Partida Rol por web

Harry Potter y la Nueva Generación

En el exterior: El Bosque Prohibido

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22/08/2013, 17:32
2ºS - Morpho Venom

Saludé a todos y tras lo que sucedió...

¡Cassius! - grité.

Maldita sea, parece que nos estaban esperando.

Salí a toda prisa hacia donde creí que se lo habían llevado, me daba igual si iba solo o si estaba haciendo una locura, pero no iba a dejar a mi amigo solo con quien quiera que se lo hubiese llevado.

Notas de juego

Master, no sé si tendría que hacer una tirada de dados para poder averigüar dónde se lo han llevado.

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22/08/2013, 18:51
2ºH - Mircea Padurearu

En un visto y no visto, la figura de Cassius iluminada por la luna desapareció. Apretando con fuerza la piedra, Mircea escuchó una débil risa en el interior de su cabeza. Con dificultad consiguió evitar que una sonrisa subiera a su rostro. Se mantuvo ahí pegado hasta que el Flámatte de Diana consiguió hacer que apartara la vista del punto donde estaba el montón de carne.

La niña consiguió arrastrarle unos pasos antes de que el chico consiguiera soltarse de ella. Quieto en el sitio vio como Gwen y Diana corrían hacia el colegio.

Cassius no le caía bien, pero ya había decidido que si algo debía pasarle sería por su propia mano. No por la imprudencia de mirar a la muerte a la cara y sacarle la lengua.

Poniéndose de nuevo el guante de la mano derecha, se acercó al punto donde Morpho andaba tratando de averiguar por donde meterse en el bosque.

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22/08/2013, 19:04
2ºH - Mircea Padurearu

Estate quieto, deja de revolverlo todo, le regañó.

Agachándose cerca del punto de entrada al bosque, buscó señales que pudieran indicarle hacia donde podrían haberse llevado a Cassius.

El entorno era extraño, claramente mágico. La arboleda no encajaba con la de ningún bosque del mundo muggle. En ningún sitio más que aquí se podría ver tal variedad de especies arbóreas, todas fuera de su entorno. Sería difícil rastrear ahí. Esperaba que lo aprendido de su tío en los bosques de Târgoviste le sirviera para localizar el rastro.

- Tiradas (1)

Motivo: Rastrear rastro Cassius

Dificultad: 0

Habilidad: 0+10

Tirada: 2 8 10

Total: 8 +10 = 18 Éxito

Notas de juego

Utilizo Rastrear. Como no lo hemos usado, no sé si debe usarse +1 por ser hijo de magos, ya que es una habilidad física. Utilizo +0 por si acaso.

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22/08/2013, 19:45
2ºS - Morpho Venom

Dirigí una mirada inquisidora a Mircea.

No lo revuelvo todo, ¿ves?, estamos en un bosque, ya hay matojos por todos lados - le dije y continué mirando alrededor para intentar captar dónde podría estar mi compañero de casa.

Saqué mi varita ante lo que se pudiese avecinar.

Ándate con ojo, ahora mismo somos carne de cañón - le volví a decir, esta vez con un tono de voz más tranquila.

 

- Tiradas (1)

Motivo: Rastrear Cassius

Dificultad: 0

Habilidad: 0+9

Tirada: 4 5 5

Total: 5 +9 = 14 Éxito

Notas de juego

Hago, por si acaso, la tirada de rastrear, al igual que Mircea ; )

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22/08/2013, 22:09
Out(H) - Ardeen Colden

Ardeen escuchó el discurso de Cassius con poca convicción en que algo pasara, obedeció en silencio y se colocó a esperar junto a los otros. De repente, pudo ver una sombra que envolvía a Cassius y desaparecía con él. ¡Dios Mío! ¿Habéis visto eso?-preguntó estupefacta. Observó como el resto tomaba sus propias decisiones y cuando vio que Mircea y otra chica se quedaban tembló de ira. Mircea, nos largamos de aquí ahora mismo ¿pero qué te pasa? Tú también sabías que esto iba a pasar, ¿es que acaso quieres que también te pase a ti? Nos vamos todos al castillo ¡¡¡¡¡INMEDIATAMENTE!!!!- bramó roja de ira. Cogió del brazo a Mircea y le arrastró con todas sus fuerzas

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23/08/2013, 00:02
2ºH - Mircea Padurearu

Mircea empujó a Ardeen, molesto porque la chica hubiera ido después de avisarla durante la cena. Vete a buscar ayuda, le dijo fríamente en un tono bajo y cortante. Volvió a empujarla para que iniciara la carrera, como si de un caballo se tratara.

