviesen nunca vacías. Unas cuantas sonrisas y un servicio de lo más dedicado las sirvió para ganarse a todos los invitados de la mesa.

-Hoy el bote de las propinas va a estar más lleno que nunca, portaros bien y seguro que aflojarán aún más las carteras.
-Les indicó Brian cuando regresaron a por más bebida. -Preparar lo que os han pedido y que os sustituyan Helena y Carlos, os merecéis un descanso. Podéis ir a la cocina a beber algo o a fumaros un cigarrillo, pero estar de vuelta en unos quince minutos, para entonces sacarán la tarta y os quiero a las dos aquí. Helena es demasiado nueva y Carlos no es nada discreto mirando el escote a las damas de honor, no los quiero cerca cuando los novios vayan a cortar la tarta.

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05/09/2017, 15:28
Renée Ortiz

Realizar un trabajo que se aborrece, en especial cuando se ha estado tan cerca de alcanzar la gloria, no es algo fácil de soportar. Por suerte Flufo siempre tiene a mano su vieja petaca para ayudarle a superar esos malos momentos que siempre le pasan por la cabeza antes de salir a realizar una actuación.

El apestoso y caluroso día provocó que su disfraz le picase horrores, por no mencionar que el maquillaje le hacía sudar el doble. Sí, definitivamente el mundo era mierda y donde antes lograba que el público se pusiese en pie con sus jugadas, ahora lo único que conseguía era la expectación de los niños y puede que algún que otro llanto de lo más pequeños.

Los trucos de magia, las figuras realizadas con los globos y en general todo su espectáculo fue realmente apreciado por los niños, pero para que negarlo, eso no lo conseguía llenar del todo. Siempre fue un jugador de equipo, un líder en el campo de juego y ahora estaba solo, convertido en una burla de sí mismo ¿Podría ir peor el mundo?

El inicio del banquete le otorgó un buen descanso, el día iba a ser largo y habían pagado para que atendiese a los niños también después de que terminase el banquete. Había diseñado varios juegos para ellos, de hecho siempre tenía los mismos preparados. Eran sencillos y siempre gustaban, así que en cierto modo, todo era muy mecánico y repetitivo. No había emoción, no había más que un trabajo sin pasión.

-¿Todo bien, Raymond? -Preguntó Reéne. La doncella de hierro podía ser muy sigilosa cuando se lo proponía y si con algo disfrutaba, era apareciendo de la nada para sorprender a sus trabajadores. -En quince minutos sacarán la tarta, después los niños volverán a estar a tu cuidado. El castillo hinchable y el laberinto se abrirán entonces. La gran mayoría de los niños seguramente irán allí a jugar, aunque parece que hay algunos que están deseando volver a verte. En especial esa pequeña del vestido azul, la niña rubita de pelo largo. Aunque no es la única, su madre quería hablar contigo, algo sobre un cumpleaños. He pensado que quizás te interese. Es la pelirroja que está justo al escenario, se llama Jennifer.

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05/09/2017, 16:58
Katherine Vólkova

-Yes, boss.

Es divertido ver trabajar a Brian. En ocasiones ha hecho eso mismo... pero al pasarle "dinero" en el apretón de manos se encontraba la tarjeta de crédito. Desde entonces lo empezó a hacer siempre al principio, antes de que estuviesen demasiado borrachos.

Con una mirada atenta y una sonrisa radiante miro a la mesa con la idea de captar la atención de alguno de los hombres y que este me siga con la mirada cuando me alejo hacia la cocina, Pienso tomarme ese descanso que nos ha ofrecido Brian, después será un infierno. Una vez en la cocina, me siento en la encimera del fondo, ya limpia y sin uso pues no saldrán más platos principales.

Y fuera los tacones. Levanto los pies a la altura del pecho de Karen y agito un poco los dedos.

-Dame un masaje, K. ¿Te han dicho lo guapa que vas hoy?- agito mis pestañas exageradamente, imitando una seducción deliberadamente mal. -¿Crees que habrá alguna pelea que pase de lo verbal? Tienen papeletas.

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05/09/2017, 18:36
Karen

En una de las mesas cercanas, uno de los adolescentes no dejaba de mirarme, de cuando en vez le miraba de reojo me intrigaba el que me mirar de esa manera; luego comprendí que es uno de los chicos que va a la plaza donde practico skate, ahora su cara se me hace familiar, lo cual es extraño que un chico de tan alta alcurnia termine visitando lugares como ese. Por un momento le miro fijamente mientras realizo una de mis maromas con una botella de whisky, un truco muy similar a lo que se haría en una tabla, dejándola deslizar de filón por mi brazo para darle un toque y ponerla de pie en la mesa y sonreír.

