Partida Rol por web

Cuanto más se acercaba el combate, más inquieta me sentía. No sólo por la lucha que esperaba que tuviera lugar, en la que devolveríamos a Ivhone al lugar del que no debería haber salido, sino por la expectación de lo que nos depararía la noche.

Mis pupilas, dilatadas por la adrenalina que empezaba a circular densamente por mi sangre, se posaron en Eko primero y luego en Gabriel antes de que hablase con la voz un poco ronca. - No soporto a la gente que intenta dar lástima. Es algo que me saca de quicio. Vanna, Seele, Ivhone... Todas lo hacían, todas traidoras. Pobres mujercitas frágiles y débiles... - Dije, inclinando la cabeza y arrugando la nariz antes de continuar, endureciendo mi mirada. - Que dedican las noches a liberar los instintos asesinos que esconden tras esa máscara. Y lo que nos está costando matarlas a todas, joder.

Apreté los dedos de Eko entre los míos mientras liberaba un suspiro. - La expectación me está matando, chicos. - Confesé, esbozando una sonrisa nerviosa. - Espero que hoy por fin nos salga bien el atardecer.

- Y además lo hace mal. - Dijo entonces Eko, entre ansioso y molesto. Se moría de ganas de acabar con ella. De encañonarla con Vatra, de darle caza. Sabía que cuando todo comenzase lo más probable es que no durase apenas un suspiro, pero aún así se moría de ganas de lanzarse a por ella. De dar rienda suelta a lo que ella llevaba tantas horas buscando, desde el mismo momento en que se alzó.

- No me ha gustado lo de Liam. - Añadió entonces, cruzando una mirada con Gabriel y apretando la mano de Zyllah. - Creo que intentaba darles una seña a ellas para que se unieran contra mí. Quizá no cuentan con el voto de Yormund y sí con el de Alexia, y esperan la posibilidad de acabar conmigo. - Dijo, mientras en su rostro se formaba una sonrisa ligeramente nerviosa. - Vaya palo se van a llevar.

Escuché las palabras de Eko y arrugué la nariz, valorando su idea. - Aún en ese caso, lo mejor que podrían conseguir es un empate... Y no tendría sentido que hicieran que Alexia te votase, toda su coartada depende de que se supone que nadie sabe lo suyo. Serían muy estúpidas si intentaran hacer algo así. Y eso sin contar a Yormund. - Me encogí de hombros y acaricié sus dedos lentamente. - Aunque ya sabemos que no son unos genios...

Suspiré con fastidio antes de hablar de nuevo, mirando a Eko. - Ivhone es directamente idiota. Está presionando a Ira y Alexia para que te voten, aunque Alexia se descubra con ello. Creo que espera que Yormund no la vote y así forzar al menos un empate. Y por cierto, la siguiente opción que valoran es acabar contigo esta noche. Alexia está agotada de discutir con ellas y nos pide que hagamos todo lo posible para que esto termine pronto. Dice que no sabe cuánto tiempo más podrá controlarlas.

Me encogí de hombros, arrugando la nariz. - Cuando Ivhone ya no esté le será más fácil. Ira es la más manejable. Pero aún así, quizá debamos ir pensando en algo para evitar que vayan a por ti. Yo he tenido un par de ideas. Aunque Alexia siempre podría negarse sin más. ¿Qué podría hacer Ira? ¿Delatarla delante de todos? Si menos Marceline todos sabemos que está con ellas, sería tan ridículo... 

-¿Que se te ocurre para que no vayan a por Eko? -Pregunto desde mi asiento, con la mano acariciando mi barbilla. -Quizá si las amenazo con que Zagam va a contar algo en el otro lado cambien de idea y vayan a por Marceline.

Suspiro. 

-Yo también quiero que esto termine pronto. -Miro a Zyllah con condescendencia.

Ojalá todos pudiéramos vivir, Eko, Zagam, Zyllah... incluso Marceline si resulta inocente... o yo... pero en mi caso estaba más complicado.

