Partida Rol por web

Charlotte río con naturalidad ante el modo adorable en el que el muchachito admitía haber consumido por demás de su poción de rejuvenecimiento. El cambio en su servant era radical y, aunque mantenía su majestuosidad intacta, se le veía mucho más fresco, mucho más suelto y en ese momento ella se sintió bendecida.

Oh, lo siento, es sólo que no sabía que podía suceder algo como un cambio de aspecto, me tomó por sorpresa. No me es molesto en absoluto, si era posible, creo que me gustas más así... te ves más... ¿Libre? Es difícil de explicar, aunque algo me dice que cualquier forma que tuvieses sería igual de magnífica y bella. Si a tí no te es molestia, quisiera ejercer mi derecho adquirido a fuerza de hechizo de comando de contemplarte -agregó en tono gracioso.

Se tomó unos segundos para observarle con detalle. Aún le resultaba impresionante lo bello que era y lo majestuoso que parecía. Su cabello resplandecía como el sol y sus ropas parecían de excelente calidad y súper cómodas. Quería tocarlo, sentir el tacto de su piel en sus manos, pero se contuvo. Aún le tenía miedo, aún esperaba que de un momento a otro la amenazara con su infinito armamento.

Algún día me gustaría escuchar la historia completa de la primera vez que bebiste más de la cuenta de la poción, seguramente debe haber sido una gran sorpresa para todos - dijo con una sonrisa, imaginando la reacción de sus sirvientes al verle -  deben ser incontables las maravillas que has presenciado y experimentado.

Miró con pena a su alrededor. Ella misma no recordaba haber vivido nada interesante... no hasta haber atravesado la puerta y comenzar con el proceso de eliminación. El desorden de la sala contrastaba horriblemente con la majestuosidad de su servant y sintió el pinchazo de la frustración Seguramente si pudiese recordar ALGO de magia, podría hacer algo al respecto. Al menos... convertir los bancos en un sillón y una mesa de café... y poner unas cortinas nuevas en las ventanas. Suspiró inconscientemente y al instante recordó que efectivamente tenían algo que hacer.

Esto... habría que visitar la arena... imagino que se trata del lugar donde se llevarán a cabo los enfrentamientos y podría suponer una ventaja conocerla con anticipación. Me preguntaba si querrías acompañarme -dijo mirándole con algo de aprensión. Sería una oportunidad de echarle un ojo a la competencia en el proceso y... y me harías muy feliz -logró detenerse justo a tiempo, antes de hablar de más- y es tan deprimente este espectáculo... -señalando hacia la sala- que seguramente sea un cambio de aires positivo. ¿Qué le parece, majestad?

-No importa en qué estado esté, un Rey sigue siendo un Rey. ¡Eres libre de admirarme lo que gustes! Lamento haberte hecho sentir incómoda antes, no tengo idea de que pienso de mayor, pero me comporto de forma muy irritante la mayoría del tiempo.

Camino con pasos pequeños por los alrededores, comentando:

-¿Deberíamos? Este recinto está supuesto para que pases tus siguientes semanas en él. Por supuesto puedo acompañarte a la Arena si es tu deseo comenzar a entrar en la misma, pero mi consejo es que primero dejes en orden el sitio donde volverás a descansar. Sería una pena que volviendo exhausta tuvieras que echarte en el suelo o incluso dormir en él, estarías extenuada al día siguiente y eso afectaría tu rendimiento.

A pesar de ser pequeño, rápidamente notabas que hablaba de forma bastante sabia. Y todo esto, con un tono notablemente alegre y optimista.

-La comodidad no es solo placentera a los sentidos, sino que también es fructífera. Hay varios días por delante antes de que haya enfrentamientos...¿usarás tu magia entonces, señorita? A estas alturas imagino que ya habrás dejado de tener la mente nublada.

El cambio en la personalidad de su servant era radical y hermoso. Era tal la emoción que sentía que le costaba mantener la compostura, el muchachito le generaba unos intensos deseos de abrazarlo y pasar horas haciéndole mimos. 

