Partida Rol por web

Finales y principios

[Capítulo 4] Laberinto de misterios

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23/07/2020, 03:39
Axel Montenegro

Al menos no era el único viejo con problemas de movilidad. Eso era un consuelo, se viera por donde se viera. Principalmente, porque odiaba sentir que ese montón de gente joven y en forma podrían ir al doble de velocidad de no ser por él, que aunque intentaba mantener el paso lo mejor que podía no estaba en su mejor estado físico ni tenía dos piernas sanas que lo acompañaran. Así que sí, un hombre más viejo que él al que le costara llevar el ritmo del resto con agilidad era una excelente compañía para Axel, más aún cuando traía consigo brebajes calientes para pasar el frío. Está de más decir que había aceptado sin ningún tipo de espera por decoro. Dos puntos para Macbeth.

El silencio de Morgana, si es que algo, lo había hecho mirarla con la picardía acusadora y la risa contenida de quien sabe que lo han escuchado - lo que no era difícil dado el paisaje vacío - y deja su imaginación volar respecto a las razones para la omisión de respuesta. Sin duda, le había servido para entretenerse y distraerse una parte importante del camino, y dejar a Bentley tranquilo un rato. Eso e intentar ignorar toda la conversación sobre los solares, en la que prefería no participar.

Al ver a Gonzo aparecerse, una sonrisa se dibujó en el rostro del portorriqueño, y solo por respeto a Clem se guardó el "Amén" que quiso soltar a sus primeras palabras. Aún no tenía muy claro que tan flexible era la chica con esas cosas, y aunque estaba bastante seguro de que no se enfadaría, porque nunca la había visto enfadada con nada, prefería evitar hacerla sentir incómoda.

¡Eh, Gonzo, «pendejo»! - lo saludó animadamente en un principio - «Puto gringo frío de mierda, dale amor a tu hermano» - añadió, agarrándolo de la mano y tirándolo hacia sí para chocar su hombro con él y darle unas palmaditas en la espalda. Enseguida lo soltó, feliz de estar en entre latinos otra vez, riendo luego con su comentario sobre Malena - Ni lo esperaba, «cabrón», ni lo esperaba. - admitió de buen humor, respondiendo a la mirada de Morgana con un guiño. La verdad era que tampoco le molestaría encontrarse con la chica. Habían pasado tanto tiempo juntos cuando había vivido en la Comunidad que se sentiría mal de no pasar a darle un abrazo al menos, aprovechando la visita. Sin embargo, no quiso interrumpir la conversación sobre Macbeth preguntando por ella, total, ya la encontraría dentro de cualquier forma. Si seguía yendo a los mismos lugares de siempre, claro, si no le tocaría preguntar por ahí o depender de la suerte.

«Dale un break. No es chota, carifresco ni averiguao. Viene con el corillo, es buen pana.» - intercedió él también por Macbeth en tono ligero y amistoso, aunque esperaba que con la voluntad de Morgana y Clem de responder por él ya fuera suficiente y lo suyo innecesario. Aún así, su abuela siempre decía: "Más vale que sobre a que falte", y era un buen lema. 

Sobre María, no tuvo nada que decir, aunque prestó atención a la respuesta. No debía haber sido fácil para ella perder dos críos seguidos, y el abandono podía estar pasándole la cuenta, aunque esperaba que no fuera así. Era buena chica, se merecía algo de paz mental.

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23/07/2020, 15:10
[Comunidad] Gonzo

Un destello travieso pasó por la mirada del tipo con el saludo que le dedicó Morgana. 

—Te aseguro, «mamita», que mi verga no se congela ni bajo cero.

Alzó las cejas con un gesto insinuante y luego se soltó una carcajada. Se giró hacia Axel, al que dio un abrazo rápido, con palmada en el hombro incluida.

—«Que estoy de servicio, pendejo, tengo que parecer un tipo serio y formal, ¿qué crees?».

Entre risas, hizo un gesto de «ok» hacia Macbeth, subiendo el pulgar. El antiguo profesor tenía referencias suficientes para dejarle pasar, bajo la responsabilidad de los que se habían hecho cargo. Todos sabían lo que eso significaba, si Macbeth causaba problemas dentro de La Comunidad, los que lo habían avalado serían los responsables. Luego se encogió de hombros ante el interés sobre María.

—Pues no la he visto desde que volvió de vuestro sitio, pero creo que anda con su familia, así que supongo que estará bien. 