- Eso podría servir. - Asentí a las palabras de Gabriel. - Pero hagamos lo que hagamos tendrá que ser cuando Ivhone ya no esté. La arañita manipula a Ira como quiere y está completamente cegada en su odio hacia Eko. Creo que cuando nos libremos de ella todo será más fácil. Y todavía confío en que el tatuaje de Alexia o el de Eko se despierten tras su muerte... 

-Ira quiere parecer una fiera, pero realmente es manipulable. Creo que no irá a por mi durante la noche, y eso nos da ventaja. -Sonrío de forma cansada. -Aunque debemos evitar que vaya a por Eko. 

Niego con la cabeza, realmente lo sentiría por Marceline si esta resultaba ser inocente, era solo una niña jugando al juego que empezó su hermano. 

-Supongo que Ivhone morirá pronto. De lo contrario lo tendremos complicado.

- Me alegro. - Respondió Eko a las palabras de Zyllah con tono helado, masticando las sílabas. - Cuanto menos voten a Ivhone, más de ella para nosotros. Casi me daba miedo que Ira y Liam se apuntaran a la fiesta.

- Alexia no va a votarme, porque eso sigue dependiendo sólo de ti. - Añadió entonces, mientras el pequeño pájaro buscaba con la cabecita que ella continuara con las caricias. - No tienen nada que hacer.

- Aún así, habrá que ver qué hacer esta noche. Como la última noche que tomé a Alice me protegí a mí mismo, creo que no podría repetirlo. No voy a arriesgarme a equivocarme otra vez, como con Megan, y perder otro día. - Informó con un tono neutro, ocultando a Gabriel su fastidio. - Pero quizá los tatuajes nos den más opciones. Esperemos unas horas antes de decidir nada.

- Es la más manipulable de todas. - Respondí a Gabriel. - Annie e Ivhone eran las que movían el cotarro y ella tan sólo las seguía. Cuando estaba sola con Alexia nunca nos resultó difícil que hiciera lo que ella le dijese. Pero no te confíes, Gabriel, la noche pasada ya quería ir a por ti. Su palabra no vale nada. - Me encogí de hombros, e hice una mueca con la boca. - Tengo que conseguir que Alexia la convenza de que Marceline es la mejor opción. 

Al sentir el movimiento del pajarito bajé la mirada y no pude evitar una sonrisa al mirarlo. - Ya va, pajarito... - Susurré con ternura en su dirección, volviendo a acariciarlo suavemente, entrelazando con cuidado mis dedos con sus plumas. 

-Un día más... un día menos... El tiempo. Un único día puede suponer ahora la diferencia entre proteger el sello o fracasar.

Reflexiono en voz tras las palabras de Eko, si no hubiera dejado que Seele se me acercara, si hubiera conseguido ganarme la confianza de esta gente... si no hubiera sido arrogante y pretencioso... si hubiera vivido un día más... para traer a otro de vuelta...

-Equivocarse es algo normal, Eko. Es lo que nos hace humanos. -Sonrío, torciendo el gesto con curiosidad. Quería pensar que no eramos simplemente demonios, que había cosas buenas en ambos mundos y por eso habíamos nacido en medio de ambos, para ser capaces de apreciarlas y luchar por ellas. 

-Se que no puedo fiarme de ella, Zyllah -Digo mirando a la mujer con tono sombrío -Estoy intentando centrar su atención en mi, realmente me da igual si me mata por la noche o quiere esperar a que luchemos durante el día, mi poder ya ha dejado de ser útil, creo que mi muerte os sería más beneficiosa, os daría tiempo, una oportunidad. 

Queda poca arena en mi reloj. Cierro los ojos para dejar que la brisa ilusoria que había creado Zagam meciera mis cabellos, era impresionante, incluso tenía olor, olía a agua y a sal, a tranquilidad, a un mundo que nunca había conocido.

El momento del atardecer llegó y en este lugar mi mirada se cruzó con la de Eko de forma intensa, mientras una sonrisa de medio lado se dibujaba en mis labios al recordar cómo habíamos pasado los combates anteriores. Le guiñé un ojo de forma traviesa antes de respirar profundamente y cerrar los dos, deteniendo mis manos sobre el pajarito y concentrándome en la otra sala.

