Partida Rol por web

Harry Potter y la Nueva Generación

Gran Comedor: Mesa de Hufflepuff

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01/10/2014, 00:57
1ºH - Erzsébet y Orsolya Padurearu

Las crías entraron corriendo al comedor con sus mochilitas botando en sus espaldas. Iban descalzas, sin medias y llevaban sus túnicas en los brazos, mostrando orgullosas los colores amarillo y negro de las faldas que habían personalizado con telas no demasiado antiguas. Tiraron las mochilas bajo los bancos, dejaron las túnicas sobre el banco y se sentaron en el banco, admirando las delicias de la noche. A su escrutinio no escaparon los gestos de los demás comensales: la cara de enfado de Morgana y Matthew; la cara de preocupación de Daphne y la cara de... Mircea de su hermano.

Se sirvieron a cuatro manas mientras preparaban la salva de preguntas. ¿Qué ha pasado?, preguntó Erzsébet a Mat y Morghie, mientras le robaba el filete ruso a un chaval de tercero que se sentaba a su lado. ¿Averiguasteis algo? ¿Por qué esa cara tan larga? ¿Con quién más habéis investigado?, y la más importante de todas, ¿vais a coger?, dijo haciendo referencia a la fuente de patatas fritas que arrastró hasta ella sin esperar respuesta.

Orsolya se había quedado mirando a su hermano que no se había quitado el sombrero para comer, ¿ocultas algo?, preguntó con tino.

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01/10/2014, 01:28
1ºH - Maxwell Alden

Maxwell susurraba palabras mudas por los pasillos, la túnica echada hacia atrás, las manos enterradas en los fondos de los bolsillos. Así fue como llegó el muchacho al comedor, perdiendo la mirada en algún lugar en el suelo ante él, como si siguiera la guía de un invisible predecesor.

Arrastró sus patas traseras al tirar de ella la silla que en esos meses se había hecho amiga de sus posaderas. Alzó una mirada indiferente, como si por fin fuera consciente del lugar en el que se hallaba presente. No una sala solitaria, sino el gran comedor donde tenían lugar tantas reuniones alimenticias diarias.

—Hey —saludó al chocar su trasero con la silla, como casi siempre, como si fuera dictado por una ley que solamente él conocía.

Rostros nuevos y rostros viejos se alternaban en derredor, nombres que conseguía recordar y algunos que olvidaría varias veces más todavía, siempre una menos de las que los aprendería, hasta que se desvanecieran definitivamente, como si nunca hubieran ocupado un lugar en algún rincón de su mente.

Mirando las viandas de las bandejas, se fijó en las manos heridas del hermano mayor de las gemelas. Le recordaban a las que él mismo había vestido tantas y tantas veces en sus propios nudillos.

—¿Una pared? —preguntó tanteando, con tono apenas interesado— ¿has estado charlando?

Notas de juego

Pido disculpas XD.

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02/10/2014, 01:58
2ºH - Morgana LeFay

No quería decirlo, pero ante tanta insistencia por parte de todos, ¿qué otra cosa podía hacer? Además, se iban a enterar tarde o temprano.

- Nos han quitado cien puntos. -Enarqué las cejas y resoplé.- Ni siquiera pudimos ver la escena. Había un fantasma de guardia, y obviamente, pasamos de él porque, bueno, es un fantasma, ¿qué podía hacernos, no? -me reí, irónicamente- Abrimos la puerta, y... de repente olía a humedad y a moho y entendí por qué los Slytherin suelen ir con esa cara tan estirada. Las mazmorras no son un buen sitio, tiene que acabar pasando factura dormir en ellas. -Miré a las gemelas.- Y no, no pudimos escapar. En cuanto nos dimos cuenta ya había aparecido una profesora y lo siguiente que pasó, fue que nos aparecimos aquí. No nos dió tiempo ni a rechistar.

Negué con la cabeza e hice un gesto con la cabaza dándoles a entender que no iba a coger patatas. En su lugar me serví algunas costillas de cerdo y comencé a devorarlas antes de que dijesen palabra. Temía que me echasen a patadas de allí sin haberme dejado probar bocado.

