Partida Rol por web

 - No te preocupes. Seguramente estabas demasiado descolocada. No eres estúpida Aelia, estás muy lejos de serlo. Si lo fueses, no me molestaría en pasar tiempo contigo. - te dice con un guiño. - ¿Puedo quedármela? Tal vez pueda hacer que alguien saque algo, pero no prometo nada, ni si será pronto.

Se levanta y se alisa la ropa con delicadeza.

- Tengo mil cosas que preparar, y tengo también que prepararme. Si no necesitas nada más, voy a ir saliendo.

El día pasa de manera agradable. El tiempo es frio, pero hay sol, lo que hace que sea un buen día. La guerra de bolas de nieve empezada por la mañana por un pequeño grupo acabó trayendo a muchas más personas, o al menos les dio ideas para empezar sus propias guerras. Al mediodía el jardín había pasado de tener una alfombra de impoluto blanco a ser un desastre de montañas de nieve, agujeros y murallas derruidas. Señal de diversión.

Por la tarde el comedor se cierra para que empiecen los preparativos para la cena y posterior baile. Los más presumidos se pasan horas acicalándose, los más familiares escriben cartas de última hora invadidos por la nostalgia, los más gamberros ya están pensando en qué pueden hacer para hacer esta noche inolvidable, los más golosos se preparan para comer hasta reventar y todo el mundo de un modo u otro espera la cena impaciente cuándo se acerca la hora. En un colegio internado romper con la rutina es algo que hasta el más organizado y obediente espera de vez en cuando. 

Cuándo se acerca la hora de la cena el hall se va llenando de gente. Todo el mundo va más arreglado de lo normal: pocas ocasiones hay para poder lucirte cómo quieras y para arreglarte y verte diferente, siempre yendo con uniforme, sobretodo ahora que con el frío lleváis todos chaquetones y bufandas.

La hora llega y las puertas del comedor se abren.

Al contrario que el resto del año, las mesas son ahora redondas y están decoradas con toda clase de adornos navideñs e invernales. Hay mesas más grandes y más pequeñas* repartidas por todo el comedor y al fondo un escenario dónde sabéis que más tarde tocará alguien, pero no quién. La gente empieza a entrar y sentarse, observando los adornos, las servilletas con formas distintas, las velas, el techo encantado con nieve que parece caer pero nunca llega a vosotros...

Apoyé mi mano sobre la barbilla. Sí, había sido un momento en el que estaba descolocada, pero dudaba seriamente de si Charlotte hubiera sucumbido ante la “presión” (por así llamarla) del momento y no hubiera sido capaz de reaccionar con la falta de inteligencia. Tras eso esbocé una cohibida sonrisa ante su halago. Volví a tenderle la carta. Al fin y al cabo, ella poseía, con toda probabilidad, fuentes más poderosas de información que las mías. —Supongo que yo no he sido capaz de sacarle mucho jugo a este asunto. Suerte, Charlotte. Y nos vemos esta noche —sentencié, levantándome de la mesa y alejándome del Gran Comedor, sin duda en busca de algún libro para leer.

Cruzo el umbral de la puerta y meto mi dedo en el cuello de la camisa para darme algo de aire. No estaba acostumbrado a llevar ese tipo de ropa y aunque a mucho gente parecía hacerle ilusión, la verdad es que a mi me parecía más una molestia...

Llevaba una chaqueta larga y verde a juego con mis pantalones con una chaleco lila debajo y una camisa blanca. Esperaba no llamar demasiado la atención... Al fin y al cabo mi madre siempre me había dicho que eran los colores de los magos.

No tenía pareja así que no buscaba a nadie en especial. Sólo esperaba comer mucho, escuchar música e intentar pasármelo bien y, si encontraba a alguien más sin pareja y encima era una chica guapa pues ale, tal vez pudiera probar suerte!

-JUAJUAJUAJUAJUA!

"Sí... Me he reído en voz alta... Ay Merlín..."

Me fijé en una mesa y fui a ella, a comer y a esperar.

