Partida Rol por web

Aire recuperó la respiración lo más rápido que pudo. Tenía que hacer doble esfuerzo, pues debía mantener a la loca dentro de su mente. De vez en cuando meditaba algún conjuro, para engañar a la mente, y le diese un poco más de tiempo.

Cruzaron la burbuja y, por suerte, no les hizo daño, algo que no parecía haber meditado ninguno de sus compañeros. Encontrarse con muros y con una puerta sólo le daba a Aire dos ideas. O que la gente se protegía de lo que había fuera de esa burbuja, o que lo que hubiera dentro era mejor que no fuera liberado. Y el hecho de que la puerta no tuviera cerraduras, no ayudaba a la situación.

Mirad señaló al ojo mágico que revoloteaba cerca del dintel. No podemos entrar a la fuerza, y tampoco quiero que se repita lo de la tienda del pollo miró sobre todo a Onfale ¿Llamamos y ya?

La maga examino las puertas con detenimiento tratando de buscar algún singo, símbolo o pista que le indicara que tipo de criaturas vivía dentro. Recordaba el plano que había dibujado el mane. El mane dijo que había tres ciudades en las llanuras del hambre: Golmin Thur, Vadrian y la Ciudá de las Curvas Rectas ¿Cuál será? También dijo que en una de ellas había liches, en otra Hombres de las Cenizas y en la última no especifico. Según nuestro desaparecido “guía” teníamos que llegar a la ciudad de las Curvas Rectas para coger un barco, pero estas murallas parecen muy rectas ¿a qué se referiría con curvas rectas?

Bueno... el enclave no estaba junto a un río de pis de Mane, así que esta ciudad no se correspondería en el croquis con la Ciudad de las Curvas Rectas. Que dispusiese de su propia burbuja de biosfera también daba una pista de que estaban protegiendo algo no propio del plano de la energía negativa, como humanos libres... o humanos esclavizados... o que todo aquello de la burbuja solo era un cebo para hacer que los viajeros planarios se acercasen en busca de refugio.

Por suerte Alice había leído algunos libros de arquitectura de otros planos, y el edificio le recordaba al estilo de Sigil, la ciudad de la que fueron expulsados los Hombres de las Cenizas. Así que seguramente se tratase de Vadrian. Eso no significaba necesariamente que fuesen a ser bien recibidos, ni que deban bajar la guardia...

Tras una intensa carrera de la que dependía la integridad de sus cuerpos al estar expuestos a la atmósfera de este plano sin la protección adecuada, el grupo llega por fin a ponerse a salvo en el interior de la burbuja. Pero aquello solo era la primera parte para poder considerarse lo que en este diabólico lugar se pueda interpretar como 'a salvo'. 

Tybalt echó una ojeada a la imponente y virtualmente inaccesible construcción que se alzaba ante ellos. Después de la información que el cuervo compartió con ellos y las reveladoras conclusiones de Alice, seguían con las mismas opciones que cuando llegaron frente al portón. -Quizás lo mejor sea llamar sin más y pedir que nos dejen pasar.- Dijo por fin el tiflin sin darle mayor importancia, aunque realmente no tenían otra opción. -Si esta ciudad es Vadrian, aquí dijo el Mane que podríamos encontrar otro guía si lo perdíamos a él. También mencionó que es un buen lugar para comerciar.- Añadió al instante al recordar el gigantesco pedrusco que habían encontrado tras salir del cráter. Sin más que añadir, Tybalt esperó a que el resto manifestase su opinión. 

Onfale había conseguido mover a Leiath de su sitio, aunque ella pensaba quedarse ahí para siempre insultando al alado demonio.

En el camino a la ciudad se fue calmando, explicándose a sí misma que ese era otra prueba de la gran Hala y que por tanto no había que cabrearse tanto. Cuando llegó a las inmensas puertas de oro, ya estaba como la seda, o casi.

Se recompuso como pudo, se atusó el sucio y descuidado cabello y llamó a la puerta con los nudillos. Le pareció algo ridículo pues no sabía si lo escucharían, pero aquel ojo mágico seguro que avisaría a los de dentro de todas formas.

