Partida Rol por web

Historias del Dominio

Viviendo en el pasado

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20/10/2019, 01:51
Helaena Stronghorse

2º día del Guerrero, mes de la Vieja, Año 288. 

Helaena arqueó las cejas cuando escuchó la explicación de Aldern y vio su expresión de inocencia. Estaba segura que Lord Everam no lo vería de la misma forma y se preguntó qué pasaría si apareciera él o cualquier otra persona por aquella puerta.

No, por supuesto. A ti no te mandaría al calabozo. Pero ya se encargará el vino de castigarte lo suficiente mañana —respondió, confiada en el desenlace de aquella partida.

Entrelazó las manos y apoyó la cabeza sobre ellas mientras Aldern seguía hablando. Cuando terminó, entornó sus ojos antes de responder.

Pues estás limitando a todas las demás damas de este castillo a beber... —se acercó el vaso para olerlo. Arrugó un poco la nariz, aún no estaba del todo acostumbrada a aquel olor. Al fin y al cabo, no hacía tanto que se le permitía tomar vino y únicamente durante las comidas, aunque ella no siempre optaba por esa bebida—... esto. La próxima vez, deberías invitar también a mi hermana. O a mi madre. Seguro que encontramos un juego para los cuatro —bromeó. Se imaginaba la cara de Lady Stronghorse o de Aquilegia si Aldern les propusiera tal cosa.

Y nadie se va a creer que esto es idea mía —añadió con un suspiro—. Se ve la mano dorniense desde Desembarco del Rey.

Miró las piezas de Aldern, frunció el ceño y clavó los ojos en él. Tal vez ella no fuera una experta jugadora, pero era capaz de ver cuál era su intención. Por suerte, la joven había dejado a su rey bastante aislado, la defensa a su alrededor no era demasiado férrea. Aquella partida podría acabar pronto.

Movió a una pieza de la chusma hacia adelante, aunque sin acercarse demasiado, pues sus piezas en general estaban mucho más alejadas del centro que las de él. De hecho, quedó lo bastante lejos como para solo poder llegar a ella con la caballería.

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20/10/2019, 02:00
Aldern Dayne

2º día del Guerrero, mes de la Vieja, Año 288. 

Con las primeras palabras de Helaena y su mención al castigo del vino Aldern decidió darle algo de ventaja. Tomó su vaso y, con una media sonrisa, hizo el gesto de brindar y se lo llevó a los labios, como si no temiera el castigo del que ella hablaba.

Con lo siguiente que la chica dijo estaba a punto de responder, preguntando con cierta sorna a qué damas se refería al creer que hablaba del servicio y de toda muchacha en la zona, pero ella aclaró antes de qué hablaba. Aquello le hizo más gracia, a decir verdad.

—Tienes razón —le dijo—. El que pierda las invita la próxima vez. Aunque creo que tanta diversión junta podría matar a tu hermana. Si ese es el caso y teniendo en cuenta que vas a perder, serás la culpable del fraticidio —enunció con fingida resignación.

Después de eso echó un vistazo al tablero, fijándose sobre todo en las piezas de ella. Había dejado el rey bastante desprotegido... Y eso podría ser una oportunidad cualquier otro día. Pero esa tarde Aldern esperaba llevarse todas y cada una de las piezas de ella antes de acabar con el juego, o caer en el intento.

—Puede que tengas razón y se vea mi mano —enunció mientras adelantaba una pieza de caballería para llevarse ya la primera de ella. Sabía que era un movimiento temerario, pero no le importaba en absoluto—. Pero todo el mundo sabe que el dorniense no necesita excusa para beber. La hija del Lord, en cambio... —Ladeó la cabeza a un lado y otro antes de mirarla a los ojos—. ¿No habrás montado todo esto para poder dejar de beber sólo en las comidas?

Con esas palabras hizo un gesto, indicándole que le tocaba darle cuenta a su vaso.

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20/10/2019, 13:01
Helaena Stronghorse

2º día del Guerrero, mes de la Vieja, Año 288. 

Aquilegia podría sorprenderlos cualquier día a todos sacando una personalidad oculta hasta ese momento. Pero Helaena estaba segura de que aquella no era una posibilidad factible. Así que, sí, enterarse de la existencia de esa actividad podría perfectamente acabar con su vida.

Me temo que no funciona así, Dayne. Tú eres el creador de esta… interesante versión de los juegos, tú eres el responsable de invitar a la gente. No quisiera quitarte méritos haciéndoles pensar que es todo idea mía —respondió, sin perder de vista las manos del dorniense sobre el tablero.

En cualquier otra partida, Aldern no habría hecho ese movimiento, se habría contenido en lugar de dejar al alcance de tiro a una de sus piezas importantes por matar a una sin ninguna importancia. Helaena tenía clara su intención en la partida. Lo que se le seguía escapando a su entendimiento era el porqué de todo eso.

Oh, en caso de que hubiera montado todo esto, no habría sido para beber YO —contestó, recalcando el pronombre, mientras tomaba el vaso, mirándolo con fastidio—. Te recuerdo que soy una dama respetable. No voy proponiendo locuras ni bebiendo a horas indebidas —Cuando apartó el vaso de sus labios, ligeramente mojados por el líquido, su rostro mostraba una mezcla entre disgusto y resignación. Pocas gotas cayeron por su garganta, pero incluso tal pequeña cantidad le provocaba quemazón.

