Partida Rol por web

Ered Nimrais, más allá de las Montañas Blancas

Cap. 5: Udûn

Cargando editor
03/02/2020, 12:29
Gwalin

Turno 506

Al amapro de la noche y bajo el auspicio de la luna todos comenzaron a moverse en la dirección que Hallfrid les había dicho que había visto un resplandor. Era lo que necesitaban, nada más. Aun así se movían espectantes de ver u oír algo que les diera una pista de donde estaba el oriental. Pero nada aparecía por aquel paraje. La privilegiada vista del naugrim buscaba alguna pista que le confirmara la presencia de su enemigo, pero por el momento solo le servía para avisar a sus compañeros de los posibles peligros que hubiera en el camino y que la noche les ocultaba.

Enconces lo escucharon. Un relincho. Un caballo se aproximaba. No había duda alquien se acercaba.

Gwalin miró en la dirección en la que provenía aquel sonido, pero las pedregosas paredes podrían engañarles pues el sonido rebotaba de una a otra haciendo casi imposible saber de dónde venía. Larrid les habló, mandándole a Gwalin y a Grimbeorn que vigilaran un camino que se abría hacia el este. Asintiendo, el enano, hacha en mano y escudo embrazado, se acercó hacia el camino del este, para descartar que fuera ese por el que el venía el oriental.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Nagre, olvidate de la primera tirada que he hecho en abierto, que al intentar darle al "+", le he dado al intro y me ha hecho la tirada. La que vale es la segunda la que está en oculto.

Me muevo a la posición: (11, -1)

Cargando editor
03/02/2020, 23:02
Sven Ed´Rohir (Edan)

Turno 506

El grupo avanzaba inexorable y silencioso, apenas molestado de cuando en cuando por el crujir de las botas contra el duro suelo arenoso, o el roce de las hiedras que arrastraban al pasar. A la luz de la luna daban la impresión de ser espectros, Ánimas vengativas en busca de una nueva presa para unir a su diabólica procesion fantasmal.

Hallfrid guiaba la procesión con una determinación casí ciega. Tanto era así, que nadie salvo él alcanzaba a ver el resplandor del que les hablaba.

Edan caminaba nervioso, atento a los irregulares muros de piedra. Quizas esperando ver salir algun oriental furioso a través de uno de sus salientes. Las piernas le pesaban y seguia sintiéndose torpe, por eso puso todo su empeño en no no perder el equilibrio en alguno de los múltiples socavones y raices que encontraban, lo último que queria en un momento como aquel era trasabillarse y caer al suelo, a merced de quién pudiese estar acechandolos.

A pesar de que seguían sin ver ni rastro de la luz de la que hablaba Hallfrid todos fueron conscientes de su existencia cuando el caballo relinchó.

Los vellos del brazo se le erizaron. Embrazó su escudo y empuño el hacha con fuerza.

No le gustaba que el grupo se separase ahora, pero tampoco le gustaba que los orientales les pudiesen sorprender por alguno de los caminos que dejasen a sus espaldas, asi que guardó silencio y esperó pacientemente mientras prestaba oído a los sonidos de la noche.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Percepción con casco.

Cargando editor
04/02/2020, 18:40
Grimbeorn

Turno 506

Después de avanzar algún tiempo en la oscuridad, tras una luz o resplandor que sólo Hallfrid podía ver, Grimbeorn estaba empezando a desarrollar una sana duda y un cauteloso recelo hacia la zona por la que se movían y les rodeaba. El único consuelo que le cabía al animista era que los orientales vieran en la oscuridad tanto como él (ahí le reconfortaba contar con la presencia del enano, cuya capacidad visual les daba una clara ventaja). Pero, por mucho que se afanaba, Grimbeorn no conseguía ver nada más aparte de siluetas oscuras y rocas altas a su alrededor.

Fue el relincho de un caballo, que rompía el silencio de la noche, el cual hizo respingar al hombre del bosque. En aquel lugar, amplificado y reverberado por las rocas, aquel sonido había tenido algo de espeluznante. Cuando el norteño se serenó y recobró la compostura, alejando de su cabeza oscuros relatos sobre las tierras a las que se aproximaban, su preocupación se tornó más prosáica: los propios caballos.

