Partida Rol por web

-Entonces te deseo suerte, Zyllah -Dije de forma agradable tras escuchar las palabras de Eko.

Tetsuo volvió a separarse de Megan para acercarse a Poron una vez más, tras haber escuchado las palabras de Alexia.

- Si de verdad eres inocente, entonces te traeré de vuerta.- Asintió con su cabeza, y sin añadir más, se alejo de todos, preparándose mentalmente para cuando llegase el momento de atacar.

Escucho las palabras de algunos, y negó con la cabeza, sobre todo con las palabras de Yormund, parecía inteligente, pero su infantil personalidad le jugaba en contra.

Lo mismo con Annie. Intuyo que algo más ocultaba la mujer, por lo que la tendría en la mira. Pero su atención se fijaba más que nada en ella, en Liam, y en Lennish, ninguno de los tres le despertaba confianza. Su mirada centrada en ellos podía dar a entender lo que sentía hacia sus presencias.

Finalmente solo añadió un comentario lejano a Gabriel.- Espero que tomes ra decisión correcta.-

No pude evitar una pequeña sonrisa al escuchar a Yormund dirigirse a mí. - Pensaba que habías dicho que no querías hablar conmigo... - Le dije, con tono divertido antes de seguir hablando tranquilamente. - Has expuesto tus conclusiones sobre alguna relación que has encontrado entre Ira y Poron, pero no has explicado cómo has llegado a ellas. Entiende que no me las crea sin haber visto lo que tú hayas visto para hacerlo. Tú tampoco lo harías si fuese al revés. Si te pregunté fue para comprobar si había algo que me ayudase a descartarla en mi lista, pero no lo voy a hacer sencillamente porque tú digas que es así. Como he dicho ya antes creo que entre todos podemos encontrar a los traidores, pero para ello tenemos que hablar y colaborar.

Después me encogí de hombros ante sus preguntas sobre el sello. - Todo eso son suposiciones. ¿Qué habría pasado? Yo no lo sé, ni tú tampoco. Quizá me habrían matado como a Elizabeth, o quizá no y ahora el sello no estaría resquebrajándose. Nunca lo sabremos. Y sí, esperaba que Elizabeth me cediera el puesto. Al fin y al cabo ella sólo lo tenía porque mi madre decidió rechazar su destino y Elizabeth se sentía tan culpable que se ofreció a sacrificarse por todos. Creo que habría sido un alivio para ella librarse de esa carga.

Dejé a Gabriel para el final, tras dedicarle a Eko una mirada de agradecimiento. No me gustaba que otros libraran mis batallas, pero era agradable saber que me apoyaba en esto.

- Agradezco tu consejo, Gabriel. - Respondí con un tono un poco más seco de lo que me gustaría, clavando mis ojos grises en los suyos. - Pero no se trata de sentir que es mi deber o de una absurda tradición. Se trata de que desde que nací este lugar me llama desde mi propia sangre. De que, incluso en la situación en la que nos encontramos, nunca me había sentido en casa hasta que pisé Oldland hace cuatro días. Mi madre cometió un error dando la espalda a su destino. Yo no cometeré el mismo. 

Suavicé mi tono y mi expresión cuando me deseó suerte. - Gracias. - Respondí, dejando todavía un par de segundos mis ojos en los suyos y esbozando una pequeña sonrisa.

Eko suspiró ante la conversación sobre el sello. Ni siquiera era algo que importase por el momento, y darle vueltas al asunto sólo serviría para que Zyllah recibiese una bonita visita nocturna. Sin embargo, no dijo nada. En lugar de eso le devolvió la mirada a ella, antes de volver a dirigirse a Annie.

Las palabras de la mujer eran rimbombantes a más no poder, y en la sonrisa que le dedicó Eko podía verse perfectamente que eso le divertía. Desde luego era mucho mejor que hablar con Vanna. Volvió a hablar en el mismo tono pausado, como si aquello no fuera tan importante.