Al menos, mientras que ella había perdido una pieza sin importancia, Aldern estaba a punto de perder a uno de sus caballeros, que había quedado lo bastante cerca de su lancero. Y él no tenía tantos reparos como ella en pegar buenos tragos. Con suerte, en llegaría el momento en que el dorniense no sabría ni reconocer las piezas que tenía delante.

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20/10/2019, 13:51
Aldern Dayne

2º día del Guerrero, mes de la Vieja, Año 288. 

Ante la respuesta de Helaena Aldern sólo se quedó con una cosa: había dicho que el juego era interesante. Lo cual no era decir poco. Después de eso el chico se quedó pendiente de ella hasta que efectivamente tomó el vaso. Y aunque dio por hecho que apenas habría probado el contenido, se dio por satisfecho.

—¿Horas indebidas? —preguntó entonces, como si no entendiera el concepto—. ¿Existe eso?

Después vio cómo Helaena acababa con su caballero, cosa que era de esperar, y bebió un trago. No llegó a ser medio vaso, pero desde luego tampoco la nimiedad que había ingerido ella.

—¿Entonces? —inquirió, hablando como si ella tuviera que saber de qué le hablaba—. ¿Has montado todo esto para que yo beba? —preguntó con fingida indignación—. ¿Qué será lo siguiente, citarme directamente en la taberna?

Tras esa pregunta el chico desplegó uno de sus ballesteros, separándolo de su gemelo y preparándolo para que cubriese las casillas cercanas en caso de que Helaena tomase la ofensiva.

 

Un rato más tarde, con la partida ligeramente más avanzada, algunas piezas descansaban al margen del tablero. El humor de Aldern había mejorado más, y su postura en la silla se había relajado bastante.

—Eh, eso era un elefante —señaló, señalando la pieza que acababa de quitarle a Helaena—. Más vale que el trago sea largo. Lo dicen las reglas.

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20/10/2019, 15:30
Helaena Stronghorse

2º día del Guerrero, mes de la Vieja, Año 288. 

Tras sus preguntas en ese tono de falsa ofensa, Helaena miró a Aldern primero con confusión, como si pensara que él ya venía ebrio de antes; luego negó con la cabeza y decidió seguirle la broma.

Por favor, seamos prácticos. ¿Para qué iba a citarte allí, cuando vivimos bajo el mismo techo y hay tantas otras opciones, mucho más privadas? —contestó, como si fuera lo más lógico.
 

Después de un rato jugando, el contenido del vaso de Helaena apenas había descendido una pulgada. Mientras que Aldern estaba cada vez más relajado, ella estaba cada vez más tensa y cohibida. Cuando le tocaba beber a su contrincante, era un alivio. Pero cuando le tocaba a ella... Cada sorbito, por pequeño que fuera, le costaba. Y no solo por el gusto. Miraba de vez en cuando a la puerta, como si temiera que alguien apareciera de repente.

¡A menos que me agües el vino, no voy a ser capaz de dar un trago largo! —exclamó nerviosa tras perder el elefante, cruzándose de brazos. Suspiró y los descruzó para tomar el vaso, aunque no se lo llevó aún a la boca—. ¿Qué imagen tienes de mí, que piensas que con 15 días del nombre soy capaz de llevar ese ritmo? ¿Es así como me ve todo el mundo? ¿Tengo la reputación de ser imprudente y dada a los excesos? —preguntó, con demasiada tranquilidad después de la brusca contestación inicial, de hecho casi con tristeza.

Por supuesto, Aldern era capaz de beber con mucha más facilidad que ella. Pero era lógico, era un hombre. Y, como hombre que era, las costumbres y las opiniones ajenas eran mucho más permisivas con él. Él podía, por ejemplo, ir a la taberna a menudo desde una edad relativamente temprana. Él podía quedar con el resto de soldados en cualquier lugar y beber entre todos varias botellas de vino. Llevaría años acostumbrando a su cuerpo. Y, aunque no estuviera acostumbrado, podría salir de aquella habitación arrastrándose sin recibir más que una regañina del maestre.

Pero ¿ella? De ella se esperaba recato y moderación. De hecho, haber aceptado tal actividad ya era algo que muchos considerarían inadmisible por su sexo. Y también por ser la hija del Lord, porque si fuera una vulgar pueblerina su reputación no valdría tanto.

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20/10/2019, 18:10
Aldern Dayne

2º día del Guerrero, mes de la Vieja, Año 288. 

Ante la mención a la privacidad Aldern se había limitado a alzar una ceja, callando las implicaciones que eso sí podría tener. Una cosa era que alguien pudiese verles haciendo el idiota con unos vasos de vino, pero como además pareciera que se estaban escondiendo... Eso sí podría traer problemas, al menos según su visión.

Luego, con la protesta de Helaena para beber tras la muerte de su elefante, el chico rió, esforzándose por no hacer demasiado ruido. Pero las palabras siguientes de la chica hicieron que el joven la mirase un instante, valorando su propia respuesta.

