Partida Rol por web

Zarus no se sintió aludido en lo mas mínimo por el intento de acusación del mediano, muy por el contrario se mostró complacido e interesado en poder contar con alguien con tales habilidades, ya que también había escuchado que acabó con un semi-orco, debía ser bueno también batalla. Si quieres insistir con eso, adelante. dice esbozando media sonrisa Ni me tomaré el trabajo de argumentar porque lo que dice no tiene sentido. replica en señal de dejar el tema hasta ahí.

Bueno, creo que ha sido suficiente... Milkahá lo mejor será ir a verificar a aquellas fuentes de las que habló Argot. Morunom, vendrás con nosotros? Me preguntaste si había trabajo para ti, creo que en esto serías de mucha utilidad. cuestiona esperando respuesta del músico.

Luego Zarus desvió la mirada al mediano-piromano Me vendría bien contar con alguien como tu, si logras librarte de esta, deberías buscarme. Seguro te haría bien visitar La pezuña en la Boca, tendríamos mucho que hablar al llegar la mañana despues de que descanses en ella. dice con un disfrazado contenido de invitación positiva.

Todo este tema se estaba alargando mucho y el guerrero se estaba cansando. Por lo que decide y a investigar los rumores que había escuchado de la ciudad.
Sin hacer mucho revuelo, Akatosh se retira de aquel lugar.

Señor Zarus estoy con usted - Respondió ante la invitación de Zarus para corroborar las fuentes, todavía faltaba mucho que indagar con respecto al caso de la enfermedad de los peces que habían terminado con los amigos de Milkahá.
Milkahá entendió lo que pasaba entre Zarus y el Muerde rodillas, paresia que los medianos eran muy problemáticos en aquella ciudad, siempre andaban en pleitos o los querían matar, por lo menos a los dos que había conocido estos días estaban hasta el cuello. La lluvia paresia inminente tanto como el hambre, así que Milkahá comenzaba a pensar donde conseguiría algo de pan, tal vez tendría que robar o rogar que alguien se apiadase de ellas dos, Milkahá y Avy la pequeña comadreja.

Milkahá se quedo cerca de Zarus.

Nith se sorprendio ante la reaccion de muerde rodillas. Que el buscara proteccion en el era algo nuevo, y lo desconsertaba un poco, provocando en el una sensacion ligera de culpa porque hasta hace un rato el habia pensado mal del mediano. 

El solo habia estado en el lugar y momento equivocados al parecer, y las monedas podian llegar a tener la culpa.

Mayor fue su sorpresa cuando Zarus, quien parecia llevar el protagonismo en la situacion como acusador, dio por termianda la situacion, hablando como si se convenciera de la inocencia de su antiguo compañero, e incluso ofreciendo trabajo. Cosa que provoco que la mirada de Nith fuera de uno a otro.

-Malditas ciudades... son muy cambiantes para seguir la linea de pensamiento de todos...- Dijo por lo bajo, ya muy cansado. -Entonces ¿Ya esta? ¿Te convenciste de que el no lo hizo?- Pregunto en direccion a Zarus. 

Zarus asintió ante la disposición de Milkahá, ella sabía que no había tiempo que perder, una tormenta se avecinaba y pronto había que darle el último adiós tanto a su compañeros como a los de él.

Si lo que te preocupa es comer, ya podemos buscar algo de camino. Necesitamos reunir la evidencia para dar con el responsable de dispersar esa maldita enfermedad. el rostro de Zarus una vez mas dejó entre ver la frustración y la rabia por la pérdida de Layla, no era fácil despedirse para siempre de aquellos sentimientos y su recuerdo. Llevando la mano a donde terminaba su cuello, Zarus tocó aquel colgante que portó alguna vez la chica que amó. Ya lo había jurado, no descansaría hasta hacer pagar al responsable.

O si quieres quédate y habla con Ankus de todo lo que tenga que ver con ese enano dice finalmente ante la indecisión del músico.

Ya Zarus iba rumbo a la salida cuando Nith le habló. Hizo una mirada de contrariedad ante las palabras del azulado, claro que ya nadie pudo ver su rostro porque se encontraba dándoles la espalda. A Zarus le parecía increíble lo cautas que eran estas personas, pero ya lo dejaría a ellos, este no era su problema y por otro lado le convenía que el mediano estuviera libre, seguro que encontraría la forma de motivarlo para que le ayudara. Eso... Es un asunto entre él y yo. remata sonriendo hipócritamente en señal de despedida.

