Partida Rol por web

---¿Habeis? Creo que deberias revisar tu vista, señor hombre-de-negro-que-ni-me-digno-a-decir-un-nombre- digo mientras avanzo hasta situarme ante la puerta, contemplo el Naipe unos instantes- Así que teneis curiosidad, bueno, puesto que es un "o pasas la puerta del Naipe o te quedas aqui encerrado" no me dejais opción que seguir vuestro juego hasta que me canse...

Levanto el Naipe frente a la puerta tal y como dicen ellos  y tras ver lo que pasa cruzo la puerta para ver que sorpresilla me tienen preparado

Las puertas empiezan a  emitir un extraño haz de luz respondiendo a la luz que empezaba a emitir el Naipe. Seguidamente, las mismas se abren ante ti de par en par. No te lo piensas más y entras decidido a través de la puerta...

Al cruzar y cerrarse para posteriormente desaparecer ante ti, la puerta te había conducido a un extraño lugar... Un lugar que parecías reconocer muy bien. Aquel ambiente oscuro y cargado te hacía estremecer de una forma u otra... Que tipo de hechizo o magia había usado el naipe para llevarte a donde te encontrabas...

Estabas en medio de lo que parecía ser una travesía, pero totalmente derruida. Edificios derribados, escombros y ruinas eran lo que alcanzabas a ver, y estabas seguro de que no era la primera vez que los veías. Era un paisaje desolado y ruín, aunque te hacía sentir como en casa. Cada vez que mirabas a tu alrededor, más te convencías a ti mismo de donde estabas...

Habías vuelto a tu mundo de origen. Si eso era así, quizás estuvieras en una de las urbanizaciones humanas, la cual seguramente habría sido arrasada por Demonios. A pesar de mirar varias veces a tu alrededor y de creerte dificilmente tu ubicación, no lograbas ni ver ni percibir a ninguna forma de vida cercana. Por suerte, aunque la travesía estaba destrozada, podías pasar a través de escombros, para avanzar por una gran calle de único sentido, ya que a tus espaldas había un gran rascacielos derribado que cortaba cualquier acceso.

Por unos instantes mi desden y arrogancia desaparecen al ver donde me encuentro, es demasiado familiar y aterrador para olvidarlo facilmente, era mi mundo de origen....incoscientemente miré hacia el cielo, normalmente el lugar estaba cubierto de nubes de tormenta que descargan los rayos a aquellos pobres incautos que caminaban al descubierto cuando se desataban, por no hablar de la ordas de criaturas de la oscuridad que habitaban por alli.

---Así que tenemis jueguecitos mentales...- murmuro entre dientes, no le hacia ni pizca de gracia donde me habian llevado pero una cosa tenia clara, cuando más pronto acabara lo que tenia que hacer alli antes saldria de ese funesto lugar, con ese pensamiento, comienzo a caminar por el único camino posible andandome siempre con ojo de lo que suceda a mi alrededor.

Mientras avanzas entre las ruinas y los escombros de aquella urbanización descubres algunos cadáveres. Algunos eran reconocibles, otros no tanto. Algunos estaban reposando sobre restos de edificios y de lo que parecían ser ventanales de un edificio ya olvidado, otros estaban en la calle, yaciendo sobre grietas o agujeros en el asfalto. Aún quedaban algunas llamas latentes en las ruinas, que poco a poco iban disminuyendo a medida que el viento azotaba.

Después de caminar a través de aquel funesto escenario llegas a una plaza bastante amplia. Te estremeces al recordar que cerca de tu casa había una plaza muy parecida a la que te encontrabas ahora...

Si bien es cierto que las urbanizaciones se parecían las unas a las otras, empiezas a pensar que quizás en la que te encontrabas fuera la misma que la que dejaste atras tiempo ha.

Pero cuando tus ideas se desbordan, un par de entes de la oscuridad salen a tu encuentro de entre los escombros. Los llamados "Demonios" de ese mundo, a los cuales ahora gracias a tus enseñanzas en el castillo Alvel, podías identificar como Nescientes, se te quedan mirando, mostrando sus iracundos dientes, furiosos, en deseo de atacarte en cualquier momento.

Había tratado de mentalizsrme con lo que podría encontrar pero siempre era estremecedor encontrar aquellos pobres desdichados tirados en las calles y en aquella plaza...un momento...aquel lugar se parecía mucho a mi ciudad,de hecho,su casa debía estar cerca... No tuve tiempo de pensar mucho más ya que unos "demonios" habi habían aparecido cortandome el paso.