- ¿Eres consciente de que eso que acabas de decir contradice totalmente tu anterior explicación? - Pregunta, echándose ligeramente hacia adelante. - Te lo he dicho, - Añade con el tono de quien habla con un niño, con toda la paciencia del mundo - no te exaltes. Podrías empezar a confundir lo que quieres decir con lo que piensas.

Gabriel apareció ante el mientras terminaba su ultima cena.
-¿Que?-Algo de miga salio de la boca de Poron ante las palabras de Gabriel.
-O pero te equivocas, yo no me esforcé con tu muerte, al contrario, quise ser misericordioso y terminar pronto con el sufrimiento que es la lucha de todos contra uno. Lamento ver que tienes ese resentimiento pero no me esforcé en absoluto.-Sus palabras eran tan sinceras como su apetito.

Escuchaba como la mujer de cara blanca pensaba en parte como él, al menos aun había esperanza a la duda eso era bueno. Lastima que también quisiera su muerte, eso le entristecía. ¿Como era posible que con una simple palabra le condenaran sin querer mirar un paso mas haya del barranco?

-Gracias por estos bocadillos, me ayudan a combatir el hambre de maravilla.-Dio gracias a quien no tenia nombre pues nunca la menciono, se levanto una vez terminado el bocata y puso la mano en Miss Látigo y le dedico unas palabras.

-Si vas a ser la sustituta de la vieja baba. Hazme un favor y se como ella. Amable con los niños como nosotros que están perdidos entre estas ruinas y protegelos. Ella me ayudo mucho sin que yo mismo supiera agradecerle, es triste que me diera cuanta una vez vuelto a esta ciudad tan horrible.-Dio un paso atrás y reflexiono en alto.

-Ella me vio nacer y ahora me vera morir. Supongo que es cosa del destino. No se porque no lo vi en las cartas.

-Sin respuesta a mis preguntas, la única verdad que escuchareis son las de Eko. El perfecto líder manipulador. Os advierto que no todo lo que reluce es oro, vengo de un circo y conozco bien los juegos de identidad. Por favor aunque no creáis a Poron, creen en mis palabras. Eko es peligroso para el final de esta reunión y su propósito. Tiene el peligroso don de cambiar de bando a conveniencia.

-Quiero repetir que no soy ningún traidor, no deseo que este mundo termine, he empezado a apreciarlo gracias a mi familia, los gitanos. Incluso e hecho amigos aquí. Y no, no tengo relación con Seele ni con el resto de ellos, o con Ira a quien no conozco.-Intento buscar la cara de quien era ese nombre pero no daba con ella, aun había un par de mujeres de las que no conocía su nombre, como la que acababa de morir horas antes.

Dicho todo, se movió a una esquina y busco un sitio plano. Aun deseaba hacer una cosa antes de que llegara su amargo final, por la decisión de uno solo y el resto de su rebaño.

Andrew asiente a Eko, comprendiendo. Azhariel vino buscando lo mismo. Poder, gloria... todo eso, supongo que ya lo sabes. Y lo acabó consiguiendo, pero a un alto precio. Yo vengo aquí porque se supone que aquí encontraría la forma de proteger a mi familia... Tal vez la forma sea precisamente eso, volver con ellos con los tres legados para que ningún semidemonio se atreva a volver a tocarnos. Aunque la verdad, espero que haya otra forma. No me gustaría tener que pasar por todo lo que habéis tenido que pasar los que habéis muerto. No soy muy fan de las mutilaciones.

Sonríe a Eko y se aleja de él, buscando a Alexia. Pero algo que oye de boca de Zyllah hace que se detenga en seco. Los ojos del joven se paran unos instantes en ella y cambian, ausentándose unos segundos en el pasado. Cuando se acerca hasta Zyllah su mirada es mucho más seria y profunda que antes. Zyllah... No juzgues la decisión de tu madre. Si ella hubiera tomado la decisión de quedarse, ahora mismo tú no estarías aquí y ella probablemente estuviera muerta. Ella decidió su propio destino, Zyllah. Si decides ser tú la que proteja el sello porque eso es lo que quieres yo te apoyaré. Se queda mirando a Zyllah, esperando que sus palabras llegasen a ella, aunque ya sabe que a veces eso era imposible con aquella chica.

