Partida Rol por web

Milkahá despierta, se estira y se despereza, muere por tomar un baño, pero por ahora hay cosas mucho mas importantes que atender, tiene que ver a Zarus y contarle lo que le sucedió el día anterior, ademas tiene que ir con el alcalde a cobrar su recompensa junto con los demás aventureros que participaron en la batalla con la rana gigante, pero la vida en tormentos cristalinos es dura y tendrá que buscar un trabajo lo mas pronto posible si quiere sobrevivir.

La joven se viste de prisa y toma sus cosas, cepilla su largo cabello luego va al salón principal de la catedral, todos llegan siempre por ahí a la catedral. Al llegar ve a Zarus con el guerrero mágico que estuvo con ellos en la pelea del parque de la rana, también ve a Lictea y a Lomenar, Kranjstar esta con ellos, al parecer hay alguien herido y todos hablan.

Buenos días a todos - saluda y les dedica una reverencia, luego mira la extraña criatura en el suelo y hace un gesto de desconcierto y asco - ¿que es eso? - pregunta, luego mira a Zarus y se acerca a él para hablarle

Que gusto verte Zarus- le dice- tenemos una recompensa que cobrar con el alcalde, hemos derrotado a la rana, que al parecer si era el druida tal como lo dijiste, la druida Liria Tolivar invoco una enorme águila con la que llevo a la rana al mar, ademas esas algas son la raíz de la enfermedad, solo queda averiguar como llegaron hasta la cerveza de ese enano, sabes Blag no me da buena espina.

¿Esperaremos un poco para saber si llegan mas he ir por la recompensa? o también podríamos dejarle al alcalde una lista con los nombres de los que estuvimos en la batalla contra la rana y avisarles a los demás cuando les veamos que busquen al alcalde para cobrar lo que les toca- propuso a Lictea y a los otros que estaban con ella la noche anterior

Lomenar saludó a Lyra y Milhaká. Por su parte, estaba ya preparada, había descansado lo suficiente y quería aprovechar bien el día.

- Es una buena idea hacer la lista y dejársela al alcalde, así podemos aprovechar mejor la mañana. - miró a Kranjstar y Lictea que habían sido sus compañeros, para ver si estaban de acuerdo. - Por mi parte estoy lista, podemos partir en cuanto digais.

El Kraken despertó pensando que estaba en la lona de combate y saltó como un oso sobre sus rodillas, dispuesto a tumbar a su rival por sorpresa. Las brumas de su cabeza se aclararon entonces lo suficiente como para darse cuenta que no estaba en en el ring.

-ROOAAARGH!!! EH? QUE HA PASADO?

Su cavernosa voz sonaba pastosa y temblaba. Los recuerdos comenzaron a volver a su maltrecha mente. Aquel maldito semiorco lo había engañado y le había atacado a traición. Volvió su mirada alrededor y vió a Raelia. Sin duda ella lo había llevado hasta aquella taberna. 

Sus ojos se enfocaron en un extraño desconocido con toda la pinta de clérigo, que estaba arrodillado a su lado.

-¿HAS SIDO TÚ EL QUE HA CURADO A LA BESTIA DE LOS BRAZOS DE HIERRO, AL CAMPEÓN DE LA LUCHA DE LAS MONTAÑAS DEL NORTE? AL PODEROSO KRAKEN?

El semigigante se levantó cuan largo era y abrazó con la fuerza de un oso al clerigo.

-UN CAMPEÓN SIEMPRE SABE AGRADECER A SUS FANS MÁS FIELES. DESDE AHORA PUEDES CONTAR CON MI AMISTAD

De nuevo, se dirigió a Raellia.

RAELLIA! NUESTRA MISIÓN! QUÉ HA PASADO CON EL GORDO RICACHÓN?

Zarus respondió al saludo de la sacerdotisa con una sonrisa, aunque esta se ocultó luego en un rostro de extrañeza, al escuchar de ella la misma pregunta que pensó que ella podía responderle. Bueno, pensé que tendría alguna idea de lo que era, por eso la he traído. responde con completa franqueza. A mi parecer se trata de la mezcla de varias criaturas. Has escuchado alguna vez de algo así? Alguna especie de mago que tenga esa habilidad? Lo que si esta claro, es que sea lo que sea, es algo completamente antinatural.