- ¿Y si ha relinchado uno de los nuestros al percibir a alguien acechando nuestro campamento? - Aunque se había movido cerca de Larrid, el animista susurró por miedo a desvelar su posición a un enemigo potencial agazapado en las tinieblas. Aquello, además, respondía a la pregunta del guerrero aunque la preocupación de éste le hiciera mandar al animista hacia una de las "sendas" que se abría entre las rocas, junto con el enano, para cubrir dicho acceso.

Grimbeorn lanzó un vistazo furtivo en la dirección de su campamento antes de hacer caso a la orden de Larrid. Se aproximó a la roca cuanto pudo, avanzó lentamente pegado a ella y, tras mirar rápidamente hacia el este, allí donde el peñasco doblaba en esa dirección, se dejó caer sobre una rodilla. Inspiró profundamente antes de colocar una flecha en la cuerda del arco y, mientras lo apuntaba hacia el espacio vacío entre las peñas de ese lado, espiró lentamente, acompasando su respiración tanto para relajarse como para no afectar a su puntería.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Grimbeorn se mueve casi dos metros al este (hasta pegarse a la pared de la peña) y luego recorre tres metros hacia el noreste pegado a dicha pared. Por si sirve de algo, se arrodilla, apoyado en una rodilla, cuando llega a su destino. Y carga arco.

Cargando editor
04/02/2020, 23:53
Leofred

Turno 506

El avance a la escasa luz de la luna era lento. Solo Hallfrid sabía hacia donde los estaba guiando y ningún otro, salvo tal vez Gwalin acostumbrado a la oscuridad de los famosos túneles subterraneos enanos, podía ver mucho más allá de unos pocos metros en la lejanía.

La oscuridad y el silencio de la noche casi hacían parecer que no se habían alejado demasiado. Leofred había perdido la cuenta sobre los doscientos cincuenta pasos hacía un rato, cuando el inesperado relincho de un caballo le provocó un sobresalto. Por el ruido del eco casi hubiera parecido que se tratase de un caballo fantasma; ni si quiera estaba seguro de donde había provenido el ruido, aunque Hallfrid seguía obcecado en caminar en la misma dirección.

Larrid solo había pedido avanzar a Gwalin y Grimbeorn, pero Leofred no podía quedarse quieto. Se adelantó un par de pasos para ponerse a la altura de Hallfrid, más atento a su oído que a sus ojos.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Avanzo 4 casillas hacia el norte, al hueco entre los dos zarzales. A falta de algo más que mirar, me fijo en el pequeño hueco sin salida que quedaría hacia mi izquierda.

Cargando editor
06/02/2020, 03:59
Director

RESOLUCION TURNO 506
 

 

La luna, llegando ya a su fase completa, iluminaba los angostos pasillos que la roca formaba. El aire ululaba entre las piedras creando fantasmagóricas cacofonías que acompañaban al tenebroso paisaje de zarzas, tierra seca, y guijarros. Un relincho rompió la melodía de la naturaleza, haciendo que la tensión de los hombres se acrecentara al máximo. Las armas se agarraron con fuerza, los escudos se ajustaron, así como los yelmos, e instintivamente las flechas se posaron sobre las tensadas cuerdas de los arcos. Nadie podía saber de dónde venía el relincho, la reverberación dificultaba la localización. Aunque a alguno se le paso la idea de que podrían se sus propias bestias, estas estaban demasiado lejos como para haber sido escuchados con tanta claridad. No, no estaba tan lejos, solo tenían que saber en que maldito recoveco se ocultaba, por qué camino se acercaba el enemigo, y sorprenderlo.