Marceline parpadeó y sacudió la cabeza. Notaba que había estado ausente, aunque no tenía claro por cuanto tiempo. Una vez tuvo claro que ya volvía a estar entre los vivos, miró a Poron.

Mis disculpas, he estado reclamada en el otro lado más tiempo del habitual. Aunque la muerte nocturna de Syd dejaba pocas dudas sobre su inocencia, siempre podía haber sido algo premeditado por los traidores para que lo resucitáramos y lo creyéramos un aliado. No sería la primera vez que esto se ha planteado... - entonces Marceline miró a Alice - Pero no te enfades, sigo creyendo que tal desconfianza ha hecho que los traidores vieran más interesante mantenerte con vida que dar rienda a su orgullo y terminar su trabajo. - tras esas palabras, Marceline centró nuevamente su mirada y atención en Poron - Pero los hechos de la última noche así como los de esta mañana, confirmaron lo que ya sospechaba. Si no lo dije antes, es simplemente porque cuando resucitó Eko, estaba en medio de otra conversación igual de importante. Eso, y que esperaba que fuera Syd quien resucitase primero y fuera él quien lo contase directamente. - entonces Marceline miró a Eko - Que me alegro que hayas vuelto, y más ahora que Zyllah dice que ha venido a hacer de guardiana, pero imaginaba que le iban a dar esa oportunidad a Syd primero, nada más.

Y al mencionar al semi-demonio de los cigarrillos, miró a Megan - Syd confía que no será necesario su voto para hoy, pero si alguien necesita de su aclaración en persona antes de la misma, está dispuesto a regresar ya para aclarar lo que haga falta. Aunque por mi lado, opino que es innecesario, al menos por ese motivo. - Luego suspiró y negó con la cabeza - Aunque cada vez que abres la boca, aunque sea para bien, yo siento más lástima de no haber sido una traidora. Y tu, aunque no seas consciente de ello, alegrarte porque así siga siendo.

- No lo buscaba por el poder o la gloria. - Responde Eko a Andrew - Pero no te preocupes. Como puedes ver todos los que hemos vuelto estamos perfectamente. - Dice, antes de escuchar sus palabras hacia Zyllah. Sin embargo, ver cómo Poron se acercaba a tocarla le hizo apartar la mirada. No iba a decir nada al respecto: ella sabía cuidarse sola. Sin embargo, los músculos de su cuello se tensaron levemente.

- Todo el mundo escoge su bando, Poron. - Le dijo entonces con voz grave. - Y dos como los que describes decantaron la balanza en la anterior batalla. Tanto Sandor como Helmuth decidieron luchar por el bien, y gracias a ellos se evitaron muchas bajas. Cada noche he escogido qué hacer, y nunca ha sido perjudicial para nadie más que para los traidores.

Finalmente, cuando habla Marceline, Eko escucha sus palabras, y hace un gesto quitando importancia al asunto de haber vuelto en lugar de Syd, antes de volver de nuevo su mirada hacia Zyllah, esperando la respuesta que pudiera dar a Andrew.

Miro a Eko con cara de muñeca hinchable, vamos, de sorpresa.

-Supongo que los que vivís con principios morales tan estrictos, os permitís deslices y olvidar cosas para que vuestro frágil equilibrio mental basado en lo altos que son vuestros estándares no se rompa.

Dicho eso, señalo a Gabriel con la mano imitando una pistola.

-Panium. Por suerte ahora sabemos que es inocente. 

