Partida Rol por web

La hechicera levanta su báculo para cubrirse en caso de ser atacada, pero no ataca a nadie sino que retrocede lentamente dando espacio entre las criaturas y su frágil persona. 

Gruguer se movió para colocarse delante de Milkahá. Levantó la espada señalando al enemigo que no había atacado Eylune.

Ríndete y tendrás una oportunidad de salir de esta con vida. 

El crío se cuadró en una postura defensiva, o por lo menos eso pensaba él. Levantó la espada por encima de la cabeza preparado para dar un golpe segador.

Eylune cercenó la cabeza del hombre oso ella solita. No había necesitado la ayuda de los demás para acabar con aquella bestia que había tratado de amenazarles. Cuando su compañero vio la fuerza de sus enemigos, y que lo superaban en número decidió salir corriendo de allí.

Quizá esos hombres fueran los asaltantes de los caminos de los que habían hablado. Aunque realmente os habían hablado de humanos. Fuera lo que fuera, seguir el rastro de aquel individuo podría ser una pista hacia algo. O quizá no os llevase hacia ningún lado.

Todo era cuestión de decidirse por qué sería lo mejor.

Eylune se sintió agradecida por un combate mañanero tan agradable, y, al llevar un rato levantada y haber podido gastar energía, pareció como si su mal humor se hubiera esfumado.

Lo primero es lo primero, debemos cobrar la pieza- dijo con sorna, y se puso a registrarle. No encontró nada, así que se rascó la cabeza confundida.- No lleva nada de valor.- concluyó convencida.- Quizás haya ido con el resto de ladrones del bosque. Propongo ir tras él y matarle también, para ver si era él el que llevaba los objetos de valor.

Milkahá miraba horrorizada como la poderosa guerrera esculcaba el cuerpo sin vida del salvaje, que momentos antes acababa de decapitar con un solo tajo de su hacha, ella simplemente no lo podía creer, todo paso tan rápido, el hacha, el grito de pelea de Eylune, la sangre, el cuerpo sin vida derribado en el polvo, la cabeza rodando por el suelo, Eylune buscando en el cadáver. Sintió algunas arcadas y tomo del brazo a Grunguer para sostenerse mientras algunos espasmos le sacudían el estomago.
Luego que paso el asco y con algunas lagrimas en los ojos (de esas que se te salen cuando casi te vomitas) - Disculpen pero eso es repugnante - Les dijo a sus compañeros y el brillo azulino aún resplandecía suavemente sobre su piel.

Lo sé, son feos hasta aburrir- dijo entendiendo a Milkahá por tener arcadas- Y si te acercas ya verás cómo huelen. Oye ¿estás bien? Te noto como azul.-dijo observándola la cara. Cara azul o verde constipado emergente, pensó para sí, los dichos populares de su aldea eran lo más parecido al conocimiento médico que ella poseía.

No te preocupes, estoy bien Eylune, solo vayamos tras el otro monstruo- Dijo sin pensarlo mucho, que otra opción le quedaba, tan solo quería alejarse de aquel cuerpo fétido, sangrante y sin vida. Comenzó a andar en la misma dirección que huyo el otro humanoide.

Decidís seguir el rastro de los hombres oso por un camino que se abre entre la espesura. Era un sendero mucho menos transitado que el camino por donde os habían indicado antes. Y mientras buscabais las pistas y seguíais las pisadas del que había huido, pudisteis encontrar un nuevo sendero y otro rastro más. Eran pisadas más grandes que las anteriores, quizá más de la mitad de grandes. Llevaban en otra dirección.

Pero realmente ninguna parecía pertenecer a la de hombres o ladrones, sino a criaturas más peligrosas de los bosques.

El joven examinó las nuevas huellas.

Creo que deberíamos seguir a nuestro objetivo, y cuando acabemos con él volver y ver donde nos lleva este rastro.

Khrirm silvó al ver como Eylune le cortaba la cabeza de un tajo al Osgo.-Que caracter-pensó para si.

Siguiendo las huellas se toparon con otras mas grandes y pesadas que cruzaban en otra dirección. El joven Gruguer propuso la intención de volver mas tarde pero Khrirm opinaba lo contrario.-Creo que sería mejor hacerlo al revés, ya que ahora estamos mas descansados y claramente esta nueva criatura puede ser un adversario mas temible. Incluso es posible que tenga algún tesoro decente. Aunque tampoco voy a llorar por perseguir al otro.- 

No se, con esa arpía, los bandidos y los monstruos, temo que nos puedan emboscar antes en este terreno desconocido, tal ves sea prudente seguir la pista del que veníamos siguiendo, tal ves se dirija a su guarida y quiera regresar por venganza con mas de sus amigotes - luego se rasca la cabeza - pero mejor no me hagan caso, en eso de cazar monstruos no tengo experiencia, lo mio son los libros y los misterios de la magia. Los apoyo en lo que decidan - termina con una sonrisa.

Sí si lo quiero, apúntamelo en la mochila.

Eylune recogió las pertenencias útiles del muerto y se las metió en la mochila, luego se encaminó junto al resto hacia el sendero.

Nos van a pagar por acabar con los ladrones, no por pelear con esa arpía que bien puede matarnos de un zarpazo. No sé si el hombre oso pueda llevarnos hasta los humanos, pero no creo que estén junto con un ser de ese tamaño. Yo creo que deberíamos ir por el medio hombre y ver que encontramos por allí, pero claro, os seguiré donde decidamos ir.-dijo ya de buen humor.

Sigamos el rastro que veníamos siguiendo, antes que el hambre o la noche nos encuentren aquí. - la chica sintió la premura de no terminar el trabajo ese mismo día, no quería pasar la noche en el descampado con una arpía rondando cerca, así pues insto a sus compañeros para seguir adelante. Dio algunos pasos en dirección a donde seguirían el rastro del humanoide, luego volvió la cabeza y paro un instante para esperar a los demás.

Eylune siguió a la mujer por el camino que llevaba hasta el medio hombre, se lo había pasado bien descuartizando a un hombre oso, quizás el día le permitiría descuartizar a otro

El joven Gruguer asintió y siguió a las "dulces" señoritas

El rubio guerrero ojeó el sendero de la arpía con tristeza. Finalmente con un suspiro resignado siguió a las damas que encabezaban la marcha.-Mujeres.-gruñó por lo bajo.