Partida Rol por web

Los dormitorios de Hufflepuff están localizados en el sótano, con puertas perfectamente circulares que salen de la sala común hacia estrechos túneles, uno de ellos se dirige al dormitorio de las chicas, mientras que los otros hacia los de los chicos. En cada dormitorio hay cinco camas, presumiblemente decoradas con cortinas amarillas y afiches de Hufflepuff.

Con los nervios tras la llegada a Hogwarts, la pequeña Allison se despertó repleta de energía para asistir a sus primeras clases, ¡y no pensaba llegar tarde!

Decidió tomar un tentempié en el Gran Comedor y junto con sus libros y materiales se puso en camino hacia las aulas.

Me quedé mirando como el segundo día, mi compañera de cuarto seguía sin hablar, así que me senté y me quedé mirándola esperando que dijese algo para comenzar una conversación

Me quedé durmiendo encantada en la cama y me perdí la primera clase de Defensa contra las artes oscuras

Los primeros días habían sido un verdadero ajetreo para la joven bruja, se levantaba temprano y nada más prepararse salía despedida para desayunar en el Gran Comedor, sin detenerse demasiado para poder llegar puntual a las clases.

Aunque el primer día apenas había tenido tiempo para detenerse en las salas de Hufflepuff, en uno de los descansos del segundo día, volvió a los dormitorios para preparar su segunda clase. 

Allí encontró a una chica de primer año como ella, a la que todavía no había tenido ocasión de presentarse formalmente, es más, se dio cuenta de que la estaba mirando. Lo que hizo que Allison se sonrojase ligeramente.  ¿Me está mirando a mi..?

- E-esto... Umm, hola, ¿qué tal? - dijo dudosa, acercándose a uno de los sillones dónde estaba la otra chica de Hufflepuff, mientras se retorcía un mechón de cabello pelirrojo. - Mi nombre es Allison Kenneth. - dijo por fin, tomando asiento en el sillón cercano.

¡Hola!respondí - yo me llamo Mérida, encantada- dije cuando al fin la chica pelirroja me habló

¿Como llevas las clases? Por ahora no he llegado tarde a ninguna, así que si quieres podemos despertarnos la una a la otra para que no nos pase- le digo a la chica con el fin de que nuestra convivencia fuese lo más beneficiosa posible

-Es un placer, Mérida. -  contestó cuando su compañera se presentó, sonriente.

Algo más relajada, Allison escuchaba con atención a la otra niña mientras hablaba, con una sonrisa asintió diciendo. - De momento no he tenido muchos problemas, aunque en astrología no me fue muy bien que digamos... ¡Pero bueno! Procuraré ponerle más empeño e ir mejorando. - comentó mientras hacía memoria sobre las clases a las que había asistido.

-¡Ooh! ¡Eso es una gran idea Mérida! - añadió entusiasmada ante la idea de cubrirse la una a la otra, por si se quedaban dormidas. - No me gustaría para nada llegar tarde a clase... - comentó imaginando las reprimendas que eso podría traer. 

- ¿Cómo te han ido a tí las clases? La verdad, es que aún no conozco mucho al resto de compañeros... - le dijo a la chica morena, desviando la vista con timidez. Siempre le costaba abrirse ante desconocidos.

Día 3 - Por la mañana al despertar

Como si de un resorte se tratara, Allison se despierta casi de un brinco de la cama, hoy miércoles tocaba clase contra las Artes Oscuras, ¡y no pensaba faltar! Preparándose y cepillándose bien el pelo antes de bajar al Gran Comedor.

Día 5 - Despertar.

Allison se despertó como de costumbre temprano y se dispuso a prepararse para las clases del viernes, aunque no le hacía mucha ilusión la clase de Historia de la magia, pero aún así recogió sus materiales y fue al Gran Comedor para desayunar e ir al aula.

Por suerte, el viernes conseguí despertar para clase de Historia de la magia.

Di los buenos días a mi compañera, me aseé, vestí y bajé a desayunar para después ir a clase

Lunes, Octubre. Por la mañana.