Un sonido me pone alerta, al girar mi cabeza observo que es Larry quien no solicita atender una de las mesas con un poco de exclusividad. –Claro que sí, con gusto- digo con una gran sonrisa y guiñando levemente mí ojo derecho a Brian.

-Muy buenas noches damas, señoritas y caballeros- detengo el carrito de bebidas frente a la mesa, tomo una de las botellas y la hago girar en una maniobra para terminar mostrando la etiqueta, -Tenemos un delicioso vino, suave… aunque pueden escoger a su elección lo que deseen tomar y con gusto les atenderé- termino con una gran sonrisa observando a cada uno de los presentes en aquella mesa.

Luego de una grandiosa atención por mi parte y la de Kat, nos avisan que podemos ir a tomar un descanso y vaya que lo necesitábamos. Ya en la cocina me quito el delantal y me abro un poco la camisa, el calor era impresionante y más con tanto vaivén.

Dame un masaje, K. ¿Te han dicho lo guapa que vas hoy?

De repente veo los pies de Kat frente a mí, cuando observo su pestañear no puedo evitar reír, -jajajaja… si tú, claro que te doy el masaje Kat, solo no me coquetees de esa manera que me lo termino creyendo- vuelvo a dibujar una sonrisa en mi rostro mientras tomo los pies de mi compañera y le doy un buen masaje.

¿Crees que habrá alguna pelea que pase de lo verbal? Tienen papeletas.

-Pues, apuesto a que sí… los roces ya están un poco pasados de tono y ni se diga en la forma en que están bebiendo; hasta parece que hicieran una competencia de quién se va a poner más ebrio- muevo el cuello sacando un crujido y levanto mis hombros un poco, intentando des estresarme un poco. –Pero tú a lo tuyo y yo a lo mío, con tal que no me saquen un ojo a mí, todo está bien… para eso está el gigante, Jamal de seguro los saca a todos de un solo empujón… jajaja-

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05/09/2017, 19:22
#Larry Miller

Ahí estoy yo, en el día más feliz para mi hermano, con el maletín abierto y la pantalla de mi laptop asomando, contestando algunos mails (para justificar que mi maletín trucado haya asistido a la fiesta, como "adicto al trabajo" que me creen), mientras escucho a la abuela renegar.

Debiste hacer algo, Larry. Las mujeres siempre se te dieron bien, podrías haberla apartado de tu hermano, así ahora no estaría cometiendo este terrible error. ¡Amor! ¡Ja! Los finales felices son propios de una novela rosa que tanto ansían aquellos que carecen de visión. Antes de dos años esa...lagarta habrá dejado sin dinero a tu hermano y entonces no me cansaré de decir que os lo advertí.

-Vamos abuela -digo en tono jocoso, lo que la saca más de los nervios, sólo me salva que en el fondo me quiere- ¿crees que Thomas me volvería a hablar si voy y le robo la novia? Además... -le susurro en confidencia en tono confidencial, para ganarmela y además relajarla un poco con una sonrisa-... tienes razón, no és mi tipo. Demasiado pánfila, ¿no crees? -le guiño un ojo a mi abuela, mientras sigo tecleando. Cuando sale lo del dinero miro de tranquilizarla, encogiendome de hombros como restándo importancia a sus preocupaciones- Abuela, a mi hermano nunca le faltará de nada, la familia está protegernos, ¿verdad? ¿Que habría dicho el abuelo?

Observo a mi hermano que viene al rescate, le dedico una sonrisa, mientras voy cerrando el laptop a toda prisa y con él el maletín.

-Al fin viene a saludarme, estaba a punto de placarle -le digo a mi abuela, sáltandome todo el protocolo de seriedad que requiere tan distinguida familia, mientras me levanto y coloco una mano en el hombro de la abuela para que sepa que bromeo-¿Quieres que te traiga algo abuela?

Camino, alejandome de mi abuela, hacia mi hermano, antes de que me replique "una colt cargada". Durante el paseo hacia nuestro encuentro, busco a cierta esposa de cierto embajador... sin embargo parece que de momento no la voy a encontrar, demasiada gente.

