Partida Rol por web

- Mi madre - dijo, despacio, aunque no necesitaba hacerlo. Omar sabía a quién pertenecía ese tono de llamada - Mi madre... como siempre. Tiene algo... joder, Omar, tiene algo.

Sin embargo, a diferencia de lo que toda su vida podía haberse esperado de ella, Estel no atendió. Dejó que la música continuara, sucediéndose pegajosa en el aire, mientras la palidez repentina de su rostro iba recuperando el color. Se había apoyado en el respaldo del sillón, en silencio, y agotada por todo. Por lo que la conversación repentina había revuelto en ella, por las implicaciones, por lo que pensaba del futuro, por los recuerdos. Por todo. Sin embargo, lo que le preocupaba era Omar, ese silencio en el que se había sumido desde la única intervención que había hecho en la charla. Alargó la mano para coger la suya, mientras la música se interrumpía abruptamente, y se la besó.

- Hablemos de esto más tarde, Omar - ofreció, aunque sabía. Lo veía en sus ojos. Sabía... - Mañana hablaré con mi padre. Ahora, ahora mismo, mejor salgamos de una vez de aquí de aquí.

Recibidos. Sugestivo, sin duda. Echaremos un vistazo más profundo luego, Lottie, y hablamos. ¿Tú quieres hablar de algo más ahora?

¿"Will el malo"? Vaya, sólo nos falta crear una Liga de superhéroes para derrotar al Maligno Will. Mike, ¡¡ni siquiera tiene nombre de villano!! Y no, no voy a "mirar" la agenda de mi jefe con la posibilidad de despido inmediato. ¿Tienes idea de lo importantate que es este proyecto para mi? Vale que hay puntos un tanto sospechosos, pero seamos prudentes.

Estamos ultimando detalles para viajar a Egipto, por eso estoy algo ausente. La dirección te la envío en cuanto pise tierras arenosas, y ni te pregunto que será...

Un beso.

PD: ¿voy eligiendo mi traje de superhéroe? ¿Iremos a juego? XDDDD

Menuda coincidencia, Mike.
Acaba de llegarme el pasaje y la orden de comenzar a programar en el SandCastle.
Pronto conoceré a Fadil, irá a recogerme al aeropuerto.
Ya sabes a dónde enviarme lo que sea que: a) me vaya a poner en evidencia b) me saque los colores c) me guste muchíiiiiisimo; tanto como la nueva colección de bolsos Fendi.

Un beso.

Mike sintió un par de pequeñas vibraciones en la muñeca cuando Sam respondió con un par de mensajes casi seguidos. Sonrió mientras los leía, aunque no podía evitar sentir cierta preocupación por lo que podría suceder. No había acabado de leer cuando ya estaba respondiendo.

Cita:

La referencia a la recogida en el aeropuerto por parte de Fadil no le hizo mucha gracia, seguía siendo uno de sus sospechosos, pero nada podía hacer, no desde allí. Con resignación Mike siguió escribiendo.

Cita:

Cuando se apagaron las comunicaciones y se quedaron solos Mike se giró hacia su hermana y le sonrió.

-¿Ha sido un poco raro verdad? Sobre todo lo de Sean, aunque tiene razón en muchas cosas, solo espero que la verdad no sea tan exagerada como él la plantea, pero estoy seguro que pasa algo. Parecían todos bastante simpáticos, excepto Omar, claro que puede que no le gustara que te intentaras ligar a su novia. Mike se rió, su hermana siempre liaba las cosas. De todas formas estuvo bien la charla, tenemos que decírselo a papá y mamá.

Mike miró su comunicador de pulsera. Había estado escribiendo mientras su hermana y los demás se despedían.

-Tengo que hablar contigo pero... tengo que hacer algo antes. Espera aquí!

Se levantó del sofá y marchó corriendo escaleras arriba para aparecer nuevamente unos minutos después llevando algo en la mano, parecía un pequeño paquete. Pero para sorpresa de Melyssa su hermano pasó por detrás del sofá en dirección a la puerta.

-Ahora vuelvo, no tardo ni diez minutos.