El joven Lazarus dejó aquellas preguntas en el aire, para que fueran resuelta por la sacerdotisa o cualquiera que se sintiera capaz, las respondiera. Intentó, luego, cerrar sus ojos y mirar hacia sus adentros, tratando de recapitular en su mente, todas las cosas por las que había pasado. Tomó en cuenta, también, las palabras de Milkahá acerca del enano. Has dicho que la cerveza que traje de la "Pezuña en la Boca" estaba libre de cualquier sustancia que fuera sospechosa. Se ha concluido que no se trata de magia, ni de ningún veneno, lo de la transformación en pez, mas parece ser una enfermedad, sino te he entendido mal. dice preguntándole a la sacerdotisa, acercándose a ella un par de pasos y mirándola a los ojos, tratando de cuestionar si había algo mas que agregar o si en algo esta equivocado.

Luego, Lazarus pasó la mirada por el rostro de cada uno de los presentes y empezó a dar una disertación sobre los hechos de los que tenía certeza. Esta el momento no se ha encontrado un lugar común en el que hubiesen comido o bebido aquellos que se infectaron con las algas o alguna forma de derivado. Pero si la cerveza de Blag* esta limpia, entonces habrá que buscar en otra taberna. Veamos... Las algas fueron encontradas por Argot en las aguas que dan con los muelles. hace una pausa mientras mira con fijeza al guerrero que horas antes había dicho algo sobre ir investigar a los muelles, ya hablaría con el aparte sobre el tema, aquello se precisaba mas, siendo este quien compartió los últimos momentos con el mediano que se estaba convirtiendo en pez.

Zarus continua con la disertación, esta vez hablando de algo sobre lo que no alcanzaba a entender. Como es que este druida, contra todo pronóstico, no solo sobrevive al consumo directo de las algas, sino que también se transforma en una temible criatura? Argot también había soportado la transformación, pero lo suyo parecía bastante diferente a lo del druida; el primero tendía a parecer mas un pez y el segundo era en su parecido, mas una rana, lo único que se mantenía en común eran esas resistente escamas. Zarus se dirigió a donde estaba la extraña criatura para analizarla mejor, si esta tenía aquellas escamas, entonces también sería otra de las transformaciones causadas por el efecto de las algas.

Finalmente, Zarus dejó el tema y prestó mas atención a Milkahá. Entiendo. Entonces será mejor hacer lo de la lista y dejar que cada quien reclame lo propio cuando tenga su momento. En el caso de la enana que conocimos ayer, dijo que se marcharía fuera de la ciudad para atender algo que tenía pendiente. dice sin mas.

Dadas las preguntas sobre qué era aquella cosa, quedó claro que el esfuerzo realizado para traer ese cuerpo aquí había sido en vano.

-Sólo sé que me atacó mientras intentaba traer al inconsciente Kraken hasta aquí-explicó una fatigada Raellia. Al final, no había pegado ojo aquel día, y aquello sin duda se notaría. Dio un leve respingo ante el vozarrón del Kraken, puede que por el cansancio, aunque probablemente no se acostumbraría nunca a eso.

-No lo sé. Supongo que estará en transportes Gorrablanca... ¿Era así?-pregunta, antes de taparse la boca para bostezar ampliamente-pero se fue con el semiorco que te hizo eso, y con su compañera. 

El clérigo, escuchó atento las palabras de todos. Estuvo de acuerdo con la idea de dejar un listado con los nombre de las personas que valientemente se enfrentaron a la gigantesca rana; llevaría mucho tiempo encontrar a todos y era mejor que la sacerdotisa informara en caso de que llegaran al templo, lo cual era muy razonable, en vista de la concurrencia de guerreros y aventureros en busca de curar sus heridas.

