Partida Rol por web

Decidido pues, os encargaréis de hablar con los mandos cuando este embrollo se haya terminado, esperad a que se termine la investigación, hablaré con los representantes del Ministrorum aquí presentes para que colabore y hacer la ceremonia - había dicho embrollo por no decir farsa, pero la Palatina tenía bien claro centrarse en su papel desde el primer instante - organizaos y preparaos para lo que se venga, por el momento, poco podemos hacer hermanas, esperar y actuar - sin mayor preámbulo, se dispuso a marcharse acompañada por otras hermanas de la orden mientras el grupo de Caelestia y Vaniria trazaban su plan.

La escuadra de Gomes se había quedado sola por el momento, el lugar poco a poco se fue llenando de otros oficiales y sargentos, todos de los Hidalgos de Brabant y algunos rostros familiares de los batallones de carros de combate originarios de la madre patria, de Brilaria, y que habían llegado con el desembarco final que habían ayudado a completar. Carolina charlaba animadamente con su homóloga, la General Salvavadora, mientras que Kungel, el Lord Comisario, seguía con la mirada a Sabre Rose.

Un Contagem, Joao de Soverosa, se acercó a Gomes y el resto. Llevaba una copa en la mano y terminaba de masticar el canapé que tanto placer estaba provocando a su paladar. Sonrió con superioridad - Boa noite caballeros, Magíster - dijo con fina educación y decoro - me han informado de su tremendo sacrificio durante la batalla, lamento sus perdidas - dijo con una sonrisa - sin embargo, me gustaría compartir con ustedes algo, creo que podrán llorar - río - la muerte de la Sargento Ledesma esta misma noche ¿les satisface? lo he dispuesto todo

Dynamite Red se terminó de levantar de la litera escurriéndose hacia un lado, no fuera a ser que una bala tonta cayera por allí. Green hizo lo propio colocándose junto a su camarada penal y buscando alrededor con la mirada. Mira allí

Red vio con dificultad algunos destellos verdes, casi imperceptibles, pero las órdenes sí le llegaban claras, ella era de la legión penitenciaria, pero seguía siendo una soldado. Afianzó las piernas y sosteniendo el aire en su pecho alzó la litera ¡¡ Humpf !! a medida que el peso se levantaba los estimulantes circulaban más y más rápido hinchando sus brazos. Volteó la litera ligeramente para repartir el peso y dando un solo paso en aquella dirección arrojó el catre doble de hierro con toda la fuerza que pudiera. JiAH - Era un grito corto, al soltar el aire esperando el escándalo del hierro al retorcerse al impactar y adivinando cuantos bolos habría golpeado. Strike

El Pater seguía tranquilo cuando comenzaron los gritos. No era capaz de ver nada, pero su Fe le ayudaría, de eso estaba seguro.

- Queridos hermanos - comenzó - incluso si mis ojos no pueden discernir nada a mi alrededor, confío en que me ayudaréis a dar caza a esos heréticos seres.

Dicho eso, echó la mano para coger algo, cualquier cosa, que sirviese para hacer daño a esas inmundicias.

Miró a Vaniria con cierta admiración al escuchar su propuesta, aquella sí que era una solución inteligente y que no levantaría sospechas, no fue raro ver que contó rápidamente con el apoyo de la palatina. No le extrañó que su hermana hubiera sido elegida para ocupar también uno de los puestos de mando de la Orden. Cada uno era una herramienta que hacía el trabajo del Emperador.

— El Pater Sanguine puede ser un buen comienzo, sí. No creo que cueste convencerlo si hablamos de traición, y él lo tendrá más fácil a la hora de comunicarse con los otros mandos. Y si pudieramos establecer algún canal de comunicación seguro con nuestros comunicadores... Aunque seguramente todas las transmisiones que reciban estén vigiladas. Podriamos pedir pergamino, tinta y cera para escribir, y tratar de pasar notas entre los soldados. Los sellos de pureza son algo muy personal y pocos se pararán a leer lo que pone escrito en el de alguien más.

