Partida Rol por web

Entré al Cuervo de Plata mirando alrededor, buscando por el tal Hoskin. —Si no es el tabernero, entonces por lo menos sabrá decirme quién es. — Pensé acercándome a la barra, dispuesto a preguntar ahí. —El tipo debe estar en muchos problemas si tiene que dejar instrucciones para los aventureros en un lugar como este, aunque es de las tabernas más pintorescas de la ciudad. — Pensé recordando a cuando pasé por aquí y supe el precio.

Un agradable mediano te recibe al entrar en la posada. El hombre lleva entre sus manos una figura de un cuervo de plata y te dedica una amplia sonrisa, mientras te da la bienvenida.

- Bienvenido al Cuervo de Plata, señor. Mi nombre es Hoskin y soy el humilde posadero. Has llegado a la taberna de ensueño de Tormentos Cristalinos. Nuestras habitaciones son suites con tres departamentos; un sala de estar, un dormitorio y un baño privado. En el precio se incluya desayuno, masaje, baño caliente y servicio de lavandería. Cada habitación está asegurada con una cerradura a prueba del más habilidoso de los ladrones. Nadie ha entrado jamás a robar pues resulta imposible.

Y todo esto, ¡por el módico precio de 10 piezas de oro! Una oferta que nadie puede rechazar.

Adelante señor, eche un vistazo y elija su suite

Veo que el precio sigue siendo el mismo. Pensé, sabiendo que no tenía ni una moneda de oro requerida. —Lo siento, pero vengo por otras cosas. — Dije en voz baja. Los espías de la bruja podían estar en cualquier lado. Después de todo, el anuncio que encontré era totalmente público y cualquiera que pasase podía verlo. —Estoy aquí por el asunto de Cantohelado. — Mencioné, fijándome en la reacción del tipo.

Hoskin asintió ante las palabras del muchacho. Así es. El señor cantohelado está buscando a un apuesto caballero y a una corte que lo acompañe para una misión. Me gustaría ahorrarte tiempo y horas de viaje, pero dudo que sin al menos un par de compañeros más le entregue la misión. Así que, yo me haría con una buena compañía, y a continuación iría a verle. 

 El señor Cantohelado pide ayuda a un joven y apuesto hombre que sea capaz de rescatar a su hija de la torre en la que su madrastra la ha encerrado. El hombre se casó con una bruja sin saberlo y ahora su hija está pagando las consecuencias. Está en una taberna no muy lejana. Si tomas el camino del Norte, y continúas, llegarás a una taberna que se llama el Salmón Sabroso. Allí está esperando a que alguien responda a su petición.

La mayor parte de la fachada y las tejas de este edificio de mármol está cubierta con pintura plateada. Toda la estructura está adornada con embellecedores de plata, muchos con forma de cuervo, y una exquisita estatua de plata de un cuervo se apoya en una barra del mismo material sobre la entrada principal. Este ostentoso establecimiento es el Cuervo de plata, la taberna y posada más prestigiosa de Tormentos Cristalinos.

Un agradable mediano parece ser el encargado del local, lleva entre sus manos una figura de un cuervo de plata y se muestra muy sonriente ante su público.

El lugar era inconfundible, pues no había nada más sabio que hacer que el propio lugar fuera un claro ejemplo del nombre que poseía. Nada sabía de la reputación de la posada, pero a todas luces se veía cara y fuera de sus posibilidades, al menos de momento; cuando se convirtiera en un héroe de leyenda todo eso cambiaría, y el primer paso era encontrar a quien buscaba.

Con una sonrisa casi tan amplia como la del mediano, al que reconoció casi enseguida como el encargado, se dirigió hasta este y le hizo una efusiva reverencia, antes de tender una mano en un gesto amable y lleno de la vitalidad de la juventud. 

- ¡Buen día caballero! Mi nombre es Nithael, aventurero y buscador - Rió por lo bajo -. ¿De qué? De sentido, de vida ¡por supuesto! Ja, ja. Vengo en busca de un hombre que parece necesitar ayuda, Hoskin le llaman. ¿Sabe dónde podría encontrarle? 

Un agradable mediano te recibe al entrar en la posada. El hombre lleva entre sus manos una figura de un cuervo de plata y te dedica una amplia sonrisa, mientras te da la bienvenida.

