Partida Rol por web

Héroes y Profecías

Milagros del Bien.

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09/11/2010, 14:23
Orphen

Orphen pone las manos en su cinturon y saca un pergamino, lee rapidamente y con una de sus manos apunta a su lado derecho una pequeña orbe de fuego sale disparada hacia el punto deseado, pero esta no explota sino que empieza a alargarse por el suelo. Todo esto intentando recuperar el espacio perdido del comandante.

Notas de juego

Gasto el muro de fuego desde 12/23 para abajo.

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09/11/2010, 14:25
Orphen
Sólo para el director

Notas de juego

La idea es separar los dos frentes, para que tengan que subir hacia arriba donde hay el troll, y que no puedan llegar refuerzos o por lo menos intactos a nuestro flanco durante un rato.

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09/11/2010, 18:22
Diana

Diana continúa avanzando a caballo entre los gnols, paso a paso. En su recorrido queda una alfombra de cadáveres de gnols, y Diana siempre conserva su posición en la vanguardia. La posición de los refuerzos parece ahora lo suficientemente ventajosa como para permitirse una división de las fuerzas, y la guerrera del Gran Reino guía a una parte de los jinetes hacia el Suroeste para abrir una brecha entre los gnols mientras que Folcard toma el mando de otros cabalgando hacia el Sureste para ir hacia los adeptos de Erythnull que rodean a Vanth.

- Tiradas (9)
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15/11/2010, 15:46
Director

Kurgan vence al fin al conjurador que tantos problemas le había causado, y mientras el semielfo destroza con su cadena a los demás oponentes, indefensos, Bohemond concluye su hechizo de convocación. Dos grandes diablos que parecen hechos de hueso aparecen de la nada. Sus cuerpos son humanoides, pero sus caras parecen calaveras y tienen grandes aguijones de hueso que amenazan por encima de sus cabezas. El comandante Bohemond golpea con su cadena, mientras los diablos barbados clavan sus alabardas y las nuevas convocaciones siembran un terror mágico en los enemigos. Los pocos Saqueadores que el mercenario Kurgan ha dejado con vida parecen un pobre enemigo ya contra Bohemond y sus infernales.

Hagen llega a tiempo de proteger el flanco de los caballeros, matando a uno de los adeptos que se le encaraban y llegando con sus refuerzos a la altura de Kurgan y el comandante de los Redentores.

Diana y los caballeros de su columna hacen una brecha entre los gnols, tratando de proteger a Kandalian, Orphen y Vanth. Kandalian no parece tener problemas con los gnols, a decir verdad, y acaba con la vida de dos a puñetazos. Vanth es el peor situado, rodeado por cuatro adeptos de Erythnull, pero Orphen arregla eso creando un muro de fuego que atraviesa el campo de batalla en dirección Sur de parte a parte. El bárbaro se encuentra con un muro de llamas, inofensivo por su lado, pero que hace arder a sus tres enemigos más inmediatos. La cortina de fuego obliga a los Saqueadores a retroceder, dejando a Vanth, pero al separarse del conjuro por el lado opuesto a Vanth siguen recibiendo daño por el terrible calor. Malheridos y cegados por el dolor, los humanos malvados se ven obligados a retroceder varios pasos para alejarse del daño, quedando en una posición muy expuesta frente a Folcard y Parthalan. Gnols y otros fanáticos de Erythnull en puntos más alejados de Orphen también reciben daño por estar demasiado cerca del conjuro recién aparecido.

La muralla de llamas impide el paso de la masa de gnols superviviente, protegiendo a los defensores y aislando a los escasos enemigos encerrados en el lado de Berfôska. Los gnols menos inteligentes se arriesgan a atravesar el conjuro, y varios mueren, mientras que otros prueban a adentrarse en la oscuridad conjurada por Amnyin, en la creencia de que, al no verlo, el muro no llegará ahí. Ninguno de los que desaparece en las tinieblas vuelve a salir nunca; será imposible saber si han sido carbonizados por el hechizo de Orphen o si, desorientados, han muerto entrando en el vapor venenoso de Arkaeron.

