Partida Rol por web

 Pretendía avanzar junto a su manada cuando la gran bestia regresó a su forma humana para bociferar un sin fin de cosas y hubiese continuado su camino sin más pero algo en ese discurso llamó a sobremanera su atención. Soltó un leve bufido y a paso lento regreso a su forma Glabro, necesitaba comunicarse con todos manteniendo cierto grado de ofensiva de ser necesario; avanzó hasta Adalid y lo miró firmemente.

 - ¿Túmulo dices?... Hemos pasado mucho tiempo en esta derroida ciudad sobreviviendo como hemos podido y lo que vez ahora es lo más cercano a un túmulo que hay... - Dijo con voz firme mirando ahora al resto de sus acompañantes - La discontinuidad de la que esa perra hablaba no puede ser un túmulo físico pero quizá... quizá sea algún paso hacia la umbra, hacia aquel lugar al que muchos de los nuestros fueron hace ya mucho tiempo. Eshtarra. 

- Queda un túmulo aquí, en este mundo, dice Mordisco pasando a forma humana. Necesita manos hábiles, ya que empieza a registrar los restos de Diderot en busca de algo que le sirva de pista o de ayuda. Mientras rebusca en el cadáver sin ningún tipo de miramientos habla en voz alta, sin dirigirse a nadie en particular.

- Algunos lobos, una tal Kendria o algo así y otro par de desgraciados, estaban intentando llegar hasta vuestros líderes para advertirlos. Pero el túmulo está lejos, en África. O al menos lo estaba hace poco, si es que no ha caído ya. Aunque supongo que todavía no ha pasado nada porque de lo contrario habríamos notado algo. Se supone que si cae se acabó todo para siempre. Se encoge de hombros. El problema era averiguar cómo llegar hasta allí: los métodos naturales son demasiado lentos y los espirituales son muy inseguros ahora que Selene no está...

Se detiene un momento, como si hubiera recordado algo de repente algo muy importante.

- ¡¡Coño!! ¡¡Igual hay manera de contactar con los desgraciados!! dice entre risas. Busca al espíritu que Lucas le dejó. ¿Sería posible? ¿Podrías comunicarte con ellos como lo haces conmigo?

No hace falta - responde Kendria - Estoy aquí, junto a otro de los "desgraciados" que fuimos con Ragnor y ese estúpido Corax a la fábrica de Pentex - señala al joven Lucas - La rata tiene razón. Estos cabezacubos saben dónde se encuentra ese túmulo. Quizá todavía podamos pedirle a Ragnor que deje a alguno convida para interrogarlo...

Mientras todos están hablando Mordisco se mantiene atenta a los alrededores, desconfiando de los mil y un trucos de Pentex. No hay ni rastro de los Ananasi, y viendo la que están armando los Garou no es de extrañar. Desde la cabina del camión volcado se escucha el suave sonido de una radio.

Señora Diderot, somos el equipo aéreo. Deberían haber llegado hace seis minutos y cuarenta y tres segundos ¿Va todo bien? ¿A qué se debe este retraso?...

Al ver a Kendria Mordisco-Venenoso no responde con palabras, sino con una sonrisa. A pesar del aspecto horrible de la ratkin en forma humana, empeorado debido a que le faltan varios dientes por el truco de parar un vehículo a motor de un mordisco, la expresión de la mujer no deja lugar a dudas: en verdad se alegra de que todo el mundo se haya reunido en el mismo lugar.

Si esto es el fin del mundo, mejor que nos pille en compañía, cuanto más mejor, reflexiona en un pensamiento muy de rata.

Mientras el resto se reúnen y empiezan a hablar, Mordisco se acerca al camión volcado. Ha oído voces dentro: la radio todavía funciona. Están intentando comunicarse con Diderot. Un transporte aéreo la espera cerca de aquí.

