Partida Rol por web

http://www.youtube.com/watch?v=kXDy2vZSVV8

Toda tu vida te ha llevado a éste momento. Como una delgada línea que se va dibujando en un mapa.....

Lo sabías, sabías que ocurriría, que en algún momento te llegaría la oportunidad.....llevabas años esperando ese cambio en las cosas, en el entorno, que propiciara alguna resquebrajadura en la armadura emocional de tu padre.

Siempre tan severo, siempre tan justo, siempre haciendo lo correcto....y tú siempre tan asfixiado. Sí, sabes que te ama, tu madre y tú habéis tenido muchas conversaciones a la luz de la chimenea, cuando estabas melancólico y tu hermana, Sirya, se había ido a la cama ya. Tu madre sabía que tu alma era más libre de lo que tú dejabas entrever, al fin y al cabo, eras su hijo, y te conocía bien. Pero no lo sabe todo de tí, no, todo no.

Has llevado una vida relativamente feliz, cuidado y querido, aprendiendo lo que tu padre, Arlen, te ha enseñado, y siempre ha sido un tutor muy capaz. Sabes que fue un apreciado Capitán en la Guardia de la Lira en Puerta del Bardo, como tu madre te ha contado alguna vez, y que no quiere ni oir hablar de tus locas ideas de ser aventurero y por supuesto, siempre se ha negado a hablar de ello. De hecho, aprendiste de forma muy dura que no quería ni oirlo, un día insististe mucho sobre que te contara qué sucedió cuando salió de allí, y ése día no lo olvidarás fácilmente...aún te escuece tu trasero al recordarlo....y los tres días que estuviste sin comer....y días más tarde, cuando te atreviste a preguntarle a tu madre, ella te dijo con un tono de reproche "No quiero hablar del tema, y no me vuelvas a preguntar....si quieres saberlo, pregúntale a él". Te sorprendió, porque tu madre siempre ha sido ésa ama de casa dulce y bondadosa, que siempre tenía una sonrisa para todos, pero ése día la viste molesta, asustada inclusive.

Tu padre siempre te ha dicho que lo mejor que te podía pasar era ser uno de los soldados en Fairhill, tu pueblo, aprender lo suficiente para llegar a ser Capitán de la Guardia, y un día, ser el Magistrado en su lugar. "Valiente tontería..." pensabas tú....."Debes cuidar de los tuyos Faxlen....no hay nada más importante...y tu deber está aquí, en Fairhill. A nuestra familia se le ha impuesto un deber, y nuestro honor nos dice que debemos cumplirlo...cuando seas mayor, lo entenderás." te decía él, antes de cerrar la puerta de tu cuarto. Ya eres mayor...y no lo entiendes. ¿Por qué no puedes hacer lo que quieras, como todo el mundo?

Conociste a Lannet, un mediano muy majo, que te cayó bien enseguida. Siempre estaba sonriendo, curioseando, fisgoneando y casi siempre estaba en "El Barril y la Jarra", la posada del viejo Tarnen, ése gruñón que va diciendo por ahí que fue aventurero...en realidad, tú te lo creías y por eso ibas...bueno, aunque sus cuatro perros te intimidaban un poco, pero te gustaba escuchar sus historias. Tras insistir mucho, entre los dos, te enseñaron a manejar la espada, y Lannet te enseñó a moverte sin que se te escuchara...a saber cómo y dónde esconderte....bueno, todo lo bien que pudo...."es que los humanos ocupáis demasiado espacio, y pensáis en chicas sin parar...aunque no me parece mal, la verdad....pero si no quieres que te oigan o que te vean, te tienes que concentrar en eso..en que no te oigan o te vean...y las chicas luego.". Sabes que tiene las manos largas, de hecho alguna vez os han pillado, sobre todo a él, y normalmente se salvaba de lo peor porque devolvía lo "tomado prestado" y sonreía y guiñaba el ojo a la persona en cuestión...tiene mucho encanto cuando quiere. Es ligeramente rechoncho y de rostro colorado, cabello castaño y ojos verdes. Normalmente va con su armadura de cuero y una capa gris de muy buena hechura...que de hecho...no le has visto quitarse casi nunca. Sabes también que cuando se obsesiona con algo o alguien, no para hasta descubrir todo lo que puede de eso o de esa persona...y es bueno en lo que hace.

