Partida Rol por web

La cadena de golpes por parte de Jace había sido lo suficientemente contundente como para producir exactamente lo que el joven esperaba. La sombra había quedado reducida a una mera mancha negra que se desvanecía, dejando tras de si un pequeño corazón rosado, el cual parecía ascender hacia el cielo, para desvanecerse lentamente.

Braig, por su parte, apuntó detenidamente a un enemigo, concretamente una de las sombras más cercanas, y descargó toda la munición de sus ballestas sobre ella, destrozándola por completo hasta reducirla a la misma mancha negra que la sombra anterior. Esta vez, en cambio, ningún corazón salió despedido del sincorazón, si no más bien la sombra se desvaneció sin dejar rastro alguno.

El resto de sombras, sin inmutarse por la pérdida de dos de sus compañeras, siguieron atacando sin piedad a los luchadores, con intención de arrebatarles los corazones a la primera oportunidad que se les presentase.

Traté de parar algunos de los ataques que se me venían encima con mi llave espada. Podía defenderme a mi mismo, pero no a Jace o al otro. Una vez encontré un hueco entre tanto ataque me preparé para lanzarme sin dudarlo - Acabemos con esto - sentencié para dirigirme a aquellas sombras y atacarlas sin piedad alguna. Debían dejar el reino de la luz, y sobretodo debiamos impedir que atacaran a la ciudad... Por ello aunque se me viera rabioso, el fin de derrotarlos justificaba los medios sobre como destruirlas. - Luz y oscuridad ¿Eh DiZ?

Quedaban menos sincorazón gracias a los esfuerzos de Jace y de Juris, quienes luchaban ferozmente contra la oscuridad. Juris consiguió librarse de una de las sombras de un buen puñado de golpes, mientras que a otra consiguió repelerla lo suficientemente lejos con su golpe final, provocando que la sombra saliera despedida hacia atrás, cayendo al suelo de espaldas. La misma consigue levantarse a duras penas después del duro asalto. 

Juris se mantenía en guardia, preparado para bloquear los ataques que pudieran llegarle.

El resto de sombras siguieron con sus ataques. Los soldados parecían bailar burlones mientras propinaban patadas y arañazos por doquier, sin importar que su número se redujera. No obstante, no parecían atinar demasiado en sus movimientos imprevisibles y extraños.

Se cruza de brazos mientras te mira de arriba a abajo, para posteriormente achinar los ojos y mirarte con desconfianza. Denotas un cierto rintintín en su tono de voz.

-Noooo.... Yo SI soy de aquí. Pero lo he sabido por tu vivaracha apariencia y por tu olor. No hueles a demonio, ni a Deviumano. Y desde luego, nadie de por aquí vestiría con ropas tan... Alegres.

Se gira, dándote la espalda y sin mediar más palabra, mientras mira a las afueras de la cabaña en la que te encontrabas. La puerta seguía estando destrozada, y las vistas al exterior no eran gran cosa, pero por alguna extraña razón el muchacho seguía observando, atento a lo que pudiera ocurrir, vigilante ante cualquier movimiento o perturbación del tranquilo ambiente nocturno. De repente, tras unos segundos de incomodidad y silencio, le vuelves a escuchar, no obstante, sigue sin girarse a mirarte.

-... Rin. 

Después de eso, te mira de reojo.

-Me llamo Rin. Y quizás si que haya visto a alguien como el que me describes... Pero dudo mucho que sea a quien buscas. No huele como tu. Más bien, huele a oscuridad.

Se gira, esta vez si, para mirarte bien. Sus ojos azulados se quedan clavados en ti.

-Este mundo es muy hostil para alguien como tu. Deberías irte de aquí lo antes posible. Si uno de esos demonios te encuentra... Bueno, digamos que les... "encantan", las chicas alegres.

