Partida Rol por web

Me encojo de hombros cuando Will pone una mano sobre mi, intentando no revelear completamente mis pensamientos y sentimientos.

— Cansado, a penas he podido dormir, pero supongo que tampoco tenemos otra opción que seguir aquí...— casi sin darme cuenta todos los chicos y chicas se han ido ya, incluido mi hermano, por lo que sigo a mi amigo al comedor, realmente tengo miedo de quedarme solo.

No estaba siendo fácil estos días para Ryan. Absorto en sus pensamientos y en que la mayor parte de sus amigos habían abandonado el colegio, había pasado un gran rato solo en los jardines hasta que de pronto observó que la clase ya había empezado.

No solía perder clase pero en este caso sentí que necesitaba más el aire fresco y cuando terminé me fui directo a la Sala Común para intentar encontrarme con alguno de mis compañeros. Así que cuando llegué, me senté cerca de la chimenea y pronto los pensamientos me volvieron a absorver.

Al llegar a la sala común, Perry lanzó la mochila con los libros sobre uno d elos cómodos sofás y se dejó caer junto a ella. Estaba cansado y pensando sobre MIrcea. Un rápido vistazo le sirvió para localizar a Ryan. ¿Qué hacía aquí? Acababa de perderse clase de DCAm con la pérdida de puntos consiguiente. La ira se apoderaba del ravenclaw pero logró sofocarla. Quizá no estuviera bien pro el asunto de las mascotas. Decidió tantearle a ver.

-¡Ey, Ryan! ¿Qué tal? No has venido a clase. ¿Estás bien? Si necesitas ayuda yo puedo enseñarte el conjuro. El porfesor hadicho que tendréis que ir el domingo a su despacho. Sarah y Crystal también tienen que ir.

Hola Perry, digamos que he tenido un pequeño descuido y se me ha hecho tarde. ¿Sara y Crystal también han faltado? Que raro. Si que necesitaría ayuda, si no te importa me gustaría aprenderlo cuanto antes. ¿De qué trataba?

- Claro, Ryan. Cuanto antes lo aprendas antes arreglaremos este desaguisado.- Perry sacó la varita y se dispuso a ayudar a Ryan enseñándole los movimientos de la varita y las palabras adecuadas.- Pues así es. Es bastante fácil. Inténtalo tú ahora.

Venga, voy a probar, dime lo que esté haciendo mal o en la recuperación me van a catear sin dudar.

Me has dicho así, ¿no?

Intento concentrarme y en seguir todos los pasos que me indica Perry.

Cuando creo haberlo hecho bien, le pregunto a Perry.

¿Te importa si voy contigo estos días? Mis amigos se han acabado marchando y no conozco a muchos.

- A mí me pasa lo mismo. Muchos se han ido así que perfecto que vayamos juntos.- El chico había cogido el mecanismo del hechizo rápidamente. Ahora sólo tendría que ir a la recuperación y enfrentarse al boggart pro sí mismo.

El chico llegó a la sala común frotándose los ojos. Alzó la mano a forma de despedida a Perry y su acompañante, pero no se detuvo. Fue directo a los dormitorios.

- Bueno Ryan, yo me voy a cenar que si no se me hará tarde. Te veo luego.

No tengo hambre, me quedaré leyendo por aquí un rato y subiré a dormir.

Era pronto, o al menos eso fue lo que pensó cuando vio que la sala común estaba desierta. Se rascó la cabeza mientras llegaba al centro de la sala, y vio cómo los elfos habían ordenado todo y estaba perfectamente limpio.

Encogiéndose de hombros, salió por el retrato. Su estómago le decía que era hora de comer.

Sin mirar quien había presente en la Sala Común, salgo decidido a probar el desayuno.

Llego apresuradamente a la sala común de Raven, buscó unos libros que había dejado allí. había estado tratando de prepararme para las clases y esperaba poder recuperar las clases y el tiempo perdido. Busqué mi varita... la sala común sería el último lugar en dónde podría haberla extraviado. Por suerte luego de revisar detrás de uno de los sillos allí la encuentro debió caerseme mientras buscaba pistas sobre las pisadas que había visto en mi dormitorio y que al parecer se perdían al llegar a la Sala común. Luego de hechar un último vistaso por los rincones tomo conciencia de la hora, me doy cuenta de que ya se me estaba haciendo tarde para llegar a clases. Tomó mis libros y demás cosas y salgo corriendo hacia el Salón de clases... 

-Espero que sea demasiado tarde y pueda llegar a tiempo a clases. Sería terrible perder nuevamente la clase.- Digo en voz alta aunque nadie pueda oirme.

Entré como un vendaval en la Sala Común, notando cómo algunos de los muchachos más mayores se limitaban a mirarme, sonriendo divertidos. Me pregunté si nunca se habían dormido, y pensaba decírselo, pero no tenía tiempo para comenzar una pelea verbal donde me limitaría a coger tirria a mi querido despertador de peluche.

