Partida Rol por web

- Um... yo hablaba más bien de disfrazrnos de patitos de goma u otros objetos característicos de la cultura muggle. -Contestó Willow ante las palabras de William.- Pero podemos ir de lo que queráis. -Sonrió, mirando tanto a William como a Edward.- ¿A ti qué te apetece, Ed?

Aprovechó que la gente se iba levantando para sacar a Greeny de la mochila y posarlo sobre la hierba. Seguro que agradecía comer alguna cosilla que encontrase por allí.

Kendra asintio a Willow, cuando le preguntó si funcionaba asi el juego- Sí, asi es... Aunque... me parece que vamos a ir desmontando ya el campamento... Hay algunos que necesitan ayuda en duelo para poder recuperar esta noche, y queriamos echarles una mano... - explicó a los alli presentes, con un gesto educado- Si alguno os queréis venir... estaremos practicando. -dijo, tanto para los de primero como para los de segundo, sabiendo que Oliver tambien habia dicho de ir a aquel aula.

Sonrio entonces, al ver llegar a Ithan de nuevo, mirandolo de reojo- Sensacional. Ha estado sensacional... - le susurró a Ithan, riendo, en referencia al baño de Lincoln, a sabiendas de que el Sytherin se picaria.

Y entonces llegó Enya, que se habia quedado algo descolgada durante un rato. Kendra ya habia comenzado a recoger las cosas del picnic, básicamente porque no pensaba dejarlo todo por medio, despues de todo y ya se estaba haciendo tarde. Sin embargo, antes de que pudiera unirse a lo dicho por Ithan, avisandola de que irian a duelo, Arnold intervino, afirmando que Oliver, Ithan y ella ya se habian marchado. Miro al pelirrojo, y luego a Ithan, extrañada.

Si quiere quedarse solo con ella no tiene más que decirlo... no hace falta que nos eche de esa forma...

Extrañada, acabo de empaquetar los restos y, con una media sonrisa, se acerco a Ithan, sonriente, susurrandole algo al oido, intercambiando algunas palabras con el.

Poco despues, se giró hacia todos, alzando ligeramente la voz- CHICOS. -dijo, en un tono poco habitual en ella, dirigiendose a todos en general- Me temo que va siendo hora de marcharnos de aqui, al menos muchos de nosotros. Aun hay gente que tiene que recuperar hoy, y muchos aun necesitan practicar algo... -comencé a decir, dando a entender que nos marchábamos de alli- Pero antes de irnos, queria daros las gracias por venir. Ha sido un picnic genial y, al menos, ha cumplido su objetivo, que era que hablaramos un poco mas y nos conocieramos más entre nosotros. Asi que, lo dicho, gracias. Y espero que no sea la ultima vez que nos juntemos...

Sonrio entonces, como buena anfitriona, y volvio junto a Ithan, con aquella sonrisa dibujada en los labios- Ya estoy, cuando quieras... - dijo y, poniendose ligeramente de puntillas, esta vez fue ella quien le dio un fugaz beso en la mejilla, furtivo, peor cargado de significado.

Kendra había sacado nuevamente la idea del baile, cosa que no le hizo mucha gracia a la niña, considerando que seguramente iba a quedar sin pareja, por lo que sonrió y esperó mejor escuchar la respuesta de los demás.

Entonces fue que cayó en cuenta, por la reacciones de Diana y del resto de que Kendra e Ithan eran novios

-¡Ah! Con razón.- Pensó, dándole sentido a las últimas salidas que había tenido con ellos. Recordó las veces que había estado con los dos chicos, quizás interrumpiendo algún momento romántico y sintió algo de vergüenza. Pero ellos no habían le habían dicho nada, así que decidió centrar su atención en otras cosas.

Por ejemplo la rubia de Ravenclaw, que hacía gala de unos modales terribles y de una mala leche que ella no se había esperado en un rostro tan bonito. Alzó las cejas sorprendida y miró a Diana, esperando su reacción y preparándose por si tenía que defenderla. Afortunadamente, todos parecieron ignorarla, gracias a la graciosa intervención de las gemelas, quienes apenas venían llegando.

Gabi no pudo evitar sonreír entre divertida y compadecida por el tono de rojo que la cara de Matthew había adquirido.

-Hola Ludmilla, Hola.- Saludó a la rubia y a su acompañante aún con una sonrisa divertida.