Se puso un poco más serio al responder a la última pregunta de Morgana.

Ningún problema, «mamita», pero no me duermo. —Se señaló los ojos y asintió con la cabeza—. Estoy bien al loro, te lo garantizo. —Le hizo un gesto sutil con los ojos hacia uno de los edificios de enfrente1.

Finalmente señaló con la cabeza hacia el interior del enclave y les hizo un gesto de despedida. 

Venga, pasad de una buena vez, «chavalos». Que hace un frío que jode aquí «parados» de pie.

No se entretuvo más y mientras el grupo ya se encaminaba al interior de la comunidad, él se dirigió al coche en el que estaba resguardado un rato atrás para volver a meterse dentro.

Notas de juego

[1]Tirada de Astucia, especialidad Percepción, para ver lo que señala.

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23/07/2020, 15:32
Narradora

En cuanto pasaron la barrera que protegía el asentamiento el grupo se encontró en un bulevar por el que en otros tiempos pudieron discurrir hasta cuatro carriles de coches a la vez, dos en cada sentido, que se alargaba hasta terminar en la orilla del río Harlem. Los edificios eran en su mayoría bajos, de entre dos y cuatro plantas, y estrechos, todos distintos entre sí, como si no hubiese existido acuerdo alguno de urbanismo cuando fueron construidos. Muchas de las fachadas estaban adornadas con grafitis, pintura sobre pintura, con firmas y distintos dibujos, algunos de más calidad de otros.

Lo que la gente que allí vivía llamaba «El Barrio» era bastante grande y ocupaba varias manzanas, discurriendo a lo largo de la orilla. Parecía una zona tranquila, cómoda para vivir si uno estaba dispuesto a arrimar el hombro bajo las órdenes lejanas de Quintero.

A pesar de la nevada que no dejaba de caer algunas personas se movían por la calle, de un edificio a otro. Vieron a un par de personas apartando la nieve de las entradas de los edificios para hacer un camino. No había un gran bullicio, seguramente porque aquella era la parte más exterior, alejada del mercado y la escuela donde Nick había dado sus clases de inglés y literatura, además del clima. Algunas miradas curiosas se detuvieron sobre ellos, para después continuar con sus vidas. 

Los que ya conocían el camino, guiaron a la comitiva hasta tomar la que había sido tiempo atrás la 117 St. Avanzaron hasta detenerse delante de un edificio grande que de algún modo desentonaba en aquella calle estrecha. No había lugar a dudas, aquel sitio debía haber sido una iglesia católica, simulando en su construcción con arcadas y columnas los templos de Europa, cuando Europa era el Viejo Mundo. La piedra, blanca en su origen, tenía en ese momento una tonalidad grisácea y la madera de las puertas estaba desvencijada y carcomida por el tiempo. Las cristaleras estaban rotas en muchos lugares y la verja que antecedía la breve escalinata parecía oxidada. 

Aquella iglesia no había sido bien tratada por la caída que había sufrido la ciudad en las últimas décadas, pero a pesar de eso aún conservaba cierto aire imponente, como si pudiera respirarse en el aire que la rodeaba la majestuosidad que debía haber poseído antaño. 

Al abrir la verja ésta emitió un sonido agudo y chirriante que se metía hasta el tímpano. Tuvieron que subir algunos peldaños para pasar al interior de aquel edificio abandonado. 

Dentro olía a humedad, a un moho antiguo que dejaba un sabor acre y pegajoso en el paladar. Lo que en otros tiempos debía haber sido un templo lujoso era a esas alturas ya sólo la sombra de la sombra de su esplendor. El suelo era de piedra y estaba cubierto de polvo. Las paredes salpicadas de grafitis aquí y allá. Pero hasta la pintura de los grafitis parecía vieja, desubicada. Si un día hubo retablos en las paredes, filas de bancos de madera, crucifijos o estatuas de santos, ya no quedaba ni rastro de ellos. Tan sólo las paredes y las columnas de un lugar que parecía, más que vacío, desnudo, despojado. 

Al fondo estaba la arcada mayor, donde un altar de piedra resistía los envites del tiempo con un estoicismo que le faltaba al resto del lugar. Su superficie estaba adornada con molduras llenas de polvo, que representaban las intrincadas siluetas de rosas de tallos espinosos entrelazándose en las esquinas.