TOC, TOC.

A Onfale le daba igual qué ciudad fuera a la que habían llegado con tal de cruzar la burbuja protectora. Era como ponerse un abrigo de pieles en un invierno duro. Lo que hubiera dentro no podía ser peor que lo que habían dejado atrás. En cuanto llegaron a la conclusión de que habían llegado a Vadrian el perfumista ni se inmutó cuando Leiath tocó a la puerta. Si de verdad eran comerciantes no les costaría adentrarse en la ciudad, teniendo una pieza como la que habían recuperado de debajo del hielo.

- Si son comerciantes tendrán que dejarnos pasar. Juguemos bien nuestras cartas.- Advirtió el perfumista con una voz sinuosa como el silbido de una serpiente.

Mientras esperaban a que les abrieran o al menos les interrogaran sobre sus intenciones allí, se acercó a la lagartona.

- Flame, quizá te sirva la armadura completa de Lord Sauvage que Lady Arquette metió en el bolso de contención.- El mago se tocó con gracia la cintura de la que colgaba ahora el bolso de contención de Lady Arquette. El equipo de la rubia dejaba mucho que desear desde que la habían resucitado a partir de su cabeza.

¿Qué hay en la bolsa? Pregunto la maga con los ojos desorbitados. Monedas, lingotes de oro, un tomo sobre flora y fauna demoniaca…. ¿Qué? ¿Qué? Pregunto impaciente. Le sabia mal coger las pertenencias de un amigo cadido cuando el cuerpo aún estaba caliente, o puede que incluso aún vivo, pero era cuestión de supervivencia.

Seguro que los ancianos desearían que sus pertenecías cayeran en las manos de sus “nietos” antes que en las de cualquier demonio desaprensivo. Aunque esta última frase emotiva y sentida no consiguió desvanecer el brillo de codicia en los ojos de la maga. 

- No sé si es el mejor momento...- Contestó Onfale echando suspicaces miradas al ojo mágico flotante. Poco a poco fue haciendo un corrillo con Alice, Leiath, incluso Flame, dando la espalda a quien pudiera así ver lo que llevaban en el saco. Dejó a un lado la armadura de Flame, osea la de Lord Sauvage, y metió la mano en el saco para ver qué más contenía.

El debate entre las dos Aires cada vez era más devastador. La maga no dejaba de llevarse las manos a la cabeza, respirando para recuperar la calma. Pero fueron las palabras de Alice la que consiguieron que la joven inocente saliera a la luz.

¿También les echas de menos? No pudo evitar acercarse a la maga roja y abrazarla, sin darse cuenta de la codiciada mirada que lanzaba hacia la bolsa.

Lo siguiente que sacó Onfale de la bolsa de contención fue...

Una tienda de campaña...

Cuatro petates...

Cuatro odres...

El ojo flotante fijó la vista en Leiath, y Tybalt y Flame se pusieron tensos. Una voz sonó de detrás de la puerta metálica.

¿Eres una muerta viviente? Porque si eres una muerta viviente ya puedes irte por dónde has venido.

Dile que no abrimos la puerta a los muertos vivientes.

Mike, creo que si fuese una espía no muerta ya sabría que no admitimos no muertos, gracias.

Mientras, Onfale siguió sacando cosas del saco.

Una lupa...

Un catalejo...

Un laboratorio de alquimia portatil...

¿Y lo del cuenco? Dile lo del cuenco, Joe. Jajajaja...

Cierto, el cuenco.

Un panel rectangular al lado de la puerta se deslizó dejando ver un cubículo del tamaño de un carcaj. En aquel hueco había un cuenco de cerámica.

El cuenco contiene agua bendita con ajo picado. Si de verdad quieres

demostrarnos que eres una no no muerta, es decir, una viva, bebe.

Si no sientes repulsa, tú y solo tú podrás entrar en Vadrian.

Lo de tú y solo tú era redundante, pues solo Leiath se había mostrado al ojo. Y poco a poco el pestazo de aquella sopa fría le llegó sin haber retirado siquiera el cuenco, así que era de imaginar que estaba bien cargado de ajo: pocas papilas gustativas serían quién de superar esa prueba. El resto seguía en la distancia sacando cosas de la bolsa de contención.