Ceres había permanecido callada mientras tomaban una decisión.

- Bien, tenemos un curso de acción, si me dejan salir de aquí para hacer mi trabajo, correré a voz entre los heridos y sino entre los medicae para que lo comenten a sus pacientes y a las unidades. - Aclaró. - Si comienza a ir mucha gente acabará siendo “obligatorio” que los mandos hagan acto de presencia. ¿Lo ven bien?

Nilsa escuchó a la Sargento y tras una exhaustiva mirada, pudo ver las luces verdosas que identificaban las gafas de visión nocturna que, quien fuera, estaba usando para atacarles. Daba igual quien fuera, la cuestión es que habían entrado allí con la clara intención de matar, y dado por lo que habían pasado y lo que Nilsa sentía por sus compañeros de barracón, era como si la hubieran atacado a ella misma. 

Sin decir nada, y sin hacer ruído, las dos mujeres se encaminaron al atacante más cercano. De algún modo, ambas mujeres se seguían compenetrando con acierto en aquella oscuridad, posiblemente fuera las miles de horas que habían pasado entrenando y en territorio enemigo, que sabían posicionarse para atacar a un enemigo desprevenido. Como una sola, se lanzaron contra uno de los atacantes sin emitir ruído alguno, Silje intentó golpear las piernas con una patada y Nilsa trató de conectar un golpe mortal a la nuca del atacante, pero a oscuras era complicado y tanto un ataque como el otro hendieron el aire.  

Tendrían que cambiar de táctica. 

"¿Humanos?" pensó automáticamente, sorprendido por aquello.

-¡Rápido, reducidlos...!-empezó a decir, cuando vio, o notó, algo enorme que volaba por el barracón en dirección a los intrusos. O, al menos, a lo que esperaba que fueran los intrusos, porque aquello iba a doler.

-¡Seguid así, protegeos unos a otros y apresad a esta gentuza!-animó Reutter, optando por mantenerse en segundo plano y dar ánimos, pues bastante caótica resultaba la situación para añadir más cuerpos al conteo.

¿Y sería posible que se de el caso de un hibrido que no presente rasgo xeno alguno? - preguntó con curiosidad más por hablar de algo que por que fuese a cambiar en algo su forma de proceder. Tan pronto como pudiese preparar los servocraneos daría igual como de perfecta fuese la hibridación que serían detectados. - Ha dicho que los Mayners se quedarán aquí limpiando la colmena. ¿Tiene alguna información que pueda transmitirnos de cual será nuestra función en el desarrollo de la guerra? ¿Puedo preguntar para que van a utilizar las muestras de zooantropos y las de tirano de enjambre o lider de la progenie cuando se las consigamos? ¿Cree que hay alguna cosa más que necesitemos saber para poder servirle mejor a la inquisición?

-Buenas ideas las de ambas. No creo que entre nuestros talentos se halle el redireccionar los canales de vox para sortear las probables escuchas de los brilarianos, pero la alternativa analógica nos puede servir. 

Y la hermana Ceres puede o bien acercarse a los mandos con la excusa de comprobar su estado de salud o bien hablar con sus compañeros medicae y que ellos lleven el mensaje a sus oficiales. Incluso sería posible entregarles los sellos de pureza en mano. Seguro que en algún momento la reclaman, ha habido bastantes heridos.

Se sentía satisfecha de que incluso en aquella crisis, sus hermanas estuvieran devanándose los sesos para actuar con unidad de propósito. Formaban una gran unidad en todos los sentidos.

- Mientras nos sirva para ganar esta guerra, será mas que suficiente. Y encogiéndome de hombros añado. - Habrá otras guerras y otras flotas enjambre a las que derrotar, con fe en el Emperador y la fuerza de la guardia imperial, las derrotaremos a todas. Señalo hacia las puertas de la celda. - ¿Y ahora, con que seguimos?.

Llegados a ese punto, con las dudas que había planteado ya resueltas, Chollos se desentendió de la conversación limitándose a escuchar al resto.