Larrid envió al enano y a Grimbeorn a que cubrieran el camino que se abría del este. Y así lo hicieron, Gwalin fue delante, pertrechado y temeroso, mientras el animista los seguía más atrás cubriéndolo con su arco. El bosquimano eligió un lugar cerca de la pared, arrodillado, desde el que tenía una buena línea de visión. Los demás se mantuvieron quietos, expectantes, vigilando el resto de las entradas al lugar donde se encontraban. Leofred no quitaba ojo al lugar marcado por Hallfrid, por alguna razón, el endoriano parecía saber hacia de donde venia el refulgir del fuego, que creían campamento del oriental. De hecho, nadie salvo él, lograba ver la sutil claridad que la lumbre proyectaba al cielo. La ballesta y los ojos del bardo miraban la no tan alta cima de la pared señalada.

El naugrim se adelantó decidido, bien cubierto por Grimbeorn, para descubrir que no se trataba si no de un callejón sin salida, una zona sin más entrada que la que habían tomado, y que estaba vacía. Mas tranquilos, volvieron junto a sus compañeros antes de retomar el avance.

Siguieron al norte, las paredes se estrecharon hasta el punto de tener que pasar de uno en uno. Tras el agosto paso, dieron con una zona con varias columnas formadas por las rocas. Fue cuando vieron lo que buscaban, no uno, sino dos caballos, estaban atados a luna zarza. Ahora la luz de la hoguera era visible para todos, las monturas sudorosas brillaban bajo su resplandor. En cuanto los animales los vieron, comenzaron a pifiar y relinchar, mostrando su nerviosismo ante la presencia del grupo. Larrid actuó rápido, Grimbeorn y Gwalin vigilando la zona de los jamelgos, Hallfrid y Leofred lo hacían hacia la bifurcación este, Edan y él mismo al norte. No cubrían todas las llegadas, pero no podían controlar más. Un breve lapso valió para sentirse algo mas seguros, momento en que tendrían que acercarse. Así lo indico Larrid, sin mediar palabra, solo con gestos, al enano y Grimbeorn.

 

Notas de juego

► Anotad el próximo turno como “Turno 507, Asalto 1

► Veis dos caballos.

► Tiradas de percepción (oculta como siempre).

Esquema de situación para el turno 506, Asalto 0

 

► Resolución del próximo turno: domingo 09-02-20

Cargando editor
06/02/2020, 04:01
Guerrero Aisdrag
Sólo para el director
- Tiradas (1)
Cargando editor
06/02/2020, 04:01
Larrid

Turno 507

 

Larrid posicionó a cada uno en una de las bifurcaciones, cuando todo estuvo en calma, pidió silencio poniéndose el dedo en los labios. Luego señalo a Gwalin para que avanzase y a Grimbeorn para que lo cubriese. Edan tendría que vigilar el norte, mientras el arco de Larrid apuntaba hacia allí. Leofred y su ballesta, con Hallfrid, vigilaban el este.

- Tiradas (1)
Cargando editor
06/02/2020, 10:07
Gwalin

Turno 507, Asalto 1

Gwalin encontró lo que buscaba: el caballo que habían oído relinchar. Pero lo que encontró no era precisamente lo que esperaba encontrar. El guerrero creía que con el caballo sería el jinete del mismo, el arquero oriental al que habían de dar caza y que se les había escapado en la anterior refriega. En su lugar había otro caballo, seguramente de sus compañeros caídos o de Ional, que usaba como montura de refresco. 

Al recordar el nombre del joven dunadan el naugrim apretó los dientes enfurecido. No sentía frío ni miedo, solo rabia y anhelo por dar con su enemigo y poder saldar cuentas...sin matarlo, o eso intentaría.

Haciendo caso de las indicaciones de Larrid, Gwalin se acercó más a las monturas para poder ver si el oriental estaba cerca de ellas o si las había dejado ahí y había seguido a pie. Con el escudo al frente por si volvían a arreciar los proyectiles, se acercó hasta las monturas y poco más allá intentando hacer el menor ruido posible.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Voy hasta la posición (-14,0) --> un poco más adelante de los caballos para ver la zona ennegrecida que hay debajo de los caballos.

Tiro percepción y acechar/esconderse en oculto.