-Bueno hermanito, parece que soy el primero en sentar la cabeza. Pensé que vendrías acompañado por esa preciosa modelo con la que estabas saliendo. ¿Problemas en el paraíso o es que buscar parajes más cálidos?

-¿Hermanito? ¿Te recuerdo que soy el mayor? -sonrío mientras le doy un abrazo-Na... la dejé en una de mis cabinas de la ciudad, ya sabes, hoy es tu día, no sería agradable que empezara a eclipsarlo todo con un desfile de modelos, ¿eh?

Me río abiertamente, mientras le coloco una mano en el hombro para guiarlo hacia la mesa dónde está la abuela. Susurrándole, a la vez que le hago un gesto a una de las camareras (Karen) para que nos atienda la mesa, con una dulce sonrisa, le digo a mi hermano:

-La abuela está que trina, quizás deberiamos pagarle un gigoló de lujo, a ver si se le pasa.

Esperando hacerle reirse de mis tonterias, le preparo para el terreno, pobrecillo. Tener que aguantar a tanta tropa. Mi familia siempre se ha creido encima de los demás por el dinero. Bueno, se podría decir que yo también me siento por encima de los demás, pero por causas más justificables, como mi intelecto, mi sex appeal y... en fin, porqué soy un rebelde y me divierte.

-Eh abuela, le estaba contando a Thomas lo bien que te lo estás pasando. ¿Más vino?

-Tenemos un delicioso vino, suave… aunque pueden escoger a su elección lo que deseen tomar y con gusto les atenderé

-Muchisimas gracias.

Observo las curvas de la camarera, sin poderlo evitar, intento ser disimulado y probablemente nadie se haya percatado... bueno, mi abuela se entera de todo la muy bruja. ¡La amo tanto!

Me quedo un rato con ellos y bebiendo algo del vino, pero con moderación, ya que tengo un objetivo en mente, al rato me levanto excusándome...

-Tengo que ir al servicio, disculpadme.

Mientras me mezclo con el servicio del hotel y los invitados, me llevo el maletín conmigo... nadie duda de que me lleve un maletín al baño... hay gente que lee mientras hace sus necesidades, ¿verdad? De todas formas... a ver si encuentro ahora que tengo un rato a Lucy Wright...

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06/09/2017, 11:23
Raymond "Flufo" Brown

Jodido calor, jodido traje, jodido maquillaje...¡jodidos niños!

Esta frase, como si de un mantra se tratara, circulaba por mi mente mientras actuaba en aquel escenario para los hijos de los jodidos invitados de la boda.

A ver si empieza el banquete de una vez y  tengo un descanso.

Toma guapa, un perrito de parte de Flufo.

¡Jodido Flufo!

El comienzo del banquete me dio el descanso que necesitaba. Un sorbo de la petaca, un poco de sombra y otro sorbo más eran como medicina reconfortante. Ya no parecía todo tan jodido.

Absorto como estaba en mis propios recuerdos de un pasado glorioso que se hace cenizas no vi llegar a la Doncella de Hierro.

¡Joder, señorita Ortiz! Debería ponerse un cascabel o algo.

A cualquier otro empleado, esta frase le hubiera costado el despido inmediato, pero Reéne y yo habiamos congeniado los suficiente como para poder pertimirme esas bromas.

¿Quince minutos solo para la tarta? Pues nada, adios a Ray y hola a Flufo de nuevo. Además, Reéne había sugerido que una madre quería verme, y Reéne no hace sugerencias, son ordenes. ¡Qué dura y era la jodida! Pero se le perdonaba todo, al menos yo. Durante mi época comop deportista tuve a mi alcance muchas mujeres, pero ninguna llegaba a la altura del zapato a Reéne Ortiz. No sé explicarlo, pero me atrae irremediablemente.

Así que nada más decir eso, me levanté y fui caminando hasta el escenario para hablar con la madre de Jennifer.

Hola. Soy Flufo. Me han dicho que quería hablarme.

 

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06/09/2017, 13:10
Katherine Vólkova

Me agarro fuerte a la encimera e inclino la cabeza hacia atrás hasta que toco la pared con la ella. Gimo suavemente. Es un 60% teatro 40% por el masaje. Quizá 50/50.

-Dios mío K, qué manos tienes. Tus amantes sin duda son gente afortunada.

