Partida Rol por web

El Liceo: Escuela de Superhéroes

Capítulo 8: Primavera

Cargando editor
31/10/2018, 00:05
Narrador

Durante la semana de suspensión de clases, los profesores estuvieron completamente concentrados en el asunto del villano aprisionado bajo la escuela.

Los agentes de SHIELD, aunque discretos, no pasaron desapercibidos a los numerosos alumnos que pasaban el rato en el Liceo. Éstos iban y venían constantemente, entrando y saliendo de la base subterránea, siempre apresurados. No hablaban con nadie, al menos no con los alumnos. Durante ese tiempo, incluso hubo una aeronave aparcada en la pista de baloncesto.

Al cabo de la semana, los agentes se retiraron finalmente. Según Hécate contó en privado al Grupo 4, la prisión de Omnis había sido exitosamente trasladada a un espacio entre dimensiones. Una prisión dentro de otra prisión.

Aunque lograse escapar del cubo que Thoth había diseñado para contenerlo, se encontraría en un lugar desconocido, de leyes físicas caóticas, cambiantes. En el caso de una hipotética fuga, aquello sería suficiente para contenerlo hasta que llegase un equipo de héroes a detenerlo.

Era un destino cruel, pero fue lo que acordaron con SHIELD. Tratar de abrir la prisión para interactuar con él representaría un riesgo que nadie estaba realmente dispuesto a asumir. Ahí se quedaría, al menos durante un tiempo razonable.

En otro orden de las cosas, Aitor había abandonado definitivamente el Grupo 4. Igual que con la marcha de Iván, el grupo se quedaba sin uno de sus miembros. Entre otras cosas, el Director Richmond había pensado en añadir a Idoia, la hermana pequeña de Aitor, al grupo 4. Ésta, sin embargo, seguía sin sentir interés alguno por participar en el “estúpido sistema de la escuela”. Todavía se preguntaban por qué seguía allí, pero desde que se había marchado su hermano parecía más a gusto en el Liceo.

Poco después de que se restableciese el orden en la escuela, Richmond recibió una petición de una academia hermana. Acoger a un estudiante mutante.

Dado el buen recibimiento que el grupo había dado a su nuevo integrante tras la partida de Iván, Richmond decidió que el nuevo estudiante se uniría al Grupo 4 con carácter inmediato.*

 


 

Han pasado unas pocas semanas, y el curso se encuentra en plena primavera. Hace buen tiempo, y los ánimos en la escuela se han restablecido finalmente. Todo va de la forma habitual. Clases cotidianas, mezcladas con las inverosímiles clases de superhéroe. Exámenes de literatura, matemáticas y rescate civil. Excursiones a museos de Barcelona, y a otras dimensiones.

El Grupo 4 sigue entrenando, mejorando su trabajo en equipo y técnicas personales. Quedaron bien posicionados durante los Juegos Heróicos, pero el “incidente” les impidió demostrar todo lo que valían.

Un nuevo reto comienza a preocupar a los estudiantes. La perspectiva de los exámenes finales. La primavera tiene pinta de precipitarse rápidamente hacia el verano, y con la llegada de junio viene el fin de curso.

Es importante que terminen sus trabajos, estudien para los exámenes y hagan todas las prácticas que puedan. Aunque todavía hay tiempo para relajarse…

Notas de juego

* Podéis incluir un párrafo sobre cómo recibisteis al nuevo integrante, para no detenernos ahora por esto. Asumid que lleva al menos unos días con vosotros.

Cargando editor
31/10/2018, 00:06
Verónica

Clase de Matemáticas

En aquella templada mañana de primavera, la profesora de matemáticas explicaba a los estudiantes sus mejores trucos para representar funciones gráficamente. Era una parte importante del examen, y bien se aseguró en recalcarlo.

- Recordad que durante el examen deberéis analizar por completo las funciones que os muestre, usando todas las herramientas que os he enseñado, incluida ésta - enfatizó mientras daba un par de golpecitos en la pizarra electrónica con su puntero.

> ¡Y basta ya de pasar papelitos, los de atrás! ¿Creéis que no capto vuestra nula atención por la clase? - riñó a un par de estudiantes, que se encontraban al fondo del aula, riendo por lo bajo -. Si no os lo tomáis en serio va-

“¡RIIIIIIING!”

Salvados por la campana.

Verónica, la profesora de matemáticas y “Defensa contra las Artes Mentales”, hábil telépata y orientadora académica, se llevó una mano al rostro y suspiró audiblemente. Los estudiantes, de mientras, se levantaban de sus asientos y comenzaban a recoger sus cosas.

Cargando editor
31/10/2018, 00:06
Rita

Pasillo de aulas, planta baja

A la salida de la clase, se encontraron con Rita.

La muchacha había mejorado visiblemente desde su viaje a Heliópolis. Era claramente más mayor que antes de ir. La Doctora Pujol había determinado que había pasado alrededor de un año para la joven. Y un año, a su edad, daba para muchos cambios.

Sin embargo, Rita se había preocupado por tratar de mostrar la misma apariencia que antes. El pelo recortado, las llamativas gafas rojas, y una sonrisa afable. Lo único que jamás había vuelto del todo era su efusividad. Quizá había madurado.

- Hola, chicos - saludó alegre mientras sostenía una pila de folletos en el brazo -. Vengo de parte del Comité Organizador de Fiestas.

Dicho esto, Rita comenzó a repartir los folletos entre los alumnos.

Un corrillo se formó entorno a la muchacha.

