Partida Rol por web

Finales y principios

[Capítulo 2] No hay lugar como el hogar.

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10/05/2018, 19:47
Narradora

Apenas se habían sentado y el tren ya estaba poniéndose en marcha de nuevo. Por los huecos que quedaban sin pintura en las ventanas pudieron ver cómo la estación empezaba a moverse hasta que entraron en el túnel y todo el exterior se convirtió en oscuridad. 

Notaron entonces que las luces del interior del vagón titilaban un poco con un zumbido eléctrico. El tipo que era su compañero de viaje no se había molestado siquiera en mirarlos y seguía en la misma posición, mirando hacia el suelo como si no percibiese que había alguien más en el vagón o le importase una mierda. 

No había música ambiente, ni voces de megafonía informando de la siguiente parada. Tan sólo el traqueteo del vagón y sus propias voces. 

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13/05/2018, 10:27
Robin

Gracias —pensó Robin ante el intento de Nick de ser el adulto entre los dos pero sus ojos rodaron en blanco con una severa critica a la pregunta—.

Odiaba esa discordancia entre el querer hacer y el hacer, entre lo que pensaba y lo que expresaba, entre lo que sentía y... lo que sentía.

Dejé una hecha para Matata —usó el nombre que se había inventado por gusto de poder hacerlo sin confundir al bebé y se excusó en lo más seguro que ello era cuando no sabías que oídos te acompañaban—. Para que no se le irrite nada, ya sabes...

Dejó la ventana para mirarle — También... Necesito alcohol, algun destilado que no fermentado. Un poco mucho, como una botella así —dibujó la altura de 70cl con las manos—. ¿Tu tienes?

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17/05/2018, 16:50
Nick Bennett

A Nick se le coló una media sonrisa divertida en la comisura derecha de los labios. En su mente el Robin universitario acababa de ser contratado como canguro los fines de semana. Le pondría canciones de música indie al bebé de algún matrimonio con pasta mientras vigilaba que la pomada de las irritaciones no tuviese ningún ingrediente no biodegradable.

La sonrisa se le agrió tan rápido como había nacido cuando recordó que Donna le había empujado a ser emisario de WWF. Un rostro conocido como el suyo podía hacer mucho bien por el planeta, decía. Y una mierda. ¿Qué planeta? No había sido capaz de salvar ni a los osos polares, ni a su mujer, ni a Jack. Ni siquiera a sí mismo. 

Su mirada se desvió hacia la oscuridad de la ventana que había frente a ellos y, con el ceño fruncido, negó con la cabeza a la pregunta del chaval.

Qué va. Pero a tu edad yo también me pasaba el día pensando en irme de botellón. —Era lo más parecido a una broma que podía hacer, pero se esforzó por relajar su frente—. Ya, ya. Destilado. A la vuelta podemos parar en el mercado del Hall Central. Ahí hay de todo. 

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22/05/2018, 20:32
Robin

El chico cada vez más niño por sugestión del reflejo que la oscura ventana le devolvía, le negó la mirada a sus propios ojos para exsminar con curiosidad infantil las líneas de expresión de su tío. Teorizó sobre su sonrisa imitando con sus labios la curvatura ensoñada de Nick y cuando aquella cayó se sintió como si se la hubiese quitado.

La negativa que salió de esa curva suicida no le sorprendió, se lo esperaba, pero aún así le decepcionó. Deslizó los ojos a los extremos de lagrimal y rabillo buscando en la mancha blanca de su reflejo la confidencia del "ya lo sabía".

No, si da igual —dijo por el hecho de que no lo tuviera más para sí mismo que por que Nick pudiera pensar que había algun problema con ello—. Ya iremos.

No... —empezó con el impulso de aclarar las cosas pero dejó colgada su voz mientras decidía si le importaba o no que Nick le creyera en pensamientos de fiesta en un momento como ese— No era para mí. Es para una posima .

Ahora sí volvió a la ventana dejando recta su espalda en paralelo al asiento sin llegar a juntarse con él.

