Partida Rol por web

Ered Nimrais, más allá de las Montañas Blancas

Cap. 8: Ceremonias

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03/11/2020, 00:42
Borengling Curocdili

Turno 805

 

- Haremos una parada - dijo señalando un edificio, esta vez de piedra - Si os parece buena idea, al menos yo estoy sediento. - Añadió sin dar demasiado pie a rechazar el ofrecimiento, pese a que parecía preguntar.

- Ve a buscar a Ligmount - dijo al reconocer a un joven. El muchacho obedeció enseguida, perdiéndose entre la curiosa multitud que se agolpaba alrededor.

- ¿Podréis haceros cargo mientras vienen mis hombres? - señaló a los prisioneros, si bien había sido así hasta aquel momento - Tomemos un trago, tenéis que contarme vuestra historia - añadió mientras descabalgaba.

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03/11/2020, 10:03
Gwalin

TURNO 805

Gwalin se relajó un poco cuando el caballero hizo un gesto a los demás guerreros que lo acompañaban y bajaron sus armas. Parecía que eran gente amistosa de la ciudad de Minas Tirith. Aun así el veterano guerrero gruñó un par de veces más mirando a los lados verificando que seguían las órdenes de su señor. Al ver que todo parecía controlado, bajó su arma no muy convencido. Las luchas y escaramuzas con los orientales le habían hecho recelar de todo con el que se encontrara en aquel camino. Además, era un enano, llevaban en la sangre el recelo y la sospecha.

Cabalgaron junto con el caballero hasta que llegaran a la ciudad de la luna, Minas Tirith. Sus altos muros y sus torres blancas, ahora derrumbadas en su mayoría, dejaban entrever la magnificencia de aquella ciudad en otros tiempos pretéritos. Las enormes puertas daban paso a calles en las que se veían casas nobles, hechas de piedra blasonadascon escudos y heráldicas de otros tiempos. 

Gwalin lo contempló asombrado por la labor de cantería realizada en aquella ciudad. Entonces se dio cuenta de que había gente en aquella calle, gente que les brindaba el paso y que, sonriendo, saludaban al caballero al paso de la comitiva. Sin duda era una persona reconocida allí. Ésto relajó mucho más al naugrim. 

Pero lo que terminó por confiar en aquella persona fue el hecho de acabar en una posada. Por fin veía hecho realidad sus ruegos: cama, comida y, sobre todo, cerveza fría.

-¡Loado se Aullë y toda su obra! -soltó el enano al descabalgar al lado de la posada-. Me caes bien, señor, muy bien. Sabes cuidar a los peregrinos, si señor -dijo con una sonrisa en la cara.

Notas de juego

¡¡¡¡Cervezaaaaaaa!!!!

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03/11/2020, 16:12
Grimbeorn

Turno 805

Para el animista, la sensación de alivio había ido en aumento desde que los arqueros que les rodearon habían bajado los arcos. La visión de los campos de cultivo les siguió algunas horas más tardes y, finalmente, el ver gente normal, campesinos, artesanos, que se acercaban al paso de la comitiva mientras se internaban en la ciudad que decían se llamaba Minas Ithil. Al norteño aquello le importaba poco; el contraste de las pequeñas tierras de cultivo y pastos alrededor con el paisaje maldito que habían abandonado le dejó de interesar pronto ante la perspectiva de poder desmontar y descansar. Y de poder hacerlo en un lugar en que pudieran relajarse de verdad.

Su anfitrión parecía ser alguien de verdad importante, a juzgar por la reacción inicial de Larrid, pero no se explayó mucho durante el viaje, así que Grimbeorn tuvo que conformarse con eso. Más tarde, la deferencia que vió mostrar a los lugareños de la ciudad hacia aquel hombre le reafirmó en aquella impresión. Pero el animista seguía sin saber quién era. Mas aquello tampoco le importó cuando, por fin, se les abrió la perspectiva de beber algo más que no fuera agua en odre y, tal vez, comer algo caliente de verdad.

- Diría que la caza ha terminado y Araw por fin nos permite recuperar fuerzas para la siguiente cacería. - El norteño esbozó una leve sonrisa mientras desmontaba, compartiendo el optimisto de su compañero enano, y antes de ayudar a la Wuitan a hacer lo propio. La posada, desde luego, no se parecía en nada a aquella en la que Agranil les reclutó hacia solo unos semanas, aunque se sintiera como si hubieran pasado años desde entonces. Pero era una posada que prometía descanso y una añorada diversidad de comida y bebida.

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04/11/2020, 15:05
Sven Ed´Rohir (Edan)

Turno 805

La visión de la alta torre de la luna era inspiradora y reconfortante. Después de tanto tiempo alejado de la civilización, Edan se sentía de nuevo en casa. Minas Ithil no era exactamente su "hogar", pero tras todo lo que habian pasado las últimas semanas, se le antojaba el lugar más acogedor del mundo.

No en vano Minas Ithil se revelaba a la vista de los aventureros como un enclave estratégico de una entidad formidable, muy alejado de pequeñas urbes como Tir Anduin, y a pesar de los estragos de la guerra, conservaba todavía un imponente armazon de piedra que se alzaba argulloso sobre el resto de edificaciones, escoltado a ambos lados por un entramado de murallas concéntricas donde unos ojos curiosos no tardarian en reconocer la incomfundible estructura de su hermana gemela, Minas Tirith.

El entrechocar de los cascos contra el empedrado de la calle principal, y el bullicio del dia a dia en una gran ciudad animaron el corazón del rohir, que no pudo evitar sonreir de alegría.

Siguiendo las indicaciones de su anfitrión lo acompañaron al interior de la posada, y a pesar de que sus ropas estaban sucias y sus armaduras ajadas por la intemperie, lo hicieron con paso firme y cabeza alta, henchidos de un orgullo rebosante de satisfacción y sintiendose merecedores de unos honores que sin lugar a dudas creian haberse ganado a pulso.