Sabes que tu padre se lleva muy bien con Shandril...la Dama Guerrera y Clérigo de Freya. Ay! Bella mujer...bueno, mejor dicho...Elfa. Es la mujer más guapa que has visto nunca, bueno, al menos hasta que llegaron los extranjeros. (Aunque Lauriel, la otra elfa, la Lugarteniente de Baran el Manco, Capitán de la Guardia y la hija de Voril, Arialle la Barda, le van a la zaga...la verdad). De hecho, has oído rumores últimamente de que se llevaban demasiado bien.....pero no les has prestado atención, lenguas envidiosas han habido siempre. Sabes que tu padre y Shandril hablan mucho, se reunen a menudo, para hablar sobre decisiones que hay que tomar del pueblo. De hecho, muchas veces has pensado que siendo tu padre el magistrado, porqué consultaba tanto con la Elfa, que al fin y al cabo era la guía espiritual del pueblo, nada más. Pero al hablar con ella, con su belleza, su gracilidad y su amabilidad, siempre con una sonrisa para tí, se te olvidaba para qué habías ido.

Tu pueblo, Fairhill, siempre ha sido un sitio feliz y tranquilo (aburrido dirías tú), y pacífico. Aun siendo así, Baran El Manco ha mantenido a la milicia siempre en muy buena forma y bien entrenados y aun siendo pocos (apenas 25), son una tropa muy capaz, les has "visto" (bueno, oído más bien, lo único que has visto son los cadáveres, y no muchos porque no te dejaban) deshacerse de bandidos y monstruos que en otros sitios hubieran acabado con más soldados. Sabes que tu pueblo cuenta con la bendición de Freya a través de Shandril, la bella sacerdotisa local, y que gracias a los sacrificios de cereales, leche y hierbas que se hacen a menudo, los campos de labranza de tu pueblo producen grandes cantidades de grano, el ganado produce leche y crías en abundancia y las parejas viven en armonía y tienen numerosos niños...inclusive aquellas que ya pensaban no tenerlos... Por todo ésto, se ha convertido en una parada comercial de interés para las caravanas y comerciantes pasantes.

http://youtu.be/WBGSOoxhksU

Pero todo ha cambiado en las últimas semanas, ya que han empezado a producirse problemas en Fairhill. Parece ser que una banda de orcos empezaron a saquear los alrededores de la aldea y granjas cercanas por la noche. La gente está asustada y la milicia no se aleja del pueblo por temor a caer en una emboscada, así que el lugar más seguro es el pueblo. Aunque te ofreciste a ayudar, tu padre no te lo permitió, prácticamente encerrándote en tu cuarto, castigado, por gritarle y desobedecerle. Así que poco pudiste ver cuando tu amigo Lannet te dijo desde abajo de tu ventana que unos extranjeros habían llegado al pueblo y que iba a ver si averiguaba algo de ellos....Te contó que eran varios, un guerrero, uno que parecía un mago, un explorador, un paladin,  un clérigo y la más fascinante....una drow ! Practicamente palmeaba de la emoción al contártelo. Prometió volver con más nuevas....pero ya no volvió.

La misma noche que vinieron los "mercenarios" (pues ése nombre le escuchaste decir a tu madre) se produjo un altercado en el pueblo. ¡El templo de Freya estaba ardiendo y el pueblo bajo ataque! Te escapaste de tu casa y fuiste decidido a ayudar, llegaste a ver el templo en llamas y cuando ibas a salir corriendo para formar una fila de agua, te tuviste que frenar en una esquina, pues tu padre venía de cara y no querías que te viera. Desde ahí viste como el grupo parlamentaba con tu padre y Shandril, que parecía desesperada,  alcanzaste a escuchar..."Recuperar el Crisol de Freya, es de vital importancia para el pueblo...." y viste cómo la clériga le daba su espada a un guerrero grande, enorme, pelirrojo, el cual la cogía con solemnidad.