- ¡Espero veros por allí! - dijo con una amplia sonrisa.

La perspectiva del baile pareció gustar a los miembros del Grupo 5, con los que el Grupo 4 compartían la mayoría de las clases. El pasillo se llenó de murmullos y conversaciones animadas. Fantasma se lamentaba en voz alta de que ninguna chica querría ir con él, mientras que Augurio aceptó una invitación antes de haberla recibido siquiera. 

Marina, por su parte, no parecía muy contenta al respecto. César se frotaba la nunca mientras miraba el folleto con indecisión.

¿Quién iba a ir al baile? ¿Y con quién?

Cargando editor
31/10/2018, 10:07
Sara Carrión

Estas semanas habían sido tan extrañas. Los días de pausa le habían permitido pensar en muchas cosas, en nuevas perspectivas sobre sí misma. Y estado pendiente de Marina y Moussa. La primera, se la veía apagada, todavía tratando de rehacer su corazón herido aunque eso creía Sara que acabaría siendo superado con un poco de tiempo. Y Moussa, con él estaba muy contento, le gustaba que hubiera cambiado de look y que hubiera dicho todas aquellas palabras al final, que se hubiera sincerado con ellos y transmitido sus temores. Le ayudarían a ser parte del grupo, que él cambiara el peinado le indicaba que todo lo que había dicho él había sido en serio.

Un nuevo miembro llegó al grupo, el joven norteamericano mutante. Apenas habían podido hablar y le gustaría que pronto tuvieran un entrenamiento juntos que por circunstancias se había estado aplazando. Estaba pensando en hacer algo al respecto cuando encontraron a Rita. Le gustaba que llevara el peinado de siempre y es que además, no había envejecido, tan sólo pegado un estirón y eso había tranquilizado mucho a Sara cuando lo comprendió. Oráculo salvó la vida y el precio no había sido tan caro, considerando el año de espera.

La joven sonrió y tomó uno de los papeles.

- Qué bien, un baile. Va a ser divertido, gracias por avisarnos y por estar en la organización, ¡no te pierdes una!

Le sonrió animada por aquello, quería que todo fuera a mejor y esas fiestas tenían que ser un modo de lograrlo. A continuación miró a Ignatius mostrando otra sonrisa.

- A ver cómo te apañas para encontrar pareja. Te vamos a tener que ayudar entre todos.*

Estaba algo bromista hoy y con ganas de que el joven fuera hablando con ellos para poder conocerse mejor. Luego miró a Daniel preguntándose si ese grupo al que se había unido iría a tocar algo, estaría muy bien aunque dejó aquello como un pensamiento. En realidad, no quería pasarse charlando y por alguna razón, últimamente estaba más pensativa de lo normal.

Notas de juego

* Va en inglés si no habla castellano.

Cargando editor
31/10/2018, 10:47
Dídac Castelló

Durante las semanas anteriores, después de la vuelta del Liceo, Diana había estado realmente pensativa, en cierto punto feliz, pero pensativa. Había hecho uso de mucho tiempo en solitario.

De hecho hacía un par de días que no la veían por la escuela, ni siquiera Sara pudo verla en su habitación, y las pocas cosas que pudiera tener Diana habían desaparecido de allí.

Durante toda la clase de la señorita Verónica, tanto el grupo 4 como el grupo 5 se habían dado cuenta de que, en el lugar en que siempre se sentaba Diana había un chico al que la profesora de Matemáticas se refería como Didac. Un chico alto, musculado, y con un atractivo un tanto animal, del tipo que hacer aflorar tus instintos más primarios. Al parecer era el compañero de habitación de Ignatius. Parecía que aquel chico no quitaba ojo a la profesora.

Al salir de clase el chico se quedó terminando de pasar unos apuntes y cuando se dio cuenta de que todo el mundo se había ido los siguió. Los encontró hablando con Rita y con una sonrisa muy pilla se acercó hasta donde se encontraba el grupo, al pasar por al lado de Rudy le tocó el culo y le guiñó el ojo y se dirigió al grupo.

- Hey Supp bros? .- Dijo con un marcado acento estadounidense.

Didac se quedó observando a sus compañeros durante unos momentos, y viendo sus nulas reacciones y sus genuinas caras de "¿Quién coño eres tú?"  se dispuso a aclarar el asunto.

- Soy yo... Diana, bueno Didac .-dijo con una pícara sonrisa en los labios mientras se rascaba la nuca -. Sé que no os había dicho nada, pero llevo mucho tiempo dándole vueltas al tema, y éste caballero es mi forma de soltarme un poco la melena y dejar de ser tan estirada. De desinhibirme vamos... no es la primera vez ni será la última os lo aseguro. Para la gente de mi raza cambiar de sexo es tan normal como cambiarse la ropa interior, aunque a mi me cuesta muchas veces .- En aquel momento soltó una ligera carcajada.

Antes de que sus compañeros pudieran reaccionar o decir nada, el chico sacó de su carpeta unos papeles, firmados por la Doctora Pujol, y otro papel con la firma del Director Richmond y el sello del Liceo en que corroboraban su identidad y se las dio directamente a Moussa.

- Antes de que empieces con tus teorías conspiranóicas, aquí tienes los análisis de sangre y de epiteliales de la Doctora Pujol, y la corroboración del cambio por parte del Director Richmond. Siento no haberos dicho nada antes, pero era una especie de conflicto interno que tenía que solucionar conmigo mismo.