¿Crees que su propio hermano le haría daño?

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25/05/2018, 14:19
Nick Bennett

Eso decíamos todos —respondió con una broma antigua antes de reaccionar al brusco cambio de tema del chaval. 

Lo miró entonces de nuevo, continuando ese extraño baile de reflejos y miradas que se traían, y su vista se posó en la nariz pecosa que no había heredado de Nate. Se cruzó de brazos y se recostó un poco contra el respaldo, acercando el culo al borde del asiento. Le pasó por la cabeza hacerse el tonto, fingir que no había entendido a qué se refería Robin, seguir hablando de botellones y potingues... Suspiró entre dientes. El chico era tan cabezota como Trish cuando quería y no iba a querer cambiar de tema sin una respuesta.

No lo sé —dijo, finalmente—. No es que tu tío sea mi persona favorita, ¿sabes? Después de lo que te hizo a ti, me creería cualquier cosa. El muy cabrón siempre le ha tenido el seso sorbido a Nate.

Hizo una pausa y movió un poco la pierna, dando un leve golpe en la del muchacho. 

¿Y qué crees tú? ¿Es eso lo que te da miedo?

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27/05/2018, 16:22
Robin

Mienteme. Había deseado la voz más silenciosa de Robin. Aquella que era como un fino cabello albino que susurraba bajo colchones de tripa, piel, sentimientos, pensamientos y verdades y más mentiras que hacían de su cabeza un lugar habitable.

Mienteme. Pedía mientras los ojos de su tío asustaban las pecas de su nariz.

Mienteme. Exijía aquella otra voz encargada de cerrar los oidos a lo que se decía pero solo lo justo para dejar pasar solo lo que uno esperaba oír cuando la respuesta que no quería haber pedido llegó.

Y en ello solo encontró decepción. Sabía en ese mismo momento que más tarde agradecería poder contar con la franqueza de su padrino como sabía que necesitaba oír de otra voz, sin tapujos ni aparentes cosquillas aquello que no dejaba pensar a la suya propia. Necesitaba que la crudeza le cruzara la cara tanto como en su día necesitó conocer a Trish.

No respondió a Nick en un largo rato que al pelirrojo se le antojaron segundos. Se sumergió en sus propios ojos, en ese reflejo oscuro que no devolvía ni la mitad de los detalles y ni un décimo de vida. Pero navegó en ellos hasta encontrar la mirada de un Bullrich de la que se apartó con un parpadeo asustado al escuchar llamar a Skyler aval.

No pero sí —resumió el morado que ese garbanzo de mentiras había dejado en su piel de princesa—. No creo que le hiciera daño queriendo hacérselo pero creo que no entiende las consecuencias de muchos de sus actos. O peor, que se cree en poder de entenderlas pero no importarle. Pero siempre he creído que mi padre es su límite, hasta hoy.

No deberíamos haber dejado que se fuera...

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31/05/2018, 18:40
Nick Bennett

Robin ya había vuelto a perderse en sí mismo, así que el escritor esperó un par de segundos por su respuesta y terminó dando por hecho que no llegaría. Ya conocía al chaval lo suficiente para saber que de vez en cuando se ponía así, metido para dentro, y no había forma de sacarlo de ahí. Así que desvió su mirada por el vagón, controló una vez más que el otro tipo no estuviese pendiente de ellos y cuando ya estaba a punto de sacar algún otro tema absurdo sólo para romper el silencio, el chico habló de nuevo. 

Negó con la cabeza. Aquello era justamente lo contrario de lo que le había dicho a Morgana. Un crío preocupándose por la seguridad de su padre. El apocalipsis era una jodida mierda, pero a veces Nick creía que el Morris era un foco de esperanza. Un rincón que demostraba que las cosas podían cambiar y ser mejores. Volvió a menear la cabeza. 