Te escondiste de nuevo, pensando en todo eso, pero tuviste la mala suerte de que tu padre en ése mismo momento giró la esquina y se tropezó contigo....."¡Maldito muchacho! ¿No puedes obedecer ni en momentos como éste?" Te llevó de vuelta a casa de una oreja, humillándote delante de todos los que te cruzabas y te encerró de nuevo, tras darte otra tunda de palos....y fue cuando decidiste que ya estaba bien, que se había acabado. Tenías la oportunidad ante tí, ahora o nunca. Tras unas horas de pensarlo bien, tenías un plan, simple y sencillo, pero necesitabas una distracción...y llegó. Escondido en la escalera pudiste escuchar todo con claridad....

Los "mercenarios" volvieron en mitad de la noche con El Crisol....¡lo habían conseguido! pero tu padre no estaba contento, ni Baran (que también estaba allí), querían que terminaran lo que habían empezado, que mataran a esos Orcos, que averiguaran si eran un peligro para el pueblo....los extranjeros dijeron que por la mañana irían. Les dió la llave de la vieja casa noble, colindante a la tuya, para que descansaran y todo el mundo se fue a dormir.

Por la mañana temprano, tu padre se fue....y tú también. No se molestó en llevarse la espada que guardaba escondida encima del armario...pero tú sí. Fue lo único que le cogiste....sabías que hacía tiempo que no la usaba y pensaste que tú la necesitarías más. Te escabulliste de casa sin mirar atrás, decidido en tus acciones y fuiste a coger prestado un caballo...con tan mala suerte que lo único que quedaba en los establos de tu padre era.....¡UNA MULA! Maldiciendo, la cogiste y saliste de allí, no sin fijarte que la mula llevaba una extraña marca en el lomo, pero te dió igual....aprovechaste que todo el pueblo estaba mirando como partían los "mercenarios" para salir en dirección contraria y esconderte en un pequeño sotobosque.....para dar la vuelta desde allí.

http://youtu.be/nc-PF_DIKFM

Una vez encontraste el rastro, el resto fue fácil. Seguiste hasta el vado del río, hacia el este, lo atravesaste y continuaste hacia el castillo, tomando precauciones. Llegó un momento que el camino continuaba pero observaste que el rastro se desviaba hacia el interior del bosque que rodeaba el castillo, hacia lo que parecía un sendero oculto entre los árboles, muy cubierto de maleza. Te introdujiste en él y tras unas decenas de metros, dejaste la mula a buen recaudo, atada pero con un nudo preparado por si tiraba fuerte para que pudiera soltarse, por si le atacaba alguna bestia del bosque tuviera una oportunidad de huir.

Siguiendo el rastro de los mercenarios (que no se habían molestado en ocultar), llegaste al escenario de una masacre en lo que parecía ser el escenario ideal para una emboscada. Varios orcos, no sabías determinar exactamente cuantos, pero más de 6 y menos de 12, habían caído allí. Múltiples manchas de sangre y visceras, así como el olor de deposiciones y excrementos inundaban el lugar. Viste entre la maleza varios cuerpos decapitados de orcos, totalmente despojados de ropajes y armas, así como de cualquier cosa de utilidad...y una cosa que te llamó la atención. Un orco atado a un árbol que tenía el cuello cortado. Muerto.

Seguiste adelante con más precauciones si cabe, y llegaste a la mole imponente del castillo, tres torres que podías vislumbrar en la mañana, con una altura de unos seis metros, una muralla de la misma altitud, semiderruida en algunos sitios, y una puerta en la torre más cercana. Te fijaste en dos cosas...que el bosque y la maleza prácticamente llegaban hasta la muralla y la puerta de la torre que tenía muchas grietas reparadas con piedras y restos, por lo que el sitio era perfecto para acercarse sin ser visto....y que la puerta de hierro que tenía en un lateral estaba abierta. Tenía una cerradura con un candado, pero estaba abierto, aunque dejado en el sitio. También viste un campanario por encima de la muralla, cerca de la torre a la que estabas dispuesto a entrar. Viste a un orco tendido encima del borde del campanario, con una flecha atravesándole la garganta. Te pareció ver una sombra moverse...así que te agachaste y entraste rápidamente a la torre...una vez dentro, te alcanzó un fuerte olor químico....la habitación tenía varias antorchas y justo en medio, lo que parecía una enorme mancha de barro de color verde.