Mientras uno de los diablos óseos llamados por Bohemond se ocupa de los Saqueadores cercanos, el otro hace uso de sus aptitudes innatas para teleportarse hasta el lado de los gnols, evitando así el muro de fuego y provocando el pánico entre los caras-de-hiena.

- Tiradas (9)

Notas de juego

Asalto 21 del tablero.

Faltan Arkaeron, Naldar y Vanth por actuar. Vanth solo tiene ya un enemigo en cuerpo a cuerpo, a menos que quiera atravesar el muro de fuego. Los arqueros de Naldar tendrán que aplicar un -1 a sus tiradas, porque todo queda ya en alcance largo.

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17/11/2010, 17:28
Folcard

El conjuro de Orphen ha dejado expuestos y heridos a varios adeptos, y Folcard aprovecha la ventaja. Esgrimiendo una cimitarra en la mano derecha y una espada larga en la izquierda, el comandante de los Caballeros del Cáliz descarga una tormenta de golpes sobre los enemigos más cercanos. Los cinco ataques que encadena en unos pocos segundos acaban con la vida de tres de los Saqueadores más cercanos.

- Tiradas (10)
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17/11/2010, 19:46
Arkaeron

Viendo como estaba el panorama, la mejor opción parecía aumentar mas la superioridad numérica, corro por la muralla hasta colocarme en una mejor posición y comienzo a conjurar.

Una nube grisácea comienza a formarse cerca del diablo oseo

Notas de juego

Me muevo a 27,21 y uso Convocar monstruo V 9,39 tigre infernal

Conjuro restado

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19/11/2010, 00:47
Naldar

Naldar examina el paisaje. Lo peor parecía haber pasado. Los servidores del dios maligno casi estaban vencidos.

Además, los conjuros de Arkaeron, Amnyin y Orphen dividían el campo de batalla. Solo la masa del gnols era un problema ahora, y Naldar decidió hacer algo para mantenerla quieta y vulnerable cuanto pudiera.

El explorador coge una flecha de su carcaj con mucha ceremonia y susurra unas palabras en élfico. Pone la flecha en el arco y tensa la cuerda para disparar tan lejos como el viento pudiera llevar al proyectil.

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19/11/2010, 05:24
Naldar
Sólo para el director

Notas de juego

Master lo siento fallo mío :P, entré la noche pasada y no acabé de postear por que etaba bastante cansado, y después me olvidé, que desastre, espero sepas perdonarme :P

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20/11/2010, 00:18
Director

Vanth acaba con la vida del último servidor del dios maligno que tenía a la vista. El efecto conjunto de las armas de Folcard y la magia de Parthalan aplastan a otro pequeño grupo que trataba de huir del muro de fuego creado por Orphen. Ya son pocos los malvados humanos los que sobreviven, y aunque aún podrían hacer daño, nunca llega su contraataque, ni la oleada de gnols que se esperaba. La moral ha fallado entre los enemigos, y todos los gnols se retiran en desbandada, conservando su sólida agrupación aún al escapar parecen una marea retrocediendo. Los pocos Saqueadores que quedaban en pie tratan de huir también. Raros son los que sobreviven a las espadas de los defensores o a los conjuros que les cortan la retirada. El sólido ejército enemigo se ha fragmentado, y ya no resulta en absoluto terrorífico.

Arkaeron conjura un nuevo refuerzo mágico para perseguir a los cobardes gnols. Los líderes dan órdenes. Hagen reagrupa las líneas y llama a la persecución a aquellos mejor situados que él mismo. Folcard y Parthalan preparan las cargas contra los que escapan. Bohemond llama a sus tropas a regresar a la muralla, pues hay graves heridas entre sus hombres, y poco más pueden hacer. El horrible combate se ha reducido a una última y gloriosa carga, al frente de la cual todos quieren cabalgar.