No parecía haber nadie allí, aparte del grupo de viajeros. Dentro hacía más frío que fuera y volutas de vaho abandonaban sus labios al respirar entre aquel silencio denso que parecía envolverlo todo. Tan sólo un goteo lejano delataba la presencia de alguna gotera. 

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23/07/2020, 18:09
Cassandra (Cass)
- Tiradas (1)
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23/07/2020, 18:33
Daniel Green

Daniel había actuado como un convidado de piedra al que la mitad de la conversación se le escapaba. Sabia que las palabras que se cruzaban eran en español y aún seguía sorprendiéndole que algunos de sus compañeros lo hablasen. ¿Qué les había llevado en el pasado,  sus otras vidas, a aprender aquel idioma?

Cuando finalmente les fue franqueado el paso, siguió en segundo plano a aquellos que ya conocían el camino, dejándose llevar por la desolada hermosura de aquel templo que quizá en otro tiempo tuvo un significado. Su propia madre se hubiera persignado en presencia de aquellas piedras y quizá incluso se hubiera arrodillado. Negó con la cabeza, borrando el recuerdo de ella como quien pasara una mano sobre la tiza de una pizarra. 

Los pasos resonaron en el interior del templo con ecos de piedra. Hubiera estado bien conocer el edificio en sus mejores momentos, aunque claro, eso hubiera valido casi para todo. Se acercó al altar, a sus altorelieves en forma de espinas y rosas y no pudo evitar acariciarlos. Miró a las dos hermanas. Ellas darían una vez más el siguiente paso. 

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26/07/2020, 12:14
Morgana Whiterocks

Rodó los ojos al recibir el guiño de Axel.

-Dos “cabrones muy cabrones”.  ¿Vives en ese coche, Gonzo? Empiezo a pensar que sí –se burló. Giró la cabeza hacia donde le señalaba. ¿Los vigilaban?

Caminaron. Morgana decidió tomar otro camino, cambió el recorrido, por otras calles menos frecuentados a pesar de la hora. Dio una vuelta de más.

A la vez que encendía su linterna y chasqueaba la lengua, la militar echó un vistazo hacia fuera y controló el paso de toda su gente al interior de la iglesia. Iluminó paredes, suelo, rincones y techo. Luego desde la última posición el camino hacia el altar. Todo seguía igual que la última vez que la visitaron.

Bueno, con más polvo acumulado.

Señaló el altar con el haz de luz de la linterna. Allí dentro casi parecía el faro de un coche tuerto abriéndose paso en la noche. Avanzó cerrando la fila, dejó que Clem hiciese los honores con el mecanismo de apertura.

-Sigue funcionando.

Aguardó a que la mística del grupo activara la palanca que movía el altar y abriese el acceso a las estrechas escaleras que conducían a la cripta. Se quedó esperando a que todos bajasen. Pensó en quedarse arriba esta vez, ya había visto el lugar, y poco tenía ella para aportar. Llamó a Bentley para que le hiciese compañía.

Además, era la tercera vez ya. Tuvieron suerte hasta ahora. Se mordió los labios, alguien debería vigilar. Estaba el grupo al completo, y acabar encerrados en una ratonera todos, o que algún capullo asomase la nariz con preguntas o les jodiese la entrada, eran variables que quería controlar.  

- Tiradas (1)
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26/07/2020, 16:13
Axel Montenegro

La respuesta de Gonzo a su recriminación le sacó una carcajada sincera. Ni siquiera poniendo mucho esfuerzo podía imaginarse a ese chico como serio y formal. Y ya ni siquiera solo por su personalidad, o su apariencia, en las que Axel tenía más o menos la misma probabilidad que él de parecerlo, sino porque ni su nombre lo acompañaba para ese caso hipotético. ¿Quien iba a tomar como alguien serio y formal a alguien que se hacía llamar por uno de los títeres de Plaza Sésamo?

No tienes que decírmelo dos veces - respondió respecto al frío que hacía, dándole unas palmaditas en el brazo a modo de despedida temporal para luego pasar a su lado, camino a La Comunidad. Si es que el apocalipsis no podía haberlo pillado en el caribe, no. Tenía que pillarlo en Nueva York. Como lo hubiese pillado en Canadá o Noruega se hubiese metido un tiro.

