Partida Rol por web

Historias de Horror I.

CC: 6- Prisión de Piedra Alzada.

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02/09/2018, 16:22
(SA) Réquiem (Alexei Mykephoros).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

 El macabro poeta iba avanzando en silencio, sin hacer el menor ruido para no ser detectado por sus enemigos, tenía que ser cauteloso y paciente, no podía delatar su presencia ya que eso lo llevaría a una muerte segura.

Había entrado dentro de la zona de las celdas, unas letras se dibujaban en la pared y el bardo sintió un potente ataque mental. Fue todo muy rápido, seguido a ese ataque, ni siquiera consiguió contrarrestarlo, aquella sala se vino abajo y los grandes pedruscos golpearon al poeta, hiriéndolo.

Después de unos segundos de desconcierto, pudo volver a ser consciente de su situación. Aprovecho el polvo del ambiente para seguir en sigilo y esconderse por los pedruscos que había en el suelo, originados por el derrumbe de la sala. El combate se inició de nuevo al aparecer aquel espectro llamado Heran Feramin.  Réquiem no era muy consciente del rifirrafe que había entre sus compañeros y el espíritu, ya que estaba más pendiente de esconderse cual rata y así sobrevivir. Una vez escondido se curó con su único conjuro que le quedaba, debía recuperar su salud para poder atacar más veces en caso que el espíritu lo descubriera, era consciente que si Heran se fijaba en él, en pocos minutos estaría rumbo al asilo o simplemente muerto.

Escondido, tras los escombros, empezó a romper las hojas del libro maldito, podía sentir su poder y como iba rasgando poco a poco la vida de aquel ente oscuro. Reprimió su instinto a responder a las provocaciones y palabras del Hombre Salpicadura, quería decirle en la cara que iba a destripar su existencia rompiendo con gusto aquel libro, pero hacer eso era firmar su sentencia de muerte ya que localizaría su posición.

El combate no iba nada bien, Gheorghe ordenó la retirada ya que no podían hacer frente al espíritu. Réquiem al estar escondido esperó a que sus compañeros fueran reculando para él ir detrás, pero antes de pasar hacia la gruta escuchó dos cuerpos caer en peso muerte. Al girarse pudo ver a Janos y Gheorghe en el suelo, moribundos, muriendo. Unas extrañas nieblas los rodearon para intercambiarlos por Nigromante y Buscador de la Verdad. Aquellos segundos pasaban lentamente, pudo ver como Buscador de la Verdad terminaba con la araña gigante, pero cuando Nigromante y el poeta escapaban el espíritu atacó brutalmente a Gabriel Alarico, por la espalda, dejándolo en el suelo cerca de la salida.  

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03/09/2018, 20:38
(SA) Nigromante (Dyonisius).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.


¿Es la muerte el final? Y si es así, ¿el final de qué? A pesar de su profesión y de su magia, Dyonisius no podría responder con certeza. Tras su aterrador despertar, ahora, sufría la conmoción de ver, de saber, de la muerte de uno de sus compañeros. De una de las poquísimas personas a las que conocía y con las que compartía un vínculo, sino de afecto, sí de camaradería. 

¿Dónde iría ahora su alma? No podía saberlo, y conocer que había sido la precipitación de Gabriel la que le había causado la muerte, no le hizo más feliz, sobre todo, teniendo en cuenta que él mismo hubiera podido actuar antes. Una oleada de remordimiento se apoderó de él mientras se alejaba del fantasma, y llegaba hasta una nueva zona de la que, precisamente, una mujer viva. En esa oscuridad poco más puede saber pero, instintivamente, supone que es del grupo que, de alguna manera, está conectado con ellos. La mira, un instante, y sin detenerse.

- Retrocede- le ordena en un susurro- Sólo todos juntos tenemos una posibilidad de vencer.

No se detiene el nigromante, sin embargo, aunque espera realmente que la mujer le haga caso. Cada muerte es irreparable, tanto en este lado, como en el otro. Al llegar a la nueva estancia, mira un segundo a mi alrededor, mientras rebusca una vela mágica en su mochila, la vela de protección espiritual, que saca.

- Rodeadme todos. Rápido- dice a todos los presentes.

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03/09/2018, 23:37
[RIP] (CC) Buscador de la Verdad (Gabriel Alarico).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

Gabriel corría para alejarse de aquel terrible fantasma. El miedo se había anidado en su interior y la razón había abandonado del todo una mente atormentada. Corría pero su cuerpo no respondió. El tiempo se hizo eterno, y él sintió un dolor luminoso y liberador. Quería seguir avanzando. Todo su ser quería correr hacia adelante. Incluso cuando el Toque Corruptor le atravesó el pecho y su cuerpo se derrumbó, Buscador seguía corriendo en su cabeza, y por unos instantes sus pies se movían al compás de aquella carrera que nadie más pudo ver. Una carrera hacia un horizonte invisible donde siempre había pensado que le esperaba la Verdad oculta.