Cuando Poron me puso la mano en el hombro no pude evitar tensarme durante un instante. Sin embargo, enseguida relajé mis hombros y lo escuché seriamente antes de responderle con amabilidad. - Yo no llegué a conocerla. Pero espero que algún día la gente pueda hablar de mí como tú lo haces de ella. - Guardé silencio un par de segundos antes de añadir algo más. - Lamento que hayas tomado un mal camino. Parecías un buen tipo, sea o no una máscara.

Escuché después cómo hacía lo único que podía hacer: intentar desviar las miradas hacia Eko. Lo miré con un poco de lástima hasta que noté que Andrew se acercaba a mí.

Me sorprendió bastante que lo hiciera después de varios días y le mantuve la mirada con la misma seriedad que había en la suya mientras escuchaba todas sus palabras. No me gustó que defendiera la decisión de mi madre, pero era comprensible, eran amigos. Sin embargo, sus últimas palabras fueron lo que llamó realmente mi atención e hizo que mi mirada se tornase agradecida. Asentí con la cabeza en su dirección antes de responder con voz suave, pasando por alto la parte sobre mi madre. - Gracias. Tu apoyo significa mucho para mí, Azhariel. De verdad.

Me quedé allí sentada mirando al techo, trataba de analizar todo buscando algo que exculpara a Poron, me negaba a creerlo, tal vez Syd se equivocara y lo de las cartas del tarot fuera cierto. Me sentía fatal y encima se me empezaba a subir el vodka, cerré la petaca y la guardé, lo que menos necesitaba era una resaca. Las conversaciones me llegaban amortiguadas, tan centrada como estaba en mis pensamientos, que nada llegaba hasta mí. Por más vueltas que le daba sólo conseguía llegar a una conclusión, no tenía forma de demostrar su inocencia hasta que muriera y eso me estaba destrozando, al igual que el reproche que percibí en sus últimas palabras.

La mención de mi nombre por parte de Eko me sacó de mi ensimismamiento.- ¿Qué?- distinguí algo sobre apoyo y que no estaba sola- Gracias... supongo- en realidad me importaba una mierda, en ese momento sólo quería volver a mi pequeña casa y olvidarme del resto del mundo, igual que había sido hasta entonces.

Ahora que volvía a ser consciente de lo que me rodeaba las palabras de Annie me cabrearon.- Ten cuidado con lo que dices y con lo que haces porque, en algún momento, puedes estar en ese otro lado y preferirás que sea rápido, seguro que sabes ese viejo dicho, no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti.  - mis palabras destilaban amargura en cada sílaba, la Alexia comprensiva había muerto a causa de la traición.

Aparté totalmente la atención de Annie cuando escuché a Tetsuo y no pude evitar sonreir, me ponía las cosas un poco más fáciles, si cuando viera a Poron resultaba inocente, él le traería de vuelta, seguramente no me lo perdonaría jamás, pero haría lo correcto.

El resto de las conversaciones se centraban en el libro, el sello y en Zyllah como nueva guardiana, me encogí de hombros, si era lo que quería que más les daba a ellos, alguien tenía que quedarse, si ella estaba dispuesta... ¿por qué no?

Las palabras de Zyllah sobre ser la nueva guardiana llamaron poderosamente mi atención. ¿Habría venido a tomar ese puesto como "relevo"... o a usurparlo? Pronto desechó aquel pensamiento, pues creía en la inocencia de aquella chica, y no la creía capaz de acabar con Elisabeth.

-Gabriel, has vuelto porque te creemos inocente. Pero haz el favor de no tocar los huevos, señor del tiempo. Ese misticismo tuyo... me pone de los nervios. Si tienes algo que decir, dilo de forma clara.

Luego me dirigí al resto.

-Lo siento, pero yo confío en Eko. Creo que su inocencia, o al menos su no pertenencia al bando de los traidores -dije, en referencia a las palabras de Poron- ha quedado probada, al igual que la de Syd, pues ambos han sido asesinados por ellos sin lugar a dudas.