 

Notas de juego

Morpho, te acaban de llamar chica. o.o

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23/08/2013, 02:22
Director

Por muchos rastros que buscarais no había manera de encontrar nada, absolutamente nada había pasado por allí. Aquella sombra que se había llevado a Cassius no había dejado rastro de ninguna huella. Absolutamente nada.

Pero cuando os disteis cuenta y antes de que a Ardeen le diera tiempo a salir de allí, un sonido a vuestras espaldas os llamó la atención.

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23/08/2013, 02:26
Profesor Viktor Krum

Cuando os girasteis visteis que Viktor Krum estaba allí presente armado con su escoba y con una sonrisa de oreja a oreja.

¡Largaos de aquí antes de que me ponga a quitaros puntos a los tres! Yo me encargo de Cassius. ¡Vosotros idos a las habitaciones y dejadme a mí! Buscaré a quien sea que se lo ha llevado. No temais, todo está bien. Y largaos, no quiero quitaros puntos, eso no va conmigo. Dijo encogiéndose de hombros el único profesor que no os había dado ni quitado nunca un punto en todo el año de clases que llevabais.

¡Y tú también, joven Ward! Que te he visto allí detrás escuchando. Dice el profesor Krum señalando detrás de un árbol a Perry que estaba allí con un extraño artilugio entre sus manos.

¡Todos ahora mismo a sus camas o me voy a enfadar!

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30/01/2014, 05:10
Director

Al oeste del Castillo de Hogwarts hay un bosque grande y oscuro. Este bosque está estrictamente fuera de los límites de los estudiantes de Hogwarts.

El bosque es espeso con diferentes tipos de árboles: hayas, robles, pinos, sicómoros, y tejos, así como maleza y espinas pero hay caminos, arroyos, y claros. Fuera del camino, es casi intransitable.

El bosque prohibido es un surtidor ancho y extraño de criaturas.

Hay áreas alrededor de los bordes del bosque que son parte de los terrenos de Hogwarts pero que están fuera de vista del castillo.

Todo el suelo estaba cubierto por la nieve del crudo invierno que estaba aún por llegar.

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30/01/2014, 09:34
2ºH - Mircea Padurearu

El bosque prohibido. El año pasado había conseguido que no se volviera a repetir ninguna locura como la de antes de Navidades. Con lo emocionado que estaba Oliver, la esperanza de que se olvidara del peligro que suponía cualquier cosa que tuviera que ver con el hombre-lobo resultaba más bien escasa. Pero lo imposible había ocurrido y a la vuelta para el segundo semestre, el hombre-lobo fue olvidado y sin embargo esa aventura fue sustituida por otras de diversa índole, algunas incluso peores...

Mientras iba acercándose, se quitó el sombrero y metió la mano. Mientras pensaba en cosas específicas y las iba tocando con la mano, fue tachando cosas de una lista mental. Una lista mental que tenía que ver con la idea de romanticismo de Oliver y Cassius, que no se parecía en nada a la suya propia. Suspiró al tocar la pata de una mesa y el respaldo de una silla. ¿Qué más cosas podían haber metido sus hermanas ahí? Las imaginaba capaces de haber metido un coro de gnomos cantores, un equipo de quidditch al completo e incluso alguna de las amigas del internado que habían pasado unos días en su casa en Londres durante el verano. Mircea sacudió la cabeza, decidiendo que hasta la hora de la comida trataría de no pensar en sus hermanas y en como habían cambiado la vida en Hogwarts.

Se sentó en una piedra, casualmente la misma detrás de la cual se escondieron cuando Cassius demostró su osadía o locura, no sabía como llamarlo, quizás mejor sería denominarlo pocas luces. Cruzó las piernas en posición sukasana y puso el sombrero entre sus piernas.

Metió la mano en él y sacó el libro que buscaba: "Touched with Fire: Control y manejo de tu otro yo" por Kay Redfield Jamison, un escritora muggle.

Era cierto que tenía amigos y se sentía bien con ellos, pero por alguna extraña razón eran aquellos momentos de solitud cuando realmente se sentía en paz. Cuando sabía que nada podía causar que algo fuera a mal salvo él mismo. No era felicidad lo que sentía cuando estaba solo, pero sí calma, tranquilidad.

Inspiró profundamente y espiró varias veces. Porque si hubiera expirado, la historia de nuestro personaje hubiera acabado aquí...