No puedes obligar a Nate a quedarse quieto en un lugar, Robin —dijo, resignado. Bien que lo había intentado él la tira de veces antes de asumirlo—. Tu padre es un alma libre, que se decía antes. Va donde cree que tiene que ir y nadie puede impedirlo.

Extendió la mano para dar una palmada amistosa en la pierna de su sobrino. Un gesto universal para dar ánimos. Cómo le costaba entender a los adolescentes del fin del mundo.

No sé qué crees que sabes, pero seguro que tu padre está bien. Ya lo verás cuando lleguemos. 

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14/06/2018, 23:14
Robin

O sí —pensó por pura rebeldía a la respuesta de Nick a su deseo pues por el propio hecho de serlo creía que nadie debería intervenir en él, que era privado por más que su voz lo escurriera al exterior y que Nick bien podía guardsrse su cubo de agua fría. Bien mirado, Nate podía creer que su sitio era con ellos, siempre.

Y lo hubiese dicho si no hubiera escuchado de inmediato la réplica de Nick en su cabeza. Era cierto que tenía gran dependencia de su padre, que Nathaniel había estado con él prácticamente cada segundo de su vida hasta que Robin decidió dejar de ser un niño, y ahora le debía la libertad que tanto se había ganado, pero le añoraba. Como niño y como adulto.

Asintió a su tío aunque más por lo que decía en su cabeza que a sus oídos, aunque en general tenía razón. Como muchas veces antes de eso.

Y entonces llegó el otro problema con una palmada en la pierna que le empujó a querer llevar su mano a ese mismo punto y aferrarse a su padrino física además de emocionalmente, pero no lo hizo por el mismo motivo que no le decía que le quería, estaban bien así, sabiéndose en el mismo tren rumbo al mismo destino.

Está vez asintió con un ruido de garganta.

El problema es no saber nada —comentó cerrando los ojos para buscar en el dueño—.

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19/06/2018, 00:36
Narradora

Los ojos de Robin se cerraron, pero el muchacho no encontraría descanso en el sueño. No llegaron imágenes a dar movimiento al telón de sus párpados, ni música alguna meció sus oídos. Se había sumergido de nuevo en esa oscuridad profunda y aterciopelada que ya había visitado durante la noche. Pero en esta ocasión apenas podía intuirla, como si hubiese un velo de humo espeso que lo mantuviese apartado, suspendido en un limbo de vacío. 

No volvió la luz, ni el agua cálida volvió a abrazar sus pies. Era como si estuviese envuelto en una crisálida, colgando sobre una nada hecha de negrura. Los segundos parecían desgranarse con la lentitud de la arena mientras él perdía la noción del tiempo y se sumergía en el abismo. 

Pasado un rato tuvo la sensación de que algo trataba de apartarlo de esa sensación, como si unas manos se aferrasen a él para tirar de su cuerpo, despertándolo. Y fue en ese instante, breve y fugaz, cuando en medio de la duermevela volvió a escuchar una voz que parecía hecha de aire. 

 

Robin...

Llegas tarde... 

Escúchame, Robin... 

Robin, corre... 

 

Sus ojos se abrieron de golpe, impelidos de la urgencia que impregnaba aquella voz. Eran las manos de Nick las que lo tomaban de los hombros, sacudiéndolo con una suavidad firme. 

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19/06/2018, 02:43
Nick Bennett

Robin —llamaba el escritor—. Venga, despierta. Robin. Hemos llegado. 

Lo había dejado dormir durante casi todo el trayecto. Al fin y al cabo parecía necesitarlo tanto como respirar y a Nick no se le habían escapado las ojeras que sombreaban los ojos del chaval. Pero en cuanto había notado que empezaban a frenar, se había visto obligado a despertarlo. Era la última parada y el tren no tardaría en ponerse en marcha para deshacer el camino recorrido. Las puertas estaban abiertas, pero no había nadie en el andén. El tipo que los había acompañado en el vagón se había bajado ya hacía varias paradas y habían tenido el vagón para los dos desde hacía rato.

—Vamos, Robin. En marcha. 