El Barrio. Un oasis en medio del desastre que era el mundo actual, donde la normalidad y el gusto a los tiempos pasados se respiraban. Era difícil no sentirse en casa, en su propio barrio, en el que había crecido. La gente que ahí vivía no eran muy distintas, tampoco lo eran las murallas llenas de graffitis. Claro, en su barrio no había calles de cuatro carriles, pero eso solo significaba que habían subido un nivel. Inevitablemente, mientras caminaba, una sonrisa se mantenía en sus labios de forma permanente. Ya hasta se había olvidado de la rodilla, distraído con la agradable nostalgia que ahora mismo sentía.

Encontrarse con la iglesia descuidada le produjo cierta melancolía. Personalmente, veía un sentido de justicia poética en que la Iglesia sufriera las consecuencias como entidad, porque recordaba perfectamente bien la empresa asquerosa que era en sus días, aprovechándose la fe de la gente para conseguir dinero en el mejor de los casos, y en los peores... en los peores ni siquiera quería pensarlo. Sin embargo, la iglesia como edificio tenía un simbolismo importante en las comunidades de minorías, y sabía cuanto la misma gente, creyente o no, solía cuidarlas, porque representaban el espíritu de la comunidad, y se erigían como centro social, guía, y foco de ayuda y de esperanza. Que estuviera en ese estado, no solo descuidada y saqueada, sino que irrespetada por rayones y pinturas en su interior, le hablaba a Axel mucho más del estado mental de la comunidad que la rodeaba y de la sociedad misma que de cualquier otra cosa.

Joder... ¿Como coño hace más frío aquí que fuera? - se quejó a nadie en particular, abrazándose a sí mismo. El Caribe. Tendría que haberse quedado en el caribe cuando había tenido oportunidad.

El altar era sin duda alguna interesante, y bastante bonito, pero no lo suficiente para que quisiera tocarlo luego de saber que se activaba con sangre, así que prefirió mantener las manos metidas bajo las axilas, a ver si entraba un poquito en calor y no moría de hipotermia en ese témpano de hielo que era la antigua iglesia. Pacientemente, esperó a que abrieran la puerta para seguir al grupo dentro.

- Tiradas (1)
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26/07/2020, 21:50
Clementine

Clementine se despidió de Gonzo con la mano, dedicándole una breve y sincera sonrisa, agradeciendo que hubiese confiado en Macbeth, permitiéndole la entrada.

A medida que se acercaban a la vieja y ruinosa iglesia, fue evidente que una aprehensión casi palpable comenzó a caer sobre sus hombros. A penas recordaba el camino, porque no había sido consciente de haberlo caminado mientras se encontraba en trance, y a la vuelta no se había sentido lo suficientemente bien como para guardar un gran recuerdo del mismo, pero sí que recordaba la iglesia por dentro. 

Posó la mirada sobre Kane, y sobre Morgana. Ellos habían estado presentes. Ellos sabían lo que había sucedido ese día. Sabían cómo Clementine había encontrado ese sitio. Quizá, sólo en ellos podía encontrar la comprensión de la que de pronto se sintió ávida y sedienta. Posó también la mirada inquieta sobre Macbeth, dándole a entender, con su expresión, que aquel era el sitio del que le había hablado. 

Observó el interior de la iglesia, en silencio, santiguándose al entrar. Se fijó en cada detalle, en cada vitrina, en cada misterio representado, mientras atravesaba la nave principal. La anterior ocasión no había tenido la oportunidad de hacerlo y ahora quería generar un recuerdo detallado de aquellas cosas.

Juntó las manos, sobre su pecho, y respiró hondo, a pesar del olor a moho y la humedad. Algo indescifrable en su interior, algo evidentemente sobrecogido, se reflejó en sus pupilas verdes a medida que se acercaban al mecanismo, y asintiendo en dirección a Morgana, se detuvo junto al mismo- Que Dios nos asista. -dijo, antes de accionarlo.

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26/07/2020, 23:41
Kane

Kane avanzó con el grupo un tanto taciturno. Su mirada paseaba por las calles del Barrio como si pretendiera encontrar a alguien, pero ese alguien no aparecía en ningún momento. Frente a la iglesia de la visión de Clementine, el pistolero suspiró un tanto sin estar del todo convencido de aquello.

Santiguándose junto a Clem, Kane accedió a la iglesia volviendo a observar el estado de abandono con cierta resignación, aunque centró pronto su atención sobre el altar y su mecanismo que, esperaba, funcionara. Seguía sin estar convencido de todo aquello, pero optó por mantenerse vigilante y dejar que la gente con sesera mirase lo que tenia que mirar.