-'¡Hola Joey!- Se alegró mucho de ver al chico de segundo en la reunión. Entonces algo más captó su atención, un niño que no conocía y había llegado con una bandeja de comida pero no miraba a nadie, por lo que se levantó para acercarse a él.

-Hola ¿Qué tal? Me llamo Gabi. ¿Y tu?- Se presentó y, una vez el chico le respondió, le indicó: -Aquí mismo puedes dejar tu comida.- Le dijo señalando uno de los manteles de picnic que aún tenía espacio suficiente para colocar más bandejas. En ese momento llegó otra chica de Ravenclaw y el niño enseguida se fue tras ella.

Gabi se encogió de hombros y se acercó al grupo de los naipes,observando cómo llevaban la partida, pero como a ella no le apetecía bañarse hoy en el frío lago, decidió no participar.

-¡Arriba leones!- Animaba a sus compañeros de Gryffindor y se reía con los demás cada vez que a alguien le explotaban las barajas.

Entonces notó que Willow y Byron se habían acercado, les dedicó una pequeña sonrisa e incluso se animó a hablar con ellos.

-Sí, de hecho el juego en mi país se llama “juego de memoria”, un nombre poco creativo, si te soy sincera.- Añadió, recordando cómo en el colegio muggle la ponían a jugar esas cosas con sus compañeros. -Hola, hola.- Fue saludando a los otros niños que se acercaban a ver el juego.

Había seguido apenas la conversación de Ithan con el chico de segundo y sintió una pequeña punzada de decepción al darse cuenta de que el chico no la había nombrado para el equipo de quidditch. Daba igual, seguro no la escogerían porque eran muchos y ella había volado mal en la clase. Así que miró a los chicos que habían perdido el juego, esperando que se levantaran y contaran cómo se siente darse un chapuzón con el agua tan fría, cuando Christopher hizo su pregunta.

-Bueno, hasta donde he visto por la reunión de hoy, sólo se han formado 4 parejas, pero no se ustedes, yo al menos todavía no tengo.- Comentó. Entonces Willow invitó al otro chico y habló sobre ir con disfraz

-¿Disfraz? ¿Hay que ir con disfraz?- Le preguntó la niña, de ser así tendría que ingeniárselas para hacer uno, pues no lo habían pedido en la lista de cosas para el colegio.

Entre tanto, notó que sus compañeros de Gryffindor se preparaban para irse y Kendra dio por terminada la reunión. -Se pasó rapidísimo.- Pensó la niña, observando a los chicos con los que había hablado y esperando sus reacciones. Alcanzaría a sus amigos más tarde.

Sigo dándole vueltas a la idea de que no voy a conseguir pareja cuando un chico de segundo habla de que tendremos que ir los chicos emparejados. Eso hace que mis pómulos se vuelvan rojos y me sienta avergonzado, se supone que los chicos deberían ir con chicas, ¿no?

Fuerzo unan sonrisa para no ser descortés y asiento con la cabeza de forma nerviosa.

— Sí... jejejeje... claro— comento más por no saber qué decir que por tener algo que responder, sigo dándole vueltas a la idea de que haya chicos que quieran ir con chicos, realmente no hacen daño a nadie, y en la sociedad muggle cada vez eso es más frecuente, pero en los colegios sigue habiendo bromas sobre si alguien es homosexual o no, y no sé cómo se tendrá de aceptadas esas cosas en la sociedad mágica, mi madre nunca me habló de ello.

El hecho de que Ludmila nos salude se ofrezca a traernos bebidas me deja boquiabierto, a juzgar por cómo fue en el tren, juraría que le había caído como una patada en las partes nobles, pero al parecer estaba equivocado. Tardo unos segundos en reaccionar y esta vez sí sonrío con sinceridad mientras niego con la cabeza.

— No hace falta nada, al menos a mi, está todo bien, muchas gracias— le digo a la chica agradeciendo de verdad su ofrecimiento y espero a que se aleje para mirar a Gwen—. Hola a ti también, Dacey— la saludo intentando mostrarme amable, aunque el hecho de que esté aquí con su novio hace que tenga algo de miedo de que su reacción sea más violenta.

En ese momento la pareja confirmada de Wills se giran hacia mi pidiéndome consejo sobre el disfraz y me tomo un par de segundos para pensar, con algo de mejor humor desde que Ludmila nos saludase.