Un camisote de mallas de mithril...

Una maza pesada de plata...

Un cadáver...

El susto de sacar un cadáver de una bolsa fue algo digno de ver. Eso les pasa por avariciosos. El cadáver pertenecía a un hombre calvo de mediana edad, vestido con ropas oscuras. Tras retirar el cadáver, no quedó nada más que sacar de la bolsa. Eso era lo último.

La atención de Leiath estaba dividida; por un lado, Onfale estaba sacando cosas bastante interesantes de la bolsa de lady Arquette (incluido el cadaver... quién sería? Se le podría resucitar?), y por otro, los curiosos individuos que estaban tras la puerta la hablaban de beberse una sopa que parecía más fuerte que las pociones que hacía su abuela, que en paz descanse - pero, aunque costaba beberlas, luego te sentias 20 años más jóven-. Así que pese al repulsivo olor, decidió tomarla, tapándose al nariz.

Miró al ojo que no la perdía de vista y le dijo toda indignada: Yo, una muerta viviente! Válgame Hala!

Pero su cara de indignación no duró mucho, y es que la sopa esa estaba TÁN mala...

Onfale iba sacando objetos del bolso de contención sin prestar demasiada atención a la charla entre Leiath y los guardianes de la puerta. En sus ojos se reflejaba la codicia que, en un momento de calma como aquel, se abría paso entre sus prioridades.

Basura...basura...basura...mmmm interesante, interesante también,...¡Oh bendita sea Hala!- Pensó cuando vio el laboratorio de alquimia portátil. La Diosa se lo devolvía después de tanto tiempo, de habérselo dejado a Babras para que lo cargara y desaparecer con él entre las brumas. Posiblemente ahora sería un ser animado, con patas y que lanzaba fuego de alquimista a los pobres ingenuos que se lo encontraran perdidos entre la niebla.

Jojojo.- Se reía internamente Onfale sin mostrar nada en su rostro, pues debía parecer compungido, al ver el camisote de mithirl y una maza pesada de plata. Con ésta última algunos de sus compañeros iban a pasárselo bien. Sin embargo, al sacar los últimos objetos, un sutil olor dulzón, algo desagradable, llegó a los orificios nasales del perfumista. Miró a Alice con cara de "es hora de que te des un baño, guapa" pero siguió hurgando en el saco, excitado por qué más podía encontrar. Lo que sacó, un cadáver, le sorprendió, pues no se podía imaginar que la dulce Lady Arquette pudiera llevar algo así entre sus pertenencias. Súbitamente una arcada obligó al delgado cuerpo del mago a contraerse. A duras penas logró retener el exiguo contenido de su estómago dentro de él.

- Pero...

La maga miro como Olfate sacaba objetos de la bolsa, eran cosas útiles pero ninguna era extraordinaria. Puede que tuviera las expectativas demasiado altas esperando encontrar una espada vorpalina mata dragones o un tomo de hechizo infinitos. Parece que los viejos no eran muy ricos, es lo que tiene vagar durante años por estos yermos.

Entonces noto el contacto de un cuerpo, un frio escalofrió le recorrió la espalda, durante los últimos meses solo había visto muertos vivientes y se temía lo peor. Luego noto el cálido y sube contacto de la piel de Aire, y se relajó. Olfate les lanzo una mirada extraña, Alice creyó la lujuria en la mirada del eunuco. Todos los hombres son iguales cuando ven a dos mujeres guapas abrazadas solo piensan en una cosa en sex…

El hilo de pensamientos de la maga fue interrumpido por el cadáver que saco Olfate de la bolsa. ¿Pero qué narices, para que guardaría la anciana un cadáver? Esto… Aire, guapa. Ahora te vas a abrazar un momento a Flame ¿vale? Olfate se había puesto a vomitar, el cadáver estaba fuera y había que hacer algo con él. Abrázate con fuerza a Flame mientras yo termino unas cosas. 

Tras el fracaso de Leiath, Becky sale del rincón y se reúne con ella en la puerta.