Cuando aquel que llamaban El Kraken despertó, sacudió la atención del clérigo hasta tal punto de darle un susto. Su grave tono de voz y el movimiento amenazante de aquellos músculos, no era para menos, pensó que lo iba a atacar, pero finalmente a lo que se enfrentó fue a un fuerte abrazo. No ha sido nada. dice con algo de falta de oxígeno en sus pulmones. Podrías... dice con voz aguda, sugiriendo que le hacia falta respirar con libertad. Cuando el gigante le soltó, llevó su mano a la boca para toser un poco y poder recuperar el habla. No ha sido nada. Pero debes saber que la sacerdotisa es quien necesita de nuestra colaboración, si bien no tienes monedas para compartir con el templo, seguro podrías llegar a hacer algo por apoyar su causa. dice sin tener mucho que agregar, ya todos conocían la crisis por la que estaba pasando la catedral.

El paseo hasta la catedral le había sentado bien para despejar la mente, incluso para limpiarse alguna ramita que otra de la cabeza. Entró y la cantidad de luz disminuyó considerablemente, obligándola a parpadear para adaptar sus ojos al nuevo ambiente. Dio unos pasos poco decididos hacia el interior de la catedral, pero no vio a nadie que pudiera ayudarla. Así que, al divisar al grupo que estaba hablando, se acercó a ellos.

Disculpad, ¿sabéis dónde puedo encontrar a Ankus?
 

Para responder a la misma pregunta que le hicieron con respecto al paladín que busca, el guerrero les dijo necesito hablar con el por un encargo, pero si me dicen que salió de la ciudad va a ser muy difícil de dar con el. Después escucho todas las historias que se estaban hablando el lugar, pues no se quería involucrar mucho con ninguna de ellas, pues tenía sus propios asuntos que atender. Después vuelve a mirar a Lyra Me as dicho Lars, no es así. En que puerta se encuentra. Capaz el sepa a donde se dirigió. Para terminar hizo una reverencia para despedirse y así poder dirigirse al ayuntamiento junto con los que estuvieron involucrados con el asunto de la rana. 

Los presentes insinuaron dos nombres muy familiares para Zarus. Uno era el regordete que muy poco había hecho en pago por la recuperación de su anillo y el otro era el dueño del Erizo Borracho. Que bueno que te encuentres mejor. Me gustaría saber algo. Puedes contarme sobre el encargo que le habías hecho a Argot? estoy tratando de unir las piezas de este rompecabezas. Deseo probar la participación de Blag en la propagación de la enfermedad que transformó y mató a mis amigos. pregunta expectante de la respuesta.

Zarus también reconoció a la gnomo que recién llegaba. Puede que ella sepa algo del paladín que buscas, estaba el día en que le vi en este mismo lugar. le dice en privado al guerrero mágico.

Lictea estuvo a punto de pasar del tema de Coran pero el hombre que lo buscaba había luchado valientemente contra la rana gigante así que se merecía cualquier pista que pudiera servirle. Además, Lictea, a pesar de sus dudas, aún recordaba con cariño al paladín.

- Lo último que yo le oí decir es que se iba a Mereklar. Eso sí, no tengo ni puta idea de donde cae eso. Iba con un grupo de aventureros.- Si no se equivocaba la rubia esa era uno de ellos.- El único nombre del que me acuerdo es una tal Raelia o algo así.

Cuando el hombre fortachón recobró el conocimiento pro las curaciones de Kranjstar y se puso a darle un abrazo del oso, Lictea se puso al lado del clérigo gruñendo y mostrando sus destartalados dientes. No iba a dejar que estrujaran a su Kranjstar y que le rompieran sus delicados huesos.

- Cuidado, tú, que es delicado.-Le espetó al Kraken. Asintió a Lomenar y miró a sus dos compañeros de fatigas.- Vayamos al ver al alcalde.- Dijo cogiendo del pescuezo a su lobo Lico.

La muchacha alzó la cabeza al escuchar su nombre, frunciendo levemente el ceño con extrañeza. ¿A qué se refería? Entonces, entre las brumas del cansancio, empezó a recordar. Ya se acordaba de donde estaba Coran. Y no pudo evitar una oleada de tristeza al recordarlo.