Abrió el libro por el capítulo siete, de título: Las barreras de la mente

En la edad media se construían castillos de altos muros, fosas y todo tipo de defensas. En el siglo XXI se implantó la tecnología electrónica como el mejor método de protección. Pero en la mente eres tú mismo quien tiene que levantar tus barreras: paredes de ladrillo, ventanales de cristal o agujeros negros. Tu capacidad de renovar tus defensas, cambiarlas con el tiempo y variarlas según las condiciones será lo que te permita mantener encerrado aquello que no quieres que salga. Solo tienes que...

Se conocía el libro. La teoría era sencilla, la técnica algo compleja y la práctica más difícil aún.

Se quedó mirando los árboles que se alzaban enfrente suya. Una empalizada natural de árboles frondosos de largos troncos y follaje denso que impedía que la luz entrara. Si fuera capaz de hacer algo como aquello...

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30/01/2014, 11:17
1ºS - Asterope Bletchley

Asterope caminó y caminó por los terrenos de Hogwarts. Le resultó bastante relajante. Ahora se sentía mucho más calmada que cuando estaba en la biblioteca. Llegó a los límites del bosque prohibido. Siempre le había fascinado ese lugar. Pensaba en todas las criaturas mágicas que tenía que haber dentro y en toda la historia que había leído sobre él y se llenaba de curiosidad. Pero nunca entraría, no. Las normas lo decían; el propio nombre del bosque lo decía: está prohibido. Lo último que quería ella era perder puntos para Slytherin por una aventura que, seguramente, saldría mal. Porque estaba claro que era peligroso, sobre todo para los alumnos.

Aunque algún compañero suyo ya lo había propuesto. Linc, por ejemplo, estaba deseando entrar. Y estaba claro que esperaba que ella lo acompañase. Linc... Se preguntó qué estaría haciendo ahora. Los chicos la habían invitado a ir con ellos después de estar en la biblioteca, pero no tenía muchas ganas de estar con gente. Y como Hefesto no había vuelto de su encargo, a Asterope le tocaba pasear sin compañía alguna.

Sin embargo, parecía que, al final, no iba a estar tan sola como pensaba. Nada más llegar vio a una figura sentada. Tenía un libro delante, pero miraba fijamente al bosque. Lo rodeó aún en la distancia para no pillarle por detrás y que se asustara. Se acercó lentamente y, cuando estuvo a unos pocos metros de distancia, lo reconoció. Era el chico de la biblioteca. Por alguna extraña razón, mirarlo le provocó un sentimiento extraño en su interior. Y no estaba segura de que fuera bueno. ¿Mircea, se llamaba? Creo que sí. Parecía concentrado, así que decidió no molestarlo.

Se sentó apoyando la espalda sobre un árbol. Abrió la mochila y sacó "El mundo onírico: interpretación de la mente". Ahora que estaba más calmada, y lejos de un lugar lleno de libros, quizás podría leerlo sin ponerse muy nerviosa. O eso esperaba...

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30/01/2014, 11:55
2ºH - Mircea Padurearu

Si hubiera estado atento, quizás hubiera visto la figura que entraba en su campo de visión y se sentaba apoyándose contra uno de los árboles. Pero en aquel momento, con la mirada perdida, más sumido en su propia mente que pendiente de su entorno, apenas era consciente de las figuras que la luz hacía que entrara por sus pupilas.

Trataba de poner barreras al campo, de cerrar con llave la puerta que contenía el mar; algo tan difícil pues no era capaz de discernir qué debía tapar. No era un secreto enclaustrado en una habitación ni una promesa que debía proteger, sino que era una especie de neblina que se encontraba presente en todos lados. ¿Como podía poner en práctica la técnica del libro?

Esto no funciona, se maldijo a sí mismo, retornando de su abstracción.

Acarició el bulto que sentía en la túnica, donde dentro de uno de los bolsillos interiores se encontraba una de las misivas de la mañana que se habían enviado a los de primero. Según las palabras de Cassius, las crías debían haber montado una fiesta...

Regresó a su libro, pero al instante volvió a levantar la mirada. Algo había cambiado. Alguien más se encontraba allí. Era la niña de la biblioteca. La viperilinor que había conseguido encontrarle el volumen de Magia curativa y protectora en la Edad Media.

Guardó el libro de nuevo en el sombrero y sacó su varita. Sonitus, susurró.