En el desenfreno del combate, pensé fugazmente lo patético que resultaba ver intentar desesperadamente a los sincorazon atacarnos futílmente, tropezando y cubriendo sus errores con improvistos bailes y burlas que parecían meras excusas para ocultar su clara diferencia de poder. El golpe que había recibido antes a penas si me había hecho daño, mientras que nosotros estábamos reduciendo sus números a un ritmo no rápido, pero considerable. Observo al soldado que cae débilmente, y de un ataque en punta me abalanzo hacia él lo más rápido posible para evitar que continúe. 

La atravesé con mi arma manteniendo la respiración limpia y sin descontroles, no quisiera malgastar energía en ellas. Sentí un breve cansancio al atravesarla con la punta de mi pesada llave-espada, pero mientras más acabase más rápido podría discutir sobre cómo había acabado en Vergel, así que forcé mis fuerzas para obligar a mi cuerpo a que superase el impulso del golpe, y descargué un combo de cortes en abanico hacia el soldado más próximo. 

La sombra recibió un poderoso impacto por parte de Jace, y esta se desvaneció en tinieblas al no poder soportarlo. Por otra parte, el combo que realizó Jace contra la sombra adyacente a la que acababa de derrotar falla, pues el soldado recula sus pasos al ver que su compañera había sido destruida con suma facilidad. 

Braig, por su parte, al ver que los muchachos sabían defenderse, decidió volver a cargar sus ballestas y disparar contra la sombra que parecía acercarse peligrosamente a él, dando extraños giros como de ballet, los disparos fallaron a la vez que la sombra giraba con mucha velocidad, esquivando a los mismos.

Una de las sombras restantes inicia de nuevo uno de esos peligrosos giros, y se abalanza contra Jace, aporreandole con una patada.

-Se me está agotando la paciencia con estas sombras pesadas - dije con un movimiento minimo de relajación antes de cargar mi llave espada como si fuera a dar un espadazo contra el suelo, solo que en lugar de hacer dicho movimiento, lanzo con todo mi cuerpo la llave espada hacia adelante* haciendo que esta volara literalmente entre giros ante la sombra y casi al instante después volviera atravesandola dos veces. - VAMOS, ESTO SE ACABA AQUI - Una vez con la llave espada en mano me encaré al siguiente para destruir las sombras que quedaran con la fuerza que tenía.

El grito eufórico de Juris pareció empoderar sus golpes. La fiereza con la que la llave espada giraba, haciendo estallar a sus enemigos en oscuridad, liberando sus cautivos corazones en el proceso, no solo se debía a su ímpetu, si no también a su voluntad de acabar con aquella reyerta. Tan solo quedaban dos soldados, tras la lluvia de golpes que recibió una segunda sombra, la más cercana a la primera víctima de aquel lanzamiento circular que hizo el joven. Las dos sombras no se lo piensan y, rabiosas, se abalanzan con sus garras sobre él tratando de alcanzar su corazón a la fuerza.

Al fallar, aprieto los dientes y me repongo de la pérdida de equilibrio, sólo para recibir una patada directa de una de las sombras. No sentía que fuese un golpe del que preocuparme, pero el impacto era suficiente para aumentar mi enojo. Aprieto la empuñadura de mi arma, y vuelvo a abalanzarme contra el engendro que tengo enfrente, aporreándolo con mi arma tratando de imprimirle todo el peso de ésta en su ser, hasta que su cascarón se rompa y libere al corazón que aprisiona dentro. 

Los golpes contundentes de Jace mandan a volar a la sombra, aterrizando esta contra el suelo, haciendo sonar las piezas metalicas que esta portaba con un sonido más que gratificante. El soldado se levanta, como si no hubiera pasado nada y se prepara para volver a arremeter contra los portadores.

-¡Tooooma Esto!

No obstante, un gran disparo potenciado seguido de otros mas pequeños pero igual de letales acribillan a la sombra que Jace había enviado a volar unos instantes antes.

-¡Ja! ¿Te ibas a mover? ¡Más quisieras!

