Partida Rol por web

Nueva York, domingo 15 de noviembre de 2037, 11.00.

Aquella mañana el prematuro invierno había decidido dar un respiro a los habitantes de Nueva York y el cielo había amanecido azul, en lugar del gris que había predominado durante las últimas semanas. Aunque el rincón que Cass llamaba Conector, ese pequeño cuarto donde se refugiaba durante horas, siempre permanecía oscuro. 

De allí salía la buscadora en el momento en que Robin y Daniel la abordaron con clara intención de hablar con ella en privado. 

-Buenos días, Cassandra -saludó. Miró su rostro, buscando señales que hablaran de la noche que había pasado tras saberse elegida como nuevo líder del Morris-. ¿Qué tal has pasado la noche? ¿Has logrado descansar? -preguntó. Entonces miró a Robin, a quien pareció invitar a que fuera quien hablara con ella para exponerle el tema, pero intuía que en su timidez, acabará diciéndole a ver si quería un pastel de zanahoria para el desayuno-. Verás, Cass, queremos hablar contigo. Eres nuestra nueva líder y queríamos ponerte en conocimiento de algo. ¿Robin? -era su turno. Le había abierto el camino y era hora de que empezara a dar sus primeros pasos por él. 

Cassandra salía de su refugio después de haberse tomado un descanso, había estado un rato subiendo cubos de agua desde el sótano hasta los depósitos de los huertos y luego había buscado un poco de soledad. La visión de los dos jóvenes hizo que se parara de golpe, pero enseguida recompuso el gesto de sorpresa mientras cerraba detrás suyo.

-Sí, la noche bien. -contestó al saludo del mayor de los dos con una tenue sonrisa que invitaba a seguir hablando.

Las palabras que escuchó a continuación hicieron que interiormente se preocupase, sabía que Robin era muy sensible y lo que había pasado no podía estar siendo bueno para el chico, por eso su gesto se suavizó todo lo que pudo.

-Claro. -dijo aceptando sin darle mayor importancia - Lo que queráis.

Y comenzó a andar aparentemente sin rumbo, aunque su mente hizo un plano del Morris y de la ubicación más probable de todos para intentar ir donde tuviesen un poco de intimidad.

Robin miró a Dan un poco alterado, a caballo de agradecer el empujón en la espalda y nervioso por su propio querer callar.

Caminó cuando Cass empezó a moverse, asintiendo a ese "claro" como si ya tuviese medio camino hecho. Intentó aún así, andar medio paso por detrás de los otros dos, evitando así encajarse entre hombro y hombro de preguntas que prefería no responder.

— Queremos salir; bueno, quiero salir a por Alec y Hope, tipo ya mismo, pero a lo mejor no hasta el pequeño tokyo, pero sí al menos a buscar rastro de ellos. Preguntar por ahí...

— Le... Le he pedido unos retratos a Kane, para ilustrar mejor la búsqueda, los tendrá mañana. En cuanto me los dé pensaba salir. Con Dan.

La petición de los dos jóvenes sorprendió a la buscadora, estaba convencida que la mayoría de habitantes del Morris no se iban a tomar la molestia ni de comunicarle cuándo saldrían, por lo que mucho menos iban a pedirle permiso. Debería aprovecharlo y negárselo, decirles que era peligroso que los relacionaran, que si eso sucedía el centro podía ser el próximo en ser atacado por aquellos hombres y mujeres de negro, estaba segura que Morgana como jefa de seguridad apoyaría esa decisión. Pero premiar su buen hacer con una negativa taxativa no creía que fuese un buen camino.

Por suerte la sempiterna capucha echada sobre su rostro dejaba en sombras la mayoría de las pequeñas reacciones que se le podían haber escapado durante su debate interno. Inclinó la cabeza hacia un lado y sacó las manos de los bolsillos, donde las había metido durante su paseo.

-Lo entiendo. -comenzó mientras su cerebro iba a toda máquina buscando las palabras adecuadas para decir lo que quería, y no herir con su objetividad -Os pediría que no hablaseis del ataque y que no os alejeis mucho, las calles nunca son seguras pero con esto tan reciente... lo ideal sería dejar pasar algo de tiempo pero entonces el rastro se enfriaría. -miró a Robin a los ojos, lo entendía, ella había estado mucho tiempo buscando a sus padres y a su hermana y sabía la fuerza que tenía lo que tiraba desde dentro del pecho -Pero a pequeño Tokio no vayáis, no todavía.

-Nada de pequeño Tokyo, Cass. Dalo por hecho -dijo sin asomo de duda, Daniel-. Y no mencionaremos nada del ataque. Robin está preocupado, y como dices, cuanto más tiempo más se enfriará el rastro. El objetivo es dar con ellos y no es cuestión de que Robin se aventure solo. Seremos discretos, no diremos más de lo que haya que decir ni nos alejaremos en exceso. Y sea cual sea el resultado de nuestra búsqueda, hoy mismo regresaremos para antes de la cena. ¿Te parece correcto?

Cassandra escuchó la contestación que recibió y aguantó la primera respuesta que le vino a la mente. Por supuesto que no le parecía correcto, nada de todo lo que pasaba era correcto, tenían que hacer lo que les pareciera mejor y dados todos los datos que conocían aquello era lo que a la buscadora se le antojaba menos malo.

-Tened mucho cuidado y si veis cualquier cosa que os parezca medio sospechosa salir pitando.

Cuando Morgana se enterase pondría el grito en el cielo, pero le gustaría saber qué haría ella si quien se hubiese escapado fuera Lincoln o Shami. Apoyó sus manos en los hombros de los dos jóvenes y les dio un suave apretón.

-Espero que encontréis algo.