¡Esta chica está viva! ¡He estado con ella desde niñas!-grita al ojo flotante.

Buena mentira. El crecimiento es una función exclusiva de los seres vivos. Una persona que se convierta en no muerto de pequeño, al cabo de mil años se convertirá en un no muerto muy sabio en un cuerpo infante.

Eso es lo que diría un no muerto para hablar en favor de otro no muerto.

Sin embargo, a Becky le falta la credibilidad de demostar que ella está viva. Becky coge con ímpetu lo que queda del agua bendita y bebe. Su rostro se arruga y se contrae al sabor del ajo, tal y como hiciera el de Leiath.

¡AJÁ! ¡OTRA MUERTA VIVIENTE!

¡No! ¡No somos muertas vivientes! Lo que pasa es que hace unas semanas las dos fuimos asaltadas y brutalmente violadas por un grupo de demonios... Ambas estamos encinta. ¿Conocéis los síntomas del embarazo, verdad? Tenemos los tobillos hinchados. Y los pezones sensibles. Y... snif, snif... nos ponemos a llorar por... snif... cualquier cosa porque estamos muy sensibles... y ahora no nos dejáis pasar... y no tenemos otro sitio al que ir... snif, snif...

¿Y eso qué tiene que ver con el cuenco de agua bendita?

Pues... snif... que también tenemos náuseas mañaneras, y cualquier olor fuerte como el ajo del agua bendita nos hace... Bluaaaaaarp... Blf... bluaaaaaaaaaghp...

Becky estaba vomitando con increíble realismo. Al mismo tiempo, el vómito generado en la boca del estómago de Onfale fue remitiendo, como si alguien estuviese trasvasándolo de un cuerpo a otro con un conjuro de prestidigitación. Del otro lado de la puerta se escuchaban los murmullos de Joe y Mike.

Está bien... Joe va a ir a por unos formularios.

Tramitaremos este acceso por el proceso antiguo.

Poned el cuenco en la "caja" y esperad unos minutos...

Becky devolvió el cuenco, y el panel rectangular se cerró de nuevo. Los minutos se convirtieron, facilmente, en hora y media de espera. Los viajeros planarios se acababan de encontrar con la criatura más maligna de toda la existencia: la burocracia. El panel se volvió a abrir de nuevo. Esta vez, en la caja no había un cuenco, sino dos láminas de pizarra amplias como páginas de un libro y dos tizas. En los trozos de pizarra había el mismo exámen, con hueco entre las preguntas para responder con la tiza.

Si aprobáis el exámen, significará que estáis vivas.

Los muertos vivientes suspenden siempre.

¡Vale!-dijo, guardándose las tizas en el bolsillo y cogiendo los trozos de pizarra-En aquella dirección había un cascote plano para apoyar y poder escribir. Vamos hasta allí y cuando terminemos los traemos de nuevo, ¿de acuerdo?

De acuerdo. Pero si presentáis las mismas respuestas sabremos que habréis copiado.

Leiath y Becky volvieron con los demás y enseñaron los exámenes. Los edificios hacían sombra, pero alejándose hacia una antigua plaza, la luna llena les permitió leer mejor las preguntas.

Pregunta #1. ¿Qué es lo último que has hecho para ayudar a otro ser vivo?

Pregunta #2. ¿Qué es lo que te define como ser pensante?

Pregunta #3. ¿Cuál es el recuerdo más querido que tienes de tu infancia?

Pregunta #4. ¿Cuál es el último pensamiento negativo que has tenido de otra persona?

Pregunta #5. ¿Cuál fue el último sueño que recuerdas?

Pregunta #6. ¿Cuántos años crees que te quedan de vida?

Pregunta #7a. Agarra con tu mano derecha tu muñeca izquierda. ¿Qué notas?

Pregunta #7b. Pon la palma de tu mano en un lateral del cuello. ¿Qué notas? (a contestar solo por aquellos que no han podido responder a la pregunta 7a por culpa de horrible amputación o desmembramiento).

Pregunta #8. ¿Has notado alguno o varios de estos síntomas?: falta de apetito por los carbohidratos, insomnio perenne, alopecia areata.