Eran los Custos. Por el bien del imperio y la grandeza del Dios Emperador harían cualquier misión que les encomendasen.

Personalmente esos tiránidos y sus sirvientes mutantes eran xenos repugnantes, pero no le infundían ningún temor. Cierto, no sería agradable morir siendo consumido por ellos. Pero eso, no era nada comparado con el tiempo que los Custos habían permanecido luchando contra los demonios en su propio terreno. Los tiránidos podían consumir sus cuerpos, pero los demonios podían consumirles el alma.

Comparado con eso, aquello era un paseíto.

Que la Inquisidora marcase el camino a seguir. Que ellos harían el trabajo.

Alfonso saludó al Contagem con una respetuosa y elegante inclinación de cabeza. El espadachín no sabía exactamente por qué se estaba absteniendo tanto de participar en las delicias que se paseaban frente a sus ojos, pero la noticia de de Soverosa hizo que sus ojos brillaran instantáneamente. Después de todo, la Sargento Ledesma se había encargado de mantener a los Recios aflote de alguna manera.

— Una... lamentable noticia —respondió el duelista, con claro sarcasmo en la voz—, y sin Ledesma, sus hombres no tardarán en caer...

—EN BASE A MIS PROPIOS CÁLCULOS Y ESTIMACIONES, LOS XENOS PODRÍAN ESTAR REPONIENDO SUS FUERZAS A UN RITMO MAYOR A LA VELOCIDAD A LA QUE NOSOTROS LAS EXTERMINAMOS...

«...y, por tanto, en nuestra mano solo está el sobrevivir hasta que una Flota de Combate purgue el sistema». Le parecía una obviedad, pero no quería agriar los ánimos. La escuadra parecía extrañamente optimista dada la situación, y no iba a ser él el que les robara la esperanza. Además, no todas las piezas de una máquina son conscientes de su función. Lo cierto era que, de una forma bastante infantil y humana, les envidiaba. Lo achacó a la carne que le quedaba, que le emponzoñaba el pensamiento, y volvió a centrarse en la conversación. 

La ironía capciosa era una costumbre Brilariense que Gomes nunca había sabido manejar especialmente bien. Siempre había sido más directo.'Bruto' según algunos compatriotas. Así que cuando su compañero de empleo les habló con esa displicencia, Gomes esperó a que terminara, esperando el momento. Eso sí, sorprendido por la magnífica noticia del complot para acabar con la sargento Ledesma.

—Bueno, el precio de una herida sólo se ve al finalizar el duelo, Contagem. Muchas veces un aparente fallo a supuesto una victoria a la postre.—dijo defendiendo sus decisiones y con pundonor.

—¡Oh, una excelente noticia! soverosa. Es más que satisfactoria. ¿Cómo será llevado a cabo?—rió complaciente Lidio, pronunciando el nombre de su homólogo con la intención de generar duda sobre si era realmente lo llamaba por su nombre, o como ese calificativo también traducido como 'miserable' en lenguaje común. Cuando Joao terminó su respuesta, Gomes contestó con efusividad medida—Esto merece un brindis. ¡Porque tenga éxito empresa tan justa! Á vossa!

En el brindis, Lidio se cuidó de entrechocar con efusividad su copa, haciendo que parte del rojizo líquido saltara al rostro y traje del otro oficial. Sin siquiera inmutarse, ignorando deliveradamente el suceso, bebió un sorbo pequeño, suficiente para acabar la copa. Tras una refrescante además de reconfortante interjección, tan típica de degustar un rico añejo, miró al otro teniente y fingió sorpresa.

—¡Oh, mi querido Joao! Has de tener más cuidado al brindar y evitar estos percances. ¿Qué van a pensar los extranjeros de la conocida finura y elegancia brilariense? Mas descuida, te aseguro que cuando brindes por tantos triunfos como nosotros, que no dudo que lograrás, tendrás más tino entrechocando copas.