Decir que el pobre mediano no entendia nada estaba de más, pues su cara lo dejaba totalmente claro. Aun así, a pesar de todo, no abandonó la cobertura que Nith le ofrecía, por si acaso todo aquello era una treta para acabar zurrandole o quemándole... ¡Pero que racistas eran todos con los medianos! Seguro que de pequeños tenían complejo de bajitos.

Y así, sin más, la gente comenzó a marcharse. ¿Así sin más? Eso parecía. No comprendía cual había sido el detonante, pero se alegraba que aquella muchedumbre allí reunida para zurrarle se marchara. Lo que si estaba claro es que ahora sería él quien dejaría el trabajo del dueño del gremio de escribas. No merecía la pena que la gente le linchara por intentar ayudar.

- ................... - Fue quizás la primera vez que el mediano se quedó callado, quizás meditando la oferta de Zarus. ¿Era quizás, lo que le había dicho, una forma de probarle? De ser así, había sido muy ingenioso.... y si no era así... No quería verlo cerca ni loco. Decidir si había sido un malvado pirómano o un ingenioso humano sería problema del futuro muerde-rodillas.

Esta estructura de madera está ennegrecida por la edad y es evidente desde la calle que sus bien cerradas ventanas están bloqueadas por las estanterías del interior. La casa gremial de los escribas es un laberinto de estanterías, con pequeños escritorios encajados en cualquier espacio libre. Ninguna luz natural entra en sus abarrotadas habitaciones, y cada escritorio cuenta con una antorcha siempreardiente que ofrece iluminación a los escribas. 

Un hombre anciano y encorvado está sentado en una silla mirando por la única ventaja del edificio. Es el único de allí que no está enfrascado en algún escrito.

Te das cuenta de que Zarus ha metido mano entre tus posesiones mientras te hablaba y te ha robado toda tu plata.

Te haces con un buen pellizco de monedas de plata al robar a Agakor. Tenía 22 piezas de plata en su equipo.

Escuchas a Zarus decirle lo siguiente a Agakor:

-Vamos... A [...] no me engañas. [...] culpable de quemar esa [...] cualquier otro lugar por [...] que misteriosamente se prendió [...] bueno... Quien soy yo para juzgarte. [...]poder suficiente le prendería [...] esta maldita ciudad. [...] que... Te ayudaré [...], si me dices como [...] un lugar al que [...] "cariño" muy especial.-

Escuchas a Ramase decirle lo siguiente a Morumon:

- La moneda [...] otra región aunque [...]. Quizá tu... - Además estaba [...] no descarto que [...] la que produjera el fuego.

Ankus estaba agotado de toda aquella investigación llevaba más de día y medio despierto y eso le estaba pasando factura para regir con normalidad, y tras la intervención de Zarus acercándose al tal "Muerderrodillas" y después escuchar su reacción, observó a Zarus con una mirada terrible. ¿Acaso tendrá razón el mediano? A esas alturas del día todo lo empezaba a parecer posiblemente cierto, así que ahora quiso preguntar a Zarus sobre lo que había hablado con el mediano.

¡Habla! gritó a Zarus. ¡Qué le has dicho y a qué viene esa reacción! ¿Qué estás tramando? Le preguntó. ¿Y quién diantres es esa tal Aire de la que todos habláis?

El tabernero junto al escriba impidió que todos salieran de allí. De allí no se iba a ir nadie sin que aclararan todo lo que estaba pasando, pues aunque ambos parecieran haber mediado entre ellos, e incluso haber planeado algún maquiavélico plan, ambos estaban muy desconcertados con lo que estaba ocurriendo y no darían aquel asunto por zanjado tan fácilmente.

Las cosas vuelven a calentarse así que comienzo a moverme discretamente  para que nadie quede a mi espalda  y vuelvo a empuñar la ballesta bajo la capa .No tengo muy claro que puede pasar si alguien comete el mas mínimo error o si alguien malinterpreta un gesto pero sea como sea no pienso dejar que me sorprendan sin una arma a mano .