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02/10/2014, 17:52
2ºH - Daphne Relish

Aunque estaba centrada en la historia de Morgana y Matthew, Daphne se fijó en Mircea, que seguía hablando solo en rumano y que tenía los nudillos despellejados. Antes no había notado ese detalle. ¿Se lo habría hecho después de la recuperación? Eso, unido al moratón de antes, no le daba buena espina. Pero estaba claro que el chico no soltaría prenda, así que le sonrió con mirada de preocupación y luego saludó a los demás que llegaron-. Hola, que aproveche –les dijo a las gemelas y a Maxwell. Las primeras iban descalzas y sin medias, aunque ella ya estaba acostumbrada a todo tipo de extrañezas de las Padurearu.

Daphne podía pensar que era un poco cotilla preguntando a Morgana, a la que acababa de conocer, por qué tenía esa cara. Pero no era nada comparado con el tercer grado que le hicieron Erzsébet y Orsolya. Desde luego nadie podía tildarlas de pasotas.

- ¿Cómo, cómo? –No podía creer lo que escuchaba. Tragó la croqueta que estaba masticando, como si vaciar la boca fuera a darle más sentido a lo que decía la chica-. ¿Cien puntos? -Parecía que habían estado investigando algo, pero Daphne no se había enterado de qué. Lo más probable era que estuviera relacionado con lo de anoche, por supuesto. Sobre todo le dio la pista que Morgana hablara de “la escena”. ¿Pero dónde habrían intentado entrar? ¿En la lechucería? Seguramente. ¿Y les habían mandado a las mazmorras desde ahí? Qué raro...-. El castigo me parece demasiado. Cien puntos son muchísimos, tampoco habéis hecho nada malo, ¿no? ¿Y os habéis aparecido aquí en el comedor? Pensaba que no se podía aparecerse dentro del colegio.

Quizás habrían activado algún protocolo de actuación para casos extremos como este en el que se permitía ese tipo de desplazamiento mágico. En cualquier caso, Daphne se apuntó mentalmente no pasar por la lechucería. Bastante mal iba en clase como para que le quitaran tantos puntos.

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03/10/2014, 00:47
2ºH - Mircea Padurearu

Mircea miró momentaneamente a Orsolya, que se estaba fijando en algo encima de su cabeza. Se llevó la mano y encontró que se le había olvidado quitarse el sombrero. Tiró de él, guardándoselo en un bolsillo interior de la túnica y quedándose con el flequillo caído, ocultándole la frente. Lanzó una breve sonrisa de lado a su hermana y volvió a fijarse en su plato.

Al escuchar a Maxwell, le miró extrañado, ¿lo decía en broma o le había visto? Se mordió el labio y prefirió no contestarle, tomándolo como una pregunta retórica, pues el chico parecía más interesado en su cena que en una posible respuesta.

Cuando Morgana habló de la perdida de puntos, Mircea no pudo evitar pensar en la aventurita del año pasado, pergeñada por el alumno menos brillante de la escuela y que acabó con cincuenta puntos menos para Hufflepuff por parte de otra mente escasamente brillante, ambos casualmente ya lejos de Hogwarts; por eso se permitía pensar así, pues marchándose como se habían marchado, no tenía sentido mantener la falsa amistad que les había unido y que él había creído real. No le importaba mucho al rumano que Hufflepuff perdiera puntos, pues al igual que el año pasado, la copa de la casa parecía tener un claro vencedor.

Ajeno a cualquier preocupación, volvió a su cena. Hasta él mismo estaba extrañado de lo bien que se estaba tomando el haber fallado la recuperación de un conjuro que sabía que era muy sencilo.

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03/10/2014, 01:07
1ºH - Erzsébet y Orsolya Padurearu

Hey, devolvieron ambas el saludo a Maxwell, pues parecía que pocas cosas más decía en su compañía. Algún día le despertarían a altas horas de la noche, a ver si era más locuaz que de día...