Como anteriormente, mostraba estar mucho más al tanto de cómo debían ser las cosas que ella misma. Fue un alivio saber que en ese lugar podría descansar El padre bien me lo podría haber explicado, digo, no era tan difícil... el único problema es que no estaba en condiciones para ser habitado.

El niño hablaba con sabiduría y tenía mucha razón en lo que exponía, claramente dormir en el piso afectaría negativamente su rendimiento y le sumaría obstáculos a su ya difícil situación, pero Charlotte no veía mucha alternativa a eso. Cada vez notaba las grandes falencias en su entendimiento y parecía ser algo imposible siquiera sobrevivir hasta la primer ronda.

E-estás completamente en lo cierto... es sólo que... a decir verdad yo... -se interrumpió, suspiró prolongadamente y se acuclilló, como si su cuerpo pesase demasiado para seguir de pie, miraba directamente al piso, apesadumbrada por lo que tenía que confesar- Soy una master defectuosa. -sentenció aguantando las lágrimas- No conservo ninguno de mis recuerdos de antes de ingresar al instituto. Ni siquiera estoy segura de mi nombre. Si estoy aquí es porque en algún momento pude llegar, ¿Verdad? Eso me lleva a creer que sé usar magia... es sólo que ya no recuerdo cómo. Albergaba la esperanza de que esos recuerdos regresaran a mí de algún modo, pensé en consultar con algún otro participante, pero de momento... no hay mucho que pueda hacer. Le miró a los ojos, con dificultad y agregó - Lamento no habértelo dicho antes... es sólo que... no sabía cómo. Sé que es una gran decepción.

-¿Hm? Tu memoria sigue estando nublada? Eso es un problema...pero, dudo que tenga que ver con tus capacidades. El flujo de mana que siento desde tí es cuantioso, aún siendo que mi existencia consume una cantidad importante del mismo. Tanto así que podría decir que hay algo extraño contigo. Pero, eso es interesante. Dudo que la causa de algo tan extravagante sea capaz de esconderse por demasiado tiempo. En tal caso, deberíamos dirigirnos a la Arena. Puede que resolvamos la situación más pronto de lo que esperas.

Se vió bastante animado al respecto, y comenzó a caminar a la entrada, aunque antes de llegar a ella su existencia fue tornándose en polvo dorado, que flotó delicadamente en la estancia unos momentos antes de dispersarse.

-Ten confianza, señorita, estaré pendiente de tu seguridad y tus progresos en cuanto a recuperar tus memorias.

Hubiese esperado un castigo, palabras crueles y dolor físico, pero nada de eso sucedió. A su modo, sin necesidad de contenerla, le demostraba nuevamente tener un conocimiento mucho más extenso que el de ella y, de algún modo, que se preocupaba por su bienestar. Era difícil terminar de comprender esta forma de ser, conociendo su versión anterior, se preguntó qué podría haberle sucedido a un muchacho tan dulce para convertirse en el hombre cruel que ella había conocido. Aún así, los recuerdos del muchacho de cabellos verdes demostraban que aún existía un lado bondadoso en ese hombre, solo que una única persona había logrado llegar hasta allí.

Charlotte misma daba por sentado que su condición era prácticamente irreparable, pero él seguía llamándolo "memoria nublada", como si de algo pasajero se tratase. No sabía qué era el mana, pero se imaginó que sería algún tipo de energía mágica, ya que al parecer ella la emanaba y él decía estar consumiendo una parte importante de la misma. Y parecía ser un flujo por encima de los niveles normales No sería de extrañar que un servant tan poderoso consumiera mucha energía, ¿no? 

Dentro suyo, deseó que sus palabras fueran ciertas y que la fuente de todo aquello se revelase cuanto antes. Antes, el color dorado le resultaba frío y cruel, en estos momentos, por el contrario, se construía como el calor del sol en esperanza. Sonrió y asintió a las palabras de su servant. Avanzó solo hasta la puerta y comenzó a desvanecerse, al igual que el Sr Salvaje y ella no había tenido la necesidad de decirle nada.