Toda su vida, él había buscado la esencia misma de las cosas, su auténtico rostro. Más allá del velo del miedo y del terror. Gabriel siempre había considerado que al otro lado había algo. Era la constante que le había acompañado antes y después del momento de despertarse en la sala de calderas del Asilo de Briarstone. No recordaba nada de su vida anterior, pero aquella convicción en la posibilidad de hallar un camino hacia adelante usando la razón seguía allí, intacta e irreductible. Ahora cuando todo se fundía en un negro impenetrable, Gabriel notó cómo su vida se agotaba en cuestión de segundos. Y aún así, él siguió corriendo hacia la Verdad. Nadie más iba a poder acompañarle en aquel último viaje. Solo él vio pasar a toda velocidad los eventos desde que se despertó en el asilo junto a unos desconocidos que resultaron no serlo, pues en realidad el principal desconocido era él mismo. Todos se habían despertado siendo unos desconocidos. Los recuerdos de toda una vida se habían borrado como si nunca hubieran existido. Como si nunca hubiera sido el mejor detective de Ustalav, conocido como el Buscador de la Verdad. Toda una vida de la que no recordaba nada. Habían nacido de nuevo en aquel infierno que era más el final del trayecto que el principio. No había otra palabra para describirlo. Un asilo convertido en una mazmorra llena de monstruos, de enfermedad, de cultistas y de peligros de toda clase.

Habían luchado como hermanos, habían huido cuando tocaba, y habían aguantado contra enemigos capaces de aterrar a cualquiera. Por el camino, en aquellos días, se habían dejado parte de su cordura y parte de su alma. A medida que se agotaban los resquicios de humanidad, todos se aferraban a los escasos recuerdos que aún conservaban. Los recordaba a todos, y a pesar de haber dudado de las intenciones y de las acciones de cada uno, Buscador deseó con todo su corazón que la senda que ahora seguían ellos sin Gabriel les fuera a llevar hacia algún lugar mejor. Hasta ahora, se habían encomendado al asesinato y a la lucha para salir del infierno. En vez de caminar hacia la redención para encontrarse con su propia esencia, se habían alejado cada vez más de sí mismo en una huida hacia adelante. Hacia la locura, y hacia la muerte.

Una muerte que ahora había alcanzado al Buscador de la Verdad. Él lo comprendió. No hubiera sido propio de él renegar de una verdad tan incuestionable. Nada había más real que la oscuridad cuando la última luz se apagaba. Así que sus pies dejaron de correr, y sus ojos se quedaron abiertos mirando hacia un punto en el infinito, más allá de este mundo paranoico e irreal. Tal vez, su alma por fin halló la respuesta última, la Verdad oculta al otro lado del umbral.  

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06/09/2018, 09:21
(CC) Doctor Querio Vandel.

La Madre de Todas las Batallas. Al Doctor Vandel, dado al melodramatismo y la exageración, le gustaría recordar aquella reyerta de mazmorra con una épica y grandiosidad impropias. Él llegó tarde a la contienda, se fue pronto y no tuvo demasiado protagonismo. Se había adentrado en el pasadizo secreto de la grieta en último lugar, y cuando llegó al bloque de celdas de Nunca Jamás, unas manos fantasmagóricas invisibles se introdujeron en el cráneo del Doctor rebuscando en su mente.

La aparición trataba con ahínco de encontrar el nombre. ¿Querio se escribía con cu o con ka? ¿Vandel se escribía con be o con uve o con el grafismo enano de la runa beork? La búsqueda no daba resultados, no había una letra clara con la que empezar a referirse al Doctor. Mientras, Querio Vandel vivió esa intromisión como una jaqueca repentina.

BRRRRRRRRRROMMMMM...

Como si el ectoplasma sucumbiese bajo las rocas, la desaparición de la migraña y el derrumbe ocurrieron a la vez. Pero eso no significaba que el fantasma de los Cinco Prisioneros hubiese sido derrotada. De los dos espíritus que quedaban por derrotar, solo uno coincidía con el perfil de alguien que ataca tu mente sin mostrarse... ¡un mago!

¡HEAN FERAMIN!

Al invocar su nombre, el Hombre Salpicadura se hizo visible. Y era feo. Muy feo. Tan horripilante, que del susto el Doctor Vandel se volvió a meter en la grieta. Pensándolo más tarde, podrá haber excusado esa huída con el pretexto de dejar sitio para que los demás se refugiasen de la caída de rocas si el derrumbe se repetía.

No tardó en recapacitar. Como en otros enfrentamientos con el resto de los espíritus anteriores, tenían la superioridad númerica de su parte. Eso, básicamente, significaba que nadie se iba a fijar en el Doctor si deambulaba por el lugar sin exponerse al peligro. Y puede que Querio no estuviese a la altura del Hombre Salpicadura, pero al volver vió un par de ratas contra las que sí podía ensañarse con su daga.

Desenvainó y avanzó, y trató de llegar hasta las ratas cruzando el charco de la zona inundada en el centro de la sala. Sin embargo, al tantear la profundidad con la punta del pie, se encontró con que era más profundo de lo que parecía a lo lejos. Y acercando la luz de la linterna, lo vió. Un destello. Un brillo de esperanza en el fondo más oscuro.