¿Qué? ¿100 puntos?, soltó Erzsébet. ¿A cada uno? Pues menos mal que ha sido a Matthew que tiene más de cien, si llega a ser a Neil se hubiera quedado en números rojos, se rio la pequeña. Y tú también, O, le dijo a su hermana que apretó los labios claramente molesta porque Erzy se riera de sus pocos puntos.

Bueno, mirad el lado bueno, prosiguió Erzsébet. Según vayáis perdiendo más puntos, cada vez tendréis menos que perder. Total, Hufflepuff nunca ganará la copa habiendo favoritismos en la escuela, se sinceró la niña.

Orsi se dirigió a Daphne. Los elfos sí pueden aparecerse en la escuela. Muchas veces en la biblioteca cuando Booky cree que nadie le ve, desaparece y vuelve a aparecer al rato. Y fijando su vista esta vez en Morgana. ¿Entonces el acceso a la lechucería está cerrado?, supuso que la escena a la que se refería era aquella. Nosotras hemos descubierto que el lunes sangriento no se extiende más allá de los muros del castillo. Los animales e insectos de fuera están vivos.

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03/10/2014, 23:37
1ºH - Maxwell Alden

La cena pasó con la chica nueva que en realidad no era nueva, y de cuyo nombre se había olvidado, como ocurría siempre, quejándose de que le habían quitado puntos. Como si a alguien con un mínimo de cabeza le importara una mierda tener más o menos puntos

—He leído sobre las casas —dijo Maxwell, apartando su plato vacío—. No es por favoritismos. No ganamos porque nos dan lo mismo. Creo que por eso el sombrerucho me mandó aquí.

Hastiado por las gilipolleces sobre las casas, y de paso que leía sobre los elfos, Maxwell había echado un ojo a un libro sobre la historia de Hogwarts. Por fin entendía de qué iba cada casa. Y entendía que ninguna de ellas era para él, y suponía que estaba donde estaba porque los ideales de las otras le importaban un carajo.

—Van a cerrar —indicó tras comprobar la hora, y añadió con un bufido divertido—. ¿Se viene alguien al cuartel general?

Notas de juego

/A la sala común.

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04/10/2014, 01:02
2ºH - Morgana LeFay

Negué con la cabeza, mientras les corregía.- 50 a cada uno. -Que no les importase lo más mínimo que hubiesemos perdido puntos me aliviaba bastante. Al no conocerles bien, no sabía cómo se lo tomarían, así que mi mente había imaginado el peor escenario.

- No sé si fue exactamente aparecernos, sólo se que la profesora hizo alguna especie de conjuro y nos arrastró de allí. Y sí, el acceso está cerrado. En cuanto pasas la puerta de la lechucería, acabas en las mazmorras.

Acabo las últimas costillas y se levantó.

- Necesito descansar... Nos vemos luego. -Se despidió de todos, aunque la última frase iba dirigida más que nada a las niñas.

Notas de juego

Al dormitorio.

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04/10/2014, 01:15
1ºH - Erzsébet y Orsolya Padurearu

Las crías ya iban por su cuarto postre cuando decidieron que estaban llenas. Podían quedarse ahí sentadas esperando que sus estómagos se asentasen para meter el siguiente plato, pero lo cierto es que creían que quizás deberían empezar a ponerse a régimen. Desde que no tenía educación física en la escuela, por mucho que ellas quemasen calorías, estaba claro que el quinto postre de las cenas sobraba. Así que haciendo un esfuerzo supremo, decidieron apartar los cubiertos.

Y porque los tejones admiten a cualquiera, puntualizó Erzsébet a lo dicho por Maxwell. En las escuelas muggle te rechazan si no cumplen sus requisitos, aquí, hizo un gesto de círculo con el dedo, acabas en la tejonera.

Orsolya sabía que eso era medio verdad, pero también: no sobresalimos por ser alocados, arrogantes o listillos, somos el grado perfecto de valientes, decididos e inteligentes, además de ganas de esforzarnos, finalizó Orsi con una sonrisa.