- Bienvenido al Cuervo de Plata, señor. Mi nombre es Hoskin y soy el humilde posadero. Has llegado a la taberna de ensueño de Tormentos Cristalinos. Nuestras habitaciones son suites con tres departamentos; un sala de estar, un dormitorio y un baño privado. En el precio se incluya desayuno, masaje, baño caliente y servicio de lavandería. Cada habitación está asegurada con una cerradura a prueba del más habilidoso de los ladrones. Nadie ha entrado jamás a robar pues resulta imposible.

Y todo esto, ¡por el módico precio de 10 piezas de oro! Una oferta que nadie puede rechazar.

Pero, no tengo muy claro eso de que yo busque ayuda. ¿A qué te refieres?

La perorata del mediano, al que como bien había tomado por el encargado del lugar, le tomó por sorpresa y le dejó en cierto modo turbado y descolocado. ¡10 oros por una noche! Pero no era eso lo peor -aunque casi-, no, es que... ¡ese era Hoskin! Su gesto de frustración debió ser visible incluso para un ciego ebrio, aunque rápidamente volvió a sonreír y tomar una actitud más positiva; aún no estaba todo perdido.

Estaba bastante convencido de que le habían enviado allí y con ese hombre, lo que no significaba que fuera la hija de aquél pequeñajo quien estuviera en peligro. No es que importara, una dama en apuros era una dama en apuros, pero casi había esperado, como poco, a una hermosa humana de celestial figura y soñado rostro; aunque si lo pensaba, podría ser peor, podría trabajar para un enano, ¡o incluso un gnomo! Un escalofrío le recorrió el cuerpo y estuvo a punto de borrarle la afable sonrisa, pero también lo controló y decidió no darle más vueltas, o pronto empezaría a temer convertirse en un bardo errante que contara las historias de su imaginativa mente. 

- Uhm, si, verá señor, estoy aquí porque en Recados de Tormentos Cristalinos me han dicho que podrían necesitar mi ayuda con un asunto delicado - Guiñó un ojo con complicadad al alegre dueño de la posada -. Ya sabes, una hija a la que rescatar de manos de una bruja malvada, ¿sabe quién está en ese terrible apuro? 

Esperaba que nadie se le hubiera adelantado, o incluso que le hubiesen engañado. Lo cierto es que estaba empezando a pensar que a lo mejor eso de cazar bandidos habría sido un mejor plan para empezar sus aventuras; aunque bueno, seguro que los ladronzuelos podían esperarle un par de días, ¡había Nithael de sobra para todos!

La mayor parte de la fachada y las tejas de este edificio de mármol está cubierta con pintura plateada. Toda la estructura está adornada con embellecedores de plata, muchos con forma de cuervo, y una exquisita estatua de plata de un cuervo se apoya en una barra del mismo material sobre la entrada principal. Este ostentoso establecimiento es el Cuervo de plata, la taberna y posada más prestigiosa de Tormentos Cristalinos.

Un agradable mediano parece ser el encargado del local, lleva entre sus manos una figura de un cuervo de plata y se muestra muy sonriente ante su público.

¡Por supuesto que sé de quién habla! Dijo mirando Hoskin al hombre con el que estaba hablando en la barra. Se trata del Señor Cantohelado, vive fuera de la ciudad, y me ha pedido que quien esté interesado le vaya a ver a la posada del Salmón Sabroso, está al norte de la ciudad, cerca de puente Brandon, pero me temo que está buscando a un apuesto caballero y a su compañía. Otros ya han ido y han sido rechazados por no ser lo que buscaba el señor. Su hija está apresada en manos de una terrible bruja, y necesitan caballeros carismáticos, junto a una noble escolta para salvarla, de lo contrario es probable que no les entregue la misión. Creo que no quiere tener almas que pesen en su conciencia.

Aquella respuesta no se la esperaba, pero era lo suficientemente sabio como para pillar al vuelo lo que quería decirle el mediano; no importaba que estuviera dispuesto a cualquier cosa por salvar a la dama, si no era tal como esperaba el hombre, no conseguiría ni una pista sobre como empezar. No podía entender que alguien rechazara la ayuda que se le ofrecía, pero si podía comprender que no pusiera la vida de su bella hija en manos de cualquiera. Pero eso no significaba que se fuera a rendir, ¡claro que no! Él rescataría a la cautiva, pero antes tendría que demostrar su valor. Lo bueno, es que sabía por donde empezar.