Se estaba tan bien en la cama, que aquella mañana Allison casi se quedó dormida remoloneando entre las sábanas, pero por fuerza de voluntad se dijo que no debía faltar a clase. Quizá luego echara una cabezadita en alguno de los descansos.

Se levantó y terminó de vestirse, para recoger sus cosas. Antes de marcharse a la sala Común y a desayunar, saludó a su compañera de habitación.

-¡Buenos días Mérida! - dije alegre, mientras recogía mis libros, - ¡Te veo en clase de Encantamientos! - añadí despidiéndome de la chica morena.

Martes, Octubre. Por la mañana. 

Mérida apenas había podido dormir la noche anterior. Tuvo bastantes pesadillas sobre lo ocurrido,  no era para menos, compañeros habían muerto y nadie sabia quien podía ser el responsable. Se levanto a tiempo, tenía todavía sueño pero no quería dormirse para evitar seguir teniendo esos horribles sueños. 

Se vistió y saludó a su compañera.-Buenos días Allison... bueno si se los puede llamar buenos. Dijo un tanto triste. 

Una vez lista y con todos sus materiales listos para las clases del día salió de el dormitorio hacia el gran comedor. 

Martes, Octubre. Por la mañana. despertar. 

Allison se levantó con dificultad, aunque apenas había pegado ojo la noche anterior después de todo lo ocurrido, le apetecía enormemente quedarse acurrucada en su cama bajo las sábanas. Pero al escuchar el saludo de su compañera se levantó y empezó a prepararse.

- Sí... Buenos días Mérida. - respondió mientras comenzaba a vestirse y se cepillaba el pelo deprisa para alcanzar a su compañera e ir juntas al Gran Comedor.  - V-voy contigo. - dijo mientras se terminaba de atar sus zapatos y alcanzaba a la otra bruja. 

Miércoles, Octubre. Por la mañana, despertar

Allison se revolvió entre sus sábanas, había dormido mal tras el accidente en clase de transformaciones. La joven estaba soñando con una terrible lluvia de piedras voladoras que asolaba el castillo.

- ¡Cuid... ado.. no.. de... jan... d-de .. llover... pie... dr..as..  - murmuraba en sueños las pelirroja, mientras seguía moviéndose en su cama por la pesadilla.

Si no lograba despertarse llegaría tarde a la primera clase...

Tras la movida noche Allison no dejaba de revolverse en su cama dándole vueltas a las palabras de Artemis, lo que le había sucedido al chico seguía siendo una incógnita, pero desde luego no había sido nada bueno. Encima que se fueron a la cama tarde, la pelirroja había sido incapaz de conciliar el sueño hasta bien entrada la noche y eso le iba a pasar factura...

Pero al final el cansancio pudo más, y la niña estaba rendida en su cama, desde fuera sólo se veía una maraña de pelo anaranjado por encima de la almohada y un pequeño pie que asomaba por encima de las mantas. Allison estaba aferrándose a la almohada como si le fuera la vida en ello mientras lanzaba algún gruñidito al dormir.

Había sido un día muy movidito, no podía quitarme de la cabeza la imagen de Artemis en la camilla de la enfermería, lleno de heridas... Rápidamente me deshice de esos pensamientos para pensar en el próximo día. *Tengo que levantarme pronto, tengo el pelo asqueroso, tengo que bañarme y frotarme, este olor a sudor tan insoportable, odio correr...* Y con esos pensamientos me dormí, *ducha, ducha, ducha...* Ahora que sabía que Artemis estaba bien, mi prioridad era el cuidado de mi precioso pelo. Me dormí.

Me desperté, sobresaltada, el pensamiento de mi pelo sucio incrustado en mi inconsciente fue el que me hizo salir del sueño. *¡Ah, mi pelo! ¿Qué hora es?* Casi de un salto, salí de la cama. 

-¡Alli es tarde! Nos hemos dormido -Ni siquiera sabía si podía escucharme, parecía dormir profundamente.

Allison llegó hasta los dormitorios, y tras tantas escaleras, más el castigo de McGonagall decidió sentarse sobre su mullida cama y ojear por encima los pergaminos de Sinistra, antes de guardarlos entre sus pertenencias.