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27/07/2020, 10:03
Cassandra (Cass)

A pesar de saberse mas seguros que durante el anterior trayecto Cassandra siguió en su posicion, detrás de la ex militar, pisando sus pisadas y con la cabeza ligeramente inclinada hacia abajo. Lo había sentido por María, pero no podían negarle un hijo a su madre, no al menos sabiendo que lo quería. A ella le había parecido que la mejor solución hubiese sido que ambas se fuesen a vivir con el pequeño a La Comunidad, parecía un mejor asentamiento que donde vivía Thiago con su madre, y entre las dos le hubiesen dado amor a ese pequeño, pero habían tenido razón argumentando que eso solo retrasaría la despedida.

Al llegar al altar se quedó mirando la espalda de la mujer que la precedía en espera que accionase el mecanismo, pero no lo hizo y ésta esperó que fuese Clem quien lo hiciera, la buscadora supuso que sería algo debido a la primera vez que fueron por lo que se quedó detrás esperando a que ella bajara para seguirla.

Si Morgana no bajaba ella miraría el destello azul del pelo de su hermana desapareciendo por el hueco, luego el rostro decidido de la morena y se quedaría esperando que todos se fueran para decir algo o moverse.

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27/07/2020, 10:31
Trish

Las palabras de Cassandra habían dejado a Trish pensativa durante unos segundos. No demasiado, tenía una opinión más o menos formada de los Alados y lo que decía su hermana no cambiaba las cosas.

Al llegar por fin a la Comunidad se mantuvo un poco al margen de la conversación, simplemente escuchando con atención. Si las cosas salían bien pronto pasaría ahí una temporada. Aquel chico siempre le había parecido curioso. Estaba claro que sabía bromear y divertirse, pero Trish no creía que descuidase ni un ápice su trabajo por ello. Eso era bueno. Una vez que les dio el paso avanzó con los demás, y mientras caminaba iba sintiendo una densa expectación en las tripas. Miró a Macbeth y a los que aún no habían ido a aquella cripta, preguntándose cómo se sentirían. Le costaba contener la sonrisa.

La iglesia estaba tal y como la recordaba, aunque en esa ocasión se detuvo un poco más a observarla. Dejó que Clementine accionase el mecanismo y, mientras tanto, escuchó la pregunta —probablemente retórica— de Axel. Ella decidió darle respuesta.

—Son los espíritus de los muertos —le dijo bromeando—. Cuando mueren de forma demasiado violenta vuelven al último lugar donde encontraron la paz, buscándola... Pero no la encuentran nunca.

En otra ocasión, tras esas palabras, probablemente habría hecho algo para asustar al músico. Tocarle con las manos heladas, por ejemplo. Sin embargo, aquel día estaba totalmente pendiente de lo que sucedía con el altar.

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27/07/2020, 23:46
Narradora

Los ojos de Cassandra siguieron aquel gesto sutil de Gonzo, pero la buscadora no alcanzó a ver nada fuera de lo normal. Todo parecía en orden, como siempre.

- Tiradas (2)
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27/07/2020, 23:46
Narradora

Los ojos de Morgana siguieron aquel gesto sutil de Gonzo, pero la exmilitar no alcanzó a ver nada fuera de lo normal. Todo parecía en orden, como siempre. En cualquier caso, el hombre no parecía estar advirtiéndole nada, sino más bien compartiendo algo divertido con ella.

- Tiradas (2)
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27/07/2020, 23:47
Narradora

Los ojos de Axel siguieron aquel gesto sutil de Gonzo, hasta llegar a las ventanas del tercer piso del edificio de enfrente. Allí le pareció vislumbrar una sombra, ¿el brillo de un arma, tal vez? Si había alguien ahí, desde luego estaba bien disimulado. Y eso sólo podía significar que Anabela había reforzado la seguridad de la entrada, quizás por el asunto del que hablaban Gonzo y Morga. 

- Tiradas (2)
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27/07/2020, 23:47
[McAvoy] Macbeth

Ya sólo con ver la iglesia desde fuera los ojos de Macbeth habían tomado cierto brillo. Ese brillo entre obsesivo y fascinado que podía verse en la mirada de quien se encuentra de repente con algo que le fascina, muy similar al modo en que se iluminaban los ojos de Cass al entrar en una biblioteca o los de Robin mientras explicaba las bondades de una cataplasma.