Hacía un rato que el chico le había cogido la mano a Rudy, aquella era su forma de recibir apoyo por parte de su mejor amigo, que parecía haberse enterado del cambio hacía poco. El metamorfo parecía muy seguro, pero en realidad todo aquello le estaba costando mucho.

- Tu y yo ya nos conocemos .- Dijo dirigiéndose a Ignatius -. Aunque no del todo .- Sonrió haciendo alusión a aquella revelación que acababa de hacer.

Acto seguido soltó la mano de Rudy, se cruzó de brazos, y esperó a que sus compañeros reaccionaran. 

Cargando editor
31/10/2018, 13:54
Ignatius Brightnight

Ignatius Brightnight, mutante, estadounidense y piel-roja, era un representante de minorías dentro de minorías, pero curiosamente se sentía en aquel instituto como pez en el agua. El Liceo, su segundo instituto para mutantes, le había recibido con los brazos abiertos. Tal vez tenía que ver que venía del Instituto Xavier para Jóvenes Talentos, la reputada Mansión X. Había sido su propio director, Charles Xavier, el Profesor X, el que había tramitado su traslado al Liceo. Al parecer la situación mutante en EEUU pasaba por un mal momento y el Instituto Xavier estaba poniendo a sus alumnos a salvo. En este caso esto había supuesto viajar hasta el otro lado del Atlántico, a un país donde el tema mutante todavía no era tan espinoso y donde el dominio del muchacho del español influía en la decisión.

Una vez en el Liceo, Ignatius (a quien Salamandra rebautizó rápidamente como Nacho) fue asignado al Grupo 4, que había sufrido una baja reciente y en el que ya habían colocado a otro alumno hacía no demasiado.

─Seguro que es el grupo de integración. Bueno, mejor, así no habrá niños mimados, ya he tenido cupo suficiente para dos vidas ─pensó para sí.

A pesar del extraño aspecto del recién llegado (nativo americano piel-roja, vestido con camisetas heavys y gafas de sol de espejo casi todo el tiempo) éste no tardó en integrarse en el grupo. Encajaba extrañamente bien: por un lado tenía una educación exquisita (fruto de su infancia entre los indios Pequot y luego por su paso por un internado carísimo en Connecticut), por otro era un heavy irredimible (que comparaba gustos musicales con todo aquel que tuviera interés, incluyendo a Salamandra, Averno o incluso Saga); callado hasta rozar en lo misterioso cuando no se le hablaba directamente (una discreción en la que, por ejemplo Estigia podía verse reflejada), pero muy sociable cuando se le trataba (disfrutando ya de una buena pelea dialéctica con Atajo, ya con un intercambio de “chismes” con Cráter). Era del tipo de persona que nunca molestaba y siempre estaba allí, atento a cualquier cosa en la que pudiera ayudar. Y siempre ofrecía lo que fuera que necesitaras, casi sin pedirlo. Simplemente aparecía allí, en su mano.

Tenía cierto problema con el español, el típico de alguien que no lo tenía como lengua materna, aunque se notaba que le habían enseñado bien (con algo de acento mexicano que pronto iría perdiendo). Aquello era una dificultad añadida a su limitada capacidad de estudio, que sería puesta a prueba con una imposible cantidad de deberes para su adaptación curricular. Si a eso le sumabas que había llegado en mala época (llena de trabajos), el resultado era un Ignatius bastante agobiado.

Sus frustraciones y tensión las superaba a base de ejercicio físico y entrenamiento. Al parecer había recibido clases de artes marciales de alto nivel y estaba entrenado para competir, demostrando una agilidad propia de deportistas de élite. También disfrutaba de saltar desde el trampolín. Sus acrobacias perfectamente calculadas resultaban espectaculares y acababan apenas levantando agua al zambullirse, podría dedicarse profesionalmente a eso si quisiera (y si no hubiera problemas con que compitieran mutantes). Y claro, el cuerpo de nadador que tenía se estaba haciendo popular entre las chicas a marchas forzadas…

Así las cosas, Ignatius, que ya se visualizaba como repetidor, recibió la noticia del baile de primavera buen grado, aunque pronto empezó a preocuparse. Cuando había que escoger a una sola chica siempre surgían problemas, estaba acostumbrado a ello. Ahora mismo el indio guaperas estaba navegando entre dos aguas: Égida y Tramuntana, ambas del Grupo 5. Sentía interés por la primera, una Kree, por el tema de ser de una minoría y porque, demonios, estaba “cañón”; el caso de Tramuntana era más bien al revés, la altiva y veleidosa rubia del Grupo 5 se había encaprichado con él (y estaba acostumbrada a conseguir lo que quería). Se mascaba la tensión en el aire. Con (probablemente) buen criterio Ignatius había comenzado a evitarlas a ambas, aunque eso no solucionaba que con el anuncio del baile de primavera otras chicas del instituto empezaran a buscar con quien emparejarse, siendo él un blanco fácil. Necesitaba una salida.

─Ummmm, Marina ─comenzó con su acento un tanto americanado─ ¿tienes un momento? ─dijo “arrinconándola” sin ser muy consciente de ello, algo que los chicos “grandes” como él tienden a hacer por su físico considerablemente voluminoso─ ¿Irás al baile? ─preguntó quitándose las gafas para implorarle con la mirada lo que no podía hacer con la voz de forma fluida.

Notas de juego

Ignatius tiene español como tercer idioma (antes van el algonquino y el inglés).