- ¡Eh! grita para que todos la oigan. ¿Y si ésta es la respuesta? Los de Pentex tendrían alguna manera de viajar hasta allí, no? Y si usamos el vehículo que iba a usar "eso" (señala la muñeca sin vida que es el cadáver de Diderot) para llegar hasta el último túmulo? Está claro que es arriesgado, pero... se encoge de hombros y no termina la frase, todo el mundo que les rodea es una trampa mortal, no hay opciones menos peligrosas que otras.

Eshtarra. Ahí era donde Cluithi se dirigía. Es posible que ese sea el objetivo de Pentex. La entrada esta en África… eso está lejos. Adalid tiene recuerdos de esa tierra. Lejana. Basta. Llegar hasta allí será un problema.

La piel de roedor tiene una idea interesante. Utilizar las herramientas de Pentex en su contra.- El ejército de Cluithi debería venir también. Su función es ayudar a recuperar el equilibrio. Si se queda aquí… traerá desgracias a los que aun permanezcan. Su caos debe ser aprovechado para un fin mayor.- Anuncio.- La idea de ese transporte me parece buena. Si no, podremos usar el barco Negro. Es rápido.

Pero a Adalid le preocupa el nuevo paradero de la mujer. Donde habrá aparecido ahora. Dijo que este cadaver solo es un cuerpo, asi que de nada sirve si vuelve de nuevo.

El ojo de la mujer sabe a plástico y metal al disolverse en el pico de la Corax. La imagen que le llega es la de un hombre de fuerte musculatura y vestido con un uniforme de capitán de barco. Se encuentra en el puente de un gran barco de guerra parecido al que utilizó Adalid y otea con los prismáticos la costa que está bordeando el navío.

Cuando el hombre baja los prismáticos, sus ojos son idénticos a los de la fallecida de Anne Diderot.

El grupo de cambiaformas es alcanzado por el tanque capitaneado por Ragnor Lid, que se muestra orgulloso en su forma Glabro cuando baja de un salto junto al cadáver de Diderot

Ya no eres tan dura ¿Eh, puta? - Dice escupiéndole. Luego se vuelve hacia sus ejecutores - La jefa y los bichos de este bolso parlante - señala a Adalid - están terminando con los restos de los cabezacubos de Pentex, pero más vale que tengáis un plan o bien puede que empiecen a matarse entre ellos.

Hagamos lo que ha dicho la Ratkin - propone Kendria - Vamos a hacernos con los aviones de esta cabrona y los usamos para llegar al último túmulo.

¡Yeah! - responde Ragnor. Le tiende un walkie-talkie a Adalid - Le quité esto a uno de tus bichos. Llámalos para que no se pierdan la fiesta...

Johanna conduce el autobus hacia el edificio principal de Pentex a través de calles cada vez más sembradas de escombros, vehículos accidentados y cadáveres, lo que la obliga a ir dando un rodeo que la lleva a la zona norte de la ciudad hasta enfilar por una amplia avenida en la que se ve un camión de transporte de tropas blindado y volcado sobre un lado. Junto a él se encuentra Ithan junto a los Garou Kendria y Lucas, un tipo grande de apariencia escamosa y el Ragabash Ragnor Lid, que está de pie junto a un enorme carro de combate blindado. A los pies de éstos se encuentra el cadáver despedazado de una mujer con un cuervo posado sobre su cara que le está sacando un ojo para devorarlo. Junto al camión volcado hay una mujer con la cara deformada por una horrenda cicatriz.

¿Ves? - dice Johanna - Te dije que los encontraría. Aunque vaya compañías se busca el padre de tu hijo, guapa...

Mientras la manada habla sobre qué hacer a continuación y Adalid trastea con el walkie que le ha dado Ragnor un autobus Greyhound enfila por la avenida y se detiene junto a ellos. Lo conduce una mujer rubia ya entrada en la cuarentena acompañada de una joven pelirroja. Junto a ellas viaja un joven de color que lleva una guitarra en la espalda.

¡Coño! - exclama Ragnor - ¡Eso sí es viajar con clase, rubia! ¿Tanto me echabas de menos?

La conductora del autobús le dedica un gesto obsceno con una mano...