Tras observar un momento, te fijas que alrededor de la mancha hay un camino definido por antorchas, y que al lado de la puerta de hierro hay tres antorchas (una a cada lado y otra justo encima) encendidas. El camino llega hasta unas escaleras de madera que suben hacia unas puertas de madera, y que el techo de la sala (de madera) tiene un enorme agujero, toda la madera de la sala parece estar en muy mal estado, por lo que extremando las precauciones, subes pegado a la pared y llegas hasta la puerta.

Una vez arriba, te fijas que el suelo de madera está en el mismo o peor estado que el resto, así que, siguiendo pegado a la pared tomas una de las dos puertas, ya que estás seguro que has oído ruidos mientras subías, y parecían de combate. Sales a lo que parece la muralla oeste de la torre, desde donde puedes ver perfectamente el campanario, pues lo tienes a escasos metros de tí. No ves la parte de arriba, que está a unos 3 metros por encima de tu cabeza. Pero ves perfectamente al orco que está tendido encima de la barandilla del campanario. En el silencio de la mañana, te parece distinguir pasos subiendo, y piensas rápidamente que como alguien suba ahí arriba, verá el orco tumbado y descubrirá a los mercenarios (y a tí que estás ahí), así que tomando una decisión un poco irracional, pues todos tus músculos te gritan que salgas corriendo de ahí, subes ágil como una lagartija por la pared del campanario y llegas rápidamente arriba, donde ves una enorme ballesta con enormes flechas tiradas al lado, el orco en la barandilla y unas cajas de madera, además de una trampilla en el suelo. Oyes un golpe, y un cerrojo correrse, con lo que rápidamente te escondes entre las cajas. Ves salir a un Orco enorme, que rascándose la barriga, cierra la trampilla de nuevo. Se gira tapandose los ojos, como si le molestara el sol y mira hacia donde está su amigo...dice algo....se acerca a él y le da una patada....le da otra....se vuelven a oir sonidos de pelea y algún que otro grito no muy alto, pero claramente reconocible como humanos....y el Orco se queda clavado en el sitio, observando, escuchando. 

Escondido desde donde estás, con el corazón a cien por hora, intentando decidir qué hacer, observas como el Orco se agacha y parece contemplar con interes algo debajo de él, y que, poco a poco, retrocede hasta las cajas, de espaldas, y sin darse cuenta, se esconde cerca de tí con una lanza en las manos. Tú, obviamente, has retrocedido y te has escondido aún más casi en la otra esquina, y estás rezando para que no te vea. Oyes voces, susurros y algún sonido metálico, y de repente ves subir con agilidad una figura embozada a la torre del campanario. Vislumbras un destello blanco en su capucha...parece que tiene el pelo blanco...¿quién encajaría en ésa descripción?. La figura empieza a mirar las lanzas y a hablar con los que están abajo, describiendo rápidamente en lengua común, pero con un fuerte acento extraño lo que hay ahí arriba, pero no parece haber visto al Orco. Contemplas como el Orco se prepara para atacar, da un paso, otro...levanta la lanza......¿qué haces? Si gritas, seguramente alguien más te escuchará...si atacas, puede que te pongas en peligro...si te quedas quieto....

Al ver que el orco se aproxima hacia la figura desprotegida, Faxlen siente la necesidad de socorrer a la única persona que le podría ayudar en ese lugar. Mientras saca el arco y apunta a la criatura, piensa en todos los momentos en los cuales su padre le quitaba la idea de ser aventurero a base de golpes, "¿Que harías tu en mi lugar padre?, ¿te quedarías quieto y observarías su muerte, como hacen los magistrados?...Las justas decisiones son las que marcan el camino del héroe".

Me incorporo para tener una mejor visión del orco e intento dispararle de manera furtiva.

Mientras sus compañeros conversaban qué hacer con el arma de asedio y divagar sobre vampiros, Arue, con paso sigiloso, se acercó al borde este del campanario a observar alrededor suyo, con cuidado de no ser vista....quería observar el castillo desde el campanario.