— Pues...— empiezo a pensar— Quizás podáis ir de muñecos diabólicos, si os lo trabajáis bien puede dar miedo— sugiero recalcando que hablo en la segunda persona del plural, al igual que ha hecho Willow, ha sido muy amable intentando incluir a más gente en el disfraz, pero creo que debería ser algo que solo compartan los dos, el objetivo de un baila en parejas es ir en pareja, no en grupo, y ya que se llevan los dos tan bien y que encima Willow se ha atrevido a pedirle a William ir al baile juntos, creo que se merecen disfrutar de esa noche los dos juntos—. Si no, quizás podríais ir disfrazados de... de Dementores, según me ha contado mi madre dan mucho miedo, aunque no sé ni cómo son.

Me giro pues hacia Ithan, interactuar con tanta gente me está dejando algo aturdido, pero lo cierto es que resulta agradable no sentirse como si nadie quisiera hablar contigo.

— Con la suerte que estoy teniendo en esta escuela creo que es mejor no probar suerte con las cartas, además de que aunque sea divertido, sería muy imprudente por mi parte tirar meses de recuperación a la basura por una diversión de algunos minutos en caso de que perdiese — le explico al chico con sinceridad mientras echo un ojo al agua, la mera idea de meterme ahí hace que un escalofrío me suba por la espalda, desde luego si me metiese en el agua así de fría... cogería una pulmonía—. Y no sé, estoy un poco cansado ya d eque no me salgan las cosas de duelo cuando estoy delante del profesor, la verdad. El otro día hice el conjuro a la perfección en clase, pero no me gusta acudir a una asignatura cuyo objetivo es hacer daño a otros compañeros, me parece un acto irresponsable por parte de la junta educativa de la sociedad mágica.

Mientras estamos hablando, una chica de Griffindor, Gabriela Sánchez, se acerca de forma amable hablando de que aún no tiene pareja, algo que realmente me sorprende, creía que solo los ineptos sociales como yo eran los que se quedaban solos y sin nadie con quien ir al baile.

— Vaya, que raro es eso— le digo a la chica intentando reducir la sensación de sorpresa que siento—. Con lo amable que te mostraste en la clase de encantamientos— recuerdo perfectamente que en esa clase, justo después de que la «profesora» Green nos llamase cotorras y a Will «el muggle este», Ithan se acercó para decirnos que se había pasado, ofrecer su ayuda y presentarse. Justo después vino ella a preguntar si todo estaba bien—y cuando le diste tu rana de chocolate a Arnlod hasta que él consiguiera la suya, me sorprende que nadie te lo haya pedido— también recuerdo cómo, al ver que el pelirrojo no había conseguido hacer el conjuro de alohomora, le había cedido su rana de chocolate para animarlo, tengo buena memoria.

- Entonces no lo has abierto, ¿verdad?- Preguntó pero sólo para confirmárselo a sí mismo pues confiaba en que su hermano no le mintiera.- Genial entonces. Me lo das luego, ¿vale?. - Se le notaba realmente impaciente.

— Claro— respondo mientras asiento con la cabeza a mi hermano, he leído lo que se supone que va dentro del paquete, pero no lo he abierto.

Cuando Diana dijo que él tenía razón puso voz grave y con aire chulesco dijo bromeando:

-Yo siempre tengo razón, muñeca, jaja. 

Entonces se acordó de una cosa y se acercó a Gabriela:

-Oye Gabi. El otro día le di a Ithan los apuntes que te prometí para que te los entregase. Últimamente te veo muy poco. Espero que te los haya dado y te hayan servido. Siento haber tardado en dártelos pero como dice mi madre, la cabeza no la pierdo porque la llevo pegada al cuerpo, si no... Comentó.

Entonces decidió que si nadie sabía el Morfetium, tendría que practicarlo por su cuenta, y sabía que le iba a costar muchísimo así que dejó al hurón en el suelo y decidió probar con él el conjuro de la profesora Green:

-Morfetium Spyke. Al ver que no había conseguido el efecto miró con lástima al hurón. Venga Spyke, ¡duérmete! Suplicó al hurón como si así hubiese conseguido conjurar correctamente. El hurón le miró con extrañeza y tras unos segundos en que ambos se miraban como si algo hubiese pasado y no supiesen el qué, el animal giró la cabeza, localizó aún comida por el suelo y se fue directo a darse una buena merendola y Joey le tiró su varita a ver si le daba por no haberse dormido con su conjuro. Pero el hurón era más hábil que él y lo esquivó para coger un trozo de fruta que había en el suelo.

