Partida Rol por web

La mitad de esta taberna roñosa se alza sobre palafitos sobre las aguas del puerto, mientras que la otra mitad se asienta en tierra firme. Un cartel sobre la batiente puerta principal muestra un hombre con bigote, macerando un gran lenguado con un mazo de madera.

Su interior apesta a grog rancio, pescado y sudor, aunque a los parroquianos habituales no parece importarles mucho.

Una desvencijada barra atraviesa la zona sur y varios agujeros abiertos en el suelo junto a la pared oriental dan al mar. Los clientes pescan desde esos agujeros o se alivian por ellos, según sea su necesidad. El nombre de la taberna proviene de su especialidad, el lenguado hecho pasta frito con mantequilla y grog en grandes tortas.

El mejor ambiente que puede existir en este mundo se encontraba en el lenguado, no podia pedir otra cosa para ser la primera locacion que visitaba en esta gran ciudad.

Al instante me acerco a la maltrecha barra para pedirle al cantinero el elixir de la vida que tanto añoraba. -Cantinero, sirvame el alcohol mas fuerte que tenga porfavor! diria energicamente al que atendiera el local.

Tras un par de tragos preguntaria un poco menos energico al cantinero -Que sabes de las chicas que se perdieron apenas en el puente de la ciudad?

Ned sacó una vieja botella que tenía detrás de un montón de otras y la quitó el polvo con mucho cuidado. Luego sacó una copa bastante grande y que para quitarla también el polvo le dio un poco de agua antes. Sin duda, nadie le había pedido aquella botella en mucho tiempo. El hombre sonrió ante la petición del recién llegado y le sirvió lo que solicitaba. Era un líquido espeso y de color oscuro. Tras el servicio, volvió a dedicarle una amplia sonrisa y le contestó, son muchas las putas que desaparecen en los puentes, se juntan con gente indeseable de la ciudad, que se la lleva... dijo haciendo una pausa pensando donde podrían ir, quizá al parque, quizá al cementerio, quizá a su casa, o a la dríada bailarina, son muchos los lugares donde esos guarros podrían llevárselas, y luego bueno, a saber qué hacen con ellas. Es algo que lleva pasando hace tiempo, la guardia tampoco hace nada, y a mi, la verdad, cada vez me preocupa menos el tema. 

Lo que decia el cantinero me preocupaba, aunque fueran mujeres de la vida galante tenian el derecho de tener una vida segura, sin ningun tipo de preocupacion en cuanto a la delincuencia o abusos.

Mientras le daba un trago al alcohol que Ned me habia acercado pensaba en como podria ayudar a esas senoritas, tendria que moverme buscando mas pistas y rumores, pero el alcohol que estaba probando era la gloria.

-Ned, que me dirias si te dijera que yo haria lo posible por derrocar a esos malditos que desaparecen a esas pobes chicas, que haria lo posible por poner orden en este lugar y darle seguridad a esas mujeres de la vida galante que tanta felicidad nos ofrecen?

No es que la opinion del cantinero fuera a influir mucho en mis futuras acciones, pero si me ayudaria a formar una base de la cual podria partir hacia mi objetivo. Sobra decir que seguia bebiendo del alcohol.

El tabernero se encogió de hombros, negó con la cabeza y con pocas palabras le dijo: La verdad... dejó una pausa de dramatismo, que me da exactamente igual lo que hagas. Dijo dejándole con la palabra en la boca y yéndose a servir algunas cervezas y a limpiar la barra.

La actitud del tabernero me parecía desesperante, aunque el no era un perjudicado directo, la desaparición de las chicas de la vida galante podría acarrear problemas mayores para la comunidad de este tipo de vida, incluso para la vida en la ciudad. Sin embargo no me molestaba en absoluto, simplemente me abría la perspectiva del tipo de personas que podría encontrar a lo largo de mi vida.

-De acuerdo Ned, no hay problema! Cuanto te debo por el buen alcohol? preguntaba tranquilo pero enérgicamente al tabernero antes de partir a la dríada bailarina.

Es una pieza de plata. Dijo Ned.

La mitad de esta taberna roñosa se alza sobre palafitos sobre las aguas del puerto, mientras que la otra mitad se asienta en tierra firme. Un cartel sobre la batiente puerta principal muestra un hombre con bigote, macerando un gran lenguado con un mazo de madera.

Su interior apesta a grog rancio, pescado y sudor, aunque a los parroquianos habituales no parece importarles mucho.

Una desvencijada barra atraviesa la zona sur y varios agujeros abiertos en el suelo junto a la pared oriental dan al mar. Los clientes pescan desde esos agujeros o se alivian por ellos, según sea su necesidad. El nombre de la taberna proviene de su especialidad, el lenguado hecho pasta frito con mantequilla y grog en grandes tortas.