Cuando dejé caer allí el cuerpo de Ivhone y me aseguré de que no se levantaría de nuevo, los abrí de nuevo, con la adrenalina del combate todavía brillando en ellos. Miré a ambos, sintiéndome eufórica después de la batalla. - Joder, qué ganas tenía de que por fin nos cargáramos a uno de esos cabrones. - Dije, con la voz un poco ronca. - Habría preferido que fuese Liam, pero después de lo que le hizo Ivhone a Zagam... La arañita se merecía el honor.

Me giré hacia Eko y me acerqué para posar mis labios sobre los suyos con intensidad, antes de suspirar profundamente, haciendo verdaderos esfuerzos por mantenerme calmada y sentada en el sofá. - ¿Se ha despertado tu tatuaje? - Le pregunté a él en primer lugar, antes de mirar a ambos. - Es hora de hacer planes, chicos... Le he pedido a Alexia que mire de nuevo a Poron esta noche, para ver qué le otorgó a él el tatuaje. No quiero que nos llevemos más sorpresas con traidores que deciden volver a la vida de repente. - Hice una pausa y miré a Eko, sabiendo que iba a sacar un tema espinoso. - ¿Creéis que podemos permitirnos traer a Zagam? 

-Parece que Marceline decía la verdad. -Al hablar busco la mirada de Eko, después la de Zyllah. -Parece que a su hermano no le fue demasiado bien mintiendo y ella ha tomado otro camino, me alegro.

Me recuesto en el asiento, las cosas iban bien, me alegraba de poder contar con Marceline y me alegraba de la muerte de Ivhone, había pagado por lo de Zagam, pero aún quedaban Liam e ira.

-Yo traería a Zagam sin pensármelo. 

Guardo silencio durante unos instantes, sopesando las opciones, por desgracia no era yo el que decidía, eramos un equipo, pero la decisión era de Zyllah, y ella debía sopesar más cosas.

-Sin embargo es muy probable que Eko muera esta noche. Así que es una decisión dura que te corresponde solo a ti.

Si traía a Zagam después no podría hacerlo con Eko, y en vista de que Ira y Liam habían votado por el pistolero, era muy probable que quisieran acabar el trabajo durante la noche. Probablemente Ivhone había inculcado a la Reina Roja su odio por Létang, y sería una gran estupidez si iba a por Marceline... aunque desde luego sería lo más beneficioso para nosotros. 

Unos instantes antes de que el combate comenzara la mirada de Eko se cruzó con la de Zyllah, y al ver su guiño él formó una media sonrisa e inconscientemente se secó los labios con el dorso de las manos, ansioso. Cuando el momento llegó, Eko ya no podía esperar más. O el espectáculo empezaba pronto, o iría comenzando él, con los demás o sin ellos. Sin embargo, al ver que Yormund tomaba la iniciativa le dejó hacer, con una sonrisa en los labios al ver los votos que él mismo había recibido. No quedarían sin venganza.

Después de que todo terminara su respiración se encontraba alterada, y el beso que recibió de Zyllah no contribuyó a la hora de apaciguarla. Enredó los dedos en su pelo, apretándola de manera firme contra él durante unos segundos, dejando de lado la presencia de Gabriel. Ellos habían llegado antes. Tenían sus besos antes de que él pidiera visitar el lugar. No dejaría que el simple hecho de estar acompañados de alguien se los quitara.

Cuando Zyllah separó sus labios de los de él permaneció unos segundos en silencio, con el pecho aún moviéndose a un ritmo alterado, pero negó con la cabeza cuando ella preguntó por su tatuaje.

- Aún nada. - Respondió con la voz totalmente tomada. - Empiezo a pensar que me quedaré sin él, como le pasó a mi padre. - Murmuró luego, sin terminar de apartar la vista de los labios de ella.

Luego, cuando las palabras de Gabriel llegaron a sus oídos, emitió un largo suspiro, recobrando un poco la compostura. Una ligera mueca de desagrado se dibujó en su rostro cuando él respondió hablando sobre las cadenas de Zyllah. No era culpa del hombre, desde luego, pero no podía evitar sentir que le estaban arrebatando algo. Y más aún con la noche tan cerca.