El hombre gruñó algo por lo bajo al entrar. Sus palabras fueron ininteligibles en su mayoría, pero parecía estar acordándose de la familia entera de quienes habían despojado aquel lugar para llenarlo de grafitis. Mientras el grupo caminaba hacia el altar, él se fue hacia las paredes. Contemplaba las columnas, el techo, la arquitectura del edificio, y cuando llegó a la arcada mayor sus ojos recorrieron con avidez los relieves de su superficie. 

—Rosas con espinas —dijo, en tono tenue, con cierta reverencia—. Es un motivo extraño para un altar. Podría ser el símbolo de Venus... o de las llagas de Cristo, tratándose de una iglesia cristiana. —Su tono volvía a ser pedagogo, asomando un atisbo del profesor que había sido—. La rosa en ciertos sectores se ha identificado con el cáliz, el grial, pero si además tiene espinas, estamos hablando de sangre. Hum... Había una abadía, creo recordar, en algún lugar de Europa, donde se usaba una simbología como esta. Tendría que consultarlo.

Guardó silencio al ver que Clem se disponía a hacer algo y la contempló con expectación. 

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27/07/2020, 23:47
Narradora

Clementine no había estado consciente la primera vez que se había encontrado ante aquel altar, pero las molduras que palparon sus dedos le resultaron, de algún modo familiares. Era como si la piel sensible de sus yemas tuviese memoria táctil, como si fuese un gesto aprendido que no necesitaba pensar, ni razonar, porque sus dedos sabían mejor que ella lo que debían hacer. 

Clic

El sonido de un resorte respondió al toque de Clem. La chica notó cómo una de las molduras se movía bajo sus dedos. El altar entero se movió un poco desvelando una rendija en el suelo. Parecía estar atascado, seguramente por obra del tiempo, el polvo y la humedad, pero ahí parecía haber una trampilla que descendía. Con un empujón de la mano el mecanismo que abría la trampilla terminó de abrirse entre sonidos chirriantes y la rendija se convirtió en una abertura de un metro cuadrado. 

Macbeth contuvo el aliento, los labios entreabiertos y los ojos afilados. Se podía leer con nitidez la expectación en su rostro. Bentley, que había estado inquieto desde el mismo instante en que habían entrado en la iglesia, soltó un ladrido agudo. El perro estaba nervioso y no se separaba de las piernas de Clementine. Puso el hocico contra su muslo y emitió un gañido bajo. 

El haz de la linterna de Morgana iluminó unos peldaños de piedra que descendían hacia abajo, introduciéndose en el interior de la tierra. No se llegaba a ver el final, pero el olor a humedad y a polvo se hizo más fuerte, invadiendo de forma molesta sus fosas nasales.

Notas de juego

Si alguno no quiere bajar y prefiere quedarse arriba, puede. Dejad claro en vuestro siguiente post quién baja y quién no.

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28/07/2020, 10:55
Daniel Green

Por la abertura no salieron murciélagos, una vaharada de aire pútrido o un par de mendigos enloquecidos hacha en mano. Todo fue bastante tranquilo y menos espectacular que lo imaginado por Daniel cuando escuchó el relato de aquella primera vez. Pero pese a todo, en su estómago caminaban hormigas arriba y abajo, animadas por la expectación de que pudiera ocurrir algo distinto o de que él llegara a ver algo que en la vista anterior les pasara inadvertido. Miró a todas partes, memorizando cada detalle. Aquel era un relato que tenía que transcribir, imagen a imagen, a Robin, y él, desde luego, no iba a perdérselo quedándose atrás. Miró a unos y a otros.

-¿Quién baja primero? -dispuesto a hacerlo él. Pero tampoco quería precipitarse, bajando a tontas y a locas. 

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29/07/2020, 17:44
Morgana Whiterocks

La risa de Morgana vibró en el aire gélido del interior de la iglesia al escuchar el comentario de Trish como respuesta a Áxel.

-Qué dices. En el mundo habría más espíritus que vivos - continuó con la broma. Miró al violinista -Joder, portorriqueño, siempre con el puto frío, y vas más abrigado que un maldito oso polar. Lo tuyo no es normal -se burló.

Macbeth también dio su opinión. A Morga todo eso se la pelaba. La sangre la necesitarían abajo. -¿Y guardas libros para consultarlo o necesitas ir a la biblio? -preguntó, mientras observaba que Clem encontrase y activara la palanca, por si no lo recordaba con su trance y echarle una mano.