Le animó con sus palabras antes de dispersarse en el ambiente. Al parecer, efectivamente, mi servant me protegerá Sr Salvaje, así que podrás divertirte por un tiempo más.

Dicho de ese modo, sería una necia si continuase dudando. Prometo que me esforzaré tanto como pueda. Se levantó y avanzó hasta la puerta, decidida. En su mente, intentaba recordar del sueño que había tenido en qué clase de palacio había vivido Gilgamesh, intentaría que el interior de esta sala se pareciese lo más posible a ese lugar, a modo de agradecimiento. Un pensamiento fugaz la atravesó peligrosamente: Si no se tratase de un niño, seguramente acabaría irremediablemente enamorada de él.

Sacudió la cabeza, como para alejar ese pensamiento y luego salió de la sala. Buscaría alguna referencia que le indicara dónde se encuentra la Arena. Quizás, si los tiempos coincidían, podría acabar cruzándose con Rin.

Averiguar la entrada fue sencillo, pues la gran mayoría del tráfico de gente iba en esa dirección. No se trataba nada más ni nada menos que en la misma puerta por donde habías dejado atrás la realidad falsa, al final del pasillo del primer piso. Naturalmente, al tocarla tu campo de visión se volvió blanco un instante, y...

Tras ese breve momento de blancura, te encontraste caminando sobre una plataforma de algo similar al cristal, pero muchisimo mas duro claramente como para soportar la presión del agua. Todo el ambiente estaba sumergido en un profundo e infinito océano virtual, igual en este punto al primero que habías visto este, pero claramente estaba cambiado. No había huesos, sino un enorme barco de aire antiguo suspendido en su hundimiento. Barriles, madera, trozos de las velas, cajas y otros pedazos del mismo se encontraban flotando en el ambiente azul con pasividad, al son de un vals invisible dirigido por el movimiento casi imperceptible del agua. Cuando te diste cuenta, notabas que Gilgamesh estaba a tu lado, físicamente.

-Impresionante, he estado pocas veces bajo las aguas, pero es mucho más cómoda esta perspectiva. El sitio se ve extenso, pero podemos ir despacio. Por ahora quizá deberías dedicarte a explorar la primera parte con tranquilidad. Estaré siguiendo tus pasos de cerca. Aquí es natural que permanezca a tu lado de forma física.

Fue curioso caminar siguiendo a muchas otras personas hacia la puerta por la cual había llegado a este mundo. Por más que estaba rodeada de personas, se sentía aislada, como si apenas ella y Gilgamesh en su forma imperceptible fueran parte de su mundo y todos los demás estuvieran a galaxias de distancia.

Inconscientemente se halló buscando a Rin entre los demás, solo para recordar que ellos ya habían ido en esa dirección mucho más temprano y no los vería allí por más que lo intentase.

La vista resultaba impactante, alrededor suyo se encontraba en un lugar muy similar al de antes de conocer a Gilgamesh, sólo que esta vez no había esqueletos gigantes flotando. Era extraño y despertaba su curiosidad, pero no podía evitar sentirse inquieta. Cuando se giró para su derecha, notó que Gilgamesh la acompañaba físicamente en aquel lugar. Su primer reacción era recordarle que debía permanecer escondido, pero dadas las palabras del muchacho y cómo había demostrado saber más que ella, si él decía que debía permanecer a su lado físicamente, ella no se lo impediría.

Este lugar resulta muy extraño, aunque ya no es tan aterrador como la vez anterior, especialmente si tú me acompañas. ¿A qué te refieres con primer parte? ¿Acaso hay más de este lugar que no alcanzo a divisar? -preguntó mirando hacia los costados, curiosa. Parecería no tener fin...

-Me refiero a que efectivamente, se ve inmenso. Por ende, quizá fuese sabio que inicialmente no te alejaras demasiado del punto de partida. Puedes tomarlo con calma, siendo que estás aprendiendo tu papel.

Comenzaste a visualizar que el extenso océano virtual no estaba vacío...Algo serpenteó por el suelo, de color rojo aunque un tanto transparente. Tenía el aspecto de una serpiente articulada con una gran cabeza desproporcionada al resto del cuerpo, la cual abrió unas fauces con dos largos colmillos avanzando en tu dirección. Rápida como la efigie que recordabas, apenas podías seguir su movimiento.