Didac, si ya estamos compartiendo cuarto, dado que suele ser siempre con alguien de tu mismo sexo, Ignatius no ha conocido cambio alguno xD

Cargando editor
31/10/2018, 13:58
Daniel D´aeth

Sobre el Grupo de Música

El rumor sobre el nuevo y flamante grupo de música que habían montado entre Juanjo, Henry, Daniel y Malina no tardó en extenderse por todo el Liceo, y no fueron pocas las veces que les asaltaron por los pasillos. ¿Cómo os vais a llamar? ¿Aceptáis peticiones? ¿Tenéis alguna canción original? Por su parte, Saga simplemente se limitaba a dar largas pidiendo paciencia, ya que apenas habían tenido unas semanas para ensayar. Pero tenía buenas vibraciones al respecto. Al fin y al cabo, no tenían intención de volverse profesionales ─ para algo estaban en el Liceo ─ y se limitaban a disfrutar con algo que les unía: la música.

Yo sólo digo que si en esta parte tocaras un pizzicato quedaría mucho más guay ─le explicaba Tesla, visiblemente emocionada por introducir complejas variaciones musicales en algunas de las piezas que ya tenían controladas. Hacía movimientos en el aire con sus guantes hi-tech simulando que pellizcaba unas cuerdas de guitarra. Ella era quien tocaba el bajo en el grupo, pero tenía muchas ideas para hacer que la forma de tocar de su compañero fuera mucho más única y especial.

Malina, de verdad ─dijo, rascándose la nuca. Para ser un chico atlético y tan poderoso, se le veía arrinconado ─Te prometo que si me explicas qué significa eso, haré lo posible por probar. Pero tú enséñame, que la última vez que me hablaste de... ¿como se llamaba? ¿Avivando? Pasé un hora buscándolo por la Wikipedia.

Ravvivando ─le corrigió, con una breve y juguetona risa ─Anda, te dejo que tengo clase. ¿Nos vemos luego en el ensayo?

El inglés se despidió con un leve cabeceo, se echó la mochila al hombro y saludó a Haruki, con quien tenía pendiente un café para hablar sobre algunas costumbres de Japón. Entonces, una bombilla se encendió en su cabeza. Wait, ¿qué ha sido eso? ¿De qué se ha reído?

 

Sobre Ignatius

La incorporación de Ignatius Brightnight al Liceo y en especial al Grupo 4 fue todo un acontecimiento. No sólo se trataba de un indio americano y ex-alumno de la Escuela Xavier, sino que no tardó en alcanzar rápidamente cuotas de popularidad entre las chicas. Lejos de incomodarle ─ para Daniel era la primera vez que compartía estudios con personas del otro sexo, y aún no sabía distinguir las señales ─ a Saga le pareció genial tener a alguien con quien hablar de música y que compartiera sus gustos estéticos respecto a la ropa. Además, provenía de una rica cultura que su madre le había enseñado a apreciar. No todos los días se tenía como compañero a, como decía el propio Ignatius, una minoría dentro de una minoría.

Respecto a los estudios, él no era el más apropiado para echarle un cable. Él sacaba los exámenes con buena nota y sus trabajos eran correctos, pero era sencillamente porque le dedicaba una gran cantidad de horas a ello. Por fortuna, tenía la ventaja de que disponía de más tiempo para ello, si no, los resultados académicos de Daniel habrían sido bastante distintos. No obstante, hizo lo posible para facilitarle las cosas al recién llegado ─ bien sabía él lo que era sentirse abrumado por un sitio como el Liceo a medio curso.

 

Sobre Didac

Cuando su nuevo compañero se presentó, Daniel estaba escuchando un mensaje de audio que le había enviado Juanjo sobre algo que había sucedido en el bosque, pero el alboroto del pasillo no le dejó entenderlo bien. Decía algo de unos colmillos y un árbol, pero no le dio mayor importancia. Si era realmente importante, se lo diría durante el ensayo. O se teletransportaría hasta él.

Sorry ─le salió sin pensar cuando ya todos estaban hablando amigablemente con Didac. Le extendió la mano y se presentó, lo que ocasionó un torrente de carcajadas de parte de sus compañeros─ Eh... ¿qué me he perdido?

La revelación le pilló por sorpresa, pero entendió los motivos de Diana para afrontar la vida desde otro punto de vista. Daniel había demostrado que era alguien que no juzgaba los deseos y sentimientos de los demás, y que la metamorfa hubiera dado ese paso le pareció muy valiente.

Dos por el precio de uno ─bromeó, asintiendo para sí. La verdad es que había diseñado un cuerpo bastante espectacular─ Entonces... ¿sólo es un cambio... físico? Tengo que saberlo para los entrenamientos...

 

Sobre el Baile

El buen humor de Daniel se esfumó cuando Rita le hizo entrega del folleto, y a medida que leía cada una de las palabras, el inglés se vio cada vez más y más abrumado. Fuck.

Tienes que ayudarme ─dijo a Rudy, cogiéndole del brazo y llevándole aparte. Tocaba charla de compañeros de cuarto.

Cargando editor
31/10/2018, 14:39
Daniel D´aeth

A ver... Rudy ─el joven nunca había visto a su compañero de habitación tan nervioso. Toda la seguridad de la que hacía gala en entrenamientos, en clase y, en definitiva, en su día a día, parecían haber dado paso a un Daniel adolescente e incómodo ─See. ¿Sabes que estudie en un internado, ok? Pues... bueno, era sólo de chicos. Y sé que en Estados Unidos se hacen estas cosas de bailes, pero no pensaba que en España... I mean... ¿qué tengo que hacer? He visto películas y creo que tengo que preguntarle a una chica. Pero... no... a ver... no es que no me parezcan... ¿hay un protocolo?