No sé si Eko puede cambiar de bando o no, pero sí se que lo de Syd no cuadra. Los traidores, en minoría, nunca acabarían con uno de los suyos. Y nadie más murió esa noche, ergo tuvieron que ser ellos. Si las palabras de Syd, en boca de Eko, son falsas, quien pueda comunicarse con los caídos haría bien en desmentirlas antes de que sea tarde.

Si de veras tienen intereses egoístas, creo que les interesa igual que al resto acabar con los traidores, pues suponen un problema en sus objetivos. Y una vez los traidores hayan muerto, no será difícil discernir su verdadero objetivo, y si era algo en nuestra contra, acabar con ellos.

Era más que evidente que se había ausentado completamente, su mente había volado hacia otro lugar mientras los demás seguían con sus conversaciones, las cuales para ella carecían de importancia o interés. Pero algo la llamó, su mirada afilada se posó sobre la mujer llamada Zyllah, la cual acababa de mencionarla. Sus ojos saltaron de ella al gato y viceversa. Ambos la mencionaban por lo que la mirada de la Semidemonio permaneció clavada en ellos, intentando saber que ocurría, al descubirlo no puedo más que dejar escapar una pequeña e insignificante sonrisa, pues habían tardado en mencionarla. Al final Gabriel tenía razón, cualquier cosa podía servir para señalar y acusar. Lentamente rodó los ojos, mientras negaba con la cabeza en un gesto de aburrimiento. Ese tipo de cosas le parecían tan jodidamente infantiles, que no entraría al trapo.

Posando las manos en el suelo, se levantó de un salto, sacudiendo las ropas con gran esmero, quitando toda mota de polvo que hubiese quedado. Una vez más les dirigió una mirada, pero tras eso la desvió hacia otro lado, quedándose pensativa ¿Tener que dar explicaciones? Para nada, las daría cuando fuese necesario, hasta el momento se quedaría allí, en silencio. 

Después de lo ocurrido la última noche, no esperaba que el hombre se acercase a ella, pero para su sorpresa allí apareció otra vez. Ira pasó su mirada sobre él lentamente, dejándola en sus ojos mientras mostraba esa indiferente mueca. Sus labios hicieron un leve movimiento, simulando una sonrisa, pero la misma desapareció al recordar la estúpida forma en la que había despertado. Sin perder atención, atendió a sus palabras, pero no respondió en  primer momento si no que esperó unos minutos para después con un tono suave responder.-Combate... Esta no es mi batalla.-Empezó diciendo, mientras ladeaba apenas un poco la cabeza, para poder verle mejor desde su posición.-No sigo masas... Ni tampoco me dejo influenciar por lo que digan otros ¿Cómo saber si es cierto lo que dice? Creo que seré espectadora, por esta vez.-Su tono se volvió seductor, a la vez que divertido. Una sonrisa voló a los labios de ella, quedándose por más tiempo que las anteriores veces.-Me equivoqué contigo una vez.. Y por suerte alguien decidió cambiar mi voto. No lo haré dos veces.-Se despegó de la pared unos instantes, para dar unos pasos a la par que veía cómo él se alejaba hacia otra de las mujeres, la misma que hacía unos instantes hablaba de ella con el gato.

Con paso lento empezó a caminar por la sala, buscando con la mirada algo de interés, pero no lo había. Al llegar junto al cuerpo de Jane, la que hacía unos instantes había muerto a manos de aquella estúpida niña, se paró para observarla. Lentamente se agachó mirándola con curiosidad, pero hecho eso se levantó, alejándose de allí de la misma forma que había llegado. No la conocía, ni tampoco lo sentía. Levantando un poco la mirada, buscó a la diabólica criatura de aspecto infantil y es que cada vez tenía más ganas de atravesarla con los filos de su arma, hasta destrozarla por dentro. 

Megan escucha las conversaciones y prefiere abstenerse. Muchos parecían no creen en las palabras de Eko y muchos habían escogido y a por Poron. Era un momento muy emotivo para algunos y tranquilo para otros. Megan había recuperado el control y observaba simplemente mirando alrededor.