Un sonido metálico siguió a un destello que cruzó el aire. Ya habías visto eso, y quizá hasta pudiste sentir algo de miedo al reconocer uno de los proyectiles de Gilgamesh. Aunque lejos de estar cerca de ti, ahora estaba atravesando a la serpiente en la cabeza, la cual hizo un sonido siseante y se desvaneció como ceniza en el aire. 

-Este es un sitio hecho para la supervivencia, los Master y Servant débiles no podrán abrirse paso. Esta primera visita servirá para que comprendas más tu papel. Puedo luchar por mi cuenta, pero, me he comprometido a acompañarte en el camino. Por eso, escucharé a lo que digas. Pero debes estar consciente de que eso puede llevarme a cometer errores, sin embargo, también puedes estar viendo algo que yo no y prevenirme de ello. Lo que quiero decir es que yo te abriré camino, pero es tu tarea guiarte a ti misma por este largo camino. Tus instrucciones para conmigo son parte de ello. Si comprendes esto, ¿deberíamos ponernos en marcha?

Luego del comentario del muchacho, comenzó a visualizar formas extrañas que de cierto modo le recordaron a la efigie recorriendo la arena. En efecto, uno de esos seres se dirigió amenazadoramente hacia ella, pero fue detenido por un rápido ataque de Gilgamesh. Un escalofrío recorrió la espalda de Charlotte al momento en que vio sus armas, pero luego, al razonar que era una buena señal que no estuviesen clavadas en ella, se alivió al respecto.

G-gracias... se movió demasiado rápido para mí. Originalmente Charlotte pensaba que la guerra del Santo Grial era un evento en el que masters y servants se moverían por separado. Los másters simplemente verían como sus servants peleaban, pero el muchacho le desmostraba lo equivocada que estaba, ya que ella tenía un rol que cumplir allí. Eran un equipo, los dos, y deberían poder trabajar como uno. Había pensado que la arena era para "entrenamiento" de los servants, pero, al menos en su caso, era ella la que debía entrenar sus capacidades de máster.

Asintió a las palabras del muchacho, aún sorprendida por el aura de autoridad y de sabiduría que emanaba, algo infinitamente más agradable que su versión adulta. Sí, lo comprendo. Comencemos el recorrido, estaré atenta a los enemigos y los alrededores.

Procuró avanzar cuidadosamente, intentando expandir su conciencia de los alrededores, de modo de poder prever a los enemigos que se acercaran. Incluso, sabía que había chances de que algún master de poca moral intentara atacarles. Seguramente ambos se verían como objetivos fáciles, normalmente los niños eran percibidos como inofensivos y ella estaba convencida de que proyectaba un aura de desconocimiento total.

Normalmente, pensaba demasiado y en muchas cosas, pero en estos momentos se esforzaba por mantenerse concentrada para desempeñar bien su rol.

Las siguientes dos horas en la arena fueron extenuantes. Multitud de programas enemigos de formas variadas, realistas y surrealistas, acechaban en cada esquina transparente cumpliendo su función de ser una molestia y un peligro, pero no impidieron el avance. A pesar de que Gilgamesh estaba atento y sabía pelear por su cuenta, escuchaba al pie de la letra cualquier instrucción dada con confianza ciega. Esto te hizo entender que el rol de Master iba más allá que figurar o quedarse atrás, ya que podías planear estrategias o percatarte de cosas que tu Servant no en el momento crucial e indicarle el mejor curso de acción para triunfar...o mandarle a una muerte segura, por supuesto. No todas tus instrucciones fueron perfectas y como resultado, tu compañero salió algo lastimado pero no de forma demasiado seria ni tampoco se mostró molesto por ello, recordándote que era mejor aprender ahora que en algún momento importante.