Cuando el caballero les invitó a cerveza, Edan aceptó agradecido y aunque al principio dejó que Larrid fuese quien relatase las peripecias del grupo, pues no queria contar más de la cuenta, pronto se animó a completar la narración del etheod, añadiendo aquí y allá pequeños detalles sin importancia que el mercenario habia podido obviar u olvidar.
No dudó en expresar solemnidad cuando hablaron de la caida de sus amigos, o incredulidad cuando comentaron el ataque de los mewlip en el delta del rio grande.
Habia una parte redentora, liberadora, en el hecho de sentarse alrededor de una mesa de madera y contar las extrañas aventuras, y en parte heroicas, porque no decirlo, que aquellos hombres corrientes habían vivido los últimos días.
De alguna manera las hacía reales, no para ellos, sino para el resto de habitantes de la Tierra media, y las elevaba a un nuevo nivel que haria que perdurasen en el tiempo, al menos, más allá de sus propias insignificantes existencias.
Era aquella una sensacion confortable que Edan disfrutaba con la entrega propia de los hombres de la Marca, tan abnegados y serios en la guerra y el trabajo, como vivaces y joviales en la celebración cuando la situación lo requeria.

Después de poner al día a su anfitrión, quiso, no obstante, enterarse también de las nuevas que corrian por el reino de Gondor, especialmente las referidas a la amenaza oriental que crecía en el Este, mucho mas real en su mente ahora, que cuando había partido de su hogar semanas atrás.

...pero dejemos de hablar de nosotros. Decidnos vuestra merced, ¿Que nuevas nos hemos perdido en nuestra ausencia? ¿Se sabe algo de la amenaza que viene de más allá del mar de Rhûn?Nunca creí que fuese más cierta que aquellas criaturas que nos encontramos en el rio grande...pero veo ahora que no todos los rumores son falsos, y temo por mi futuro y el de los mios...
Edan dudaba que aquel hombre quisiese compartir con ellos información privilegiada, si es que disponía de alguna. Pero sin duda pensó que seria un justo "quid pro quo" después de su detallado relato.

Notas de juego

Un buen brindis con esa cerveza!
Disfrutemos de esta pequeña victoria. En Merp nunca se sabe si será la última^^

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05/11/2020, 02:15
Director

RESOLUCIÓN TURNO 805
 

 

El ofrecimiento fue recibido con bastante entusiasmo, una deliciosa cerveza tras el arduo camino recorrido era toda una merecida recompensa. Se acercaron al edificio de piedra, de una sola planta amplia y el único que estaba hecho de aquel material, sobresalía entre el resto de las edificaciones de madera. Junto a la taberna había una techumbre desde donde salieron rápidamente varios muchachos, para encargarse de los animales. Para cuando descabalgaron y entregaron las monturas, vieron llegar a un grupo de soldados, a pie, siguiendo a un jinete. A juzgar por sus ropas y armaduras debía de tratarse de la guardia de la ciudad, o quizás la privada del propio Caballero.

Ligmount había llegado, enseguida y sin necesidad de mediar palabras, se hizo cargo de los dos orientales. Sus hombres tomaron las riendas de los dos caballos en los que aún seguían atados, y se fueron por donde habían venido, flanqueándolos pese a que poco podrían hacer por escapar. El oficial quedo esperando alguna otra orden, pero la única que recibió, fue la de acompañarlos.

Todos entraron el local. Era bastante normal, incluso podría decirse que austero. Desde luego no parecía ser el tipo de local que alguien como el engalanado caballero pudiera frecuentar. Cuando lo vieron, todos lo llamaban señor, le dejaron una mesa vacía. Los propios feligreses que en ella estaban sentados, se apartaron de buena gana para dejarles sitio. El hombre que regentaba el lugar salió de un cuarto que había al fondo, probablemente la cocina, y atendió los encargos de todos los que estaban a la mesa.

Encabezaba la mesa el Caballero, que seguía sin decir su nombre. A su derecha se sentó Ligmount, y a la izquierda Larrid, el resto se fue sentando a lo largo de ambos lados. La wuitan estaba un poco sobrepasada, probablemente nunca había estado en un lugar como aquel, incluso en una ciudad. No por ello se mostraba reacia o asustada, simplemente miraba todo lo que estaba a su alrededor con curiosidad.

Con las cervezas ya en la mano, el hombre quiso saber más sobre el viaje que los había llevado hasta allí. Larrid comenzó a relatar las peripecias sufridas, omitiendo algunos detalles y sobre todo procurando no mencionar la armadura, refiriéndose a ella como un presente. Todos asentían, a cada historia contada, algunos incluso añadían algunos datos o anécdotas. Al fin, cuando todo lo que podía contarse, fue narrado. Hasta el momento, poco habló el distinguido hombre, ni tampoco el oficial que se sentaba junto a él, al menos hasta que Edan pregunto por las nuevas que llegaba hasta la ciudad desde el norte.

Allí fue cuando al fin conocieron su nombre. Borengling Curocdili se presento como un alto noble de la ciudad, y protector de Ithilen. Se vanaglorió de sus exploradores, a los que habían conocido, y pronuncio con pompa los nombres de varios antepasados. El grupo escucho atento, pero no reconoció el nombre de ninguno. No era de extrañar, pues apenas ninguno había estado jamás en aquellas tierras, sus costumbres y personalidades les eran ajenas. Contó las vagas noticias que provenían de la capital, se rumoreaba que desde el este se alzaba un gran grupo de salvajes, asaltando pueblos y ciudades. Pudieron saber también, que una ofensiva se estaba preparando, aunque por sus palabras, no parecía que le diesen demasiada importancia.

 

Notas de juego

► Anotad el próximo turno como “Turno 806

► Vuestra historia y la suya están contadas. Él sabe casi todo lo que ha ocurrido, aunque casi nada del objeto que lleváis, y de su verdadero propósito. Piensa que simplemente los orientales os empujaron a atravesar Mordor.