Gimo un poco más pero paro al ver a un picnhe de cocina observándonos. Si sigo así el pobre chaval se va a cortar un dedo en lugar de las naranjas y limones. Le guiño y río entre dientes, "recuperando" mis pies. -Mejor para, para... que como me relaje demasiado volver va a ser un infierno.

De vuelta a mis tacones, nos sirvo agua a las dos.

-Tienes que mantenerte hidratada. Sobre todo para cuando empiecen a invitarte a chupitos en la barra... espero que hayas comido bien.

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07/09/2017, 22:44
Karen

-Joder Kat, déjate de bromas que van a pensar que estamos haciendo tijeritas aquí encima de la comida y tal- luego de ello suelto una carcajada negando con la cabeza.

Dios mío K, qué manos tienes. Tus amantes sin duda son gente afortunada.

Observo cuidadosamente a Kat, luego bajo la mirada y respondo a su comentario ya un poco más seria. –La verdad es que te equivocas, creo que la única que disfruta y va a disfrutar de estos masajes eres tu Katherine…- rio un poco esta vez, -Y no es que te quiera echar los perros, solo digo que por ahora ando… sin preocupaciones- esbozo una pequeña sonrisa en mi rostro y suelto sus pies.

Espero que hayas comido bien.

-Eh sí, he comido lo suficiente como para no desmayarme y descuida que me tomo el vaso de agua y volvemos al ruedo.-

Organizo un poco mi ropa y me pongo de vuelta el delantal, no quería que la señora cara de lapida nos encontrara tan relajadas, camino con apuro hacia mi lugar de atención a los invitados y me quedo muy atenta para cualquier servicio que soliciten.

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07/09/2017, 23:13
Brian Stewart

El poder tomarse unos cuantos minutos de descanso y así refrescarse, las vino genial. Desde la llegada de los invitados a las mesas, apenas habían tenido un respiro. Lo cual unido a trabajar bajo un sol de lo más caluroso, las había hecho mermar bastante sus fuerzas. Ahora ya tan solo les quedaba un último esfuerzo y aguantar lo suficiente hasta que llegasen sus relevos.

El pequeño juego que se traían ambas entre manos, provocó que algunos de los ayudantes de cocina las lanzasen discretas miradas. No hacía falta ser ningún genio para saber con qué estaban fantaseando precisamente. Uno incluso dejó de realizar sus tareas observando embobado a las chicas, claro que al ser descubierto volvió a ponerse a lo suyo. Por desgracia los nervios le pasaron una mala pasa y acabó tirando un par de platos al suelo. Rojo como un tomate, recogió los pedazos mientras que el jefe de cocina le cantaba las cuarenta.

Su tiempo de descanso casi había finalizado cuando Brian entró en la cocina con una expresión de lo más seria. Venía hablando con unos cocineros, el cual tras lanzar un vistazo hacia el exterior, corrió para ponerse trabajar. Brian por su parte, lanzó una mirada por la cocina y sus ojos mostraron alivio al verlas.


-Menos mal que aún estáis aquí, Renée me viene pisando los talones. Necesito que una de vosotras la distraiga todo lo que pueda, que la otra me acompañe a los baños. No sé que leches le pasa a Jon, pero no está nada bien. Si la jefa le vuelve a pillar fuera de la cocina, lo pone de patitas en la calle.

Jon era un ayudante de cocina que pese a no ser nada brillante, poseía una personalidad arrolladora con la que se daba a querer. Era el típico muchacho de constitución débil y de carácter un tanto infantil al que se le acaba queriendo como a un hermano pequeño. Le apasionaban los videojuegos, así como el manga y el anime. Le encantaba coleccionar muñequitos cabezones de sus series favoritas (Las cuales eran casi todas)

Jon era sin lugar a dudas, la persona más optimista que jamás habían conocido. Nunca se enfada, ni pronunciaba palabras malsonantes. "Recórcholis" era lo más fuerte que jamás salía de sus labios. Era bueno manteniendo secretos y en general, eran al que todos acudían para animarse, pues era el típico payasete simpático con el que uno no para de reírse. Por desgracia era terriblemente despistado y para que negarlo, un tanto vago. Al quedarse siempre hasta tarde viendo la tele o jugando a videojuegos, solía quedarse dormido por las mañanas o incluso, se olvidaba de sus turnos. En más de una ocasión habían tenido que ir y sacarlo de la cama para que llegase a tiempo al trabajo. El problema era que no lo hacía apropósito, simplemente él era así. Su padre le abandonó cuando era muy pequeño y su madre murió haría tres o cuatro años. Había sido alguien tan sobreprotegido que ahora era incapaz de cuidarse por sí mismo. Si perdía el trabajo, solo sería cuestión de tiempo que se quedase en la calle, pues todos sabían que no volvería a encontrar otro trabajo.

