Partida Rol por web

Andrés asintió enérgicamente ante la petición del cura. Sí, si, os puedo hacer una fotocopia de las páginas más relevantes, no me cuesta nada. Y respecto a lo otro, sobre si estaban conformes con las actividades... - se encogió de hombros- pues supongo que sí. Me explico, la mayoría de ellos acudían regularmente, sin ningún tipo de obligación. María Morales, por ejemplo, se involucró mucho con el tema de las recogidas de alimentos, solía estar por ahí organizando los paquetes, según me han contado. -Andrés se quedó pensativo un buen rato. Las últimas semanas... cada vez vino menos, se la veía como ida, ausente. No sé, supongo que volvería a recaer...

Andrés se levantó y cogió el cuaderno. La fotocopiadora estaba en el pasillo, al otro lado de la puerta, así que no tardó demasiado en volver con unos folios en blanco y negro que entregó a Santiago. Si de verdad os interesa, podéis ir a echar un vistazo mañana. Como es viernes, me imagino que se juntarán todos a mediodía. 

Las horas pasaban lentas en la hemeroteca del ayuntamiento de Logroño. Durante gran parte de la mañana los esfuerzos se dispersaron en encontrar cualquier pista que les pudiese poner tras los pasos de aquellas terribles desapariciones. Una foto, un documento oficial. Fue todo cuanto encontraron de interés. Hubo muchos otros datos, que tuvieron que ser revisados, contrastados, debidamente confirmados, pero era muy complicado encontrar algo realmente relevante entre toda aquella maraña de información. 

La tarde llegó con calor y un ánimo colectivo de concentración. Durante más de dos horas fueron los únicos usuarios de la sala. Los ojos le escocían a Daniel delante de la pantalla de su portátil, donde realizaba numerosas búsquedas en Internet. La cabeza le dolía a Olivia de tanto revisar libros y periódicos de letra minúscula. Incluso el cansancio se hizo notable en Laura, siempre rebosante de vitalidad. La mano le enviaba punzadas dolorosas, fruto de un esfuerzo excesivo al coger notas a toda velocidad durante tanto tiempo. 

Después de lo que pareció una eternidad, una mujer interrumpió el silencio. Se trataba de la secretaria que los había atendido esa misma mañana. Tenemos que cerrar. Anunció, lacónica. Daban por finalizado aquel día de búsqueda. El desánimo era palpable. Las horas corrían inexorables, y Manuel Cidacos no daba señales de vida. 

¿Qué hacer? Laura apenas podía poner en orden todos sus pensamientos. Intuía... no!, más bien tenía la certeza de que aquella foto antigua podía ser la clave para dar con el escondrijo de Lantarón, pero se veía incapaz de localizar la situación exacta desde donde había sido tomada aquella imagen. 

Hizo un rápido repaso mental, tenía demasiada información en su cabeza, y quizá dar un paso atrás ayudaría a tener un poco de perspectiva. Tenían un chico, un niño apenas, desaparecido. Tenían un mensaje escrito por un usuario anónimo, dirigido a la redacción de Rioja2, en el que se las instaba a investigar... pero, ¿el qué? Tenía que haber algo detrás de todo aquello, ¿un agente químico? ¿Alucinaciones colectivas? ¿Una secta...?  

Por otro lado estaban aquellos comentarios en las noticias más escabrosas de la página de Rioja2. Todas aquellas menciones cargadas de simbolismo, aquellos nombres... aquellos nombres... 

FMartínPinedo, había encontrado algo relevante, un Martín Pinedo que vivía también en La Rioja Alavesa, no muy lejos de Logroño. No había querido molestar a aquel hombre por el momento, pero quizá era hora de dar el paso...

Así será, querido Andrés. Y si mi compañero de investigación no tiene nada mas que aportar, yo diría que no te molestamos mas. Nos has dado un buen hilo conductor y ahora Dios allanará el camino. Muchas Gracias, Que Dios te bendiga!

Me dispongo a salir cuando hayamos hecho las despedidas del caso,y tengamos las fotocopias, y si es que Claudio no tiene nada mas para agregar.

Una vez afuera consulto con mi compañero si desea ir a descansar, ya que Andrés nos ha recomendado ir a la iglesia en cuestión el día de mañana, Viernes. Podemos organizar una reunión con los compañeros de investigación o directamente dividirnos para hacer investigaciones por nuestra cuenta. 

Me he apuntado e nombre de Maria Morales.