Cuidado con el bosque. Los incautos desaparecen. Los locos se desvanecen. Los valientes son los primeros en sucumbir y los cobardes los últimos en morir. No nos des la espaldaaaa..., oyó Asterope como si el murmullo proviniese del bosque, algo susurrado por las hojas, rumiado por la tierra y cantado por la brisa como si fuesen varias las voces que se solapasen.

No era su intención asustar a la chica. Sino tan solo avisarla que no era seguro subestimar el bosque prohibido, dándole la espalda.

- Tiradas (1)

Motivo: Sonitus

Dificultad: 20

Habilidad: 5+17

Tirada: 2 6 7

Total: 6 +5 +17 = 28 Éxito

Notas de juego

Sonitus a doble dificultad para Dom0.1

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30/01/2014, 12:17
1ºS - Asterope Bletchley

El libro que tenía entre sus manos era, sin duda, mucho más preciso y profesional que el de Trelawney. En él leyó que la interpretación de los sueños no era una ciencia exacta (Como ninguna rama de la Adivinación, pensó la niña), pero que se podía sacar alguna conclusión de ellos con la práctica. Para ello habría que conocer todos los detalles y buscar en una buena enciclopedia. Pero no valía con unir los significados de cada una de las partes, porque juntas, podían tener un mensaje completamente diferente que separadas.

Entonces, mientras estaba inmersa en la lectura, escuchó una voz traída por el viento. Hablaba con susurros, pero se le entendía a la perfección.

Cuidado con el bosque. Los incautos desaparecen. Los locos se desvanecen. Los valientes son los primeros en sucumbir y los cobardes los últimos en morir. No nos des la espaldaaaa..., 

Levantó rápidamente la vista del libro y giró la cabeza mientras sacaba su varita. Sí, procedía del bosque. Un escalofrío recorrió la espalda de la pequeña. Hacía apenas media hora se había sentido acosada por un incomprensible sueño y por el mensaje de una persona anónima. Y el temor aún permanecía en ella. Que ahora sonara una voz sin cuerpo advirtiéndole de un peligro no era lo mejor que le podía pasar.

Pero intentó mantener la cabeza fría. ¿Miedo? No, no tengo que tener miedo, siempre y cuando no me meta dentro. Los terrenos son completamente seguros. Creo... Intentó divisar quién había hablado, pero la densidad de los árboles era tal que no consiguió ver nada. Aunque estaba casi segura de que por ahí no había nadie.

¿Pero...? Había algo que no le cuadraba. ¿Cómo era posible que escuchara tan nítidamente las palabras y no hubiera rastro de quien las había pronunciado? ¿Habrá sido un fantasma de Hogwarts? He oído que a algunos les gusta gastar bromas a los alumnos. O quizás sea algún hechizo de aviso que hayan puesto los profesores. No, eso no puede ser. Llevo aquí ya unos cuantos minutos y no ha sonado hasta ahora. No estaba segura de nada. Por los tipos de criaturas que sabía que había en el bosque, no era posible que ninguna de ellas lo hubiera dicho. Pero quién sabe qué otros misterios guardaba ese lugar. Y habían elegido el mejor momento para mostrarse ante ella...

Volvió a girarse y se fijó en que Mircea la observaba. Tenía la varita fuera. ¿Lo ha escuchado él también y se está defendiendo? Metió su libro en la mochila, se levantó y se acercó a él. ¿Has oído eso? ¿Es alguna especie de conjuro de aviso para ahuyentar a los estudiantes? He leído mucho sobre Hogwarts, pero esto no me suena de nada. Quizás sea parte de la magia del bosque. Ahora le brillaban los ojos. Tal vez fuera por tener compañía, pero, poco a poco, iba olvidándose de sus temores. Ahora, su naturaleza curiosa empezaba a resurgir y luchaba contra su precaución, su temor y su afán por seguir las normas; y consiguió que se centrara en algo, para ella, emocionante.

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30/01/2014, 12:53
2ºH - Mircea Padurearu

La reacción de la niña hizo que Mircea se avergonzara de haberla asustado. No era su objetivo, aunque viéndolo con otros ojos, quizás lo que había hecho no era lo más acertado. Se imaginaba él en la situación de ella y decidió que seguramente él también se hubiera sorprendido, reaccionando de igual forma. Puede que incluso hubiera soltado un Flámatte o cualquier otro hechizo sin investigar qué o quien había producido aquellas palabras. Quien sabe si incluso los débiles muros de ramas y hojas que había montado se podían haber desmoronado, dejando libre algo peor...