Crucé la Sala Común, chocándome contra una pequeña mesa, haciéndome gemir de dolor, y me paré en seco para contemplar los anuncios en el tablón, como si dispusiera de todo el tiempo del mundo.

Chasqué la lengua en cuanto me pareció una eternidad, y me recordé que debía irme cuanto antes.

—Maldito despertador— refunfuñé, torciendo la boca, y saliendo de la Sala Común. 

Byron llegó a la sala común y fue a buscar el libro de Arted quiméricas. De momento, el conjuro más útil que había aprendido era artifficus, que, bien usado y con preparación podría serle bastante útil. Se peguntaba si con práctica sería capaz de transportar no únicamente la ropa, sino también llaves, herramientas, o cualquier cosa que estuviese con las ropas. Le había sorprendido gratamente la asignatura y a pesar que no se le daba tan bien como encantamientos, de momento había demostrado ser más útil. Tras ir y venir del dormitorio dejando cosas en los bolsillos de las túnicas, Byron empezó a practicar.

-¡Artifficus!- dijo pensando en alguna túnica con el objeto

Entré en la sala común de Ravenclaw ya con la varita preparada, tratando de concentrarme todo lo posible para que el hechizo me saliera, aunque, en el fondo, temía que volviera a fallar.

Suspiré, mirando a Perry, y me centré en mi cometido. Tenía que sacarlo, era importante. Todos, al final, lo habían conseguido, y, aunque no me gustaba ir a la moda y hacer lo que todos hacían, me gustaba pensar que no era tan torpe como para que el maldito hechizo no me saliera.

—¡Mejoratem Voluptatem!— grité con todas mis fuerzas, como si aquello me ayudara a sacar el hechizo.

No las tenía todas conmigo, y cerré los ojos, sin querer ver la expresión de mis compañeros.

—¿Qué?— pregunté, ansiosa—. ¿Me ha salido? ¿Tengo la maravillosa cana? 

Perry llegó a la sala común con el estómago un poco cerrado. Se dispuso a entrenar un poco antes de ir se a la cama por si acaso Eire quería intentar aprender alguno de los hechizos que se había perdido. Encantamientos se le daba bastante bien así que mientras su compañera intentaba  el mejoratem volptatem él trataría de perfeccionar el colloportus.  Sacó la varita y apuntó a la mochila abierta.

- ¡Colloportus!- El hechizo le había salido pero no a la perfección, como él deseaba. Se giró hacia Eire y rebscó entre su pelo largo y castaño.

- ¡Ahí está! Esta vez sí te ha salido. Ahí esta tu cana. - Se la mostró sin arrancársela. Al menos Eire podía dormir hoy tranquila, se había esforzado al máximo.

Seguí muy atento el hechizo de Eire, así que cuando lo consiguió le felicité.

Perfecto, si al final la hamburguesa era lo que te hacía falta, ahora lo único que debes intentar es mejorarlo y no fallar en la recuperación y seguro que a ese ritmo finalmente ganamos la copa de la casa - digo riendo.

-¡Ahhhhhh!— grité de emoción al ver la hebra brillante, blanca, resplandeciendo a la luz de las velas y sin haberme fijado en el conjuro de Perry en su mochila—. ¡Bien, bien, por fin!

Salté de emoción, notando cómo una carga se liberaba, abandonaba mis hombros, y no volvería hasta que terminara estropeándolo de nuevo. Pero, en ese preciso instante, podía pensar que me había salido, y que estaba totalmente feliz por ello. Era un hechizo difícil, y se me había atragantado como ninguno.

Miré a Perry y a Ryan sonriente, y volví a dar pequeños saltos, entusiasmada.

—¡Me ha salido, me ha salido!— repetí varias veces, encantada—. ¿Ves? Por eso he comido mucho. Es lo que dices tú. Porque me da energías— dije, mirando a Ryan divertida, alzando las cejas y bajándolas repetidas veces—. Era justo lo que necesitaba.

Miré mi cana de nuevo. Nunca me había alegrado tanto de tener un pelo blanco en mi pelo.

—Qué bien. En serio, gracias, muchachos— agradecí, emocionada—. No lo habría conseguido sin vosotros, desde luego. Sois muy buenos profesores. Planteaos ser profesores cuando seáis mayores. Yo lo haría— dije, esta vez seria—. Se os da genial.

Volví a mirar mi cana, y murmuré cosas como “qué bien” o “qué genial”.

Rebusqué en mi mochila, y comprobé mis reservas de comida. Saqué la lengua, divertida, y miré a Perry y a Ryan.

—Tomad— dije, tendiéndoles una rana de chocolate a cada uno—. Por haberme ayudado. Espero que os gusten— dije, encogiéndome de hombros.   

- Ese es el espíritu Ryan.- Dijo ante el comentario del chico.- ¿Profesor? Ehm..pfff, no sé, aquí no desde luego.- Efectivamente los profesores de Howarts dejaban bastante que desear.- Estoy muy cansado hoy. Me voy a la cama. Mañana nos vemos ye investigamos pro donde queráis jeje, pero antes hay que dormir para ir a clase en perfectas condiciones.