Los arqueros de la milicia se ven obligados a forzar al máximo el alcance de sus arcos. Las flechas llueven sobre las tropas amigas, alcanzando a algunos de los oponentes más rezagados. Naldar dispara una única flecha que se clava en la espalda de un lejano gnol. Con el mismo impacto de la flecha, un conjuro del elfo se desencadena, y la hierba de la pradera comienza a crecer en un área de unos 40 pies hasta alcanzar las proporciones de una sabana. La vegetación tupida no solo ralentiza la huida del núcleo de las fuerzas de gnols, sino que las plantas parecen tener inteligencia, y muchas crecen enrollándose alrededor de las patas de las bestias enemigas. Muchos gnols quedan ocultos por el espeso verdor, y otros están tan sujetos por las enredaderas y raíces que a duras penas pueden respirar.

El monstruo que toma forma cuando el conjuro del nigromante termina, carga contra los gnols más cercanos. Parece un gran felino, pero sus ojos son rojos, y de sus dientes parece gotear sangre de forma natural. Los dos diablos de hueso convocados por Bohemond continúan con sus trabajo, en apariencia divirtiéndose con el terror que provocan entre los gnols, más que atacándoles. El diablo más al sur crea un muro de hielo, perpendicular al muro de fuego de Orphen, que aísla a unos pocos enemigos y corta drásticamente la ruta de huída hacia el sur. El diablo óseo que se había quedado atrás se teleporta justo en medio de las filas de caras-de-hiena, y mata a alguna antes de que los oponentes en desbandada le sobrepasen.

Notas de juego

Asalto 23 del antiguo tablero y Asalto 1 del nuevo tablero.

Podeís actuar todos.

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20/11/2010, 08:58
Kandalian

El gnomo intenta hacer "oídos sordos" a toda la magia poderosa que se desencadena por ambos bandos en el campo de batalla. De buena gana se habría sentado en el suelo a contemplar los espléndidos acontecimientos arcanos que se estaban desarrollando con tan gran poder. Por contra, aprieta sus menudos dientes y descarga su furia con dos gnolls poco precavidos que se ponen a tiro de puños.

¡WAR!

- Tiradas (8)
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21/11/2010, 21:42
Orphen
Sólo para el director

Notas de juego

Tengo un poco de prisa, pero BOLA DE FUEGO donde haya mas concentraciond e bichos enemigos.

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22/11/2010, 02:57
Director

Notas de juego

Ya suponía XD pero roléalo en cuanto puedas, que no hay tanta prisa.

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22/11/2010, 02:58
Bohemond

Bohemond hace unos gestos y grita unas palabras en idioma infernal. Suficiente para hacerse obedecer por su grupo de diablos convocados o dominados. Tras eso, el comandante recoge parte de la longitud de su cadena armada y se embraza el escudo que llevaba a la espalda.

Kurgan, Derek, escoltad a los heridos a la ciudad y quedáos en la muralla.

No resulta probable que él se vaya a unir a la persecución estando a pie, pero aún así avanza hacia la vanguardia con su escudo por delante. Optando por el camino más corto se adentra directamente en la oscuridad creada por Amnyin, pretendiendo sin duda atravesar el muro de fuego, aunque sí que procura evitar la nube venenosa de Arkaeron.

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24/11/2010, 17:50
Kurgan

A Kurgan le asaltaron las dudas durante unos segundos, por un lado la adrenalina y la emoción de la batalla le empujaban a perseguir a los gnols que huían, ya fuera a caballo o a pie. Por el otro lado sin embargo, su cuerpo le decía que ya había cumplido con su parte en la contienda y que ya tenia suficientes heridas como para correr mas riesgos.

Por suerte, Sir Bohemond habló para quitarle las dudas al semielfo como si supiese lo que estaba pasando en ese momento por su cabeza, y tomó la decisión por él. El guerrero aceptó la orden de buen grado, aunque no le gustó demasiado que le mandara a escoltar a los heridos, a Kurgan le sonó como que le ordenaba tareas de enfermero.

Regresaré a la muralla, pero para poder seguir viendo la batalla desde allí.

Kurgan se acercó hasta los muros, bajo la posición en la que se encontraba Arkaeron. Allí dijo unas palabras en dracónico, tras las cuales desapareció de donde estaba para volver a aparecer al instante en lo alto de la muralla junto al nigromante.

