Partida Rol por web

Nith no pudo envitar hacer un movimiento de negacion, al ver que tomaba la moneda antigua de Abelardo. -No se preocupe señor Larthe, buscaremos a esas personas, y tambien le traeremos de vuelta la moneda, ahora es tiempo que partamos-

-Vamos Muerde-rodillas- Le dijo al mediano, mientras se disponia a salir.

Esta estructura de madera está ennegrecida por la edad y es evidente desde la calle que sus bien cerradas ventanas están bloqueadas por las estanterías del interior. La casa gremial de los escribas es un laberinto de estanterías, con pequeños escritorios encajados en cualquier espacio libre. Ninguna luz natural entra en sus abarrotadas habitaciones, y cada escritorio cuenta con una antorcha siempreardiente que ofrece iluminación a los escribas. 

Un hombre anciano y encorvado está sentado en una silla mirando por la única ventaja del edificio. Es el único de allí que no está enfrascado en algún escrito.

- ¿Hoooooooooooola? - Preguntó el mediano, como si fuera la criatura más inicente de la creación. Incluso llamó a la puerta, y entró como Pedro por su casa. - ¡Señor! ¡Hemos encontrado una pista! - Sacó la segunda moneda. - ¡Mira! ¡Es igual que la que nos dio!

Efectivamente, dijo el escriba tras analizar la moneda. ¿Y dónde la encontraste? ¿Crees que podrías encontrar más cómo está? Quizá pueda significar algo. ¿No te parece?

- En unas ruinas chamuscadas cerca de aquí. Entre las ruinas. Pero el pobre chucho no pudo seguir más el rastro, así que si no tiene mas pistas... - Se encogió de hombros. - Pues en mi casa quiere decir que pagaron en la taberna con una de esas monedas, o quien llevaba las monedas se quemaron dentro. Lo primero es más viable, después de todo solo había una. -

Pues algo me dice que esas monedas tienen algo que ver, la cabra ardió hace unos días por culpa de una misteriosa columna de fuego. En el salón de las rarezas también pasó lo mismo. ¿Podrías mandar a tu compañero a investigar los rastros del lugar, quizá allí haya más de estas? Dijo mientras miraba la moneda.

- ¿Una columna de fuego? - Que guapo, la naturaleza se abre camino. - ¿Dices que en salón de las rarezas también? claro, podríamos ir a investigar, por que no. ¡Vamos Quib quib! - le gritó al perro, al cual parecía que le ba cambiando el nombre según le venía a él en mente.

- ¡Hasta luego! Vendre con noticias nuevas. -

Esta estructura de madera está ennegrecida por la edad y es evidente desde la calle que sus bien cerradas ventanas están bloqueadas por las estanterías del interior. La casa gremial de los escribas es un laberinto de estanterías, con pequeños escritorios encajados en cualquier espacio libre. Ninguna luz natural entra en sus abarrotadas habitaciones, y cada escritorio cuenta con una antorcha siempreardiente que ofrece iluminación a los escribas. 

Un hombre anciano y encorvado está sentado en una silla mirando por la única ventaja del edificio. Es el único de allí que no está enfrascado en algún escrito.

- ¡Abelardooo! - Entró alzando al voz, sin reparar que aquello era un lugar de silencio y respeto. - ¡Es cierto! Allí también ardió por culpa de una de esas monedas. Pero el garrapastroso del dueño perdió la suya, y no la encontré. Pero todos los incendios tienen algo en común, estas monedas. ¿De donde han salido? -

Abelardo negó con la cabeza, no tengo ni idea de dónde han salido. Solo sé que un grupo de cuatro hombres me la trajeron aquí y me pidieron que investigara sobre ellas. Tenían una extraña inscripción. Es lo único que puedo deciros. Bueno, y que eran cuatro hombres de lo más variopintos, uno rubio, uno muy joven, uno muy fornido y el último iba siempre encapuchado.

- ¿Se han quemado más cosas en la ciudad? Por ahora solo se de dos, y sabemos al menos de tres monedas, lo que quiere decir que una no funcionó o no se activo. O quizás hay más monedas... ¿Cómo podríamos encontrar las demás? - Preguntó el mediano, interesandose por la capacidad de quemar que tenían aquellas monedas. Le podría ser harto util en la destrucción de la civilización y el avance de la naturaleza.

Abelardo se retiró un momento y al poco llegó con un saco de monedas. Lo abrió para enseñárselas al mediano. Estas son. Dijo y el mediano pudo ver un montón de ellas. Este es el saco que me trajeron, pero estas no han hecho arder nada. Parece que las que ardieron fueron las otras.

- Uhm.... - Así que había más. El mediano se quedó pensando, comparando las monedas que si "ardían" con las que no lo habían hecho, buscando alguna diferencia por sutil que pudiera ser. Después, se concentró canalizando los poderes de la naturaleza para poder lanzar un conjuro y ver cual de los dos estaba tocado con el don de la magia, y cual no.

- Parecen todas iguales. - Concluyó. - Pero hasta el saco parece brillar. - Se rascó la sien con el dedo índice, mientras dejaba caer una de las monedas en el saco y cogía otra. - Todas parecen iguales, pero unas se activaron y otras no. Quizás... con alguna palabra que sea común cuando se compran cosas... o quizás alguna otra cosa... ¿Hay algún hechicero en la ciudad que pueda comprobar que tipo de magia tienen las monedas? -

Esta estructura de madera está ennegrecida por la edad y es evidente desde la calle que sus bien cerradas ventanas están bloqueadas por las estanterías del interior. La casa gremial de los escribas es un laberinto de estanterías, con pequeños escritorios encajados en cualquier espacio libre. Ninguna luz natural entra en sus abarrotadas habitaciones, y cada escritorio cuenta con una antorcha siempreardiente que ofrece iluminación a los escribas. 

Un hombre anciano y encorvado está sentado en una silla mirando por la única ventaja del edificio. Es el único de allí que no está enfrascado en algún escrito.

Supongo que en el templo de Boccob podrás localizar alguno. Allí se encuentra el gremio de magos. Dijo mirando al mediano mientras llegaban un montón de personas de lo más variopintas. ¡Buenas tardes, les dijo, jamás había visto tanta gente por aquí! ¿En qué puedo ayudarles?

El caminaba ya con los hombros caidos, su cansancio era patente a simple vista. Y fue suponia el gracias al contacto con otras personas que no estaba peor. Y fue al llegar al gremio de escribas que la imagen del mediano con Abelardo encendio una pequeña reserva de energia que tenia al parecer dentro.

-MUERDE RODILLAS!!- Dijo señalandolo con el brazo. -¿Que demonios sigues haciendo por aqui y porque incendiaste la taverna? Señor Larthe, no sabe al parecer con quien ha terminado trabajando, ese mediano me abandono y prendio fuego la taverna donde nos hospedabamos-

Al oír al azulado gritar el nombre de muerderodillas echó mano al cinto y descuelgo la ballesta de mano .Tu vas a pagar por todo maldito canijo piromano.Me separo un poco  del grupo para tener mejor ángulo de visión e impedir una posible huida , a duras penas me retengo y no empiezo a disparar sobre el pequeñajo.