Partida Rol por web

Harry Potter y la Nueva Generación

Gran Comedor: Mesa de Hufflepuff

Cargando editor
11/11/2014, 01:04
2ºH - Daphne Relish

Daphne saludó a las gemelas cuando llegaron a desayunar y siguió con su sopa de letras, consciente de la atenta y curiosa mirada de Orsolya. Estaba tan acostumbrada a las extrañas comidas de las gemelas, que ni levantó la cabeza cuando empezaron con su ritual.

- Mandrágora –dijo en bajito al rodear otra palabra. Mientras las letras volvían a cambiarse, terminó el hummus. Cuando llegó la niña de Slytherin, ya estaba de vuelta con la sopa de letras, concentrada, así que apenas se fijó en ella y mucho menos en lo que decía.

Algo hablaban de las varitas. ¿Sería posible que a esa niña también se le hubiera roto la suya? Puso el oído un segundo y confirmó sus sospechas. No quería meterse en la conversación, pero no pudo evitar decir-. Ollivander este año ha estado fino –comentó irónicamente sin apartar la mirada del periódico, echándose por detrás de la oreja un mechón de pelo rebelde que se le había soltado del moño.

Llegó también Maxwell, a quien saludó con la mano mientras tomaba su zumo. Rodeó por fin la última palabra que le quedaba –Wizengamot- y por fin levantó la cabeza. ¿Sería esa niña compañera o víctima de los planes de las gemelas?-. ¡Hola! Soy Daphne –Saludó a la recién llegada mientras se levantaba. Ya había terminado de desayunar y era hora de marcharse a clase. Los niños de primero estaban hablando de no-sé-qué de una herida que había tenido la serpiente. Miró sus manos mientras se echaba la mochila al hombro, pero no descubrió qué le había pasado.

- Me marcho a clase, que parece que a mis compañeros se les han pegado las sábanas –comentó, extrañándose que Mircea fuera uno de ellos, pues aún no había llegado a desayunar-. ¡Que paséis buen día!

Salió a paso lento del comedor. Ahora le tocaba Cuidado de Criaturas Mágicas y la perspectiva de pasar la mañana fuera del castillo no era muy agradable.

Notas de juego

A clase.

Cargando editor
11/11/2014, 23:40
1ºH - Maxwell Alden

El intercambio de palabras respectivos a la mano de Asterope no le pasó desapercibido. Hizo memoria para recordar el día exacto en que había ocurrido, pero no estaba seguro. Encontrar un momento no era fácil, y mucho menos cuando había sucedido como si no fuera más que un extraño sueño compartido.

No lo era, empero. Había dejado secuelas, y no exclusivamente en el recuerdo. Lo que más jodía era no tener ni puta idea de qué había ido todo aquel asunto.

—¿También se te jodió la varita? —preguntó a la niña, deteniendo la mano que sujetaba la cuchara a medio camino entre el plato y la boca. Pensar en varitas explosivas no era agradable, pero era mejor que comerse la cabeza con lo que no tenía más vueltas de hoja—. A una chica le pasó lo mismo en la biblioteca hace días. Ni que las fabricara Apple.

Despidió a Daphne con un cabeceo y volvió a concentrarse en su comida.

Cargando editor
12/11/2014, 23:20
1ºH - Erzsébet y Orsolya Padurearu

Coge más, ofreció Erzsébet. Y úntalo mejor, que tomándolo solo puede resultar un poco empalagoso.

Al llegar Maxwell, la crías se dieron cuenta que la pinta que tenía bien podía asemejarse a la que tendría alguien tras haber combatido con algún superheroe, destrozando edificios completos como si de bolas de cañón se tratasen, vapuleados golpeando el asfalto una y otra vez, y por supuesto sin el poder de mantener la buena apariencia. Necesitas un buen planchado, consiguió decir Erzsébet tras engullir. Si te metes en el cesto de la ropa sucia seguro que los elfos te devuelven arreglado, aportó. Hola, fue lo que dijo Orsolya, mirando de reojo a su hermana por encima del periódico de Daphne. De las dos era Erzy la que siempre acababa con la ropa más doblada, con tomates en los calcetines y con sietes en cualquier doblez.