Pregunta #9. Define los siguientes conceptos:

-Amistad:

-Amor:

-Caridad:

-Empatía:

-El sabor amargo:

Pregunta #10. Un carro sale de la ciudad A en dirección a la ciudad B a 30 millas por hora. Media hora después, un segundo carro sale de la ciudad B a la ciudad A a 40 millas por hora. Teniendo en cuenta que A dista de B 240 millas, ¿cuando los dos carros choquen a qué pasajero herido socorrerías primero?

a) Un niño que llora.

b) Un anciano bien vestido, que se queja abrazado a un suntuoso cofre.

c) Una mujer embarazada que grita entre terribles dolores, acunclillada sobre un charco de su propia sangre.

d) Un hombre tendido en el suelo, que suelta palabras en voz baja ocasionalmente.

Al ver que los guardianes de la puerta pretendían hacerles pasar un examen, Onfale se acicaló lo mejor que pudo para no parecer más muerto que vivo. La situación le recordaba a Lechberg, cuando tuvieron que desnudarse para que comprobaran que no habían sido mordidos por unos licántropos. La gente era realmente desconfiada. Finalmente dio unos paso adelante para presentarse frente a las puertas. Hizo ademán de pedir permiso para beber de la sopa apestosa. Se había tenido que besar, en sus múltiples años de cautiverio, con hombres con peor aliento.

- Yo querría pasar también. - Dijo con la cara de mejor persona que pudo lograr.

La bruja no tardó mucho en escribir sus respuestas ya que lo tenia todo muy claro. Eso sí, la mecha de su enfado que se había ido consumiendo según se acercaban a las puertas, se iba avivando por momentos.

Depositó el cuenco como le habían dicho y entregó la tabla con sus anotaciones.

'Pregunta #1. ¿Qué es lo último que has hecho para ayudar a otro ser vivo?

Sanar su agotamiento físico, causado por aberrantes muertos vivientes, usando el poderoso don de mi diosa Hala.

Pregunta #2. ¿Qué es lo que te define como ser pensante?

Que mi cerebro no está lleno e gusanos como esas horripilantes criaturas que habitan en este plano.

Pregunta #3. ¿Cuál es el recuerdo más querido que tienes de tu infancia?

Mi madre, contándome anécdotas sobre mi amada diosa mientras preparaba en su caldero una rica sopa . (Nada que ver con ese mejunje que me han hecho beber)

Pregunta #4. ¿Cuál es el último pensamiento negativo que has tenido de otra persona?

Cuando un ser que creía lleno de virtudes, salió huyendo como una gallina sin cabeza a pesar de que unos bondadosos ancianos sacrificaron su vida por salvarle.

Pregunta #5. ¿Cuál fue el último sueño que recuerdas?

Estoy bañandome en un manatial de aguas templadas, me siento limpia y relajada, y entonces... Eso es todo.

Pregunta #6. ¿Cuántos años crees que te quedan de vida?

Los que Hala tenga a bien concederme.

Pregunta #7a. Agarra con tu mano derecha tu muñeca izquierda. ¿Qué notas?

Mi pulso acelerado por la náuseas que me ha creado tomar esa sopa tan mala que me habeis ofrecido.

Pregunta #7b. Pon la palma de tu mano en un lateral del cuello. ¿Qué notas? (a contestar solo por aquellos que no han podido responder a la pregunta 7a por culpa de horrible amputación o desmembramiento).

Pregunta #8. ¿Has notado alguno o varios de estos síntomas?: falta de apetito por los carbohidratos, insomnio perenne, alopecia areata.

Tengo hambre y sueño! Y aunque mi pelo no es tan sedoso como mi compañero Onfale, es abundante debajo de esta capa de mugre.

Pregunta #9. Define los siguientes conceptos:

-Amistad: Lo que siento por todos y cada uno de mis compañeros. Un amor incondicional, un lazo que te une con fuerza a otra persona con la que has convivido, sufrido y festejado.

-Amor: Lo que siento por mi diosa. Una adoración absoluta.