Un ligero rasgar, un susurro insignificante en el clamor de la batalla, hizo que el Doctor Vandel dejase de prestar atención al foso y virase la cabeza. Aquel ruido le era familiar. Era el ruido de los saqueos del Museo de Ioralav Fiedsky. Era el ruido de los hombres del Inquisidor Bartezola. El sonido de la barbarie destruyendo la cultura: Réquiem arrancando una hoja de libro.

¡No, Alexei! ¡Recuerda lo que dije! ¡El poder de las palabras! ¡Si quieres derrotar al Hombre Salpicadura tienes que escribir su nombre en su libro! ¡Deja de arrancar hojas! ¡Tengo pluma y tintero en la mochila!

Las recomendaciones del Doctor Vandel fueron ahogadas por el grito de dolor del fantasma. Si realmente el acto de profanar el libro causaba daño real, o solo mortificaba a los amantes de la lectura como Hean o Querio, no quedaba claro. Pero hubo una voz lo suficientemente poderosa como para elevarse en el caos: la de Gheorghe ordenando la retirada. A Querio no se lo tenían que decir dos veces. Tomó la grieta y dejó a los demás atrás. Otros titubearon, lo que les retrasó en la fuga o les obligó a seguir luchando.

Cuando Querio llegó a la sala de torturas, volvió a sentir la incertidumbre de la soledad. La idea de que otro peligro podría surgir, y que no hubiese nadie capaz de luchar en el lugar de Vandel. Pero pronto la Garra Roja se reunió con él. La grieta quedó en silencio. Querio se acercó y le gritó a la oscuridad, como reprochándole que se hubiese quedado con sus amigos.

¡¿Gheorghe?! ¡¿Réquiem?! ¡¿Janos?!-llamó el Doctor desde un extremo del pasadizo-¡¿Seguís vivos?!

No hubo respuesta. Querio Vandel se alejó de la grieta y le dió la espalda, abrumado por la pérdida. Sin embargo, Sascha no se rindió. Ella volvió a la grieta.

¡Sascha! ¡No! ¡Ya no podemos hacer nada! ¡No puedes salvar a todo el mundo todo el tiempo! ¡Si regresas, solo conseguirás morir tú también! ¡Sascha! ¡SASCHAAAA!

Miró a Gruñido. Conocía sus valores. Si una palabra define a Gruñido... a parte de tonto, feo, grande... a parte de analfabeto, torpe, fuerte... es la palabra lealtad. Si Sascha entraba en la grieta para morir, tarde o temprano Gruñido iría tras ella. Ya no había nadie por quién esperar, Querio estaba solo. Y tenía que salir de allí cuanto antes para salvar su propio pellejo. El Doctor avanzó en solitario por la mazmorra tratando de volver a la cuerda antes de que alguna visicitud más le cortase el paso. Solo. Sin esperanza.

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07/09/2018, 16:52
(SA) Réquiem (Alexei Mykephoros).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

Réquiem había dejado atrás a Buscador de la Verdad, no hubiera podido hacer mucho. Si el poeta le hubiera ayudado estaba seguro que acabaría muerto al igual que Gabriel. Alexei tragó saliva mientras avanzaba por la oscuridad de la gruta, se apoyaba con una mano en las paredes viendo como Nigromante también avanzaba.

El dramaturgo volvía la mirada hacia atrás, con la esperanza de volver a ver a Buscador de la Verdad, pero los segundos pasaban y la figura del buen hombre no aparecía.

- "Ha muerto… seguro que el hombre salpicadura terminó con él, mierda… no podía hacer nada, yo… solo podía romper páginas del maldito libro…" -

Le afectaba la muerte de su compañero, poco había podido compartir con él, era una de las personas con las que no había coincidido mucho por el cambio de la niebla amarilla. Estaba tan afectado que ni había escuchado los gritos del gran Doctor Querio Vandel llamándolo, tampoco se centró mucho en las anteriores indicaciones que le gritó al ir arrancando las hojas del libro. Alexei tenía suficiente faena en mantenerse escondido, vivo y rompiendo las hojas.

Mientras avanzaba, pudo ver como Nigromante tomaba la directa avanzándose en su posición. Allí pudo ver la figura de la bruja segura de sus intenciones, volviendo hacia la zona del espíritu. Alexei no se interpuso, es más, la dejó pasar y se propuso seguirla en sigilo para no dejarla sola, pero antes de terminar el camino la apuntó con uno de sus dedos y utilizando un conjuro le envió un escueto mensaje, que un débil susurro sobrevoló la distancia y llegó a los oídos de Sascha.

- "Sascha, no es buena idea, tenemos que retirarnos y luego ya volveremos para terminar con ese espíritu. Es lo más sensato, tenemos que recuperarnos antes que pase el día y te necesitamos... si vas te seguiré pero si yo muero... tal vez nunca volváis a ver a Velkan. " -

Pudo ver como la mujer aceptó la explicación y empezó a recular. Alexei caminó para reagruparse junto a Nigromante que les reclamaba para tener su protección.