Cuando veo a Ithan no puedo evitar soltar lagrimas y temblar ¡Por fin estaremos juntos! , despues de todo lo que he pasado .

En cuanto Johanna frena me bajo 

-¡Ithan ! - me avalanzo contra el para abrazarlo - Por fin te encontramos - comienzo a llorar sin poder parar- Ada hizo un puente quiza lo alcancemos a cruzar , si suben todos podremos llegar a tiempo - me seco las lagrimas-esto podria ser la oportunidad de  salir de este infierno, no hay tiempo que perder 

La Corax comenzó a sacudirse con asco luego de consumir el ojo, y de inmediato cambió a su forma humana. Había muchas voces en ese momento, se hablaba de movilizarse a África donde supuestamente se encontraba el último Túmulo.

-Diderot-t ya est-tá en cam-m-mino.- Dijo apenas tuvo voz. -Est-t-tá en un barco, ot-t-teando una cost-ta, no sé exact-t-tament-te donde. Se ve com-mo un cap-p-pit-tán de m-marina.-

 Asintió levemente con la cabeza y cambió la pierna sobre la cual reposaba la mayor parte de su peso mientras escuchaba al resto de sus compañeros de batalla debatiendo sobre la existencia de un túmulo en África; ciertamente eso tenía mucho sentido y explicaría perfectamente por que la escoria de Pentex necesitaba esos aviones para trasladar su caos. Parecía que el objetivo estaba claro, sólo faltaba decidir cómo llegarían hasta allá con la mayor cantidad de recursos posibles; justo en ese instante un bus arribó al lugar e Ithan apenas tuvo tiempo para distinguir ese exquisito aroma a violetas y jazmines que tanto amaba cuando su pelirroja bajó y salió corriendo a su alcance.

 Tardó algunos segundos en reaccionar antes de abrazarla de regreso, la adrenalina de la batalla había bajado de golpe con un acto tan sencillo como ese, se sentía bien tener cerca de nuevo su calor y su aroma, escuchar su voy y ver esos hermosos ojos esmeralda. - Preciosa... - dijo casi en un susurro acariciando su cabello, ella nunca lloraba, no delante los demás y verla en ese estado le enternecía. La apartó suavemente de él para verla a los ojos, limpió sus lágrimas, colocó una mano sobre su vientre y le dio un suave beso en los labios. - Me alegra tanto ver que están bien -

 Hubiese deseado que aquello durase mucho más tiempo pero la Corax aseguró que Diderot estaba en camino, ella o quizá alguno de sus clones robóticos, daba igual, tenía que proteger a su familia - ¿Un puente lunar dices Shari?, quizá ese puente pueda ayudarnos a llegar a donde necesitamos... De cualquier forma tenemos que movernos ya.

-Vale, cada vez hay más gente y lo mejor, más opciones para viajar hasta allí. comenta Mordisco.

- ¿Hay un puente lunar? ¿De veras? su voz tiene un tono escéptico, pero no agresivo. Ni los más sabios y poderosos se atrevían a abrir uno por miedo a los riesgos que conllevaba viajar por allí. Pero si en verdad alguien lo había conseguido podría ser una buena noticia.

Su mirada pasa rápidamente por todos, en gestos rápidos que parecen más propios de una rata que de su forma natural humana, deteniéndose en la Corax, que ha aportado un dato bastante importante.

- Sea como sea parece que Diderot y por tanto la Tejedora siguen adelante con su plan, por lo que quedarnos aquí no vale de nada. ¿Cómo vamos? ¿O nos dividimos, para aumentar las posibilidades? Aunque lo que puede aumentar son las posibilidades de morir, termina diciendo entre risas.

Toma el extraño parlante del cambiapieles de un solo ojo. Lo mira mientras alardea ante una presa que él no ha participado de derribar. Pero así son los lobos, deben marcar territorio a base de insustanciales muestras de hombría.

Adalid aprieta unos botones en el aparato, pero no es capaz de entender cómo funciona. Luego se queda observando mientras se exponen ideas acerca de cómo desplazarse. Una le llama de nuevo la atención. Un puente. Aunque seguramente sea el más rápido, es también muy probable que esté protegido. Las pesadillas no podrán cruzarlo.