Luego se giró al resto de la escuadra y comentó, con disimulo para el resto de presentes, salvo Joao, la noticia sobre la sargento de los Recios. 

La situación se volvió confusa en los primeros instantes, pero cuando la reclusa cuyo nombre era DR, había tomado una decisión inteligente a la par de brutal. Gracias a su hercúlea fuerza, sumado a sus implantes potenciadores del músculo, la penal alzó sobre su cabeza la litera y la arrojó, a bulto, sobre aquel grupo. Solamente uno de los Recios y uno de los atacantes evitó la litera, quedando todos aturdidos sobre el suelo. La Sargento Ledesma fue la única que evitó el golpe, que aprovechando la aparición de Nilsa, se abalanzó sobre el que quedaba tratando de noquearle.

El golpe fue directo, pero lejos de lograr algo, un extraño ruido hicieron los agresores; en cuestión de segundos los cuatro empezaron a convulsionarse mientras la espuma salía de sus bocas con el tono rojizo de su sangre - cobardes hijos de puta - dijo la sargento viendo como caían sin vida. Las luces volvieron en seguida.

¿Y sería posible que se de el caso de un hibrido que no presente rasgo xeno alguno? 

No, no hay registros de tal cosa, lo veo poco probable.

. - Ha dicho que los Mayners se quedarán aquí limpiando la colmena. ¿Tiene alguna información que pueda transmitirnos de cual será nuestra función en el desarrollo de la guerra? ¿Puedo preguntar para que van a utilizar las muestras de zooantropos y las de tirano de enjambre o lider de la progenie cuando se las consigamos? ¿Cree que hay alguna cosa más que necesitemos saber para poder servirle mejor a la inquisición?

¿Vuestra función? la que determine el mando, que imagino que será marchar al frente. Respecto a las muestras, las usaréis vosotros, necesito que obtengáis una muestra de ADN y ARNm en estado puro. Es la única manera de intentar algo con sus propias armas como se ha hecho en el pasado y en otros sectores, es nuestra única carta a jugar.

¿Y ahora, con que seguimos?.

Lo que han hecho hasta ahora, obtener muestras más puras si es posible, conseguir los marcadores moleculares para detectar a los hibridos y seguir luchando en esta guerra

EN BASE A MIS PROPIOS CÁLCULOS Y ESTIMACIONES, LOS XENOS PODRÍAN ESTAR REPONIENDO SUS FUERZAS A UN RITMO MAYOR A LA VELOCIDAD A LA QUE NOSOTROS LAS EXTERMINAMOS...

No me es ajeno - se encogió de hombros, claramente era la decisión de Vimaranes, y la Inquisidora del Ordo Xenos estaba atada de pies y manos; aunque puede que hubiera algo que no supieran los custos.

Los días pasaron, cuatro en concreto. Todos habían vuelto a los barracones tras los interrogatorios menos los Hidalgos, que gozaron de un privilegiado barracón cerca de la comandancia y, por supuesto, las hermanas de batalla que en dos días obtuvieron permiso para salir de su confinamiento y poder moverse con facilidad por Yhemek. La ciudad colmena estaba bastante activa, el ánimo de la población civil estaba por las nubes y se sentían victoriosos ajenos a todo lo que estaba ocurriendo en las entrañas de la guardia. Muchos eran los que llevaban regalos a los soldados y los agasajaban con cumplidos y un trato amable, al fin y al cabo, eran sus héroes, pero en contra partida, en las filas de la guardia, los ánimos estaban por los suelos, así como la moral. Kungel había reforzado las arengas por parte de los comisarios, pero solamente logró infundir más temor.

Era un sentimiento compartido por muchos que estaban haciendo el idiota ahí estancados, pero si era cierto que había ciertos asuntos que requerían de tiempo, como la logística imperial, que por muy eficiente que fuera Ynestrillas, era mucho el volumen que debían mover y, con un escaso apoyo aéreo, las cantidades de material a transportar desde el espacio puerto se hicieron realmente tortuosas, provocando un inagotable goteo de transportes yendo y viniendo desde tierra y atravesando las maltrechas macro autovías. Aún así, dos semanas, era demasiado.