- “Konrad me entregó estas flechas, pero nos falta un arco para poderlas utilizar. Creo que tienen efectos contra no muertos y tal vez los espíritus. Propongo volver al pueblo, encontrarnos con Konrad y explicarle lo que ha sucedido. Luego buscar la forma de curarnos, equiparnos lo mejor posible y volver a por ese espíritu. El pueblo nos tiene que facilitar las cosas, si no lo hacen están muertos al igual que nosotros. “

El cansancio y los efectos del libro cada vez eran más presentes en su actitud de alerta, mirando a su alrededor repetidamente con las pupilas dilatadas y los ojos bien abiertos. Su cansancio mental era igual que el físico, el ataque psíquico que recibió anteriormente lo había dejado magullado anímicamente, pero debía de continuar, sabía que sus heridas físicas se habían curado, pero las mentales no tenían cura a corto tiempo.

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07/09/2018, 19:42
(SA) Nigromante (Dyonisius).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.


La mirada del nigromante pasó por aquellos desconocidos, uno a uno, recordando a los que, brevemente, había visitado su plano. Luego miró a Alexei, cuya huída había evitado (o al menos, retrasado) poniendo la mano en su hombro. Suspiró y meneó la cabeza.

- Mi nombre es Dyonisius. Si ese fantasma me reconoció, no me cabe duda, es porque antes mi nombre estuvo asociado a cosas terribles. Pero, ¿acaso no tenemos el derecho, e incluso el deber, de reescribir nuestra historia cuando renacemos como nos ha pasado?- casi parecía que, más que hablar al resto, se hablaba a sí mismo, y meneó, nuevamente la cabeza- Casi lo había engañado. Hubiéramos podido... Ah, da igual- tomó el nigromante aire, y miró al poeta- Alexei... nuestro amigo Gabriel ha muerto. ¿No piensas que no es conveniente dejar su cadáver, con los objetos mágicos que llevaba, a disposición de un fantasma que necesariamente nos odia, perjudicará nuestros intereseses? Y eso por no hablar de las posibilidades de, al llegar, enfrentarnos a un nuevo muerto viviente que pudiera ser peligroso. Por lo demás, ¿no habéis comprobado como ha atacado y con qué virulencia? ¿vamos a irnos para darle tiempo a recuperar su poder mágico para que, la próxima vez, nuevamente derribe a varios casi al instante? Si queremos atacarle, ahora sería el momento. Llevo aceites que pueden servir a nuestros fines, una daga mágica, y un incienso que puede evitar que entre en una zona. Es ahora mejor que luego para destruirlo. Y más si, como he creído entender, el doctor tiene una estrategia para vencerlo. Pensemos juntos y recapacitemos, pues no parece que el fantasma pueda seguirnos a esta zona. 

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07/09/2018, 20:53
(SA) Réquiem (Alexei Mykephoros).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

Se quedó mirando a Dyonisius y cesó su avance al ver que el Nigromante colocaba su mano en el hombro. Se giró y esperó a que el hombre hablara. El poeta atendió a cada una de las palabras del Nigromante, afirmando y luego mostrando algo de desacuerdo. Una vez terminó de hablar Dyonisius, Réquiem le respondió.

- “Tienes razón en todas tus palabras Dyonisius, pero el grupo esta muy tocado” – hizo un gesto hacia Sascha y Gruñido – “Son nuestra principal potencia de fuego y están muy heridos. En mi caso tenemos varias flechas que podrían servir contra ese espíritu pero al no disponer de arco no podemos usarlas. El pueblo se encuentra cerca de la prisión, podemos ir al pueblo a por un arco y visitar a alguien que pueda curar nuestras heridas, abastecernos de lo necesario y volver antes que el espíritu recargue sus energías. Pienso que es una buena estrategia ir al pueblo, recuperarnos, conseguir mejor equipo y volver para dar con todo. El tiempo que emplearemos entre ir y volver no pasará de un día, por lo que estoy seguro que el espíritu no recargará sus fuerzas. Yo sigo opinando que debemos volver e intentar curaros “ –dijo mirando a Sascha y Gruñido – “Y una vez listos volver, no sobreviviremos si atacamos ahora y ellos no pueden dañar al espíritu, solo servirían para aguantar golpes y otro golpe más los llevaría hasta la muerte” – luego añadió – “Volvamos con Konrad, curémonos, intentamos conseguir algo de equipo sea de la forma que sea y venimos de nuevo a la prisión.”

Ese era su plan y esperó a que Nigromante aceptara, ir de nuevo hacia allí no era una buena idea – “Aparte, creo que el Doctor ya ha tomado rumbo a la salida, deberíamos ir con él” -

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07/09/2018, 21:35
SA: Hombro Izquierdo.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

- "Réquiem tiene razón, Nigromante. Hay una posibilidad de que si nos vamos, al volver el espíritu haya recuperado todo su poder, pero confío en el poeta cuando dice que nos da tiempo a ir al pueblo y volver antes de que eso ocurra.