La exploración resultó no demasiado compleja, el primer piso de la arena se notaba no demasiado complicado, y aparte de pasillos submarinos y programas enemigos, encontraste algo mas. Se veía como una caja de aspecto digitalizado, pero flotaba de forma etérea en un círculo luminoso. Al tocarla, se fragmentó y abrió exponiendo...que estaba vacía. Bueno, no realmente, ya que recibiste un mensaje en tu terminal.

Se han agregado 1500 créditos a tu saldo.

Aparentemente habías ganado algo de dinero, aunque...para qué, ¿y dónde gastarlo?

Las formas enemigas no dejaban de aparecer, desde todos los ángulos, parecían esconderse en cualquier recoveco y se lanzaban amenazando su existencia. Fue extenuante el trabajo de intentar estar atenta a todos y dar las órdenes correspondientes. Era notorio el esfuerzo que Gilgamesh estaba realizando, al permitirle a ella dar las órdenes, incluso llegando a recibir daño por ello y Charlotte se esforzaba aún más para hacer valer el trabajo de su servant.

No logró dar buenas instrucciones en todo momento y sintió cada daño que sufrió Gilgamesh como una derrota personal, no para rendirse, sino para motivarse aún más a hacerlo mejor. El trabajo de máster resultaba mucho más complejo y completo de lo que ella había imaginado originalmente.

Al completar el primer nivel, hallaron un cubo digital que, al tocarlo, le otorgó 1500 créditos. Sonaba a que se trataba de dinero, aunque en ningún momento le habían indicado que existiese o dónde podría utilizarlo. Seguramente Rin tenga idea, podría intentar consultar con ella. ¿1500 créditos? No estaba al tanto de que había moneda en este lugar. Me pregunto para qué servirá. Respiraba levemente agitada, no por el esfuerzo físico, sino por el mental que comenzaba a afectarla. ¿Crees que haya sido suficiente por hoy? Me siento agotada. Te aseguro que mañana no cometeré los mismos errores, lamento mucho cada herida que te propiciaron. ¿Podríamos regresar? Creo que podría continuar un poco más, pero no sé por cuánto tiempo.

-¿Oh? Esa es la moneda de este sitio? Me preguntaba qué era lo que encontraba en esas criaturas en forma de información. Se me hacía bastante inútil, pero esto lo explica. De hecho, iba a preguntarte sobre ello.

Aparentemente, Gilgamesh había guardado algo de esa información en sí mismo. Levantó su mano levemente como si sostuviera algo Tu terminal volvió a emitir un sonido de notificación, mostrando un nuevo mensaje genérico.

Se han agregado 504010 créditos a tu saldo.

No se veía disgustado por estar un poco dañado. Poseía una mordedura de una de las "serpientes" en un lado del torso y algunos raspones en general, aunque no se veía como algo serio o que fuera demasiado digno de su atención. Y aún así seguía igual de dispuesto y animado para continuar. Echó un vistazo a la pantalla de la terminal, y se vió ligeramente disgustado entonces.

-Es relativamente poco, pero desperdicié dejando que se perdiera en la nada -se cruzó de brazos, resuelto, y procedió a explicar- Es natural que para un rey, cosas tan mundanas como la moneda de cualquier sitio no representen impedimento. Así es como deben ser las cosas. Puedo esperar entonces que esa cantidad sea cuanto menos, más que suficiente para poner en condiciones el espacio privado.

Añadió entonces, con menos seriedad y dejando que nuevamente el optimismo de su edad reluciera nuevamente:

-¡Entonces, vayamos! Siempre hay sitios ansiosos por recibir dinero a cambio de servicios.

Los ojos de Charlotte se abrieron en señal de sorpresa al ver la cantidad de créditos que Gilgamesh había acumulado. Se preguntó si es que los enemigos brindaban estos créditos por igual para todos los participantes o si es que la esencia de su servant tenía algo que ver con las riquezas que recibía.

¿Poco? ¿Esto es poco? Claramente se trata de un rey. En lo que a números respecta solamente, parece suficiente para vivir cómodos, aunque los precios podrían ser más elevados de lo que imagino. Sus sospechas se vieron confirmadas cuando el muchacho agregó que la moneda no podía ser un impedimento para un rey.

