Partida Rol por web

Ya era tarde. Nada se podía hacer con el prisionero, pues encontró el fin a manos de sus captores. La muchacha sintió cierta decepción ante el hecho de que no se pudiera evitar arrebatar aquella vida, pues quizá y solo quizá, podría ser redimible. Sin embargo, de nada valía llorar sobre la leche derramada, por mucho de que le dieran ganas de hacer justo eso. Así que apartó la vista, evitando mirar el cadáver, y la sangre que se extendía desde sus heridas.

-Yo... También creo que deberíamos revisar el bosque... Aún puedo luchar. 

Y... Todos se van a quedar ahí parados? Deberían limpiar este desastre. Dijo mirando a la enana, al Kraken y a la otra chica. casi desentendido de toda la palabrería de Lucrencia.

Es poco probable que encontremos algún rastro de los bandidos después de la tormenta de ayer. Pero con la cantidad de personal que tenemos, podemos barrer con todo el bosque. Aprovechando que aún contamos con la luz del sol. dijo aquello mientras se aceraba al cuerpo de la criatura muerta Al dueño de la posada no le va a gustar nada esto. Hará falta una alfombra para envolver el cuerpo.

-EL KRAKEN SE OCUPA DEL CADÁVER. LO LLEVA AL BOSQUE Y LO ENTIERRA.

La mole de músculos agarró al muerto y se lo llevó tirando del pie, arrastrándolo con algo de esfuerzo.

-Espera. Te ayudo. Solo nos faltaria que se volviera a poner histérico ese tipo.

Lucrecia pensó que era comprensible que el tipo se alarmara cuando traían una criatura peligrosa al lugar donde vivía su familia. Y tampoco sería anormal que se escandalizara al ver el charco de sangre, aunque fuera un problema menor, en el orden de las cosas. Probablemente tampoco disfrutaría de tener de nuevo a los aventureros durmiendo esa noche, si tenían que regresar.

Voy a decirle al posadero dónde vamos, para que lo comunique a nuestros compañeros cuando regresen, anunció. No tenía intención de tocar el cadáver. Solo hacía un par de días que había tenido que apilar unos cuantos cadáveres en diferentes estados de descomposición para alcanzar la trampilla que le había permitido escapar de su cautiverio. Era más que suficiente contacto con la muerte para una temporada, a su juicio.

El centro de la vida social de esta pequeña aldea es El Salmón Sabroso, una taberna que hace las veces de posada y mesón. Audo y Vivian, los propietarios, están casados y tienen una hija de 12 años, llamadas Esther. Los precios son razonables y la comida y la bebida, aunque no son excepcionales, sí son aceptables.

El menú suele ser limitado y depende de la estación. Una comida típica puede consistir en pan negro de centeno, pescado (cogido fresco en el Río Azul Celeste) hervido o acompañado de una sopa con berza, cebolla y ajo, huevos cocidos y nueces, setas y frutas de la estación recogidas en el linde del bosque. El brebaje local es una cerveza negra, fuerte, oscura y espumosa, con un fuerte sabor a melaza.

En el Salmón Sabroso hay dos pequeñas habitaciones que se alquilan a los viajeros por pieda de oro por cabeza y noche. Por 3 piezas de plata, el propietario permitirá un viajero dormir en el suelo de la taberna después de cerrar.

La mediana llegó por fin y se dejó caer en una silla.

-Por fin! 

Namarra buscó con la mirada a alguno de los propietarios de la taberna. 

-Buenas de nuevo! Se sabe por donde andan nuestros compañeros?

El viaje de regreso no tuvo contratiempos, cosa que todos agradecieron ya que en el camino de ida habían gastado gran parte de sus hechizos curativos.

-Ilmater nos ha bendecido con un trayecto tranquilo, debemos agradecerle.

Anduyn se detuvo unos instantes para dedicar una plegaria de agradecimiento a su dios protector y después siguió a la mediana hacia el interior del local. Parecía que sus compañeros no estaban por allí.

-Buenos días, buenas gentes del Salmón Sabroso. Que Ilmater os de su bendición y os proteja de todo mal. Espero que nuestros amigos no hayan decidido adentrarse de nuevo en el bosque sin nosotros, no querríamos dejarlos en inferioridad numérica.

Pues me temo que sí. Le dijo Audo a Anduyn. Se han dirigido hacia el bosque. Dijo encogiéndose de hombros. Creo que no averiguaron nada del prisionero.

Namarra frunció el ceño, molesta.

-Bueno, al menos esta noche puedes estar tranquilo, maese Audo. Hemos podido vender el equipo y ahora tendremos todos fondos para costearnos la noche, como le prometimos. Como puede ver, somos de fiar. Imagino que no tardarán en regresar. ¿Sería posible cenar mientras les esperamos?