Cargando editor
31/10/2018, 17:24
Sara Carrión

La llegada de un nuevo chico, Didac, fue sorpresiva. Sara al escuchar todo lo que estaba comentando tuvo que hacer un pequeño esfuerzo para detener todos los pensamientos que le vinieron a la cabeza. Prefirió quedar silenciosa y meditar sobre ello. Era su compañera de cuarto, ahora resultaba que no, que lo era de un chico, porque él quería ser un chico también.

No creía que ella pudiera juzgar aquello tratándose de la actitud de una metaforma, ¿sería normal para ellos sentirse diferente cada cierto tiempo? A Diana se la veía bien ahora, muy suelta, no parecía algo forzado en lo más mínimo.

- Didac... No he entendido bien si Diana ya no está en la escuela y sólo estás tú, o si estáis ambos registrados.

Sara creía que Diana se estaba escondiendo de los suyos cuando ahora se exponía más todavía que antes, adoptando dos personalidades que no sabía si eran alumnos al mismo tiempo.

- Si lo has hecho porque lo necesitabas, a mi me parece muy bien.

Luego, la alicantina miró a su amiga atlante ante aquellas indicaciones de Ignatius, pensando en si Marina se sentiría cómoda en lo que parecía una forma de pedirla que fuera con él a bailar.

Cargando editor
31/10/2018, 20:14
Rudy Vergara

Sobre Ignatius

Menuda sorpresa fue la llegada del chico nuevo. Por un momento parecía que el propio Aitor se había buscado un sustituto, pero al parecer no tenía nada que ver.

Ignatius venía ni más ni menos que de la Mansión X. Por lo que...

-Guau, del Instituto Xavier. Como mola. -dije después de presentarme.- ¿Y ahora quienes son los X-men titulares? Nosotros también tenemos una Sala del Peligro. Jeje.

No me costó nada empezar a charlar con Ignatius. Resultaba agradable y ese aura de misterio, y el ser un tanto exótico, atraía mi curiosidad. 

-¿Guau, Crazy Cow? -pregunté confuso.-Oh, ah. Crow. ¡Mola!

El me contaba cosas de la Mansión y yo le iba contando cosas del Liceo.

-Pues sí, fíjate que el primer día ya tuvimos el ataque de un científico loco.

En definitiva, cayó muy bien. ¡Sobretodo cuando se interesaba por los cotilleos con más salseo del Liceo!

 

Después

La verdad es que aquellas semanas habían sido super guays. Los días libres habían sido muy provechosos.

Algunos días los pasaba con Silvano. Dábamos paseos por el bosque, veíamos animes en mi cuarto y charlábamos. Al haber empezado esta relación con Martí, también pasaba más tiempo con Junto, su mejor amiga que se convertía en un monstruo rosa. Ya sabía que era muy maja, pero resultó ser super graciosa y cariñosa.

También hacía de compañía de vez en cuando a Fusión. Le hicieron una reforma a su sala de contención para hacerla un poco más grande, así que empezamos a entrenar la lucha cuerpo a cuerpo. Xavi se sentía bastante aliviado al poder estar sin su armadura con alguien. Eso sí, el día que Cuarzo nos acompañó en el entrenamiento, nos apalizó a ambos.

Y luego pasé mucho tiempo con mis compañeros del grupo 4. Hice un cambió de chip con ellos. Después del estrés que vivimos en Heliopolis, necesitábamos un poco de lo que me gusta llamar Quality Time. Les invitaba de vez en cuando a noches de cine en mi habitación, poníamos los colchones en el suelo y mi portátil encima de un escritorio. Con ayuda de Moussa, lográbamos salir al Mercadona más cercano para hacernos con palomitas y refrescos. También quedábamos para merendar el jardín a lo picnic. ¡Incluso un día, aprovechando que Silvano es el Dungeon Master de su grupo, les semi-obligué a jugar una partida de rol! Al final les acabó gustando a algunos.

En definitiva, habían sido unos días divertidos. Pero las clases volvían a empezar.

No era momento de relajarme en cuanto a los estudios.

Las clases superheroicas las llevaba bastante bien.

Rescate Civil, sin lugar a dudas, era la que mejor llevaba. Seguida de Entrenamiento de Comabte. En Vuelo iba mejorando poco a poco, o al menos eso decía Zeus.

Introducción a la Super Ciencia me costaba un poco, pero gracias al estudio y a la paciencia de ESTHER (que contestaba los emails super rápido (Oh, Rudy, claro que los contesta rápido ella misma es la propia interfaz)) conseguía aprobar la materia.

El Viaje Dimensional me resultaba muy difícil sobretodo las clases en las que no hacíamos excursión.

Después las demás no las llevaba mal. Las comunes se me daban bien, menos Catalán. Pero Diana, ahora Dídac, me pasaba los apuntes, así que no había problema.

-Vale, vale un momento. No borres, no borres. Please. –exclamé a Véronica cuando sonó el timbre, mientras me apresuraba a apuntar todo.

 

Al acabar la clase metí la libreta y el estuche en la mochila y me levanté. Pero cacé a Ignatius poniéndole ojitos a Tramuntana.

-Llevas poquito, pero no veas como ha cundido, eh. –dije dándole un codazo amistoso.- Pero yo que tú, no lo intentaría con Tramuntana. Iván ya lo intentó en su día. Ella y Égida… Ya sabes.

E hice un gesto con los dedos, haciendo referencia a que eran algo más que amigas.