Editado por el jugador: se me había olvidado la tirada de acechar/esconderse.

Cargando editor
06/02/2020, 17:34
Grimbeorn

Turno 507, Asalto 1

El avance por el peñascal se había vuelto más cauteloso desde que oyeran el relincho del caballo. Grimbeorn continuaba la marcha con arco y flecha en las manos y, ocasionalmente, lanzaba miradas hacia lo alto de las peñas o hacia su retaguardia. Confiaba en avistar antes de tiempo alguna potencial emboscada que pudiera costarle la vida al norteño o a algunos de sus acompañantes (ya habían perdido a dos y eso les dejaba en una peor situación ante un eventual encuentro con el grueso de los orientales).

Era tal la tensión acumulada que el animista se sintió decepcionado cuando dieron con el origen del relincho. Una fogata y dos caballos, pero ni rastro del oriental. Por supuesto, la decepción pronto dió lugar a la alerta; su presa podía estar cerca, al acecho, en un intento por invertir los papeles. El norteño se movió hacia la pared rocosa de una peña al sur de su posición y se movió lo más silenciosamente posible, listo para cubrir a Gwalin tan pronto el enano salió al descubierto. Se parapetó tras un árbol cercano al supuesto campamento del oriental y, tras otear las ramas y las cimas de las peñas contiguas, el animista volvió a tensar la cuerda del arco, con una flecha de plumas verdes en él. Y aguardó en silencio, con respiraciones lentas y pausadas.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Grimbeorn se mueve 3 metros hacia el suroeste y luego 4 metros hacia el oeste a lo largo de la pared de la peña, hasta el segundo árbol (o arbusto). Carga arco.

Dejo también una tirada de Acechar para moverse sin ser oído (ni visto, si eso es posible) y otra de probabilidad por si es necesaria para determinar el éxito de la maniobra.

Cargando editor
06/02/2020, 23:51
Leofred

Turno 507, Asalto 1

La tensión era palpable en el ambiente, especialmente cuando Grimbeorn y Gwalin se alejaron para comprobar uno de los caminos. Por suerte no era más que un callejón sin salida, pero aquello significaba que tenían que seguir buscando. Había comenzado a dudar seriamente de la vista de Hallfrid cuando finalmente fue capaz de distinguir la hoguera tras un recodo, y dos caballos que no reconocía con aquella luz, pero apostaría algo a que uno de ellos era el de Ional.

Siguiendo las indicaciones de Larrid, tomó posición para vigilar los posibles caminos por los que pudieran aparecer algún salvaje oriental, aunque estaba claro que no eran suficientes para vigilar todas las rutas que los rodeaban.

Antes de que Gwalin y Grimbeorn se alejasen, se atrevió a susurrar. - Recordad que los orientales son hábiles emboscadores. No os acerquéis directamente o seréis un blanco fácil. Rodead la hoguera y permaneced en las sombras.  -

- Tiradas (1)

Notas de juego

Me muevo dos casillas a la izquierda. Además de vigilar el camino este, desde ahí también podré ver si alguien viene por el mismo camino que hemos seguido nosotros.

Cargando editor
07/02/2020, 09:56
Sven Ed´Rohir (Edan)

Turno 507, Asalto 1

Edan tenía un nudo en el estómago. A medida que avanzaban entre las rocas se apretaba más y más, hasta que se le hizo imposible respirar. El miedo lo atenazaba y la fatiga hacia que sus piernas le pesasen como si arrastrase una alforja llena de piedras.
El corazón casi le dió un vuelco cuando se toparon con las monturas.

Las palabras de Leofred lo pusieron en guardia. Era consciente de las estrategemas de aquellos sucios salvajes. No dejaria que volviesen a engañarlos.

Recordaba muy bien las huellas que habian rastreado cuando encontraron el caballo de Freagulf...Aqui solo hay dos caballos...deberian ser tres... ¿donde estaba la montura que faltaba? Hizo señas a sus compañeros señalando a las bestias para hacer notar aquella evidencia. Si habían tenido que dejarlo atrás, o uno de los orientales habia tomado otro camino, no podia saberlo, pero la sombra de una nueva trampa rondaba sobre su cabeza.