El ex guardia civil escuchó con atención las palabras del miembro de Proyecto Hombre. Al final, siguiendo sus ideas, habían encontrado un posible vínculo, un punto de reunión. O más bien, un lugar: La Iglesia de San Agustín. Todos los viernes a las doce.

-Tantos años en mi oficio me han llevado a desconfiar mucho de las coincidencias, señor Brazaola. Sin duda, como ha dicho don Santiago, esta información nos va a ser de gran utilidad. Me alegro de que mis reflexiones de ayer le hayan ayudado a investigar y dar con este registro.-Escuchó el ofrecimiento del coordinador, antes de añadir.-Unas fotocopias serán más que suficientes. De momento nos interesa la información que contiene, no hay necesidad de contar con el documento original.

Su compañero procedió a despedirse de Andrés, y él lo secundó unos instantes más tarde.
-Efectivamente, creo que ya le hemos robado suficiente tiempo con todo esto. Estamos muy agradecidos con su colaboración, y creo que hemos dado con un hilo del que tirar. Le debemos una Andrés.

Tras salir a la calle y guardar a buen recaudo las fotocopias, había que organizarse para los siguientes pasos que dar.
-Al final hemos dado con el siguiente destino en nuestra investigación, la iglesia de San Agustín. Como ha dicho Andrés, la reunión no será hasta mañana por la mañana. Tal vez podríamos dar parte de nuestros avances al resto del equipo, y si ellos tienen también novedades, habría tiempo para hacer una nueva puesta en común para actualizarnos todos. No sé como lo ve, padre.

- Si, si, me parece muy bien. Si ellos están de acuerdo, una nueva reunión, quizás mas rápida que la anterior, será muy útil. Podremos revisar si queremos reformular los grupos o continuar como estamos. En lo personal prefiero seguir esta pista, ya que me interpela de lleno. Me requiere un mi lugar de emisario del Señor, para tratar con otro emisario del Señor. Veremos qué avances tienen Laura, Daniel y Olivia. Siento que estamos cada vez mas cerca de averiguar qué fuerzas están interviniendo en la desaparición de Manuel Cidacos.

- No tengo inconveniente en ofrecer la sacristía para una nueva reunión. La Casa de Dios está abierta para fines solidarios. Quiere usted hacer la propuesta por el grupo de whatsapp?

Claudio asintió con un gesto grave un sacó su teléfono del bolsillo. La tenue luz de la pantalla iluminaba un rostro serio. El guardia civil puso el índice sobre el icono de la aplicación de mensajería, y justo entonces el móvil vibró, entonando una melodía más propia de la década pasada. El hombre no esperó más de un par de segundos para cogerlo. 

-¿Diga?

-¿Claudio? -la voz de Ignacio Serranes sonó entrecortada por el pequeño altavoz. -Soy yo, Serranes. Tengo noticias... es... sobre el chico. El chico de la zapatilla -su voz apenas era un susurro. -Lo han encontrado. Muerto, está muerto. Lo han encontrado hace una hora, flotando en el río, a la altura de Varea. Sí, lo sé, lo que nos temíamos. 

Claudio hizo la pregunta pertinente. 

-¿La zapatilla? -respondió su compañero. Nada, ninguna prueba. Ya sabes que suele ser difícil encontrar algo. Pero, escucha, hay algo más. No solo han encontrado el cuerpo del chico. También el de otro hombre. Todavía sin identificar, mediana edad, moreno, pelo corto, iba vestido con ropa de monte. Joder, es muy raro, no parece que esté relacionado... quiero decir, parecen dos suicidios, y en esa zona del Ebro se suelen calmar las aguas así que no es raro que se almacenen "cosas" por ahí... el forense dice que el chico llevaría muerto dos o tres días, todavía es pronto para determinar con exactitud. Sin embargo, el otro... el otro cadáver. Es reciente, Claudio, no le echan más de dos horas. Vamos a estar atentos porque no se ha denunciado desaparición, todavía...

Ignacio Serranes no tenía mucho más que contar. Colgó precipitadamente, no sin antes prometer que le pondría al corriente a Claudio si es que se enteraba de algo más. 

Parecía que Santiago había encontrado algo, y junto a Claudio, en sus propias palabras, estaba siguiendo una pista jugosa. ¿Qué querría decir con aquello? Olivia lo ignoraba. Parecían estar ocupados ya que ninguno de los dos respondió a los mensajes de teléfono en toda aquella tarde. Cuando la noche llegó, se durmió con el deseo de que no les hubiera pasado nada. Hasta mañana, se dijo a si misma, mañana tendría que hacer malabares para seguir con el trabajo en Rioja2 y a la vez asistir con Laura y Daniel al encuentro con aquel misterioso Martín Pinedo. 