Al ver que la cría se dirigía a él, guardó la varita en la manga de su túnica y esperó a que terminara de acercarse.

Pensó en como evitar responder, si cambiando de tema o mintiendo descaradamente. Pero él no era así. Por la misma razón que le hacía ir al director a revelar todo aquello que creía haber hecho mal sin acusar a nadie mas que a sí mismo... Por esa misma razón, decidió que lo mejor era ser sincero.

Mircea hizo una mueca con la boca, al decir: Oh, imi pare rau, sin darse cuenta que se acababa de disculpar en rumano. "Vaya, lo siento" La verdad es que he sido yo. Se pasó una mano por el cabello que le había crecido demasiado tras tres semanas en el colegio. Siento si te he sobresaltado, no era mi intención. Pero el bosque es peligroso y nunca deberías darle la espalda, dijo abarcando toda la arboleda con la mirada.

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30/01/2014, 13:14
1ºS - Asterope Bletchley

Cuando el chico le explicó la verdad sobre lo que había escuchado, Asterope se sintió decepcionada. ¿Entonces no hay magia misteriosa en el bosque? Vaya... Aunque no hubiera entrado nunca a investigar, le habría parecido emocionante saber que los propios árboles estaban rodeados de encantamientos. Miró hacia él de nuevo, como si esperara ver algo que le devolviera la ilusión. Pero nada.

Se quedó con los ojos fijos en Mircea. Otra vez la misma sensación de antes. Había algo extraño en él. El sueño se le había venido otra vez a la mente y, en esta ocasión, parecía que algún recuerdo nuevo quería salir a la luz, pero no terminaba de hacerlo. ¿Y qué tiene que ver Mircea con todo esto?

Recordó entonces que el chico se había disculpado por haberla asustado. Tranquilo. Al principio sí me sobresalté, pero luego estaba más llena de curiosidad que de miedo. No quiso contarle nada de que podría haberle provocado un infarto, teniendo en cuenta el día que llevaba la niña. Al fin y al cabo, parecía que no lo había hecho con mala intención.

El muchacho le había advertido sobre los peligros del bosque. Asintió con la cabeza, dándole a entender que los conocía. Sí, lo sé. Hay criaturas extremadamente peligrosas y es tan denso que puedes perderte fácilmente. Y, por supuesto, señaló lo obvio. Además está prohibido. No quisiera que me pillaran los profesores. En cuanto a lo de darle la espalda, no le veía tanto problema como él. Bueno, si los lindes están permitidos es porque los profesores han comprobado que aquí no hay ningún riesgo. Así que no pasa nada por sentarme así. Por supuesto, ella confiaba en el criterio de todos sus mentores. Eran magos bien capacitados que velaban por el bien de sus alumnos.

Asterope se sentó junto al joven. Estuvo tentada a colocarse en frente y volver a darle la espalda al bosque, pero ya que él parecía tan preocupado por eso, decidió colocarse a su lado. A falta de un tema mejor, le habló de su hechizo. Lo que fuera con tal de olvidarse de asuntos tenebrosos. Supongo que habrá sido un Sonitus, ¿verdad? Ha sido una muestra perfecta. Aunque fuera terrible buscando conversación, la pequeña siempre tenía halagos cuando el receptor los merecía. Cuando yo lo lancé en clase, me salió bien, pero no terminaba de parecer del todo real. Tendré que practicarlo más, aunque esa asignatura no es la que mejor se me da. De vez en cuando, volvía a fijar la mirada en él, como intentando descubrir qué relación tenía con su sueño.

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30/01/2014, 13:48
2ºH - Mircea Padurearu

Mircea rebulló incomodo en el asiento al darse cuenta que de vez en cuando Asterope le miraba intensamente. Ehm, ejem, carraspeó mientras se rascaba una oreja. No iba a permitir que aquella chica le pusiera nervioso. Aquello ya había quedado atrás el año anterior.

Sí, supongo que el practicarlo tanto hace que seas capaz de hacer cualquier cosa si tienes la imaginación suficiente. Recordó la primera vez que realizó aquel hechizo en clase. Revivió con todo lujo de detalles el ruido de aquella terrible explosión.  Y los libros nos ayudan, ¿verdad?, la miró con sus ojos del color del mar embravecido. Algo en el fondo de su mirada podía adivinarse asomándose, como una sombra sobre su alma. Y tal como llegó aquella oscuridad delatora, ésta se esfumó, dejando en su partida un brillo límpido en sus iris. Sonrió tímidamente, ¿fue tu primera clase, verdad? Seguro que te salió muy bien. Yo fallé mi primer hechizo en esta escuela, suspiró. El chico había sacado un Extraordinario en Artes Quiméricas el año pasado, la nota más alta que se podía obtener en Hogwarts y sin embargo había acabado teniendo que ir a los exámenes finales con cuatro hechizos de otras asignaturas. Y ahora que pienso en ello, aún hay un hechizo que no conozco porque nos cancelaron la clase, dijo meditabundo, olvidándose por un instante que no estaba solo. Tendré que pedirle a Perry que me lo enseñe, dijo para sí, afirmando con la cabeza.