"Éste tenía forma rectangular y en las esquinas se disponían las torres, de las cuales sólo se mantenían tres en pie. Al noroeste se encontraba la torre por la que habían entrado y al noreste la que habitaban las arañas que habían masacrado. Al suroeste la tercera. Todas debían de tener una altura de tres pisos y tenían sus tejados almenados, grandes grietas las recorrían y seguramente sólo eran habitables hasta el segundo piso. Las torres se unían mediante las murallas, también almenadas, que alcanzaban los seis metros de altura. Sólo se mantenía intacta la muralla norte, donde se encontraba la entrada principal y dónde habían combatido con las arañas en el segundo piso.

Las demás murallas se encontraban o total o parcialmente derruidas, por lo tanto, casi impracticables o con altas probabilidades de caída para el loco que intentara deambular por ahí, por no mencionar que estaría expuesto con seguridad a las miradas de los guardias. En éstas secciones expuestas de las murallas, observó que se habían levantado terraplenes y situado a intervalos regulares grandes troncos afilados encarados hacia el exterior. En la zona sur de esos terraplenes había seis orcos montando guardia. En el patio interior, junto al terraplén del muro oeste, justo debajo de ella en la pared sur del campanario, había otros dos orcos montando guardia. El patio contenía los restos de varias estructuras de madera y un pozo que por su aspecto parecía utilizable.

El campanario se encontraba adyacente a la muralla oeste, entre la torre por la que habían entrado y la situada al sur. No estaba cubierto y la campana, que no se encontraba a la vista, había sido quitada para instalar el escorpión. La parte alta del campanario lo completaban las lanzas de hierro del escorpión y un montón de cajas con restos de telas por encima, que están en uno de los laterales y llegan hasta una esquina del campanario. Todo el castillo estaba rodeado por la vegetación del bosque casi hasta donde te alcanzaba la vista, un bosque verde y lleno de vida..... y los dos únicos caminos que llegaban hasta él se encontraban al norte. El camino principal y por el que habías llegado vosotros....."

Una ligera brisa matutina sopla en vuestra dirección, liberando por un momento vuestras fosas nasales del penetrante olor a rancio, a sudor, un hedor a sucio y a heces, en definitiva, un campamento orco que os rodea......la luz del sol comienza a despuntar en el cielo, atravesando unas nubes...parece que va a ser un día caluroso. 

http://youtu.be/oTHGACRONBc

Subidos a la muralla oeste, teniendo mucho cuidado donde poneís los pies, sentís la ligera brisa que hace mecer vuestros cabellos y que aleja el olor penetrante que os rodea..... por unos instantes. Un olor que no podéis dejar de sentir...el hedor de un campamento orco. Olor a rancio, a sudor, a suciedad, heces....en definitiva, un sitio abandonado, antiguo y ocupado por criaturas bárbaras.....también os llega un olor dulzón, que no termináis de identificar....

La luz del sol comienza a despuntar en el cielo, atravesando las nubes...parece que va a ser un día caluroso....un rayo parece incidir en el centro del castillo, iluminando el pozo con su claridad...podéis distinguir una película verde en las piedras del pozo, así como también en las escaleras que tenéis delante vuestro, que bajan hasta el patio que se abre a vuestros pies.

Desde donde estáis, distinguís el rastrillo oxidado del bastión norte, fuertemente encajado en el suelo, así como la puerta de la torre noroeste, al parecer, de madera reforzada con hierro y un enorme candado en su cerradura. No podéis dejar de sentir que estáis en un sitio antiguo, olvidado, ocupado....y algo os dice que no sois bienvenidos aquí.

Al oeste y al norte, el bosque se extiende prácticamente hasta donde os alcanza la vista, escondiendo el castillo de cualquiera que intente acercarse a pie o a caballo.

Aure ha subido hace unos instantes al campanario, trepando con la agilidad de una ardilla hasta arriba y pasando por al lado del cuerpo doblado encima del borde oeste del mismo, desapareciendo en la cima sin hacer el más mínimo ruido....