Tienen flechas mágicas, pero son inútiles sin un arco. Tal vez si el orco estuviera armado con un arco podría marcar la diferencia.

Además, por lo que parece el hermano mayor de Réquiem está en el pueblo. Habría que ir a buscarle, pues para una batalla como esta no se puede renunciar a cualquier posible ventaja o aliado.

Respecto a los aceites que llevamos, Nigromante, mucho me temo que serán inútiles contra un fantasma. Diría que son más para matar hombres lobo o cosas así. El incienso puede ser útil si estamos a punto de ser derrotados, como medida puramente defensiva, pero no nos dará la victoria. En cuanto a la daga, no es por faltar a tus capacidades como guerrero, pero tal vez se la podrías prestar a la salvaje de pelo rojo..." -

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08/09/2018, 12:11
(SA) Réquiem (Alexei Mykephoros).

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

Réquiem miró al cuervo llamado Hombro Izquierdo, el animal explicaba la situación e intentando convencer a Nigromante de la situación en la que se encontraban.

- “Podemos hacerlo, podemos ir al pueblo” – esa frase no era muy convincente por lo que continuó – “Tengo una estrategia y puede salir bien, por el simple hecho que estamos en una situación peliaguda y a peor no puede ir.” – Los ojos de Réquiem estaban muy abiertos y sus expresiones se marcaban cada vez que hablaba mientras sujetaba el libro como si fuera un gran tesoro, arropándolo contra su pecho. – “Conseguiremos un arco, ya sea robándolo, comprándolo o matando a su propietario. Debemos conseguirlo para terminar con toda esta locura.” – dejó claras sus intenciones –“Todos tenemos un pasado, algunos de nosotros un pasado que no recordamos” – miró a Nigromante – “Pienso como tú, que podemos redimir todos nuestros actos deshonrosos del pasado. Ahora estamos en el presente y tenemos que resolver lo que sucede en la prisión y en el asilo, no debemos de perder el tiempo y tenemos que actuar con celeridad y cabeza.” – Se giró mirando a todos los presentes – “El pueblo tiene que ayudarnos, yo mismo me encargaré de ello. No les dejaré mucha maniobra de acción, no sé si serán muy hostiles pero la realidad es la que es  y tenemos que hacérsela saber a toda la gente de Ravengro.” – Hizo una pausa más larga para coger aire, el simple hecho de hablar y los sentimientos que le oprimían por dentro le hacían sudar – “Ha muerto uno de los nuestros, ha muerto un compañero que ni siquiera recuerdo. Una persona ha muerto para intentar defender el pueblo de fuerzas oscuras. ¿Creéis que me voy a quedar en silencio si se niegan ayudarnos?” – otra pausa, esta vez apretaba uno de sus puños mientras sujetaba el libro con una mano, el puño le empezaba a temblar.

- “Les pediré tres veces que nos ayuden y si se niegan les dejaré bien claro que si morimos, ellos serán los siguientes, todo el pueblo, todos los seres queridos de la gente que vive en Ravengro, mujeres, hombres, niños, niñas… todos morirán y el pueblo quedará reducido a ceniza por culpa de sus gobernantes, aquellos que sobrevivan tendrán en su interior una culpa por no ofrecer su ayuda que les corroerá por sus venas hasta morir de pena en un ¡Jodido asilo! " –  paró de hablar para respirar – “Si sobrevivo y logramos terminar con toda esta locura sin que nos ayuden, yo mismo me encargaré de gritar a los 4 vientos y expandir la noticia de la poca ayuda que ofreció el pueblo de Ravengro a los pocos que los salvaron, me encargaré que sus mercados quiebren, que su comercio se desestabilice hasta que se conviertan en purria humana, proscritos sin ningún tipo de sustento por su avaricia y poca humanidad. ¡Llevaré esa noticia por todas las tierras  y cantaré sobre como unos pocos guerreros " -  dijo mirando a cada uno de los presentes – “ Salvó a un desgraciado pueblo que no hizo nada por ayudarlos “ -    

Volvió a coger aire – “Volvamos al pueblo, ahora el tiempo es oro y no podemos desperdiciarlo” -

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10/09/2018, 19:12
EL TIEMPO TODO LO CONDENA.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, PLANTA SUPERIOR:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

CERCA DEL MEDIODÍA.

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10/09/2018, 20:08
(CC) Doctor Querio Vandel.

El miedo le había llevado más allá de lo que sus fuerzas le permitían. Cuando los demás le alcanzaron, los ojos de Vandel se abrieron de par en par. Con Sascha, Gruñido y Alexei, caminaba un cuarto individuo. Aquella cara le era familiar. Le recordaba de cuando Querio había viajado por las nieblas amarillas y aquellos desconocidos estaban luchando con la Doctora Oathsday. Pero ya conocía la historia: aquellos hombres los conocía de mucho más atrás, de la expedición del Profesor Lorrimor. El caso es que la mente del Doctor Vandel era un poco despistada, y ni por un encuentro ni por el pasado olvidado, se le venía a la mente el nombre del recién llegado.

