Partida Rol por web

Patricya no puede evitar una sonrisa al ver lo bien que se había comportado su hijo menor, llevando a cabo perfectamente su primer juramento. Tras los varones de su familia es ella la que finalmente se acerca.

Patricya se adelanta unos pasos hasta situarse frente al señor, y tras una reverencia hace su juramento - Yo, Patricya Florent, juro servir al Señor y al feudo de Aguasclaras, con dignidad y justicia. Lo juro bajo la mirada de los Siete, mis dioses y los de mis padres.

Tras su juramento vuelve a su lugar junto a su hijo menor.

Sonrío, acercándome a Ser Horwin también, haciendo una reverencia.

-Yo, Lady Lidia Crakehall,  juro fidelidad, bajo la mirada de los Siete y de los Viejos Dioses, al Señor de Aguasclaras, mientras sirva y proteja nuestro feudo con honor y justicia.

Acto seguido, vuelvo junto a mi esposo, cuya mano aprieto levemente.

Transcurridas dos semanas de la muerte del Señor de Aguasclaras

Tarmall se encontraba en la barbacana, calentándose las manos en el brasero y con una manta puesta por encima de la cabeza para combatir el frío, se había ofrecido a hacer la guardia durante la ceremonia de posesión de Ser Horwin. No quería abandonar el castillo, ahora menos que nunca, pero aún tenía dudas con respecto a servir a un desconocido, así que prefería evitar el momento de estar cara a cara con el nuevo señor y tener que prometer servicio, de hecho tenía la esperanza de pasar desapercibido, aunque era consciente de que no podía pasarse la vida escondido, como ahora, evitando al señor del castillo y que en algún momento tendría que jurar obediencia, después de todo era un plebeyo y todo plebeyo debe servir a un noble.

Año 154. Después de la toma de poder de Ser Horwin Tully. Dos campanadas antes del amanecer.

Maldiciendo a todos los Tully, empezando por los bastardos, siguiendo por los segundones y terminando por los herederos, salgo de las despensas con las alforjas preparadas. Totalmente despeinada, aterida de frío y agotada, medio cojo, medio arrastro las cuatro alforjas destino a las caballerizas.

Año 154. Después de la toma de poder de Ser Horwin Tully. Dos campanadas antes del amanecer.

Al terminar la guardia le pareció ver movimiento en los establos justo antes de entrar al edificio de los jinetes libres y se acercó a echar un ojo, con la mano sobre el hacha, no esperaba que fuese nadie hostil, puede que alguno de los nobles hubiese decidido dar un paseo al amanecer o cualquier cosa similar, pero nunca se sabía. Se llevó una sorpresa al ver que era la ama de llaves Tanya arrastrando unas alforjas, se cruzó de brazos y la miró con curiosidad.

-¿Vas a salir de picnic matutino? Es mucha comida para una sola persona ¿No crees?-

Año 154. Después de la toma de poder de Ser Horwin Tully. Dos campanadas antes del amanecer.

Cuando escucho las palabras de Tarmal, salgo de las caballerizas a ver que pasa, mi sorpresa es grande cuando veo a la Ama de llaves.

- Pe...Pero....Tanya...¿que pasa?

Transcurridas dos semanas de la muerte del Señor de Aguasclaras

Asentar su posición era importantísimo si quería que Viterrand pudiera marchar a Orilla Azul. De todas formas, al final todo el mundo sabe que quien manda en la cocina últimamente soy yo, pensé, antes de adelantarme para jurar fidelidad. Tenía que hacerlo, y pronto sería la nueva maestra cocinera.

- Durante veintitrés años he servido ya a vuestra casa, milord, y no dudéis que la serviré durante veintitrés años más, hasta el día de mi muerte. Juro fidelidad, por tanto, bajo la atenta mirada de los Siete, al Señor de Aguasclaras.

Al fin y al cabo esto es como cocinar, pensé. Las preparaciones son lentas y arduas, llenas de trabajo, pero al final descubres un sabroso resultado, menudo resultado sería sin tener que vivir estos momentos... de sal. Al fin y al cabo, es lo que daba sabor a la vida.

Año 154. Después de la toma de poder de Ser Horwin Tully. Dos campanadas antes del amanecer.

Con todo el cabreo que llevo encima, ver a esos dos mirándome como si me acabara de salir una cabeza más o... Pero no, mi vestido está bien cerrado. Bueno, consiguen que salga a la superficie mi mala pécora interior. Por que la tengo, aunque de normal suele estar dormida, calentita y abrigada en su rincón. Justo lo contrario que yo. 

- Lo que yo crea o deje de creer, no es asunto tuyo, Tarmall. Por más que tu esposa sea casi como mi hermana, no te has ganado el derecho a interrogarme. Y tú-digo mirando a Crann-, ¿vas a quedarte como un pasmarote mirando en vez de ayudarme?

Rara vez uso mi rango para imponerme, pero hoy es una de ellas. La nochecita que llevo no ha sido la mejor. Apenas he descansado y los sacrificios de estos meses empiezan a pasarme factura.