Tras inspeccionar el lugar por encima, Rashaniel se retiró un mechón de cabello rebelde y suspiró, dejando escapar un pequeño y débil silbido. El olor era demasiado penetrante y molesto para su gusto, y su naricita arrugada dejó claro su malestar. Como normalmente se quedaba detrás cuando caminaban, estiró el cuello para saber qué tenía Groland en mente, y se rascó la cabeza, pensativo.

La vista desde el campanario era mejor de lo que me esperaba al treparlo. Era posible ver casi cualquier detalle importante o a tener en cuenta de la fortaleza, lo que era un punto a nuestro favor: No iríamos completamente a ciegas. 

Podía observar las murallas caídas y las zonas inaccesibles, pero también las zonas de guardia y los lugares más seguros para continuar nuestro camino. En un primer vistazo no había una actividad desmesurada en la fortaleza, lo que podría querer decir que aún no se habían dado cuenta de la amenaza. Sonreí un poco al pensar en la cantidad de veces que había presenciado algo así justo antes de caer sobre un campamento de orcos bandoleros. 

Al notar el sol que empezaba a despuntar bajé la vista, al contrario de lo que habrían hecho probablemente el resto de compañeros de mi grupo. Mis ojos no eran de puro Drow y estaban acostumbrados a la luz tras haber nacido y crecido en la superficie, pero seguía siendo más placentera la oscuridad que la luz del sol. Sea como fuere, el sol ya salía y eso significaba que el mundo despertaba. Era hora de poner a dormir una parte de él. 

No teniendo nada mejor que hacer mientras esperan a que Arue vuelva para contarles que ha encontrado, al hechicero se le ocurre la idea de que tal vez una exploración desde un lugar mas alto sea beneficiosa, y que su querido familiar puede ser ideal para ocuparse de ella.

-Necesito que compruebes este castillo desde el cielo, pero intenta empezar a tomar altura desde el bosque y vuela bajo hasta llegar a el -susurra Brand al cuervo emperchado en su hombro-. Evita hacer algo que llame la atención, da un par de vueltas, vuelve a entrar en el bosque y da un rodeo volando bajo para volver.

Acuclillada como estás detrás del parapeto que te proporcionan las barandillas de piedra del campanario, ves como los orcos en el terraplen sur agachan la mirada ante la luz del sol y buscan las sombras refrescantes de las murallas del castillo, sin dejar de vigilar, pero más a resguardo de la brillante y cegadora luz. Uno se apoya en la muralla, dejando unos momentos la lanza y saca un odre que empina, guardándolo cuando termina de beber. Tras hacerlo, mira hacia arriba protegiéndose con una mano los ojos a modo de visera, directamente hacia donde estás tú, y saluda, cogiendo acto seguido la lanza y dándose la vuelta hacia el exterior, para seguir con su ronda.....

Retrocedes lentamente y te asomas por el otro borde, donde relatas al resto lo que has visto*.

Por un momento se detiene la brisa, y el fuerte olor que os rodea vuelve a impactar tus sentidos, pero esta vez es más intenso.... oyes un ruido metálico, como una raspadura de metal contra piedra detrás tuyo, y al girarte ves lo siguiente:

Justo delante de las cajas que hay a unos 2 metros de tí, en un lateral, hay un Orco bastante grande con armadura de cuero tachonado de aspecto roñoso y una lanza levantada a punto de tirartela que abre su boca relamiéndose al darte tú la vuelta, y justo detrás de él, a apenas 4 metros de distancia, ves como unas telas se retiran y surje entre las cajas, totalmente en silencio, otra figura, un ¿niño? con un arco corto entre sus manos, apuntando directamente a la espalda del Orco y con un semblante bastante adusto...

La figura del orco hizo saltar mis alarmas, desenvainando la espada larga con rapidez. Prefería usar mi arco normalmente, pero en esta ocasión, dada la cercanía y la sorpresa inesperada, era mucho más rápido atacar con la espada.

La sombra de detrás del orco puso en tensión todos mis sentidos. ¿Había estado ahí todo el rato? ¿Era amigo o enemigo? ¿Era realmente un niño? Sea cómo fuere eran preguntas que no iban a obtener respuesta en medio de una batalla, así que me preparé para acabar con el orco primero y descubrir después.