-Estimado Gerald, esa aldea de Loto tiene algún tipo de alcalde, regente o persona de importancia relativa con el que tengamos que contactar para desentrallar tal misterio animal? Y a qué distancia se encuentra la aldea?

No sé mucho más sobre la misión, lo único que sé es que está en el camino del Norte, y a penas tardaríais unas horas en llegar hasta allí. También me dieron esto:

No sé cuánto ofrecerán por la recompensa, supongo que tendréis que ir allí y preguntar por ella. Y tampoco sé a cuánta gente pide, supongo que a la necesaria para poder ayudarles. Concluyó encogiéndose de hombros mientras les mantenía la mirada.

Enna siguió el camino elegido por el sacerdote de Fharlangh mirando la arquitectura de las calles buscando quedarse con algún que otro detalle para poderse orientar en un futuro, tal vez el lugar mereciera la pena ser frecuentado... o mejor no, la muchacha no pudo evitar fruncirla nariz, ante la agresión olfactiva del rancio grog, pescado y sudor. Pero incluso apartó la mirada ante la visión de uno de los parroquianos meando por uno de los agujeros del salón. ¡Por todos los dioses!

En cualquier caso, la muchacha hizo de tripas corazón, y se antepuso a la sensación creciente de asco, a fin de cuentas ella había elegido irse de casa, y hasta que no se ganara la vida, le tocaría rebajar sus aspectativas de comodidad en relación. Así que fue hasta la mesa y se sentó cerca del sacerdote, atenta a lo que este tenía que decir. Por desgracia parecía todo muy vago, ni recompensa, ni demasiados indicios para empezar con una investigación. Su mirada voló hacia el resto de compañeros improvisados.

-Unas horas por el camino del norte hacia la aldea del Loto. Gente humilde con recompensa humilde. Pero no por ello menos necesitadas.-Dejó al aire para escuchar lo que opinaban el resto.

También aprovechó para comer la ración de la especialidad de la casa que había pedido, comiendo sin intentar prestar demasiada atención al cocinero o al aspecto de la comida, ayudándose con su daga con sorprendete pericia. A medio comer, entre pausas breves en las que se limpiaba la camisura de los labios con un pañuelo de tela colorida, prosiguió diciendo.

-En cualquier caso, hay otros aspectos a considerar. Tales como, que posibilidades de éxito podemos tener en una misión de esa naturaleza... yo no soy muy dada a moverme por entornos rurales o salvajes; por otro lado también deberíamos considerar a qué hora partir, para ponernos en marcha lo ideal sería ir por la mañana temprano, llegar pronto, que nos cuenten algo más y ponernos con ello... aunque si fueramos ahora, llegaríamos al atardecer, podríamos pasar la noche allí, descansando y teniendo más tiempo para averiguar cosas por la aldea, y ponernos por la mañana siguiente con la investigación. ¿Cómo lo véis?

No. Definitivamentes, aquella no había sido una buena elección.

Si el Lenguado Maceradi era "algo", seguro que no era un local donde sentirse cómodo y degustar un apetitoso manjar. Y ni que hablar de los parroquianos, que tenñian de todo menos buenos modales.

-Creo que nos hemos equivocado de lugar.- susurró Erik al entrar en el local.

Pero la decisión estaba tomadae hizo de tripas corazón para aposentarse en aquellos bancos enganchosos y comer lo que les ofrecía el encargado de la taberna.

Mal gusto, no tenía la comida. Se podría decir que de gusto "sospechosamente" desconocido. Y casi mejor, porque al ver el ambiente y decoración de la sala, mejor no saber que se llevaba uno a la boca.

-Ciertamente, Enna, conocemos poco de este encargo. Y puede que no seamos los mejores para realizarlo, pero ahora mismo es lo único que tenemos entre manos y puede que necesitemos el trabajo para sacarnos algunas monedas. Creo que no perdemos nada en acercarnos al Loto y conocer de cerca lo que sucede.

Tras engullir un bocado y hacer cara de cierto asco, Erik continuó.

-Y podríamos, como tu dices, salir ahora para llegar al atardecer. Pero también puede que nos retrasemos durante el camino y llegemos entrada la noche. No sé... Noche, camino desconocido, criaturas del bosque que atacan... Son todos los ingredientes que se necesitan para buscarse auténticos problemas. No creéis que sería mejor dormir en Tormentos y llegada la mañana, desplazarnos a Loto? Por que, apreciado Isslor, lo de dormir en el templo, sería posible?

Rudolphus al hablar sobre ir al Lenguado Macerado sabia que debia esperar cualquier cosa, pero nada lo habria preparado para tal escena. Se ensimismo mientras caminaba por la apestosa tarberna y se limito a seeguir a sus compañeros, hecho una mirada atras para ver si veia pasar al gigante tras ellos pues tenia sus dudas sobre si el peso de este no tiraria abajo la palafitica construcción.