-Renée no puede entrar en la cocina, si ve que falta Jon, estará jodido. Solo tenemos que recomponerlo el tiempo suficiente a que anuncien la tarta, después Renée volverá al banquete. Venga chicas, echarme una mano y en la próxima boda os pondré en la sección de los helados. Cero esfuerzo y desde luego, nada de calor ¿Qué me decís?

A través de una de las ventanas podían ver a la implacable Renée avanzar con paso firme hacia las cocinas. Aquella maldita arpía era como un tiburón, podía oler la sangra a kilómetros de distancia. Si no ayudaban a Jon, seguramente acabaría en la calle. Pero por otro lado, si Renée las pillaba, podían pasar a formar parte de su famosa lista negra.

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07/09/2017, 23:17
Angela

Larry era como un soplo de aire fresco para Angela. Su nieto favorito podía resultar de lo más encantador, pero también portaba ese dulce toque sarcástico que tanto la divertía. El intercambio de palabras afiladas había sido un juego que habían practicado desde que Larry era bien pequeño. El ingenio y la astucia era un don innato en el joven, pero para alcanzar su máximo potencial, todo don debía de practicarse. Algo para lo que sin duda, Angela estaba preparada.

Palabras...

Las palabras, entusiasmaban a Angela. El poder de las mismas no tenía límites, bien usadas no había puerta que no pudiese ser abierta, ni objetivo que no pudiese ser alcanzado. Aquella era una lección que Larry había aprendido bien, no así había sido el caso de Thomas.

-La familia cuida y protege a los suyos, pero también está ahí para arrearte una buena tunda cuando estás cometiendo una completa estupidez. -Poniendo los ojos en blanco a la vez que hacía un gesto de desdén con la mano, quitó importancia al asunto. -Lo único que logra mejorar mi humor es pensar en lo divertido que serán las cenas de navidad desde ahora, al menos tendré alguien con quién divertirme...

Angela declinó la invitación de Larry respecto a las bebidas, al igual que él, no solía beber nada de alcohol. La gustaba tener la mente despejada y la lengua siempre afinada para atacar cual serpiente.

Por respeto a Thomas, no dijo nada más cuando se unió a ellos. Ya le había dejado claro su postura y aunque Thomas se tomaba todo aquello con humor, no deseaba tampoco transformar aquel día en un oscuro recuerdo en la vida de su nieto. Después de todo, estaba seguro de que sería su esposa quién con el tiempo se encargaría de ello.

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08/09/2017, 00:20
Thomas Miller

Thomas se tomaba todo aquello con humor. Sabía que no muchos aprobaban su compromiso con Alice, pero desde que estaba con ella, jamás se había sentido tan feliz. Sabía que las probabilidades de vivir para siempre con ella, siendo tan feliz como era en aquellos precisos momentos, eran más bien escasas. Pero si algo había aprendido de su hermano mayor, era que la vida debía de vivirse y para ello, no había nada mejor que arriesgarse.

-Oh ¿Así que el único motivo por el que no has venido acompañado es para no eclipsar mi boda? -Soltó divertido el novio. -La gacela, ajena a lo que sucede a su alrededor, se alimenta en medio del prado, mientras que el terrible depredador la observa desde la distancia, aguardando el momento oportuno para saltar sobre ella. -Soltó adoptando un tono de voz apropiado para un documental sobre animales. -No quiero saber quién es, pero recuerda, si va de blanco no se toca.

Thomas no poseía la inteligencia de su hermano, pero le conocía lo suficiente como para saber cuando se encontraba al acecho de una presa. Un evento social como aquel era el lugar perfecto de presumir y nada mejor para ello que hacerlo con una preciosa modelo del brazo. Si Larry había acudido solo era para que nadie le molestase, así que Thomas estaba seguro de que su hermano tenía a alguna hermosa joven en el punto de mira.

Dejando a un lado todo aquel asunto de faldas, Thomas tomó un trago de copa. El líquido carmesí se le atragantó cuando de golpe sufrió un ataque de risa ante el comentario de Larry con respecto a la abuela.