Salió de la casa corriendo y no regresó hasta pasado un buen rato. Parecía que había ido a algún lado con algo de prisa, un sitio cercano en todo caso por el tiempo que había tardado. Se acercó al sofá y volvió a sentarse junto a Mel, que lo miraba con curiosidad, sobre todo al pequeño paquete que seguía teniendo entre las manos.

-Sam me ha dicho que pronto conocerá a Fadil, va a ir a buscarla al aeropuerto, le han dicho que se ocupe primero de lo del hotel. Quizás cuando vayas ya no esté por allí. Supongo que a pesar de todo lo dicho estás empeñada en ir a Egipto ¿Verdad? ¿No hay nada que pueda hacer o decir para convencerte de lo contrario? Sigo sin tenerlo nada claro, después de la llamada menos todavía.

Mike se dio cuenta de la hora que era y se levantó rápidamente del sofá rumbo a su habitación. Allí rebuscó en uno de sus cajones, donde había guardado los estuches con los colgantes que había comprado para su hermana y Sam. Había envuelto el de su amiga en papel marrón para poder enviarlo por correo, pero le faltaba la dirección a donde mandarlo, ahora la tenía así que buscó un rotulador negro y puso lo que Sam le había indicado en su mensaje. El estuche de su hermana también lo había envuelto con el mismo papel marrón que le había sobrado, no era un bonito papel de regalo, pero al menos así tendría un poco más de misterio cuando se lo diera.
Se le hacía tarde y quería echar el paquete en el buzón antes de que pasara el cartero a recoger la correspondencia, así el paquete saldría cuanto antes. El sello le había costado bastante caro, pero quería que Sam recibiera aquello lo antes posible, estaría mucho más tranquilo así. Dentro del paquete le había escrito una nota explicándoselo todo.

Cita:

Esperaba que su amiga se sintiera conmovida y aunque no le gustara el colgante lo llevara con ella igualmente. A Mike le parecían bonitos, pero seguramente Mel y Sam tuvieran otra opinión al respecto, su única oportunidad era convencerlas de alguna manera de que llevarlo era importante para él.
Bajó corriendo con los dos paquetes en las manos y pasó al lado de su hermana que seguía esperando por él. Salió de la casa y se dirigió al buzón. Todavía no era la hora, así que el paquete estaría a tiempo para la siguiente recogida. Lo echó dentro esperando que llegara lo antes posible y que no tuviera que hacer uso de el nunca, pero así estaría más tranquilo. Dio media vuelta y regresó corriendo a su casa, tenía que hablar con su hermana sobre Egipto, un último intento de convencerla para que no fuera y en caso contrario entregarle su colgante.

No. Vosotros miradlo todo detenidamente y después lo hablamos. He mirado vuelos, lo mas sensato es hacer trasbordo en Johannesburgo y de ahí a El Cairo. No pasare por europa, me sale carisimo y el viaje que ya de por si es largo se vuelve interminable. Cuando tenga los billetes te aviso. Me alegra que vengáis. Un beso muy gordo.

Melyssa aún no había colgado, no era de buena educación hacerlo antes de que todo el mundo se haya despedido, pero no iba a esperar mucho más. Tenía cosas pendientes y la primera en la lista era estrangular a su hermano. ¿De dónde sacó eso de que a ella le gustaba Estel? Le gustaba para él, no para ella.

Se dedicó a sonreír, ya arreglaría las cosas después o, tratándose de Mike, las iban a liar más. Se quedó sonriente mientras los demás decían sus ultimas palabras y, en cuanto las pantallas empezaron a apagarse, hizo lo mismo con la suya. Puso su educada sonrisa, hizo la señal de adiós con la mano y colgó.

Se quedó con una buena sensación después de hablar con ellos, menos con Sean, y tenía más ganas que antes, si eso era posible, de ir a Egipto.

Bueno, creo que Sean quería formar esa Liga, pero solo nos apuntamos él y yo, el resto nos seguís tomando por locos, y ojalá sea así. No te preocupes por la agenda, no quiero ponerte en un compromiso, te prometo que no haré nada por mi cuenta en ese sentido, tan solo te pido que seas prudente, más de lo normal quiero decir.