Cansado de la guerra de bolas de nieve la siesta que me he pegado ha sido de escándalo. Suerte que con menos de media hora tengo más que suficiente para arreglarme y llegar con tiempo de sobra. O lo habría tenido de no haberme acordado a mitad de camino del Gran Comedor de que mi pareja me matará si no voy con una camisa roja. Y es mejor no enfadar a Yolanda Pierce. La excusa de que estaba cansado y casi dormido mientras subía a mi sala común no la aceptaría. De la misma manera que tampoco se le puede decir que no cuando te ordena ser su pareja en la fiesta. Aunque ¿Por qué iba a negarse nadie?

Es por eso que en lugar de llegar con tiempo de sobra, lo hago mucho más ajustado y me coloco a su lado con mi chaqueta negra sobre la camisa roja y la corbata, también negra. Enlazando mi brazo con el suyo, entramos al Gran Comedor.

-Estás deslumbrante hoy, Yolanda. ¿Sabes que me han rechazado? London...la chica no sabía ni que habría baile, así que supuse que no tendría pareja, claro. Me ofrecí a traerla y me rechazó vilmente.- está claro que bromeo -Vas a tener que cuidarme bien esta noche o no sé si lo soportaré.

Dejo que ella guíe a donde quiera sentarse.

Me inclino hacia ella mordiendo levemente su cuello.

-Solo pensar lo que hay...o no...bajo ese vestido me dan ganas de dar por terminada la fiesta pública y llevarte a una privada...

Aunque el tiempo había pasado y durante la tarde estuvo pensando en invitar a alguna de sus compañeras de casa al baile, finalmente decidió acudir solo a aquel baile, estaba seguro de que no sería el único y si se daba la oportunidad pues siempre podría bailar con alguna chica que no hubiese conseguido pareja, aunque su idea era pasarlo bien a costar de reírse un poco de sus mejores amigos.

Tardó bastante en arreglarse, aunque iba a ir solo, siempre le habían enseñado que las formas en ese tipo de actos era uno de los elementos más importantes y que siempre debía mantener la compostura. Tras colocarse su traje de gala negro con camisa blanca, se observa en el espejo por si ha olvidado alguna de las partes.

Seguro que Annie en cuento me vea me saca multitud de defectos, supongo que en parte, es algo que me gusta de mi querida hermanita.

Aunque veo en la Sala Común a algunos de mis compañeros decido bajar directamente al baile esperando ver lo deslumbrantes que irían aquella noche Mia e Irina.

Vi a Brad entrar en el Gran Comedor, di unos pasos para ir a saludar pensando que sería "de los míos" pero paré al ver que parecía bastante bien acompañado.

"¡Busca otro compi!"

Me encontraba dando algunos pasos atrás hacia mi posición cuando mis ojos vieron entrar a un deslumbrante Dean... SIN PAREJA.

-¡Dean! ¡Querido compañero y amigo! -dije mientras me acercaba con los brazos abiertos.

Al llegar hasta el lo envuelvo con mis brazos ofreciendole un abrazo. Me separé de él cogiéndole de los hombros le miro de arriba abajo:
-Mirate... Que porte, que elegancia... ¿Sabes qué deberíamos hacer? ¡Pasar una fantástica noche de chicos sin pareja intentando hacer ver que no tenemos porque no queremos! ¡¿Qué te parece eh?!

La guerra de bolas de nieve fue estupenda. Creo recordar que nunca me había reído tanto. Bola tras bola, y golpe tras golpe, disfrutábamos los unos y los otros. Mi puntería era pésima, y no conseguía darle a casi nadie más que de rebote, y me llevé unos cuantos bolazos de regalo.

Cuando fue tocando la hora de marcharse a nuestras respectivas salas comunes, me despedí de todos ellos, y les dije que me pasaría por el baile para cotillear las parejas que se formarían. Por lo que no tenía ninguna prisa por llegar a la Sala, y arreglarme.

Sin embargo, cuando vi que Zoe quería irse, me despedí de los demás, y la seguí con ilusión por ver cómo se vestía, y qué colores luciría.