Con cuidado tomó posiciones en el corredor que Larrid le habia señalado y buscó un lugar seguro en el que apostarse con su hacha. Su primer pensamiento fue el de encaramarse a una de las rocas. No tenían mucha altura y le ofrecerían una mejor visión de lo que había tras ellas. Hizo una señal a Larrid para ponerlo al tanto de aquella posibilidad, pero finalmente desistió. Estaba realmente cansado y trepar nunca había sido su fuerte. Era de noche y temía que un mal agarre o una piedra suelta lo hiciese caer de bruces y alertase a sus enemigos. Mejor que eso, se adelantó hasta un pequeño zarzal en medio del corredor y se cobijó a su sombra a la espera de que Larrid le diese orden de avanzar más. La oscuridad de la noche y las sombras de las paredes rocosas bastarían para ocultar su presencia si permanecía en silencio.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Escudo embrazado y hacha en mano.

Hago señas para remarcar lo evidente. Falta un caballo.

También hago señas a Larrid y al resto para que contemplen la posibilidad de subirse a las rocas. (Tal vez los orientales esten ya allí)
Edan no tiene mucha habilidad trepando y encima esta lo de la penalización, de modo que no me arriesgaré con él. Pero tal vez otros se sientan con más confianza para probar.

Entiendo que el plan es que Gwalin y Grimbeorn avancen por su corredor, mientras nosotros esperamos en la otra salida por si intentan escapar.

Tiro Percepción y también hago tirada de Esconderme por si ayuda a la hora de que no me vean.

Me mantengo a la espera.^^

Vamos chicos!! Que no nos la vuelvan a liar estos cabrones Orientales xD

Cargando editor
10/02/2020, 00:05
Larrid

Turno 507
Asalto 1

 

Larrid dejo a Edan vigilando aquella entrada, mientras el se ocuparía de la que legaba del oeste. Además, tendría una mejor visual para poder cubrir con su arco a Gwalin. Sus pasos procuraban ser silenciosos, lentos y seguros para no ser detectado.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Se mueve hasta (3,-8), quedando entre la zarza y la pared

Cargando editor
10/02/2020, 02:24
Director

RESOLUCION TURNO 507
 

 

Los caballos sudorosos brillaban bajo la luz de la luna, mientras eran alumbrados, por la otra cara, por un fuego aun fuera de la vista. El aire silbaba entre las rocas, levantando pequeños remolinos en el polvo del suelo, y meciendo las secas ramas de arbustos y zarzas. Por lo demás, la noche era silenciosa y fría en aquel inhóspito paraje.

Cada uno estaba en su puesto. Larrid quería cubrir todas las posibles llegadas, al menos las que estaban a la vista. Hallfrid y Leofred cubrían una de ellas, al este, pero el bardo decidió que no estaba de más vigilar también el camino por el que habían llegado, al sur. Al norte Edan se resguardaba tras una zarza, tratándose de esconder de cualquiera que llegase por allí. Algo no le cuadraba, pensaba que debía de haber mas caballos. El rohir señaló a sus compañeros los caballos, aunque lo que para él era una evidencia, pasó desapercibido para el resto ya que ninguno entendió que querida decir con los gestos. Larrid con su arco cubriría la llegada desde el oeste, para ellos fue a posicionarse junto a una zara desde la que podría hacerlo.

Gwalin y Grimbeorn, ya con todos los caminos bien vigilados, serían los encargados de acercarse al lugar donde creían que acampaba el oriental. Así lo hicieron. Mientras Grimbeorn busco un lugar cubierto, desde el que su arco no perdiera de vista al enano, Gwalin avanzó. No lo hizo con demasiada delicadeza, su armadura, sus propios pasos, resonaron en la oscuridad. Llegó hasta donde estaban los caballos, tendría que apartarlos para poder continuar, y estaban atados en corto a las zarzas. Al menos, desde donde estaba, pudo ver entre sus ramas al oriental. Se acababa de poner en pie, había estado agachado, expectante, alarmado por el ruido. Llevaba la espada en la mano, ya desenvainada y en la otra una tea larga que sostenía a modo de antorcha. No dudó en lanzarla a la zarza que tenía delante en cuanto vio al enano, antes de salir corriendo hacia el caballo. Las secas ramas no tardaron en prenderse, aunque el fuego aún era débil.