—Esto no tiene nada que ver con tu reputación —le dijo—. Tiene que ver con dos cosas. —Entonces se echó hacia adelante, apoyando los codos en la mesa—. La primera, que el elefante se merece que mostremos el respeto de no tratar su pérdida como si fuese simple chusma —bromeaba, claro, aunque lo siguiente lo dijo más serio—. Lo segundo, que si te lo he propuesto a ti no tiene que ver con cómo te ve la gente, sino con que sé que si bebo y acabo diciendo algo indebido, tú no lo tomarás como no es, ni irás al Lord a decirle cualquier tontería sacada de contexto. —Hizo un gesto con el vaso para explicarse—. Que si con el vino te digo que echo de menos algo de mi vida anterior, no te lo tomarás como una ofensa, por ejemplo. Que puedo fiarme de beber contigo, vaya.

Dicho aquello hizo un gesto con la cabeza.

—No des un trago largo si no quieres, valen varios pequeños. O también puedes dejar el juego, si consideras que la partida está perdida.

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20/10/2019, 20:03
Helaena Stronghorse

2º día del Guerrero, mes de la Vieja, Año 288. 

Ni la propia Helaena sabía muy bien de dónde había venido su reacción, pues normalmente sabía controlarse. Quizá ese día estuviera más estresada que de costumbre simplemente.

La respuesta de Aldern tendría que haberla relajado y haberla hecho sentirse honrada. No había mala fe en el joven, estaba segura de ello, él solamente quería pasar un rato divertido con una amiga. Pero no la tranquilizó, no del todo.

Sé que tú no me ves así, porque tú tienes una visión de la vida muy distinta al resto de Poniente —respondió, agarrando el vaso con fuerza y mirando en su interior—. Pero... nadie piensa que soy lo bastante responsable. Sobre todo Aquilegia. Cree que no tengo buen juicio. Cuando no sabe dónde he estado o lo que he estado haciendo, siempre imagina lo peor. Lo sé, lo veo en su cara —dijo, frunciendo el ceño, con voz mustia—. Casi peor es el asombro que muestra cuando me comporto decentemente.

Se encogió de hombros , como si aquello en realidad no tuviera importancia, aunque claramente la tenía. Suspiró, sin apartar los ojos del líquido dentro del vaso.

Y mi reputación sí tiene que ver —corrigió su primera negación—. También en mi hermana puedes confiar. Con ella podrías beber y hablar sin temor a que te juzgue por ello. Pero sabes que solo yo cogería un vaso, te seguiría la corriente y probaría también. Porque soy así. 

Alzó el vaso hasta que estuvo a la altura de su cara, miró a Aldern a los ojos y pegó un sorbo, con la subsiguiente mueca al tragar.

No. Me gusta jugar contigo —contestó, moviendo su siguiente pieza.

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20/10/2019, 21:37
Aldern Dayne

Cuando Helaena la empezó a hablar, Aldern la escuchó sin mirarla directamente. Sus ojos estaban en el tablero, pero no analizando ni pensando su siguiente movimiento, sino perdidos mientras oía las palabras de la benjamina de los Stronghorse. Al escuchar lo que dijo sobre el asombro de Aquilegia sí la miró un instante, y bebió un poco de su vaso aún sin ser parte del juego. Después siguió pendiente de lo que ella decía.

—Claro, puedo confiar en que no me juzgará por eso —asintió, dándole genuinamente la razón—. Pero en su caso me juzgaría o se escandalizaría si supiera hasta qué punto bebo a fondo en la taberna, o por alguna otra cosa —dijo, con un doble sentido evidente.

Entonces se encogió de hombros. No había dado respuesta a lo último que ella había dicho, decidido a no mostrar que le diera importancia.

—Tienes quince días del nombre —le recordó—. Que tu hermana naciese ya adulta no hace que tú tengas que serlo desde hace años. Ella no es un espejo en el que tengas que mirarte. Lo importante es que tú sabes comportarte decentemente, y también divertirte. Ella sólo sabe hacer una de las dos cosas. Y si no lo ve no tendría que ser tu problema, sino el suyo —afirmó antes de hacer una pequeña pausa—. Yo no creo que el maestre piense eso de ti. O tu padre.

Tras esas palabras volvió a mirar el tablero, moviendo su siguiente pieza de una forma un poco más conservadora que al principio de la partida. Sus ojos fueron hacia Helaena, queriendo comprobar por curiosidad si había dado más pequeños sorbos, aunque no iba a recriminarle no hacerlo si ese fuera el caso.

—¿Y tú? —le preguntó entonces—. ¿Piensas que eres lo suficientemente responsable?

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21/10/2019, 20:50
Helaena Stronghorse

2º día del Guerrero, mes de la Vieja, Año 288. 

Helaena había imaginado que Aquilegia tenía con Aldern una relación similar a la suya. Así que le sorprendió que el joven callara ante su hermana una parte de él. ¿De qué hablaban, entonces, durante todos esos paseos a caballo? Le costaba imaginar que el tema principal fuera la heráldica que tanto apasionaba a Aquilegia.

No, desde luego yo no le hablaría de todo lo que haces en tu tiempo libre —coincidió, pensando en una actividad concreta—. Pero, aunque ella lleve una vida de rectitud, no es una ingenua, sabe cómo es el ocio masculino. Quizá no lo espera de ti, pero no creo que realmente se escandalice por tus borracheras.