Ambas encogieron los hombros a lo dicho por Morgana. No les importaba lo más mínimo que quitaran puntos por ser curiosos. Era tan cutre que la pérdida de puntos más que un castigo parecía un premio. Erzsébet miró a Orsolya, pues habrá que probar ese transporte, ¿no?, comentó con brillo aventurero en los ojos. Orsolya afirmó claramente dispuesta a todo. Despidieron a Morghie, la verían en un rato.

¡Siii!, gritaron ambas al toque de corneta de Maxwell. Recogieron sus mochilitas, túnicas y se marcharon descalzas, con el barro de sus pies formando una costra seca hasta casi las rodillas.

Notas de juego

/a dormir

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04/10/2014, 01:43
2ºH - Mircea Padurearu

Habiendo acabado el plato, Mircea se quedo ahí sentado, oyendo a los demás, pero no escuchándolos. Fue cuando oyó el arrastre de sillas y bancos que levantó la mirada y vio que ya todos empezaban a marcharse. Noapte bună, se despidió de las chicas, buenas noches, según se ponía de pie y se marchaba solo de vuelta a la sala común.

Notas de juego

/a dormir

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04/10/2014, 11:41
2ºH - Daphne Relish

Pero los elfos tienen una magia especial que no tenemos nosotros -le recordó Daphne a Erzsébet respecto a la aparición de Booky en la biblioteca.

No acababa de entender por qué les quitaron tantos puntos por ir a la lechucería. No habían hecho nada malo, realmente, solo ser un poco curiosos e intentar averiguar algo. Cierto que no era su competencia investigar lo ocurrido, pero tampoco era para ponerse tan duro. Quizás una pequeña regañina por ponerse en peligro, ya que el causante de todo seguía por ahí. Pero nada más.

Daphne siguió al resto del grupo cuando se levantaron todos para ir a la sala común.

Notas de juego

Sala común.

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04/10/2014, 12:14
2ºH - Sara Lago

Sara llegó al Gran Comedor con el libro agarrado con ambas manos. No recordaba por qué había tardado tanto, pero al menos había conseguido llegar. La muchacha se sentó en el primer hueco libre que vio, y se quedó mirando la comida. Apenas tenía hambre, la verdad. Cerró los ojos y dio las gracias a Dios por la cena que le presentaba. Y, cuando estaba a punto de terminar, algo se le cruzó en su mente.

Victoria.

Esa muchacha que fue su gran apoyo durante toda su niñez. Desde que llegó a Hogwarts, no había vuelto a saber nada de ella. Se sintió mucho peor.

Cogió un poco de sopa de garbanzos y empezó a comer, recordando los momentos felices con esa muchacha. Cuando a una de las dos la rechazaba una familia, la otra estaba allí para alegrarla. Al fin y al cabo, si no las querían era porque no sabían tratarlas.

Cuando quiso darse cuenta, ya no había más sopa en su plato. Dejó la cuchara, bebió un poco de zumo de calabaza y se levantó para ir a la sala común.

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06/10/2014, 17:34
2ºH - Daphne Relish

Daphne se sentó en la mesa del comedor, donde no había casi nadie aún. Hoy había madrugado bastante. Prueba de ello era que ni siquiera Mircea había llegado aún y eso que solía ser el primero en aparecer. Se preparó un buen desayuno con pastas de té, salchichas con crema de zanahoria, un sandwich de queso, zumo y leche con cacao. Iba a necesitar muchas fuerzas para todo lo que tenía pensado hacer ese día.

Se había propuesto trabajar duro para recuperar todas sus malos resultados y evitar seguir quedándose atrás en ciertas asignaturas y su nuevo estado optimista le decía que podía conseguirlo. Pero, antes, tenía que comer. Y como se había levantado con bastante hambre, este primer paso no le iba a costar demasiado.

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06/10/2014, 22:33
2ºH - Sara Lago

Buenos diaaaaas saludó Sara a su amiga, estampando su cara con la cara de su amiga. Se sentó a su lado y, juntando las manos, se puso a rezar.

