Partida Rol por web

Bajé y estaba a punto de irme cuando me fijé en el tablón de anuncios.

Menos mal que lo he leído, me hubiera ido a otra clase.

Y me fui a desayunar

¡Madre mia y yo casi me confundo!

Me sobresalto al ver el cartel. Pensaba que nos tocaba clase de vuelo por la tarde...

¿Qué le habrá pasado al profesor Lupin? Extraño, tal vez se sienta algo mal.

Salgo pitando a clase.

Estoy a punto de salir corriendo de la sala comun hacia la clase, cuando de reojo veo la nota que anuncia el cambio de asignatura por problemas del Director Lupin. Asi que con el libro bajo el brazo regreso corriendo a la habitacion para cambiarme.

Pasados escasos 5 minutos estoy nuevamente abajo en el salon comun, y ya hay ahi algunos compañeros que han regresado de la clase de vuelo. Maravillados por la experiencia y la personalidad del profesor. Agitado y vapuleado me dejo caer en un sillon alejado de todos.

-Si continuo asi, seguire por los pasos de Phillip, vaya honra para mi familia si terminan expulsandome.

Llegué corriendo a la Sala común. No había practicado los hechizos de duelo, pero ¡podía practicar el alohomora! Salí volando a la habitación

Pasé por la sala común sin detenerme, aunque no vi a ninguno de mis compañeros. Seguramente estarían desayunando

Llegó a la sala común con pasos animosos... era tan temprano que había muy poca gente allí (por no decir nadie). Los rayos de sol ya entraban por los ventanales de la casa de Helga y el chico tuvo de entrecerrar un poco los ojos. Con su varita enfundada en el cinturón, su túnica de mago negra, y el maletín donde guardaba sus útiles para la clase... Seth paró en seco ante la puerta, trató de recordar el camino a la clase de adivinación, y partió hacia allí. Esperaba encontrarse con sus compañeros en clase... aunque quizá pararía un poco antes para tomar un par de croissants con mermelada.

El camino a través del barril era ya rutinario.

Sin entretenerse demasiado, Mircea tomó la puerta de salida y se dirigió hacia el Gran Comedor

Sin detenerme demasiado voy a desayunar y saludo con un gesto de cabeza a todos los que allí estan.

Llegué con Daphne a la Sala Común y me senté en uno de los sillones.

Esa muchacha que se ha quedado al final... Es muy rara, ¿no?

Daphne se sentó en uno de los sillones subiendo las piernas como si fuera a sentarse con la postura de la flor de loto.
-¿Quién?-abrió los ojos al entender-¡Ostras!, sí, no parece hablar con nadie, ¿Alguna vez la has visto con alguno de su casa?, la han dejado muy sola... me da un poquito de pena

Seth llegó a la sala común, camino al dormitorio; iba a cambiar los libros para la siguiente clase. Vió a sus compañeras de Hufflepuff charlando y se acercó a ellas.

- Hola. ¿Qué tal estáis?

Seth habiá saludado demasiado bajo, y las chicas estaban demasiado ensimismadas hablando entre ellas como para haberle escuchado... se acordó de pronto de lo que había venido a buscar a su dormitorio. Rápidamente se dirigió hacia allí, sin perder un segundo.

Seth pasó por la sala común. Me pareció que nos decía algo, pero apenas le escuche, así que no le dije nada.

Si la han dejado sola, a lo mejor es que les ha hecho algo, ¿no?

-¿crees que será mala?-preguntó Daphne balanceándose sobre el sillón de la sala común. Seth pasó, se detuvo como titubeando y Daphne creyó oír algo pero no lo distinguió, cuando quiso preguntar al niño éste se dio media vuelta y salió del sitio.-Huy, creo que Seth quería algo...-lo que claro, hacía que la niña se planteara si iba a pedirle a alguna de ellas lo del baile y teniendo en cuenta que había  estado presente mientras Amon se lo pedía a ella solo quedaba....-lo mismo le daba corte decirlo.

Pues... no se. Se supone que no, ¿no? Al fin y al cabo es una leona... Pero no se. A lo mejor adora al diablo o huele mal.

-Puede que sean las dos cosas,¿eso es posibke?

Yo creo que sí dije convencida. Un día, las monjas me dijeron que el infierno está lleno de fuego y de hombres desnudos sudorosos. Pues imagínate si con tanto sudor no te lavas después dije y, de manera inconsciente, me santigüé.

Daphne puso cara de asco extremo, esa que se te pone cuando le das un beso con lengua a un limó especialmente ácido.
-¿De veras?-amagó una arcada-puegh, creo que se me ha quitado el hambre...

Jijijiji, venga, hay que ir al Gran Comedor. Ya verás cómo te entra el hambre cuando veas lo que esté puesto en la mesa. Además, ¡tienes que comer y ponerte guapa para Amon! Mua, mua, muaaaa

-Que Amon no me va a besuquear-dijo Daphne incorporándose-Además, ¿y si Seth venía a pedirte lo del baile? Tendrías que mua mua muaaa con él-desde luego no era una perspectiva muy halagüeña.