¿Así que estarás en el SandCastle? Entonces te lo enviaré allí. No te preocupes, espero que sea la opción c, aunque no tengo ni idea que eso de Fendi. En el paquete te llegará una nota con la explicación.

No trabajes mucho y pásalo bien. Te echamos de menos.

P.D. Se que estoy muy pesado y paranoico, ¿Pero te importaría escribirme regularmente mientras estás en Egipto? Y si tienes cualquier problema avísame de inmediato. Si no puedes hacerlo abiertamente habla de Hodrum en el mensaje y yo sabré que estás en problemas.

¿Y cómo voy a meter a Hodrum en una conversación sin que suene extraño? Jo, Mike... hasta para enviarte señales de socorro voy a tener que ponerme a pensar. Pero seré creativa, así que lee atentamente ;)

Besote

PD: propon un nombre para la Liga y me cuentas XDDDD

Mike leyó el mensaje de Samantha y sonrió, su amiga siempre le hacía sonreir, era una de las cosas que le gustaba de ella y que ahora que estaba lejos echaba de menos.

Cita:

Jajajaja. Estoy seguro que te las arreglarás bien, siempre has sido muy ingeniosa. Estaré atento, aunque espero que no tengas ocasión de pensar en eso, solo en el trabajo y en los días de descanso que tengas allí.
En cuanto a lo del nombre... Si hubieras escuchado a Sean lo entenderías, pero no estaría mal "La liga de los chiflados", y no me preguntes porqué yo estoy de su lado. Me preocupa de verdad que pueda pasar algo allí así que cuídate mucho y sigue escribiendo cuando puedas para saber que estás bien. Un abrazo.

P.D. ¿Ya estás en Egipto o todavía no has llegado?

Los cuadrantes de las pantallas de cada uno de ellos fueron quedando en negro a medida que iban desconectando. Finalmente la videoconferencia acabó, y en los rincones del mundo en que sus componentes habían hablado, la intimidad volvió, y las reacciones quedaron en privado.

Y, en base a la decisión que cada cual había tomado, se iniciaron unos u otros preparativos...

En Londres Estel había ignorado la llamada de su madre, cuando el comunicador de Omar vibró. Él arqueó una ceja, y sonrió a Estel.

-Aquí debe llegar la llamada de la mía ahora... -Comentó. pero al mirar el remitente frunció el ceño.- Vaya... no. Es de Suiza, del Internado de Enara. ¡Qué raro...! Nunca antes me habían llamado...

Cogió la llamada, y mantuvo una conversación escueta y seca, a base de monosílabos casi. Que acabó con un "ahora mismo vengo".

Cuando colgó, la miró con extrañeza y preocupación a la vez. -Era el director. Algo ha ocurrido, algo que requiere la intervención de un adulto, pero no quieren avisar a mis padres en Hong Kong... y yo estoy aquí, mucho más cerca de Suiza que ellos. He de ir. En fin, no cuentes conmigo para ir a Egipto, ve, ya llegaré cuando solucione esto. No voy a dejarte sola con esa troupe de locos mucho tiempo. O de conspiradores, claro.

Le guiñó un ojo. Después, sin muchas más explicaciones, abrazó a su amiga, y la besó con ternura.

Tengo algo oxidada mi capacidad de Teletransportación, así que tendré que usar el billete en un par de días y coger taxi y avión. ¡¡Me cachis!!

En cuanto salga te aviso, y cuando vea a Fadil me saco una foto con él para que no pueda negar que no me recogió (seguro que es secuaz del malévolo Will).

Besote.

PD: no fomentes la chifladura que eres un genio cuando quieres.

Frunció el ceño y se volvió hacia su hermano, pero antes de que pudiera decir nada, el sinvergüenza marchó corriendo. Oh, tantas cosas iba a decirle a la vuelta. Estaba acostumbrada a él y sus tonterías, pero podría cortarse un poco delante de los demás. Sea como fuere ya lo escuchaba bajar las escaleras y se iba a enterar. Cogió aire, levantó un dedo al aire amenazante y... y se volvió a quedar con las ganas, porque esta vez salió fuera de casa.

