Partida Rol por web

Enya vio que no estaba la gente muy habladora, especialmente hacia ella, así que decidió que era el mejor momento de irse.

- Voy a la habitación a guardar unos dibujos que he hecho... -Suspiró- de mis mascotas y luego iré a los jardines del lago a ver cómo las entierran. Os veo allí a los que vayáis.

Y salió con paso ligero a pasar por el dormitorio rápido sin pararse ni un minuto antes de bajar al lago.

- Hola Eli. - le digo al verla llegar. No hay nada que disculpar. Hoy va a ser un día muy duro para la mayoría de los alumnos. - añado indicándole que tomara asiento a mi lado.

Una vez el "malentendido" está solucionado, me centro en acabar de desayunar para coger fuerzas. Demasiado ocupado atiborrándome de bollitos y bacon con huevos como para responder a Dariel, le hago un gesto con la cabeza cuando se va en plan "entendido, voy... cuando acabe". Bebo un vaso de zumo de calabaza para hacer bajar la comida y sigo. Mientras mastico veo llegar a Eli y escucho a la chica de primero decir lo de sus dibujos y aunque me siento MUY tentado en pedirle que me los enseñe (yo soy tan torpe que no hago un cuadrado recto, así que me flipa ver los dibujos de la gente que lo hace bien), la verdad es que el pastel de carne tiene demasiada buena pinta como para pasar de él.

Miro a Eli y trago la comida.
- Aaah, qué bien me he quedado... -Suspiro, satisfecho, palmeándome el estómago. Pienso un momento en lo que me han comentado de las muertes de los bichos-. ¿Qué pensáis que pudo ser lo que hizo eso? ¿Un Hombre Lobo? Me molaría pillarle y darle una buena patada en...

Tomó el asiento que Noah le ofrecía y se alegró al ver que al final entre él y el alumno con el que antes discutía dejaba de hacerlo. Noah tenía ya bastantes alumnos con los que no se llevaba bien en otras Casas como para tener enemigos en la suya también.

-¿Un hombre lobo?- le vinieron a la mente recuerdos de lo que pasó en Halloween el curso anterior. Eran recuerdos algo aterradores pero le daba que esto no era lo mismo- Creo que es algo más siniestro. Me da a mí que si fuera un hombre lobo, las lechuzas habrían escapado volando, al menos unas cuantas... además de que no podría haberlas cazado a todas las mascotas sin que nos diéramos cuenta, entrando en el castillo y todo. Lo que ha hecho esa masacre debía ser enorme, volar, o...- esta última idea le aterraba- usar hechizos.

No es que Eli en realidad supiera demasiado sobre criaturas mágicas. Era cierto que le fascinaban y disfrutaba con las redacciones, pero su herencia muggle era muy fuerte, y apenas sabía nada... y lo poco que sabía eran las ideas muggles de las criaturas mágicas que muy a menudo diferían de la realidad. Por desgracia, la alumna de Gryffindor no sabía mucho más de lo que dijo.

-Y lo de los gatos... un hombre lobo no es tan selectivo. Creo que hay alguien detrás de la masacre. Alguien humano.

Gabi había lllegado justo después que Eli y se había sentado junto a la muchacha, llevaba bajo el brazo una cajita que dejó con mucho cuidado a un lado de ella.

Recorrió con la mirada la mesa casi desierta y decidió que sólo bebería una taza de té. Estaba en eso cuando el profesor Lupin habló. -¡Oh no, la profesora Bastet!- Se lamentó, pero no comentó nada al respecto. Se mantuvo bastante silenciosa mientras el director hablaba y, cuando mencionó lo del funeral en el lago, no pudo evitar lanzar una mirada triste a la cajita que estaba a su lado. La destapó en el momento justo en que el trapo que envolvía el cadáver de su mascota se desvanecía por arte de magia.

-Te veré en el lago Gus.- Pensó mientras volvía a tapar la cajita que ahora se encontraba vacía. Entonces los chicos comenzaron a discutir y ella le habría dado la razón a Noah si no se sintiera aún un poco cohibida con él.

Apenas se dio cuenta de la presencia de Enya, pues la chica volvió a irse con prisas. Lo que sí notó fue el tono en que Eli estaba hablando, la miró inquisitivamente y vio sus ojos llenos de lágrimas contenidas. Enseguida la abrazó y sintió ella también ganas de llorar, pero no lo haría. Al menos no delante del chico insensible que llamaba "niñita llorona" a los demás.

