Partida Rol por web

El puente del Umbral de la marisma, cerrado por completo, está fabricado en piedra y cubierto con un tejado de pizarra. Sus paredes están adornadas con gárgolas reptilianas y una chaparra torre de guardia en su extremo oriental ofrece una excelente vista de los pantanos del norte. El interior del puente está jalonado por varias alcobas, cada una con una estrecha ventana con vistas a las marismas o a la villa. Los jóvenes amantes suelen citarse en las alcobas a altas horas de la noche, y los guardias hacen la vista gorda ante sus actividades.

Una puesta de sol magnífica se puede ver entre los tejados de Tormentos Cristalinos.

Intissar observa la que durante años fue su ciudad. Pasó buenos momentos en ella, pero también otros terribles. Nunca estaría seguro de volver a amar esta ciudad como lo hizo cuando era niño. Por el momento su prioridad era encontrar a su hermana pequeña. La decisión de dónde vivirían la podrían tomar más adelante.

Argot debe de estar al caer...

Te encuentras apoyado en el puente mirando como anochece esperando a que más tarde o más temprano aparezca Argot con las noticias que te había prometido, de repente algo te asusta pues no la has oído llegar pero a tu lado hay una mujer preciosa en exactamente la misma posición que tú mirando hacia el mismo sitio, pero no dice nada, simplemente parece estar contemplando la ciudad, o lo mismo ha quedado también con alguien.

Observo a la mujer con algo de suspicacia. No la conozco de nada y prefiero ser cauto. Si bien intento mantener mi incomodidad oculta, decido no moverme del lugar. Atento y preparado para cualquier eventualidad. Mis armas están siempre preparadas por si algún granuja se cree más granuja que yo.

Espero que Argot no tarde mucho. Por lo demás será mejor no parecer sospechoso.

Intento que nuestras miradas no se crucen, y no vigilo sus movimientos directamente, sino con el rabillo del ojo. Nada debe resultar sospechoso.

- Cuenta la leyenda que en este puente siempre se reúnen los enamorados a esperar a sus amantes. Es una tradición muy larga de Tormentos Cristalinos, pero ahora solo la practican los adolescentes. Yo todavía sigo esperando al mío, noche tras noche y nunca viene. ¿Cómo es tu enamorada? Cuéntame. 

Observo con sorpresa a la desconocida por su atrevimiento. Me quedo un rato mirándola, pensando en qué decir. Realmente me siento sorprendido por lo directo de sus palabras.

-Mi señora, -digo con suavidad.- Creo que se confunde usted. No estoy esperando a ninguna amada, sino a un compañero de negocios. Lo cierto es que desconocía de esa tradición y, quién sabe, quizás algún día me cite con mi amada aquí. Pero antes deberé encontrarla. -Las últimas palabras me salen entre una sonrisa, pero lo cierto es que el tono de mi voz ha surgido algo triste. Desde que perdí a mi hermana mi carácter se había endurecido y a veces me preguntaba si sería capaz de volver a amar. La desconocida era bella, pero yo había aprendido a desconfiar, y más de las personas hermosas que hablan con hermosas palabras.

- Dime, ¿por qué desconfías? El amor puede llegar en cualquier momento, el mío llegó cuando menos me lo esperaba, pero creo que se lo llevaron. Me temo que llega cuando te lo esperas pero te lo arrebatan cuando menos lo esperas aún. Es dificil después volver a amar, y mucho más después de haber amado tanto. 

Si tu corazón está vacío quizá yo pueda ayudarte a llenar ese hueco. Es muy tarde para hacer reuniones a estas horas, extrañas criaturas vagan por esta ciudad y hay que estar siempre protegido. Si tu compañero no ha regresado dudo que lo haga ya. Por qué no vienes conmigo y te muestro los lugares más secretos de Tormentos Cristalinos Nocturno.

La insistencia de la desconocida no hace más que alertar aún más a Intissar. Pasadas jugadas le hacen ser una persona de naturaleza desconfiada y esta no va a ser una excepción. Con educación pero con determinación, Intissar dice:

-Mi señora, le agradezco su preocupación, pero creo que seguiré esperando un poco más a la persona con la que me he citado. Incluso si no llegase a venir, ya tengo un lugar donde pasar la noche en la ciudad. -Tras unos segundos de silencio:- ¿Podría preguntarle su nombre y la razón de su insistencia?

Intissar no se muestra agresivo en ningún momento, pero sí decidido. Debo admitir que es una bella mujer, pero no tengo que dejarme engañar tan fácilmente.