Asiento con la cabeza a Ithan con lo de las cartas. Me tranquiliza que sea algo menos peligroso de lo que el nombre hace pensar y parece que vamos quedándonos sin tiempo para participar, pero al menos sé que para la próxima podré participar sin problemas.

—Bueno, para la próxima juego —declaro con una sonrisa. Ithan es un chico bastante simpático. Después de nuestra primera experiencia con los de Slytherin, encontrar a los leones fue un alivio bastante agradable que me quitó bastante miedo de que la rivalidad entre casas fuera demasiado cruda.

—Yo tampoco, muchas gracias —contesto a Ludmilla, al darme cuenta por la respuesta de Ed que se estaba refiriendo también a nosotros. Hago gestos con las manos para que se quede tranquila de que no nos hace falta realmente nada. Me resulta rara su amabilidad después de mi primer encuentro con ella, pero no me voy a quejar porque alguien se porte bien, ¡al contrario!

—Ah, ¿de patitos de goma? —me río un poco—. Estaría genial, pero no es muy de Halloween, ¿no? Es mejor algo que dé un poco de miedo, ¿no te parece?

Cuando Ed propone lo de los muñecos diabólicos asiento enérgicamente con la cabeza.

—Eso, eso —digo, animado, y me quedo algo estupefacto cuando dice algo de los dementores, no tengo ni idea de lo que son, pero el nombre suena horrible—. ¿Dementores? ¿Qué son esos? ¿Existen de verdad? ¿Y dan miedo? —pregunto, entusiasmado porque puede que sea una criatura mágica que estudiar bien.

Cuando Ed empieza a hablar de si meterse al agua o no me apresuro, con aire protector, a ponerle una mano en el hombro.

—Haces bien, Ed, haces bien. No vale la pena ponerte muy malo de nuevo por un juego. No te preocupes —digo y le sonrío—. Y no te preocupes por lo de Duelo, yo sé que se te da muy bien. Y sí es verdad que es un poco peligroso usarlo entre nosotros, pero de momento realmente no nos hacemos mucho daño, solo unas quemadurillas. A mí me parece una tontería, la verdad: te hace perder tiempo para estudiar y vamos, que te hace daño, que no hay vuelta de hoja, que eso no está bien. Pero bueno, me parece menos dramático un Fulminis de esto que lo que deben estar aprendiendo los de sexto o séptimo, ¿no? ¿Te imaginas? ¿Macheteándose mágicamente ahí en cada clase? A lo mejor por eso casi no se les ve por la escuela, ¿no?

Escucho lo que le dice Ed a Gabriela y abro los ojos. Al parecer no se va a quedar solo para el baile, o al menos está haciendo esfuerzos para que no sea así. Decido echarle un cable.

—Vaya, parece que Ed ya sabe a quién va a llevar al baile, ¿eh? —le hago unos movimientos de cejas insinuantes y luego miro a Will, riéndome un poco—. Por cierto, Gabriela, muchas gracias por lo de la profesora Green, te portaste genial. Cuando pueda te invito a una rana de chocolate... o algo... lo que quieras —le digo—. O bueno, se lo dejo a Ed de mi parte, ¿eh? —repito el movimiento de cejas—. ¿Eeeeeeeh?

-Hola Gaby...saluda a la leona que acababa de llegar, mientras que continuaba con el grupito de los inadaptados de Ravenclaw. Ludmila emite una mueca de satisfacción ante las palabras de Edward y William. -Todavía hay de todo para tomar, sólo tengan la libertad de servirse cuanto deseen. 

Ed comienza a hablar sobre dementores sin saber qué eran...-Ohh...Son seres tenebrosos que absorben tu energía vital, dejándote nada más que vacío, un ser inerte. No dejes que su máscara te confunda, sólo llegas a ver motitas de luz en su superficie, pero no es nada comparando con la honda y fría oscuridad que hay debajo. Mientras hablaba sus ojos palidecieron hasta volverse del puro azul del cielo a mediodía...-Sí sería un excelente disfraz. Parece sopesar algo mientras observa como comienzan a levantar las cosas. -Parece que la fiesta se acaba...Adios chicos...su voz ahora volvía a ser la de antes y con una sonrisa de satisfacción se aleja del grupito. 

