Partida Rol por web

Wolkot se vio al instante rodeado de enemigos. Dándose cuenta de la desventaja en el combate que eso suponí buscó un hueco por donde moverse y así atacar recuperando la ventaja para él.

Igor se paseó por la zona en la que instantes antes habían estado combatiendo contra aquella abominación surgida del reino de los muertos por algún poder oscuro. Despacio, muy despacio, recorrió la zona inspeccionando con detenimiento cada piedra, cada montíclo de polvo, cualquier cosa que le pudiera dar una pista sobre la naturaleza de la criatura con la que se habían enfrentado y que guardaba la entrada a lo que quiera que su compañeros estaban por encontrar.

Envy usó su cimitarra para golpear a la criatura con la que se estaba enfrentando pero el ácido que rezumaba de cada poro de su piel evitó cualquier tipo de daño, además de que el arma pareció comenzar a corroerse ligeramente por él. Aquella criatura rezumaba un ácido capaz de dañar hasta el metal mágico.

Wolkot que no había visto lo que le sucedía al arma de Envy, actuó de la misma forma. Pero esta vez su arma que también fue dañada, brilló como si fuera un halo de luz, y ésta sí que consiguió dañar a su rival.

Irina también luchó contra una de aquellos seres, pero su golpe no sirvió de nada, parecía que aquel ácido les protegía de cualquier tipo de golpe. Así que decidió dar un paso hacia atrás para evitar que la siguieran flanqueando.

Mientras tanto la paladina se coloca en posición para ayudar a Envy, mientras decide descargar un fuerte golpe iluminado por la fe de Pelor. A pesar de ello, y de la radiante luz que emite su espada, el golpe no es suficiente para dañar a la criatura, y como todos ve peligrar su arma.

Leo actúa al igual que sus compañeros, su arma se ilumina con una radiante luz, y a pesar de que su filo no hace mella en ningun demonio, la energía sagrada del primer envite que procede de él, sí que parece debilitarlo ligeramente.

Aquella misma mañana, la joven clérigo había encantado un pañuelo que ahora emitía una luz muy potente. Aquello hizo a todos lo demonios chillar de dolor, tratando de evitar que aquella magia divina les siguiera haciendo más daño.

El asceta fue el único que a pesar de sentir el daño del ácido en su piel, pudo golpear plenamente a aquella bestia. El puñetazo que le dio le deformó la cara, haciendo que el ácido le salpicase todo el cuerpo y lo hiriese ligeramente. Pero su golpe había sido mucho más brutal que cualquier vano intento de sus aliados. Quizá Fisteus fuera el que diera la esperanza a aquel grupo.

Ni el caballero Don Urik, ni Quenya son capaces de encajar ningún golpe. Pero Envy parece conjurar unos cuantos proyectiles, esquivando el golpe que el demonio casi le encaja, y haciendo que ésta se retorciese de dolor.

Pero aquellos demonios parecía mucho más difíciles de vencer de lo que se creía en principio. Las armas de quién lo hubiese atacado sufría el poder de la corrosión de sus pieles, y además, no dejaban de estarse quietos, y tan pronto unos aparecían en un lugar, y otros desaparecían de otros. Pero los que no se habían movido, ni desplazado del sitio decidieron atacar a Irina, a la que estaban flanqueando, y a Alese, que había sido capaz de conjurar una magia muy poderosa. Desde luego que sabían trabajar en equipo y montar sus propias estrategias.

Para cuando os quisisteis dar cuenta, la hija del Burgomaestre, la hermana de Ismark, Irina, había caído completamente inconscientes. Aquellos dos demonios la habían abierto en canal, y sacado las tripas la mujer todavía seguía respirando, pero se debatía entre la vida y la muerte. El espectáculo que ofrecía Irina era aterrador, pero debíais manteneros con firmeza, o si no terminaríais huyendo de allí. ¡Alguien debía curar a Irina!

Y encima para colmo, Alese también estaba siendo atacada por otro de los demonios,

Aquella criatura era un muerto viviente formada en parte por la energía psíquica de los muertos. Es algo más que un monstruo aterrador, es casi de forma literal, una pesadilla.

La fantasmal nube es una terrible criatura formada por los espíritus de los monjes que murieron durante la destrucción de las ruinas de la torre en la que os encontrais y también de todas aquellas vidas que han sido reclamadas desde entonces. Es una criatura que tiene que haber sido convocada. Lo que indica que a parte de los hombres lobo, los zombis, y los vampiros, parece que hay algún tipo de peligro más en Barovia.

Ashlyn se da cuenta de que su arma no es de utilidad contra estas criaturas; los golpes que infringe con ella no surten efecto. Seguir golpeando con ella en esas condiciones no tiene sentido, así que la paladín eleva una súplica a su dios mientras acaricia el mango de la espada, consiguiendo que esta comience a emitir un suave brillo blanquecino.