Mientras Zoe se acicalaba, yo revolví mi baúl en busca de alguna prenda que pudiera llevar en una ocasión especial. Aún seguía dándome vergüenza tener que ir a un acontecimiento así, pero mi curiosidad podía más que mi pudor, por lo que terminé eligiendo una falda de trama escocesa, y una blusa negra. Sonriendo al reflejo del espejo, miré a Zoe, y le indiqué con la cabeza que estaba arrebatadora.

Juntas, salimos de la Sala Común, cuchicheando sobre los compañeros de la Casa, y sus parejas, y llegamos al Gran Comedor, donde me centellearon los ojos al ver en la puerta a mi hermano. Lo saludé con un gesto frío de cabeza, y le dije a Zoe que iba a investigar por ahí, y a coger algo de comida, que la guerra de bolas de nieve me había dado hambre.

Suspirando de alivio por haberme alejado de ellos, y dejarles intimidad o lo que quisieran, abordé una de las mesas, y cogí un trozo de chocolate, cerrando los ojos de puro deleite.

Recorrí con la mirada el Gran Comedor, y me di cuenta de que allí ya estaban varios muchachos. Me llevé un par de dedos a la sien a modo de saludo, sonriendo a Brad, quien tenía pareja, y supuse que no le había costado nada encontrarla. También vi allí a Dean y a Donnie, y los saludé también. Me fijé en que tampoco tenían pareja, y me sentí un poco más tranquila.

Después de devorar otros dos trozos más de chocolate, fui dando pequeños saltos, admirando la decoración navideña del Gran Comedor, y preguntándome quién diablos serían los que tocaran aquella noche.  

Entré decidido al Gran Comedor, pero cuando no había visto ni gran parte del decorado ni los asistentes que habían llegado, Donnie llega hasta mi.

Muchas gracias tio, tu también estás espectacular, acostumbrando a verte con otro tipo de ropa, hasta te veo extraño. No se, no se, tal vez te de hasta un toque interesante - digo poniendo cara muy seria y afirmando a la vez.

Desde luego, noche de chicos va a ser, aunque no es por ofender Donnie, pero esta noche hubiese preferido un tipo de compañía algo más femenina, pero bueno me bastará contigo - digo riendo, dándole un pequeño empujón.

¿Has visto ya algo interesante? Porque si no hay nada interesante, recuerdo que debemos hacer nuestro número de los guisantes bailarines.

En ese momento, veo como London entra en la Sala Común y nos saluda. Inmediatamente le devuelvo el saludo y la seguí con la mirada recordando sus palabras a Brad de que ya tenía pareja.

Me parece que o su pareja llega tarde y es un poco descortés, o London le ha dado calabazas a Brad - idea que a le hizo gracia.

Yolanda lleva una túnica con la espalda abierta hasta la zona lumbar, con cuello de barco y mangas largas, de color rojo pasión, con un cinturón decorativo negro de la misma tela ligera que el vestido. Sus zapatos van a conjunto con el citnurón. Por lo demás no lleva decoración alguna,pero lo simple del conjunto lo hace bastante espectacular.

- La verdad es que se me fue la olla y en el último momento me di cuenta de que no teníapareja. Pensaba que tú ya tendrías a alguien. Mi hermana me había dicho que iba a pedírtelo, pero creo que sólo intentaba picarme. Dónde quieres sentarte, y con quién, durante la cena? TRas la cena y el baile, ya hablaremos de otros asuntos.

Zoe llega con London, pero se separan cuándo llegan a las puertas: el hermano de London está aparentemente esperando a Zoe. La chica está sin duda nerviosa y su actitud tímida de siempre está más que presente, aunque ha cambiado el unifrome (que lo lleva practicamente siempre sin excepcion) y la ropa sencilla por una túnica corta negra con florituras lilas.. Pero al hermano de London no parece importarle. Le besa la mano cómo todo un caballero victoriano y le ofrece el brazo para entrar juntos al comedor,no sin antes lanzar a London una mirada difícil de describir. Se la lleva con sus amigos y parejas a una mesa relativamente pequeña y separada, dónde ocupan todos los asientos.

Cuándo casi es la hora, tu hermana llega a la sala común de Hufflepuff. Ellen ha salido a bsucarla porque obviamente no conoce la contraseña. Sofia lleva una túnica blanca que hace que parezca realmente un ángel.