A pesar de que Helaena había sido algo dura con Aquilegia, fruto en parte del pesar que sentía en ese momento, no esperaba las siguientes afirmaciones sobre su hermana. No pensaba que Aldern tuviera esa opinión tan categórica. Abrió los ojos mostrando su desconcierto, aunque también dejó asomar una leve sonrisa.

Esa sonrisa, sin embargo, apenas duró un instante. Apartó la mirada de él un segundo y volvió a tomar un pequeño sorbo. Notó sus mejillas encendidas, aunque no estaba claro si era por el vino o por lo que le estaba diciendo Aldern.

Ella también sabe divertirse, solo que tiene unos gustos diferentes, más adecuados a lo que se espera de una dama —respondió, con cierta ironía en su voz al pronunciar las últimas palabras—. El maestre creo que sigue considerándome una cría. Y Padre... No sé en realidad lo que piensa de mí. Me aprecia como soy, lo sé. Pero temo que no confíe en mí lo suficiente como para encargarme algo importante.

Mientras hablaba, parecía haberse olvidado de que el juego y el beber estaban relacionados. Movió su pieza con intención de seguir atacando a Aldern, pero al mismo tiempo volvió a tomar un sorbito más, a pesar de que ya había cumplido con el cupo de vino que requería la muerte del elefante.

Alzó la vista del tablero al escuchar la última pregunta de Aldern.

¿Ahora mismo? —preguntó con ironía, llevándose el vaso de nuevo a la boca. Esta vez apenas se mojó los labios. Se tomó otros pocos segundos hasta responder, pues era una pregunta complicada—. Me gustaría decir que sí. Pero no sé si estaría siendo objetiva. Si no buscara nada en esta vida, diría que mi nivel de responsabilidad es adecuado. Pero si quiero algo, no lo conseguiré saliendo por las noches a escondidas de mi habitación o tomando como costumbre beber acompañada de un hombre, por ejemplo.

Suspiró y volvió a mirar al tablero.

Y dime, ya que estamos dijo, señalando a sendos vasos y haciendo referencia a lo que le había contado antes. ¿Qué es lo que echas de menos de tu vida anterior? —preguntó, con curiosidad. Imaginaba que a su padre, aunque a ese lo echaría en falta igualmente aunque estuviera en su casa, pues había muerto. ¿Al resto de su familia? No conocía muy bien a su prima, pero sí había oído hablar de Ser Gerold y Helaena no consideraba que fuera una persona a la que nadie pudiera echar de menos.

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21/10/2019, 21:07
Aldern Dayne

2º día del Guerrero, mes de la Vieja, Año 288. 

Al escuchar lo primero que dijo Helaena Aldern alzó una ceja y le sostuvo la mirada unos segundos, mostrando cierta incredulidad. Estaba totalmente seguro de que si le preguntasen a Aquilegia pensaría que él, Ser Tyros o tantos otros hombres no habían puesto las manos sobre ninguna mujer, o que ser honorables implicaba no compartir lecho sin encontrar el amor... Y eso ya era arriesgarse en sus teorías, si era fuera del matrimonio, pero decidió darle ese margen.

—Si son gustos apropiados para una dama, es que no sabe divertirse —comentó el chico—. Son sólo la mejor opción dentro de las cosas que soporta, que son muchas —enunció, hablando como si Aquilegia tuviese ahí algo digno de admirar.

Después de eso volvió a mirar un instante el tablero, apoyándose de nuevo en el respaldo de la silla.

—El maestre nos considera niños a todos. A tu hermana también. Y lo hará incluso cuando gobernéis el Dominio entero. Y de tu padre... —dijo antes de hacer un gesto con la mano—. Eso es lo importante: que te aprecia como eres. Y llegado el momento, podrás demostrarle que sí estás a la altura. Además, seguramente ese momento llegue cuando ya estés casada, y lo que piense Lord Everam no tenga nada que ver.

Tras esas palabras escuchó a Helaena y se tomó un instante para pensar.

—Eso depende de lo que quieras en la vida —le dijo—. Si quieres estar preparada para no acabar beoda en una situación importante, como una cena con el Rey, cuando este te invite una y otra vez a probar distintos vinos, este es el camino adecuado. —Hizo una pequeña pausa para buscar las siguientes palabras—. Puede que Aquilegia sepa seguir su camino de manera más recta, pero tú estás preparada para no ir sólo por adoquines de mármol. Lo único que importa es que no estarías aquí bebiendo y jugando si tuvieras algo importante que hacer —afirmó. Después bebió un poco antes de pensar en su última pregunta.

—¿Sinceramente? —preguntó, aunque la respuesta era evidente. Después miró la botella y el vaso con cierta resignación y negó con la cabeza—. Normalmente necesitaría un par de vasos más para decírtelo, pero... —expuso antes de encogerse de hombros—. Echo de menos no sentir como si tuviera que dar las gracias por todo. Soy un rehén, pero me tratáis como un invitado. Me siento a vuestra mesa, tengo mi habitación... Hasta puedo ir a ver a Serah si me da la gana, o emborracharme. Pero sé que sólo tengo derecho a cada una de esas cosas porque vuestro padre quiere, y que cualquier día puede quitármelo. No es que crea que va a hacerlo, o que no lo agradezca, pero... —Aldern se encogió de hombros—. Estoy cansado de sentir que tengo que dar las gracias por cada comida.