Los descubrimientos de Igor si bien no fueron nada halagüeños, sí que fueron productivos, ya solo tenía que averiguar si era posible en el entorno cuanto tiempo hacía del ritual de convocavión y las huellas de aquél que pudiera haberlas dejado, todo ello con el fin de poder dar caza al nigromante capaz de aquello.

Alese vio a Irina, pero la vio demasiado lejos apra poder ayudarla, ya solo cabía esperar a que los demonios no la rematasen en el suelo. También ella misma estaba muy dañada, y los ataques habían sido concentrados en ellas dos, esos demonios atacaban con enorme precisión y organización.

En un primer vistazo, tenían todas las de perder: rodeados, con enemigos a los que las armas no solo no les hacían apenas daño sino que además se destruían las armas en el proceso de atacarlos... 

Intentó lo único que podría funcionar en aquella situación, se apartó de los demonios lo más que pudo y generó una ola de energía curativa. 

No puedo abrir el link de la pagina de piromancers donde está el mapa, ni el que ha puesto Alese ni el que ha puesto Kami. Por lo tanto no sé donde estoy, así que dejo dos opciones puestas.

Opción 1: curar a Irina (si está cerca y puedo llegar a ella)

Don Urik, en el fragor del combate, vio caer a la mujer envulta en sangre causada por las heridas de los oponentes. Sus ojos miraban al infinito y su rostro carecía de expresión alguna. Apretando los dientes el caballero del cuervo decició no atacar para poder curar a la muchacha.

Opción 2: atacar (si es que no llego a Irina)

Don Urik estaba envuelto en la riña no podía distinguir nada entre el fragor del combate. Sus oponentes parecían ser inmunes a sus ataques, pero no por eso dejaría de intentar acabar con ellos.

Avanzo hasta uno de los demonios decidido a seguir golpeandolos a pesar de que su piel acida quema mis puños con cada ataque.Llegamos compañeras , no os dejaremos solas.Chillo para animarlas a pesar de la delicada situación en que se encuentran.

El veterano se metió de lleno en la refriega. Alzó su espada y la dejó caer sobre el demonio que tenía más cerca (3). Pero sus golpes fueron imprecisos y torpes.

Espadón en mano, recibí los golpes de esas asquerosas craituras sin poder evitarlo. Pero eso no iba a quedar así. Cargado con rabia y una luz semicelestial, descargué mi afilado espadón contra ese demonio

Wolkot se acercó hacia los demonios para enfrentarse a ellos, pero no fue capaz de encajar ni un solo golpe. Mientras tanto, Irina se seguía desangrando, pero Ashlyn se agachó y conjurando la bondad de Pelor, logró que la mayoría de las heridas de Irina se cerraran y ésta lograra recuperar la consciencia.

Alese también pareció emanar un brillo sagrado, que rápidamente se extendió hacia sus compañeros de batalla haciendo que rápidamente se fueran cerrando sus heridas.

Fisteus y el demonio al que se enfrentaba combatieron sin igual. El monje descargó un duro puñetazo que hizo que su cuerpo crujiera, parecía que era el único capaz de dañarle a pesar de que su piel le quemase. Pero a cambio, el demonio también desgarraba parte de su pecho, generándole una profunda herida que tardaría tiempo en curarse.

El pasillo resultaba muy estrecho para que Leo pudiera actuar. Wolkot, fisteus y Quenya, que se enfrentaban a una de aquellas bestias le impedían el paso, haciéndole sentirse insignificante por no poder actuar con libertad.

El caballero del cuervo, por su parte, hizo brillar su arma, logrando así también dañar a uno de los objetivos que tenía delante, pero aún se seguía resistiendo a morirse. Aquellas criaturas eran muy poderosas, y con cada golpe que acertaban, sus armas se iban carcomiendo por el ácido que soltaba su piel.

Quenya también descargó un fuerte golpe sobre la criatura, su arma también resplandecía con cierta divinidad sagrada haciendo que aquel demonio fuera herido de gravedad. La criatura aún resistía los golpes de sus enemigos, y se resistía a morir. Por eso, se desvaneció dejando una ligera peste a azufre y apareciendo varios metros más allá.

El resto no se movieron porque vieron como la paladina era capaz de resucitar a Irina que prácticamente estaba muerta. Todos juntos, como la gran horda de demonios que eran, se liaron a descargar zarpazos y mordiscos contra Ashlyn. Tenían un único objetivo, eliminarla del mapa para que dejara de sanarles, y así lo hicieron. Entre todos la zarandearon, la abrieron en canal y la sacaron sus tripas para después comérselas. Ya nada se podía hacer por la paladina, que había luchado por la fe de Pelor y porque los Iluminados siguiesen con vida. Ella era la única que quedaba viva de su grupo, y ya nadie seguiría el dogma de los Iluminados.

Y desgraciadamente aún quedaba un demonio más, que éste atacó a Fisteus, y a pesar de que logró esquivar una de sus garras, y su mordisco, no pudo evitar uno de sus zarpazos que lograron alcanzarle la herida que ya había sufrido.