-Acompañame al lago.- Le pidió a su amiga, en voz baja, quería salir de ahí, por alguna razón, no quería estar con ningún niño hoy, sabía que ellos eran insensibles peron nunca se imaginó que fueran tan... Se limpió una lagrima, recogió su cajita y salió en dirección al lago.

Terminaba de comer su poco abultado desayuno cuando Gabi, la chica de primero le abrazó mientras le invitaba a ir al lago con ella. Sería un evento triste, en el que sabía que por mucho que lo intentara, acabaría llorando.

Pero no podía negárselo, nadie debría hacer algo así solo. Necesitaba alguien con el que desahogarse, y Eli estaba de acuerdo en que fuera ella. Además, tampoco quería estar sola, ni discutir nadie. Y cada vez que hablaba de quien podría ser el responsable de la matanza el miedo y la desesperanza se apoderaba de ella. No es que presenciar el funeral de un hamster fuera algo alegre, pero era lo menos que podían hacer por sus mascotas. En señal de que nunca las olvidarían.

Cuando llegaron al Gran Comedor se sentó junto a Gabi, era pronto pero se notaba que no todo el mundo había dormido bien y en cuanto habían podido habían bajado a desayunar. Sin saber si porque era temprano o porque tenía mal cuerpo, Kelly desayunó poco aquel día.

Cuando el profesor Lupin habló a Kelly le alegró saber que estaba bien y lo más importante, que nadie la culpaba de lo ocurrido. Aunque sentía cierta lástima por la profesora Green le daba rabia que hubiese hecho aquella acusación sin fundamento.

Decidió hacer caso omiso de los dos chicos que frivolizaban sobre lo ocurrido y se concentró en sus amigas que se veían visiblemente más afectadas –Si, vámonos de aquí- dijo y salió tras ellas en dirección la lago.

Con la idea de Eli de que el culpable podría ser un mago rondando mi cabeza, me levanto de mi asiento y me dirijo hacia la mesa de Hufflepluf, para buscar a Dariel y Morgana.
 

Habiendo acabado el desayuno me levanto y salgo del Comedor.

Ithan permaneció en el funeral de las mascotas en segundo plano, al final del todo y en silencio. Cuando acabó, no perdió tiempo en abandonar el lugar y perderse por los pasillos para permanecer con Kendra hasta la hora de comer. Llegó a la hora de la comida, caminando hasta su sitio de siempre y se sentó en su lugar habitual, sin decir nada y sirviendose algo de comer.

Mosqueado porque no nos han dejado entrar en la lechucería, tras huir del funeral variopinto, me encamino de mala gana al Comedor antes de que empiecen las clases de la tarde. Y ni rastro de James o Nick, desaparecidos en combate ambos. Serán mamones!

Me acerco a la mesa y veo que está el cenizo de Ithan comiendo solo. Me siento lo más alejado posible de él. Cojo algo de estofado de carne y arroz blanco de las bandejas y me sirvo un buen plato. Me lleno el vaso de agua y me pongo a comer mientras espero que alguna cara amiga aparezca, como la de Nick por ejemplo. Sólo espero que el muy animalote no se haya perdido por los pasillos y se haya quedado encerrado en un escobero durmiendo o algo así. Tampoco es que me fuera a sorprender si hubiera pasado realmente eso.

"He de pensar algo para colarme en la lechucería y que no nos pillen...". Me quedo absorto en mis pensamientos mientras devoro la comida que tengo en mi plato.

Enya llego al Gran Comedor desde la Sala Común. Había muy poca gente aún. Concretamente, en la mesa de Gryffindor, no había casi nadie y además estaban bastante dispersos. Enya vio que estaba Ithan por ahí, así que se sentó a su lado. No le había visto en el funeral más que un momento con Kendra y poco habladores ambos. Será por la pérdida de las mascotas, les habrá afectado. Ella tampoco iba a molestar entonces. Cuando se estaba acercando a Ithan, vio que andaba un poco taciturno.

No sé, lo mismo molesto, anda muy concentrado. Bueno, lo veré en transformaciones. Se puso comer cerca. Hola Ithan.  Después de la masacre de mascotas, Enya se había replanteado reafirmarse en sus convicciones vegetarianas. A ver qué tenemos por aquí... Cogió un potaje de legumbres que parecía que no tenía nada más que unos puerros, unos nabos y zanahorias y se llenó un cuenco. La verdad es que después de unas 24 horas demasiado intensas, su estómago al final había rugido. Ella ya había honrado a sus mascotas con los retratos que había hecho de ellas. Intentó de nuevo recordarlas en su mejor momento, puso su pelo de color morado y decidió ir a clase con energías renovadas tras rebañar el cuenco. Voy con un poco de prisa, que es la clase de transformaciones. Luego hablamos. Y se despidió con una sonrisa.