Al volver a mirar a la chica, recordó que unos momentos antes había visto la decepción en su rostro al descubrir que su Sonitus no había sido en realidad un antiguo encantamiento de los árboles, así pues decidió adornar una de sus historias. No era mentir, era simplemente alimentar su imaginación; algo que le encantaba hacer con sus hermanas.

El bosque es peligroso incluso en la linde. El año pasado un niño desapareció en ese mismo lugar, dijo apuntando una zona cercana a donde la pequeña se había sentado. Escuchó historias de un hombre-lobo habitando en el bosque y quiso descubrirlo por sí mismo. Consiguió convencer a unos amigos para que le acompañaran. Pausó unos instantes, aumentando así el misterio, alargando el momento. Todos llevaron carne cruda del comedor para hacer así salir al hombre lobo, creyendo que serían capaces de hacerle frente. Recordaba aquella noche como si hubiera sido ayer. La estaba reviviendo. El chico se adelantó con dos trozos en las manos y empezó a aullar, burlándose así de lo que había en el bosque. Mircea negó con la cabeza. Una sombra salió y se le llevó. Los niños que fueron con él no pudieron hacer nada. Recordaba haber tratado de buscarle, encontrar su rastro, adentrándose en el bosque.

Durante todo aquel relato no había dejado de mirar a Asterope. Realmente esperaba que no ocurriera lo mismo que con sus hermanas, que desde el momento que les contó la historia, decidieron que querían entrar al bosque y buscar al niño perdido.

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30/01/2014, 16:03
1ºS - Asterope Bletchley

Mientras Mircea hablaba, Asterope vio cómo sus ojos, de un bonito azul oscuro, se nublaron un instante. Ojos azul oscuro... Notó un pequeño flashback al mirarlos, pero se le pasó tan rápido, que no pudo registrarlo para recordar dónde los había visto. Se sintió un poco incómoda durante ese segundo, pero enseguida pasó. Sí, fue mi primera clase, respondió a su pregunta. Asterope pensó en ese gran momento en Artes Quiméricas. Su primera lección, su primer hechizo, su primer contacto con la varita. Recordó que apenas había podido desayunar por la mañana. No te creas que me salió tan bien. Creía que iba a fallar, porque estaba bastante nerviosa. Y no es la asignatura que mejor se me da. Yo prefiero los Encantamientos y la Defensa Contra las Artes Mágicas. El conjuro lo sacó, pero, como ya había remarcado, el resultado había sido mediocre. Aunque, como tú dices, los libros ayudan mucho. Pensó con una pequeña sonrisa en todo lo que avanzaba gracias a ellos. No solo comprendo mejor la materia, también me dan confianza. Si sé que he leído sobre ello, me siento más segura. 

Al mencionar los libros, recordó los secretos ocultos que guardaba la biblioteca y que ese muchacho le había descubierto. Y, por alguna extraña razón, ese pensamiento volvió a provocarle otro flashback, que también pasó volando por su mente. Pero Asterope estaba tan atascada, que no supo unir los puntos. Si tan solo hubiera relacionado la conversación que había mantenido con Mircea hacía una semana y el sueño de la noche anterior... Todo habría sido mucho más fácil para ella.

Normalmente las sensaciones que dejan los sueños, desaparecen al poco rato, no empeoran. Pero parecía que alguna fuerza superior no quería que ella lo resolviera tan pronto; quería que la pequeña sufriera un poco más. Así que la niña siguió con la mente paralizada. Lo único que esperaba era poder olvidarse de todo eso.

Mircea empezó a hablar entonces del bosque y le contó una fascinante historia sobre hombres lobo y un niño desaparecido. ¿Se lo estará inventando? Parece más una de esas leyendas que cuenta la gente para asustar. Mientras la narraba, no apartaba la vista de ella ni un instante, como si no quisiera perderse ninguna de las reacciones de la pequeña. Ella lo escuchaba atentamente. Así que un niño desapareció, ¿eh?, dijo en cuanto terminó. Lo miró divertida. No sonreía con los labios, pues no era corriente en ella, pero sí con los ojos.