Con ganas de vomitar tras ver el espectáculo de la muerte de la última Iluminati, conseguí concentrarme lo suficiente para recordar los movimientos arcanos necesarios para lanzar el conjuro. Un rayo de fuego salió de mi mano, directo al diablo que tenía enfrente

El dolor en el pecho es casi insufrible y aunque la herida empieza a sangrar menos gracias al hechizo que nos afecta sigue siendo una herida grave .Otra compañera cae atacada por los demonios que como una jauría de perros salvajes se ceban con ella aprovechando que no podemos llegar hasta ella .PELOR ACOGE A TU SIERVA Y CONCEDE FUERZA A MI BRAZO PARA EJECUTAR  A SUS ASESINOS  .Chillo mientras descargo golpes sobre el demonio que me ha golpeado

En cuanto Irina abre los ojos, Ashlyn vuelve a colocarse en guardia, lista para aguantar los ataques de la horda de demonios. Sin embargo, el cansancio del combate se une al hecho de que está rodeada, y en un momento se ve asediada de dientes y garras desde todos los ángulos. A pesar de sus intentos, no puede detener los ataques, y el dolor de las numerosas heridas va aumentando.

-¡Pelor, ...! - Intenta dedicar una súplica al dios sol, pero pierde las fuerzas y cae de rodillas. Mira hacia el techo, y con una última sonrisa algo desencajada, cae finalmente muerta la última de los Iluminadores. Justo cuando la paladina había comenzado a comprender que hay otras formas de entender la fe y otros modos de hacer el bien, justo entonces, corre a encontrarse con su dios y el resto de su credo. Su último pensamiento es de aliento y de buenos deseos para los que quedan en ese mundo infesto, incluso para Envy, Quenya y Thokk, que le han repugnado casi todo el tiempo.

Don Urik luchaba por abrirse paso e intentar sanar a Irina, pero Ashlyn se adelantó e hizo lo propio. Pero la reacción de los demonios fue inmediata. Al ver que ésta curaba se lanzaron y desgarraron a la sierva de Pelor como si de un trapo se tratara.

- ¡¡ASHLYYYYYN!!- gritó Urik como un poseso al ver el bochornoso espectáculo.

- ¡¡Lo pagaréis con vuestras infectas vidas!!- volvió a chillar el caballero cargado de rabia mientras descargaba su arma contra el demonio que tenía enfrente (4)

El veterano guerrero buscó un hueco por el que colarse. Allí encontró a uno de aquellos engendros a los que atacó sin miedo y sin ningún tipo de miramientos. Alzó su espada y con un grito de rabia la descargó sobre su enemigo.

Tras la pérdida de Ashlyn, Wolkot golpeó con furia a uno de aquellos demonios, logrando atravesar gran parte de su ácida piel. Irina mientras tanto seguía siendo flanqueada por ambos demonios, pero era incapaz de huir del lugar donde se encontraba, y a pesar de que ya había caído una vez, la paladina había dado su vida por ella, así que al menos debía hacer honor a su vida, pero sus golpes seguían sin servir de nada.

La luz que emitía Alese seguía brillando con mucha intensidad, y los demonios se estaban dando cuenta de que ella era la culpable, sentían como lentamente les iba debilitando, pero aún así seguían resistiendose a caer. Mientras el monje hacía todo lo posible por seguir eliminando a todos sus rivales, a pesar del dolor que sentía en cuanto les tocaba.

El caballero del cuervo sufrió más que nadie la pérdida de Ashlyn, y el dolor fue tal que no se sintió con fuerza suficiente para encajar ni un solo golpe efectivo a su enemigo. Le daba, pero su filo no parecía ser suficiente para atravesar su dura piel.

Por último Quenya descargó un potente rayo de fuego que incineró parte de la piel del demonio que tenía justo delante, el fuego no resultó tan hiriente como esperaba, pero al menos sí que le hizo daño suficiente como para quemar parte de su repugnante piel.

Entonces el demonio se teletransportó lejos de allí en un rápido movimiento para evitar que le siguieran dañando. Y el resto vieron que el brillo que desprendía Alese les estaba matando, así que, lejos de huir de ella, decidieron unir todas sus fuerzas para acabar con ella lo antes posible. Aquellos demonios se movían y teletransportaban a gran velocidad, lo que complicaba aún más las posibilidades de vencerles. Dos de ellos fueron a por la muchacha, mientras que un tercero se colocó en la espalda de Quenya y el cuarto junto al otro compañero que había huido.

Sentí cómo la criatura se teletransportaba a mi espalda. Estabanm claras sus intenciones y, aunque Alese estaba en peligro, no podría ayudarla si ella moría. Para evitar eso, tenía que acabar con el demonio.

Haciendo un arco desde el suelo, intenté partir en dos a esa criatura.