No he llevado la cuenta de quien de los dos ha mandado a mas enemigos junto a su dios, Arkaeron, pero de todas formas, te has ganado una ronda de mi parte.... y ahora enséñame mas trucos de esos tuyos.

Notas de juego

Brinco dimensional usado.

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24/11/2010, 22:17
Arkaeron

Parece que todo ha terminado por fin, solo unos pocos cobardes corren para salvar sus vidas, pero dudo mucho que lo consigan, pues nuestras tropas se dirigen hacia ellos llevados por la sed de venganza.

Bohemond da la orden de regresar con los heridos mientras el resto continua su persecución, lo cierto es que me dan ganas de bajar de las murallas y continuar descargando mi furia sobre esos malditos bastardos, pero lo primero son los heridos.

Kurgan lanza un conjuro y al instante aparece a mi lado.

La verdad es que yo también he perdido la cuenta, dejemoslo en tablas por esta vez. suelto una carcajada Ayudemos a los heridos, luego te enseño algun truquito mientras tomamos esa ronda, pero ahí va un anticipo, algo sencillo

Comienzo a conjurar y le pongo la mano en el hombro y poco a poco el guerrero comienza a crecer

Agárrate Al terminar sonrio Asi podras ayudar mejor a los heridos.

Notas de juego

Lanzo agrandar persona sobre Kurgan

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25/11/2010, 00:05
Director

Kandalian emprende un esprint difícil de creer. Los gnols tenían un trecho de ventaja, y se están empleando a fondo en su huida, pero el gnomo deja atrás incluso al más rápido de los caballos de Berfôska y se enzarza a golpes con la retaguardia de los enemigos, que no pueden escapar de él. El conjuro vegetal de Naldar mantiene sujetos a una buena cantidad de gnols, haciéndolos un blanco más fácil para las flechas, incluso a pesar de la distancia. Lo que no esperaba ninguna de las víctimas de esas enredaderas conjuradas era que el elfo repitiera el truco... con un efecto mucho más letal. Una flecha vuela desde el arco de Naldar, cargando magia que el explorador ha sacado de un pergamino. Cuando el proyectil se clava en su objetivo, acaba con su vida, pero son muchos más los gnols que mueren cuando se desencadena una bola de fuego centrada en ese punto. Las hierbas hiperdesarrolladas por el anterior conjuro han resultado dañadas por el fuego, pero de todas formas ya no tenían mucho que sujetar, aparte de cadáveres.

A poca distancia de las víctimas de Naldar se escucha un estampido corto y sordo, y una bola de fuego idéntica abrasa a otra docena de enemigos. Esta vez ha sido Orphen el que ha desencadenado la magia. Parthalan sigue el ejemplo y hace caer otro relámpago ígneo desde el cielo sobre los que huyen. Los restos del ejécito enemigo son blancos fáciles, aunque todavía numerosos. Cuanto más aplastante sea la victoria, menos posibilidades tendrán de causar problemas esas mismas fuerzas en adelante. Caben pocas dudas de que los gnols, trolls y humanos malvados supervivientes irán a protegerse a la sombra del poderoso Clérigo, y de su deidad Erythnull.

Mientras los caballeros a pie que resistieron el combate a las puertas entran a la ciudad, los líderes dan órdenes y las fuerzas se separan en aquellos que emprenden la persecución y los que se concentran en cubrir la ciudad y proteger a los heridos.

Desde el lado Sur hay una nueva explosión mágica, pero pronto no es una, sino una auténtica lluvia de proyectiles mágicos, olas de frio, llamaradas y rayos de crepitante energía arcana. Los Magos Rojos se habían mantenido neutrales, sin ayudar más que simbólicamente a los caballeros, pero sin reforzar al enemigo tampoco. Sin embargo, parece que los oportunistas conjuradores han decidido que la victoria ya es suficientemente clara como para demostrar su bando. No se privan del placer de reducir a cenizas a decenas y decenas de cobardes alimañas a la fuga.