---Menudo recibimiento me dais...-digo mientras sacó la llave espada-adelante venid a por mi sí podéis!!!

Atacaste a uno de los demonios, quien recibió tus espadazos, aunque no pareció inmutarse demasiado. Más bien contraatacó con un puñetazo que rompió tus defensas y te envió algo lejos hacia atrás, haciendo que chocaras contra un trozo de edificio que estaba tirado en el suelo. Tras el fuerte golpe que te habían dado, el segundo demonio se sumergió en las sombras y reapareció enfrente de ti, para agarrarte con una de sus garras y lanzarte por los aires posteriormente, haciendo que cayeras de mala manera contra el suelo. Ambos demonios, tras atacarte, soltaron feroces alaridos que estremecerían a cualquiera que osara enfrentarlos.

Los golpes me hicieron hincar la rodilla, estaba bastante debilitado por el ataque de mi ex-compañero y por su culpa iba a morir aqui... comencé a maldecirle en voz baja mientras observaba a aquellas criaturas, una de las opciones era huir pero en el estado en el que se encontraba no lo veia factible, sobre todo por que aquellas criaturas eran muy rápidas y sobretodo por que era un luchador...y como tal, moriria luchando sí era preciso....

Empuñe mi llave espada y me materialicé al lado de unos de los atacantes seguido de una serie de tajos invisibles que atacaron al enemigo, sí moria alli al menos me llevaria a alguien por delante....

Tras tu aluvión de ataques, uno de los demonios, sobre el que has priorizado tus ataques, suelta un alarido de dalor mientras el otro trata de atacarte con todas sus fuerzas. Pero justo antes del ataque, el demonio que habia recibido los ataques se tambalea, chocándose con el otro demonio e impidiendole atacar. Este mismo, aparta a su "compañero" usando una de sus garras y con una fuerza brutal, hace que el otro salga volando hacia el muro empotrándose contra este. Parecia que ese demonio no se movería durante un rato por el impacto, por lo que ahora solo tenías una preocupación. El mundo no había dejado de ser todo lo salvaje que recordabas...

Un rugido de rabia sale de tu enemigo, mientras te encara con mala cara y gruñendo, ansiando clavar sus gartras en tu pecho para desgarrarlo sin miramientos.

---Tan estúpidos como siempre...-murmuro contemplando al bicho como propinaba un golpe haciendo que el combate se convierta en un 1 vs 1, pero la situación estaba lejos de estar resuelta, estaba muy debil del combate y no creo que aguantase mucho más...-¡¡¡VENGA, A QUE ESPERAS!!!!¡¡¡ VEN A POR MI SÍ TE ATREVES!!!!

El demonio se queda inmovil, observandote y ladeando la cabeza sin entenderte; tras lo cual empieza a dar vueltas sobre si mismo y a gruñir sin ton ni son.

Ella también lo ha escuchado. La tensión, al igual que en mí, se hace evidente en la dirección de su mirada, mientras las palabras enmudecen como si acaso la realidad quisiera asegurarse de quebrar hasta el último ápice de esperanza.

Y, sin embargo, Kora vuelve a lograr sobreponerse a la incertidumbre, al miedo, y tiendo mi mano hacia ella sin saber muy bien por qué la pide. El anillo se desliza en mi dedo y, aunque puedo notar su carga de magia, comprendo inmediatamente que ese no se trata de su verdadero poder. Se trata de la promesa.

Cierro los ojos durante unos instantes, mientras dejo que el aire fluya fuera de mi cuerpo. Sí, puedo aferrarme a aquello. Puedo asegurarme de que esa vana ilusión se convierta en una realidad. Seguir a aquellos extraños portadores ya no es un mero acto de inercia, sino que es una verdadera razón para actuar, siempre y cuando sirva para ayudar a la única persona que puedo llamar amiga.

Y, sin embargo, siento un breve estremecimiento, casi de temor, como si algo dentro de mí me dijera que un talismán no es suficiente. Que no había sido suficiente. Las dudas acerca de lo que he olvidado vuelven a asaltarme, con más fuerza que nunca, pero me aseguro de hundirlas en el fondo de mi mente.

Cuando abro los ojos, mi voluntad ya no está quebrada. -Vamos- Repito, lentamente, y me dispongo a seguirla.

