Partida Rol por web

Ante la disculpa de Eladamri, Darius movió la mano de lado a lado en un gesto que buscaba restarle importancia. - Ya está todo disculpado. Reconocer los errores y no someterse al orgullo te honra. Una amistad siempre sale reforzada después de disputa. Nos unen más cosas de las que nos separan. - Tomó la mano del elfo, estrechándola al principio para después tirar de él y darle un abrazo con varias palmadas en la espalda para después volver a separarse.

- Las veces que se repitan, serán. - negó de una sola vez. - Los colegas están para las cosas buenas. Los amigos para las buenas, y para las malas. - Tomó su arma y se giró en dirección a la enfermería, indicándole a Ruby que le acompañara e iniciando el camino con Eladamri.

Con el saludo marcial me despido de la teniente y me dirijo hacia la enfermería, quería ver como seguía el estado de la cadete Dracstone, así que me desplacé sigilosamente tratando de llamar la mayor atención posible, después de todo quería entender mas de  ella y de su potencial.

- Si señora! - Se limitó a responder la joven semiaven con disciplina a pesar de no estar de acuerdo en todo lo dicho antes, pero esperando que sea lo mejor para todos, entonces tras escuchar a Eladmari y Darius dijo Isabeau en voz alta:
- Creo que tienes toda la razón Darius, nos unen más cosas de las que nos sepan, así que reconozco ante ti que fui impulsiva y poco juiciosa antes , así como otros, incluyendo te lo han Sido. Te pido una disculpa a ti y al resto por mis errores de juicio, pero como ha dicho Eladmari yo también soy fiel a los míos y en este momento ustedes son mi equipo, no simplemente colegas! Así que colaboraré más con el grupo! - . Miró con humildad a los chicos, les sonrió tibiamente y tras un momento bajó la mirada y se sonrojó, guardando silencio por un momento para escuchar los comentarios de cualquiera, antes de ir a descansar como les había indicado la teniente

Droniel se mantuvo en silencio mientras el resto debatian. No tenia animos de hablar, tampoco es que nunca hubiera sido una persona especialmente parlanchina, asi que cuando dieron la reunion por terminada simplemente se colocó las gafas de vision telematica que tenia y mando a ARCO a patrullar desde el cielo mientras el se alejaba con el resto.

La verdad es que daba gracias por la capacidad que tenia de atender a su alrededor y a sus gafas al mismo tiempo. Un cambio de cumplidos hizo que pusiera sus ojos en blanco, pese a todo no dijo nada y continuó andando como si nada.

Me decepcionó un poco que Mey me mandara a dormir, cuando había gente en peor estado que yo a la que había enviado a hacer guardia. Sin embargo, bastanta habíamos discutido ya a lo largo del día y además se había portado con el tema de Euphe y deseguir adelante con la misión, así que supongo que no estaba mal pasarlo por alto y tener un poquito de piedad con ella...

Así pues, cuando Darius dijo que se iba a la enfermería y me miró, asentí, entiendo perfectamente qué quería decir. Y, después de despedirme con el saludo de rigor, me di media vuelta, dispuesta a marcharme con él a ver a Aura.

Pero entonces empezó el turno de disculpas, primero de Eladamri, y luego de Isabeau, lo que me hizo dibujar una expresión de ligera sorpresa en el rostro. No estaba acostumbrada a escuchar a la gente pedir disculpas, ni exaltar la amistad de aquella forma, asi que, no lo negaré, me tocaron un poco la patata. Sobre todo Eladamri. El tio me parecía majo y sentia que aún teniamos una conversacion a medias pendiente, despues de lo que habia visto y lo que me habia contado antes.

-Bien chavales. Eso está bien. Todos felices y sin tocarnos mutuamente las pelotas. Es es bueeeno. - dije, alzando mi pulgar hacia ambos, mientras me volvia a girar hacia la puerta, iniciando finalmente con ellos el camino hacia la enfermería- Si al final me vais a llegar a a patata y todo... - reconoci, con una pequeña carcajada, intentando liberar un poco de tensión tras aquel nefasto día.

Me encojó de hombros, ante la falta de audición por parte de los soldados.

