Partida Rol por web

Escuchar la voz entrecortada de William hace que se me caiga el alma al suelo. Me siento bastante culpable por no estar teniendo una reacción tan emocional como él, a veces, cuando ocurren cosas así, soy demasiado frío y racional. A veces me doy miedo.

Me levanto de la cama y camino descalzo y en ropa interior la corta distancia que separa nuestras camas para sentarme un segundo al borde del lecho de mi amigo e inclinarme sobre él para darle un abrazo. Ha estado intentando consolar a mucha gente, pero nadie lo ha consolado a él.

—Ánimo, William, verás cómo todo mejora.

Aprieto un poco más mi abrazo y lo suelto para regresar a mi cama e intentar cerrar los ojos para dormir, pero visiones de mil monstruos y pesadillas se interponen entre el sueño y yo.

Amanecer del Día 9

Martes

Día después de Halloween. (solo por hoy rolearemos al día siguiente de lo que ha pasado)

Perry se agitaba en la cama como si estuviera inmerso en alguna pesadilla de la que no pudiera escapar. Gladius permanecía a su lado, con el sueño inquieto de los gatos, así que al final terminó desperezándose y acercándose al rostro de Perry para ver lo que le pasaba a su amo. Un par de ásperos y cálidos lengüetazos acabaron pro despertar a Perry, cuyo pecho se agitaba con velocidad. Cuando vio que Gladius le había despertado y que aún era de noche y los demás dormían exclamó:

- ¡¿Otra vez?!- Pero tras calmarse un poco vio que todo había sido un mal sueño. Volvió a acurrucarse entre las sábanas con su mirada fija en la cama de su hermano Edward por si veía algún movimiento. Necesitaba compañía y hablar con alguien. Quizá lo sucedido la noche anterior le hubiera afectado más de lo que pensaba. Trató de alejar de su mente las imágenes de Mircea atacándole con su varita.

Byron se había quedado acurrucado junto a Puppy toda a noche. No había podido dormir, su mente se había quedado en shock, paralizada. Y cuando el lloro acabó, no pudo hacer más que quedarse allí, abrazado junto a Puppy. Nadie consiguió hacerlo cambiar de parecer para llevarlo a la cama. Simplemente no contestó.

Pero por fin, al cabo de las horas, el sobresalto de Perry y el cansancio acumulado consigue sacarlo del shock en el que estaba. Ni siquiera sabía donde estaba, miró hacia el lugar del grito y vió a Perry girarse... Pero ese punto de vista no era al que estaba acostumbrado, volvió a girarse para mirar donde estaba: encima de su perro muerto. Sus ojos se volvieron a humedecer. Pero ahora, además de tristeza y pesar, sentía una rabia que crecía en su interior. Debían castigar al que había hecho esto. Hogwarts debía responder por estos hechos.

Se levantó y sin demasiado cuidado por el ruido, cogió los libros: Debía haber algún conjuro que le ayudase a saber qué había ocurrido, y se fue caminando con ellos hacia la sala común.

Me levanto con los ojos llenos de legañas, no de conjuntivitis, sino de lágrimas secas. Me los froto y en cuanto los abro, mi primer impulso es cerrarlos de nuevo. Hay cosas que prefiero no saber, como que ha vuelto a pasar algo malo. Cuando oigo actividad por parte de mis compañeros sin gritos ni aparente prisa, deduzco que a pesar de lo ocurrido ayer, todo va bien hoy. Es solo un día más...

Suspiro y me siento en la cama.

—Buenos días... —les digo a todos. Con bastante parsimonia, o mejor dicho con poca energía, voy al baño para asearme un poco y vestirme sin ganas. Cuando termino, voy hacia la sala común para no molestar a los que aún duermen.

El sueño había ido y venido durante toda la noche, no había conseguido conciliar el sueño por más de unos minutos seguidos, y desde luego no es lo suficiente como para haber descansado después de unos sucesos como los de anoche.

Durante toda la noche, tan pronto como conseguía caer dormido me encontraba de nuevo en el baila viendo «llover» lechuzas muertas, un baño de sangre que desde luego será difícil de olvidar.

Escucho la exclamación de Perry, pero no tengo ganas de levantarme, ahora lo único que me apetece es quedarme en la cama para siempre, no tengo fuerzas para moverme. Escucho ruido de más gente levantándose, pero ni siquiera me giro para mirarlos, ahora mismo no me interesa lo más mínimo. Escucho también la voz de mi amigo Will dando los buenos días, pero no respondo, no tengo fuerzas.

El tiempo va pasando, y poco a poco me voy autoconvenciendo de que debería ponerme en pie y afrontar el día y finalmente me levanto. Me giro hacia mi hermano e intento esbozar una sonrisa, aunque resulta imposible.

— Buenos días — digo casi sin voz mientras me levanto lentamente de la cama y me calzo las zapatillas y camino hacia el baño para asearme un poco. Pasados unos minutos regreso en ropa interior a mi baúl y rebusco para sacar ropa limpia para vestirme y una vez con la ropa, bajo a la sala común casi arrastrando los pies.

Todo había sido muy rápido y extraño. Tras la decisión de reunir a todos los alumnos de hasta el momento no pude dormir. Vi como poco a poco mis compañeros se levantaban y en cuanto saludaban, les devolvía el saludo:

Buenos días.

Cuando me ví preparado para levantarme, fui al baño, me aseé y me puse la túnica. 