-Caridad: una virtud que todos deberían mostrar hacia los más desafortunados (como sería el abrirnos las puertas y dejarnos descansar del duro viaje)

-Empatía: sentir en sus propias carnes los que el prójimo esta padeciendo(en nuestro caso viene siendo, dolor en todo el cuerpo, un hambre terrible, y ganas de volver a casa)

-El sabor amargo: el sabor de vuestra terrible sop... el sabor de la derrota.

Pregunta #10. Un carro sale de la ciudad A en dirección a la ciudad B a 30 millas por hora. Media hora después, un segundo carro sale de la ciudad B a la ciudad A a 40 millas por hora. Teniendo en cuenta que A dista de B 240 millas, ¿cuando los dos carros choquen a qué pasajero herido socorrerías primero?

a) Un niño que llora.

b) Un anciano bien vestido, que se queja abrazado a un suntuoso cofre.

c) Una mujer embarazada que grita entre terribles dolores, acunclillada sobre un charco de su propia sangre.

d) Un hombre tendido en el suelo, que suelta palabras en voz baja ocasionalmente.

Seguramente a la mujer embarazada, por si pudiese salvar al bebe, pero si Hala me diese el don, los curaría a todos a la vez.'

Siempre había sido una debilucha, la más leve brisa la hacía toser, pero en aquella situación de supervivencia extrema la maga saco fuerzas de flaqueza y bebió de un trago el contenido del cuenco. No es para tanto.

Aire soltó a Alice sin percatarse del muerto que asomaba por la bolsa de su abuela. Miró a Flame, y un escalofrío la recorrió la espalda.

No, creo que ella no esta tan triste como tú, Alice la contestó. Sí, a veces Flame le daba un poco de miedo. O mucho, según tuviese el ánimo la guerrera. Era mejor mantener la distancia y, de vez en cuando, pero muy de vez en cuando, darla un beso o un abrazo. Porque todos necesitaban amor. Y Flame estaba muy carente de ello. Seguramente por su mal caracter.

Mamá diría que nunca será una buena señora de su casa con ese genio le susurró a su osito, pero en bajito para que nadie la oyera.

Escuchó la voz y olió la sopa. Seguramente era veneno, y quiso tirarlo al suelo para evitar que sus amigas se lo bebieran. Pero otra vez Aristóteles pudo pararla. Sólo era una sopa rancia que llevaría mucho tiempo en ese lugar.

La joven caminó hasta que la esfera podía verla claramente, y saludó.

¡Holaaaaaaa! ¿También puedo beber? ¿Cómo te llamas, ojo? Podemos llamarte Ojito, porque eres pequeño y muy mono. ¿Te gusta ojito?

Cuando Alice temrinó de beber, ella también probó la sopa. Quiso dar de comer a Aristóteles, pero este se hizo el muñeco de peluche para no probarlo. ¡Eres un sieso, Aristóteles!

Jo, tía-le dijo Becky a Leiath-. ¡Déjame copiar! ¿Qué pusiste en la diez? ¿La embarazada? ¿En serio? ¿No se supone que en caso de accidente múltiple la respuesta sería la de? Los que no se quejan tienen las lesiones más graves, ¿no?

Más o menos de aquella manera, terminaron el exámen. En la puerta también iba todo genial, parece que las únicas flojas del grupo sean Leiath y Becky. Flame también tomó el agua bendita con ajo sin mayor complicación. Llegó el turno de Tybalt...

¡Eh! ¡Mira, Mike! ¿Ese es un tiflin? No veo uno desde... buf, ya ni me acuerdo.

Con que no sea un tiflin muerto viviente, a nosotros nos da igual, Joe.

Tybalt se portó como un machote, el único del grupo con testosterona, y bebió del cuenco sin pestañear. Si las chicas pasaban el exámen, podrían entrar todos. Del otro lado de la puerta se escucha a Mike y Joe corregir los exámenes mientras Aire charla con el ojo flotante.

A ver cómo iba esto. El modo de corregir el exámen venía en el manual. ¿Lo has visto, Joe?

Por si acaso, me he traído otro manual de la central cuando fui a por los exámenes, Mike.