Los caballos pifiaban y relinchaban nerviosos, pero atados como estaban a las zarzas, no irían muy lejos. La cercanía del fuego los asustaba, trataban de levantarse de manos, de huir. Tras ello el oriental corrió hacia el caballo castaño, quería marcharse de allí, pero seguía atado.

 

Notas de juego

► Anotad el próximo turno como “Turno 508

► El oriental os detecta. Se levanta para quemar la zarza y huye hacia el caballo.

► La zarza que hay entre el enano y el oriental comienza a arder. El próximo turno ardera por completo.

Esquema de situación para el turno 507, Asalto 1

 

► Resolución del próximo turno: miércoles 12-02-20

Cargando editor
10/02/2020, 02:25
Guerrero Aisdrag

Turno 508

 

El sagath se sirvió del fuego para huir. Con un rápido movimiento, se encaramó a la montura y haciéndola girar se dispuso a largarse de allí tan rápido como el caballo pudiera. Era la única manera de sobrevivir a lo que se le venia encima.

- Tiradas (3)
Cargando editor
10/02/2020, 14:45
Gwalin

Turno 508

Gwalin caminaba paso a paso, vigilando que no apareciera el oriental por cualquier recodo de las afiladas piedras. La quietud del ambiente se rompía por el crujir de sus pasos en la arena seca, el relincho delos caballos, nerviosos ante la llegada de extraños y el corazón del guerrero que, lleno de adrenalina, funcionaba a pleno rendimiento.

Un paso más. Luego otro....Y por fin, de pie con la espada en mano y una tea en la otra apareció su oponente. Estaba claro que les había oído pues su posición era la de alerta. Y así actuó cuando vio al enano aclarando sus sospechas. Lanzó la tea encendida que llevaba en la mano a la zarza seca donde había atado a los caballos y se dirigió a uno de estos para salir presuroso de la amenaza de que ellos suponían.

El enano al ver la maniobra del oriental gritó.

-¡¡ESTÁ AQUÍ E INTENTA ESCAPAR!! ¡¡RÁPIDO ACUDID A MÍ!! 

La petición del naugrim la acompañó con un movimiento del hacha para liberar el caballo gris que tenía más cerca, preso de las riendas para apartarlo de en medio y para que no se quemara con el fuego que había provocado el oriental.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Editado por el jugador: Dejo hecha una tirada de ataque, aunque para cortar unas cuerdas no creo que haga mucha falta

Cargando editor
11/02/2020, 10:03
Sven Ed´Rohir (Edan)

Turno 508

Nada resultaba mas insoportable para el Rohir que la inquietud que le generaba lo que estaba por venir, La incertidumbre, aquella constante indecisión podía destrozar los nervios de un hombre curtido hasta llegar a asfixiarlo por completo. Vivir con aquella espada de Damocles permanentemente sobre el pecho resultaba agotador. Minaba la mente y el espíritu llevando a los hombres a la extenuación. Cada pequeño ruido, cada respiracion, cada rama mecida por el viento...cada evento trivial era transformado en miedo, un miedo que se agarraba a las entrañas como una sanguijuela sedienta de sangre y que cuando al fin te consumía por dentro, te desechaba, pero permanecía allí,escondido, y ya no te abandonaba jamás.