► Seguís en la posada, preguntas, ruegos, cerveza…

 

► Resolución del próximo turno: domingo 08-11-20

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05/11/2020, 02:15
Borengling Curocdili

Turno 806

 

- Lamento no haberme presentado antes - comenzó a decir tras el relato de Larrid, sin darle mayor importancia - Mi nombre es Borengling, de la casa Curocdili, protector de Ithilen - dijo con cierto aire de superioridad - Como lo fueron mi padre Boreng, y el suyo Curnemag yelmodorado - nombraba orgulloso - descendiente de Liburn el viejo, y Lastrant lanza de piedra. - recordó a unos cuantos antepasados.

- Dicen que en el este, se alza una revuelta, quizás más seria que los rumores que llegan hasta aquí hacen pensar - dijo algo dubitativo - Si Gondor cree que es algo más... Iremos a la guerra - afirmo valiente - Nosotros siempre estamos preparados - dijo mirando a Ligmount

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05/11/2020, 15:47
Gwalin

TURNO 806

Gwalin se tomó la primera jarra de cerveza de un trago y tras ponerla de un golpe sobre la mesa miró al posadero y levantando la mano pidió otra.

-¡¡Ponme otra que esta se me ha quedado corta!! -pidió de buena gana el naugrim visiblemente alegre.

Luego, más relajado y menos ansioso por beber, escuchó como tanto Larrid como los demás compañeros narraban lo que habían vivido, los continuos enfrentamientos con los orientales y la mala suerte vivida al morir varios de ellos.

-¡Por Freagulf, por Ional, por Ibenar y por Leofred! -dijo levantándose de improviso y levantando su jarra al centro, propuso un brindis con sus compañeros-. Que mandos los lleve junto a Aullë, que seguro que me conoce, y ante Eru, y allí les otorgue su recompensa bien ganada.

Tras brindar apuró su jarra nuevamente y volvió a posarla con un estruendo sobre la mesa. Al segundo estaba pidiendo otra para seguir con la conversación que estaban llevando.

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05/11/2020, 16:27
Grimbeorn

Turno 806

El ambiente casi austero de la posada fue lo que menos le importó al norteño y, a juzgar por las reacciones de sus camaradas, a quienes le acompañaban. La única que reaccionó de alguna manera fue Geleswinta, que parecía abrumada por la civilización. Grimbeorn aprovechó los relatos sobre sus "gestas" para informar a la Wuitan sobre su estancia en Tir Anduin y cómo se había sentido por primera vez en una ciudad. Confiaba en que aquel relato ayudase a la anciana a llevar mejor la situación.

Conforme las narraciones se sucedían, el animista se percató de que Larrid nunca mencionaba directamente el objeto que había propiciado la misión de aquella compañía. Pudiera ser que no terminase de fiarse de su nuevo benefactor. En todo caso, el hombre del bosque creyó prudente seguir el ejemplo del compatriota de Edan y cuando contaba algo o respondía a alguna pregunta, se cuidó mucho de revelar nada sobre la armadura. Al fin y al cabo, todos aquellos nombres, tanto del caballero como de sus supuestos ancestros, le eran totalmente desconocidos y no podía saber si eran renegados de Gondor a quienes el rey hubiera exiliado o abnegados defensores del Oeste.

En todo caso, lo que le alarmó realmente fueron las noticias procedentes del este. Por mucho que preguntase, sin embargo, el animista sólo obtenía rumores sobre un gran ejército de salvajes que se reunía en el este. No lo decía, pero temía que la incursión de los orientales estuviera relacionada con aquella horda y que, muy pronto, todas las tierras de Rhovanion estuvieran en peligro de o ser atacadas directamente.

Pero la cerveza corría con generosidad, o sólo fuera consecuencia de lo rápido con que la trasegaba Gwalin, y como los rumores no parecía que se fueran a confirmar mientras permanecían allí, Grimbeorn aprovechó también para refrescarse el gaznate.

- Que Araw les ofrezca cacerías dignas en sus bosques y pradera y las presas nunca falten sobre sus mesas, allí donde estén. - El norteño alzó su jarra cuando el enano recordó la memoría de los compañeros caídos. Después de beber un trago, reanudó la conversación.

- A juzgar por lo que decís, señor, parece que Gondor no se toma en serio la amenaza de los orientales en el este y que sólo se tratase de una inminente escaramuza sin importancia, que no merece atención. - El animista se había vuelto hacia el caballero Curocdili. Le sorprendía la ligereza con la que los comentarios que oía despachaban el riesgo de los orientales. Ellos ya habían comprobado cuan arteros y taimados podían llegar a ser en número reducido. Un ejército mayor, que emplease aquellas tácticas, podía comprometer a muchos pueblos y ciudades a lo largo del Río Grande.

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08/11/2020, 10:03
Sven Ed´Rohir (Edan)

Turno 806

La respuesta de Borengling no despejó muchas dudas. Edan se quedó pensativo por unos instantes, tratando de reunir las piezas de un puzzle que le venía demasiado grande, pero el buen ambiente de la reunión y las voces de júbilo de su compañero Gwalin no tardaron en alejarlo de aquellos negros pensamientos.

La camarera regresó con una nueva ronda de bebidas y las pipas empezaron a asomar de los bolsillos. Pronto un humo denso de aromas a bosques de pino y a hierbas con toques afrutados inhundó la sala principal y las arrugas y los ceños fruncidos dieron paso a las sonrisas y muecas de relajación.