Año 154. Después de la toma de poder de Ser Horwin Tully. Dos campanadas antes del amanecer.

Tarmall frunció el ceño claramente molesto, era verdad que Tanya no era precisamente su persona favorita del castillo pero también era verdad que se trataba de la persona más cercana de Sysa y si estaba metiéndose en problemas, como parecía que lo estaba haciendo, no podía dejarla sin más.

-Crann, coge una de las alforjas de la señora- Claramente molesto anduvo hacia Tanya, le quitó de mala manera la otra alforja y con la otra mano la agarró del brazo con la esperanza de que nadie más los hubiera visto -Vamos a los establos- Fue lo único que dijo mientras tiraba de ella hacia el edificio, fuera de la vista.

Año 154. Después de la toma de poder de Ser Horwin Tully. Dos campanadas antes del amanecer.

Salgo con cuidado de no dar ningún portazo a pesar de la ira y el coraje. Me arrebujo en la manta que me ha endosado Tarmall y me dirijo en soledad al cementerio, a la nueva zona donde Cordam está construyendo el futuro jardín y al que ayudo en ratos libres. Necesito refrescarme y pensar. 

Jamás, jamás, había tenido semejante reacción. Suspiro. Demasiadas emociones contenidas. Me abrazo las rodillas y apoyo la mejilla en ellas. Es el ambiente opresivo de este castillo maldito. Mientras veo amanecer, voy repasando todo lo que ha sucedido el último año. La verdad, hay pocos motivos de alegrías, pero creo que poco a poco todo mejorará: hasta la noche más oscura se rinde al amanecer. 

Año 154. Después de la toma de poder de Ser Horwin Tully. Dos campanadas antes del amanecer.

Se sentó en el suelo junto a Tanya cuando el sol ya había salido del todo, se quedó un momento allí, sin decir nada, ni tan siquiera mirarla.

-Sysa y yo estuvimos cerca de marcharnos del castillo- comenzó a decirle sin dejar de mirar al frente -Armase se ha ido, Brocelyn está prisionero, Haudrey asalta los caminos del feudo con ayuda del que antes fuera un compañero de guardia y Ser Horwin... Seguimos aquí, por que mientras sea invierno este sitio es cálido, hay comida y están nuestros amigos. Y es el mejor sitio para tener de forma segura a nuestro hijo- Entonces miró a Tanya -Juré ante los siete proteger a Sysa y lo haré así me cueste la vida. Doblaré las guardias que haga falta y me enfrentaré a quien haga falta, pero hay cosas que no sé de este castillo y no puedo protegerla de cosas que no se... Tanya... Por favor...-Nunca se había imaginado diciéndole esas palabras a la mujer -Si la correcta y educada ama de llaves llega al estado en el que estas, es por que pasa algo importante... cuéntame que pasa, no te lo pido por mi, te lo pido por Sysa y nuestro futuro hijo, te lo pido para poder protegerlos de la forma adecuada si hace falta. Por favor-

Año 154. Después de la toma de poder de Ser Horwin Tully. Dos campanadas antes del amanecer.

Miro a Tarmall realmente sorprendida. Jamás imaginé semejante fondo bajo su descuidada pose. Me alegro sinceramente por mi amiga. Si finalmente logra ser madre, seguro que será la mejor. Y tiene un buen hombre que la proteja. Eso es bueno. Suspiro.

- No veas fantasmas donde no los hay. Siento haber gritado de ese modo. Simplemente es la tensión y el cansancio-ya no hay forma de disimular las ojeras y sé que estoy más delgada que nunca, aunque eso con la ropa de invierno no se nota demasiado-. Son muchos meses malviviendo, obligando a todos a pasar penurias, con tal de alargar un poco más la comida. Hoy recibí una orden y cumplí, nada más. De Haudrey y Caster casi prefiero no saber. A uno lo he visto crecer y al otro lo he tenido, sino por amigo, al menos por buen vecino. Me da muchísima pena y me encantaría ponerlos en mis rodillas y dejarlos el trasero bien rojo... pero se ve que nunca se sabe por dónde se van a torcer las cosas. En cuanto a Brocelyn... le arrancaba las orejas por dar semejantes disgustos a Clarissa. A veces los hombres pensáis en vuestro honor y os olvidáis de los que dependen de vosotros. Ser Baltrigal fue un absoluto necio. Los muertos no resucitan y con su estupidez lo único que ha hecho es dejar sola e indefensa a la mujer que decía amar. No más que a su estúpido orgullo.

Ve tranquilo, Tarmall. Sysa estará preocupada por tu tardanza y yo tengo muchas tareas pendientes. Aprende de los errores ajenos, no caigas en ellos.

Me pongo en pie vacilante por el tiempo sentada. Le tiendo la manta para que la devuelva a su sitio y marcho caminando lentamente hacia los establos de cabras y ovejas.