Ahora, además de muchas cosas que decirle, también tenía curiosidad. La curiosidad de Mellysa era muy bien conocida por todo el mundo y, especialmente por su hermano. Incluso era algo a lo que le dedicaba demasiada atención, la mayoría de las veces, sin querer. Se quedó de brazos cruzados en el sofá. La paciencia no era una de sus virtudes. Empezó a mirar vuelos hacia Egipto. Ya estaba a punto de comprar el billete cuando Mike volvió a entrar por la puerta. Escuchó a su hermana tranquila y, antes de responderle, respiro profundo.

- ¿Qué llevas en la mano? Fue lo único que dijo, como si todo lo demás, lo que pasó antes o lo que él acababa de decirle, no hubiera existido jamás.

De acuerdo, querida. Hablamos luego, entonces. Besos y cuídate, como siempre.

PD: No te comas la cabeza porque mi madre entere de esto, ¿vale? Y dile a la tuya que no se preocupe, que yo misma le diré a mis padres.

Estel escribía el mensaje para Lottie, esperando respuesta a su ofrecimiento, cuando escuchó vibrar el comunicador de Omar. Dio punto final al mensaje escueto, en el cual volcaba no sólo el cariño por la pelirroja sino también por su madre, y arqueó ambas cejas mientras le observaba interrogante. Había cierta ansiedad en sus ojos, y palidez, la palidez que ya se había alejado de sus mejillas aunque la seguía manteniendo en el alma al anticipar lo que estaba por venir. La charla, la reacción... las consecuencias. Ya había sido difícil decirlo una vez, decirlo aquella vez, y que las cosas terminaran de la forma en la que habían determinado. ¿Cómo volvería a ser de la misma manera? ¿Cómo podía pedirles que reaccionaran del mismo modo? No podía, y sabía que no lo haría.

Sonrió con cierto sarcasmo, cierto nerviosismo, cierta tensión al apunte de Omar de que Halima estaba llamando. Se preguntó si en realidad no se había equivocado, si en realidad Isabelle habría hablado y sólo estaban esperando el momento, o el lugar, o quién sabía qué cosa. Las llamadas sucesivas podían indicar un acto reflejo ante un mismo estímulo, ¿qué estímulo? ¿Un correo? ¿Por qué Isabelle mandaría un correo por eso? No, ella lo hablaría con voz, y con imagen si podía, Estel lo sabía bien. Aquello tenía que ser obra de ese sexto sentido, ese tercer ojo, que compartían su madre y Halima aunque lo manifestaran de formas tan diferentes. Tan diferentes como ellas mismas lo eran entre sí.

- ¿Del internado? - repitió Estel, despacio, mientras fruncía las cejas y la palidez de sus ojos se esfumaba.

Por supuesto que sabía. Apenas había escuchado Suiza, había pensado en ello. En Enara, en la niña que acostumbraba a sentarse sobre sus rodillas y pretender que sacaba fotos como ella. Aquello había disparado su mente y, mientras que Omar mantenía la conversación críptica a su lado, los pensamientos de la criptóloga estallaron en silencio. ¿Qué habría pasado para que lo llamasen a Omar y no a sus padres? Debía tener que ser algo que tuviera que ver con la inmediatez, con que Xabier y Halima estaban más lejos. Pero, ¿por qué lo llamarían a él y no a sus tutores legales, como era la ley, y dejaran que la familia se arreglase? Estel entrecerró los ojos, mientras los monosílabos se sucedían. ¿Por qué Omar no hacía otra cosa que expulsar monosílabos? Porque le estaban explicando una situación, de acuerdo, una que iba escalando, claramente, pero, ¿por qué entonces Omar no estaba preguntando nada? ¿Qué le podrían estar diciendo para que no preguntase?

- ¿Qué ha sucedido? - preguntó, extrañada y preocupada como él.

La respuesta fue aún más confusa que el silencio, o la falta de información. Estel asistió con cierto shock a las revelaciones, arqueando las cejas sin capacidad de ordenar a su gesto el contenerse, y su mente se transformó en un huracán. 