Con las prisas casi se le olvidó despedirse de Hoskin, pero finalmente logró agradecer con una apresuradas palabras su buena voluntad y amabilidad, añadiendo un halago ligero acerca de lo agradable y acogedora que era su posada, antes de salir corriendo con una sonrisa hacia su siguiente destino.

El sol brillaba alto cuando salió a la calle una vez más y la gente empezaba a llenar las calles. No era un problema para él, que disfrutaba de las mieles que el día ofrecía, y además eso le hizo más fácil preguntar a unos y a otros por "La Pezuña en la Boca"; estaba seguro de haber pasado por delante mientras buscaba esta de la que acababa de salir, pero aún así prefería asegurarse. 

Mientras recorría las calles atestadas, agradeciendo el calor que había en las zonas iluminadas por el brillante astro, iba imaginando en su cabeza como le conocerían tras aquello. "Nithael el cazador de bandidos, no, no, Nithael, el salvador de Punte Brandon, no, no, aún mejor, Nithael el bravo, protector de Puente Brandon". Si, eso sonaba bien, y después añadiría el resto de pueblos de alrededor, y luego la misma villa, puede que incluso algún día toda la región, ¿por qué no? tenía cientos de años por delante para conseguirlo y una voluntad de acero para hacerlo, no iba a rendirse. 

Con esas fantasías y sueños andaba cuando alcanzó su objetivo, y una vez más, entró con una amplia sonrisa en el rostro, buscando con la mirada al posadero, esta vez manteniéndose callado no fuera a meter la pata de nuevo. 

La joven miró sorprendida el aspecto de aquella posada, era muy... singular. Sin lugar a dudas era diferente a la mayoría de posadas que había visto nunca. Tras el primer instante fue sintiendo como no le gustaba tanto derroche, tanta ostentación en la fachada del mismo. Sin lugar a dudas ese sitio tenía pinta de ser carísimo, y eso se alejaba de las posibilidades de Enna. 

-Creo que este sitio no es para mí.-Dijo medio sorprendida aún perdiendo su mirada en la gran cantidad de detalles de la fachada.-Bueno, no es que tuviera una idea clara de que sitio buscar para establecer como morada temporal... pero estando en una ciudad costera, supongo que esperaba algo más cerca del muelle, con vistas al mar, recibiendo el brillante sol cada mañana, sentir el trajín y la vida de los marineros y trabajadores del puerto todo el día.

Comentó a los acompañantes.

-Pero me temo que con mis discretos ahorros no puedo ni costearme en estos momentos una pensión como esa, cuando me acercaba a la ciudad estuve pensando en pedir auspicio en algún templo, mientras buscaba cómo de ganarme la vida en la ciudad, de forma temporal, claro.

-Tranquila Enna, creo que todos estamos igual de "exultantes" en cuanto a la economía.- dijo Erik para tranquilizar a la muchacha.

Entendía a la perfección a su nueva compañera. El negocio de aquella posada parecía ser más que exitoso por el buen estado del local y por su ostentosa decoración. Y aquella buena presencia del negocio, muy a pesar del grupo, podía provenir de unos precios altos.

-Solo hay una manera de saber si este es un local caro o barato.

Erik se acercó a la barra y se presentó al encargado del local, un mediano amable y con mirada vivaracha para los negocios.

-Buenos días, posadero. Nos gustaría hospedarnos en este local, si hay habitaciones libres y nuestros humildes bolsillos nos lo permiten. Cual es el precio de la habitación?

Un agradable mediano te recibe al entrar en la posada. El hombre lleva entre sus manos una figura de un cuervo de plata y te dedica una amplia sonrisa, mientras te da la bienvenida.

- Bienvenido al Cuervo de Plata, señor. Mi nombre es Hoskin y soy el humilde posadero. Has llegado a la taberna de ensueño de Tormentos Cristalinos. Nuestras habitaciones son suites con tres departamentos; un sala de estar, un dormitorio y un baño privado. En el precio se incluya desayuno, masaje, baño caliente y servicio de lavandería. Cada habitación está asegurada con una cerradura a prueba del más habilidoso de los ladrones. Nadie ha entrado jamás a robar pues resulta imposible.