Se acercó a Sam y Morpho que todavía estaban hablando. -Me voy para el castillo chicos. Adios...

Podía haberse quedado allí flotando, ingrávido, para siempre. Era agradable. Ni un sonido alcanzaba sus orejas sumergidas. Los pececillos acariciaban de vez en cuando sus piernas y su espalda. Toda su visión era cielo. Era como volar, volar libremente, sin necesidad de una estúpida escoba, mecido por el viento.

Podía haberse quedado flotando para siempre, pero no era gilipollas. Al día siguiente se despertaría con un buen resfriado. No iba a permitir que fuera una pulmonía o, peor aún, una hipotermia que se lo llevara al fondo del lago con las sirenas de mal carácter.

Se dio media vuelta y nadó hacia la orilla. Cuando salió, podía rallar queso frotándoselo en la piel, y los testículos se le habían transformado en dos canicas minúsculas e irrompibles. Las mandíbulas habían cobrado vida autónoma y estaban poniendo la base a una canción que solo ellas oían.

Menos mal que he cogido la mierda de la túnica. Se secó con ella tan rápidamente como pudo y se puso la ropa de nuevo. Moverse con los calzoncillos mojados era tan agradable como llevar un pañal usado, así que no dudó en marchar tras unos arbustos y volver a vestirse, prescindiendo de la ropa interior.

El pícnic había concluido, y solo algunos alumnos seguían por allí todavía. A cambiarme de ropa y a comer...

Me imagino a los alumnos de mayor grado lanzando hechizos letales sobre sus compañeros, me imagino cómo quizás alguno haya sido herido de gravedad y no se haya podido recuperar jamás del daño sufrido. ¿Por qué se empeñan en jugar aquí a las batallas? Parece como si estuviesen formando un posible ejército, pero no tiene sentido, la guerra terminó hace años, y no hay tensiones como entonces.

— Yo... eh... eh...— empiezo a decir de forma entrecortada como respuesta a mi amigo mientras un intenso rubor fruto de la vergüenza cubre mis delgados pómulos dejando mi piel roja como un tomate. Miro a William, luego a Willow y por último a Gabriela, un poco hacia abajo ya que mido cinco centímetros más que ella, antes de agachar la mirada y fijarla en el suelo muerto de vergüenza —. Lo siento... yo... sólo... sólo... sólo intentaba agradecerte que fueras amable... — le digo a la chica de Gryffindor sin nada de seguridad en mi voz, si bien mi intención era exclusivamente intentar ser amable, socializar y mostrarme agradecido ante su comportamiento, lo cierto es que sí puede parecer que lo he hecho al escuchar que ella tampoco tenía pareja. Y como no tiene cara de ser tonta en absoluto, apostaría lo que fuese a que eso es lo que le ha parecido a ella y que por tanto todo intento de caer bien ha sido destrozado antes de que pueda siquiera empezar a poder ser valorado como tal. Desde luego soy un inepto social por mucho que los demás me digan que no.

Vale, hasta luego - contesté a Ludmila.

¡Ey Cassius!, ¡Cassius!, espera, espera. Es que Sam y yo necesitamos aprender unos conjuros. ¿Nos echas una mano?

Esto se estaba acabando y había que volver al castillo, ponerse las pilas y hacer lo que debíamos hacer, ir a las recuperaciones con los deberes hechos.

- ¿Muñecos diabólicos? ¿Es popular eso entre los muggles? -Trató de imaginarse cómo hacer el disfraz, pero lo cierto era que no tenía mucha idea de cómo eran realmente esos muñecos diabólicos.- ¡Sí! Claro que existen. Los dementores trabajan para el Ministerio de Magia, son los guardianes de Azkaban, la prisión de los magos. No sé cómo son realmente... -tragó saliva.- solo he visto dibujos y leído como son, pero te aseguro que no es algo que te quieras encontrar por ahí. Por lo visto cuando están cerca hacen que toda la felicidad se vaya y solo tus peores recuerdos se queden... Hay un hechizo para repelerlos, pero es bastante complejo. -Su mirada vagó entre William y Edward, y después en Gabriela, cuando esta apareció.- Básicamente el disfraz consiste en una capa negra que esté como rota y eso. -Carraspeó.- Y no, creo que no es obligatorio disfrazarse, pero parece que la mayoría va a hacerlo.