- Sólo depende de Alexia. - Respondió intentando mantener un tono neutro, sin querer dar su brazo a torcer, pero sintiéndose como si le estuvieran forzando a ello. - Si traes a Zagam, más vale que de verdad Ira sea manejable. - Añadió luego, con un encuentro entre sensaciones demasiado grande como para poder pronunciarse realmente por el momento.

Suspiré tras escuchar las palabras de ambos y miré primero a Gabriel, arrugando la nariz. - Entonces es simplemente que es sencillamente idiota. Casi preferiría que hubiera sido una traidora a confirmar que realmente es así de estúpida por sí misma... 

Después me eché hacia atrás en el sofá, quedándome pensativa durante varios segundos, mientras mi mano volvía a acariciar al pajarito suavemente. - Quiero traer a Zagam, él no merece estar muerto. Pero también quiero guardar las cadenas por si a Eko le pasara algo... - Hice una pausa, antes de poner en voz alta una opción más. - Y además, está Andrew. Si lo levantase, todo podría terminar esta noche. Aunque nos arriesgaríamos también a lo de Eko. 

Me froté la frente, arrugada por la preocupación y apoyé la cabeza en el pecho de Eko. - No sé, chicos, no sé qué haré... Voy a esperar a hablar con Alexia antes de decidir nada. A ver si se ha despertado su tatuaje... Y cómo se ha tomado Ira la pérdida de Ivhone...

Durante algunos segundos Eko mantuvo los ojos cerrados, acariciando suavemente el cuello de Zyllah. Tras las palabras de Zyllah había permanecido callado, concentrado, y cuando habló lo hizo con voz suave y grave.

- Voy a tomar el poder de Alice. - Enunció casi en un susurro. Tras haberlo pensado, si quería estar seguro de no caer y darle a ella la libertad, esta era la mejor forma. -Lo he estado pensando, y aunque no estoy seguro de si puedo protegerme a mí mismo, voy a intentarlo. Y si no pudiera ser te protegeré a ti, Gabriel. - Explicó antes de carraspear, buscando la mirada de Gabriel. - Ahí fuera diré que voy a hacerlo, y que me protegeré a mí o a Zyllah. Así le daré a Alexia la excusa para explicar a Ira por qué no atacar a ninguno de los dos. Pero hablar de tres objetivos sería demasiado. Seguramente Ira preferiría arriesgarse.

- Lo siento. - Le dijo - Sé que en el momento en que diga eso será más probable que vayan a por ti, pero es lo que debo hacer. Así Zyllah podrá levantar a alguien esta noche. - Terminó, llevando ahora sus ojos a encontrarse con los de ella.

Con la cabeza sobre el pecho de Eko guardé silencio con los ojos cerrados durante varios segundos, en los que una pequeña sonrisa se dibujó en mis labios. Al escuchar su voz, los abrí lentamente y levanté la cabeza despacio, para mirarlo.

Arrugué la frente entonces, con la mirada ligeramente ausente, antes de hablar. - Bien, el tatuaje de Alexia no se ha despertado tampoco. Y está teniendo algunos problemas con Ira, que quiere ir a por ti. Me ha pedido que le echemos un cable diciendo algo que la pueda ayudar delante de todos, con eso que dices creo que serviría... 

Me giré hacia Gabriel para asentir con la cabeza en su dirección. - Creo que este es el mejor momento para que digas lo que querías. Di que al amanecer Zagam dirá algo muy jugoso en el otro lado, o algo así, para incitar a Ira a querer ir a por Marceline. Creo que así podríamos libraros a los dos.

- Esta bien, veamos... - Empezó Eko, con disposición a trazar planes. - Zagam, he dicho a Marceline que alguien puede llevarla de vuelta, pero que perderá su poder. Es mentira, pero quizá así haga lo que le decimos en caso de morir en lugar de putearnos a nosotros tal y como ha amenazado.

- Le he dicho que de ser atacada acabe arrastre a Liam, y nombre como sucesora a Ira. Así todo podría terminar mañana sin ningún problema. Si quieres animarla a hacerse matar creyendo que así podremos acabar con los traidores y ella podría resucitar, estaría genial. Puede que así Gabriel se salve. - Explicó con tono calmado, mientras una sonrisa se formaba en su rostro. - Si necesitas que te cuente algo con más detalle dínoslo a través de Marceline. - Pidió, antes de dejar de dirigirse a él.

