Partida Rol por web

-¿y tu sabes hacer algo de magia? -pregunté a Sam- algo de magia útil me refiero

La única vez que me dejaron una varita, hice un bonito corte en el cuello a mi niñera. Desde entonces, no me dejaban tocarla. Pero claro, hay veces que la magia sale sola, no se si os ha pasado alguna vez.

Si me preguntas si se el nombre de algún hechizo, te diré que no. Para algo he venido aquí

tras unos segundos de espera... el sombrero lo dijo... fue muy claro... y la piedra que tenia en el estomago ligeramente se desvanecio. eso es!! pienso mientras despreocupado me apresuro a buscar un asiento en la mesa de Slythering con aplausos y gritos de los alumnos de años superiores...

encuentro un lugarcito entre medio de mis compañeros de primero...

-hola! soy Arcturus... Pero me dicen Arus- digo entusiasta... con una gran sonrisa porque, al final, me seleccionaron para la casa a la que fue toda mi familia.

Esta niña es de armas tomar...

A veces las palabras se las lleva el viento, ¿no crees? - eso debí decirle, pero me callé.

Creo que todos los hechizos son útiles, el problema es saber cuándo hay que usarlos, para bien o para mal hemos de aprender a obedecer...aunque espero que muy pronto a mandar y a actuar por nuestra cuenta, al fin y al cabo, tomando decisiones es cuando uno aprende de verdad.

Creo que estos años van a ser bastante productivos...jejeje.

No. Quizá para ti sean necesarios todos los hechizos, pero para mí no. Teniendo gente que te limpie, no voy a hacerlo yo

Cassius sonrió y asintió saludando.-Hola Arus, me alegra verte de nuevo.
Luego añadió para todos.-Bueno, en mi opinión, conocer todo tipo de conjuros es algo útil, pero creo que no me he explicado bien antes. Me refería a que me parece algo no muy inteligente el hecho de alardear de conocer unos conjuros que son simples, sin quitarle mérito, yo al menos, si los supiese no alardearia de ello, sobretodo cuando seguramente nos los enseñaran dentro de poco.

Daba gracia ver el hilo de la conversación, le gustaba los buenos ánimos que estos desprendían, cosa que le estaba dando ánimos y expectativas de compartir con ellos, cosa que inicialmente le resulta difícil a Edward.

Nunca sabrás lo que te deparará la vida niña... - pensé.

Me intrigaba mucho Sam, daba la sensación de que tenía todo controlado, como si actuase sabiendo las consecuencias, la notaba demasiado segura de sí misma...De todas formas ése no era mi cometido, estaba en Hogwarts por otro motivo...

Una cosa, ¿sabéis cuándo hablará la directora del cole?, ¿antes o después del postre? - les dije a todos.

Tras el discurso del director la comida fue poco a poco desapareciendo pero dejando aún tiempo para aquellos que querían apurar los últimos alimentos. Las velas flotantes del techo se iban apagando dejando en el techo un mar de estrellas. La música finalizaba para ahora escuchar el ulular de las lechuzas y los sonidos de la noche.

Había llegado el momento para irse a descansar. Mañana sería un importante y nuevo día.

Arthur, siendo el último Slytherin en ser anunciado, pasó desapercibido durante el banquete. No hizo comentario alguno salvo para interrogar sobre algunos de los pormenores y costumbres de la escuela a los estudiantes de cursos avanzados que tenía a los lados. Sin embargo permaneció atento a las conversaciones entre sus compañeros novicios. Nada relevante, pero sí un pequeño ejemplo de lo que entrañaban sus personalidades... en especial aquella pequeña bruja, la única fémina de su promoción en la casa.

una vez hubo concluido el banquete, se retiró de la mesa y siguió a la corriente de estudiantes enfundados en negro y verde que se dirigían a sus aposentos.

Decidí tomar algo de desayuno a ver si podía centrarme en lo que me venía, había sido una mala noche.

Después de tomar un desayuno ligero intenté mirar a ver si veía a alguno de mis otros compañeros de vagón para ver que tal les iba en sus respectivas casas pero no vi a nadie asique puse rumbo a la clase de artes quiméricas... parecía interesante, la verdad.

Sam llegó con Cassius al Gran Comedor. Se acercó a la mesa de Slythering y se sentó.

Mientras se servía comida, le preguntó a Cassius

¿Te dijo algo Amon en el dormitorio?

Cassius negó con la cabeza.- La verdad es que no. Ni siquiera contestó cuando le di tu mensaje. Quizás estuviese dormido, o quizás no.- Se encogió levemente de hombros mientras se servia un desayuno frugal.