Por eso, cuando Gwalin rompió el silencio de la noche con su voz, Edan sonrió nervioso al tiempo que sus pulmones dejaban escapar el aire retenido por la tensión. El súbito grito del enano resultó casi liberador, los fantasmas tomaron al fin forma de oriental. Al fin y al cabo solo se trataba de un hombre como ellos, con las mismas dudas y miedos...bueno, tal vez no las mismas, Edan no se consideraba un salvaje, aquellos monstruos no tenian alma ni honor, y dudaba mucho que adorasen a los mismos dioses que ellos. No, Edan y sus amigos eran mejores, su causa era mas justa, eso creía, y los Dioses les ayudarian a vencer...pero Freafulf e Ional también eran sus compañeros, y a ellos los Dioses no les habían ayudado...

En esta ocasión no se quedaría entre las hierbas a la espera de fantasmas, necesitaba demostrar que también él se había ganado la asignación prometida por Agranil.

Tan rápido como se lo permitieron sus cansadas piernas se incorporó y echó a correr en la dirección que Gwalin les indicaba.
No tardó en divisar la zarza ardiendo y al oriental tratando de desatar una de las monturas. No podían permitir que huyese de nuevo. Edan apuró la carrera y se interpuso entre su enemigo y el caballo lanzando un hachazo improvisado.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Tiro Mm por correr. Voy hacia el oriental. Voy por detrás de la roca, que no quiero comerme ninguna coz del caballo blanco al pasar.

Si puedo atacar lo hago. Si he contabilizado bien, hay como unos 13-14 metros para situarme al lado del caballo por la izquierda. Asumiemdo que 3 metros son de carga tendria una penalización de -40 (-10 por cada 3 metros) que sumada al -15 me dejan en -55.

Cargando editor
11/02/2020, 16:45
Grimbeorn

Turno 508

Desde la mínima cobertura del arbusto seco y plagado de espinos, el animista no quitó ojo de los rincones oscuros que se abrían en los alrededores del campamento enemigo. La débil luz de un fuego contribuía con un juego de sombras danzantes recortadas contra las paredes de las peñas, las zarzas y los caballos. Grimbeorn no tenía un objetivo claro al que apuntar decididamente su arco, así que seguía los movimientos de Gwalin, confiado en poder reaccionar a tiempo ante una posible agresión venida desde el arco que abarcaba con su vista.

Tal vez fuera por el ruido de la armadura del enano o por sus pesados pasos, el norteño no oyó nada más... Hasta que la voz del enano se alzó en la noche. Les alertaba de la presencia del oriental y pedía apoyo. Grimbeorn no veía al sujeto que perseguían desde su posición, por lo que salió de su posición hasta colocarse a unos pasos ligeramente por detrás del naugrim. Por suerte para el norteño, no hubo de moverse mucho ni muy rápido como para que tuviera que aflojar la cuerda del arco, por lo que apuntó al oriental casi al poco de avistarle. Sin embargo, se abstuvo de disparar todavía; esperaba que aquel hombre comprendiera que no podía escapar y depusiera su actitud antes que él se viera obligado a liberar el proyectil.

Notas de juego

Grimbeorn "recarga" y se mueve 2 metros (de los 3 permitidos) hacia el noroeste, luego apunta al oriental.

Cargando editor
12/02/2020, 00:46
Leofred

Turno 508

Incómodo por tener que vigilar dos direcciones a la vez, Leofred estaba agitado, volviéndose tan pronto a uno como al otro lado y moviendo bruscamente su ballesta en el proceso, casi esperando ver aparecer a salvajes orientales por todas direcciones. No se dio cuenta de lo que había ocurrido hasta que el enano gritó por su ayuda.

Guiado solo por la petición de ayuda, Leofred salió de la encrucijada en dirección hacia los caballos que habían visto antes, pero solo avanzó unos pasos antes de ver el fuego y darse cuenta de que solo se trataba del último oriental que había escapado del combate que habían mantenido contra ellos la jornada pasada. El primer instinto de Leofred fue disparar, pero dudó. Varios de sus compañeros estaban en la trayectoria de su ballesta, y una parte de él se resistía a quitarle la vida a otro hombre, por muchos rumores que hubiera escuchado acerca de su salvajismo.

Tomó una decisión. Leofred bajó la ballesta y tosió, varias veces, para aclararse la garganta. Lo que iba a hacer era más una distracción que algo realmente místico, pero si no se preparaba para entonar su voz con toda la intensidad posible no serviría ni siquiera para eso.