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22/10/2019, 00:39
Helaena Stronghorse

2º día del Guerrero, mes de la Vieja, Año 288. 

No me mires así, estoy segura de que realmente Aquilegia no está tan ciega —se reafirmó en su confianza en que su hermana era consciente de lo que ocurría en cuanto los hombres tenían dos minutos libres. Como única respuesta a su reflexión sobre los gustos de la heredera, simplemente se encogió de hombros.

No, entonces tendrá que preocuparme lo que piense mi esposo… —contestó, apoyando el codo sobre la mesa y su cabeza contra la palma de la mano—. Aprovecha este momento, porque para entonces, cuando vengas a visitarme a mi castillo, solo verás a una Helaena enteramente respetable, sin un ápice de diversión en su cuerpo —Volvió a tomar el vaso, lo levantó como si brindara por aquel futuro y bebió de nuevo. El vaso estaba ya prácticamente acabado, así que lo apartó a un lado.

Tomándosela como una pregunta seria, Helaena estaba a punto de responderle qué quería exactamente en la vida. Cuando Aldern puso aquel ejemplo, sin embargo, soltó una pequeña carcajada y se olvidó de lo anterior por completo.

Si el Rey me invita a probar vinos sin parar, lo único que me quedará claro es que quiere que acabe ebria —aseguró, al tiempo que descartaba aquella escena como un posible futuro. ¿El Rey Robert invitándola a ella? No tendría tanta suerte. La joven frunció el ceño, a continuación, mientras negaba con la cabeza—. Pero tal vez hay algo importante que hacer —dijo, irguiéndose de repente, como si acabara de caer en la cuenta—. Tal vez debería estar ahora estudiando o hablando con Padre sobre política o enterándome de si hay algún problema con el servicio… ¿Ves? No soy todo lo responsable que debería.

Por supuesto, ella buscaba una repuesta sincera a su pregunta, así que asintió y luego se preguntó qué sería aquello que le costaba tanto a Aldern reconocer.

Helaena frunció el ceño, no estaba segura de comprender a qué venía aquella crítica. Pensaba que Aldern estaría encantado con ese trato. Nadie lo repudiaba, ni le echaba en cara ser de la familia que era, tenía bastante libertad, dentro de lo que cabía. Y grandes lujos. ¡No todos los rehenes de guerra podían decir lo mismo! Era un afortunado... Y, al parecer, ahí estaba el problema, en tener que sentirse afortunado porque lo trataran bien. Le costó entender lo que quería decir, porque ella nunca se había visto en esa situación, pero al final llegó a ello.

No necesitas beber para contarme estas cosas, Aldern —le respondió, mirándolo fijamente—. No tenía ni idea de que te sintieras así —Suspiró y apartó los ojos de él, reflexionando lo siguiente que iba a decir—. Obviamente tu posición es complicada, pero tus derechos y libertades no dependen de los caprichos de Padre. Él es una buena persona, si hace lo que hace no es para sentirse moralmente superior ni para buscar eterno agradecimiento; lo hace porque cree que es lo correcto tratar así a la gente, sea quien sea.

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25/10/2019, 20:28
Aldern Dayne

2º día del Guerrero, mes de la Vieja, Año 288. 

Al escuchar Aldern cómo Helaena le pedía que no le mirase de esa forma él acentuó más aún el gesto, como queriendo hacerle ver que seguramente no estaría equivocado.

Después, cuando ella siguió hablando sobre lo de su esposo, él levantó el vaso y brindó también. Antes de beber, sin embargo, añadió algunas palabras.

—Entonces quizá deberías escoger mejor tu esposo —le dijo, aún consciente de que no era ella la que elegía.

Al ver que ella apartaba el vaso tras beber se lo rellenó e hizo lo propio con el suyo. Y posteriormente, al ver que ella se incorporaba y decía esas cosas, el chico sonrió de medio lado.

—Si tu padre quiere hablar de política, a lo mejor es buena idea que hayas bebido un par de vasos de vino antes —bromeó, divertido—. Verás como tienes mejores ideas. Las mejores decisiones no se toman sin vino en el estómago. Aunque las peores tampoco, claro.

Finalmente, con la respuesta de Helaena a sus palabras, él se encogió de hombros con la primera afirmación. ¿Realmente no necesitaba beber? Quizá. Pero desde luego era más fácil hablar de algunas cosas tras hacerlo. ¿Lo que estaba haciendo era ofrecerse como amiga? Daba esa impresión, desde luego.

—En eso te equivocas —le dijo al final—. Mis derechos y libertades sí dependen de los caprichos de Lord Everam. Pero tengo la suerte de que cómo es él, de que hacerme sentirme mal a mí le haría sentir mal a él. —Alzó el vaso entonces—. Por tu padre, y lo afortunado que soy de que sea como es. —enunció, sin mostrar ápice de amargura.

Dicho aquello bebió un trago antes de posar la vista en el tablero. Creía que le tocaba a ella, aunque no estaba seguro y, de todas formas, en ese punto la charla le importaba más que la partida.

—No sabia que salías por las noches —dijo luego, como si no viniera el caso—. ¿Hay algo que no puedas hacer de día?