¿Nig...? ¿Cómo era? ¿Nigel? ¿Te acuerdas de mí? Soy el Doctor Vandel. Que tú estés aquí significa que los otros fueron allá... Espera. Janos y Gheorghe. Tú sustituíste a uno. ¿Pero y el otro?

Supuso que aparecer a los pies del Hombre Salpicadura era garantizarse una vida muy breve. Si tanto Janos como Gheorghe habían ido al otro mundo, y uno de sus sustitutos había muerto en este lado... ¿significaba que o bien Janos o bien Gheorghe jamás podrían volver a Ustalav? ¿Uno de ellos había quedado atrapado en la Isla del Brezo para siempre?

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11/09/2018, 21:41
Historias de Horror: Esqueleto.

TERRENOS DE LA PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

CERCA DEL MEDIODÍA.

Cuando salen de la oscura prisión abandonada, todos están muy desanimados. El poeta Réquiem es quien de alguna parte saca fuerzas para liderarlos a todos para primero descansar un poco junto al muro, y luego, cuando están más repuestos, instarlos a continuar. El Doctor Vandel aprovecha la pausa para apagar y guardar su linterna, es el único que parece predispuesto a seguir de buen grado al joven y demacrado noble dramaturgo.

Sopla un gélido e intenso viento invernal procedente del norte, que azota al grupo en la cara durante todo el corto trayecto, que en teoría no debia ser más de media hora, a pie desde las ruinas de la prisión de Piedra Alzada hasta el pueblo de Ravengro, perteneciente al Palatinado de Canterwall (antiguamente Condado de Tamrivena).

Nigromante, Gruñido y Sascha, siguen más de mala gana al poeta macabro y al viejo erudito. El primero porque cree que volver al pueblo en lugar de quedarse a luchar con el fantasma es un error. Los otros dos, los miembros del Clan Gorra Roja, parecen bastante taciturnos y desanimados. El frío viento gélido que les golpea inmisericorde al avanzar no ayuda, pese a que están habituados al frío.

Cierra la marcha el Lobo Tharath, quien parece pensativo.

Notas de juego

// Salen de escena: Todos. - Siguen en: De Visita por Ravengro.

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24/09/2018, 21:39
Historias de Horror.

EXTERIORES DE LA PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

El grupo liderado por el noble señor feudal Konrad Mykephoros arriba a pie finalmente hasta la vieja puerta de hierro en el extremo norte de la prisión en ruinas. Gruñido y Sascha caminan a su lado. Les siguen algo más retrasados el Nigromante con su cuervo y el Doctor Vandel, que ahora camina más ligero sin tantos trastos. Cierra la marcha a cierta distancia Réquiem, que va hablando solo y maldiciendo por lo bajo y maldice con voz tenue cuando ve los muros de la prisión.

Las ruinas de la Prisión de Piedra Alzada se encuentran contenidas tras un muro de piedra que tiene una simple puerta metálica entreabierta en su parte norte.

Dentro de los terrenos de la prisión se alza el edificio de dos pisos de la prisión propiamente dicha, que posee como bien sabéis unas mazmorras subterráneas.

Traspasada la rechinante puerta de hierro, veis los terrenos de la prisión, las ruinas de la casa del Alcaide y las balconadas laterales de la prisión. En una de esas al menos se llevaban a cabo muchas de las ejecuciones.

En los muros, quedan en pie dos torres de vigilancia. Gruñido escucha todavía las docenas de ratas que se mueven y acechan en el interior de la situada más al sur.

El antiguo cementerio de la prisión es ahora un estanque lodoso, pues la zona que había debajo se colapsó debido al incendio que destruyó la prisión.

La prisión y sus terrenos están sobre una colina y puede ser vista a lo lejos desde el pueblo de Ravengro. El pueblo se fundó en su día para dar servicio a la prisión, aunque desde hace décadas prospera de forma independiente a la destrucción de la misma. Muchos en el pueblo creen que la prisión está encantada y que no hay que acercarse ni perturbar a los espíritus que en ella moran, pues hacerlo no puede hacer más que invitar al desastre.

Notas de juego

// Entran en escena: Cazador, Doctor Vandel, Gruñido, Konrad, Nigromante, Réquiem, Sascha. - Proceden de: Pueblo de Ravengro.

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26/09/2018, 10:09
(SA) Nigromante (Dyonisius).

EXTERIORES DE LA PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.


No era, el nigromante, el hombre más ágil, aunque para ser un mago, su fuerza era más que aceptable. A pesar de eso, perdió el pie mientras trataba de descender por la cuerda, y cayó desde la altura de la misma. Afortunadamente a mitad de caída una ráfaga de viento le hizo refrenar la velocidad y, cuando finalmente llegó abajo, no se hizo daño alguno.

A pesar de eso cayó de espaldas, y el agua turbia mojó y ensució sus túnicas. Quizás ese hecho, quizás la caída, o su inutilidad física, quizás el estrés que ya cargaba en su alma tras el fallecimiento de su buen amigo Gabriel, hicieron que el mago empezara, en voz alta, a despotricar amargamente contra el destino, contra los dioses, y contra cada muerto viviente y demonio de este podrido mundo mientras frenéticamente trataba de secarse y quitar el agua sucia de sus ropajes que, tras esto y sin duda, iban a necesitar una buena lavada.