Braig se había encargado de despachar a la sombra. Solo quedaba una.

Viendo que con los ataques finales de los tres solo quedaba una sombra, me encaré hacia ella deprisa. No iba a usar ningún tipo de habilidad, ya estaba muerta una vez mi llave espada la tocara. - Se acabó* - Sin piedad lancé mis fieros golpes contra la sombra hasta que esta se desvaneciera por completo dejando tan solo su corazón y nada más, casi como si estuviera poseido.

Solo solté un suspiro cuando ya estabamos todos tranquilos. Había heridas por parte de todos, eso estaba claro, pero las mias eran las que menos me importaban - ¿Estais todos bien? - Parece ser un sitio lo suficientemente real... Se podría decir que ya escapamos de ese lugar donde todo lo que se podía ver, era solo oscuridad.

El último de los sincorazón acabó por sufrir el mismo destino que sus compañeros al ser erradicado bajo la llave espada de Juris, quien había realizado un espectáculo de movimientos concretos y concatenados correctamente para acabar de reducir la amenaza. Al fin se habían librado de sus enemigos y perseguidores, cosa que podía permitir que los portadores se relajaran tras el combate. 

Braig mira de izquierda a derecha varias veces, buscando indicios de más sincorazón. No obstante, tras unas cuantas miradas, el soldado se relaja.

-¡Buf! Esas cosas siempre me ponen los pelos de punta. Menos mal que ya están despachadas. Eh, chavales, no lo hacéis tan mal. Vergel Radiante necesita unas cuantas manos extra para lidiar con estos bichejos, y viendo vuestras... Particulares habilidades, creo que os voy a recomendar al Maestro para que os de permiso para moveros libremente por aquí y nos dierais una manita ya puestos. Mañana a primera hora, presentaros en las puertas del castillo. Les diré a Dilan y Aeleus, mis compis de vigilia, que os den paso y ya de paso, os apaño una visita con el maestro Ansem. Seguramente os interese ir. 

Señala a la posada que teníais detrás vuestro.

-La posada es esa residencia de ahí. Podréis descansar, comer algo y pasar la noche en condiciones. No se a cuantos platines está, pero oye, dudo que sea problema para vosotros.

Braig se rasca la nuca mientras suspira.

-En fin, yo debería de volver a mi trabajo. Así que portaos bien, no olvidéis que os vigilo. Ha sido.... Interesante, este encuentro al final.

Dice antes de irse, despidiéndose con una pose algo peculiar, señalandoos con los dedos indices de ambas manos, mientras camina hacia atrás. 

Luego de la refriega contra los sincorazón, desvanezco mi arma en un destello de polvo plateado, que va desapareciendo conforme el viento lo arrastra. Finalmente habíamos acabado, lo cual me daba un alivio sublime. Flexioné mis brazos detrás de mi nuca, manejar tanto tiempo mi llave-espada con su terrible peso, acaba atrofiando mis dedos y brazos en una sola dirección. Suspiro liberando mi pequeño cansancio, luego de tanto tiempo caminando, me gustaría dormir un rato. El tal Braig menciona su necesidad de ayuda en Vergel y...y en verdad me gustaría, eso de quedarme en casa, volver después de tanto tiempo, no era una idea que dejara ir a la ligera. Pero luego de todo lo que había sucedido, sentía una necesidad imperiosa de acabar con todo el meollo que nos rodeaba, que creía yo, no iba a desembocar en Vergel. Hay que volver contra el miserable Vanitas, me la debe. Pensé obstinado, y con una mezcla de repudio y nostalgia, decido al menos dar un paseo por mi hogar. Y porsupuesto, tratar de hallar respuestas sobre lo que me había ocurrido.

-Sí, nos veremos a primera hora allí. Yo...me gustaría preguntarle un par de cosas al susodicho sabio-Respondo al guardián, con un tono de confusión reverberante en mi garganta-Una respuesta serviría como recompensa por haberles echado un cable con los asquerosos éstos. 