Pero la predicadora sabía lo que hacía. No dudó. El mecanismo funcionó. No entendía las expresiones de excitación o anhelo de quienes la rodeaban. Joder, es una puta trampilla y ya está. Se impacientaba. Sin motivo aparente. Cuando se despejó la abertura enfocó con  la linterna.

-Cubriros con un pañuelo. Al menos hasta que os acostumbréis. Hay mucho polvo rancio  flotando.

Se fijó en Dani. Torció la sonrisa, ávida de meterse con él - Tú mismo, valiente. Si te caes, rodarás solo unos cuantos escalones. Poca cosa. ¿Quieres que vaya detrás tuyo para sujetarte?

La sonrisa se le hizo desagradablemente cínica. Era una broma infantil, sin demasiada sustancia. Pero a Morga le satisfacía.

Notas de juego

Morga se quedará arriba. Igual me duermo de aburrimiento ya que la chicha está ahí abajo, pero más que nada por coherencia con la escena. No le mola a la militar todos abajo, ya han sido dos veces (que la escena es de dificultad baja, pero porsi).

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29/07/2020, 18:42
Axel Montenegro

Las primeras palabras de Trish hicieron que el violinista la mirara con el ceño fruncido con extrañeza, casi preocupado de que hablara en serio, pero tan pronto escuchó el resto una amplia sonrisa ladeada apareció en sus labios. Vaya colleja le habría llegado a Trish por su broma si hubiese crecido con su abuela, que le decía esas mismas cosas, pero porque las creía. - Que boba - negó con la cabeza con una risa silenciosa, dedicándole a la peliazul una mirada divertida.

¿Que puedo decir? Tengo sangre caliente, como buen latino - contestó a Morgana, riendo un poco - Con lo bien que estaría en casa tomándome un tecito - añadió con un suspiro de resignación mientras se frotaba los brazos. Pero claro, no podía quedarse en el Morris, porque como era un cotilla tenía que ir a meterse ahí con todo el resto. No se arrepentía de nada, pero era consciente de que salir había sido un acto de puro masoquismo en beneficio de su lado metiche.

Axel escuchó a Macbeth con cierta fascinación. Era como los libros de historia, cuando hablaban de caballeros templarios y cruzadas, aunque no tenía idea de qué tenía que ver eso con las rosas. Suponía que era por la corona de espinas de Jesús, aunque esa le parecía que estaba hecha de un espino directamente.

¿Crees que haya fantasmas ahí abajo también? - le preguntó a Trish con un guiño una vez la trampilla se hubo abierto, más por romper la tensión que nada. La verdad es que tampoco estaría mal que los hubiera. Al menos el frío durante el viaje habría valido la pena, y su lado cotilla se habría visto satisfecho. Ahora, claro, eso no tenía comparación a una profecía, pero aún se mantenía un poco escéptico al respecto.

Acomodándose la bufanda para cubrirse hasta la nariz, contestó a la pregunta en el aire. - Venga, Dan, vamos - le dio unas palmaditas en la espalda para animarlo a entrar, dispuesto a seguirlo apenas entrara - No puedo permitir que te lleves todos los mimos de Morgana si te das una hostia, así que mejor me la doy yo también - bromeó, mirando de reojo a la marine con ojos alegres antes de cejear en su dirección.

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30/07/2020, 00:12
Clementine

Clementine no quiso ser la primera en bajar. A pesar de que deseaba ver el mural que había descubierto el grupo en su anterior visita, algo la mantenía reticente. El recuerdo de la visión sobre Nick, y la voz de Marjolein despertaban de su letargo, para volcar hacia su memoria reciente sensaciones que le erizaban la piel.

Supuso que Bentley reconocía el lugar. Y lo relacionaba también con aquel evento angustioso. Recordaba haber visto al animal alterado al despertar, tal y como hacía ahora. La predicadora acarició su cabeza, entre las orejas- Tranquilo... Ya lo sé. Yo también me acuerdo...-dijo, antes de aventurarse, localizando a Kane con la mirada, e invitando a Macbeth a acompañarlos con un gesto- Cass pudo abrir la cripta de abajo con sangre. ¿Puede ser algo relacionado?- dijo, sin encabezar el grupo, pero sin quedar en la retaguardia- Cuídate, Morga.  -añadió, con preocupación, antes de alzar su poncho hasta la altura de la boca y tomar el consejo de la ex-militar, para entrar.