Partida Rol por web

Khrim se lanzó enfurecido sobre el último de los hombres que quedaba en pie, pero aquella pasión no le ayudó en nada, y su enemigo fue capaz de esquivar el envite. En cambio, el ataque combinado entre Eylune y Gruguer hizo que terminase por sucumbir ante el grupo.

Ahora había tres personas desangrándose, entre ellas estaba vuestra compañera de viaje. El cuarto simplemente estaba inconsciente, aunque su vida no corría peligro...

Rápidamente el guerrero se volvió hacia la chica con furia en sus ojos. Al acercarse parecía que quisiera rematarla para quitarle el sufrimiento pero se arrodilló a su lado y en sus ojos se reflejó la compasión.
-Maldita sea niña, resiste. ¿Nadie tiene una poción de salud o conocimientos de curación?-

Vamos a intentar estabilizarla, para llevarla al pueblo. Allí la curarán. dijo Eylune, y buscó todo lo que pudo encontrar para intentar que se estabilizarla.

Gruguer registró a los caídos, quizás llevaran algo que pudiera ser de utilidad. 

La vida de Milkahá se os escapaba entre vuestras manos. El charco de sangre se hacía cada vez más y más grande, sin que aparentemente ninguno de vosotros pudiera hacer nada. Pero no intentarlo sería un error que la conduciría a la muerte segura...

Y sorprendentemente ante vuestros ojos, Milkahá dejó de sangrar. Parecía que la herida no había sido tan  grave como parecía y había terminado por cerrarse sola. Ahora lo mejor sería llevarla cuanto antes a algún sitio para que la curasen... había que hacerlo rápido, porque las heridas podrían volver a abrirse...

Aquella chica era más fuerte de lo que parecía. O la magia que poseía la ayudaba a curarse con velocidad.

Parece que está mejor. Hay que llevarla al pueblo, llevémonos también al que está inconsciente y lo interrogaremos y le entregaremos a las autoridades.

-Será mejor atarlo y amordazarlo para que no vaya gritando todo el camino.-Al ser el mas fuerte, Khrirm cogió suavemente en brazos a la chica. La transportaría hasta el pueblo donde la podrían atender como se merece.

Gruguer desarmó y ató las manos del inconsciente, después lo amordazó. 

Lo levantó y lo cargó al hombro. 

Bien, ya estoy, volvamos.

Eylune ayudó a amordazar y sujetar al inconsciente, al resto, les ayudó a cruzar el río de la vida clavándoles el espadón y rematándoles, si no estaban muertos, además, buscó por si acaso Gruguer no hubiera registrado todos los recovecos.  Eylune se colocó junto a Gruguer por si acaso necesitara ayuda para transportarles.  Vamos al pueblo cuanto antes. Y dicho esto se pusieron en camino

Por no improvisar y arriesgaros a perder a Milkahá, decidís retroceder sobre vuestros pasos y tomar el mismo camino de antes, aunque éste quizá fuera más lejos.

Afortunadamente recorréis todo el camino sin sufrir ningún nuevo incidente y finalmente llegais al templo del pueblo, cargando con Milkahá y con uno de aquellos ladrones.

Finalmente llegais al templo de la aldea, donde Gravin os atiene sin dudarlo y cura a la joven Milkahá.

El sacerdote, tras haberos ayudado no es que os reclame algún tipo de cobro, simplemente es el hecho de que los servicios se cobran, aunque sea solo "la voluntad".

Milkahá parece aun un poco adolorida, al ver de nuevo a sus compañeros y enterarse de lo sucedido les agradece infinitamente hasta llegar a las lagrimas, los abrazos y todo lo demás que a los rudos guerreros les parecerían cursilerias, jamas había conocido a alguien que se preocupase por ella tanto, aunque claro, nunca había estado en tan grave peligro. 
- Solo espero que sean los bandidos correctos y nos paguen la recompensa, para poder pagar mis curaciones. por el momento solo cuento con una pieza de plata y cinco cobres. ¿en donde esta Avy?- pregunta preocupada

El guerrero se sonrojó un poco al recibir los abrazos de la joven. Estaba acostumbrado a la ruda hospitalidad de los guerreros y solo se abrazaban si eran familia y no creyeran que jamás fueran a volver del campo de batalla. 

La pregunta de la joven sobre su mascota lo pilló completamente por sorpresa y mirando en todas direcciones, no pudo mas que contener una muda disculpa encogiéndose de hombros.

Eylune recibió un abrazo y, aunque al principio se quedó tiesa, luego lo correspondió con entusiasmo.- Menudo susto nos has dado, a partir de ahora, nada de ponerse de cebo otra vez eh?- la muchacha preguntó sobre sus mascota y Eylune señaló las cosas de la joven- Estará escondida.

El joven Gruguer se ruborizó al instante. No estaba acostumbrado al roce de la piel de una mujer y al instante notó como la sangre le bajaba a la entrepierna.

Se giró al instante avergonzado. Alguna vez le había pasado eso, al despertarse por la mañana, nunca cuando le habían tocado.

Me alegro que estés bien, pero y con este ¿qué hacemos?.- dijo señalando al maniatado bandido.

Tensando los músculos de su cuerpo y apretando la mandíbula, khrirm se acercó desafiante.-Dejádmelo a mí.-Lo levanto del suelo y le puso la cara a escasos centímetros de la del bandido.

-Has tenido suerte...no, mas bien no has tenido suerte. Habéis herido a una chica inocente que además resulta que es compañera nuestra.-Khrirm emitió un gruñido de enfado delante de su cara.-Y eso nos disgusta mucho. 

Milkahá revisa sus cosas y encuentra a Avy un poco asustada dentro de su canasta, la chica le hace caricias y busca alguna ración de fruta seca o pan duro entre sus cosas para darle de comer. Milkahá toma sus cosas y se acomoda todo. 
- ¿Aun no ha dicho nada?, ¿si son ellos a los que buscamos? - les pregunta acerca del prisionero a sus compañeros.

Gravin toma las monedas que Milkahá le ofrece y después mira al resto a la espera de que le den algo más. Aquello no era, ni la décima parte de lo que una persona ganaba al día, eso era, como aquel que dice, una miserable limosna, y aunque el clérigo la aceptó de buena gana, se quedó esperando a que el resto aflojara los bolsillos.