Trataba de sonar animoso, pero no conseguía desprenderse de un cierto tono amargo en la voz, como si la peste de aquel sitio se le hubiese pegado al paladar. Vaya puto asco. Todavía recordaba cuando había sido un sibarita, un gourmett. Un plasta, como le gustaba decir a Donna cuando él se ponía con esas. 

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19/06/2018, 08:56
Robin

Robin examinó el rostro de su tío desde detrás del tul de sueño que emborronaba las figuras que sus ojos abiertos como platos engullian, sin masticar.

¿Mami? —preguntó con un hilo de voz entre los azuzos de Nick para luego levantarse como si nada hubiese dicho, ni se hubiese dormido en aquel viaje de medio segundo.

Una vez en pie no gastó tiempo en palabras, asintió en acuerdo a su padrino -o creyó hacerlo- y apretó el paso para salir de bajo tierra.

Sus pasos fueron cada vez más rápidos empujado por la prisa hasta romper a correr y obligarse a frenar a no perder a Nick y volver a empezar ese bucle de pasos, zancadas y carreras mientras sus ojos se ataban a la presencia de su tío como único indicativo de que acertaba el camino.

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21/06/2018, 22:09
Nick Bennett

«Ya está», pensó el escritor al ver a Robin saltar como un pollo al despertarse y luego echar a correr, «se le ha ido la pinza». Como escritor y experto en literatura aquella expresión siempre le había hecho gracia. La había repetido mucho en sus tiempos de universitario, regodeándose en su absurda estupidez para remarcar la demencia sumergida en cualquier chiquillada. Había hecho muchas chorradas en esa época, claro, aquella era sólo la menor de ellas. Y así estaba ahora, intentando seguirle el ritmo a un chiquillo. 

Se resignó a ser el único que mirase alrededor en el andén, vigilando que ninguna mirada se fijase en la espalda de su sobrino durante demasiado tiempo, y al llegar al vestíbulo de la estación lo vio lanzarse hacia las escaleras que lo llevarían a la calle, mientras él buscaba a quien fuese el responsable de cobrar el peaje en aquel lugar. 

¡Robin, espera! —lo llamó un instante antes de perderlo de vista—. Mierda —masculló entre dientes, valorando si valía la pena probar suerte con la idea que tenía en mente bajo el riesgo de que el chaval se perdiese —o algo peor— por correr a lo loco. 

Quiso creer que Robin no se iría muy lejos él solo y se decidió a dirigirse al tipo que los miraba apoyado en la pared, con cara de pensar que se le había ido la pinza, sí, pero a los dos. 

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22/06/2018, 02:17
Narradora

Al salir del metro el frío golpeó las mejillas de Robin, lacerándolas con pequeñas agujas de hielo. La niebla se había despejado un poco desde que se habían metido bajo tierra, aunque no había llegado a desaparecer y el cielo seguía siendo blanco, con ese sol insulso que ni siquiera daba calor. 

El chico escuchó la voz de Nick a su espalda, todavía dentro de la estación, pero él ya podía ver los edificios de Queens. Había pateado lo suficiente usando el Unhood como base como para hacerse una ligera idea de dónde se encontraba y la prisa que esa voz había impregnado bajo su piel mordisqueaba en sus talones.

Sin embargo, su tío no salía tras él como podría haber esperado, estaba tardando demasiado. Y su apresurada salida de la boca de metro había llamado la atención de un par de personas vestidas con ropa militar, cuyas miradas podía sentir el pelirrojo incluso desde el otro lado de la acera. Eran de las Tres Cruces, seguro, y tenían toda la pinta de estar haciendo una patrulla. Eso era bastante habitual en Queens, territorio por excelencia del ejército, donde los que no eran militares los servían y vivían bajo su mando férreo. Eso, o estaban de paso, como él mismo.

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24/06/2018, 16:36
Robin

Robin paró en seco tan pronto perdió a su tío, volteó la cabeza para buscarle y en ese momento quedó clavado en el sitio tirado por las puntas de los pies hacia delante y por su nariz hacia atrás.