-Yo... Creo que ya sé donde está Coran. Lo siento... No podrás hablar con él. Estábamos con otros tantos aventureros en los pantanos al este, cuando una especie de ave extraña nos atacó. Cuando terminó el combate, Coran no se movía. Estaba petrificado-explicó la muchacha-después... Después se hacía tarde, el resto insistió en que nos fuéramos, pero yo no quería dejarle allí solo, así que acampamos para partir a la mañana siguiente e intentar traerle a la ciudad. Esa misma noche los hombres lagarto atacaron, y acabaron con casi todos. Fue una masacre-siguió, soltando unas pocas lágrimas al recordar a tantos compañeros fallecidos-no sé como acabó la cosa, caí inconsciente, pero consiguieron sacarme de allí y traerme aquí.

El Kraken reaccionó confundido ante las palabras de Lictea y luego, al escuchar el reato de su amiga Raellia, se entristeció. Él también había perdido compañeros e imaginaba como se sentirían tanto la paladín como la desconocida Lictea.

-SU MUERTE ME ENTRISTECE PESE A NO HABERLO CONOCIDO. QUE TEMPUS LO ACOJA EN SU SENO COMO AL MEJOR DE SUS GUERREROS.

Siento mucho su perdida - le dijo a la paladina de rubios cabellos, luego se unió a los demás que ya dejaban la catedral para encaminarse con el alcalde. En el camino Milkahá se entrevisto con todos los que iban con ella y les pregunto por los nombres de los implicados en la batalla con la rana gigante, apuntando en un papel una lista de nombres que entregaria al alcalde al llegar.

El clérigo escuchó con gran pesar la terrible historia que narraba Raellia, desconocía que tantas personas habían perdido la vida en esos pantanos y lo de los hombres lagarto, ya era un tema que parecía resonar en varia de las problemáticas que caen sobre esta ciudad.

Kranjstar posa su mano derecha sobre el hombre de la chica. Afortunadamente sigues con vida y puede que en un mañana encuentres las suficientes fuerzas y el apoyo necesario para traer a los compañeros caídos de regreso y darles la debida sepultura. dice, tratando de reconfortar a la valiente paladina. Que buscaban esos hombres lagartos, por que les atacaron? la pregunta parecía tonta, pero buscaba determinar si se trataba de seres salvajes por naturaleza o con intenciones malvadas que rayaban en la criminalidad.

Luego se acercó al guerrero que había llegado con Zarus. Puede que si hubieran los detalles suficientes sobre esa ave, tal vez sea posible tener esperanza de que el paladín que busca siga con vida. Un estado de parálisis o petrificación, puede que no necesariamente signifique la muerte. la esperanza era algo que no se debía arrancar del corazón de los hombres, siempre que existiera, habrían razones para seguir adelante y triunfar.

- Jamás he visto nada como eso. Dijo mirando a Zarus y después a la criatura que yacía en el suelo. Es un tipo de abominación, un ser muy extraño, entonces se quedó pensando en que en el fondo juraría haberlo visto antes, pero no sabía dónde. Aún así, no dijo nada, era absurdo levantar sospechas si no tenía razones para fundarlas. 

Luego Lyra decidió intervenir en el tema de la cerveza, creo que lo que estaba contaminado no era precisamente la cerveza, sino esas algas que encontraron y mandaron analizar a Fenrir. Creo que si esas algas lo convirtieron en esa rana gigante de la que hablásteis, cualquier cantidad comida en pequeñas cantidades, fuera lo que causaba esa extraña enfermedad. Quizá fue un ingrediente colocado en algún plato sin querer, y puede que cualquier taberna lo distribuyese. Puede que ese fuera el motivo de la enfermedad. Dijo creyendo a ver averiguado la respuesta del acertijo que llevaba preocupando a la ciudad durante días. Creo que la enfermedad se manifestaba de forma diferente en determinadas criaturas y también dependería de la cantidad o de la forma en que fueran consumidas. 

Por último miró a Akatosh que parecía querer seguir hablando sobre el caballero de pelo plateado, Lars es el vigía de la puerta norte. Dijo para asegurarle quién de todos era y cuál era su lugar de trabajo.