No sabía si Marceline había escuchado su pregunta, pero cuando le responde, la grovehn no puede evitar enarcar una ceja. Al parecer, el hecho de morir no le había servido para aprender a mirar las cosas en perspectiva, pero está bien. Hasta ahora, Marceline había mostrado ser de los buenos.

Megan se sonríe un poco burlona y le dice - Vaya, creo que aquello que hacía a Gabriel tan irritante, ha pasado de cuerpo. Subestimas palabras. Sólo pensé que podría darnos claridad, porque a pesar de confiar en Eko, los mensajes siempre llegan mejor cuando son dados por el emisor. Tendré mis motivos para exponerme y aunque he hecho más notorios ciertos aspectos, no creo que los asesinos sean tan tontos como para no notar aquellos mensajes entre líneas - luego recuerda la mención de Yormund y lo mira.

Por un momento piensa responderle pero luego sólo respira profundo y le dice - Conmigo te equivocas, aunque tenemos sospechas similares - permanece en silencio, alejada de las discusiones. Sólo quería continuar con lo que habían ido a hacer allí.

-Hablo claro para quien tiene la capacidad de entender, Alice. Para mentes más simples como la tuya hay otros que emplean un argot más apropiado, como Liam, así que puedes seguir entendiéndote con él.

Le respondo con tono despreocupado, el tiempo siempre mi bien más preciado, y lo era mucho más ahora, no pensaba gastarlo con discusiones superfluas.

Camino hasta ira, acercándome a ella un poco más de lo que marcan las normas de cortesía, provocándola con mi proximidad.

-¿Ibas a ir a por mi y alguien cambió tu voluntad? -Ese detalle se me había escapado. -¿Quien haría algo así? Yo ya había sido juzgado y condenado, dudo que alguien se tomara la molestia de tratar de defenderme, y si querían enemistar a alguien seguro que había mejores opciones. 

El que tenía ese poder parecía estar usándolo de forma muy poco inteligente, primero Annie con Zagam, después Ira... No entendía sus motivaciones pero hasta ahora estaba haciendo más mal que bien.

-A veces es mejor equivocarse que no actuar para evitar cometer un error.

Dedico una amplia sonrisa a Ira, después de todo ella y otros se habían equivocado conmigo, y eso había servido para probar mi inocencia, si no hubieran atacado aún seguirían desconfiando y nadie tendría en cuenta mis palabras.

Poron por fin encontró un lugar donde hacer lo que un ultimo, le susurraba que hiciera. Algo que no hacia desde hacia mucho tiempo. Con una sonrisa sesgada se puso de cuclillas y uso el dedo corazón para pinchar la superficie del suelo como si fuera simple merengue. Movió el dedo despacio hasta empezar a crear letras. Cuando hubiera acabado se podía leer su nombre al revés, dos palabras y una fecha:

Cita:

.
A continuación saco un tarro del petate, en su interior algo solido brillada de color rojo, a su contacto se convirtió en algo poca mas denso que el agua, que uso para rellenar las oberturas con la sustancia de color rojo.

Satisfecho se alejo, para admirar su obra y el liquido recobro su solidez, dejando el suelo marcado con su firma en rojo.

-Vaya, a quedado mejor de lo que esperaba.-Dicho esto se quito el polvo y se giro.

{quote=Pelo de chicle]Los traidores, en minoría, nunca acabarían con uno de los suyos

-A no ser que no supieran que es de los suyos.

En ese momento se percato de la sangre de la sudadera, ya seca. Sangre ajena y no pudo evitar pensar que su bonita sudadera pronto también portaría su propia sangre. EL payaso se metió las manos en los bolsillos y espero pacientemente. Es lo único que podía hacer.

Me mantengo escuchando mientras acaricio al caballo que me devolvió a la vida, mirándole a los ojos, como pidiéndole permiso para hacerlo. Abro la boca, sin dirigirme a nadie, simplemente pensando en voz alta. - Creo que le llamaré Chance...