Ed'Rohir levantó su cerveza una vez más para brindar por sus compañeros caídos y poco a poco se fue sumiendo en una especie de sopor lucido. En su cabeza seguian circulando hordas de orientales montados a caballo. Unos vestian armaduras de cuero livianas y portaban arcos que manejqban com gran maestría, mientras que otros empuñaban alfanjes pintados de rojo carmesí y vestian armaduras gruesas con placas de metal, tal y como los que habían enfrentado en la caldera del infierno. Pero en esta ocasión se dirigian a la Marca, su hogar. A lo lejos, en el horizonte podía vislumbrar los campos y la granja de su padre, que antes habia pertenecido a su abuelo. La vieja construccion de piedra y el granero de madera. Nayawyn y los niños esperaban en la entrada... sus rostros reflejaban el pavor más absoluto y él se encontraba demasiado lejos para ayudarlos.
Aquella imagen perturbadora lo acompaño el resto de la velada. Pensó que tal vez en Ithilien y en Gondor no tuviesen toda la información. Era difícil pensar que ellos hubiesen averiguado algo que la inteligencia del reino no supiese todavia. Y sin embargo, en ocasiones los retazos de información tan solo cobraban sentido cuando se disponian tosos juntos sobre el mismo lienzo.

El joven granjero comprendía porque Larrid no habia comentado nada sobre la armadura. En última instancia aquel caballero tan orgulloso de su posición u su linaje podría decidir hacer suya aquella tarea y adjudicarse el merito de la operación o incluso decidir que aquel obsequio era demasiado bueno como para dejarlo a cargo de unos mercenarios. No sería la primera vez que algo así ocurria y Edan tambien creia prudente mantenerlo en secreto hasta que todos estuviesen reunidos con Agranil en Minas Tirith. No obstante, en un momento de la noche se atrevió a realizar una nueva pregunta al caballero.

La situación es incierta en el Este por lo que nos cuenta, pero...¿que noticias nos traen del sur? ¿Han visto algo extraño sus exploradores las ultimas semanas?

Edan seguía cavilando en el enigmático comportamiento de los Orientales.
¿Porque se habian dirigido tan al sur? ¿Porqué arriesgarse a pasar tan cerca de su enemigo, cuando el Este les ofrecia una salvación al alcance de la mano?
Aquella idea y sus posibles implicaciones le turbaban sobremanera, y su curiosidad se plasmó en aquella pregunta aparentemente inofensiva.

Notas de juego

Algo de tabaco y Edan sigue indagando. Pregunta ahora por las nuevas que hay en el sur. No espera conseguir mucho. Solo se pregunta si ha habido algún movimiento extraño que pueda tener conexión con el hecho de que lo orientales se dirigiewen al sur.
Si hay tiempo más tarde sacará los naipes para ver si puede ganar unas perras ^^

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09/11/2020, 00:44
Director

RESOLUCIÓN TURNO 806
 

 

La ciudad era todo esplendor, el mármol blanco de la torre brillaba bajo el sol, podía verse desde todos los alrededores y, por supuesto, desde cualquier punto de la ciudad. Las murallas recias eran de piedra, oscura pues las canteras cercanas no disponían de otra roca que no fuese de aquel tono. No era lúgubre, pues había sido adornada con blasones coloridos, y en muchos lugares, adornada con pinturas enormes que representaban paisajes y el cielo estrellado. Hasta aquel momento solo habían conocido las casas de madera, con sus tejados de paja o escoba. Esas edificaciones estaban el en anillo exterior, y conforme se avanzaba por el bucle, se iban transformando en recias casas de adobe y piedra, con tejados de terracota e incluso dos alturas. El pavimento también se iba transformando, pasando de una simple tierra compactada a una enlosada calzada. En la posada donde estaban, comenzaban a verse ya los edificios de piedra. Aquella separación no era premeditaba, sencillamente los trabajadores del campo y agricultores, menos pudientes, preferían vivir cerca de las puertas para poder ejercer sus tareas sin tener que atravesar toda la ciudad.

Pese a que los parroquianos que estaban en el local se mostraban curiosos ante el grupo, la presencia de Borengling impedía que se acercasen más. Hubieran sido objeto de innumerables preguntas, si el respeto por el caballero no fuese tan profundo. Aun así, no podían evitar ver las miradas descaradas de los presentes.

Las jarras de cerveza fueron servidas con presteza, cuando una se vaciaba, enseguida era sustituida por otra llena. Ambos ithilanos se mantenían sosegados, bebiendo con la tranquilidad que obligaba a su estatus. Mientras los demás, disfrutando, bebían sin demasiadas preocupaciones. La charla con Borengling era amena, quitando alguna que otra pregunta sobre el viaje, no hablaba mucho, le gustaba escuchar. Larrid iba contestando, con paciencia, mientras el resto de los compañeros añadía su visión, o aportaba algún recuerdo olvidado. Ninguno de ellos mencionó la armadura, aunque tampoco era que sus interlocutores mostrasen demasiado interés. Brindaron por los caídos una vez más, pero aquello no hizo que los ánimos decayesen.

Grimbeorn se intereso sobre lo que aquel reino sabía sobre lo que ocurría en el este, pensaba que no se lo tomaban en serio. No parecían saber mucho, o al menos no lo revelaban. Quizás aun no habían llegado las noticias hasta aquel enclave, y desde su capital se preparaba ya una ofensiva. Edan, además, quiso saber si se había recibido alguna noticia del sur. La pregunta extrañó bastante al noble, que no pudo mas que encogerse de hombros, no tenía constancia de que nada ocurriese por allí.

La charla no se alargo demasiado, tres o cuatro jaras después, los dos foráneos se excusaron, y se prepararon para irse. Por supuesto, pagaron todo lo consumido. Salieron de la posada, donde los muchachos esperaban con las monturas listas. Antes, se despidieron de sus nuevos amigos.

 

 

Notas de juego

► Anotad el próximo turno como “Turno 807

► Borengling y Ligmount se despedirán de vosotros, aun estáis a tiempo de más preguntas o peticiones.

► Resto del día libre. El día siguiente Larrid propondrá partir.

 

► Resolución del próximo turno: miércoles 11-11-20

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09/11/2020, 00:45
Borengling Curocdili

Turno 807

 

- Ahora si nos disculpáis, tenemos asuntos que atender - dijo el caballero excusándose. - Por supuesto, y tras tantas desdichas, están invitados - terminó por decir antes de ponerse en pie.