Con un rápido movimiento de la espada atravesé sus defensas y noté la agradable sensación de la espada cortando la carne. Era cómo cortar mantequilla, con lo que sabía que había asestado un buen tajo, pero eso no era siempre suficiente para acabar con una criatura así. Si no caía podía dar la alarma y estaría en un serio apuro. Terminando el movimiento circular del ataque con la espada, recoloqué mis pies lista para asestar un segundo golpe si era necesario, al orco...o al desconocido invitado.

Groland observó con cierta desconfianza los tejemanejes que Brand se traía con su pajarraco.

—Baja la voz, elfo —susurró el gigantón, malhumorado por la espera, al hechicero.

Cuando el ave salió volando, el guerrero, de cuclillas junto a las almenas exteriores, gruñó un breve juramento para conjurar el mal agüero y volvió de nuevo su atención hacia el bosque: inspeccionadas las dos torres septentrionales y la muralla entre ellas, las únicas formas de acceder hasta donde se encontraban eran las escaleras que daban al patio y la puerta por la que ellos mismos habían accedido al castillo. Greinh y Jerinor guardaban las escaleras y Hathol permanecía junto a la puerta, así que Groland se encargaba de vigilar el bosque, menos hostil a la luz de la mañana que cuando llegaron. De vez en cuando miraba también hacia el sur, a la torre suroeste, o a sus espaldas, a la torre por donde había desaparecido la mediodrow.

Groland no podía evitar admitir que la hembra estaba colaborando como la que más, pero aún pensaba que no era de fiar. De hecho, el guerrero habría subido en su lugar o tras ella de no ser por todos los trastos que llevaba encima. No te quito el ojo de encima, drow.

—Deberíamos estar esperándola dentro —murmuró sombríamente mientras echaba un nuevo vistazo a la torre suroeste. No le gustaba la aparente tranquilidad que reinaba en aquellas ruinas. Todo aquel lugar olía a orco que echaba para atrás, pero Groland tampoco olía especialmente bien después de todo.

Espero a que Arue vuelva y nos cuente que a visto. Hasta entonces esperare observando los alrededores, por si apareciese algo amenazador.

Me incorporo rápidamente, para poder coger de forma desprevenida al orco. Rezo para mis adentro y apunto a la nuca. Con suerte el golpe sería letal... Pero no era lo único que me preocupaba. 

La sombra pareció alertada de mi presencia..."¿me habrá visto bien?...tal vez entre la penumbra no se me distinga bien...espero no ser confundido con un orco...

Apunte a la cabeza del orco, tense con todas mis fuerzas el arco y disparé la flecha. Esta surcó a gran velocidad la habitación para impactar finalmente en el muro detrás de la criatura: "maldición, por que poco..." 

Tras observar como la figura encapotada  elimina al orco con tanta facilidad, Faxlen levanta las manos despacio mostrando en una de ellas el arco con el que ha disparado , al mismo tiempo que susurra: No soy un enemigo, vengo a ayudaros...

Mientras el cuervo de Brand, con un ligero graznido, sale volando hacia el bosque, el silencio matutino a vuestro alrededor es casi ensordecedor....sólo se oye el ligero movimiento de las hojas de los árboles. La brisa que hasta ahora ha aliviado el olor que os rodea, deja de soplar y de nuevo, el intenso hedor a lugar ocupado por criaturas bestiales invade vuestras fosas nasales. Oís un ligero ruido, y veís la cabeza de Arue asomarse ligeramente al lado del cuerpo doblado encima de la barandilla del campanario. Al levantar la vista, no podéis evitar quedar ligeramente deslumbrados por la intensidad de la luz del sol que se cuela entre las nubes blancas que pueblan el cielo, hace poco que ha amanecido y notáis que va a ser un día caluroso. Arue se asoma un poco más y os susurra una descripción del castillo...

"Éste tiene forma rectangular y en las esquinas se disponen las torres, de las cuales sólo se mantiene tres en pie. Al noroeste se encuentra la torre por la que hemos entrado y al noreste la que habitaban las arañas que hemos masacrado. Al suroeste la tercera. Todas deben de tener una altura de tres pisos y tienen sus tejados almenados, algunos derruidos, y grandes grietas las recorren y seguramente sólo son habitables hasta el segundo piso. Las torres se unen mediante las murallas, también almenadas, que alcanzan los seis metros de altura aproximadamente por lo que he podido comprobar. Sólo se mantiene intacta la muralla norte, donde se encuentra la entrada principal y dónde hemos combatido con las arañas en el segundo piso.