Primera pregunta... Respondieron sanar su agotamiento físico y guardar un pájaro en el bolsillo.

¿Eso no es argot de ramera, Mike, o lo están diciendo literalmente?

Da igual. No hay titubeos en la respuesta, así que ambas llevan un punto.

Segunda pregunta... Cerebro sin gusanos y una perolata filosófica sobre el pensamiento.

Punto para la guapa, entonces.

Tercera pregunta... Madre y... ¡oh, dios! ¡Qué recuerdo más traumático!

Bastantes detalles para ser un muerto viviente teniendo recuerdos de su vida pasada. Todo ok.

Cuarta pregunta... Bueno, técnicamente una de las respuestas es un porqué no un cómo, y la otra

niega tener pensamientos negativos. Si no expresan sentimientos, según el manual, no puntúa.

Quinta pregunta... Sueños de reposo y calma, y los violentos en extremo, puntúan.

Ninguna acertó, Mike.

Sexta pregunta... Las dos correctas, asumen que morirán algún día.

Séptima pregunta, el pulso.

Octava pregunta, la respuesta correcta es el no.

Novena pregunta, Leiath 0,8 puntos, Becky 0,2.

Décima pregunta... según el manual la respuesta correcta es la be: solo un ser

mortal necesita riquezas para cubrir sus necesidades biológicas.

Jamás lo habría adivinado, Mike. La décima pregunta era para nota.

Leiath 5,8 y Becky 6,2. No son notas muy altas, pero han aprobado. Abre la puerta, Joe.

Las puertas doradas se abrieron solemnemente. Joe y Mike saludaron con un parco gesto de cabeza, y se apresuraron a sellar de nuevo la entrada con una viga metálica. Aquel recibidor no tenía más que una mesa, unas sillas y unas cuantas bolsas que seguramente contuviesen los almuerzos de los guardias. De todos los muros de la mampostería, uno y solo uno brillaba con un conjuro de luz permanentemente. La salida de aquella habitación daba a un rellano...

Las escaleras a la izquierda del rellano subían.

Las escaleras a la derecha del rellano bajaban.

Y de frente, el rellano se expandía hasta formar una pequeña y abarrotada plaza rectangular. Más allá de la plaza y sus gentes, ataviadas de ropas oscuras en sus quehaceres diarios, los muros de las casas llegaban hasta el techo de la planta superior, y formaban estrechos pasillos y recovecos. Parece ser que Vadrian tiene un pequeño problemilla de sobrepoblación.

En la plaza rectangular había algún que otro mercader con mantas en el suelo que exponían artículos variados.

Pasadas las náuseas, casi agradeció el fuerte sabor de la sopa de ajo. Después de lo vivido, que alguien certificara que no se habían convertido en muertos vivientes era hasta reconfortante.

- Con este aspecto no me extraña que pregunten.- Dijo con sorna mirando a todos y después a él mismo. A pesar de su aspecto, Onfale estaba feliz. Por fin parecía que podrían darse un merecido descanso, aunque no bajaba del todo las defensar, siempre atento a qué contratiempo podría surgir. Un fugaz pensamiento de agradecimiento a Hala por darles cobijo y se puso manos a la obra, observándolo todo con su curiosidad innata. Respondió al saludo de los guardias de la puerta con otro igual de escueto. Enseguida pudieron ver que Vadrian era, obviamente, un refugio para mucha gente afectada por la energía negativa del plano. No le importaban las ciudades bulliciosas pero siempre había que tener cuidado en ellas.

- Mucho ojo cuando andemos por ahí.- Dijo haciendo un gesto sobre la bolsa que pendía de su cinturón que evidenciaba que debían tener cuidado con los cortabolsas.- Quizá deberíamos buscar cuanto antes un sitio para hacer negocios y luego otro donde descansar.- La idea de ir por la atestada ciudad con un diamante tan grande como la cabeza de Flame en manos de la pánfila de Leitah no le hacía demasiada gracia.- Y siguiendo las órdenes de Mane...- No se creía que dijera eso.-...buscar un nuevo guía que pueda llevarnos a donde queramos.