Gracias Dios por estos alimentos que nos ofreces, y dale las gracias a aquellos que los hacen posible. Amen

Ya no obligaba a Daphne a rezar con ella. Bueno, al menos no siempre. A veces se le olvidaba que tenía que dejar a los demás descubrir a Dios a su modo, aunque ella les alumbrase el camino.

Se puso un tazón de cereales con leche caliente y empezó a desayunar.

¿Qué tal has dormido?

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07/10/2014, 00:34
1ºH - Maxwell Alden

En el comedor se desveló la identidad de la niña de la bufanda. Sara, la compañera de vagón y religiosa oficial de Hufflepuff.

Maxwell se sentó en su silla de siempre, saludando a las dos niñas presentes con una sacudida de cabeza y un gruñido.

No estaba especialmente hambriento esa mañana. No lo estaba desde hacía días, por alguna razón. Por suerte para él, no era necesaria hambre para comer, solamente comida. Y de esa seguía habiendo abundante, gracias a la diligencia de los elfos que trabajaban todo el día en las cocinas de Hogwarts, desde que Helga Hufflepuff las había convertido en un refugio de elfos domésticos sin amo.

Se sirvió unas judías, un par de rodajas de piña en almíbar y otras dos tortitas.

—¿Tanto frío tienes? —preguntó a Sara, mientras vertía sirope de chocolate sobre las tortitas.

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07/10/2014, 00:43
1ºH - Erzsébet y Orsolya Padurearu

Por una vez en los dos meses y medio que llevaban en Hogwarts, entraron sin muchas ganas al comedor. Se sentían llenas y eso que hacía casi medio día que no habían comido de verdad. Las ayunas nocturnas siempre eran terribles. Pero esta vez notaban como si las tres bacanales diarias, semana tras semana, hubieran acabado por reducirles el estómago, porque hoy por primera vez se sentían con poca hambre.

Embutidas en sus atuendos de duelo, se sentaron y quedáronse quietas, mirando a ver qué había en la mesa. Ey, saludaron ambas a Maxwell.

Más por costumbre que por ganas echaron unas cuantas cosas en sus platos y comieron. Y como ocurre en estos casos -muy pocos casos, quizás solo en el de ellas-, que la comida llama a la comida, el nudo de sus estómagos pareció deshacerse y a mitad del primer plato recuperaron el apetito.

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07/10/2014, 18:08
2ºH - Daphne Relish

Daphne recibió con sorpresa y alegría a Sara-. ¡Hola, hola! –Saludó radiante a su amiga, que rápidamente se puso a rezar por el desayuno. Ella no la acompañó esta vez, pero dejó de comer por respeto. En cuanto soltó su “Amén”, volvió con sus salchichas.

-Hoy he dormido FE-NO-ME-NAL –dijo recalcando cada sílaba de la última palabras con los ojos cerrados, como disfrutando aún del reconfortante sueño que había tenido-. Hacía un montonazo de frío, pero se estaba tan calentita dentro de los edredones, con el brasero... Hmmmm –dijo con mucho gusto. Sin duda había sido una gran noche de descanso-. ¿Tú qué tal? ¿Qué tienes pensado para hoy? Yo pienso trabajar un montonazo para recuperar todo lo que tengo. ¡Ya verás, ya! Voy a hacer honor a la fama de trabajadores que tenemos los Hufflepuff. No me vas a reconocer –añadió burlona con una sonrisa que le arrugaba la nariz.

Saludó con la mano a Maxwell, a Erzsébet y a Orsolya cuando llegaron. ¿Era cosa suya o todo el mundo estaba más feliz que de costumbre? No, definitivamente era cosa suya y de su optimismo actual; la gente no había cambiado. Sara estaba alegre como siempre; Max estaba arisco como siempre; y las gemelas... Esas no estaban como siempre-. ¿Estáis enfermas? –les preguntó con tono de preocupación mirando a sus platos, al principio casi vacíos comparados con lo habitual. Pero cuando vio que se echaban más y más cosas, ya se quedó tranquila. Suspiró con alivio porque el mundo volvía a su ser. Ya me parecía a mí raro que comieran tan poco, pensó mojando la última pasta de té en la leche.