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26/09/2018, 18:43
(CC) Konrad Mykephoros.

EXTERIORES DE LA PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

Konrad, habiendo descansado tranquilamente la noche y la mañana, había emprendido el viaje a la Prisión con fuerzas renovadas y gran determinación por salvar a Gheorghe y Janos. Sin embargo, al reconocer en el camino la siniestra silueta del macabro edificio, su ánimo comenzó a flaquear. La idea sola de penetrar entre aquellos fríos y cochambrosos muros le ponía la piel de gallina. La compañía que llevaba tampoco ayudaba a mejorar el ánimo. Alexei no paraba de retrucar, amargado por lo que creía que era la carga del libro maldito ese y, por supuesto, la pérdida de Gabriel, que afectaba también a Nigromante. Sus dos sirvientes no eran los más parlanchines del mundo y Vandel...hasta había propuesto quedarse a comer en casa de Kendra. 

Pobre y asustadizo viejo.- A veces le costaba acordarse del que el hombre debía rondar su propia edad, pero es que era tan melindroso que parecía un anciano.

- Has hecho bien en hacerte con unos virotes extras.- Acabó diciendo al desconocido Cazador. Al menos la conversación sería fluida con él, puesto que no sabía nada de su vida.- ¿Dónde has dejado a tus compañeros de fechorías?- El tono de Konrad no era recriminatorio sino más bien afable y divertido.

 - ¿Dónde debemos dirigirnos una vez lleguemos al edificio?- Preguntó el noble pues no se había enfrentado él mismo al Hombre Salpicadura.- Cualquier información que podáis darnos a los que no nos enfrentamos a él nos será de gran ayuda. Aseguraos de tener todo listo y buena iluminación. - Confiaba en la linterna de Vandel y en la suya propia. Además tenía algún cetro solar que otro, por si acaso. le preocupaba que no estuviera Velkan, quien había hecho la mayor parte del trabajo sucio. Eso sin contar con que su hermanastro Gheorghe y Janos eran los más indicados para aquel trabajo. Konrad sólo era una especie de farsante. O peor aún. Si La Bestia conseguía liberarse, ¿qué podría suceder? De repente le costó tragar.

- Antes de actuar tendremos que trazar un plan de acción. Prepararlo todo para que Gruñido pueda ensartarle una de esas preciosas flechas entre ceja y ceja al espectro. Aquí donde le veis, mi cochero tiene una certera puntería.- Pasó el brazo por la cheposa espalda del semiorco y le zarandeó un poco como haría un padre con un hijo.- ¿Cuál creéis que es la mejor forma de actuar? Sascha, quizá debieras hacerte con ese hacha que dejamos a Vesoriana.

El camino se hacía largo y el noble en algún momento intentó entablar también conversación con su otro hermanastro, el más joven, Alexei.

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26/09/2018, 18:59
(CC) Konrad Mykephoros.

EXTERIORES DE LA PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

Durante el camino Konrad lanzaba furtivas miradas a su hermanastro. A veces no sabía cómo comportarse en momento así, pero al final reunió el valor para acercarse a preguntar.

- ¿Cómo estás, hermano? Parece que llevas una carga muy pesada.- Dejó un respiro a Alexei para contestar mientras lo miraba a los ojos.- Tienes que mantenerte concentrado. Te necesito. Acuérdate que te necesito.- Los castaños ojos de Konrad refulgían con un tono verdoso que en algunos instantes, como fugaces pálpitos, salía a relucir.

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26/09/2018, 19:43
(CC) Cazador.

EXTERIORES DE LA PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

Cazador no hablaba durante el camino hasta la prisión. Estaba pensativo y taciturno. La sensación peligro inmimente era imposible de obviar .Trataba de tranquiliizarse pensando en que iba acompañado de grandes aventureros y guerreros, pero también era consciente de que aquel grupo ya había estado en aquel maldito lugar...

Y habían huido con el rabo entre las piernas, y al menos un compañero había muerto.

Las palabras de Konrad le sacaron de su ensimismamiento. Una sonrisa se dibujó en los labios del joven, y se encogió de hombros. -No sé si los dejé yo a ellos, o ellos a mí. Digamos que nuestros caminos se separaron. No terminaba de encajar con aquellos dos...

No pensaba hablar mal de sus antiguos compañeros y primos lejanos, y eso que motivos no le faltaban. Pero al final le había servido de aprendizaje para llegar hasta donde estaba ahora.

A punto de morir rodeado de unos auténticos héroes.

Cuando llegaron a aquel lugar fantasmagórico, encontraron las cuerdas que habían dejado atrás los compañeros en su huida. Guardó su ballesta e intentó descender con el resto, pero no conocía el camino y se cayó torpemente. Cazador terminó junto al nigromante Dyonisius boca a bajo en el barro.