- Por si no me habéis escuchado es información clasificada por lo que... -entonces Euphemia intervino mintiendo otra vez, no me gustaba nada de todo lo que estaba pasando y ya me estaba cansando de la insistencia de estos tres, no dije ni una palabra mas después de lo que ella añadió ya que con ello me arriesgaba a que desconfiaran de mi como ya habían hecho antes a pesar de que en ningún momento había mentido por lo que podía saber que no tenían ninguna confianza en nosotros lo cual era sospechoso porque en ese caso para que nos dejaban quedarnos su campamento si a la mínima nos iban a saltar encima

Tu drone te revela que todos los soldados están ocupados en las labores propias de reconstrucción del campamento, salvo un pequeño grupo que estaba retirando algo de los cuerpos de los magitec.

No te cuesta nada burlar la seguridad y llegar a donde se encuentran los capitanes.

Una vez en las inmediaciones de la tienda de mando escuchas esta conversación.

- Andrea no tiene oportunidad de reponerse de esta, ya tengo asegurado el ascenso con esta misión, mi carta ya debe estar llegando a Insomnia, cuando el general la lea, Andrea va a terminar custodiando la frontera Oeste de Lucis hasta el final de sus días.

- No se confíe capitán, la capitana es muy astuta y no creo que sea tan fácil sacarla del medio.

- Mira Robert, deja que yo me ocupe de Andrea y tu sólo asegúrate de que los SeeD lleguen sanos y salvos a su destino, porque sin eso, todo se irá al garete.

Los tres recorren todo el camino hasta la tienda médica sin ningún contratiempo. Al parecer todo estaba en calma en campamento.

Sin embargo, logran avistar dos soldados de Lucis en la puerta de la tienda donde se encontraba Euphemia, al notar eso, Eladamri puso su rostro serio y aceleró el paso.

Sigues al grupo de Darius a la distancia sin llamar la atención, el grupo se dirigía hacia la tienda médica, una vez allí, notas que el elfo se separa del grupo y acelera el paso hacia la tienda contigua.

Dicha tienda parecía estar bajo la vigilancia de dos soldados de Lucis.

Kain que realmente quería confiar en la capitana, la cual le caía bastante bien, se retiró con calma hacia su carpa de descanso, quería hablar con ella, sin tapujos, cara a cara, como quien cree haber forjado una amistad sincera.

Los soldados observan a Renall confusos y el líder toma de nuevo la palabra.

- De verdad no te entiendo, dices tener información valiosa para negociar, te ofrecemos protección a cambio devla misma y ahora te nigas a brindárnosla.

Pues bien como quieras. - el soldado silbó y sus hombres bloquearon la salida, mientras se escuchaban pasos afuera de la tienda que se alejaban de la misma.

Nuestra capitana sabrá que hacer contigo mercenario. - dijo el hombre con un tono despectivo.

Cuando se disponía a marchar junto a Ruby y Eladamri, Isabeau salió al paso. Aun estaba muy enfadado con ella, y aunque solía ser bastante difícil que pensaba o como se sentía el Ronso solo con verlo, esta vez era difícil intuir que la actitud hacia ella era negativa -en el mejor de los casos- o muy negativa -en el peor de los casos-.

Aun así, clavó la lanza en el suelo e hizo un alto en el camino, bajando la vista hacia ella, guardando silencio para escuchar lo que decía. según hablaba la chica, el Ronso fruncía el ceño más y más, mientras bajaba el rostro llegando a apartar la vista de ella. Hacia el trayecto final de las palabras de ella, él miraba fijamente el suelo entre ambos, mientras sus palabras se entremezclaban con sus recuerdos, trasladándolo a un lugar muy lejos de allí, y a una época muy anterior al Jardín.

La voz de Meltra, su madre y maestra, resonaba en su cabeza como si la tuviera delante. Recordándole los principios de honor, y de la honestidad. Para Darius, fue como tenerla allí durante unos segundos aunque solo fuera para recordarle que en el arte de disculparse, siempre debía imponerse la virtud de saber perdonar.

Y sobretodo, que perdonar se basaba en entender, no en justificar.