Soltó una risilla (que casi se convierte en risotada por culpa de la reacción de William) cuando vio lo que pasaba entre Edward y Gabriela, aunque no tenía muy claro si este tenía algún tipo de interés romántico en la Gryffindor, como otras parejas de distintas casas habían demostrado, o si simplemente era la timidez de Edward la que hacía parecer tal cosa.

- Si quieres puedes pensar con nosotros algo. Podemos ir en grupo. -Y se giró para guiñarle el ojo a William.- Por cierto, yo soy Willow, no sé si ya nos habíamos presentado... -Entrecerró ligeramente los ojos, como intentando hacer memoria.- Dicen que soy bastante despistada. -Concluyó a modo de aclaración, mientras sonreía mostrando algo de timidez por primera vez.

Gabi estuvo a punto de contarles lo que sabía sobre los dementores cuando Ludmila se le adelantó, por lo que sólo asintió a las palabras de la chica. -Sí, son horribles.- Dijo,recordando las historias que su madre le había contado sobre los seres chupa-felicidad.
Después Edward habló, y la niña respondió con una pequeña sonrisa y un gesto de la mano, quitándole peso al asunto, un acto bastante opuesto a lo que realmente sentía.
-No pasa nada.- Le dijo. -Nadie me lo ha pedido aún, pero saber que no soy la única alivia un poco.- Comentó sinceramente, en tono de cofidencia y sin un ápice de acritud.
En ese momento Joey se acercó a preguntar a Gabi por los apuntes. -Eh sí, claro. Muchísimas gracias.- Dijo imitándole al guiñarle un ojo. El chico se alejó y la niña retomó la conversación con los Ravenclaw.
-Muchas gracias por la aclaración.- Le dijo a Willow, el hecho de saber que no era obligatorio le quitaba un preocupación de encima. -Pero si todos van a ir disfrazados, yo no puedo ser la rompe grupos.- Pensó después.
Se volvió justo para ver cómo William insinuaba que ella iría al baile con Edward y la consecuente reacción de su amigo.
Sonrió entre halagada y nerviosa, notando que empezaba a hacer calor en pleno otoño y alcanzó a responder: -Si, las ranas de chocolate son mis favoritas. Aunque no tienes porqué molestarte.- Añadió, haciendo énfasis en las últimas palabras.
Entonces Edward consiguió las palabras para decir que no la estaba invitando al baile, o así lo entendió ella, consiguiendo que la sensación de malestar volviera a aparecer detrás de sus ojos. -Lo sé William, no te preocupes.- Le dijo con amabilidad.
-Eso sería buenísimo Willow.- Le dijo a la otra niña, agradecida por sacarles de semejante situación. -Mucho gusto. Sí, nos hemos visto en varias clases.- Le dijo con una sonrisa.
-Bueno, yo tengo que alcanzar a los leones. Pero antes les digo que me encanta la idea de ir en grupo y que pueden escoger el disfraz que quieran, luego nos reunimos nuevamente para afinar detalles ¡Hasta luego!- Se despidió apurada y se lanzó a toda prisa hacia el castillo.

Aún nervioso —y con un intenso rubor en sus pómulos— asiento hacia Willow.

— Sí, son bastante populares los muñecos poseidos que hacen maldades y esas cosas. De los dementores he oído hablar mucho, de cómo combatirlos, de lo que hacen y todo eso...— intento desviar un poco el tema de la conversación ante los gestos de William— pero no los he visto nunca, y yo que me alegro...— por mucho que intento desviar mi atención de ello, no dejo de sentir vergüenza por lo de Gabriela, me noto acalorado, nervioso y despistado, condiciones que no acostumbro a sentir.

Detengo mi mirada en la chica cuando esta decide irse y me parece percibir cierta sensación negativa en sus ojos, lo que me empieza a hacer sentir culpable.

— Pues a... a ver si nos vemos más, Gabriela, has... hasta luego— me quedo mirando a la chica un par de segundos según se aleja y después me vuelvo hacia William y Willow con gesto triste y avergonzado.

— La he cagado, ¿verdad?— les pregunto para corroborar lo que creo, cada vez queda más claro que sí soy un inepto social, y siento que por mi culpa he hecho sentir mal a la chica de Gryffindor —Jobar, soy un estúpido...

- No te lo tomes como algo personal. -Comenzó, quitándole hierro al asunto.- A las niñas por lo general les gusta ir a bailes y esas cosas, y les hace ilusión el ser invitadas. De todas formas, ha aceptado ir en grupo, y realmente no deja de ser algo en pareja si lo pensáis, porque si hay que bailar no podemos hacerlo los cuatro a la vez. Así que enfadada no creo que esté...