Se sintió completamente bloqueado intentando atender a dos necesidades opuestas a la vez. Su madre le llamaba después de dieciocho años de ausencia para llegar al lado de Nate, y su consciencia tomaba la voz de Trish para avisarle de que algo no iba bien en la demora de Nick.

Sus engranajes crujieron cuando finalmente hizo girar el cuerpo para enfocarlo todo hacia la boca de metro de nuevo.

Por favor, papi, aguanta un minuto más —le pidió añadiendo en copia a Alec en ese mensaje—.

Y se acercó a la estación. Lento. Normal.

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26/06/2018, 00:18
Nick Bennett

Robin bajó de nuevo las escaleras que lo llevarían bajo tierra a tiempo de ver cómo Nick estrechaba la mano de un tipo cerca de la garita que algún día fue la taquilla. El hombre, que rondaría los cuarenta años y llevaba un gorro negro tapando su cabeza, se dio la vuelta entonces para meterse en la garita y empezó a garabatear algo en un papel. 

Mientras, el escritor se acercó al chaval, aliviado al ver que había vuelto sobre sus pasos en lugar de seguir corriendo a lo loco hasta quién sabía cuándo. Se paró cerca de él e hizo un gesto discreto con las cejas hacia el otro tipo. 

Ese es Leigh —explicó, hablando como si lo conociese de toda la vida cuando en realidad acababa de hacerlo un instante atrás. Ese siempre había sido uno de sus dones, el que le había hecho tan popular entre sus fans, quizá—. Va a indicarnos dónde podemos coger un autobús que nos dejará más cerca. No será barato —señaló en voz baja—, pero seguro que puedo llegar a algún acuerdo con el conductor. 

El hombre salía de nuevo en aquel momento con un papel en la mano que le tendió a Nick. El escritor le hizo un gesto de despedida y le dio el papel a Robin. Ese era un truco que había aprendido de su padre, el mismo que usaba cuando tenían que hacer un viaje largo y una versión mucho más joven de sí mismo empezaba a impacientarse y preguntar cuánto faltaba. Con el mapa en las manos y la cabeza ocupada en descifrarlo, el tiempo pasaba más rápido. 

Tú guías —le dijo, dejando la responsabilidad del camino en manos del chico y metiendo las suyas en los bolsillos. Era lo mismo que había hecho con Trish el día anterior y no había salido nada mal. Se sintió viejo de golpe, dejando el lugar a los jóvenes.

El «plano» que de repente Robin tenía en las manos era poco más que unas líneas dibujando calles torcidas y desproporcionadas. Había una «M» dentro de un rombo, que sin duda marcaba el lugar donde se encontraban, y una «X» grande y repasada varias veces que debía indicar su destino. Por el medio algunas indicaciones aleatorias que podían servir de ayuda: «Edificio grande», «Puerta roja», «Estatua de bronce»... 

Notas de juego

Puedes hacer si quieres una tirada de Astucia para relacionar el mapa con lo que sabes de la zona y tardar menos. Tu especialidad cuenta para esto si lo haces.

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26/06/2018, 14:34
Robin

Al encontrar a Nick no solo bien sino clavando las uñas a un ahorra tiempo, el pecho del pelirrojo se volvió tan ligero que no encontró peso ni resistencia alguna para elevar los brazos y plantar un abrazo a su tío tan fuerte como fugaz, como si le hubiese enseñado a abrazar una boa constrictor tímida y anoréxica.

"Gracias" dijo su mirada sin que él se sintiese cómodo repitiéndolo en voz alta. No quería escuchar que había sido un gran esfuerzo contentarle como tampoco quería escuchar que no era nada, cuando suponía un mundo entero con su padre en él.

"Gracias" repitió tomando el mapa con un asentimiento conforme y orgulloso.

Miró las líneas abalanzando sobre él la mirada como si fuese su presa y llevase días con leones en las tripas.