En ese momento, una sombra oscurece la tierra, y algo parecido al sonido de unas poderosas alas batir pone los pelos de punta.
 

Notas de juego

Asalto 2 del nuevo tablero.

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25/11/2010, 15:00
Director

El dragón más grande que se puede imaginar aterriza en el lado Norte, aterrorizando a la miríada de gnols y aplastando algunos. El color del gigantesco ser no es verdaderamente negro, pues más que del lustroso azabache que muestra esa variedad, parece estar hecha de tinieblas. Sombras que a veces solo parecen un vacío al que marea mirar, o bien superficies oscuras con un tono violeta. Lo cierto es que los compañeros han visto antes un dragón del mismo tamaño, cuando presenciaron - a cierta distancia - la batalla aérea entre dos sierpes. La bestia colosal que acaba de aparecer de la nada es, en cierto sentido, una vieja conocida del grupo, y sabiendo lo que ha hecho con poderosos dragones -bondadosos y malvados por igual - resulta terrible lo que puede hacerle una criatura así a unos simples humanos, elfos... o gnomo. Kandalian es, de hecho, el más cercano a la aparición. Su mera visión provoca sentimientos tan dispares como el pavor más absoluto y una fascinación incontrolable por lo sublime y puro del poder en forma de ser vivo.

Kurgan, Arkaeron y Naldar, igual que los arqueros, también están en una posición algo privilegiada, aunque en su caso es por estar algo más seguros y con una excelente visión desde lo alto de las murallas. El que una bestia así no haya sido vista acercarse no cabe duda de que responde a algún tipo de magia de la propia criatura.

En esos interminables segundos, el dragón no ha hecho más que posar su enorme cuerpo en el suelo, levantar la cabeza por medio de su flexible cuello y fijar los ojos en lo que le rodea.

 

Notas de juego

Rolead!

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26/11/2010, 14:46
Kandalian

Kandalian está a punto de expresar su admiración con una frase tonta y evidente. "¡Wow, mirad que dragón más grande!"

Pero la fascinación de la visión deja paso a un sentimiento mucho más útil a la hora de salvar la vida ante situaciones extremas: la prudencia. No es algo propio de los gnomos, pero de nuevo, la profesión de monje se sobrepone a los genes del escurridizo Kandalian.

Sostiene la respiración y permanece total y absolutamente quieto, a la espera del mínimo movimiento amenzante, cual ratón ante los colmillos de una serpiente.

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26/11/2010, 22:07
Kurgan

Algunos de los que se encontraban en la muralla como Kurgan o Arkaeron ya daban la batalla por terminada y celebraban la victoria por adelantado. El tono era distendido y las preocupaciones huían igual o mas rápido que los gnols a la carrera.

Pero todo cambió, de repente un dragón gigantesco apareció frente a ellos. Su tamaño era descomunal, pues aunque se encontraba al menos a 200 pies, a Kurgan le seguía pareciendo que estaba justo frente a la ciudad, muy cerca, demasiado.

El peor de los temores invadió al semielfo, pues una criatura como esta era imparable. Ni siquiera el ejército de Berfôska, que podía jactarse de haber aniquilado a una fuerza de miles, entre gnols, saqueadores y trolls, podría detener a un dragón de este tipo. Si así lo había decidido, la sierpe destruiría la ciudad ella sola y no podrían hacer nada ni los héroes ni los comandantes de las ordenes.

Kurgan llamó a voces a los soldados que todavía permanecían fuera junto a las puertas, les instó a entrar en la ciudad, aunque sabia que los muros eran una inútil y triste defensa en este caso.

¡Vamos!, ¡entrad en la ciudad!, ¡de poco serviréis ahí fuera y al menos aquí dentro será mas fácil esconderse!.

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27/11/2010, 11:00
Kandalian
Sólo para el director

Notas de juego

Ojo, que yo no descarto hacer una locura... Aún no se las verdaderas intenciones del bicho... Así que déjame decidir antes de la acción final, aprovechando que estoy más cerca.