-¿Un gigolo? Conociendo a la nana, no creo que nadie se atreva a acercarse a ella, no si quiere seguir con vida, claro.

Tras aquella pequeña conversación cómplice entre ambos hermanos, Thomas se acercó hasta Angela y la besó en la mejilla. Tras lo cual se sentó junto a ella, dando tregua así a Larry para que pudiese irse con tranquilidad.

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08/09/2017, 01:40
One World

Lucy Wright era casi quince años más joven que su esposo, el embajador. Le conoció poco después de salir de la universidad e ingenua como era, sucumbió ante la labia del embajador. Muchos creen que fue su dinero lo que la atrajo, pero en realidad fue la forma tan apasionaba que el embajador tenía de contar cada viaje, cada anécdota o cada aventura que había vivido. De alguna forma, el mero hecho de estar junto a él, hacía que Lucy se sintiese realmente viva y con ansias de descubrir todo lo que el mundo tenía para ofrecerla.

Los primeros años todo fue de color de rosas, pero entonces su esposo comenzó a implicarse más y más en los asuntos de política y acabó convertido en todo un aburrimiento andante. Le había pillado en al menos dos ocasiones con otras mujeres, pero no había podido separarse de él. El embajador, todo sonrisas y apretones de manos ante las cámaras, era en realidad un maldito monstruo que amenazaba con dejarla sin nada si se atreví a abandonarlo.

De cara al público fingían ser un matrimonio forjado bajo los lazos del amor. En privado, rara vez se hablaban o compartían espacio en la misma habitación. La imagen de ser una familia feliz era realmente importante para el embajador y su posición, así que no iba a permitir que nadie se la ensuciase.

Larry no tardó demasiado en encontrarlos, como era habitual, el embajador era el centro de atención. Se encontraba sentado junto a otros hombres, disfrutando de una buena copa, mientras narraba alguna de sus historias. Su esposa, Lucy, se encontraba charlando con las esposas de aquellos hombres, aunque se la veía sin demasiado ánimo. Finalmente, aprovechó el momento para acercarse a la barra para pedir un cóctel especial, momento en el que rebuscó en su diminuto bolso para sacar una petillera. Fumar era un vicio muy feo, algo que casi había dejado. Aunque en días así, donde tenía que aparentar durante tantas horas el ser una mujer feliz, la ponía tan de los nervios, que necesitaba su pequeña dosis de nicotina para lograr calmarse.

Más allá de todo aquello, Larry pudo posar la mirada sobre el fino collar de oro blanco y diamantes que descansaba alrededor del cuello de Lucy. Visto desde aquella distancia, aquella obra de arte resplandecía casi con vida propia, sin duda sería una excelente pieza para su colección privada.

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08/09/2017, 02:09
One World

Renée mantuvo su expresión fría y distante sin inmutarse lo más mínimo por el chiste de Flufo. Sus ojos simplemente lo contemplaron de una forma que el payaso no logró adivinar. Estaba seguro de que si aquella mujer saltaba a la piscina, el agua se congelaría al instante. ¡Era la dama de hielo!

No dijo nada más y se limitó a regresar por donde había venido. No se despidió, en raras ocasiones lo hacía, simplemente se limitaba a decir lo que debía y después regresaba a sus tareas. Una vez solo, Flufo fue en busca de la mujer que le había solicitado.

Pese a que jamás había hablado con ella, la conocía. Vivía no muy lejos de su propia casa. Era una mujer que se había divorciado haría unos tres años, dejando de paso a su ex marido en la bancarrota. Desde entonces, se había hecho alguna que otra operación para mejorar su aspecto. No era una mujer deslumbrante, pero poseía una figura que resultaba llamativa para los hombres. Tal vez tenía cinco o seis kilos de más, pero eso tan solo la otorgaba unas curvas más generosas.

Sus largos cabellos teñidos de color caoba, caían ondulados por su espalda, haciendo resaltar el color verde de sus ojos. La mujer jugueteaba con un dedo con la cadena de oro que portaba en el cuello. Al hacerlo, la cadena tintineaba y provocaba que el brillante que había en el colgante, resplandeciese.