Luego, presto atención a Gerard y al ver que no sabia mucho sobre la misión solo pudo pensar que su viaje hasta aqel sitio habia diso en vano, aun asi se animo a preguntar de nuevo: De casualidad, ¿esa aldea estará de camino a un sitio llamado el acantilado verde?

-Haciendo de lado el poco o mucho dinero que nos puedan dar los pobladores de esta aldea, se puede notar que en verdad necesitan de nuestra ayuda! Diria mientras masticaba la comida que nos habian ofrecido.

-Gerald! miraba fijamente a los ojos del peliblanco. -Cuenta conmigo para esta tarea! Esperaria la respuesta del anciano a las preguntas y comentarios que mis compañeros tambien habian realizado.

¡Mientras halla camas, claro que el templo está disponible! ¡Faltaría más! Dijo el anciano mostrándose voluntarioso con aquellos que iban a desarrollar la misión que le habían encargado. Pero no está bien, hay que promocionar los pequeños negocios, y esta buena gente vive, como puede, de lo que los visitantes consumen. Si yo os diera cobijo, habría gente que perdería dinero al no poder alojaros. Lo mejor sería buscar una buena taberna donde pasar la noche. 

Luego escuchó la pregunta de Rudolphus. ¿Acantilado verde? Sí, creo que sí. Dijo asintiendo ante las palabras. Creo que el acantilado está un poco más cerca. ¿Por qué lo preguntas?

-Rudolphus, veo que tienes un interés especial por esa localización. Será porque te espera un eterno amor de juventud?- dijo Erik con algo de sarcasmo- Puede que ahora este entrada en pellejos y le falte algún diente. Pero el amor es ciego, verdad amigo mio! jejeje.

Acompañó a aquellas palabras cómicas, posando una mano en el hombro del clérigo. Y continuó algo más serio.

-Qué te parece si al llegar a Loto e investigar lo que sucede con esos animales, preguntamos por ese acantilado verde? Gracias Gerarld Isslor por la información e intentaremos ayudar, en la medida de lo posible, a las gentes de ese poblado maldito.

Y dirigiendose al grupo, comentó:

-Equipo, deberíamos buscar un lugar donde pasar la noche. No conocemos la ciudad y debemos espavilarnos antes de que sea demasiado tarde. Alguna propuesta?

Pero Erik frenó su oferta. Isslor tenía razón: era momento de escuchar a Rudolphus y conocer el porqué deseaba dirigirse al acantilado verde?

La joven comió algo más pero terminó con toda la comida, demasiada grasienta para la muchacha, así  que retiró un poco el plato, ofreciendo con la mirada a los otros miembros, más corpulentos como Graak y Rudolphus.

Escuchó la respuesta de Gerald y asintió sin mucha ilusión y luego enarcó las cejas, curiosa, ente la pregunta del Rudolphus. Y se encontró asintiendo ante las palabras de Erik. Estuvo a punto de preguntar al sumo sacerdote de Fharlangh por un sitio en donde dormir... pero tras un rápido vistazo al antro en el que estaba prefirió no preguntar por un hospedaje a otro sitio.

Rudolphus se había mantenido atento a las palabras del clérigo y sonrío al oír que quedaba por el mismo camino, incluso le causó mas gracia el comentario de Erik tras lo cual soltó una carcajada, que fue seguida de su respuesta:

oi mientras venía de camino que allí también pueden requerir nuestra ayuda, lo que nos puede dejar en una posición muy buena pues aprovecharemos el viaje

Al ver que la pequeña chica le hacía gestos con el plato que apenas y puso tragarpor el sabor fuerte que tenía, este se giró y le hizo señas a graak que parecía soportar más el asunto.

La joven preguntó:

-Rudolphus, ¿sabes algo más acerca de ese asunto del acantilado verde? Si tenemos la ocasión de pasar por allí, tal vez sea útil indagar sobre la naturaleza del problema para ir mejor preparados. A fin de cuentas, hasta que marchemos de Tormentos Cristalinos, tenemos algunas horas, y supongo que el buscar un hospedaje adecuado no nos tomará mucho tiempo.

-Estoy de acuerdo con Enna en saber más sobre ese acantilado, pero tendríamos que dejar rienda suelta a las "batallitas" de Rudolphus, mientras buscamos un lugar para dormir. La noche nos pillará sin un lugar donde descansar y eso nos puede pasar factura. No sé si será fácil encontrar una posada, pero no me gustaría tener que dormir al raso...o en un camastro en un local como este!

Acto seguido se levantó, tras haber degustado aquel "maravilloso" manjar y dirigió sus palabras al sacerdote.

-Gracias por la compañia Gerald Isslor. Ha sido un guía estupendo de Tormentos. Ahora nos espera Loto y ese dichoso acantilado verde. Y ahora amigos, busquemos un lugar donde dormir esta noche!