Luego salimos al pasillo e hicimos un  corrillo. El compartir clase con el grupo 5 nos había hecho más amigos, pero ahora que Silvano y yo estábamos juntos parecía que esa relación se había estrechado un poco más.

A lo que vino Rita con un panfleto. Miré a la chica, parecía que estaba un poco mejor, pero seguía cambiada.

-¡Un baile! ¡Bieeeeeen! –exclamé emocionado. ¡Y había que llevar pareja!- Ojojojo. ¡Yes! No voy a tener que sufrir por no encontrar a nadie. ¡Ven, aquí, Florecito!

Extendí los brazos a Silvano, que vino igual de emocionado a abrazarme. Y sí, le llamo Florecito. ¿Qué pasa?

-Oh, sí. Yo puedo llevar una corbata y tú una pajarita. -luego miré a Sara, que ella también estaba entusiasmada.- ¡Espero que tú y Faro vayáis a juego! No me decepcionéis. Jeje. ¡Eh!

Di un respingo cuando Dídac me tocó el culo. ¡Se había vuelto todo un liante!

Miré rápidamente a Martí, para ver si se había enfadado. Pero nada. Le conté lo del cambio de Dídac y lo entendió perfectamente, incluso y cito textualmente: “Si antes era guapa, ahora nos alegrará aún más la vista”.

Así que ahora tocaba contárselo al resto.

-Es como cuando solo juegas healer y… -expliqué el mismo ejemplo que había usado con el metamorfo hace unos días.- Al principio impresiona, pero al cabo de un rato vuelves a notar que sigue siendo Di.

Cargando editor
31/10/2018, 21:12
Rudy Vergara

Me acerqué a Daniel, que parecía a punto de vomitar.

-Dime. -dije un poco preocupado.- Ooooh. Jajajaja.

Solté una carcajada. Pobre Daniel, con lo serio y echao pa lante que era siempre, y ahora...

-Ay, lo siento. -dije poniéndome serio otra vez. Como buen amigo, primero me reí y luego traté de ayudarle.- A ver, tú tranqui. Mi instituto de Londres era público, así que hacíamos un par de bailes al año. No te tienes que preocupar. Tan solo pregúntale a alguna chati que te guste o con la que seas amigo.

Miré a Daniel a los ojos, y enarqué una ceja.

-Seguro que a Juno o Tesla les encantaría ir con un inglés tan bien puesto. -y le pasé un brazo por encima del hombro.- Si eres todo un galán, confía en mí.

Cargando editor
01/11/2018, 15:24
Daniel D´aeth

Uhm... que me guste o que sea amigo... ─Daniel se rascó la barbilla, pensativo. ¿Había alguna chica que le gustara? La verdad es que no tenía muy claro qué debía sentir al respecto. Sabía de sobra lo que implicaba tener pareja ─ Rudy se aseguraba de enseñárselo cuando se encontraba con Silvano ─ pero él se había criado con una imagen del matrimonio muy distinta: su padre era una roca a la que su madre podía aferrarse en momentos de necesidad, pero era ella quien expresaba abiertamente conceptos como la ternura, el aprecio o el interés romántico.

También le había dado la posibilidad de pedírselo a una chica con la que fuera amigo. Eso limitaba mucho las opciones. Allí mismo tenía a prácticamente todos los amigos que tenía en el Liceo: Sara tenia pareja, y lo lógico es que fuera con él; Diana... ahora mismo era Didac, y si bien en el fondo seguía siendo la valiente pelirroja, no se sentía cómodo bailando con otro chico; Marina... quería darle su espacio después del varapalo emocional de Aitor, por no hablar que parecía que Ignatius la había elegido antes.

¿Uh? ¿Juno? No-no, nonono ─dijo, enfatizando sus palabras con un gesto de la mano ─¿No te conté...? Uhm, con el viaje a Heliópolis se me pasaría. ¿Recuerdas mi enfrentamiento con ella durante los Juegos? Bueno... ya te contaré con más detalle. Pero digamos que no tiene un gran concepto de mí. Y respecto a Malina... ¿Por qué todo el mundo últimamente me pide que hable con ella? ¿Hay algo de lo que no me haya enterado, Rudy?

El inglés parecía claramente confuso al respecto.

Cargando editor
01/11/2018, 15:25
Moussa Dakar

La parte más difícil para superar un problema, es admitir que existe uno. Tras haber tocado fondo, llegó el momento de enfrentarse a sus demonios. No fue fácil, pero sin duda el apoyo que todos sus compañeros le ofrecieron, pese a que no se lo merecía, le ayudó a convertirse en alguien nuevo.

El cambio más visible es por supuesto, el físico. Lo primero que ahora destaca de su figura es su llamativo pelo a lo afro. Lo segundo, es el uso de ropa más acorde a su talla. Aún mantiene  parte de su estilo rapero, pero al menos usa cosas de su talla y es capaz de ir más formal si la situación lo requiere. 