Ligmount fue a saldar la deuda, mientras su señor terminaba de despedirse.

- Tengo que hablar con el consejo, pronto partiremos a Minas Tirith y segura que las nuevas que traéis les interesaran - contó a modo de concesión - Gracias por todo, nos haremos cargo de esos orientales.

Tanto el noble, como el oficial, se despidieron una vez más antes de salir del local.

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09/11/2020, 00:46
Larrid

Turno 807

 

- Gracias por todo, nosotros partiremos mañana mismo - dijo Larrid - Nuestro viaje acaba también en Minas Tirith, pero no podemos esperar demasiado, pues nos esperan allí - dijo sin revelar más datos.

- Pero antes, debemos dar una correcta sepultura a uno de nuestros amigos - la mortaja de Leofred seguía en el caballo, había que enterrarlo sin perder más tiempo, habían esperado demasiado. - Después partiremos.

Borengling asintió, y recomendó ir a ver al párroco que regentaba un lugar de culto, no muy lejos de allí.

- Gracias, iré a hacer los preparativos - dijo a sus compañeros - No os portéis mal - añadió a modo de broma - Nos vemos aquí mismo cuando acabe, podéis ver si tienen alojamiento también. 

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09/11/2020, 12:21
Gwalin

TURNO 807

Varias fueron las jarras que el enano se tomó antes de que el caballero, muy educadamente, les dejara para seguir con sus actividades, entre ellas, hacerse cargo de los orientales que habían capturado y que a buen seguro, les podrían sacar buena información de lo que pudiera ocurrir en los meses venideros.

Al igual que éste, ellos debían hacer varias cosas. La primera era buscar alojamiento para ellos y para su monturas. A pesar de que la ciudad se estaba reponiendo de la guerra, seguramente habría alojamientos que dispondrían de cuadras o bien se las buscarían. A nadie le amargaba unas cuantas monedas en aquella época.

Lo segundo era entregar el paquete que llevaban. El enano no sabía si era en aquella ciudad o en algún otro sitio donde habían quedado entregársela. No es que le importara, pero le gustaba la idea de quedarse en una posada unos cuantos días para descansar sus viejos huesos.

Gwalin salió a la calle. Sonrió al ver el bullicio que derrochaba aquella ciudad. Tras varios días persiguiendo a orientales, sobre todo en las tierras oscuras, sonde casi no había vegetación ni fauna, aquella explosión demográfica hacía que el naugrim le entraran ganas de sonréir.

-Bueno, ¿ahora que hacemos? ¿buscamos alojamiento? ¿buscamos a nuestro benefactor o alguien afín a él? -preguntó el guerrero, girándose hacia Larrid, una vez que estaban nuevamente solos.

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10/11/2020, 16:35
Grimbeorn

Turno 807

- Deberiamos buscar alojamiento. - El animista enfatizó la última sugerencia de Larrid. - No nos vendría mal algo de descanso de verdad para recuperar fuerzas. Después ya nos pondremos en marcha de nuevo para reunirnos con Agranil. Por que no creo que haya sido tan previsor como para destacar a alguien aquí a sabiendas de que sería nuestra parada en el viaje de vuelta.

Grimbeorn daba ya por finalizado su cometido. Era la recta final y ya sólo restaba entregarle la armadura a los esgarothianos, por lo que se permitía dejar un poco de lado su precaución habitual. Si tan sólo estuviera más informado sobre la presencia de los haradrim al sur de Gondor, la ruta tan meridional que habían seguido los orientales le hubiera preocupado más y le habría prevenido contra una posible alianza entre el pueblo de las llanuras más allá de Rhûn y la gente del desierto. Pero su relativo desconocimiento del amplio mundo le ahorró aquella preocupación.

- Podemos descansar aquí un par de días, o lo que se necesite para preparar el sepelio de Leofred y poder despedirnos antes de partir. - Se volvió hacia Larrid con aquella sugerencia para comprobar si era de su agrado o tenía alguna contraorden o recomendación que darles al respecto.

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11/11/2020, 15:25
Sven Ed´Rohir (Edan)

Turno 807

Preguntemos al posadero. Tal vez aquí nos ofrezcan un buen precio por una sala común
Hodrum arañó sus bolsillos para corroborar lo que ya suponía. No le quedaban muchas monedas. Su precaria situación era la principal razón por la que se habia embarcado en tan insólita aventura. Sabía que el alquiler de habitaciones comunes era una práctica habitual en las posadas del reino, renunciar a ese punto de privacidad ofrecía como contrapartida un precio más económico. Ya que eran grupo reducido y venian durmiendo codo con codo desde hacía semanas, el joven pensó que sería una buena manera de ahorrar unas monedas. En realidad, no estaba seguro de poder costearse una habitación de otro modo.

Nuestro benefactor nos espera en Minas Tirith, Gwalin. Hodrum sonrió ante la aparente falta de atención del enano. Sin duda Gwalin era un guerrero singular. Tan bravo y temible con un hacha entre las manos, como despistado y gruñon cuando se la cambiaban por una cerveza. Hodrum habia terminado cogiendole cariño, al igual que a Larrid, a Grimbeorn, el peculiar hombre de los bosques y al resto de sus compañeros. Sin embargo pronto habría de despedirse de ellos, y era muy probable que nunca se volvieran a ver.