Se acerca a la rata y para tenderle el aparato de comunicación.- Tú pareces inteligente. Comunícate con los soldados de Cluithi por Adalid. Adalid no entiende las creaciones de la telaraña.- Gruñe un poco al reconocer su propia ignorancia.- Pero es poco sensato que los poseídos queden sin instrucción. Es mejor que vengan aquí. No podrán cruzar el puente… No creo que los guardianes lo permitan.- Es probable que tampoco dejen que Adalid lo cruce pero… Adalid está dispuesto a correr ese riesgo.- Deberán tomar otro camino. El barco o el transporte de Pentex.

Hablando de infierno.- Pentex planea destruir el último túmulo. La conexión con los planos. Aislar al mundo de la umbra y mantenerlo lejos del Kaos que lo hace moverse y avanzar. La Tejedora habrá cumplido el fin último de su corrupción. No se puede permitir.- Hay que evitarlo a toda costa.

 - El tiempo apremia, la forma más rápida en la que podemos movernos es mediante el puente lugar - volvió a decir sin dejar de abrazar a su esposa por la cintura, la adrenalina volvía a llenar su torrente sanguíneo, tenían que detener aquel caos de alguna forma y aunque llegar hasta allá con Sharon podría ponerla en peligro, tampoco estaba dispuesto a volver a dejarlos atrás, moriría por defender a su familia.

- Shari si ese puente sigue abierto... ¿crees que puedas llevarnos hasta allá? - le dijo con calma a su querida pelirroja para después levantar la mirada y observar a todos los ahí presentes - A menos claro que alguien tenga una mejor idea y me diga que puede volar una de esas naves de Pentex.

- Ahí me pillas, todo ese campo me queda grande, ríe Mordisco-Venenoso ante las palabras de Ithan.

- Gracias por el cumplido, grandullón, comenta ante las palabras que le dedicó Adalid, pero lo cierto es que va a hacer falta alguien muy hábil para manejar las creaciones de Pentex, y mi campo de experiencia no va por ahí.

Pasa su mirada por todos los presentes allí, uno por uno, para ver si alguien es capaz de usar esa tecnología con una cierta seguridad... porque si no, el puente es todo lo que nos queda, piensa.

Se sentía un poco perdida en la conversación, su mirada estaba en el cielo intentando ubicar a su mentor, algo preocupada de que algo le hubiera pasado. Los miró a todos.

-No sé usar esas cosas, m-mi vuelo se lim-m-mit-ta a tam-maño cuervo.- Dijo, mostrando una sonrisa nerviosa y apenada, como si estuviera poco acostumbrada al trato con otros. -Iré con ust-tedes.-

No sufráis, figuras - dice Ragnor - Todavía nos queda algún que otro Theurge que seguro que sabe cómo llevarnos hasta allí - se encarama de un salto al tanque y se queda mirando a Adalid - No creo que haya problemas en que la rata y la pájara nos acompañen, pero tú... Con ese hedor espiritual que desprendes las Lúnulas te harán pedazos apenas pongas un pie en el puente. Y de tus colegas ya ni hablamos. Mejor búscate otro camino. O mejor, mantente alejado de ese túmulo y así no tendremos que pagarte tu ayuda convirtiéndote en un bonito par de zapatos.

Una voz surge del walkie-talkie que sostiene Mordisco.

¡Adalid! ¡Señor! ¡Hemos ganado! Nos hemos cargado hasta al último de esos cabrones, pero ahora tenemos varios problemas: tenemos muchísimos heridos y no conseguimos hablar con el barco ¿Qué hacemos? ¿Sigue con vida, señor?...

Kaylie se giró hacia el Mokolé al escuchar el ruido del walkie-talkie. Era posible que no estuviera enterado.

-El b-barco fue t-t-tomado p-por P-P-Pentex, lo vi de cam-mino a aq-q-quí.-