Así, con las últimas palabras de Isabeau al alzar la voz, Darius alzó el rostro, centrando la mirada en la chica. La virtud del perdón también tenía la ética de la comprensión. - Tu disculpa te honra. - su voz, algo más grave y pausada, marcaba claramente aquella meditación prevía que había tenido. - Y entiendo que tu deseo fuera ayudar aunque no conocieras la magnitud de tus acciones. - Perdonar a alguien siempre era perdonarse a uno mismo, una acción mucho más difícil. Por ello tomó aire, y relajó el gesto. - Por ello, en lo que a mi se refiere, estás disculpada. Mas te ruego que tengas en cuenta tus acciones a partir de ahora. - Acabó por pedirle, realizando finalmente una pequeña reverencia con la cabeza.

- Si Fénix quiere, hablaremos más adelante largo y tendido sobre todo este asunto. Y lo haré con gusto. - acabó por añadir, mientras volvía a tomar su arma, y la apoyaba al hombro. Ahora debían marchar, pues el elfo tenía un relevo que realizar y él tenía ganas de visitar a Aura.

- Con Fénix. - Acabó por despedirse de los demás, a pesar de que muchos habían marchado haciendo gala de un ejemplo de educación al no despedirse de sus compañeros.

- Se me hace tan dificil las relaciones de los demás lampiños... - se confesó ante sus amigos, negando con la cabeza. - Por suerte yo tengo a mi traductora universal.. je je je... - acabó por reir, mientras daba unos golpecitos en la cabeza de Ruby. - A decir verdad, tengo que decirle al Director que nos ponga en más misiones juntos. Creo que hacemos... -  se cortó al ver a los guardias en la puerta de la tienda de Euphemia.

Antes no estaban allí.

- ¿Qué hacen esos soldados ahí? - preguntó, para acto seguido acelerar el paso junto a Eladamri.

-Naaaah, no creas. Se te dan muy bien... A veces hasta mejor que a mi... - dije, riendo, cuando por fin los tres continuamos caminando en dirección a la enfermería.- Por cierto, tienes que ayudarme a practicar ese movimiento de cabeza al decir el "Con Fénix". Tienes un estilazo... - bromee, de nuevo, sonriendo cuando me dio aquellos golpecitos en la cabeza.

Entonces, continuó diciendo algo más, dejando la más críticas de las frases en el aire, lo que hizo que me girara inevitablemente hacia el lugar hacia el que ahora Eladamri y Darius estaban mirando- No lo sé, pero no me gusta una mierda.  Vamos a ver de qué va esto. - dije, tirando literalmente de a manaza de Darius, en dirección a la tienda de Euphemia, siguiendo los pasos del mago.

Soldados delante de la tienda un prisionero nunca solían ser buenas noticias.

Inmersa en mi tristeza, se nota que no logro descifrar los movimientos de Dayka al pretender hacerme ver que ella no lo siente así, y mientras dejo que las lágrimas resbalen por mis mejillas, aparto la mano derecha y con ella aprieto con fuerza el borde de la cama, sin poder contener la frustración. La izquierda también se crispa un poquito sobre Dayka, aunque no llega a apretar como para que la dragona sienta siquiera una molestia, y le dejo arrastrar su hocico por mi cara mientras las lágrimas siguen resbalando. Finalmente, tras varios minutos de llorar en silencio, con un quejido ronco me echo hacia atrás, acariciando suavemente el lomo de la pequeña dragona. Aún tardo un poco en poder volver a hablar.

- Déjame coger un pañuelo, pequeña. Sería poco profesional mostrarme así ante Bodoc cuando venga. -le digo con voz suave y cansada, echándome hacia un lado con cierta dificultad por los pinchazos en la cabeza para recoger mi mochila y sacar de ella un pañuelo de tela para quitar tan bien como puedo los rastros de lágrimas (aunque los ojos enrojecidos y algo hinchados son bastante reveladores) y sonarme la nariz, congestionada por el llanto.

Llegas hasta la tienda de la capitana y un guardia te cierra el paso, no te resulta difícil convencerlo de que necesitas hablar con ella y te permite ingresar sin poner peros.

- Vaya, vaya. ¿A qué debo su presencia aquí cadete? - pregunta la capitana, más por formalidad que por interés.