Buenas tardes  - dijo acercandose al anciano en voz no demasiado alta para no sobresaltarle. - Acabo de llegar a la ciudad, busco alguna ocupación ¿quizá tendrían algo en el gremio con lo que pudiera ganar algo de dinero?

Lo peor aun estaba por llegar, cuando el mediano pasó la mano por su bolsa de monedas para dejar aquella "moneda de fuego" y se dio cuenta que su bolsa, estaba más vacia que la cabeza de un orco. Entonces por su cabeza pasó el momento en el que Zarus se le acercó y le tocó el costado. ¡¡ZARUS LE ACABABA DE ROBAR!! - ¡¡Me ha robado!! ¡¡Me has robado, canalla!! - Le acusó ahora, señalandolo (todo el rato, detrás de Nith, por supuesto. - ¡Me ha quitado todo mi dinero para obligarme a trabajar para él! ¡Ladrón, Pirómano! ¡Loco! ¡Ayuda! - Gritó desesperado, al borde del llanto.

El espectáculo que se estaba desarrollando el el gremio de escribas era lamentable. Ramase perdía rápido la paciencia pero la gota que colmó el vaso fue la acusación de robo.

- ¡VASTA YA!- Gritó con una autoridad propia sólo de aquellos que se saben poderosos.- Vamos a hacer una cosa... si todos estáis de acuerdo.- Trató de dulcificar sus palabras haciendo un gran esfuerzo por no ensartar a alguien en la punta de su lanza.- Haremos dos grupos.- Miró a Zarus con los ojos entrecerrados tratando de vislumbrar si, aquel que demostraba tanto mando y serenidad no era más que un vulgar ratero.- Vosotros quedáos aquí ha solucionar esa acusación tan grave.- Se dirigía a Zarus y Muerde-Rodillas. A él no le interesaba lo más mínimo el parloteo del mediano y asuntos como los de un hurto que en Tormentos Cristalinos eral el pan de cada día.-Una vez aclarada, id en busca de esa tal Aire que parecéis conocer los dos ya, pues por lo que decís en la única que reconoció la moneda. No me importa si entre medias queréis salvar el mundo de esa enfermedad.- Dijo con sorna. Ramase dio un par de pasos para acercarse a Nith-Haiah.- Y tú, tú tenías otra de esas monedas, ¿verdad? Tú y yo iremos al gremio de magos con la moneda para ver si allí saben reconocerla. No reconozco su procedencia pero he notado que aún están calientes, por lo que no es descartable que sean las que originaron el fuego. Si alguien más quiere acompañarnos...

Con lo que habia logrado escuchar de Zarus ya habia sido bastante pertubador, realmente no era alguien en quien confiar. Y luego de eso, su mirada hacia el habia sido abiertamente de mala cara y seria como no la dejaba traslucir nunca. El colmo era que al parecer le hubiera robado a muerde rodillas. Su mano casi que iba tentada a tomar sus armas, pero al parecer alguien lo trajo a la realidad, fuera de esa corriente de pensamiento hostil tan ajena a el. El hombre de apariencia mas perturbadora del lugar, pero que al parecer era el unico sensato. Y pedia su compania para resolver lo de las monedas.

Asi que relajando su expresion un poco, abrio la palma de la mano un segundo para confirmar que tenia la moneda aun. -Si, ire, porque hay que intentar sacar algo util de todo esto... uh... la verdad que este es el dia mas largo de mi vida- Dijo casi sin poder evitar quejarse.

-Muerde rodillas, lo siento, pero tomo el relevo aqui con el tema de las monedas, el resto quedara como testigos en esta resolucion de problemas, y confio en que el señor Abelardo dicte de juez- Y asi se despego del mediano, separandose.

Milkahá se queda boquiabierta ante la acusación de Muerderodillas. Avy parece erizar el pelaje mientras la chica se prepara para lo peor, pensando inmediatamente en las palabras de un hechizo que ya había hecho antes y lista a pronunciar las palabras mientras toma con fuerza el báculo que siempre le acompaña, se queda junto a Zarus, sea lo que sea esto no tenían derecho a mentenerles ahí. 

- Mediano infame, mantén la lengua detrás de tus dientes - se le escapo decir a la hechicera entre dientes. Luego miró a Zarus para ver su reacción ante los eventos y secundar sus acciones.