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25/10/2019, 22:26
Helaena Stronghorse

2º día del Guerrero, mes de la Vieja, Año 288. 

Como única respuesta al comentario sobre su futuro esposo, Helaena resopló con sarcasmo. Se debería sentir agraciada solamente con que su Padre tuviera mínimamente en cuenta las opciones que la joven tenía en mente o con que aceptara su negativa a casarse con algún hombre al que ella no considerara digno.

Se quedó mirando cómo Aldern llenaba su vaso, pero no lo cogió. Notaba un ligero mareo y no quería que fuera a más.

Claro, Padre estaría encantado —ironizó. Tras lo siguiente, dejó escapar una risa al tiempo que preguntaba—: Ah, ¿sí? Dime, ¿qué fantásticas ideas has tenido tú en ese estado? ¡Porque yo no me imagino al Rey Robert tomando decisiones bebido! —exclamó, como si aquello fuera una locura típica de dorniense.

Helaena miró fijamente a Aldern cuando este habló de Lord Everam y brindó por él. Se sentía afortunado y al mismo tiempo eso le amargaba. Era curioso. Y obviamente la solución no pasaba por quitarle al joven los motivos para sentirse agradecido. Así que fuera cual fuera la situación de Aldern en Riverside, no podría estar totalmente a gusto nunca.

Las pequeñas cosas sí dependen de Padre. Pero lo importante depende más de lo bien que se porte tu familia —respondió, medio en broma medio en serio. Obviamente había tenido suerte con Lord Everam, pero no se podía negar que todo podía trastocarse con un ataque por parte de los Dayne—. Se supone que te usamos para mantener la paz en la zona a cambio de no hacerte daño. Aunque Padre tuviera el capricho de encerrarte en la prisión sin comer, tendría que contenerse. Si te tratáramos mal, los Dayne no tardarían en enterarse y vendrían a por nosotros —O eso imaginaba. Al menos estaba segura de que así reaccionaría su familia si ella estuviera en poder de otros—. Tu bienestar está garantizado mientras no haya problemas. Así que yo brindo por que los Dayne no nos den ningún motivo para cambiar tu situación.

Tomó el vaso, a pesar de sus reticencias a seguir bebiendo, lo alzó y tomó un sorbito. Tras el siguiente comentario de Aldern, primero sonrió.

Hay muchas cosas de mí que no sabes —respondió, haciéndose la misteriosa. Luego, respondiendo a su pregunta—: Por supuesto. La feria del pueblo es mucho más entretenida por la noche. Pero no se trata solo de lo que pueda o no hacer. Simplemente es más emocionante escabullirse de los guardias a esas horas, salir del castillo de día no tiene ningún misterio.

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25/10/2019, 23:07
Aldern Dayne

2º día del Guerrero, mes de la Vieja, Año 288. 

Aldern se alegró al ver que Helaena al menos reía. Él, relajado, hizo un gesto para señalar el tablero.

—Este juego —le dijo—. Es una gran idea, no me digas que no, y se me ocurrió con algunos vasos más que ahora.

Luego, con los comentarios de Helaena sobre su casa, Aldern no le llevó la contraria a su brindis. Después, sin embargo, se encogió de hombros.

—Pero la situación tendrá que cambiar en algún momento, para un lado o para otro —señaló—. No puedo quedarme aquí para siempre. O, si lo hago, moriré de viejo, o por caerme por las escaleras, o por alguna otra cosa, y cambiará igualmente. Por eso lo de los rehenes... —Aldern negó con la cabeza—. Es una solución a corto plazo. Es mejor que nada, pero lo que hay que buscar es algo que sirva para después. Y ese algo... —Aldern dejó un par de segundos de silencio antes de hacer un gesto con la mano—. Es más probable que se encuentre si con vino dentro, que sin él. Y más si Lord William y tu padre bebieran juntos.

Al final, con las palabras de Helaena, Aldern se lo pensó un instante antes de contestar.

—Venga, esta noche nos escabullimos entonces —afirmó—. A ver si es tan divertido como dices.

Y tras esas palabras, movió pieza.

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26/10/2019, 14:13
Helaena Stronghorse

2º día del Guerrero, mes de la Vieja, Año 288. 

Helaena arqueó una ceja al escuchar el producto del ingenio de Aldern aumentado por el vino.

Te creo que hayas creado así esta “modalidad”. Pero ¿gran idea? —preguntó con clara duda en su voz.

No era la primera vez que Helaena imaginaba a un Aldern liberado y de vuelta con su familia. Pero le costaba imaginar cómo se llegaría a esa situación. La relación entre ambas familias era muy tensa, así que no sabía si sería posible llegar a un acuerdo pacífico. Al menos, entre Lord Everam y la actual regente de Campoestrella.

Supongo que sí. Si Padre no decide liberarte en algún momento, Aquilegia se lo planteará cuando sea la Señora de Riverside, no lo dudes —Helaena estaba totalmente convencida. Lo que no le convencía tanto era la solución que proponía Aldern para arreglar las diferencias entre ambas casas—. No estaría yo tan segura. El vino no solo pone de buen humor a la gente, puede provocar el efecto contrario. Yo no desearía esa clase de reunión, por si acaso acaba todo peor para ti. Además, ¿no se supone que Lord William está desaparecido?