No dejaba de sorprenderle la actitud alegre y juvenil que mostraba cada tanto. Un tanto abrumada por la emoción del muchacho asintió S-si, vayamos de compras. Sería muy agradable poner en condiciones el espacio privado. La emoción del muchacho resultaba contagiosa. Se sentía mucho más optimista que a la mañana, ya habían pasado muchas cosas, pero conforme pasaban los minutos parecía mejorar su situación. Lo único que me falta ahora es empezar a recordar algo, al menos lo mínimo para ser de utilidad. Reparó en las heridas de su servant ¿No te duele o te molesta? No se ven muy profundas, pero seguramente de ser tú, ya estaría muerta con heridas de ese tipo.

-Está bien, supongo que no posees magia curativa, pero puedo curarme lentamente por mi mismo. En unas cuantas horas estaré bien de nuevo. 

Levantó la vista, en la distancia no muy lejana. Su mirada guió a la tuya a la plataforma luminosa que marcaba la entrada por donde había accedido, y la cual ahora podían usar como salida.Un poco más allá, vislumbrabas una plataforma luminosa que marcaba el sitio donde habían ingresado, y que se veía como una salida prometedora. Avanzó hacia allí acompañándote, y se puso de pie contigo en la plataforma. Y de nuevo, blancura...tras lo cual estuviste de nuevo en tu habitación privada, deprimente, pero ahora con poder para hacerla un mejor lugar. Gilgamesh se inclinó levemente en su sitio, observándote con cierta curiosidad.

-La ciudad está abierta a ser explorada y ofrece muchos servicios básicos gratis. Este no es uno básico pero deberíamos estar muy bien para proveernos un buen habitáculo. ¿Quizá quieras descansar antes de ponernos en marcha hacia allí, Charlotte? No te has detenido en horas.

Se sintió apenada por no poder hacer nada por las heridas de su servant. Aún conservaba el frasquito le que había entregado Saya, pero estaba convencida de que le sería necesario más adelante, para heridas más graves.

Regresaron por la misma plataforma por la que habían ingresado y ya en la habitación privada, con el mismo aspecto desolado, él le propuso descansar un poco antes de continuar. A decir verdad, preferiría ya resolver la cuestión de la sala para luego poder descansar como corresponde. Honestamente, también estoy un tanto curiosa por las cosas que podamos encontrar en el mercado, para mí es todo nuevo. Finalizó la frase con una sonrisa incocente, le había resultado muy agradable que se preocupase por el estado de ella.

Planeaba equipar la habitación con comodidades similares a las que había visto en su sueño, las que Gilgamesh acostumbraba y con esa idea en la cabeza partieron para la zona comercial.

El paseo resultaba de lo más entretenido, era la primera vez para ella en un lugar así y todo parecía interesante a su alrededor. Rápidamente pudo notar que los fondos con los que contaban alcanzaban y de sobra para equipar la habitación. Conociendo a su servant, apuntaba a equiparla con lo mejor que pudieran costear.

Muy a su pesar, no halló cosas que recordaran a lo que había logrado apreciar en su sueño. No podría llevar a cabo su plan, pero aún así, de cada cosa que veían, le pedía su opinión a Gilgamesh, de modo de hacerse una idea de sus gustos y así medir las cosas que irían comprando. Por fortuna, en la misma mueblería le ofrecián una expansión del espacio de la habitación privada, por lo que se apuró a comprar la más grande de todas. Si vivirían allí, sería lo mejor tener suficiente espacio y al menos un baño.

Una vez estuvo definido el espacio, comenzaron a escoger los muebles para la habitación. Los colores eran en su mayoría dorados, lo cual no le extrañó ni un ápice, pero tampoco le molestaba. Todo resultaba extremadamente lujoso y cómodo, de sólo ver el jacuzzi, ya supo cómo descansaría para reponer las energías de lo invertido en el día.

Todas las compras que hicieron se transportaban directamente a la terminal de Charlotte, por lo que no se vieron ataviados de ningún modo. Luego de invertir alrededor de 150000 créditos, se dieron por satisfechos. Continuaron recorriendo un trecho más, cuando se encontraron con una tienda que ofrecía Mystic Codes. El vendedor amablemente le explicó a Charlotte de qué se trataba, por lo que ella se vio muy interesada en adquirir algunos. 