Avanzáis a la sala contigua donde supuestamente Rin debería de estar esperando. Pero vuestras suposiciones sobre él eran incorrectas pues lo que encontráis en la estancia es ni nada más ni nada menos que el portal oscuro abierto y poco más. Ni rastro del joven muchacho, quien se había esfumado.

Buscáis por los alrededores de la sala sin verle ni oirle, y todo lo que os indicaba a pensar de lo que podría haberle pasado apuntaba al portal. ¿Lo habría cruzado sin vosotras? ¿O quizás le habían obligado? No sería extraño ni mucho menos viniendo de alguien con su temperamento... ¿Pero estaría bien?

Sin más que añadir salvo el mero silencio y los fulgores del portal a vuestro alrededor, debíais tomar una decisión. No sin olvidaros de aquel ser encapuchado y sus compañeros, que parecían que jugaban con vuestras decisiones como si de una broma se tratase.

No podia seguir así, busqué entre mis ropajes y saque la única poción que tenia y de un trago me la tomé, al instante pude sentir su efecto revitalizador...

---Bueno, vamos a ponernos serios...- digo mientras tiro al suelo la poción, al instante me materializo al lado de este seguido de una rápida rafaga de golpes- Acabaré contigo antes de que venga tu amiguito...

La oscuridad, en comparación con la impoluta blancura de la estancia, la vuelve todavía más oscura por contraste. En medio de la soledad, el portal parece más aterrador que nunca, mientras las sombras fluctúan en su interior como si se tratara de un ser vivo, despidiendo reflejos violáceos y azulados. No hay ni rastro del chico de ojos azules, y mucho menos del origen del macabro sonido.

Vuelvo el rostro hacia Kora, esperando su reacción. La imagen de Rin cargando hacia ella empuñando su llave espada está demasiado presente en mi memoria, como si se hubiera quedado grabada en mis pupilas. No confío en él. Es un sentimiento extraño, totalmente diferente tanto al vacío como a la amistad. Algo en mí agradece no encontrarle allí, no si puede suponer un peligro para ella. Pero, a su vez, tampoco quiero que sufra por su ausencia, aunque el por qué de este dolor esté por encima de mi comprensión.

Dudas. De nuevo. Tal vez la sensación de estar perdida, la eterna búsqueda de respuestas, no sea un signo de mi condición amnésica, sino sea la esencia misma de la vida. Cuanto más aprendo, menos parece que sé, y más absurdo resulta todo. Espiró, mirando esa promesa abierta ante mí que amenaza con desaparecer, y susurro. -Si crees que ha cruzado debemos seguirle ahora... Si crees que le ha pasado algo, deberíamos buscar por aquí... Vayas a dónde vayas, yo voy contigo.

Mis pies empiezan a frenase ante la ausencia de Rin - mierda, Rin -protesto una vez más por su culo inquieto, podía esperarlo, lo temía incluso, pero él había dicho que esperaría...

Estoy enfadada y preocupada a partes iguales pero no tengo claro si ese primer sentimiento es por él o por mi.

- Ha cruzado -respondo a Yume sin dubitar-. Pero antes de seguirle, ¿te atreves a intentar abrir nuestro propio portal? Al piso de arriba, han dicho, a él -invoco a mi llave-espada-. Solo tenemos que concentrarnos en eso; y si falla -me encojo de hombros- entonces saltamos a la aventura.

-...- Miro un momento mis manos, antes de invocar la llave espada. Noche eterna. Es un nombre adecuado para el arma de alguien sumido en la duda, así como el fuego parece propio de alguien que camina por la luz. No deja de sorprenderme cómo parece conocer a la perfección la mente y el corazón del chico de los ojos azules, para poder adivinar de ese modo cuáles han sido sus acciones. Pero ante esa seguridad, yo no puedo hacer menos que creer. -...¿Al piso de arriba?

La imito, tratando de focalizar mi dispersa mente en esa única idea, en ese espacio geográfico. -...Al piso de arriba.

El demonio se arrodilla ante tus ataques, pero no por ello se queda parado. Tan buen punto acabas de atacarle, el mismo se alza y se prepara para propinarte un lento pero potente puñetazo.

Os concentrais a más no poder, dejando que vuestros poderes fluyan a través de vuestra arma, desde el fondo de vuestros corazones. A pesar de todo, nada parece formarse, ni mucho menos salir de la llave-espada.