- Tiradas (1)
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28/06/2018, 19:36
Nick Bennett

Nick estuvo a punto de reírse al notar el abrazo del chico. Bien, el mundo era una puta mierda, pero aún era capaz de ganarse el afecto de la gente. Lo contempló mientras estudiaba el mapa, esperando, paciente, a que lo descifrase. Mientras tanto, él echó una ojeada por la estación sin moverse del sitio. No había llegado a pasar un segundo antes de que esa paciencia se esfumase y sintiese la necesidad de llenar el silencio con su voz. 

Espero que tu padre haya hecho salchichas para comer —dijo, por hablar de algo, pero también por intentar meter algo de normalidad en la mollera del pelirrojo—. Siempre le han salido cojonudas. En la universidad a veces hacíamos barbacoas y nos poníamos finos de salchichas, hamburguesas y birra.Y Donna siempre me decía que me dolería el estómago después... Y siempre acertaba. 

Se le amargó el buen humor y dejó el intento de charla intrascendente para mirar a Robin, a la espera de que fuese él quien iniciase la marcha. 

Ahora cuando salgamos no hagas el loco —advirtió, más agrio que un momento atrás—. Esto no es Sugar Hill, ya lo sabes.

- Tiradas (1)
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29/06/2018, 01:11
Narradora

Apenas tuvo que echarle un vistazo a aquel papel para comprender a la perfección la ruta que habían dibujado. Robin supo enseguida de qué calle se trataba y mientras le daba vueltas se dio cuenta de que había un camino mejor, más rápido. Un atajo que le había enseñado Nate y que pasaba por el medio de un solar abandonado. La mayoría de la gente no sabía que detrás de un edificio de ladrillo había un recoveco que llevaba a la calle de atrás. No iban a ganar más que un puñado de minutos, pero con la prisa metida dentro, cada uno de ellos contaba. 

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29/06/2018, 06:22
Robin

Con los cinco sentidos en el mapa y los recuerdos, Robin no prestó apenas atención a su tío. Supo por ese oído inconsciente que siempre está atento como un vigila detrás del visillo que le hablaba pero ni siquiera la mención a su padre le hizo apartar la nariz de la hoja.

Vale – respondió a todo incluyendo la advertencia de Nick y las conclusiones sobre el camino a tomar—. Es por aquí —dijo y se puso en marcha—.

La prisa seguía imperando en sus pies, y podía sentir las dulces manos de su madre empujándole desde la espalda como hubiera hecho en su primera pedaleada sin ruedines.

Ya voy —le prometió a la mujer de ondeante melena rojiza que le envolvía en sueños—. Gracias por venir pero adelantate, por favor, que no esté solo.

Pidió guardando ambas manos en los bolsillos para apretar los puños en un dolor que quería guardar para sí.

Aguanta —se dijo esta vez a sí mismo cuando el miedo que llevaba toda la mañana en su pecho amenazó con golpearle desde la parte trasera de los ojos.

Indicó un giro a Nick con la punta de la nariz. No iba a arriesgarse a hablar y que su voz se quebrara, del mismo modo evitó todo contacto visual con él mientras le guiaba por el atajo sin aclarar que no iba a por el bus.

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02/07/2018, 19:46
Nick Bennett

El escritor se puso en marcha tras el chico, siguiéndolo hacia el exterior de la estación. Le dejó que se adelantase algunos pasos mientras él echaba un vistazo al entorno, buscando ojos que pudieran ponerse sobre ellos más tiempo del preciso. No encontró nada que le pareciese alarmante, así que dio algunas zancadas rápidas hasta alcanzarlo. 

Caminaba con las manos en los bolsillos y ese aire despreocupado que tantas puertas le había abierto en la vida y que había terminado por convertirse tan sólo en una pose. No intentó darle conversación de nuevo al chaval, pues ni siquiera le parecía que estuviese en condiciones de escucharlo, y se limitó a seguirlo en silencio.