 Luego de mucho consultar y revisar en el local, acabó optando por un vestido muy bonito, se aseguró de que le confiriera la habilidad de curar, para poder al menos cerrar las heridas de su servant. Decidió ponérselo luego de haberse bañado, por lo que simplemente se transfirió a uno de los armarios que habían comprado.

Creo que ya tenemos suficiente por hoy... ¿Qué te parece si nos detenemos a comer antes de regresar? Se dirigió a un restaurant de muy buen aspecto junto con el muchacho, más hambrienta de lo que había imaginado. Pasaron un rato bastante ameno, compartiendo una comida. Charlotte desconocía cuáles eran sus gustos, por lo que la comida resultaba una completa aventura. Exitosamente, logró identificar sabores que eran de su agrado y otros que no lo eran tanto.

Ya satisfechos, se dirigieron de regreso a la habitación privada. Ya allí, invirtieron unos minutos acomodando los muebles a lo largo de la habitación. Una vez que finalizaron, ya bastante aliviada y un tanto exhausta, Charlotte se excusó y se dirigió al jacuzzi, donde pretendía distenderse. Habían sucedido tantas cosas desde que llegó a ese mundo, que no veía la hora de que llegase el momento de dormir y que finalmente, ese día eterno finalizara.

Las llamas danzan.
En esa mano está el acero.

La tierra se parte.
En esa mano hay veneno.

El mar se seca.
En esa mano hay un calor de cientos de miles de joules.

No debo olvidar...

Porque...

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De nuevo, un sueño, pero de ser posible mucho más distorsionado que el primero. Sencillamente no tenía sentido, había sido un torbellino de palabras, sensaciones e imágenes. La mullidéz del colchón donde te encontrabas te hizo agradecer profundamente no despertar en un frío y duro suelo sucio de un salón de clases viejo, como parecía ser la promesa de ayer. Encima y alrededor de la cama, un delicado tul dorado y semi transparente cubría los bordes, selección personal de Gilgamesh, lo cual transmitía la impresión de haber despertado en un panorama de alguna vieja historia recordada por pocos, a pesar de la modernidad del entorno. La estancia en el jacuzzi la noche anterior fue sencillamente peligrosa, pues la sensación de placidez mezclada con la actual somnolencia invitaba a repetir el ciclo infinitamente, de las aguas cálidas a la cama. Aunque, como era natural, el hambre picaba tu estómago.

Charlotte despertó en su cama, un tanto confundida. Miró a su alrededor y por un segundo todo se vió dorado Es verdad, Gilgamesh eligió el velo, casi pareciera que toda la habitación es de oro. ¿Qué... qué fue ese sueño? ¿Era algo mío o de él o de quién? Sintió la necesidad de cambiar de posición en la cama y en vez de levantarse como era el plan en alguna parte de su cerebro, acabó girando sobre la cama, abrazando una almohada.

En su cabeza, las imágenes del sueño aún se arremolinaban de modo confuso. Sentía la necesidad de juntar las piezas, como si pudiese llevarla a descubrir algo importante, pero era como intentar reconstruir un espejo con tres fragmentos apenas. Suspiró, frustrada. Se miró los brazos e intentó recordar los sucesos del día anterior. Se sonrió al recordar la parte de las compras, había sido divertido. Un movimiento de su estómago le recordó que debería comer algo y una presión en su vejiga le recordó que debía ir al baño de tanto en tanto. Atacada por la repentina necesidad, se levantó rápida y torpemente y corrió al baño. Una vez acabó, se lavó las manos y se miró en el espejo del lavabo. Se veía bien, algo distinta a ayer, ya casi no parecía un NPC, sino que su rostro mostraba un mínimo de personalidad al menos. 

Se lavó un poco el rostro, para despertarse del todo y bostezó ampliamente antes de salir del baño. Se vistió con el vestido que habían comprado el día anterior y se peinó el cabello de un modo distinto. Aún descalza, salió del cuarto, buscando la cocina, donde tenían algunos de los alimentos adquiridos el día anterior.