Zarus estaba a la espera de la sacerdotisa y cuando terminara de hablar con ella, seguiría con Ankus. Este ultimo podría dar alguna idea de los asuntos en los que andaba metido Argot, el cual fue el que dio con las algas y sin él, aun estarían dando palos de ciego. Habían cosas que no estaban claras, la cerveza de Blag se descartaba en razón de los que había dicho la sacerdotisa, ademas, Zarus la había tomado, como una acción desesperada de encontrar a un responsable. Aún quedaba el tema de la comida y de aquel extraño sótano de la Pezuña en la Boca. La mala imagen que daba ese desagradable enano, era algo en lo que coincidían muchos, pero aún no había nada contundente en su contra. La única pista real, eran aquellas algas. El druida de la capilla se había transformado en una temible criatura, pero si se partía de la idea de que era una enfermedad, como es que esta se desarrollaba? Había otra persona con la que Zarus debía hablar y esta era la druida con la que Milkahá había hecho contacto Por cierto, aún tienes resto de las algas que encontramos? me gustaría hablar con la druida que desterró a la rana. le dice a la hechicera antes de que se marchara. Zarus no tenía intención de moverse a ningún lugar, hasta que escuchara a Lyra y a Ankus.

Raellia agradeció las palabras de consuelo, aunque no tenía respuesta respecto a qué buscaban los hombres lagarto. Puede que aquel fuera su territorio y decidieran cazarles al verles en él, o cualquier otra posibilidad, pero eso la chica lo ignoraba.

-¿Entonces se ha encontrado alguna pista sobre la enfermedad?-preguntó la muchacha a la sacerdotisa-me alegro de oírlo... Aunque lamento no haber podido ayudar verdaderamente. ¿Hay algo que pueda hacer o sabe de alguien que necesite ayuda?

Snit se mordió el labio un tanto enfadada. Todos los allí presentes parecían haber obviado su pregunta. La hubiese gustado sacar su arma y enseñarles que estaba allí, pero aún estaba cansada.

Disimulando su enfado, se acercó hasta la sacerdotisa del templo. Carraspeó para llamar su atención y habló nuevamente.

Perdona, me han dicho que Ankus se encuentra aquí. ¿Es cierto? Quisiera hablar con él.
 

Zarus escuchó con atención lo dicho por la sacerdotisa. Su teoría tenía mucho sentido, pero aún no se podía tener certeza sobre si habían alguien detrás de todo esto. Puede que tengas razón. Lo importante ahora es identificar quienes están usando las algas como ingredientes, hay que evitar que se siga propagando. era claro que Zarus no daba por terminado el tema.

Luego de hablar con la sacerdotisa, "El Magnifico" se dispuso para hablar con Ankus, el también era uno de los posaderos, su taberna también repartía comida, así que habría que investigarla, pero por ahora solo había que indagar un poco sobre sus asuntos con Argot e información importante sobre la Pezuña en la Boca y su dueño.

Mi nombre es Zarus, señor Ankus. Ya nos hemos vistos un par de veces. No lo quiero aburrir con una larga historia. Lo que deseo saber es sobre la encomienda que tenía Argot e información de Blagh. Estoy seguro que ese despreciable enano esconde algo en su taberna.

Ankus tardó en presentarse algo más de lo normal. Era demasiado temprano y aunque él estaba acostumbrado a madrugar, hoy no pensaba hacerlo. Despeinado, desaliñado y con los ojos llenos de legañas, preguntó a los que habían venido a buscarle. ¿Qué queréis? Dijo directamente. Luego se dio cuenta de su falta de malos modos y concluyó con un buenos días.

Entonces escuchó a Zarus preguntarle por Argot Leular y Blagh. Chasqueó la lengua tratando de recordar quién era. No sé muy bien de quién me hablas. No sé quién ese Argot Leular, pero sí que se que Blagh esconde algo en su sótano. Siempre lo he sabido, aunque jamás he logrado averiguarlo. Luego están esos extraños incendios. Primero fue la Cabra de Mimbre y después mi taberna y el museo. Por suerte, mi taberna no ha quedado reducida a cenizas y hemos sido capaces de apagar el fuego a tiempo. Pero él tiene que estar involucrado en todas estas tramas, pues tampoco es muy normal que a él aún no le haya pasado nada... 

Bueno, claro, bastante tiene también con lo mala que es su cerveza, y el malestar que causa a quien la toma.