Cuando el tema volvió al inútil de Ollivanders, Erzsébet se encendió. Sí, deberíamos enviar una carta al Quisquilloso, diciendo que no se compre en Ollivanders. ¿Creéis que en el Profeta lo publicarían también?

Igualmente, se despidieron ambas cuando la tejona bajita se marchó. Se juntaron ocupando las dos el espacio antes ocupado por Daphne.

¿Soñáis a veces con ella?, preguntó misteriosa Orsolya a Maxwell y Asterope. Tenían que saber de quien hablaba.

Cargando editor
13/11/2014, 00:05
1ºS - Asterope Bletchley

Asterope sonrió al segundo ofrecimiento de Erzsébet y su consejo sobre cómo tomar el mejunje que había creado-. Ah... eh... claro, gracias –Como de costumbre, se dejó llevar y su cobardía –aunque ella prefería decir que era su educación- le impidió decir que no. Así que cogió un biscote y untó un poquito de la mezcla, esperando que el pan ayudara a tragarlo. Le seguía resultando asqueroso, pero volvió a sonreír-. Tenías razón, está mejor así.

Asintió cuando Max le preguntó sobre su varita. Luego hizo un par de comentarios que le hicieron reflexionar:- Qué casualidad, a mí también se me rompió en la biblioteca –dijo extrañada ante la cantidad de gente que había sufrido el mismo accidente-. Booky está teniendo unos días muy ajetreados –Y, respecto al segundo, ni siquiera lo entendió. No tenía ni idea de qué tenían que ver las manzanas con las varitas.

- Mi abuelo dice que El Profeta publicará cualquier cosa en la que se metan con alguien conocido, porque así venden más –dijo a Erzsébet casi sin pensar-. Prueba a ver.

La chica que estaba entre las gemelas se presentó-. Soy Asterope Bletchley, encantada -La miró mientras salía del comedor, pero no dijo ninguna palabra de despedida.

Cuando Orsolya habló, Asterope volvió a dirigir su mirada hacia sus compañeros de curso. Sabía de quién hablaba. Y eso le provocó un escalofrío-. Últimamente menos. Al principio... cada noche. Con ella y con más cosas –Calló. Le temblaba algo la voz y le daba vergüenza reconocer que tenía miedo.

Cargando editor
13/11/2014, 01:23
2ºH - Morgana LeFay

Llegué al comedor arrastrando los pies, hecho que últimamente parecía ya costumbre.

- Que alguien me preste horas de su día, por favooooor. -Supliqué mientras dejé caer suavemente la cabeza sobre la mesa.- Tendría que haberme traído algunas hierbas de Soleil. No es normal esta parsimonia que llevo. -Seguí comentando para mi misma. Dejé escapar un suspiro y levantando la cabeza lentamente, con pesadez, comencé a servirme un par de tostadas untadas con mermelada de arándanos que comencé a comer mientras miraba a la nada. En aquel momento cualquiera que me mirase seguro que se acordaba de una vaca rumiando.

Me terminé las tostadas y me levanté.

- Nos vemos luego. -Me despedí, acompañando las palabras con un bostezo que ni me molesté en tapar con la mano.

Notas de juego

A clase.

Cargando editor
14/11/2014, 23:12
1ºH - Maxwell Alden

Maxwell se miró de arriba abajo. No había corbata, pero cada botón de la camisa estaba en su agujero correspondiente. El pantalón estaba en las piernas, y había cerrado la bragueta correctamente. Las zapatillas estaban emparejadas, la derecha iba en el pie derecho, y la de la izquierda en el pie izquierdo.

Se encogió de hombro. ¿Coño dice?

—Yo me veo bien.

Morgana llegó y se largó tan rápido que no le dio tiempo ni a gruñir un saludo.