Ire a preguntar...dijo al fin mientras se incoporaba y daba un último trago a su cerveza.
...nos vemos fuera. Luego prepararemos el cuerpo de Leofred para el entierro.
Leofred era oriundo de La Marca. Debían registrar sus pertenencias y apartar todo aquello que tuviese un valor sentimental o económico. Con suerte encontrarían indicaciones sobre que se debía hacer con sus cosas en el caso que les ocupaba. No era extraño que los guerreros o los mercenarios dejasen escritas sus ultimas voluntades antes de partir a la guerra. En el caso de Leofred parecía um hombre cultivado, y era posible que las llevase encima. De otro modo deberian preguntarselo a Agranil al llegar a Minas Tirith. En cualquier caso, lo más probable era que el propio Hodrum o Hallfrid fuesen los encargados de hacer llegar sus cosas a la familia. A Hodrum le gustaba pensar que alguien haría lo mismo por él cuando el Cazador lo llamase a filas en el final de sus dias.

Se demoró un tiempo conversando con el tabernero en la barra. Queria saber en donde podria encontrar una buena timba de cartas en la ciudad, necesitaba dinero, y no conocía otra manera de ganarlo aparte de ofreciendo su hacha al mejor postor. Y de paso, preguntó tambien por un herborista y un herrero. Su hacha no habia sufrido mucho los avatares del combate, pero su armadura necesitaba una buena revisión,y quería hacerse con un poco de hierba y alguna infusión para el camino de vuelta. Además necesitarian algunas hierbas aromáticas para adecentar a Leofred.
Para Cuando regresó a la mesa el resto ya la habian abandonado. Golpeó las botas contra el suelo para deshacerse de la tierra y las piedras del camino y se puso la capa de nuevo. Resopló. La cerveza le había sentado bien, tal vez habían bebido un poco de más, pero no le importaba. Se lo habían ganado a pulso, y aquella tarde el alcohol les ayudaria a gozar de una reparadora y merecida siesta.

Notas de juego

Pregunto por timbas de cartas. Por una herboristería y por una herrería.

Tambien por alojamiento. Si puede ser barato.^^

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15/11/2020, 01:25
Director

RESOLUCIÓN TURNO 807
 

 

Quedaron solos. Tanto Borengling y Ligmount, como Larrid, se alejaron. El caballero y su guardia de confianza se fueron para atender sus asuntos. El etheod, por otra parte, quería dejar preparada la inhumación de Leofred, no podían permitirse alargarlo más pues el cuerpo comenzaba ya a descomponerse.

Volvieron al local donde habían estado bebiendo, en busca de un lugar donde pasar la noche. Disponían de habitaciones, austeras, pero suficientemente cómodas. No había salas comunes, tan solo habitaciones individuales, reservaron una para cada uno. Tenían un mullido camastro, con mantas y sabanas limpias. Un baúl a los pies de la cama permitía guardar los objetos de valor, tenía la llave puesta. Una sola ventana daba al exterior, era por donde entraba la luz natural, mientras que candelabro sobre una mesita, era toda la luz que habría una vez cayera la noche. No sería barato, pero confiaban en que Larrid pagase y se hiciera cargo de los gastos, como ya había hecho antes.

Edan pregunto por un herbolario, y por un herrero también. Por supuesto en una ciudad como aquella, disponían de todo tipo de artesanos y eruditos, algunos de ellos dedicados al estudio de las plantas. No estaban muy lejos, seguramente incluso habían pasado por delante de alguno de ellos sin percatarse, ya que, a juzgar por las indicaciones dadas, estaban de camino a la puerta por la que habían entrado.

Se sentaron en la mesa de nuevo, aún tenían toda una tarde por delante, podrían relajarse. El rohir también se interesó por algún lugar donde se organizaran partidas de cartas, pero lamentablemente el posadero no sabía de ninguna, salvo que de cuando en cuando en ese mismo lugar se jugaba amistosamente alguna. Si Edan quería su timba, tendría que organizarla él, seguro que algunos parroquianos estarían encantados de probar suerte.

 

Notas de juego

► Anotad el próximo turno como “Turno 808

► El herrero tardaría en tener lista las armaduras, varios días. Os tendréis que conformar con un mantenimiento estándar de la armadura, limpiar y pulir nada más. Las armas se pueden afilar sin problema.

► En el herbolario, vosotros diréis lo que buscáis. No tienen nada raro, hierbas comunes, pero en función de lo que tengáis en mente, se puede hablar.

► Sobre la partida de cartas, podéis echar una partidita los que queráis uniros, se os juntaran algunos parroquianos. Usaremos la escena a tal efecto. Simplemente rolearlo allí, yo me encargo de las cartas.

► Dejo otro turno antes de partir en la mañana siguiente, por si esta vez sí que hacéis algo XD. Si no, pasamos al día de mañana.

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15/11/2020, 02:23
Gwalin

TURNO 808

Gwalin dejó sus enseres en la habitación que le había tocado en suerte. No era tanto así, si no que más bien entró en una de las que les asignó el posadero y allí dejó todas sus cosas. Por fin pudo quitarse la armadura que dejó tirada en el suelo y se quitó la ropa, toda y se puso una camisa y un calzón que llevaba limpios, de repuesto. Se caló las botas y bajó con la ropa sucia donde estaba el posadero. Nada más llegar con la ropa sucia en las manos no hacía falta explicarse mucho. Aun así, pidió que le prepararan un baño y que si podían lavarle la ropa que llevaba. Hacía ya varios días que no se había cambiado pues la persecución a los orientales había sido ardua y no entendía de limpieza y decoro. Así que olía a humanidad que echaba para atrás.

Tras el baño y con la ropa nueva, el guerrero se sentía mucho mejor de ánimo. Cogió sus armas y fue al herrero para ver si podían afilarlas con más detenimiento, para quitarle las muescas que le habían salido tras los enfrentamientos vividos recientemente. No tardo nada el herrero pues las herramientas que tenía facilitaban el trabajo muchísimo, no como sus apaños que él realizaba en su hacha, a la luz de la hoguera y con una simple piedra de afilar. Eso aumentó también el ánimo de Gwalin, que vio como su hacha volvía a ser tan mortífera como cuando había iniciado esa aventura.