Respecto a su comportamiento, es sencillamente como si se hubiese liberado del peso que cargaba sobre su alma. La paranoia de la que tanto hacía gala, se ha esfumado por completo. Claro ejemplo de ello, es que fue de los primeros en dar la bienvenida a Ignatius y ofrecerse para enseñarle el lugar. Después de todo, se lo había recorrido enterito en los primeros días que estuvo en la escuela (adentrándose por supuesto, hasta en lugares que tenia prohibido)

Se puede decir que en cierto modo ha madurado. Ahora tiende a meditar más las cosas y mide sus palabras para no ofender a nadie. De hecho quizás el cambio más grande que se puede apreciar en Moussa, es que evita enfrentamientos estúpidos con sus compañeros (algo que antes casi era un hobby para él) 

Con el sonido de la sirena, se da por finalizada la pesada clase de matemáticas. Sin duda es la asignatura que más aborrece y la que peor se le da. Si a eso le sumamos el hecho de que al llegar al Liceo no tenía una buena educación, se puede decir que siente que las cosas son bastante complicadas para él. Pero quizás debido al esfuerzo titánico que está realizando, los profesores le permiten realizar trabajos para subir su nota media. Por lo que, entre los trabajos, estudiar para los exámenes, los entrenamientos con Bosch y ayudar en la enfermería a la doctora, su tiempo libre se reduce a casi cero.

-¡Ey! ¡Rudy!   -Indica al salir de clase y llamando así la atención de su compañero.   -Para la próxima, usa la tablet del Liceo, la cámara que tiene es bastante buena y así te ahorras tener que copiar todo lo que ponen en la pizarra. ¿Ves? Yo tengo todo aquí organizado mediante un programa que me instaló Rita. Si quiero buscar algo, solo tengo que poner alguna de las palabras clave y ¡ZAS! aparece lo que necesito. Ya te lo pasaré si qui...

Las palabras de Moussa caen en silencio al contemplar la forma en la que Didac llega y toquetea a Rudy. Aquello le resulta de lo más extraño, sobretodo a sabiendas de que el novio de Rudy está delante. Durante un instante se teme que aquello vaya a acabar mal, pero nada más lejos de la realidad.

-¿Di...Diana? Guuuauuu ¡Eres increíble! Quiero decir, tú ADN es increíble, bueno tú también...eh...¡Rayos! Empiezo a parecerme a Rudy jeje. A lo que me refería, que hace mucho que suponía que podías adoptar la forma de un hombre, pero con lo que acabas de confesar, tu raza va más allá. He leído sobre especies que son capaces de cambiar de sexo, es un método de evolución que les sirve para perpetuar la especie. Es algo impresionante....    -Llevándose un dedos a los labios, da unas vueltas alrededor de Didac estudiando no especialmente sus rasgos físicos, sino más bien su pose, su mirada, su sonrisa.   -Para lograr algo así, debes de haber cambiado también la química de tu cerebro. Solo de esa forma podrías ser tú, pero siendo él en lugar de ella. Controlar esa parte de tu cabeza puede ofrecerte cierta resistencia a las capacidades mentales ¿No? ¡Ostras! Ahora que lo pienso...te has paseado por el vestuario de las tías y ahora te pasearás por el de los tíos. Yo nunca podré hacer eso...   -Bajando el tono de voz y usando un toque más divertido, añade.   -Tendré que conformarme con colar cámaras en los vestuarios de las tías cuando se estén duchando.

Bromas a un lado, la verdad es que Moussa se siente realmente intrigado por los rasgos genéticos de los Skrull. Le parece una raza fascinante de la cual se puede aprender mucho para mejorar la condición humana. De hecho...

-Oye Di, un día de estos tenemos que hablar tú y yo sobre una investigación que quiero llevar acabo algún día. Creo que podría salir algo genial de ello y muy útil. Aunque claro, sería para dentro de muuuucho tiempom aún estoy un poco verde en todo ese rollo del ADN, pero tengo una idea que vale millones.

La pregunta de Sara sobre si Diana sigue registrada o no en el Liceo, provoca que una nueva pregunta se formule en la cabeza de Moussa.

-Oye Rudy, tendrás que ponerle otro nombre de guerra a Didac. Ms Justice está bien, pero no sé, no creo que infunda mucho terror en los villanos ¿No?

Aquello no es realmente una pregunta, más bien una cuestión lanzada al aire. Una que rápidamente se esfuma con la llegada de Rita y los panfletos para el baile.

-¿Baile de primavera? ¿Pero esto no se hace en yankilandia? ¿Cómo va esto exactamente? ¿Hay que ir con pareja no? La  leche...Esto...Sara...¿Te he dicho lo guapa que estás hoy? Pues estás radiante...Esto...ejem...¿Me ayudas a buscar pareja? Estas cosas se me dan fatal...

Mostrando una amplia sonrisa y una mirada de súplica, acude ante la única que cree que puede ayudarle.

Cargando editor
02/11/2018, 00:38
Dídac Castelló

El metamorfo llevaba ya un ratito dándole vueltas a la cabeza sobre el asunto del baile, ya sabía a quién quería invitar, pero... ¿aceptaría? Se sacudió los malos pensamientos de su cabeza, agarró su movil y con rapidez escribió un mensaje, enarbolando una preciosa y pilla sonrisa en los labios. Al terminar le enseñó el móvil a Daniel.

"Hey Sleeping beauty!! Te vienes conmigo al baile, y no, no es una pregunta. Espero que te arregles bien monstruito."

- Y así es como se hace pequeño .- Exclamó mientras le daba un golpe en el brazo. Si Daniel fuese lo suficientemente rápido podría ver que el destinatario de aquel mensaje era Juanjo, su compañero de banda -. En realidad todo esto de los bailes y de llevar pareja solo añade presión a la gente joven. Pero bueno... yo a gusto.

Cualquiera diría que Diana y este chico eran la misma persona. Lo que decía Rudy era cierto, al principio costaba hacerse a la idea del cambio, pero con el tiempo encontrabas a Diana en las pequeñas cosas.