Cuando estuvieron solos de nuevo, Orsolya bajó la voz para preguntar si soñaban con “ella”. No hacía falta que dijera a quién se refería para que Maxwell la entendiera.

—No —dijo—. Últimamente solo sueño con ir montado en un puto elefante negro con alas de avión. Un autobús nos cae encima y me despierto.

Cuando la hora de clase estaba próxima, los niños dejaron sus respectivas hambres en el comedor y se largaron de allí.

Notas de juego

/A clase.

Cargando editor
20/11/2014, 03:18
H - Director

Ya está servida la comida del día 10

Jueves, Tercera semana de Noviembre

Notas de juego

Mediodía

Es la hora de comer, habéis pasado toda la mañana vagueando o estudiando y os entra hambre, en esta turno tendréis que ir a comer, quien no lo haga tendrá que rolear que pasa hambre. Lo ideal es que todos os reunierais en la escena de vuestra casa para que habléis por ahí, pero también podréis rolear en cualquiera de las escenas que hayan sido abiertas en el "post del segundo día". 
Antes de finalizar este post debéis pasaros por el post que estará ya en vuestra segunda clase. Es decir tendréis que terminar posteando en la escena que os corresponde para la clase o como pasó en el caso anterior se os considerará que habéis perdido la clase y tendréis que hacer por recuperarla.

Cargando editor
20/11/2014, 22:11
2ºH - Daphne Relish

Daphne no se había puesto la ropa de abrigo aún, seguía sujetándola mientras ella se refrescaba un poco. Ya se la enfundaría cuando saliera afuera.

En la mesa aún no había nadie a quien ella conociera. Solo el Fraile Gordo, que vagaba por los bancos hablando alegremente con los pocos alumnos tejones que estaban comiendo. Daphne se quedó pensativa. ¿Qué podría llevarse? Sin duda, nada con lo que tuviera que usar cubiertos. Cogió unos panecillos integrales, los abrió y metió dentro pechugas de pavo a la plancha. Los envolvió en servilletas de papel (muchas servilletas, pues los bocadillos improvisados estaban demasiado grasientos) y los guardó en el bolsillo pequeño de la mochila.

Estaba cerrándola cuando el fantasma llegó hasta a ella-. ¿Tan pronto terminas, querida? ¡Oh! ¡No me digas que sales a comer fuera! Con el frío que hace... Y eso que hace siglos que yo no siento el frío –El Fraile hizo un movimiento que Daphne interpretó como un tembleque fingido. Todo ello, eso sí, con una sonrisa que podría competir con las de Booky.

A todo esto, la tejoncita respondió:- Hay que aprovechar ahora que aún no está todo congelado, Fraile. Además, no voy a estar mucho, me iré a clase enseguida.

- Abrígate mucho, Daphne Relish –le advirtió guiñándole un ojo mientras se acercaba a un par de chicas de sexto. La niña asintió y salió al trote del comedor.

Notas de juego

Al patio

Cargando editor
22/11/2014, 00:38
2ºH - Mircea Padurearu

Mircea tardó en darse cuenta que estaba solo tras ir por la mitad de su almuerzo. ¿Como no se había podido dar cuenta antes? Al sentarse lo cierto es que se había extrañado de encontrarse con las fuentes apenas sin tocar, pero no había llegado a enlazar aquello con la ausencia de los tres glotones. Miró a su alrededor y tampoco vio a Morgana, a Daphne ni a Matthew.

Extrañado momentáneamente por aquel misterio, terminó de masticar la última pinchada de escalivada.

¿Cuanto hacía que no comía así de tranquilo? Sintiéndose zen, se sirvió un té que disfrutó más que nunca. Incluso acompañó el bebedizo con una galleta de mantequilla.

Volviéndose a colocar el sombrero, se marchó sin prisa hacia clase.