Arqueó las cejas con sorpresa al escuchar la proposición de Aldern para aquella noche.

Ya te he dicho que esas actividades son del pasado —le recordó. Aunque luego miró el vaso de vino y se dio cuenta de que aquel no era el día más responsable de su vida—. Hace meses que paso las noches como debo, dormida en mi habitación sin… ¿No me tocaba a mí? —preguntó, confusa, al verle mover una pieza. Luego se encogió de hombros—. Pero tú puedes marchar al pueblo cuando quieras, a ti nadie te juzgará por ello. De hecho, me extraña que no lo hayas hecho antes. ¿O es que solo bajas al pueblo para visitar a tu tabernera?

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27/10/2019, 02:00
Aldern Dayne

2º día del Guerrero, mes de la Vieja, Año 288. 

Ante la pregunta —casi seguro que retórica— de Helaena sobre el propio juego Aldern asintió e hizo un gesto, señalándolo, como si eso demostrase que sí era una gran idea. Después dejó el asunto correr, metidos como estaban cada vez más en temas más serios.

—Sí, dicen que ha desaparecido —enunció entonces el chico, antes de encogerse de hombros—. Pero puestos a imaginar... Mejor eso que emborrachar a un bebé —le dijo, sosteniendo la mirada de la benjamina de los Stronghorse un instante—. La otra opción es que beba con mi prima... Pero aquí en el Dominio seríais capaces de pensar de todo, si una joven soltera y un hombre bebieran juntos y a solas —aseguró, casi riendo por el símil con la situación actual.

Después de aquello, cuando ella siguió hablando, Aldern negó con la cabeza.

—Eran cosa del pasado —la corrigió, sonriendo de medio lado—. Si me has dejado de lado tanto tiempo sólo podía ser para coger práctica y hacerlo juntos hoy —afirmó sin pensárselo demasiado antes de mirar el tablero. ¿Le tocaba a ella? Quizá, pero no iba a reconocer que no estaba seguro... Ni que hubiera hecho trampas—. No, tú moviste el dragón —le recordó, señalando su último movimiento.

Entonces suspiró y guardó un instante de silencio.

—No, no bajo sólo por ella, claro —señaló—. Aunque no suelo ir hasta allí de noche. Si me pillasen yéndome en la oscuridad seguro que se lo tomarían como algo sospechoso. Es curioso, porque no dicen nada si lo que hago es ir pronto y quedarme hasta tarde.

Tras esas palabras se acercó el vaso a los labios.

—Bueno, entonces... ¿Prefieres ir al pueblo, o a algún otro sitio? Te llevaría a conocer a Serah, pero seguro que habrá soldados y se enteraría tu padre.

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27/10/2019, 12:50
Helaena Stronghorse

2º día del Guerrero, mes de la Vieja, Año 288. 

En otro momento, Helaena se habría sentido horrorizada ante la idea de emborrachar a un bebé y eso que claramente Aldern lo decía en broma; pero justo en ese instante, le hizo gracia. Así que dejó escapar una risa contenida, que casi era más un resoplido, antes de responder a lo siguiente:

Con tu prima sería distinto. Para empezar, porque sería un encuentro formal, organizado y con un propósito claro, más allá que el de embriagarse mientras se juega —dijo, abriendo las manos y señalando al tablero y a los dos vasos de vino—. Ríete todo lo que quieras, pero así es en casi todo Poniente y así ha sido siempre —Estaba claro que para ella era algo lógico que las mentes ajenas imaginaran cualquier barbaridad ante esa situación—. De ahí en parte mi reticencia a participar en esta actividad. Lo último que quiero es que llegue a oídos de ciertas personas.

Tomó el vaso, mostrando claramente su reticencia, y se lo llevó de nuevo a la boca.

No te he dejado nunca de lado, contigo he hecho muchísimas otras cosas. Solo que hay algunas que es mejor hacer sola —explicó, bajando la mirada al tablero. Mientras volvía a beber, hizo un gesto con la mano de que le daba igual a quién le tocara, en realidad, y continuó:— Es más fácil que una sola persona salga del castillo a escondidas, que hacerlo dos. Claro que alguna vez he arrastrado a Carellyn conmigo —reconoció, mientras atacaba con sus arqueros.

Aldern insistió de nuevo en una aventura nocturna y Helaena, que había pensado en un principio que estaba de broma, lo miró como si lo hubiera atacado la locura.

No vamos a ir al pueblo de noche. ¿Me estás diciendo que tú no lo haces porque temes que te pillen yéndote en la oscuridad y ahora sí quieres hacerlo? ¡Con la hija del Lord, nada más y nada menos! —abrió los ojos, mostrando un falso escándalo—. Si eso no es sospechoso… Pero, si quieres, podemos salir a pasear ahora, no me vendría mal el aire fresco —propuso. Y, efectivamente, sus mejillas mostraban una leve rojez que no se debía precisamente a su timidez.

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02/11/2019, 00:37
Aldern Dayne

2º día del Guerrero, mes de la Vieja, Año 288. 

Al escuchar la descripción del encuentro con su prima que Helaena dio, Aldern asintió y bebió un sorbo pequeño de su vaso. Lo más curioso era que tenía razón, su prima probablemente sería capaz de mantener la compostura incluso en una situación como esa. O eso creía. Hacía años que no la veía, y ya sentía que la conocía más por las cosas que se oían de ella que por lo vivido juntos años atrás.