Luego fueron al herbolario, donde el guerrero adquirió una bolsa de tabaco para fumar en pipa. Tras el paso de tantas noches, la que portaba había menguado bastante. Siguieron un rato más por la ciudad, pues realmente era una maravilla y daba gusto perderse por sus calles y ver los palacios y casonas que otrora fueron magnificas y que ahora también lo eran pero se notaba el paso de una guerra. Aun así era una ciudad fantástica, por lo que deambularon durante un buen rato tranquilos, sin la presión que habían tenido todos estos días persiguiendo a los orientales.

Cuando volvieron a juntarse en la posada, el guerrero pidió una jarra de cerveza, se preparó una pipa con el nuevo tabaco y se acercó a Grimbeorn. Quería hablar con él respecto de Leofred. Al llegar asintió con la cabeza a modo de saludo y emitió un leve gruñido empatico.

-Mmmmgrr. Oye, Grimbeorn, ¿has pensado en dónde vamos a enterrar a Leofred? -dijo sin medias tintas, abordando el tema sin tapujos, mientras le ofrecía la bolsa de tabaco por si quería fumar un poco-. Lo digo porque podríamos enterrarlo aquí, en Minas Ithil. Es una ciudad bonita, con un gran encanto, que a buen seguro habría logrado sacar unos buenos versos a nuestro amigo. ¿Qué te parece? ¿Qué habías pensado tú? -le preguntó.

Notas de juego

Pues me doy un baño y que me la ven la ropa...me afilen el hacha (sin pensar mal) y compro algo de tabaco...y si se puede, alguna hierva que nos cure también ;)

DJ: Minas Ithil, para Minas Tirith aún os queda un poco XD. Por otro lado... Que hierbas tienes en mente (las curativas, digo).

Editado por el jugador: lo malo es que estaba pensando en Minas Ithil...no sé por qué demonios me ha salido Tirith... mi cabeza que está "más pallá que pacá" ^^U

Lo cambio (y modifico algo del post, que veo que algún párrafo estaba incompresible) y te cuento en el off lo de las hiervas curativas así queda más limpia la escena.

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17/11/2020, 16:04
Grimbeorn

Turno 808

Las ventajas del cuero era que no necesitaba una esmerada atención por parte de un herrero. Así que el animista no perdió mucho tiempo buscando a un artesano de ese tipo. Su jubón de cuero probablemente necesitaría uno o dos parches o remiendos, por lo que inicialmente pensó dejarlo correr hasta su vuelta al Bosque Verde. Pero cuando se enteró del tiempo que las armaduras metálicas de sus compañeros podrían estar en mantenimiento, Grimbeorn optó por la sabiduría y aprovechó para buscar a un curtidor que le diera un repaso al corselete.

Poco más hizo, aparte de descansar en la taberna donde habían comido y bebido. Empleó el tiempo en contar a la Wuitan en detalle lo ocurrido durante el viaje y en indagar sobre lo qué ésta hubiera podido descubrir sobre los orientales o sobre el motivo de su captura. No sería hasta unas horas más tarde que su curiosidad fue satisfecha (o tuvo que resignarse por la falta de información), y sus compañeros regresaban poco a poco de hacer sus recados. Puede que Gwalin no fuera uno de los primeros en volver, pero sí en hacerlo con la pipa cargada y pegado a una jarra de cerveza. Pese a la suposición inicial del norteño, el enano buscaba un tema de conversación más serio, como pudo comprobar por la pregunta.

- Ciertamente no, maese Gwalin. Aunque un compañero de fatigas en este tiempo, Leofred no era de mi gente. Supongo que los Edain tienen sus propios ritos y que un funeral de algún tipo es preceptivo para despedir al difunto. Pero no tengo mucha información sobre sus rituales fúnebres. - Lanzó una mirada inquisitiva a la Wuitan. Era probable que la anciana tuviera más conocimientos o hubiera oído más en el pasado acerca de las costumbres de los sureños. Pero tampoco estaba seguro de que Leofred fuera del sur. - Si fuera un Hombre del bosque, no le enterraríamos; dejaríamos su cuerpo sobre la tierra y la echaríamos sobre él hasta formar un túmulo, junto al de sus familiares. ¿Quién sabe cómo lo hacen aquí?¿Qué dictaría la costumbre naugrim? - Aquella última cuestión fue formulada con genuina curiosidad. Si los enanos vivían bajo tierra, en túneles excavados en la roca, ¿qué hacían con sus difuntos?

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18/11/2020, 19:30
Sven Ed´Rohir (Edan)

Turno 808

El trasiego diario de la ciudad pronto hizo que los viajeros olvidasen la dureza de las ultimas semanas, para sumirse en una embriagadora sensacion de normalidad.

Edan acompaño a Gwalin a la herrería y dejó allí su armadura para que le practicasen los arreglos pertinentes. Por el camino revisó los cortes y la herida de la pierna. Todavía no podía creer la suerte que habia tenido. Habia logrado sobrevivir a la feroz batalla de la Caldera del infierno y a las pequeñas escaramuzas con los orientales perdidos. No solo eso, sino que apenas conservaría un par de cicatrices de un combate que le habia dejado al borde del abismo. Era consciente de que su armadura de metal habia jugado un papel importante en aquello, y a partir de aquel momento se tomaría más en serio su cuidado si cabía.

Mas tarde se reunieron con Grimbeorn y fueron todos juntos al herboristería. Allí repusieron sus bolsas de tabaco y se hicieron con algunas hierbas para el camino de regreso. El enano preguntó por una serie de variedades especializaddas en el alivio de conmociones mientras que el rohir se encargo de pedir hierbas aromáticas, con las que perfumar el cuerpo de Leofred asi como un repelente de insectos y unas cuantas infusiones de uso más práctico.