Notas de juego

/a clase

Cargando editor
23/11/2014, 00:11
1ºH - Maxwell Alden

Por una vez, Maxwell no se sentó en su asiento de siempre. El extremo de la mesa que ocupaban los alumnos de los cursos inferiores estaba desierto como el estadio del barrio cuando jugaba el equipo femenino de lacrosse. Así que se fue hasta el centro de la mesa, donde Bill Easton y Matt Green conversaban haciendo aspavientos con los brazos.

Era reconfortante tener alguien con quien comentar lo que pasaba en el mundo real, lejos de Hogwarts. Lo que, para un niño de once años, no suponía mucho más que hablar de los partidos de esa semana y de la generación de móviles de ese mes.

Cargando editor
24/11/2014, 12:49
1ºH - Maxwell Alden

Cuando la conversación, por razones que Maxwell no era capaz de discernir, derivó hacia las relaciones extramatrimoniales del octogenario del rey Guillermo V, decidió que era el momento de poner punto y final a la comida. Se despidió de los chicos mayores y se dirigió al aula de Transformaciones, sorprendido por la ausencia de todos los alumnos de primero y segundo.

Notas de juego

/A clase.

Cargando editor
24/11/2014, 23:14
1ºH - Matthew Williams

Matthew no comprendió el por qué alumnos seguían comiendo fuera con el frío que hacía. Él, que casi no se quitaba la bufanda ni cuando estaba dentro de la academia, decidió comer allí. Lo hizo solo, una vez más. Pero si tenía que elegir entre hacerlo solo o coger una pulmonía la elección era fácil.

Cuando terminó, fue a clase.

Notas de juego

A transformaciones.

Cargando editor
25/11/2014, 01:17
2ºH - Morgana LeFay

Al llegar, el resto ya se habían esfumado, y no me extrañaba. Últimamente me quedaba cada dos por tres mirando a las musarañas.

Cogí un plato de patatas fritas y un par de sandwiches y tras engullirlos rápidamente salí en dirección a mi siguiente clase.

Notas de juego

A clase.

Cargando editor
30/11/2014, 03:32
H - Director

Ya está servida la cena del día 10

Jueves, Tercera semana de Noviembre

Notas de juego

Noche

Es la hora de cenar y ya es de noche, la excepción es que esta vez vuestras escenas deberían terminar en vuestro dormitorio. Aquel que no termine allí tendrá serios problemas para despertarse al día siguiente para asistir a la siguiente clase. Lo que significa que tendrán la clase cerrada y no podrán postear hasta que me lo soliciten.

Cargando editor
01/12/2014, 00:06
1ºH - Erzsébet y Orsolya Padurearu

Las fuentes aún no se habían llenado mágicamente. Debía quedar apenas un minuto para que el horario de magia cocinéstica élfica comenzara que las gemelas ya estaban sentadas delante de sus respectivos platos, con los cubiertos en las manos y sus estómagos rugiendo en anticipación. Se habían perdido la comida y tendrían que rendir cuentas ahora, consumiendo el doble de cena de lo que solían si querían mantener sus energías a tope para irse de aventura en sus sueños.

Como el pistoletazo de salida en una carrera, o la llegada de un día tan especial como era el Magic Monday antes de Navidades, la comida se hizo de esperar y cuando finalmente surgió, las crías se quedaron momentáneamente en Babia.

Acercaron platos hondos con macarrones al pesto, de color azul, fuentes soperas de potaje una y de puré de remolacha y patata otra, bandejas de solomillo en forma de estrella con sal gorda rojiza y todo lo que tuvieron a mano.

Como si las vida les fuera en ello, comenzó la maratón.

Cargando editor
02/12/2014, 01:00
2ºH - Daphne Relish

Daphne entró dando saltitos al comedor y saludó a las gemelas con la misma energía, cuando llegó a la mesa-. ¡Hola, hola! ¿Qué tal la tarde? Hoy ha sido un día estupendo –comentó mientras se sentaba, aunque apenas podía estarse quieta. Se giraba cada dos por tres para saludar a alumnos que conocía y que pasaban por su lado-. ¡Hasta luego, Mary! –Volvió a hablar con las Padurearu-. ¿Sabéis que hoy he conseguido... ¡Buenas, Kate!... mi primer hechizo de duelo? Soy malísima, pero gracias a vuestro hermano lo he logrado.