Voy a Suiza contigo, dijo la resolución indeclinable en sus ojos, mientras sus pensamientos gatillaban las preguntas. ¿Cómo que pasó algo? ¿Por qué no te lo dijeron por teléfono? ¿Qué puede ser tan grave para llamarte a ti, y no a tus padres, y no decírtelo? O, más aún, ¿qué es para que te lo hayan dicho y no me lo estés diciendo?

No pienso ir a Egipto mientras tu hermana tenga un problema, agregaron sus cejas fruncidas, mientras las deducciones continuaban interrogando a la realidad. ¿Por qué dejarías de ir a Egipto por esto? ¿Qué te puede demorar tanto tiempo? ¿Qué te dijeron al teléfono que no me estás diciendo? ¿Qué pasó con tu hermana que no quieren involucrar a tus padres? ¿Por qué no querrían involucrarlos? ¿Por qué a ti, sólo a ti?

¿Por qué me estás echando, Omar?, susurró su silencio, los segundos que duró la pausa cuando él dejó de hablar y la mente de ella continuaba gritando alarmas. ¿Qué te dijeron realmente? ¿Qué fue?

- Omar, ¿estás seguro? - dijo Estel, por fin.

Podía llamarse paranoia, podía llamarse sugestión. Podía llamarse defecto de oficio, o casualidad, luego de estar en la conversación con aquellos dos locos hablando de la conspiración y ella misma revolviendo su mente para rebatir los argumentos que le daban entidad y existencia. Sin embargo, en la extrañeza de aquella llamada y aquel mensaje, algunas cosas comenzaban a sedimentar en la conciencia de Estel como si no hubieran estado allí antes. Cosas que asociaban a la pequeña hermana de Omar con la única hija de que no había recibido invitación, con la esquiva actitud de directores de instituciones demasiado prestigiosas para permitirse demandas por negligencia, con la propia actitud de Omar alejándola de lo que sucedía. ¿Por qué tanto silencio? ¿Por qué todo tan precipitado?

Estel había sonreído cínica, había guiñado el mismo ojo, había hecho exactamente lo que Omar esperaba que ella hiciera. Lo que Omar necesitaba que ella hiciera, porque eso era Estel, porque no iba jamás a ponerle trabas a lo que sea que él quisiera, necesitara, pudiera. No manifestó ninguna de sus maquinaciones en voz alta, ni en su gesto, ni en sus movimientos ni en su voz. La guerra, y la vida, le habían enseñado cuando hablar y cuando callar con él, cuando detener y cuándo dejar hacer. Y aún cuando tuvo miedo, aún cuando sintió el pinchazo de la sospecha y de la duda, de la prudencia, no dijo nada. 

Déjame acompañarte a Heathrow, dijeron sus ojos, que Omar ignoró.

Déjame ayudarte, joder, que yo iba a Egipto por ti, siguió el abrazo que le devolvió, pero él siguió ignorándolo todo.

- Llámame apenas llegues y sepas lo que pasa - dijo Estel, tras su beso, con ternura para levantar muertos y la seriedad suficiente para no ser pánico - No me obligues a ir a Zurich tras de ti.

Pero Omar se marchó sin responder a la indirecta, sin explicar nada más. Y Estel se quedó sola en el pequeño piso, con los ojos demasiado abiertos, tensa y alerta mientras cruzaba el salón desierto a zancadas y miraba por la ventana para verificar qué hacía él y observar hasta verlo marchar.

¿Qué ha sucedido? ¿Por qué así? ¿Qué?

Era normal que Sam se tomara a cachondeo casi todo lo que decía Mike. Ella y su hermana casi nunca lo tomaban en serio. Y para colmo ahora se suponía que estaba aliado con Sean Dunne, que no parecía el tipo de persona a la que la gente hiciera caso y respetara. Afortunadamente Sam no lo había visto y escuchado o si no desestimaría directamente cualquier acusación que viniera de él. Volvió a contestar al mensaje.

Cita:

Dejó el comunicador por un momento, era hora de encargarse del asunto de su hermana.