-¡Buenos días! ¿Flufo, verdad? -La mujer se acercó y pese al maquillaje que Flufo portaba, le dio dos besos. Ella olía a rosas. -Si no me equivoco, vivimos en la misma calle. Somos vecinos pero no me suena que hayamos hablado nunca, así que pensé que teníamos que cambiar eso. -Sonrió de forma coqueta, mientras continuaba jugando con su colgante. -Veras, mi hija tiene pasado mañana cita con el dentista y ni que decir que eso la aterra. La última vez se pasó toda la noche en vela sin dormir. Había pensado que mañana, a última hora de la tarde, podrías pasarte por mi casa y montar una función privada para mi hija. Los trucos de magia la han encantado y creo que si actúas para ella, descansará sin sufrir pesadillas. ¿Qué te parece? Después si quieres podemos cenar juntos, acabo de terminar un curso de cocina y hago unos postres para chuparte los dedos...

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08/09/2017, 03:02
Karen

Pues que más da, me cae bien Jon y sería una mala compañera si dejara que esa mujer le pusiera sus garras encima, ya estaba un poco harta de su comportamiento, -Vale Brian, te acompaño… déjame me sujeto el cabello un poco que estoy un tris descachalandrada- sonrío luego de esa frase y me pongo en camino con Brian.

Me giro a medio camino y miro a Kat -¿Te vienes con nosotros Kat?- pongo un dedo sobre mi mentón y pienso unos segundos, -Aunque es mejor que entretengas a la pantera antes de que ubique su presa- le guiño un ojo y continuo mi camino.

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08/09/2017, 10:48
Raymond "Flufo" Brown
Sólo para el director

¿Una fiesta privada para una niña?

Me pareció que la oferta tenía algo encerrado, pero la mezcla del alcohol que había consumido junto con el penetrante olor a rosas que desprendía la mujer y unido a que era lo más cerca que había estado de una en bastante tiempo, me impidieron negarme.

Allí estaré, señora...

Me quedé en suspenso esperando que ella completara con su apellido. A pesar de que Réene se había referido a ella como Jennifer me parecía incorrecto, dada mi humillante posición, llamarla por el nombre de pila.

Yo soy Raymond, Raymond Brown.

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08/09/2017, 12:11
#Larry Miller
Sólo para el director

La verdad és que la imagen que me describió la abuela de la cena de Navidad me perturba, tengo que acordarme de esconder la cubertería. Sin embargo, me hace realmente feliz ver a mi hermano ser feliz.

A decir verdad, siempre pensé que acabaría en un matrimonio concertado y sería triste durante el resto de su vida. Si no fuera por el accidente que le hizo conocer a Alice, probablemente habría acertado mi visión... eso le dió un poco de agallas y se acercó más a mí. Es algo que nunca podré agradecer a Alice del todo, aunqué nunca se lo he dicho. Quizás hoy cuando me toque hacer el discurso.

Aunque recordando anécdotas no voy a avanzar, ahora mi mirada se centra más en el collar y la dama que lo porta. La verdad es que Lucy és una "veterana", y pese a su edad ya mayor, tampoco és una anciana y és agradable a la vista. Eso ayuda un poco.

Aunque esos labios acabarán besándome antes de que acabe el día, y dado que ya me he decidido a ello, no quiero notar el sabor de su nicotina. Me acerco hacía ella y le quito el cigarrillo de la boca antes de que lo encienda con una sonrisa, mientras alzo los dedos, indicando "dos de esas" bebidas que le señalo, a la camarera.

-Espero que no estés muy cansada, pués llevas todo el dia en mi cabeza dándote vueltas.

Éste es un trabajo con horario restringido, tengo que marcarme mis tiempos y por lo tanto la seducción debe ser más veloz, más osada. Le sonrío, medio en broma... medio en serio, para que le de vueltas a eso. Por supuesto, tengo que fingir que no sé que está con el embajador o sería demasiado descarado para un observador casual.

-Me llamo Larry, y no suelo aprovechar esta clase de eventos para ligar, menos en la boda de mi hermano... pero oye, me has hechizado, y uno no puede tener miedo cada vez que el destino te manda una señal, ¿verdad? Dime que estás soltera, dímelo.

Las mujeres aburridas de clase alta, suelen picar en el anzuelo del "destino", aburridas o hartas de su vida, fantasean y sueñan con los hombres pícaros que sean soñadores, en vez de aburridos hombres con la misma anécdota diaria para gastar durante el resto de la vida.

Mi sonrisa és contagiosa, sé que va a decirme recatada que no está soltera, porqué hay testigos, pero al mismo tiempo yo ya he logrado dos cosas. La primera, que ella sepa de mi interés, y el segundo no quedar como un cretino que rompe parejas ante el personal del hotel, los invitados y el embajador.