Notas de juego

Leofred mueve a (-2,-2), y prepara el sortilegio "Canción paralizante".

Cargando editor
12/02/2020, 21:12
Hallfrid

TURNO 508

A pesar del cansancio por tantos días de cabalgata sin descanso, y de los dolores que todavía le quedaban por el combate contra los orientales, HALLFRID casi había agradecido que LARRYD lo despertara en medio de la noche para hacer su guardia. Aún cuando aquello de dormir de a ratos le seguía resultando tan insoportable y agotador como el primer día en que se había lanzado al camino.

Y es que, en realidad, lo que el muchacho necesitaba (y muy urgentemente) era tener algunos momentos de soledad. De simple silencio. Un respiro para poder pensar en todo lo que había ocurrido, sin las prisas de la persecución, o las encendidas miradas de sus camaradas buscando todo el tiempo alguna amenaza en los alrededores.

Por ello se había alejado un poco de su propio campamento cuando LARRYD lo dejó solo en medio de la noche. Lo suficiente como para que los sonoros ronquidos del enano no perturbaran sus cavilaciones. Recordando tal vez los viejos tiempos, cuando dormía al raso en los campos que rodeaban la granja sin mayores preocupaciones que el fresco rocío humedeciendo su rostro.

En la soledad de aquel terreno olvidado e inhóspito, el joven campesino intentó recomponer un poco su atribulado espíritu. Que no conseguía reponerse todavía de la impresión que le había provocado la muerte de sus camaradas. Y no solo por la tristeza de las pérdidas. Sino también, pues en algún punto, aquello le había hecho tomar consciencia al muchacho (quizás por vez primera) de lo que realmente estaba en juego.

HALLFRID no se había planteado nunca antes la posibilidad cierta, y muy concreta, de que podía morir en aquel lugar maldito. O, cuanto menos, no de aquella manera. Tan grosera...

Sin embargo, antes de que aquel sentimiento hubiera tenido oportunidad de crecer demasiado en su pecho, algo en la lejanía llamó su atención. La mirada del campesino se había empezado a anegar con unas incipientes lágrimas, mezcla de impotencia por los sucesos pasados y temor por los que vendrían, y le costó bastante identificar lo que veía. O quizás había sido precisamente ese detalle el que le permitió descubrir aquel portento.

En cualquier caso, y aprovechando que con las prisas no se había calzado la armadura, el muchacho decidió alejarse un poco más de su propio campamento para investigar mejor el suceso. Por fortuna, no necesitó avanzar más que unos pocos pasos para comprender lo que estaba viendo. Y de inmediato regresó junto a los suyos para ponerlos sobre alerta.

Pronto, todos estuvieron de pie y alertas, siguiendo sus indicaciones en medio de la impenetrable oscuridad del lugar. HALLFRID los guió con una confianza a toda prueba, como la de un perro de caza que puede oler la sangre de su presa. Y cuando por fin llegaron al origen de aquella vaga luminiscencia que había descubierto en la lejanía, ocupó su lugar en uno de los flancos, siguiendo las instrucciones de LARRYD.

Pero no había llegado siquiera a encontrar una buena posición defensiva, cuando el aguardentoso vozarrón del enano irrumpió en la serena quietud de la noche, poniendo a todos otra vez en guardia y tras la pista de un nuevo enemigo. El joven campesino no se demoró ni un instante, y de inmediato corrió en apoyo del resto de sus compañeros.

Notas de juego

HALLFRID corre en la dirección en que está el enano. No se bien cuanto podría avanzar, pero tomará el camino más directo.

Cargando editor
13/02/2020, 02:19
Larrid

Turno 508

 

El soldado tomo posición, una que le diese una clara línea de tiro con el enemigo. Saco una flecha, y cargó rápidamente. No disparó de inmediato, no podía permitirse el lujo de fallar, tenia que asegurarse el disparo. Respiró profundamente mientras colocaba la saeta en la cuerda.