Ya de vuelta a la posada los tres conversaron brevemente. Gwalin queria saber que harían con el cuerpo de Leofred y Edan no dudó en atajar sus dudas dejando claro que el creía que debian hacer.
-imagino que cuando Larrid regresé tendremos la respuesta a esa pregunta amigo. Pero me temo que el bueno de Leofred deberá descansar aquí, en Minas Ithil. Al menos por un tiempo. Han pasado ya muchas horas desde su muerte, y no creo que sea prudente llevarlo con nosotros a Minas Tirith...no hay razon para ello. Su hogar está en La Marca, y no habría mucha diferencia para él en llevarlo allí o dejarlo. Cuando hablemos con Agranil yo mismo me ofrecerépara hacer llegar sus pertenencias a su familia. Si es que ha dejado instruciones de como hacerlo. Cuando lo haga dejaré indicaciones de donde lo hemos enterrado, y instrucción para que puedan volver a por él y llevarselo con ellos de regreso a casa si ese es su deseo.
También deberiamos poner en conocimiento de la guardia donde hemos sepultado a Freagulf, Ional e ibrnar. Tal vez puedan traerlos de vuelta algun dia. Nadie se merece el final que han tenido. Pero que al menos sus huesos regresen al lugar al que pertenecen. Y que su seres queridos puedan llorarlos como es debido.

Después se discutir aquel triste asunto, la conversación derivó en asuntos mas mundanos y Edan aprovecho para proponer a sus compañeros que se uniesen a él en una partida de cartas que pensaba oragnizar aquella misma noche para celebrar el final de la mision. Les explicó que con su ayuda, tal vez pudiesen hacer algo de dinero, siempre y cuando ambos aceptasen repartir las perdidas/ganancias aquella noche.

Notas de juego

Últimamente estoy demasiado cansado del ajetreo diario y no me siento con ganas para nada, hasta me cuesta disfrutar del posteo. A ver si llegan tiempos mejores. Espero que no se note mucho en mis posteos aunque me temo que es inevitable.

Por mi parte arreglar armadura, afilar armas, tabaco, hierbas aromaticas para el cueepo de Leofred (ninguna en especial, las que nos pongan, o alguna tipica de La marca que pudiera usarse en estos casos si algo asi existe). Y despues aparte de las que han nombrado mis compañeros:

Aloe, delrean, arlan y arnuminas. (El numero de dosis, pues el que juzgues apropiado que Larrid nos pagaría Nagre) Sino al menos 3 dosis de cada una. Y ya me las descontaré de mi asignación)

Por último propongo a mis compañeros una partida de cartas. Y repartir las ganancias. Aunque jugando cada uno por su cuenta, sin contarselo a nadie claro.

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19/11/2020, 02:11
Director

RESOLUCIÓN TURNO 808
 

 

El día en Minas Ithil era muy ajetreado, la gente del campo, comerciantes y viajeros, animaban las calles con sus idas y venidas. Larrid se fue a preparar el sepelio de Leofred, mientras los demás ocuparon la tarde en otros asuntos. Buscaron herreros y curtidores para reparar las armaduras, las dejaron allí, aunque no podrían hacer demasiado en tan poco tiempo, si como dijo Larrid, saldrían el día siguiente. Mientras sus armaduras eran puestas a punto, el rohir y Gwalin hicieron una visita a uno de los herbolarios que había en la ciudad. Estaba bien surtido, aunque sus plantas no eran nada extravagante, y estaban principalmente destinadas a enfermedades comunes y a aliviar las molestias del trabajo diario. Pudieron encontrar algunas hierbas que buscaban, y otras que no. Lo que sí hicieron, fue hacerse con una buena cantidad de tabaco para pipa. Al acabar, volvieron a por sus armaduras.

Grimbeorn, por su parte, volvió con Geleswinta a la posada, donde estuvo largo tiempo charlando con ella. La ciudad los abrumaba y fascinaba a partes iguales, prefirieron pasar el resto de la tarde en la mesa de la posada. Trataron de dilucidar el motivo por el que la wuitan había sido secuestrada, pero salvo por la importancia que tenía para el pueblo bosquimano, no pudieron llegar a una conclusión clara. Tal vez su aspecto invitaba a pensar que se trataba de un chamán con poderes curativos, cosa que realmente era cierto. Grimbeorn pudo saber que fue obligada a curar a uno de los orientales de sus heridas, pero quitando eso, el valor para los salvajes era todo un misterio por el momento. Pasada la tarde, fueron a por la armadura del animista, para después volver de nuevo a la taberna.

Las reparaciones no fueron más que una buena limpieza y un pulido de las cotas, y algún zurcido en el peto de cuero de Grimbeorn. Cuando todos volvieron a la posada, no quedaba ya mucho para la que anocheciera, Larrid ya estaba allí. Juntos bebieron y esperaron hasta la hora de la cena. Mientras lo hacían, Edan sugirió jugar una partida de cartas, sugiriendo que no solo jugarían entre ellos, y que invitarían a algunos parroquianos. Quizás pudiesen ganar algunas monedas.

Larrid se animó a hacerlo, aunque la idea de jugar con gente del lugar, no le acababa de convencer. Aun así, dejó que Edan le explicase las reglas mientras saboreaban una buena cerveza. Mientras lo hacían, pudieron saber que todo lo que concernía a Leofred estaba dispuesto. Con las primeras luces saldrían de la ciudad, a un lugar donde los dúnadan habían sido enterrados desde hacia siglos. No estaba muy lejos, y estaba de camino a Minas Tirith. Los acompañaría un sacerdote, y varios hombres, que ayudarían a levantar el túmulo.

 

Notas de juego

► Anotad el próximo turno como “Turno 809

► Cartas: El que quiera jugar, que lo haga en la escena al efecto. Allí os daré pie con Larrid. Jugaran tantos locales como miembros del grupo. Edan pondrá y explicara el juego (conociéndolo, habrá dos tomos de reglas y un manual de conteo XD ), yo las cartas.

► Se me hace tarde, rolear ya como despertáis, y os poneis en camino.

► De las hierbas, hablamos en el off

 

► Resolución del próximo turno: domingo 22-11-20