Se llevó las manos al pecho mientras espiraba, como si se hubiera librado de un gran peso que hubiera estado cargando largo tiempo. Y, realmente, así era. Le daba igual haberlo fallado en clase. Lo importante es que al final lo había recuperado-. Ay, qué hambre tengo ahora. ¡Hola, Lydia! ¿Qué tal tus Encantamientos? Bien, ¿no? ¡Hasta luego! –Se sirvió un consomé de verduras.

- Ais... Estoy súper contenta –Y no hacía falta que lo dijera. Como para no notárselo. Con esa sonrisa, se le veían hasta los huecos donde le saldrían las muelas del juicio en unos años-. Mmmm... ¿y esos macarrones? -dijo mirando los platos de las niñas-. Pues también me echo unos pocos -Cogió un cucharón de pasta y una chuleta de cerdo, como segundo plato después del consomé.

Cargando editor
02/12/2014, 22:15
1ºS - Asterope Bletchley

Al llegar a la puerta del Gran Comedor, se despidió de Enya. La metamorfomaga se marchó hacia la mesa de Gryffindor y Asterope caminó hacia la de Hufflepuff. Miró un momento a la de su casa, pero no vio ningún paquete para ella, así que continuó su camino hasta la zona tejona.

Ahí estaban las gemelas con la alumna de segundo, Daphne. Esta última hablaba por los codos mientras las otras dos no quitaban la mirada, las manos y la boca de sendos platos. Algo le decía a la serpiente que las niñas no le estaban prestado mucha atención. Se acercó a ellas y se sentó frente a las Padurearu-. Buenas noches. Que aproveche –saludó educada, sin esperar respuesta pronta.

- ¿Qué tal la recuperación de Adivinación? Os ha ido bien, ¿a que sí? –Al segundo de hacer esta pregunta, añadió:- Bueno, responded cuando podáis y hayáis terminado de... Cebaros-...tragar –Iba a servirse ella algo, pero entonces recordó que Erzsébet le había advertido que viniera ya cenada de su mesa. Asterope no se lo había tomado en serio, pero ahora ya dudaba. Parecía que las dos niñas tenían la intención de comer todo lo que pusieran los elfos encima de su mesa.

No había nadie más por ahí que reconociera. Otra casa afectada por la desaparición de alumnos-. Acabo de estar con Enya y me ha dicho que Gryffindor está muerto. La gente va de la sala común al comedor, de ahí a clase y vuelta a la mesa. ¡Bueno! Y, a veces, ni siquiera comen –Era una pena cómo se echaban a perder los alumnos-. Y no solo en Gryffindor, también en Slytherin. Entre los que se han ido, los que nunca hablan con nadie y Kendra, que últimamente es una nueva versión de Myrtle, "la Gruñona"... Tienen más vida los fantasmas. ¿Por aquí pasa lo mismo?

Cargando editor
02/12/2014, 23:30
1ºH - Maxwell Alden

Maxwell se sentía incómodo. Había leído una historia sobre un hombre que derramaba arena sobre las cabezas de los durmientes, dándoles los sueños, y como la arena de la que estaban hechos, eran difíciles de sujetar, se escapaban entre los dedos y se dispersaban con la más ligera de las brisas. Sin embargo, había ocasiones en las que el sueño no era arena, sino arcilla, y no había forma de desembarazarse del recuerdo. Esa era una de ellas. Ese sueño era como el jarrón que un hijo hizo en la clase de plástica y regala a su madre en el Día de la Madre. Incómodo de mirar, grotesco, irrenunciable.