Buscó con la mirada al muchacho, en alguna parte de la sala, le extrañaba no verlo por ningún lado y le generaba una desagradable sensación de inseguridad. Buenos días... 

-¿Hm? Estoy aquí. Es casi una ofensa que no me hayas notado hasta ahora -respondió el tono animado del chico. El sonido guió tu vista hacia la ventana. El jacuzzi había sido movido hasta ahí, y las ropas ligeras y extravagantes del pequeño rey estaban en el suelo. Te observaba desde dentro del agua, aunque solo tenía la parte superior del pecho y la cabeza fuera del agua cálida, sonriente.

-Hm...esta invención es de hecho muy buena. Incluso siendo un mundo falso, sigue siendo un mundo de calidad. Todo parece ser relativamente más ordenado y veloz -parte de su mano asomó del agua, chapoteando un poco para sentir algunas gotas salpicar contra el rostro, como si fuera parte de este exámen- Puedo decir que me gusta.

Se sumergió unos segundos, volviendo e emerger con el cabello muy pegado a la cabeza naturalmente.

-Si estabas buscando usar esto, no tengo problema en compartir el agua, por lo cual no deberías sentirte intimidada al respecto. Siendo que lo que la contiene es extremadamente amplio, dudo que incluso tres personas se molestaran entre si dentro de el.

Se sorprendió al oír su voz y al girarse se encontró que el jacuzzi había sido reubicado en pos de la comodidad del joven monarca. Sus ropas se hallaban tiradas en el piso y se le veía muy animado disfrutando del baño cálido.

Oh, lo siento, por favor no lo tomes como una ofensa, es sólo que aún no me he despertado del todo- agregó mientras juntaba las ropas del muchacho y las doblaba con delicadeza.

Se trata de un mundo que emula la realidad, pero teniendo la oportunidad de mejorar algunos aspectos, es lógico que lo hayan hecho, ¿Verdad? - observó con ternura como el muchacho chapoteaba en el agua, no pudo evitar sonreirse. Me alegra que sea de tu agrado, es importante poder estar a gusto, como mencionaste anteriormente- comentó mientras acercaba una silla y dejaba las ropas dobladas al alcance de él.

Oh, eres muy amable, pero temo que si tomo otro baño de esos, me relajaré tanto que dormiré sin interrupciones hasta mañana. ¿Qué te parece si traigo una toalla mejor para cuando decidas salir y mientras tanto nos consigo un desayuno? Aguardó la respuesta de su servant, luego fue hasta un armario, tomó una toalla de cuerpo y la dejó en la misma silla, al lado de sus ropas, todo al alcance de su mano. Luego, se dirigió ala cafetería del edificio a comprar un buen desayuno. 

Se tomó la pequeña libertad, dado que el dinero se lo permitía, de comprar una amplia variedad de comidas, panes, jugos y toda cuestión que le llamase la atención. Cuando consideró que el botín era suficiente, regreso alegremente a la sala, esperando que Gilgamesh ya hubiese decidido salir y vestirse, aunque se le veía muy cómodo en el agua.

Al volver Gilgamesh ya estaba de nuevo vestido, pero con ropas que le hacían parecer más de la época actual y que habíaelegido a su gusto y agrado. Por ese entonces, solo se valió de un corto tacto y observarla para seleccionar, y no probó nada previamente. Ahora podías ver que como era de esperar sus elecciones fuesen ideales, y estaba tranquilo luciendolas mientras se encontraba sentado en la magnífica mesa del comedor, con detalles y bordes dorados...como la mayoría de todo. "El Oro es para Reyes", había dicho él mientras supervisaba la selección de las cosas relativas al ambiente. Por aquel momento estaba meciendo los pies, que no tocaban el suelo debido a la corta altura. Levantó la vista cuando te vió ingresar, contento.

-Traes muchas cosas, ¿eres una persona de grandes apetitos o solo te gusta la amplitud de opciones a la hora de recrear tu paladar?