De haber sido otra la situación, sí que se habría asustado. Pero resultó que le vinieron unas imágenes a la mente: un presumido Slytherin contando casi lo mismo en el comedor, solo que había detalles ligeramente distintos. ¿Sabes? La verdad es que me suena bastante. Oí una historia parecida en la que unos alumnos salieron al bosque a buscar hombres lobo. Cassius les había puesto al corriente de esta aventura en el banquete de bienvenida. Pero no recuerdo nada de ningún estudiante desaparecido. Claramente el chico había distorsionado ese suceso real hasta transformarla en una historia de terror. ¿Pretendes asustarme? Recordó entonces las advertencias que le había hecho antes. ¿Para evitar que entre? Ya te lo he dicho, no es mi intención, aunque resulta tentador.

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30/01/2014, 17:01
2ºH - Mircea Padurearu

Tampoco es demasiado raro que desaparezca gente de Hogwarts. De los que entramos el año pasado, once ya no están con nosotros, dijo encogiendo los hombros. Para algunos sí que conocemos a ciencia cierta los motivos de su marcha y para los que no, bueno, ¿quién sabe?, comentó sonriendo de forma misteriosa. ¿Mejor inventar historias, no crees?

En Hogwarts impera una negra sombra, una parca se la podría llamar, puede que incluso un grupo de dementores, una personificación maligna de las Moiras u otras cosas imposibles de describir. Pesadillas negras, brumas que recorren los cielos y las almas atormentadas, que arrancan la alegría de vivir de los niños y se cuelan bajo sus camas, en sus armarios y sus baúles. Un tentáculo viscoso, húmedo y que repele toda luz, parecido al del gran pulpo del lago, pero mucho más largo y totalmente incorpóreo. La pesadumbre de un manto denso que impide respirar aunque fuerces tus pulmones, haciéndolos estallar, arrancando cada gota de aire, sangre y vida del cuerpo de los más pequeños. Hogwarts no es un lugar para débiles de mente ni de corazón. Hogwarts se come a los sumisos, devora a los frágiles, abre sus puertas a cuartos secretos y los aspira hasta hacerles desaparecer; los empareda en sus gruesos muros, se alimenta de sus miedos. y se ríe de sus destinos truncados, fue capaz de decir de una. Sin pararse a respirar, metódicamente, desgranando cada palabra y dándole la cadencia y ritmo adecuado. No habló rápido ni se ralentizó. Se explayó lentamente y sin trabas, con un deje de su tierra en cada sílaba, un añadido de su ascendencia valaca que añadía un toque de misterio a cada historia.

Ahuecó el sombrero, sacudiéndolo en el aire y se quedó mirando su interior un rato, como si al fondo de aquel cono de tela se encontraran todas las respuestas del universo. Acababa de citar unos de los pasajes de la biblioteca prohibida de su padre. Esos libros no se encontraban en su casa en Londres, sino que estaban ocultos en algún lado, esperando a que cumpliera la edad suficiente para que su madre se los entregara. Sacudió el gorro otra vez y se lo caló.

La base de esa historia es real, si es que quieres creerme, la sonrió perezosamente, volviendo a la historia del hombre-lobo, obviando el pasaje que acababa de citar. Sabía a ciencia cierta que si la pequeña conocía la historia sería por boca de Cassius. Se le imaginaba hinchado como un pavo, contando como su valentía salvó a todos. Algunas cosas nunca cambian...

No quiero asustarte. Si quisiera hacerlo no sería a pleno día. El año anterior Perry había querido conocer historias del Varcolac y del Strigoi rumano. La mejor forma de dar a conocer aquellas criaturas había sido en una noche de luna nueva. Tenemos noches específicas para eso, dijo sin ninguna intención en particular.

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30/01/2014, 18:03
1ºS - Asterope Bletchley

Cuando Mircea terminó de contar su historia, Asterope tuvo ganas de salir corriendo de allí. Nunca se había sentido tan incómoda ni tan asustada. Pero, quizás porque no quería mostrarse débil ante él o quizás porque sus piernas estaban paralizadas, se quedó donde estaba. Cuando por fin encontró su voz, habló. Me-menuda historia... Es ... inventada, ¿no? ¿Moiras? ¿Pesadillas negras? ¿Almas atormentadas? ¿Tentáculos? ¿Miedos? Cada palabra que había escuchado de él le provocaba una pequeña punzada en el estómago.