En uno de los barracones, donde se había dado un intento de asesinato, cuyos agresores se habían suicidado con cápsulas en falsos dientes, nadie supo nada y nadie dijo nada. A todo el que se le preguntó desde las fuerzas del comisariado, dijo no reconocer a ninguno de los muertos. Aquello fue un callejón sin salida que se olvidó con demasiada facilidad.

Los agentes del Ordo Hereticus hicieron un gran trabajo, rápido y eficiente. El cuarto día se levantó el encierro obligado para las tropas del astra militarum y se hizo público que se había ajusticiado a las manzanas podridas que se encontraron. Nunca se dijo el número exacto ni de que regimientos, pero sin duda los Recios fueron los que pagaron más sangre que otros regimientos. Si alguien podría saber aquello, sería el de siempre.

Otro de los comentarios que se oía mucho, sobre todo quien compartiera algo de tiempo con los Recios, y era que habían ejecutado a los que acabaron con la unidad de Hidalgos que lideraba Gomes durante la defensa de la muralla y que Sabre Rose, quien Ledesma y todos los testigos señalaron como la asesina y que provocó todo aquello, había salido exonerada de todos los cargos*.

Por otro lado, se hizo oficial que los Khard Mayners ahora ya no formaban parte del grupo de combate, la Inquisidora Renata del Ordo Xenos, había reclamado al regimiento entero para iniciar las labores de inspección y limpieza de toda la subcolmena, y los ex mineros, eran el regimiento ideal para la operación. Estos, que no tenían otra opción, se tomaron la noticia y su nuevo destino como un honor.

También se rumoreaba que la operación podría adelantarse, y que seguramente marcharían a través del desierto hacía la aguja principal del mundo, Novantis. Por el momento no había información alguna sobre como sería, si sería un ataque total ni nada, pero nuevamente rumores, rumores que aseguraban haber oído como el líder de los Señores del Relámpago había estado apunto de tirar por la ventana a Vimaranes, puede que fuera la fantasía y exageración propia del relato distorsionado por el boca a boca, pero era lo más comentado, eso y que el alto oficial se orinó encima.

Se dieron permisos generalizados para los soldados, de un día para poder estirar las piernas, si el rumor era cierto, puede que partieran en pocos días.

Hains aprovecha este periodo para disfrutar del aire, descansar en la lejanía y aprovechar un poco de la quietud en solitud, dentro de lo posible por supuesto.

También aprovecha de compartir un poco con sus compañeros mientras que en sus oraciones pasa a solo limitarse a agradecerle al emperador por haber sido lo suficientemente afortunado para permitirle sobrevivir hasta ese momento, aprovechando en dichas oraciones de hacer memoria de aquellos a quienes conoció, pero que no lo lograron.

El tiempo de confinamiento en la capilla se le hizo más breve de lo esperado. Aurestia no perdió el tiempo, y nada más estuvieron libres ellas y sus Hermanas, se dirigió al Librarium más cercano a realizar un encargo. Para cuando liberaron al resto de soldados que había combatido en el espaciopuerto, este estaba completado, y pronto, por las calles de Yemek se pudo ver a varias Serafines, entre las que estaba ella, recorriendo el cielo con sus retrorreactores, en una visión inspiradora pero con un propósito mayor que aquél.

Las Hermanas voladoras iban repartiendo panfletos lanzándolos desde el aire, en los que se citaba a quien quisiera acudir a un servicio que el Adepta Sororitas y la Eclesiarquía iba a oficiar en memoria de los caídos durante la última batalla. Se exhortaba especialmente a que se presentaran aquellos que habían luchado en la operación Balaclava, puesto que el realizar una despedida oficial a sus camaradas fallecidos daría cuantiosa paz a su alma, sobretodo tras lo duros que habían resultado los días de encierro.*