Laura, por su parte, cayó rendida en cuanto llegó a casa. Ni siquiera cenó, ni siquiera se desmaquilló. Se despertó al alba un poco nerviosa por lo que pudiera encontrarse aquella mañana. Habían quedado en que ella conduciría. El destino era Aldeanueva de Ebro, un pueblecito de la Rioja Baja, a algo más de una hora en coche, donde se supone que podrían encontrar al hombre que buscaban. La información en Internet era bastante escueta. Sabía que aquel hombre se dedicaba a algún tipo de negocio de alquiler de inmuebles, y que la dirección de su trabajo se encontraba en una callezuela de dicho pueblo. 

Eran las once y media para cuando se pusieron en marcha. Y casi la una cuando aparcaron en el centro de Aldeanueva. Dejaron el coche en una calle detrás de la Iglesia y cruzaron la plaza, frontón incluido, para llegar a la dirección que Laura tenía apuntada en un papelote. Un lugareño les indicó que, efectivamente, en esa calle vivía un tal Martín Pinedo, Juanito para los vecinos. Y que a esa hora lo más probable es que lo encontraran en el bar "Sonsoles". Bar por el que, precisamente, habían pasado por delante tan solo unos minutos antes. 

Del Sonsoles poco había que destacar. Era un vivo ejemplo del costumbrismo riojano. Oscuro, con un fuerte olor a fritanga, una barra larga, máquinas tragaperras al final. El centro lo ocuparían cinco o seis mesas, repletas de hombres de mediana edad o rozando la tercera. La única mujer, a parte de Laura y Olivia, era la camarera, la famosa Sonsoles. Todas las cabezas se giraron cuando los tres investigadores cruzaron el umbral de la puerta. 

-¿Qué os pongo? -preguntó, alegre, la camarera. 

-Si... entiendo. Gracias Serranes. Mantente informado.

El rostro de Claudio se había ido poniendo más y más serio conforme mantenía aquella conversación telefónica.

Joder, joder, joder...

Cuando volvió a guardar su teléfono, una serie de sensaciones que creía que ya quedarían en el olvido volvían a él. Las idas y venidas de una investigación, cuando las informaciones y los sucesos, de repente, se precipitaban. Se giró, con la preocupación reflejada en la cara, para comunicarle las novedades a Santiago.

-Padre, hay que reunir al grupo urgentemente. Si puede ser en su sacristía será perfecto, ya conocemos el lugar. Manuel Cidacos ha sido encontrado, muerto. Y eso no es todo, junto a él han encontrado a otro cadáver.

-Buenas -saludé a Sonsoles, con una sonrisa cordial-. Tomaré un café bien cargado. -Dirigí una rápida mirada a mis dos acompañantes, esperando a que ellos dijeran qué querían pedir-. Somos reporteros del periódico Rioja2. Estamos realizando un trabajo de investigación, y estamos buscando a un hombre que se apellida Martín Pinedo. Se le conoce como Juanito. Nos han dicho que suele venir aquí habitualmente.

Aún seguía cansada del día anterior, la investigación empezaba a hacer mella en mí, pues no había conseguido conciliar bien el sueño, el dolor de cabeza después de estar buscando sin descanso donde estaba la dichosa colina no habia hecho sino que empeorar mi. Pero hoy era otro día y estaba convencida de que encontraríamos algo, con suerte Sonsoles sabía algo del tal Juanito que había mencionado Laura, incluso podía ser que fuese alguno de aquellos hombres que ya estaban allí, pronto lo averiguaríamos.

- Lo mismo para mí, gracias.

- Dios te salve... - El Párroco se santiguó instantáneamente al oír la noticia - Dios guardará esas dos almas de los tormentos que hayan sufrido. Si, por supuesto, usted puede escribir en el grupo de whatsapp? yo necesito unos momentos para orar. Digales que nos encontramos esta misma tarde en la Sacristía sin falta. Ahora, si me disculpa... 

Me arrodillé allí mismo, a unos metros de mi compañero, y comienzo santiguándome nuevamente a orar las oraciones que corresponden a la absolución de las almas.

Cuando Laura mencionó a "Juanito", todas las cabezas se volvieron hacia el rincón más apartado del bar, donde un hombre ya entrado en años ojeaba el periódico del día. 