Perfecto. Has causado una buena primera impresión sin duda Cosmin.

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27/09/2018, 10:23
(CC) Konrad Mykephoros.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, ENTRANDO EN LOS SUBTERRÁNEOS:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

En un gesto paternalista Konrad tendió el brazo al joven Cazador para que se levantara lo más dignamente posible después de su caída en el agua turbia. A continuación sacó uno de sus caros pañuelos de seda, de los pocos que ya le quedaban, para limpiarse las salpicaduras.

- Será mejor que encienda yo también mi linterna.- Rebuscó en la mochila y se detuvo el tiempo necesario para hacerlo. Afortunadamente él no se había mojado mucho.- Sascha, ¿has cogido el hacha de Vesorianna?- Dijo con un cierto deje de impaciencia en su voz. No era el hacha de la pobre Vesorianna, pero  daba igual, allí estaba, en su cuartucho.- Y creo que deberías tomarte otra de esas pociones. Todos deberíamos entrar allí lo mejor posible.- Konrad tenía un vial de agua sagrada, el arco y las flechas, aunque no era el más indicado para usarlo. La cosa sería que tendrían que dejar vía  libre a Gruñido para disparar y los demás hacer lo que pudieran para distraer al espectro.

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27/09/2018, 10:34
(CC) Doctor Querio Vandel.

Oh, explicaciones. Al Doctor Querio Vandel no había otra cosa que le gustase más que dar explicaciones. Konrad ya tenía unas cuantas nociones del interior del edificio, pero hizo una pequeña presentación para el Cazador.

Bien... este es el recibidor. A la izquierda tenemos la zona administrativa y a la derecha el pasillo que lleva al depósito con las posesiones de los presos. Nuestro camino nos lleva por el corredor central... y ahora por aquí. Cuidado con "el punto frío", con ene intercalada. Lo he bautizado así por su naturaleza. Mi teoría es que es un portal dimensional del tamaño de un guisante que deja traspasar las bajas temperaturas del lugar que quiera que haya en el otro lado, en un radio de cinco pies en torno a él. La diferencia de temperatura hace que el aire se caliente en cuanto se aleja más allá de esa distancia, volviendo a la temperatura normal. Podemos rodear el punto frío por aquí, Cazador...

Y aquí llegamos a la "Sala del Agujero". Las escaleras a la mazmorra quedaron impracticables con el derrumbe. El único modo de bajar es por una cuerda por el agujero hasta la zona inundada. Mientras los demás van bajando, os cuento cómo está la situación allí abajo. Las celdas del bloque norte todavía no han sido exploradas, pero creemos que allí podemos encontrar al espíritu de un preso llamado el Saltador. Cada bloque de celdas está separado por un pasillo y un rastrillo que se puede levantar en una de las habitaciones laterales, salvo el bloque de celdas sur, que está roto. Para ir a esa zona, en la que está el fantasma del Hombre Salpicadura, hay que ir al bloque de celdas oeste, desde ahí a la sala de torturas, y por un pasadizo secreto se llega hasta el bloque de celdas sur.

Hubo un derrumbe en las celdas del bloque sur, así que tendremos problemas para avanzar rápido, y el pasadizo secreto es estrecho, con lo que se formará un tapón. El típico cuello de botella en el argot de la estrategia militar. La puerta secreta sale a una celda que en teoría debería tener aún la puerta de barrotes abierta. En el centro del campo de batalla encontraremos una zona inundada en la que al acercarme en su momento me pareció ver algo interesante.

En cuanto al Hombre Salpicadura, en vida fue un mago. Le hemos visto convocar arañas gigantes y ratas. También lanza rayos y vuela. Es lo que viene siendo un formidable contrincante. La última vez huímos... Fue muy duro. Lo recuerdo como si hubiese pasado solo un puñado de horas. De hecho, ese es el tiempo que ha pasado. Pero esta vez será distinto: tenemos dos arcos. Nada puede salir mal cuando tienes dos arcos.

Llegó el turno de Querio para bajar por la cuerda, y lo hizo con la maestría de alguien que sabe moverse para superar obstáculos en sus huídas del peligro. La última vez se dedicaba a tirar su mochila para que la recogiesen abajo antes de bajar, así que el aligeramiento de peso no se notó. Lo que sí se notaba era la ropa. Era mucho más sencillo bajar por la cuerda con pantalón que con túnica.

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29/09/2018, 17:16
(CC) Sascha Danzante de las Nieves.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, ENTRANDO EN LOS SUBTERRÁNEOS:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE.

Sopesé las palabras de Konrad ante su insistencia. Bajo mi punto de vista no existía mejor hacha que Rhakan, aunque los demás decían que aquella otra estaba embrujada y sería útil contra el Hombre Salpicadura. Aún había tiempo, supuse, para ir y volver, si no había incidencias por el camino, así que me encogí de hombros y me dispuse a subir de nuevo por la cuerda.

Después, cuando también sugirió que me tomara otra poción, negué con la cabeza.

- Aún no. Con suerte no la necesitaré, y es posible que otros la necesiten más que yo.