- Dos por el precio de uno... ¡y vaya dos! .- Exclamó con aquella carismática sonrisa -. Y si, en cuanto a habildiades combativas y poderes, sigo siendo el mismo, a veces estos cambios me ayudan a descubrir nuevas habilidades, pero por ahora... nada fuera de lo común.

Al escuchar la pregunta de Sara el chico volvió a sonreír. La pregunta era un poco rara, pero entendía perfectamente a qué se refería.

- Sigo siendo la misma persona. La posibilidad del cambio ya estaba contemplada cuando se rellenó la solicitud de ingreso, así que el papeleo es simplemente una formalidad, para intentar que nadie se sienta incómodo u ofendido .- En realidad, ninguno de sus compañeros se había sentido mal, así que aquello había sido un alivio.

De todos la reacción que más le sorprendió fue la de Moussa. Como ella llevaba unas semanas medio ausente, no se había dado cuenta realmente del cambio tan grande que había pegado el alma libre del grupo.

- Ya ves, soy alucinante .- Dijo mientras flexionaba los brazos y hacía como que se besada los bíceps. Al terminar sonrió mientras se acercaba al pequeños teleportador del grupo -. Para que después digan que yo he cambiado ¡eh! ¿Dónde está mi Moussa? Es broma, me alegro de este cambio tan agradable. Y por supuesto, cuando quieras hablamos y me cuentas, estoy deseando ver que es lo nuevo que vas a desarrollar.

- Bueno... en cuanto a lo del nombre ya lo tenía pensado, y en realidad es un nombre que me propuso Rudy, así que el trabajo ya está hecho por su parte.- El chico sacó la lengua y le guiñó el ojo a su amigo, que se encontraba allí haciendo manitas con su novio-. Me gusta Mascarada ¿Qué os parece? De hecho he aprendido un par de truquitos nuevos que ya os enseñaré.

Dicho aquello se acercó a donde se encontraban la parejita del momento, los abrazó a ambos desde atrás, poniendo su cabeza entre ambos y les dio a cada uno un beso en la mejilla.

- ¡Ay que bonicos son por dios! .- Exclamó justo antes de soltarlos.

 

Cargando editor
02/11/2018, 17:38
Marina

Marina se disponía a arrugar el folleto que Rita le había dado cuando Ignatius la “acorraló” contra la pared del pasillo. La joven semi-atlante no era una persona que se achantase frente al peligro. De hecho, era bastante más fuerte que la media humana.

Sin embargo, aquel acercamiento tan repentino la dejó bloqueada, por lo que dio un paso hacia atrás.

Cuando Ignatius le preguntó se iba a ir al baile, la joven miró el folleto de nuevo. Frunció el ceño y soltó un ligero bufido.

- No, no voy a ir - dijo, visiblemente molesta -. Me parece una tontería, no me apetece.

Su voz, aunque controlada, era tan poderosa como encantadora.

Marina se cruzó de brazos y desvió la mirada, rehuyendo el contacto visual con Ignatius. Pasados unos segundos, comenzó a andar por el pasillo, en dirección a la cafetería.

Cargando editor
02/11/2018, 17:38
César

César aprovechó para acercarse al chico nuevo.

- Antes estaba con el chico que se fue del grupo - le informó mientras miraba como la joven se alejaba por el pasillo -. Creo que sigue enfadada por eso.

En otro orden de las cosas, Salamandra no parecía muy convencido con la idea del baile.

- Yo la verdad es que no sé con quién iré. Puede que vaya solo, no sé.

Cargando editor
02/11/2018, 17:39
Abeja Reina

En medio de la conversación, Abeja Reina tocó a Moussa en el hombro, que se encontraba hablando con Sara. La muchacha se había acercado sin hacer ruido alguno, tan sigilosa como un gato. El hecho de cargar con un par de alas de insecto no parecía ser impedimento alguno para ella.

- Hola Moussa - saludó Reina tras captar la atención del senegalés -. Oye, tú… - comenzó a hablar, al mismo tiempo que un ligero rubor se instalaba en sus mejillas.

Sus antenas comenzaron a agitarse levemente.

- Te sienta muy bien el nuevo look, de verdad - cumplimentó con una media sonrisa y la cabeza ligeramente ladeada -. Oye, ¿vas con alguien al baile?

Cargando editor
02/11/2018, 17:39
Fantasma

- ¡Bueno, bueno, bueno! - exclamó Fantasma, del Grupo 5 -. ¿Es que soy el único que se va a quedar solo?

Misil comenzó a reír, pasando un brazo por encima de sus hombros y estrechándolo contra sí.

- En mi país - dijo con su marcado acento norteamericano -. Los amigos van juntos a los bailes, cuando no tienen pareja… - dijo, más para meterse con él que para consolarlo. 

Cargando editor
02/11/2018, 17:39
Alberto

Un mensaje llegó al teléfono móvil de Sara. Era de Faro, y contenía una foto del folleto que acababan de recibir, sostenido por su pálida mano.

Iba acompañada de un mensaje.

¿Quieres ir?

Cargando editor
02/11/2018, 17:40
Silvano

Silvano, tras separarse del abrazo con Rudy - y de Dídac - puso los brazos en jarras.

- Pues creo que no tengo ropa apropiad para la ocasión. ¿Nos dejarán ir a comprar? ¿O le tengo que pedir a mi madre que me envíe cosas por correo? Es más, ¿cuál es el código de etiqueta? - preguntó al aire -. Ya podría ponerlo en el papel…