Zarus miró de reojo al enfurecido tabernero que le exigía respuestas. Sabía que Ankus ya había tenido suficiente y que no aceptaría mas vueltas sobre el asunto, pero había que tomarse algo de tiempo antes de decir cualquier cosa. Sin embargo, antes de que se pronunciara la primera palabra de boca del ahora interrogado Zarus, la voz del mediano resonó en todo el lugar en acusación de robo. El joven Lazarus solo pensó que algo verdaderamente malo le debía pasar al tal muerde-rodillas, sino podía pensar en las consecuencias de lo que estaba haciendo en este momento, tal vez sería porque el mediano no era del todo consciente de las cosas que hacia o que decía.

Milkahá decidió participar en aquel encuentro de palabras, cosa que Zarus apreció, pero que no dejó saber en su momento Lo mejor será que tu y Morunom vayan a investigar sobre aquello que dijo Argot sobre sus fuentes. Yo me quedaré resolviendo esto. dice dedicando una mirada severa a la hechicera, no aceptaría una negativa ante su solicitud, no quería que se involucrara en esto y que de alguna manera las acusaciones también le afectaran a ella. Les alcanzaré luego... Aun tenemos que darle el ultimo adios a nuestros amigos, no?. dice dedicando una sonrisa a Milkahá, tratando de conseguir que la chica y su ardilla se tranquilizaran.

Pasando una mirada despreocupada por su acusador y luego mirando fijamente a Ankus, Zarus se dispuso a responder lo que se le preguntaba: Bien, solo le dije que sabía que nos estaba mintiendo a todos, que es tan culpable de quemar tu taberna como cualquier otro lugar por el que haya pasado, pero también le dije que deseaba saber como lo hacía, ya que tengo en mente poder usar su talento, para crear una distracción lo suficientemente infalible y saber de una vez por todas que es lo que esconde Blagh... un cambio en el rostro de Zarus dejó claro que aquel tema le carcomía por dentro. No descansaré hasta encontrar al responsable de la muerte de mis amigos. aquel rostro era el de alguien que estaba dispuesto a hacer lo que sea por darle fin a aquello que le inquietaba.

Ya por ultimo, Zarus miró a Ramase con algo de sorpresa, pero finalmente asintió a sus palabras Por mi esta bien, pero deberían irse aquellos que nada tengan que ver con esto. dice en una insinuación para que Milkahá y el músico se marchasen sin mayor problema. El tipo azulado también parecía estar de acuerdo, así que todo tendría que ser de esa forma, Zarus solo sembró una ultima inquietud antes de que se marcharan. Traten de saber todo sobre esas monedas, seguro nos vendría bien escuchar como fue que estas produjeron los incendios. aquello como un gesto sarcástico, Lazarus sabía de sobra que el culpable de todo había sido aquel mediano, lo que le extrañaba es como ninguno podía sumar 1 y 2.

Morunom tenía hambre, y le habían ofrecido algunas bayas, así que, educadamente había hecho un mínimo paréntesis en todo ese jaleo para aceptar la invitación del enano ese tan raruno cuyo oficio, al parecer, era morder rodillas. Pero la cosa no se podía parar, así que, con la boca llena, escuchó los susurros de Ramasé, con el que había estado investigando la moneda. Balbució algo, pensativo, con aire un tanto lelo, mirando al techo, como el que piensa mientras verbaliza sus cálculos sin darse cuenta.

Luego despertó, prestando de nuevo atención a lo que ahí decían, miró con interés a la moza con la que le enviaban.

Oh, mi señora, dijo a Milkahá, estaré indudablemente encantado de hacerle de escolta con mis fuertes brazos y mi carisma expansivo y sandunguero. Cuando alguien me diga qué es eso que dijo Argot sobre esas fuentes, ya que no tengo ni idea.

Miró a Zarus. ¿Quedamos en reportar lo que descubramos al anochecer en el templo de Pelor? Supongo que nos dará tiempo para investigar. Podríamos hacer ahí una quedada general, también con el señor Ramasé. Recomiendo que cada uno se traiga algo de beber de sus andanzas, así, aun no habiendo conseguido nada, tendremos material para una pequeña fiesta.