-Juanito sólo me llaman los amigos -su tono era cortante y nada amistoso. -Así que no te tomes tantas confianzas, bonita -Lanzó una mirada de arriba a abajo a Laura, analizando cada detalle de su figura. Finalmente apartó su lectura del semanal, que lanzó con desdén sobre una silla vacía. -¿Qué ostias queréis?

"Parece que nos ha tocado el abuelete más borde del pueblo" pensé para mis adentros, ante las palabras de Martín Pinedo, aunque por supuesto no se lo dije.

-Me llamo Laura -me presenté, en tono cordial-. Ella es mi compañera Olivia. Son reporteras de Rioja2. -Dirigí una mirada a Daniel y, para mantener una coartada coherente, añadí-: Él es Daniel, nuestro becario. Estamos realizando un reportaje acerca de las desapariciones y muertes que se han producido en los últimos años, siempre vinculadas con el río Ebro. Tenemos varias líneas de investigación abiertas y, dando una vuelta por nuestros anteriores artículos de la web, vimos un comentario de alguien llamado FMartínPinedo, que parecía saber algo sobre estos extraños sucesos que están teniendo lugar en el Ebro. -Tomé mi cuaderno de notas y me dispuse a leer el comentario que se correspondía con el de Martín Pinedo-. "Géminis buscando su parte perdida y creando inestabilidades, Piscis intentando establecer su conexión hídrica como supervivencia…" Pensamos que este comentario debió escribirlo usted o un familiar, ya que coinciden los apellidos, y queremos saber si usted conoce algo al respecto sobre estas desapariciones.

Juan se cruzó de brazos y dedicó al trío de investigadores una mirada cargada de odio y desprecio. Pero... ¿de que coño me estáis hablando? -exclamó, elevando notablemente el tono de su voz. Todos los presentes guardaban un escrupuloso silencio, la tensión era espesa en aquel bar. -Yo no tengo nada que ver ni con las muertes esas de las que habláis, ni con unos comentarios en "internés" ni con nada. ¡Y mucho menos mi hermano, que lleva dieciocho años muerto!

Hubo algunos cuchicheos entre los presentes. Alguien por detrás se dejo caer un comentario... "Es que normal, otra vez sacando el tema de Francisco...". Otro respondió, "de Logroño tenían que ser... ¡cagüen sos!". Tras unos instantes de tregua, la vena del cuello de Juanito volvió a hincharse, esta vez dirigiéndose a Olivia y Daniel, que habían quedado en un seguro segundo plano.

-Me tenéis harto con el tema de mi hermano... hasta los cojones. Lo que hiciese o dejara de hacer con sus millones me la trae al pairo...

El mensaje de Claudio en el grupo de WhatsApp quedó sin respuesta el resto de la noche. Ambos dos, el cura y el ex-guardia civil, no tuvieron más remedio que despedirse y citarse al día siguiente, con suficiente antelación como para ir con tranquilidad a la Iglesia de San Agustín, al encuentro solidario que tenía lugar cada Viernes a mediodía. 

Escucho atentamente la conversación, mis compañeras eran más ágiles que yo para sacarle información al susodicho. Me quedo con todas y cada una de las palabras que dice el señor Pinedo para sacar todo lo posible para nuestra investigación.
Dice no saber nada, pero se le ve nervioso así que tengo la sensación de que esconde algo.

De las palabras de Juan se podían extraer varios datos, aunque el principal de todos ellos era que aquel hombre probablemente no supiera ni encender un ordenador, por lo que era poco probable que hubiese sido él quien había escrito los comentarios. Aunque lo que de verdad me intrigó fue que mencionara que su hermano llevase dieciocho años muertos y que aparentemente Juan había dejado caer que Francisco había recibido unos millones.

-Pues alguien ha estado escribiendo en "internés" con el nombre de su hermano -dije, no dando mi brazo a torcer-. ¿A qué se refiere con eso de que "lo que hiciese o dejara de hacer con sus millones"?

El tipo era un hueso duro de roer, pero Laura lo estaba haciendo muy bien, había conseguido sacarle ya varios datos que podían ayudarnos y parecía que aquel hombre aún sabía bastante más de lo que decía, el problema venía ahora, ¿cómo conseguir que siguiese hablando?

- No queremos importunarle, solo es eso, tal y como ha comentado mi compañera alguien se hace pasar por su hermano y eso no está bien ¿verdad?, si nos cuenta algo más quizás podamos descubrir quien es y contárselo...