- Chicas, os tengo que dejar. Resulta que la persona a la que quería invitar no ha recibido mi invitación, así que tengo que darme prisa para que nadie me lo quite. Os veo en el comedor!

Ellen llega corriendo. Lleva una túnica que parece hecha a medida con su personalidad: llena de colores, de corte extraño, alegre y vital. Cómo ella. Cuándo ve a Dean y Donnie saluda efusivamente y corre hacia los dos.

- Eh Donnie. Y Dean, claro. Esto, Donnie, tú, no has recibido por casualidad un recado por parte de Lion??

Me miré en el espejo, había estado 2 días trabajando para poder ver cómo me quedaba mi creación, mi nuevo vestido. Por lo general, yo no era una chica a la que le preocupaba demasiado qué llevar, pero esta vez era diferente. Esta vez quería estar guapa porque, bueno, era una buena ocasión para sorprender a Remus. Valía la pena el esfuerzo si él me veía deslumbrante. Por un momento fijo la mirada en mis ojos y pienso que yo antes no era así... ¿Trabajar en un vestido para estar guapa para un chico, quién lo iba a decir? Me ofendo un poco a mi misma a la vez que pienso que Remus es diferente. Doy media vuelta aún mirándome en el espejo para ver cómo me quedaba. "No esta mal, nada nada mal". Quizás lo que no pegaba mucho para ser del todo fina eran las botas militares que llevaba por calzado, pero eso me daba personalidad y era algo tan mío que ni pensé en quitármelas y ponerme zapatos remilgados.
Le echo un último vistazo al vestido, por si tenía que retocar algo y me doy cuenta de que ya estaba perfecto. Además, no solo era por Remus, yo siempre había querido un vestido así; con una especie de corsé lila oscuro y una especie de falda al estilo hada, por encima de las rodillas y con muchas tiras de colores morados y verdes. Me pongo el pelo de un morado fuerte también, esta ocasión lo requería y además, hacían conjunto con mis ojos.

Así que me dispongo a bajar al gran comedor con la esperanza de encontrarme ya a todos abajo y ver la reacción de Remus al verme.

- ¡MIAA, BAJO YA! - Le digo a mi amiga desde la sala común de Grryffindor, sin saber ciertamente si esta seguía en la habitación.

Al llegar al gran comedor entro buscando caras conocidas y veo a Dean y Donnie juntos, así que me acerco a saludarles y me quedo asombrada por Dean, estaba guapísimo y por un momento pienso en porqué nunca me había fijado en él de ésa manera.

- Hola Dean, estas como muy...- De golpe me entra vergüenza por decirle cara a cara que estaba muy guapo ¿Qué mierdas me pasa, si es mi mejor amigo?- Estas muy guapo. Hola Donnie, me sorprende verte tan arreglado.

-Lo más interesante que he visto han sido unas mesas llenas de comida y... -Vi a Ellen acercarse -A Ellen.

Me preguntó sobre un supuesto recado de Lion... Sinceramente... Era posible que me hubiera dado algún recado y yo fuera lo suficientemente despistado para olvidarlo.

-Pues me encantaría decirte que sí Ellen pero... Me parece que no... -miré a Dean -No... No?

Seguidamente se acercó Irina, madre mía, ibamos a destajo. Después de alagar a Dean y decirme algo para no quedar mal me coloqué la chaqueta mientras contestaba:

-Boh, qué esperabas? Que viniera con mi túnica normal y corriente...? Lo cierto es que era una de mis ideas, pero mi hermana me convenció y acabé comprándo esto. Oh, postdata, tú también vas muy elegante Irina.

- Repámpanos y recórcholis... - dice Ellen golpeando el suelo con el pie - No vuelvo a fiarme de él... Tú tampoco deberías, Donnie. - dice apuntándo al chico con un dedo.

Al ver llegar a Irina se aparta un poco y se muerde el labio, mirando al grupo que cada vez parece más grande.

- Esto... venís todos con pareja? Ya habéis decidido cómo vais a sentaros para la cena?