Después, al oír qué era lo último que Helaena quería, Aldern trató de alzar una ceja.

—De ciertas personas... —repitió antes de levantar la mano derecha y reír por lo bajo—. Prometo solemnemente no decirle nada a tu hermana.

Luego siguió escuchando a Helaena. Pareció a punto de protestar cuando dijo no haber sido dejado de lado, pero sólo pudo asentir al oír lo siguiente. Sin embargo, con lo último que ella añadió sólo pudo volver a sentir que tenía razón.

—Claro, no me has dejado de lado —le dijo con ironía—. Algunas cosas es mejor hacerlas sola, sí. Por eso te llevas de noche a escondidas a la doncella. —Aldern no parecía ofendido, sino divertido. Bajó entonces la mirada al tablero, y al ver moverse los arqueros sonrió de medio lado—. Yo si quieres te invito a venir conmigo cuando baje al pueblo —enunció entonces—, pero no creo que quieras estar presente en el mismo cuarto que Serah y que yo.

Tras esas palabras el chico movió una de sus catapultas, acercándola al lugar donde un par de turnos más tarde esperaba atacar al dragón de Helaena.

—Cuando acabemos la partida —propuso a lo del aire fresco—. Y no es lo mismo, no. Si nos ven, verán que no te llevo atada, ni contra tu voluntad. De hecho, si preguntan, diré que te estoy escoltando, que me has ordenado acompañarte y no me has dicho ni a qué. Y ya tú les niegas las explicaciones que quieras.

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03/11/2019, 22:43
Helaena Stronghorse

2º día del Guerrero, mes de la Vieja, Año 288. 

Helaena comenzó a asentir lentamente hasta que escuchó la promesa de Aldern.

— Ahora no hablaba de ella —respondió. Intentaba sonar seria, pero le costaba evitar la risa. Por algún motivo, le hacía gracia que Aldern hubiera pensado en su hermana en ese momento—. Hablaba del resto de nobles del Dominio. Pero no, no se lo cuentes tampoco a Aquilegia —rectificó, al pensar que quizá la respuesta de su hermana sería peor que la de cualquier Lord o Lady de Poniente.

Abrió la boca para responder a la queja del joven, creyendo al principio que realmente se había ofendido. Pero luego captó el tono informal del joven y respondió acorde a él, con una especie de fingida protesta.

No siempre me he llevado a Carellyn, a veces he salido sola de verdad —Aun así, parecía que intentaba justificarse. Algo que realmente no tenía por qué hacer. Cuando Aldern continuó y acabó por mencionar a la tabernera, Helaena abrió los ojos con sorpresa antes de responder—. Pues… no, no es el tipo de función teatral que a mí me gusta ver para pasar el rato. Probablemente sería incómodo para los tres.

Escuchó con una ceja arqueada lo siguiente que dijo el joven.

¿Quién se va a creer que te necesito a ti para escoltarme? —preguntó, pasando la vista por Aldern, como valorándolo negativamente, como si lo considerara un endeble—. Aunque… No, ¿sabes qué? Creo que te voy a hacer caso. Te ordeno que me acompañes —dijo, señalándolo con el dedo y mirándolo fijamente—. Y no pienso decirte a dónde. Y tú me harás caso porque yo soy la hija del Lord —sentenció, como si no hubiera discusión posible.

Aunque no lo había mencionado, Helaena se había quedado con la primera parte de la respuesta de Aldern, aquella en la que le había prometido que saldrían a tomar el aire en cuanto acabara la partida. Así que movió a su Rey para dejarlo al alcance de tres piezas diferentes de Aldern. Miró al joven con una sonrisa y ojos inocentes.

Vaya… Qué torpe soy con este juego. Parece que me puedes ganar con un solo movimiento.

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07/11/2019, 21:30
Aldern Dayne

2º día del Guerrero, mes de la Vieja, Año 288. 

Con una sonrisa de medio lado, Aldern asintió, incluyendo así a los demás nobles del Dominio en la promesa de silencio. Después rió al ver cómo Helaena abría los ojos y se encogió de hombros, como si a él no le incomodase aquella idea, aunque tampoco tuviera predilección por ella.

—Dicen que a los dornienses el púbico les da igual —dijo, dejando aquello en el aire al escuchar las siguientes palabras de la muchacha.

Finalmente, al ver cómo le daba una orden directa, Aldern alzó una ceja. Durante un instante pareció pensárselo, aunque era más por jugar que por dudar realmente de su propia respuesta. Iba a contestar cuando ella movió de ese modo, evidentemente entregándole la partida. Y aunque el plan inicial de Aldern había sido eliminar sus piezas una a una, dejando el rey para el final, en ese momento la curiosidad por el plan de Helaena fue mayor. De modo que se dispuso a ganar aunque, antes de eso, llenó por completo el vaso de Helaena con una clara intención.

—Años de práctica y no mejoras —señaló, como si aquel error hubiese podido cometerlo sin querer. Entonces movió una de sus piezas, acabando así el juego—. Venga, acábate eso y vamos. No querría yo que porque fuera lenta bebiendo tuviera que tardar en cumplir las órdenes de la hija del Lord.