Había permanecido durante el último acto de despedida al fondo del todo y sin llamar la atención, ella no había perdido a su mascota, sin embargo quiso estar junto a sus compañeros en aquel momento tan triste para ellos.

Era la hora de comer y Kelly se encamino al Gran Comedor, que estaba mucho más silencioso que de costumbre, se sentó junto a Enya y saludo a todos los que estaban allí. Ithan permanecía más callado de lo habitual algo poco común en él sin embargo comprensible puesto que había perdido a su amigo.  

Se sirvió el mismo estofado que Enya, empezaba a cogerle gusto a no comer nada de origen animal, pero no comió demasiado. -Espera, que me voy contigo-dijo a Enya cuando se iba- Ithan, ¿nos vemos en clase?.

Entro en el Gran Comedor y me dirijo hacia la mesa de Gryffindor sin perder tiempo, buscando al colega francés entre la multitud. Le encuentro concentrado en su estofado de carne, así que encuentro gracioso pegarle una palmada en la espalda sin aviso alguno.
- ¡Franchuteee! -Exclamo con alegría, sentándome a su lado. Me sirvo unos muslos de pollo, huevos fritos, patatas y algo de ensalada (hay que ser sano). - Tengo un hambre que me comería un bebé de troll yo solo. ¿Cómo ha ido el funeral?

Voy comiendo con un ojo puesto en mi reloj, toca Duelo y no me lo perdería por nada.
- Cuéntamelo por el camino, llegamos tarde -Me levanto y cojo un muslo para comérmelo por el camino.

Casi escupo la comida fuera cuando me palmea en la espalda Nick. Que bestiajo que es, joder.

-Pfff como toodos los funerales. ¿Donde demonios te habías metido? ¿A que te quedaste dormido en un escobero? Fijo que sí- me acabo las últimas cucharadas de estofado y me bebo el agua a toda prisa. Me levanto y cojo mi mochila -Como siempre, habrá que correr- me encojo de hombros y me marcho con Nick a clase.

Llego rápidamente al comedor y tras empapuzarme la comida salgo corriedo a clase de Duelo.

Acabó removiendo la comida sin hambre en el plato, jugando con esta de un lado a otro mientras le daba vueltas a algo. Quizás, la pérdida de su mascota hubiera sido un duro golpe, pero Ithan estaba hecho de otra pasta. Era la marcha de Arnold, uno de sus mejores amigos del colegio, era la marcha de su prima Diana, cuya carta abandonada con su nombre y encontrada aquella misma mañana no dejaba de hacerle pensar. La marcha de Joey, uno de sus mejores amigos. La marcha de aquellos chicos de segundo que le habían invitado a ser el guardián en su equipo de Quidditch. Y por último y no menos importante, la idea de que quien fuera el que había provocado todo aquello aun estaba suelto.

Cuando Enya llegó, apenas alzó la cabeza, mirándola de reojo. - Hola, Enya. - La saludó, mientras aun seguía dándole vueltas a un trozo de carne, perfectamente cortado y esperando ser devorado. El gusto por la carne poco hecha. Pensó, dándole vueltas a esa idea, y muchas otras. Y cuando quiso darse cuenta, las dos chicas se despidieron de él.

- Hasta luego, Enya, Kelly. Ahora nos vemos. - Despidió sin ánimo, para quedar callado unos segundos más. Hizo algo más de tiempo, rebuscando algo que no encontró en su mochila, y finalmente se la echó al hombro, poniéndose en pie y marchando a clase solo y en silencio.

Ni había mucha gente ni le apetecía hablar. Cogió un plato y se lo terminó silenciosamente. aunque sus pensamientos eran tristes no lloró más, tenía los ojos secos.

Tocaba clase, y para más INRI duelo. Duelo, la ironía entraba en Howarts, pues de duelo estaban debido a la muerte de las mascotas. Además, eran las clases que menos le gustaban a ella. Pero por primera vez, no pensó en lo malo que sería no aprobar el conjuro. Habían cosas más graves, como había aprendido por las malas.