Cabalgaba desnudo sobre un poni de piel turquesa, con topos amarillos. Tenía ganas de rascarse; casi podía sentir todavía su basto pelaje irritando su entrepierna y el interior de sus muslos. El poni solo era el primero, el líder su manada, tras él cabalgaban docenas de su especie, todos de tonalidades extravagantes y sembrados de círculos de colores. Cada uno de ellos portaba un jinete, desnudo como él, aunque dudaba de la humanidad de la mayoría. Uno carecía de nariz, boca y orejas, y  solo un enorme ojo ocupaba el centro de su rostro. Otro era transparente y mostraba el interior de su cuerpo. Otro más estaba cubierto completamente de cabello, recogido en su totalidad en pulcras trenzas. Vio a uno con el trasero donde debía haber tenido la cabeza. Incluso los que parecían más normales tenían algo extraño, como aquel cuyos poros eran tan amplios que podía haberlos contado a distancia.

La pradera que recorrían era interminable, cubierta de hierbas blancas y margaritas gigantes. Algunas los saludaban al pasar, otras no, porque estaban distraídas jugando al póker.

Lo más inquietante eran los propios ponis. Retraían los labios, mostrando hileras interminables de dientes que agitaban en risas histéricas mientras sus cabezas se sacudía espasmódicamente cada vez que los cascos tocaban la hierba, en cuellos que no parecían tener esqueleto.

Ni siquiera tenía hambre. Y eso era algo extraordinario.

Se sentó a la mesa bostezando. Las gemelas ya estaban allí, comiendo como si fueran cuatrillizas, y también Daphne y Asterope, que parecía haberse cambiado de casa.

—Hey —saludo desganado.

Cargando editor
03/12/2014, 01:00
ZZ - Booky el Bibliotecario

Estaba vacío y al momento siguiente no. Al lado de Asterope se acababa de materializar Booky. A saber si aquello despertaría a Maxwell haciéndole pensar qué hubiera pasado si en vez de justo ahí, el elfo se hubiera equivocado en medio metro y se hubiera aparecido dentro de la Slytherin. Como Booky era perfecto no tenía sentido divagar sobre qué podría haber ocurrido, salvo que la mente pensante fuera la de un crío de once años.

¡Hola!, saludó con su conspicua sonrisa, su radiante buen humor y su voz chillona, dedicándoselo a las gemelas comilonas, al niño dormilón, a la chica enmoñada y a la niña sin amigos. Buenas noticias. Siguió sonriendo todo dientes, como si su rostro fuese una calabaza tallada. Y sobre la mesa depositó una cajita alargada de color verde oscuro y una lazada naranja. ¡Feliz día del mago!, felicitó Booky a Asterope.

Y tal como llegó, se fue. En un ¡puf! ya no estaba allí.

Notas de juego

La cajita contiene: ¡una varita reparada!

Cargando editor
04/12/2014, 00:51
1ºH - Erzsébet y Orsolya Padurearu

Lo cierto es que Asterope tenía razón. Las niñas no habían atendido a nada de lo que decía Daphne. Lo curioso es que aún sabiéndolo, la Slytherin tratara de entablar conversación con ellas.

Nada existía más allá de sus hocicos, como si fueran dos yeguas con antojeras con los morros metidos en sus comederos. Ni siquiera la aparición y desaparición de Booky hizo que las crías redujeran su ritmo de cebado.

Aunque Maxwell pareciera no tener hambre, no importaba, con lo que se estaban metiendo para el buche las replicantes, podrían haber tenido comida de sobra para rumiar durante meses. Las fuentes y platos se vaciaban como si hubiera el doble de personas de los cinco que ahí estaban, habida cuenta que Max no tenía demasiada hambre, que Astro esperaba permiso para comer y que nunca llegaría, y que Daphne estaba más atento a los cotilleos que a la comida que desaparecía de su plato gracias a los cubiertos de una de las gemelas que se sentaba a su lado.

Era una pena, porque hubieran tenido mucho que decir sobre la muerte en vida de las casas de Hogwarts, y de la idiotez de muchos alumnos de primero que ocupaban camas en el resto de las casas.