Y todo esto, ¡por el módico precio de 10 piezas de oro! Una oferta que nadie puede rechazar.

-Que es el oro? preguntaba comicamente a todos los presentes. Estaba casi seguro de que nadie tenia tanto poder economico como para hospedarnos en este lujoso lugar.

-Entonces que hacemos ahora amigos? Graak-Hal no tiene ni suenos donde carga tantas monedas de oro en el bolso. Terminaba mi oracion con una gran risa de un semigigante normal. -JAJAJA

A la muchacha, que había pasado su infancia entre las atenciones y cuidades de una familia noble, no le resultaban desconocidos esos servicios y placeres. Pero atrás habían quedado estos cuando la joven se apartara del amparo de su familia. Un fugaz suspiro escapó de sus labios ante las ganas de disfrutar de estos servicios. Pero pasó pronto, esos cuidados, hasta gran punto fribolidades, no era lo que había venido a buscar Lorenna. Sino que había venido para estudiar y lograr obtener conocimineto y el poder que viene con eso. Cuantos más lujos quisiera, más tendría que esforzarse para poderlos costear, representando tiempo y riesgos que perdidos en lugar de estudiar... No, no era eso lo que estaba buscando, no la nueva Lorenna Benedigno.

-Guauuuu- Escapó de sus labios rosados.-Realmente son unos servicios excelentes, pero para quien pueda costearlos.

Miró a Erik, al anciano y al joven gigante, quien además bromeó con lo del oro. No, sin lugar a dudas ese no era su sitio.

-Bueno, entramos para preguantar, tal vez la imagen de la posada no se correspondía con sus servicios, pero no parece el caso.- Dijo con una sonrisa.- Me temos que tendremos de prescindir de estos excepcionales servicios por el momento. Muchas gracias por su atención, maese Hoskin.

Tras el saludo añadió, apreció recordar algo.

-Hemos escuchado que el sumo sacerdote de Fharlang de Tormentos Cristalinos, Gerald Isslor, está buscando a un grupo de aventureros para encargarles un trabajo, ¿no sabrá de qué se trata, verdad?

El viejo tras ser aceptado como parte del grupo se había movido lo más rápido que podía para seguirle el paso a sus compañeros pero entre su tembloroso andar y apoyarse en el bastón; algo de ventaja le sacaron estos.

Tan pronto los ve tan decididos de entrar a la posada, se queda mirando desde fuera mientras piensa - hmmm... creo que a este sitio no vamos a llegar, al menos no hoy, no con las 4 monedas que traigo en el bolsillo, al escuchar a Erik tan animado sobre preguntar si podemos quedarnos, decide no decir nada que desaliente al joven.

Tras oír atentamente al mediano, dice - que señor tan gentil, seguramente en una próxima ocasión visite su posada, pero por ahora creo que deberíamos ir al templo a hablar con el sumo sacerdote, pues si por alguna razón debemos salir de la ciudad, no estaremos aquí mucho tiempo.

-FIIIIIUUUUU!!!!- fue el largo silbido que realizó Erik al escuchar la tarifa por los servicios de aquel local. Realmente, aquello de sala de estar, dormitorio y baño privado pintaba muy bien.

-Masaje y baño caliente?

Aquellas útlimas apreciaciones sobre las comodidades del Cuervo de Plata, dejaron casi desecho al aventurero. Se imaginó dentro de una bañera espumeante, junto a una delicada y dulce copa de vino, esperando la llegada de alguna muchacha del servicio para animarla a frotarle la espalda. Aquello si que sería un...

Las palabras de Enna sobre  el encargo propuesto por Isslor, sacaron por completo a Erik de sus utópicas ensoñaciones. Era cierto, debían espavilarse en conocer los trámites y condiciones sobre el trabajo que podían tener entre manos.

Esperando la respuesta del posadero sobre el sacerdote, Erik dejó la idea de pasar noche en aquel lugar.

-Sus servicios bien deben valer esas 10 piezas de oro. Pero nuestros bolsillos no llegan a tanto. Somos gente humilde y de pocos recursos. Imposible! A no ser que usted necesite de nuestra ayuda a cambio de un lugar donde pasar la noche. Sin tantas comodidades, evidentemente.

Puede que la fortuna estuviera de su lado y el posadero Hoskin necesitara alguna cosa que ellos pudieran remediar.

Nunca se sabía.