- Gabriel, sé que no te gusta mentir, pero quizá deberías insinuar que Marceline no puede arrastrar a alguien con ella. Basta con que digas que eso no lo has visto, o algo así. Si Ira empieza a creer que es un farol, seguro que la escogen como objetivo.

Me quedé unos minutos pensativa, viendo cómo se iba desarrollando todo y frunciendo el ceño cada vez más preocupada. - Chicos... - Empecé a hablar en voz baja. - Alexia no podrá aguantar una noche más con Ira. Está quemando los últimos cartuchos con ella. Yo esperaba que alguno de los tatuajes se despertase y no fuese necesario, pero... Esto tiene que terminar esta noche. Estoy pensando en levantar a Andrew y terminar con todo... Como debería haber hecho ayer. No puedo hacer que Yormund se encargue de Ira, si es verdad que ella puede matar a quien la ataque... Yormund me dijo que si moría por cualquier causa me llevaría con él. Y Alexia iría detrás de mí.

Suspiré, escondiendo mi rostro en el pecho de Eko durante varios segundos antes de alzar la voz de nuevo. - Zagam, yo... Lo siento. De verdad me gustaría traerte. Y siento mucho haberos dicho que estábamos los cuatro a salvo y que luego te envenenasen a ti. No pude prever lo de Ivhone... Pero esto tiene que terminar esta noche, no podemos permitirnos que mañana Liam vuelva a sobrevivir en las votaciones e Ira tenga otra noche. Espero que seas capaz de perdonarme... - Terminé, con un hilo de voz. 

Escuchar las palabras de Zyllah tensó algo dentro de Eko. Cada vez el final parecía más cerca, pero dar la vida a Andrew era algo que no le gustaba. Si alguien se merecía vivir desde luego no era él. Había mordido la mano que le había protegido, y Eko no se lo había perdonado. Sin embargo podía ser algo necesario, sobre todo si querían acabar con todo esa noche.

Cuando Zyllah se escondió en su pecho él la rodeó con los brazos, intentando darle el consuelo que ella necesitaba.

- A cualquier otro se le podría reprochar. - Dijo Eko entonces con voz calmada, bajando la mirada por encima de su cabeza. - Pero tú ya nos has demostrado a él y a mí que estarías dispuesta incluso a perderte tú misma por hacer lo que debes. Probablemente yo mandaría a la mierda todo y traería a quien me diera la gana sin pensar en las consecuencias, pero tú no, y eso es parte de lo que nos ha mantenido con vida.

- Si traes a Zagam, o a alguien que no sea Andrew, todo durará un día más, y mientras tanto Ira cazará como mínimo a otro de nosotros. No podemos arriesgarnos a que acabe yendo a por Yormund, a por ti, o a que descubra a Alexia. - Murmuró sin soltarla. - Es lo único que podemos hacer.

- Zagam lo entenderá. Supongo que no le gustará, pero te conoce. Y no es culpa tuya, sino de quien nos ha puesto en esta situación. - Terminó, acariciando suavemente su espalda mientras hablaba.

Dejé que Eko me consolara, la verdad es que su ternura y su confianza en mí me hacían sentir mejor y sería fácil dejarme llevar por sus palabras. Pero negué ante las últimas con la cabeza. - Nadie nos ha puesto en esta situación.  - Dije, con la voz afectada. - Cada uno elegimos venir porque quisimos. No le echaré la culpa de mis actos a otros... Es lo que debo hacer, sí, pero traer a Andrew en lugar de a Zagam es mi elección, no es culpa de nadie más que mía. Y yo tendré que cargar con ello. 

Suspiré y mi mirada se dirigió hacia la mesa con los restos de comida. Mi mente sin poder evitarlo volvió al día en el que Zagam había impedido que me derrumbara y mis ojos se empañaron mientras los apartaba de la mesa para mirar al pajarito en mi regazo. - Está hecho. Ahora sólo es cuestión de tiempo... - Susurré en voz baja, mientras parpadeaba rápidamente para controlar la humedad de mis ojos. No me mostraría débil, lo había decidido.