Las demás murallas se encuentran o total o parcialmente derruidas, por lo tanto, son casi impracticables o con altas probabilidades de caída para el loco que intente deambular por ahí, por no mencionar que estaría expuesto con seguridad a las miradas de los guardias. En las secciones sur y oeste de las murallas, he visto que se han levantado terraplenes y los pielesverdes han situado a intervalos regulares grandes troncos afilados encarados hacia el exterior. En la zona sur de esos terraplenes había seis orcos montando guardia. En el patio interior, junto al terraplén del muro oeste, justo debajo del campanario por la parte sur, hay otros dos orcos montando guardia. El patio contiene los restos de varias estructuras de madera y un pozo que por su aspecto parece utilizable.

El tejado del campanario está ahí abajo, en el suelo, al sur del campanario y hay un enorme "Escorpión" aquí arriba....tampoco he visto la campana y lo más curioso es que el "Escorpión" está apuntando hacia dentro. También he visto un montón de lanzas de hierro y un montón de cajas con restos de telas por encima, que están en uno de los laterales y llegan hasta una esquina del campanario. Todo el castillo está rodeado por la vegetación del bosque casi hasta donde alcanza la vista... y los dos únicos caminos que llegaban hasta él se encontraban al norte. El camino principal y por el que hemos llegado....."

Tras la larga parrafada, veis como pone cara de alarma y desaparece rápidamente tras la barandilla de nuevo, tres metros más arriba de donde vosotros estáis...y no oís nada....

Tras apenas tres segundos.....veis pasar una flecha en dirección hacia el bosque que ha salido de la parte alta del campanario....pero sigue sin oirse nada.

Arue observa como la flecha pasa rozando la cabeza del Orco y la suya y Faxlen ve como la flecha sale volando en dirección hacia el bosque, por encima de la barandilla del campanario donde está subido.

En menos de lo que se tarda en parpadear, la figura embozada hace un quiebro que hace dudar durante un segundo al Orco, es todo el tiempo que necesita.... atraviesa limpiamente el cuello del Orco atacando de abajo hacia arriba....el Orco cae al suelo despatarrado encima de la trampilla cerrada...y las dos figuras están frente a frente.......el sol ilumina la escena desde la espalda del joven con el arco....y sigue sin oirse nada más que sus respiraciones y un ligero gorgoteo que sale de la garganta del Orco, cuya sangre poco a poco cubre el suelo del tejado del campanario....

Groland ya estaba asimilando toda la información y comenzaba a preguntarse por la extraña orientación del arma de asedio cuando la mestiza desapareció de nuevo en la torre.

—¡Oye...! ¡DROW! —susurra Groland en un tono alarmado al ver volar aquel proyectil.

Durante unos segundos, el guerrero contiene la respiración y afina el oído al máximo. ¿Qué está pasando ahí arriba?

Sin envainar mi espada me acerqué un par de pasos al extraño que tenía enfrente. Su flecha había pasado cerca del orco, pero también cerca de mí. No podía estar segura de que en realidad no había intentado acabar conmigo y usando él un arco  y yo la espada en estos momentos, tenía que acortar la distancia si no quería darle ventaja.

- Quién eres y qué haces aquí. - le pregunté secamente mientras ponía mi espada entre su cuerpo y el mío, hablando en común. 

Mientras esperaba su respuesta me fijé en sus atuendos, bastante parecidos a los míos. Tenía que ser un viajero, pero un viajero que (al menos en apariencia) era también un luchador. El carcaj lleno de flechas, el arco y el cuero tachonado eran los mayores factores para hacer semejante suposición, pero además su complexión parecía atlética, listo apra viajar y combatir.

Subidos en el campanario, con los dos orcos muertos como única compañía, estáis sólos, el uno frente al otro....

De repente, se oye de algún sitio cercano:

"¡Oye...! ¡DROW!"

y el silencio de nuevo...