Espero que hoy podamos vivir un día normal.

A Perry no fue al único al que le despertó su gato. Christopher sintió una y otra vez durante toda la noche como Isidoro se apretaba contra su cuerpo, se metía entre sus brazos y se acurrucaba. El animal sabía que algo malo había pasado y sólo quería estar junto al muchacho. Pero le despertaba una y otra vez.

Cansado de dar vueltas, se incorporó. No fue capaz de dar los buenos días. No eran buenos. Eran horribles. Por unos segundos pensó que todo había sido una terrible pesadilla. Pero sabía que no. No supo como, pero se levantó y, cuando se quiso dar cuenta, se estaba duchando. Salió empapado y se secó con rapidez. Se puso una túnica y, dejando a su gato dormido bajo las sábanas, bajó a la sala común

La gente se iba despertando pro lo que Perry acabó por dejar la pereza entre las sábanas. Se duchó y bajó a la sala común, dispuesto a ir a desayunar. Se puso ropa bastante sobria pensando en el funeral.

- Buenos días a todos.- Si es que podía ser un buen día para aquellos qu eno tenían gato como mascota. Afortunadamente la mascota de los Ward, Gladius, era un precisos minino.

El chico llegó al dormitorio, y se sorprendió al ver que no había nadie allí. Isidoro se acercó, contento hasta él, y se restregó entre sus piernas. El muchacho lanzó la mochila a su cama y cogió a su gato, que parecía lleno de gozo y ronroneaba como si no hubiera un mañana. Christopher estuvo un rato acariciándole hasta que el gato, harto, se retorció y salió corriendo por toda la habitación. Y, aunque estaba algo cansado, Christopher jugueteó con él, persiguiéndole y escondiendose para que su gato hiciera algo de ejercicio.

Pero se cansó mucho antes que él. Casi con la lengua fuera, pidió un alto a su gato. Mañana más... No puedo... y el gato pareció entenderlo. Se sentó ante su comedero y se puso a disfrutar de su cena mientras Chris entraba en el baño, se lavaba y se cambiaba. Se metió en la cama junto con Isidoro.

Ya en el dormitorio Perry usó artifficus para cambiarse al pijama rápidamente y se metió entre las sábanas. Mañana sería un nuevo día y tendrían que esforzarse más si querían recuperar una buena posición en la copa d ela casa.

- Buenas noches.

Al llegar al domirtorio intento hacer el menor ruido posible y aunque era aún pronto para lo que solía acostarse últimamente, me quedé dormido rápidamente.

Byron llegó al dormitorio y vió que estaban todos ya acostados. Sin querer molestar, se quitó los zapatos en la puerta, y entró de puntillas, intentando hacer el mínimo ruido hasta su cama. Allí, cuidadoso de nuevo, procuró no hacer ruido mientras se desvestía y se ponía el pijama y se estiró en la cama.

Aún le quedaban muchos libros de la biblioteca por leer.

Llego al dormitorio en silencio, intentando hacer el menor ruido posible. No digo nada por miedo a despertar a mis compañeros. Me meto en la cama tras cambiarme con presteza, y me dejo caer en el sueño hasta mañana.

El muchacho se despertó con un sobresalto. Algo le aprisionaba la garganta y, cuando abrió los ojos, vio a Isidoro durmiendo a pierna suelta sobre su cuello.

Aaag sólo pudo decir mientras apartaba a su gato, y se levantaba. Creía que preferías meterte bajo las sábanas, no sobre mí susurró para no despertar a los demás.

Chris cogió su ropa y entró en el baño. Al rato, salió totalmente vestido, pero aún secándose el pelo. Ahora, con el frío, no podía salir por ahí con el pelo húmedo. Recogió las cosas de su baúl y se despidió de Isidoro, que había ocupado las almohadas, mientras saliá del dormitorio

Las pesadillas aún siguen apareciendose en cuanto cierro los ojos, las imágenes de aquella noche de Halloween siguen atormentándome y esta noche a penas he conseguido pegar ojo. He estado media noche dando vueltas en la cama, y soloa las cinco de la mañana conseguí dormirme en un sueño ligero que justo a la hora de despertarse se ha transformado en uno más profundo.

Las sábanas y la manta están enteras revueltas sobre mi cuerpo, tengo un pie descalzo fuera de la protección que estas confieren, y una mano colgando por uno de los costados, el pelo entero revuelto y la almohada manchada de sudor.

Al escuchar ruido me muevo, pero por desgracia para mi, eso no implica que me llegue a despertar, ahora que he conseguido dormir...

Perry se levantó con legañas en los ojos que se quitó frotándoselos con el antebrazo. Se estiró aún sentado sobre la cama para luego lanzar un largo bostezo a la par que su gato Gladius. Pasó junto a la cama de su hermano y dejó que durmiera un rato más mientras él se duchaba y se vestía. Al salir vio que aún seguía, el muy perezoso, dormido .

- Vamos Ed, se te va a hacer tarde.- Por nada del mundo quería que su hermano perdiese puntos para la casa. Menos aún según iban las cosas, al menos con los Raven de segundo. Zarandeó a su hermano hasta que se aseguró de que comprendía lo que le estaba diciendo y se despejaba lo suficiente para no volver a quedarse dormido en cuanto Perry se diera la vuelta. Tras haberse asegurado se dirigió a desayunar.