Principios del Mes 2, Año 154 D.A.

Tarmal se encontraba en el patio de armas entrenando con Crann, Rolls y Gallo, esta último se acababa de unir a los entrenamientos que habían comenzado hace poco, los había puesto a cada uno a golpear figuras de madera, con la idea de que sus manos se acostumbraran tanto a golpear como a donde golpear.

-Vamos, con fuerza- Se paseaba de un lado a otro con una espada de madera observando a los hombres -Ahora golpead a la cabeza, a un lado no desde arriba. Los pies firmes- Le dio un toque con la espada a Crann en la pierna

Principios del Mes 2, Año 154 D.A.

Crann no había sido para nada diestro con la espada. Si no fuese por Tarmall seguiría siendo un pato mareado a tiempo completo con un palo en la mano. Aunque no se podía negar que el jóven maestro ponía muchas ganas en aprender, aunque eso no parecía ser suficiente para que Tarmall no le llamase la atención. 

- Sí!

Respondió con fuerza al tiempo que intentaba poner las piernas firmes y arrear un buen golpe al muñeco en la cabeza de un "tajo cruzado"

Año 154. Mes 2. Finales de mes.

Mención a Flavia la Cocinera, Ser Trycian de Dorne.

Me hallo en las habitaciones de Lady Arianna cuidando en mi turno de madre e hija. El ama de cría se ha retirado hace ya un rato y estoy acunando a la pequeña tras limpiarla y sacarle los gases. Esta niña me produce una ternura inusitada. Me va a costar separarme de ella. Pero no quiero apegarme a niños ajenos. Menos si son de sangre noble. Cada día es una victoria con esta pequeña. La arropo con cuidado y la mezo hasta que se queda dormida. Sigue pesando muy poco, al menos para su edad. Me inclino en la cuna para dejarla con delicadeza mientras acaricio su cabecita.

Está profundamente dormida. Me incorporo para continuar cuidándolas un rato mientras practico escritura cuando me parece oir un crujido a mi espalda. Siento un fortísimo golpe en la cabeza y ya no recuerdo más... sólo pienso en la pobre niña.

Año 154. Mes 2. Finales de mes.

Mención a Ama de Llaves Tanya, Ser Trycian de Dorne.

Corría como uno de esos galgos del perrero, más por el susto y el miedo que por el gusto de la caza. Buscaba a Tanya, el Ama de Llaves y nadie la había visto. Hasta que de repente alguien me avisó de que estaría cuidando de Lady Arianna, o que al menos había escuchado a una mujer cantar a través de la puerta.

Ni corta ni perezosa me encaminé hacia los aposentos, sin dejar de correr, con las faldas arremangadas y asidas con las manos, recogidas para no tropezar. Tenía que informar de lo que estaba pasando lo antes posible. Había pasado algo gordo en las cocinas.

Debí de llegar bastante alterada, pero en cuanto entré en aquella habitación, que tenía la puerta entrecerrada, no pude ahogar un grito de sorpresa y miedo.

Año 154. Mes 2. Finales de mes.

Mención a Flavia la Cocinera, Ser Trycian de Dorne.

Ante el grito de Flavia, la niñera acude a ver qué sucede. Junto a la cuna yace inconsciente Tanya, el Ama de Llaves. Lady Arianna reposa en la cama, sumida en un sopor que la mantiene ajena a la realidad. La niña, milagrosamente, no parece haberse enterado de nada y duerme plácidamente.

- Señora Flavia, ¿qué ha pasado?

Año 154. Mes 2. Finales de mes.

Mención a Ama de Llaves Tanya, Ser Trycian de Dorne.

Seguro que mi expresión era de horror total. Primero el suceso, y luego me encuentro a Tanya herida en el suelo. Afortunadamente la pequeña está bien, pero el ama de llaves no. Noté como la vista se me nublaba y palicedía por momentos.

Y todo lo ocurrido... sin duda alguna, no actuaban por error o por suerte, ¡estaba todo planeado!

- ¡Las... las despensas! ¡Alguien ha robado en las despensas!

Sin poder remediarlo, me acerqué a la cama doselada de la habitación. Me estaba empezando a marear, y sentía que si no me sentaba me acabaría desmayando.

Año 154. Mes 2. Finales de mes.

Mención a Ama de Llaves Tanya, Ser Trycian de Dorne

La niñera se tapó la boca para no gritar, pues temía despertar y asustar a la pequeña y a Lady Arianna. Echó un vistazo en derredor y vio el joyero abierto y tirado. Sin pensarselo dos veces, salió en busca de ayuda, pues el Ama de Llaves se veía realmente pálida y demacrada en el suelo. Corrió hacia el barracón de los jinetes libres en busca de quién mejor podía curar tras la desaparición del Maestre Ammon: la comadrona. Y de paso, dar la voz de alarma por los robos.

(EDITADO)

No hay bando de Ser Horwin, Señor de Aguasclaras.

Brocelyn es liberado durante el cuarto mes del año 154.