Robin inconscientemente deslizó el hombro para apartar el gesto de Cass de él. No pretendía hacer ningún desaire a la joven, y ni siquiera era de las personas con las que menos cómodo se sentía, más bien al contrario. Pero el nerviosismo hacía que su cuerpo quisiera salir del sitio cuanto antes, empezando por la gente.

- Por supuesto.  No nos quedaremos a ver nada raro, ni peligroso.

-Cuidaré de él, Cassandra y evitaremos cualquier situación de riesgo. Y si damos con algo, ten por seguro que no nos adentraremos solos en la boca del lobo. Regresaremos a por vosotros para comentarlo y que se tome la decisión pertinente. Te lo prometo. De todos modos, la información no suele ser gratuita. Me gustaría saber si podemos llevar algo de marihuana para comerciar llegado el caso -dijo mirando a la nueva líder del Morris. Se sentía cómodo hablando con ella y haciéndola partícipe de los planes. La conocía lo suficiente para saber que les daría buenos consejos y que incluso podría aportarles alguna buena idea de cara a su próxima expedición.

Las primeras palabras de Daniel despertaron sentimientos contradictorios en Robin. Por un lado se llenó de alivio y se permitió derretir un poco de su escudo para con él; por otro lado arrugó los morros como si algo en esa promesa no le terminase de sentar bien. 

Poco después, al mencionar la hierba, el pelirrojo abrió los ojos hasta sus extremos y apretó los labios callando lo que había olvidado, a propósito, comentar por la mañana. 

- No, no podemos -respondió como si reivindicara su posición en el grupo como guardián y gestor de provisiones-. Negociaremos con otra cosa: favores, promesas, información, vamos cosas inmateriales...

Cassandra asintió a las palabras de Daniel, aunque sabía que nada solía salir como se planeaba, e iba a decir que "buena suerte" o alguna otra cosa por el estilo para despedirse cuando Robin intervino. Los labios de la buscadora se cerraron y una ceja se alzó en su semioscurecido rostro.

-¿No podemos por que...? -preguntó queriendo saber el motivo.

Si era porque lo consideraba algo personal y no quería echar mano de un recurso grupal, o si era porque no quedaba, era diferente y era importante saberlo. Trish iba a comprar piezas para hacer arreglos y tenían que tener con qué negociar.

Ante la pregunta de Cassandra, Daniel guardó silencio, esperando al respuesta de Robin. Era cierto que su vehemencia en la negativa le había llamado la atención pero tampoco le había dado excesiva importancia. Presuponía que, o bien no contaban con excesivas cantidades de marihuana para comerciar o bien conocía más o menos a la gente con la que hablarían en el mercado y no eran personas a las que ciertas sustancias les gustaran. Algo soprendente en un mundo como aquel pero tampoco inusual.

No obstante, la reacción de Cass le llevó a aventurarse si no se había precipitado en sus elucubraciones acerca de la negativa de Robin y si esta podía obedecer a otras razones desconocidas. No quiso insistir en "eso, ¿por qué no?", pero no pudo evitar quedarse mirando al pelirrojo atento a su respuesta.

Robin se encogió de hombros preparando el terreno para una respuesta que prefería no dar.

— Lo que queda no es para esto. La parte que yo podría usar sin descuadrar el inventario se la ha llevado Hope.

Lamentó lo inevitable con un gesto de ojos y cejas.

— Iré compensando con la parte que suelo usar hasta que se recupere lo común. No te enfades con ella, Cass, por favor, ya lo haré yo.

La respuesta del pelirrojo hizo que Cassandra cuadrase la mandíbula, habían sido objeto de un robo, que alguien en quien confías faltase a esa muestra de afecto era duro, más en esos días aciagos, pero había mucho más que eso en la ecuación que tenía delante.

-Tú no tienes nada que compensar Robin, se quedó porque todos lo quisimos -dijo con seguridad, ahora mismo le daba igual que esa frase fuese o no del todo cierta, lo importante era que él no era el único responsable por los actos de la chica -y lo que haya podido llevarse se debería compensar con los beneficios de la vaca que se ha quedado.

Miró profundamente al joven, quería asegurarse que la había entendido y que no se culparía por algo que escapaba a su control.

-Con quien me enfado es con quien tiene la culpa de verdad, con quien nos ha puesto a todos en esta situación...

Su voz fue perdiendo fuerza para convertirse más en un pensamiento en voz alta. Y es que la mente de la buscadora siempre intentaba ver más allá, ir más lejos, un poco más arriba. La culpa no era de Hope, que lo había perdido todo en un instante, tampoco de aquellos hombres y mujeres de negro, que "sólo" habían hecho un trabajo más, ni siquiera de quien fuese que había ordenado aquello, aunque éste último no era exculpable y si tuviese la oportunidad les pagaría con la misma moneda a todos ellos. La culpa era de aquellos que los habían puesto en esa situación y para los que no eran nada, sólo migas prescindibles.

Daniel no pudo evitar sorprenderse ante la respuesta. Hope no solo había huido sino que había robado a la comunidad, un duro golpe donde todo se conseguía con esfuerzo y a un elevado precio. Evidentemente, Robin no tenía la culpa pero había intentado ocultar aquello en un primer momento, fundamentalmente para proteger a Hope. Sabía que algo se había llevado, pero entendía que bienes que correspondían exclusivamente al pelirrojo.

Emitió un quedo suspiro pero no dijo nada acerca de aquel problema. Cass ya lo hacía en nombre de todos.

-Tú decidirás cuando conviene trasladar esto al grupo, Cass. Nosotros guardaremos silencio al respecto. Y si hay suerte y logramos dar con ella, espero podamos recuperar parte de lo... desaparecido.