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07/10/2014, 23:14
1ºH - Maxwell Alden

Maxwell se llevaba las judías a la boca con fastidio, dando un bocado de tortita bañada en chocolate de cuando en cuando, para crear un sabor de textura disonante. Años después se preguntaría cómo era capaz de comer esas mezclas por su propia voluntad, tragar el mejunje sin pestañear e incluso disfrutar con él.

Mientras masticaba, observaba a las gemelas. Ora a Erzsébet, ora a Orsolya. Cuando Daphne les preguntó si estaban enfermas, era como si se lo hubiera quitado de la boca, aunque en realidad de la boca solo pudiera quitarle un engrudo de extravagante gusto.

—¿Os habéis escapado a las cocinas esta noche? —añadió de su cosecha en un momento en que su boca estuvo vacía. Nunca las había visto, pero más de una vez habían mencionado que lo hacían.

Las gemelas terminaron comiendo como siempre, como si fueran cuatrillizas, pero las preguntas ya estaban en el aire.

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08/10/2014, 01:41
2ºH - Morgana LeFay

- Buenassss. -Saludé sin demasiado ánimo a todos. El invierno no me disgustaba, de hecho, me encantaba estamparle bolazos de nieve a Dariel en toda la jeta, pero el frío me había pillado como por sorpresa. Siempre me pasaba. Todos los malditos años. Hasta que no pasan unos cuantos días -léase mes- de frío no me acostumbro medianamente a él, por lo que ando más encogida de la cuenta y con más capas de ropa y con más ganas que nunca de quedarme horas y horas en la cama.

Le eché un vistazo a lo que había en la mesa, sin saber muy bien qué coger aquel día. A veces me parecía excesivo todo lo que preparaban los elfos de las cocinas. Había días que estaba más indecisa que nunca, y tener tanto donde escoger no ayudaba en absoluto.

Observé lo que comía el resto, y luego miré sus expresiones por ver qué era lo que parecía estar más bueno. Finalmente cogí unas cuantas pastas de té y un buen tazón de leche.

Un par de pastas de té después, abrí la boca.- En días como estos tendrían que poner una pantalla gigante en la habitación desde donde pudieramos ver al profesor dando la clase. -Mojé otra pastita y me la llevé a la boca, y tras masticarla, tragarla y darle un buen sorbo a la leche, continué.- En algunas cosas los magos tienen que aprender mucho de los muggles. -Al menos no tengo ninguna clase en el exterior.

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08/10/2014, 12:18
1ºH - Erzsébet y Orsolya Padurearu

Harrumph, espetó Erzsébet. Pues sí, yo estoy enferma de esperar a Ollivanders. ¡Dieciséis días, dieciséis!, dijo molesta. Tras lo cual se dedicó a lo único en el gran comedor aparte de los cotilleos que hacía que se olvidase de su enfado: la comida.

Al escuchar la pregunta de Maxwell tras la preocupación inicial de Daphne, Orsolya captó por donde iban. No sé, hemos soñado con la casita de Hansel y Gretel y nos hemos dado un buen atracón. Cosas de la cabeza de esas que sabría explicar un psiliologo seguramente, porque nos hemos despertado reventonas. Levantó los hombros. Y Max, las cocinas las cierran por la noche. Esos elfos cocinésticos son tan hábiles como Booky, es imposible entrar en un sitio que hayan cerrado, suspiró abatida.

A la llegada de Morgana, Erzsébet contestó con un simple hey, malacostumbrándose a las maneras del londinense. Fue Orsolya quien la prestó algo más de atención. Buenos días, Morghie.

¿Quedarse en la cama?, preguntó Orsolya cuando ya la tejona se decidió a iniciar conversación. Eso es para gente sin voluntad. No imaginaba que fueras tan vaga, sonrió tímidamente. Llevaban dos semanas compartiendo cuarto y la llegada de Morgana había sido algo bueno; era maja, habladora y aunque casi nunca hablaba de sí misma, las gemelas estaban convencidas de estar cerca de averiguar algo...