Se levantó un momento y recogió a Greeny, que se había alejado algo más de lo que a ella le gustaría. Por lo visto se estaba dando un buen banquete de hierba e insectos.

- ¿Porque tú con quién quieres ir? Es decir, ¿tenías alguien en mente? ¿Quieres que te ayude? -Tomó asiento nuevamente y posó a Greeny en su regazo, acariciándolo.

La pequeña no entendía por qué todo el mundo andaba tan nervioso por el hecho de tener que escoger una pareja. Ella estaba nerviosa por la fiesta, y por su cumpleaños, y por Halloween en sí, pero porque eran cosas que le encantaban y tenía realmente ganas de que llegase el día, y nada más.

Byron observaba concentrado el juego de cartas y eso lo aislaba del mundanal ruido. La gente no paraba de parlotear y él apenas decía ni unapalabra.  Ithan, Kendra y Willow le instaban a participar. ¿Por qué no? Si ellos lo hacían y no tenían miedo a que las cartas explotaran él también podría hacerlo. Estiró la mano para coger una pero entonces alguien se le adelantó. Ya encontraría la ocasión. 

Ahora.- Pensó pero su mano fue demasiado lenta. De nuevo se le habían adelantado. Así fue pasando el tiempo hasta que el juego se acabó.

¡Rayos!- Había estado a punto de hacerlo.

- ¡Hola Christopher!- Por ahora el chico de color era con el que más confianza había cogido.- Qué va, no tengo pareja. Espero que no sea obligatorio para ir porque si no me veo estudiando esa noche en la sala común. ¿Tu ya sabes con quien ir o de qué vas a ir disfrazado?- Después se fijó en la conversación entre Will, Willow, Ed y Gaby. Se apuró un montón, tanto que sentía un nudo en el estómago. Eso mismo era lo que no quería sufrir en sus propias carnes. 

- Sí, soy el hermano de Eward.- Contestó henchido de orgullo a Ithan, el chico de los leones de primero que les había visitado en el comedor un día. - Perry, encantado.- Después se dirigió de nuevo a los leones de segundo. Primero a Eli que le había ofrecido ir a la fiesta de fin de año juntos.- Estaría genial Eli, contigo seguro que me lo paso estupendamente.- El año pasado parecía tan lejano, cuando Gwendolyn y él habían sido elegidos los reyes de la fiesta. Podría experimentar ir a la fiesta con alguien que de verdad supiera pasárselo bien.  No podía evitar emitir una media sonrisa al ver el precoz comportamiento de los dos prepúber de Howarts, "Clasicus" y Gwendolyn. Le recordaban a las películas americanas de los años 80 sobre bailes de fin de curso que tanto le gustaban a su padre. Greece se llamaba la que más le gustaba, si lo recordaba mal. Eran igualitos que Kenickie y Rizzo, sólo que esos personajes les sacaban unos años. Para sus doce años era un poco temprano a juicio del chico con gafas. Él aún gustaba de jugar con su hermano con muñecos articulados y juegos de mesa, pero los tiempos cambiaban.- ¡Ay Joey! Te veo aún un poco verde con el hechizo. Perdona que no me haya dado cuenta, cuenta conmigo la próxima vez. - Se acercó al chico y le comentó en privado algo. Después se dirigió a Diana.-Pues Joey me ha dado una idea. ¿ Sabes cuál es la serie Teanwolf? Es una antigüaya jaja, pero me haría gracia ir así.

- Has hecho bien amigo. No hagas caso a las provocaciones de ese.- Dijo con verdadero desprecio. Obviamente se refería a Cassius. Sabía lo frustrante que podía ser que le gente más cercana a uno no viera las cosas como ellos dos las veían. Por eso quería mostrar su apoyo a Joey.- Sabes que puedes contar conmigo si necesitas ayuda. Ese chico no es trigo limpio. Es un pijo asqueroso.

No. Ni pareja ni disfraz. ¡No sabía que había que ir disfrazado! De hecho, mi madre me metió una túnica de gala, no un disfraz... El chico negó con la cabeza. ¿Y cómo iba a hacerse un disfraz? Jamás había cosido... Estaba muy confuso. ¿Tú sabes tu disfraz?