- Mi nombre es Soshyn Anamar y solo quiero protegerte. No por que te conozca ni nada, sino porque extraños rumores circulan por este puente. Dicen que muchos de las parejas que vienen aquí a encontrarse con sus amantes nunca llegan a hacerlo, y realmente nunca se llega a saber nada más de ellos. Son muchas las extrañas desapariciones que tienen que ver con este puente. 

Imagino que mi amante fue uno de ellos, nunca regresó y ahora me dedico a proteger este lugar de los habitantes de la noche de la ciudad.

No quiero insistir, solo proteger... ¿Acaso no temes a la oscuridad?

La boca de Intissar se deforma en una mueca socarrona antes de responder.

-Mi señora, temo más a otras cosas que a la oscuridad. Ya no soy un niño asustado del hombre del saco.

No obstante, agradezco su preocupación por mi. Con suerte mi compañero vendrá pronto y ninguno de los dos deberemos preocuparnos.

Si en el futuro me enamoro de una bella dama, le doy mi palabra de que no la traeré aquí.

Si no es indiscreción, ¿podría contarme su historia?

Antes de que la mujer te cuente nada veis como una columna de fuego sale de dos puntos de la ciudad. El punto que parece corresponder a la Taberna de la Cabra de Mimbre (5) y al Salón de Rarezas de Anmeh (32) cuando desvías la mirada para mirar a aquellos dos puntos te das cuenta de que tu compañera ha desaparecido de la misma manera que apareció. 

Dos columnas de fuego aparecieron primero en la Taberna y al rato en el Salón. No se han producido a la vez pero si son de la misma forma y dimensiones. Parece que si hay alguien en aquellas dos zonas es posible que estén en peligro.

Y para colmo Argot se está retrasando.

Intissar decide que quizás su compañero no aparezca. Las cosas se comienzan a poner feas y aún no tiene noticias de su compinche, así que decide ir en dirección hacia la taberna, con el fin de obtener algo de información. Si Argot y yo nos tenemos que encontrar será el destino quien nos junte. Sin más, coge la primera calle en la dirección de la misma, caminando silencioso, pero atento a su entorno.

El puente del Umbral de la marisma, cerrado por completo, está fabricado en piedra y cubierto con un tejado de pizarra. Sus paredes están adornadas con gárgolas reptilianas y una chaparra torre de guardia en su extremo oriental ofrece una excelente vista de los pantanos del norte. El interior del puente está jalonado por varias alcobas, cada una con una estrecha ventana con vistas a las marismas o a la villa. Los jóvenes amantes suelen citarse en las alcobas a altas horas de la noche, y los guardias hacen la vista gorda ante sus actividades.

-Bueno, aqui estamos. ¿Por dónde empezar a buscar? Ahora que lo pienso debí preguntarle a Flanigan como era su anillo, eso habría simplificado las cosas. Creo que lo primero sería encontrar la tienda del hombretón, dijo que se lo habían robado justo después de enseñárselo a alguien, así que supongo que estará cerca de donde sucedió.

Sin esperar respuesta de Sir Barristan, Crystal busca a alguna ancianita o niño a quien preguntarle. -¡Muy buenos días! Buscaba la tienda de joyas de Flanigan y la verdad es que no se como encontrarla. ¿Sabes dónde está?- Le dice, confiando en que su contratador sea lo suficientemente famoso como para que la mayor parte de la gente sepa localizar su negocio.

A cada momento, Sir Barristan se preguntaba si acompañar a Angelica era una buena idea. ¡No paraba de hablar!

En cualquier caso, el caballero siguió cumpliendo con su deber. Se movía con su acompañante. Cuando ella andaba, él andabe. Cuando ella se paraba, él se paraba y se ponía cerca de ella, presto a defenderla si fuese necesario.

Era una situación curiosa, el destino había hecho que terminase siendo de alguna forma su guardaespaldas cuando ni siquiera estaba contratado... Las cosas que le ponía la vida de por medio...

- Oh, no! Flanigan no lleva ninguna tienda de joyas, tan solo lleva la empresa de transportes de la ciudad. O eso creo. Tened cuidado con él, es un hombre muy persuasivo en la ciudad, se lleva muy bien con el alcalde, a pesar de  lo insoportable que es.

-Uy vaya jiji que despiste. ¿Y sabes dónde está el local desde el que lo dirige?

- Claro, transportes Gorrablanca es famoso en todo la ciudad, está en el centro de la ciudad, junto al Río del Martín Pescador.

Sir Barristán se mantenía callado, memorizando cada dato que le daban a su compañera. Transportes Gorra Blanca, al lado del Río del Martín Pescador. ¿Eso era un pájaro, no?

Su posición detrás de Angélica resultaba intimidante, si bien su cara reflejaba calma y concentración.