Pero ahora ella ya sabe que yo sé... que ella quiere lo que yo quiero que todos saben. Si no me entiendes no importa, soy de pensamiento rápido.

Cojo la bebida que le he elegido, sin preguntar, y se la coloco entre las manos. Eso la deshinibirá más, he elegido algo potente pero dulzón, que invite a beber más. De todas formas, creo que ella debe ser del tipo que valora a los hombres con iniciativa propia.

Doy un sorbo, y aunque a estas alturas ya me habrá dejado caer que está con alguién, sigo hablándole como si nada. Quiero que se sienta especial, és la primera parte del plan.

-La verdad és que esta bebida es muy dulce, ¿te gusta lo dulce?

Le saco tema, veremos por donde tirar. De mientras hago gestos, me acerco más para "escucharla" mejor. He estudiado las revistas de cotilleo y sé que colonía solian usar sus antiguos novios de juventud, por lo qué no és "casualidad" que lleve la misma. Voy a usar todas mis armas para lograrlo.

Notas de juego

Si en algún momento necesitas que tire algo avisame :P Si prefieres tirar tú por mi para aligerar no tengo nada en contra. Pero vamos, estoy seduciendo vilmente XD

También pensaba en psicoanalizarla con empatía o algo para ver por dónde tirar y por dónde frenarme de ser necesario, ya me dirás ^^

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09/09/2017, 10:09
Katherine Vólkova

¿Y cómo paro yo a la pantera esta?

No es que tenga demasiado tiempo para pensar por lo que cuando mis compañeros se marchan avanzo en rumbo de interceptación del objetivo. Como si fuese a placarla... que no sería mala idea. Pero no, me detengo ante ella procurando que mi rostro refleje enfado, sorpresa y preocupación a partes iguales.

-¿¡Es verdad!? Dime que no es verdad Renée. ¡No he hecho nada mal!

No digo más... cuanto más rato la entretenga mejor.

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10/09/2017, 01:10
Brian Stewart

Brian era un tío joven y enrollado, pero debía de admitir que en ocasiones se perdía con la jerga de Karen. Cuando creía que por fin se había hecho a su peculiar forma de expresarse, la muchacha soltaba de golpe una frase de lo más extraña.

-Un día de estos tendrías que dedicarte a escribir un diccionario o algo así, lady...¿deschanladrada?

Sin tiempo que perder, ambos se presentaron frente a la puerta de los aseos. Brian llamó un par de veces antes de abrir la puerta y entrar junto con Karen. El lugar parecía desierto, al menos la parte donde se encontraban los lavabos. Brian llamó a Jon por su nombre varias veces, pero no hubo respuesta, así que avanzó hacia los retretes. Las puertas estaban cerradas.

La primera puerta se abrió sin oponer resistencia, Jon no estaba allí. Cuando Brian se dispuso abrir la segunda puerta, Karen escuchó el sonido de una respiración...o algo así. Era algo sutil, casi imperceptible, pero sonaba como un gemido entremezclado con una respiración pesada.

La segunda puerta se abrió, no había nada tampoco allí.

Finalmente llegaron a la tercera y última puerta, Brian ya se había percatado también de aquella extraña respiración, así que con sumo cuidado empujó la puerta.

Un cuerpo yacía sentado sobre la tapa del retrete, era Jon. El rostro del muchacho estaba terriblemente pálido y cubierto de sudor. Sus ojos estaban cerrados y así permanecieron hasta que Brian lo llamó una vez más por su nombre.

Sus pupilas estaba dilatadas y las ojeras que portaba bajo sus ojos, le otorgaban un aspecto aún más enfermizo. Aún así, Jon sonrió al verlos y alzó una mano a modo saludo.

-¡Ey! Creo que me he quedado dormido ¿Hoy tengo que ir a trabajar?

Brian lo contempló un tanto alarmado, Jon no tenía buen aspecto y aunque aquello pudiese ser una emergencia, dudaba que Renée fuese a tolerar mucho más a Jon. Así que se volvió hacia Karen, aguardando alguna brillante idea por parte de su compañera.

Notas de juego

Muy buenas!

Te dejo tomar la iniciativa respecto al asunto de Jon. El muchacho parece bastante enfermo...aunque también podría estar pasando por el mono, aunque Karen desde luego nunca le ha visto tomar ningún tipo de droga.