Al despedirse, le hago un ademán de agradecimiento con la cabeza, había sido de ayuda toda su información, por más impactantes que me pudiesen resultar los detalles. Por el momento no me interesaba la posada, quería adentrarme un poco en Vergel y quizás recordar los viejos tiempos, ¿cuánto tiempo pasó desde que me fui? Giro la mirada a Juris, sin saber qué querría hacer él, después de todo habíamos llegado juntos. 

-Esto, iré a dar una vuelta por la ciudad, hay cosas que me gustaría volver a ver, si no te importa-Le digo al joven rubio, extrañándome de tratarlo con confianza-Trataré de conseguir algunos platines por allí, creo que lo perdí todo en ese sitio sombrío, a menos de que no te importe ayudarme con un par-Río relajadamente con la insinuación, la verdad me vendría de ayuda-Bueno, no te preocupes por eso, habrá aunque sea algo interesante tras los muros, si no tienes nada mejor que hacer podrías acompañarme. 

Hice desaparecer mi llave tras el golpe final y respiré profundamente - Hasta aquí hay oscuridad, pero no me extraña. - Pensaba para mis adentros antes de mirar a Braig el cual parecía querer darnos una compensación por ayudarle. Realmente el poder tener un permiso para circular por todo el lugar sería de ayuda en caso de necesitar a algunas partes. Pero lo que no quería era pertenecer al mismo equipo que ellos. No podía quedarme demasiado en un solo mundo... Tenía cosas que hacer, gente a la que rescatar y gente a la que desafiar y derrotar. Pero hasta encontrar un metodo para viajar entre mundos, sería dificil.

-Gracias - complementé las palabras de Jace antes de dirigirnos hacia aquella posada o hacia lo que creia que iba a ser la posada antes de que se girara hacia mi y le mirara con confusión. Suspiré tras oir sus razones - Creo que no eres el único que lo perdió todo. Además, aunque conozco el nombre de la ciudad, no la conozco demasiado de estar en su interior. Un guia me vendría bien para saber los entresijos de esta ciudad y que podría hacer en ella si acabo solo - Ofrecí a modo de que fueramos juntos. Estar solo en la posada descansando era una idea sí... pero mucho menos atractiva que la de buscar algo que hacer en la ciudad

Decidisteis salir a explorar los alrededores antes de nada. Vergel Radiante era un lugar bastante tranquilo a pesar de las amenazas con las que os acababais de topar. La zona residencial a esas horas de la noche no tenía mucho que ofrecer más que la luz de las farolas iluminando las calles, las nubes surcando el cielo, las estrellas iluminando el basto cielo, y el viento acariciandoos suavemente mientras recorría la plaza central en la que os encontráis. Os adentráis más en la zona residencial, cruzando callejuelas y escalones. El ambiente era muy tranquilo, pero no bajáis la guardia, ni mucho menos después de los ataques de los sincorazón. Pero por alguna extraña razón y contra todo pronóstico, no parecían manifestarse. 

Seguisteis explorando el lugar. Entre edificios, parques, e incluso algunas plazoletas más, conseguisteis llegar a una zona de nuevo abierta. Una hermosa fuente, que a pesar de las horas de la noche que eran, seguía funcionando con luces, sonidos y chorros de agua alternando su presión y frecuencia con la que salían disparados hacia el cielo. Era maravilloso el espectáculo que una fuente como esa podía ofrecer a la vista, pero no fue eso lo que llamó vuestra atención. 

Una chica yacía en el suelo, delante de la fuente. Estaba tumbada boca abajo, pero desde vuestra posición no podíais saber en que estado se encontraba. No obstante, no aparentaba estar herida. La zona, sin embargo, apestaba a oscuridad. Pero ante vuestros sentidos, dicha oscuridad estaba desvaneciendose, como si realmente fueran los reductos que quedaban de la presencia de sincorazón o de algo igual de oscuro.