Sí, te creo. Ya te he dicho que escuché una historia bastante parecida, dijo, volviendo al tema del niño y el hombre lobo, intentando tranquilizarse. Cassius nos la contó. Recuerdo que nos dijo que alguien los traicionó, pero no me quedé con el nombre. Miró a Mircea con ojos llenos de suspicacia. No serías tú, ¿verdad? Porque si fuiste tú el chivato y me ven los de Slytherin hablando contigo, me desterrarán de las mazmorras. Esto último lo dijo dando a entender que era una broma. Aunque, en verdad, sus compañeros podían tomárselo bastante mal.

¿Así que tenéis noches para asustar? ¿Cuentas tus historias de niños devorados por hombres lobo? ¿Y sobre sombras que... tragó saliva... atormentan a los alumnos? Estaba claro que a Mircea le sobraba imaginación. O eso esperaba, que todo fuera producto de la imaginación del chico. Claro, sí, no querías asustarme... ya... jeje. Pues si consigue este efecto a plena luz del día, cómo será por la noche... En realidad, no era fácil atemorizarla. Solo la había pillado con las defensas bajo mínimos.

Cada minuto que pasaba con él se sentía más y más incómoda. Era una persona rara y misteriosa, y la sensación que le producía mirarlo no ayudaba a mejorarlo. Empezaba a cogerle un poco de miedo, a pesar del rostro amable y el tono tranquilo de su voz. Con lo a gusto que me sentí con él la semana pasada... 

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30/01/2014, 23:05
2ºH - Mircea Padurearu

Mientras narraba uno de los pasajes de "Oscuridad en Hogwarts", Mircea sintió como la respiración de la cría se aceleraba. Si hubiera sido capaz de notarlo, también sabría que su corazón se había acelerado y que en vez de adrenalina, su cuerpo había generado cortisol, provocando en ella desasosiego. Conocía aquel sentimiento. Recordaba cuando leyó aquello de pequeño, una mañana que su padre había dejado la puerta de su biblioteca privada sin cerrar. No fue capaz de dormir durante casi un mes, despertándose llorando y gritando; negándose a poner un pie en ninguna escuela de magia cuando se hiciera mayor. La chica sin embargo seguía ahí sentada al lado suya, mirándole con los ojos abiertos, en vez de haber huido. No lo sé, contestó el chico. No sabía si aquello era inventado. Pero sí era verdad que muchos chicos de los que vio el año pasado en la ceremonia de selección ya no se encontraban entre ellos.

¿Cassius, eh? Sí, me lo imaginaba, asintió con la cabeza. Cuando la chica le acusó, Mircea rió por lo bajo. Jeje, sí, hubiera sido lo correcto. Era una auténtica locura y debí haberla cortado de raíz. Sacudió la cabeza, y suspiró: ay, espero que no se les ocurran más cosas como esas. Él bien sabía que iría, aunque solo fuera para asegurarse que nada malo ocurriera. No estaba seguro si Noah había sido el único chivato o si alguna de las chicas, quizás Sara, también se chivó. Tan preocupada se la vio aquel día que resultaba difícil imaginarla quedándose con las manos quietas.

Digamos que somos un grupo pequeño y que nos gusta compartir ciertas historias. Algunas de ellas las aprendí de pequeño como folclore y es interesante ver como los demás reaccionan a ellas. Recordaba el tremendo interés que sintió Perry por toda la cultura rumana, los romaníes y todas las leyendas que rodeaban a las criaturas de Europa del este. Ahora que Árpád estaba allí, quizás podría aumentar su saber con los cuentos húngaros, no tan distintos de los rumanos.

Ah, sí, comentó quitándose el sombrero y metiendo su mano dentro. Al instante sacó un pequeño volumen, un libro de bolsillo muy fino. La verdad sobre el Bosque Prohibido, por Rubeus Hagrid. El libro por tamaño podía haber cabido perfectamente en el sombrero sin formar bultos ni parecer extraño el haberle sacado de ahí.

No sé cuanto creerme de ésto, pero parece bastante fidedigno, dijo ofreciéndoselo a Asterope para que le echase un vistazo. Hasta el viernes no tengo que devolverlo a la biblioteca. Si estás interesada, puedo decirle a Booky que te lo guarde, comentó mirándola fijamente. Aquellos grandes ojos verdes le devolvían una imagen de una chica tan distinta a Ella...