Miro a Gabriel, interesado en lo que habla con Ira, y me dirijo al primero que confió en mí de los presentes. Él fue el primeor que me hizo pensar que habría otra oportunidad para mí, por eso creo que puedo confiarle mis inquietudes. - No termino de entender eso que habláis. ¿Acaso alguien es capaz de decir "tú votas a esta persona" y esa persona está obligada a obedecer? Perdonad mi ignorancia, pero las que tengan lugar esta noche serán mis segundas votaciones, y las explicaciones que hubieron tras las primeras no las pude escuchar desde el más allá. Sólo sé lo que Annie me ha dicho al volver. - Digo, sonriendo irónicamente. 

Al escuchar la explicación de Yormund, Ivhone puso los ojos en blanco y negó con la cabeza. Ya sabía de que se trataba esa cancioncilla, no hacía falta ser muy lista para ello... Suspiró y empezó a caminar por todo aquel lugar, pegada a las cristaleras mientras sus dedos acariciaban su fría superficie. Se sentía encerrada y empezaba a ponerse nerviosa. Caía el atardecer y no tardarían en invocar las nuevas votaciones. Los días allí pasaban exactamente igual, y ella no sentía que estuvieran avanzando para terminar con todo aquello...

- Creo que nos estamos dejando llevar demasiado por las palabras de aquellos que ya estuvieron aquí. Les seguimos ciegamente y creemos que lo que dicen es verdad. Pero ellos mismos confiesan que hay cosas que han cambiado y queréis ajusticiar a uno porqueeee... Perdonad, es que me he perdido... ¿Porque tiene el mismo poder que Syd...? ¿Y...? Que en otro tiempo eso significara que había un equilibrio, que si uno pertenecía al bando de los aliados, el otro pertenecería al de los traidores, no significa que siga siendo igual. Pero no os habéis parado a pensar en ello... Puede que tengáis razón, pero también podéis estar muy equivocados... - Deslizó su fría mirada hasta detenerla en la de Poron. - Yo no voy a votarte... Aunque creo que con eso me condeno, ya que si no haces lo que se cree correcto caen como depredadores sobre ti... - Comentó enarcando ligeramente una ceja. Sabía que su voto no liberaría al joven payaso del destino que le habían marcado, pero ella no quería participar en esa masacre, así que prefería votar a otro. Aquella vez su voto no tendría ningún significado, pero estaba segura de que cuando terminaran con Poron vendrían las preguntas y por consiguiente, las sospechas. Tras haber escuchado la estúpida canción de Yormund, y tras ella, las palabras de Zyllah y Megan, estaba convencida de que estaba en sus listas. Y aunque se sentía algo asustada, no quería demostrarlo y mantenía una expresión fría en sus finos rasgos.

La tensión por las conversaciones de todos se volvía cada vez más fuerte y cualquier comentario podía ser tomado como una ofensa directa.

Megan escucha a Ivhone y asiente en aprobación. Ella tampoco estaba segura de las cosas - Es verdad. Nos dejamos llevar por los que ya han estado aquí, pero debes entender que es lo único que tenemos por el momento - Megan le dice amablemente a la Eve.

Luego, posa su mirada en Poron y le dice - Yo no estoy plenamente segura de tu traición, pero creo que es lo único que tenemos. Ya Tetsuo manifestó que él te traería de vuelta, de ser encontrado inocente. Esperemos que no sea todo esto una gran equivocación -.

-Pobre consuelo, si como indican los indicios los traidores sólo tienen que matar a cada uno de sus oponentes una vez, puesto que les estaréis haciendo el trabajo. Triste excusa la de que no hay alternativa, sólo porque no tenéis instintos propios que seguir. Me recordáis a los lemmings, adorables roedores que por donde va el líder, pasan los demás, si se equivoca de ruta, todos mueren. Pero bueno, cada uno escoge como comportarse... ¿No?

Me siento en un rincón, a la espera del triste espectáculo que iba a darse.