Tengo ganas de que llegue mañana, sobretodo la clase de Duelo Mágico, seguro que será entretenida.- Cassius sonrió levemente y miro a Sam.- ¿Cual es la asignatura que mas te atrae? Ya se que no hemos empezado, pero alguna habrá, ¿no?

Mmm... Defensa contra las artes mágicas. Tiene que ser desesperante que te lancen hechizo tras hechizo y puedas defenderte de todos. Así, cuando tu rival está cansado, le golpeas con fuerza

-Una estrategia interesante, ¿esta libre este sitio?

Arthur se sentó junto a la pareja de primer curso que había visto la noche anterior en la sala común. Al parecer la chica era de las que se hacían notar y ya había dejado huella entre sus demás compañeros. El otro, aunque más discreto parecía secundarla. Formaban una parejita curiosa.

-Mi nombre es Arthur, un placer -se presentó mirándolos a ambos- disculpad que no me presentase anoche. El viaje me dejó agotado...

El joven se sirvió algo de leche en un cuenco y untó una mermelada de color morado sobre la tostada que acababa de coger. El sabor era exquisito pero no se trataba de arándanos y sospechaba que de ningún otro fruto conocido por los muggles.

-Así que agotarías a tu rival antes de atacarle, ¿eh? -comentó mirando con una ligera sonrisa a Sam- algo arriesgado, si me permites opinar, desviar encantamientos y maleficios también podría agotarte a ti...

Cassius sonrió y asintió saludando a Arthur.

Buenos días Arthur, mi nombre es Cassius, ella es Sam. La verdad es que sentía curiosidad por el único chico que no dijo nada.- Sonrió amablemente y luego miró a Sam.- Estoy de acuerdo con Arthur. Puede ser una estrategia valida si tienes a alguien que te apoye, tu desvías mientras el otro ataca. Pero en un duelo de uno contra uno, ¿y si el enemigo usa un encantamiento que no puedes rechazar?.- Cassius dio un bocado al sándwich que se había hecho, cuando tragó, añadió.- En mi opinión, debes balancear el ataque y la defensa.

Hola Arthur, encantada de hablar contigo dijo Sam acompañando sus palabras con una sonrisa.

Tomó un poco de zumo mientras escuchaba sus palabras.

No se vosotros, pero todavía no me interesa enfrentarme a nadie que sea muy superior a mí. Siempre puedes enviar a gente para que lo haga por ti... Aun sabiendo que no van a volver

Paró para beber de nuevo

De todas formas, mi estrategia no sólo sería esperar. Ser capaz de sacar de quicio a tu rival es otra habilidad importante. Cuanto más nervioso esté, más rápido será su error. Ahí es cuando se ataca.

Arthur sonrió, asintiendo al tiempo que alzaba hacia ella su propia copa de zumo en señal de acuerdo.

-No está mal -coincidió mirándola por encima de la copa mientras daba un largo trago de zumo de calabaza. Delicioso, por cierto.

Aquella chiquilla le llamaba la atención. Sin duda tenía la mente de una pequeña tirana, hacía honor al estandarte de Slytherin. Le gustaba ese modo de pensar. Lo respetaba y apreciaba, sí, pero era consciente que esa clase de personas había que tratarlas con suma cautela.

Desvió su atención al otro chico, Cassius. Si bien su estilo parecía pasar más inadvertido, Arthur creía poder apreciar algunas de las cualidades tan admiradas por sus compañeros de casa.

-¿Y tú, Cassius?, ¿prefieres la acción o delegar esas funciones a otras personas?

Vaya, cuantas preguntas profundas, y eso que acabamos de conocernos.- Cassius miró a ambos con una ligera sonrisa socarrona y tomo un sorbo para ganar algo de tiempo.

Estos dos son demasiado parecidos a mi, ¿rivales? ¿Aliados? Quien sabe, el tiempo lo dirá.

Esta bien, jugaré. Digamos que mi estilo seria mas rodearme de aquellos a los que enviaría a tales acciones, pero obviamente iría con ellos. En mi opinión, cuando haces algo, hay que asegurarse de que el resultado es lo suficientemente satisfactorio. Al fin y al cabo, si envías a gente y fallan, es como fallar tu mismo, el otro sabe claramente cual es tu posición en frente a el. Y si tengo enemigos, prefiero que no lo sepan hasta que yo lo considere necesario.

Tras esas palabras, miro a ambos, observando sus reacciones, y esperando una respuesta.

Bueno dijo Sam limpiándose con la servilleta Yo ya he terminado de desayunar. Creo que deberíamos ir a clase. ¿Venís?