Anduyn se sintió preocupado porque sus compañeros hubieran decidido marcharse sin ellos, cuantos más fueran más posibilidades tendrían de sobrevivir, aunque bien era cierto que ni él ni Namarra tendrían sus hechizos para apoyarlos, aunque Dilyn siempre tenía sus armas preparadas.

-Como dice nuestra amiga, ya disponemos del dinero que le prometimos, así que si se le debe algo saldaremos la cuenta de inmediato. -No quería dejar asuntos pendientes.- ¡Por Ilmater chicas! ¿Vamos a dejar que se adentren solos en el bosque? Anque sin saber exactamente por donde fueron quizás sea peligroso internarse ahora en el bosque. ¿Qué hacemos? ¿Les esperamos aquí? Quizás Ilmater permitió su partida porque estas buenas gentes necesitan de nuestra ayuda aquí mismo...

Anduyn, debemos hacer lo acordado y esperarlos aquí. Varios de ellos son aventureros experimentados. Imagino que habrán salido a rastrear a los bandidos pero reuerda que están heridos en su mayoría. No se arriesgaran al combate. Eso acordamos. La única manera de permanecer coordinados es hacer lo que acordamos. Hay todo un bosque ahí fuera, es casi imposible que los encontremos vagando al azar. Y menos con la noche tan cercana!

Confia un poco en ellos. Volverán.

La guerrera asintió con la cabeza.

- Estoy de acuerdo. Si hubieran ido a algún lugar o con algún propósito para el que nos necesitaran, nos hubieran esperado. Y si no... Si les ocurre algo, aprenderán a no ser tan temerarios la próxima vez.

Anduyn asintió ante las palabras de Namarra y Dilyn.

-Tenéis razón, lo mejor es que aprovechemos a descansar y así repondremos nuestros hechizos, tampoco les podremos ayudar mucho en nuestro estado, al menos yo, Dilyn siempre tiene sus armas dispuestas. ¡Que Ilmater les proteja! Y rezaré por ellos en cuanto pueda. En cualquier caso prefiero aprovechar el tiempo en su ausencia. -Anduyn llamó la atención del posadero.- ¡Señor Audo! ¿La anterior vez que estuvimos había mencionado algún enfermo? Quizás pueda atenderlo mientras esperamos a nuestros amigos, los enviados de Ilmater nunca descansan, así como el mal que debemos combatir no lo hace tampoco. -Si bien era cierto que no tenía sus poderes curativos si que tenía algunas destrezas y conocimientos que podrían llegar a ser útiles. Y tras la conversación con el posadero volvió a dirigirse a su hermana y su compañera.- Si nos ganamos la confianza de estas gentes sabrán agradecérnoslo. Nunca se sabe cuando Ilmater pone una oportunidad en nuestro camino.

Audo escuchó las palabras de sus huéspedes y preparó algo de cena para los que se habían quedado en la posada a esperar.

 Después el clérigo le preguntó por algún herido y asintió: el primo de Alberic fue herido hace unos días, pero ya le han atendido y ahora está descansando. Creo que de poco servirá tu magia, pero les diré que le ofrecisteis ayuda. Pero supongo que no hará falta. Concluyó con una sonrisa mientras repartía algo de comida y bebida para los demás.

- Quizás, hermano, - comenzó a hablar la mujer justo después del posadero, con la esperanza de que no le diera tiempo a decepcionarse - podemos dar un paseo y ver si alguien necesita ayuda. Así además conoceremos mejor la ciudad.

No es mala idea. Voy con vosotros. Quizás encuentre un hombre guapo y rico que me retire de la vida en el camino.

-Gracias Señor Audo, si sabe de algún necesitado más no dude en comunicarnoslo, Ilmater protege a todos sus hijos.

Parecía que por allí no había demasiados enfermos o gente a la que ayudar, si descartaban el problema del bosque que estaban intentando solucionar, así que ir a echar un vistazo por allí no le parecía mal, quizás además de sanidad física encontrara a alguien necesitado espiritualmente.

-Una gran idea Dilyn. -Estaba a punto de preguntar a la mediana si querría acompañarlos pero no hizo falta, así que Anduyn sonrió satisfecho.- Nos encantará tu compañía. Si quieres puedo ayudarte a encontrar a ese hombre, lo primero de todo debe ser alguien piadoso y recto, de nada te servirá su dinero si luego no ayuda a los que lo necesitan con el o si no te trata como corresponde. ¿Asías retirarte y establecerte en algún lugar? La verdad es que nosotros gozamos en el camino y vamos donde Ilmater más nos necesita, pero quizás llegue el momento en el que nos indique que debemos quedarnos durante un tiempo en algún lugar. De momento parece que por aquí hay mucho que hacer en favor de nuestro dios. ¿Tu veneras a alguna divinidad Namarra?

-Yondalla - contestó la mediana sonriendo. Los medianos tenemos que cuidarnos entre nosotros, ¿Sabes?