Partida Rol por web

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: HIENA (SEGUNDO DEL INVIERNO).

DÍA: SEXTO DE MES, justo antes de la comida.

Guepardo asintió pero no dijo nada. Había oído un rumor sobre que las dádivas estaban malditas. El siempre había pensado que eso era una habladuría, una majadería. Su armadura no tenía nada de maldita. Si acaso de mofa y burla. Pero maldita no. Y sin embargo, mirando a esos animales, lo reconsideró.

Sí. Tus enemigos se lo pensarán dos veces antes de acercarse a ti. ¿Y tus amigos?, pensó lanzando una mirada de soslayo a las bestias.

Pronto llegaron a la tienda del infante, donde lo depositaron. Inmediatamente los animales se sentaron a su lado.

Ahora tocará tratarlos a ellos. Me compadezco de quien tenga que sanarlos, y la imagen del cabo de hostigadores se formó en su mente.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CABEZA CORTADA (PRIMERO DEL INVIERNO).

DÍA: 18, por la tarde

Ya recuperada del entrenamiento con Loor, aunque aún ciertos gestos me molestaban un poco con leves pinchazos en las zonas donde los moratones seguían su trazo de un color a otro, vuelvo a la tienda de heridos para seguir ayudando.

Todo limpio, en la medida de lo posible. Colocado. Vendas cambiadas. Enfermos refrescados. Llevo agua y vendas limpias para todos. Observo que nada se esté infectando. Uno por uno, hasta que por último llego al lugar en el que descansa Cielo, al cual he dejado para lo último aposta.

De nuevo observo el estado de sus heridas, disimulando, mientras le hablo muy bajo, intentando que nadie me escuche aparte de él.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CABEZA CORTADA (PRIMERO DEL INVIERNO).

DÍA: 18, por la tarde

- Ya he hablado con Matagatos. Vino a verme a mi tienda mientras me recuperaba de la paliza que me dio Loor entrenando, justo el día después a tu duelo.

Le hablo muy seria, preocupada. Se nota que lo que tengo que decir, no me gusta.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CABEZA CORTADA (PRIMERO DEL INVIERNO).

DÍA: 18, por la tarde

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Ese día se encontraba bastante mejor y de buen humor, había estado bromeando con Plumilla sobre qué le dolía abajo, más abajo, con alguna carcajada de más. Sin embargo la aparición de Dedos le hizo mudar el semblante. Había empezado a conocer a la Píes Rojos y parecía preocupada.

- Mierda Dedos, ¿ qué te ha dicho el Cabo? ...

Tú ya lo sabes, tiene sed se sangre y muerte....tú ya lo sabes...

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CABEZA CORTADA (PRIMERO DEL INVIERNO).

DÍA: 18, por la tarde

Mientras hablo, disimulo para el resto, cambiando vendas y limpiando las heridas.

- Pues... dice que sí, que tiene pesadillas desde que cayó en coma. Normalmente, siempre la misma. Y que sí, que tiene sed de sangre, pero cree que puede controlarlo. Pero él no le echa la culpa a las dádivas, como hacen otros. Cree que es herencia de su padre.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CABEZA CORTADA (PRIMERO DEL INVIERNO).

DÍA: 18, por la tarde.

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- Maldita sea, lo siento mucho Dedos, me hubiera gustado estar equivocado esta vez. Tengo un nuevo mentor, le hablé del asunto y estamos buscando juntos el origen de mi sed, y mi hambre, para conseguir atajarla. Ayudaré al Cabo cuando encuentre una solución Dedos. No puede ser sólo la herencia de Portaestandarte, o no me pasaría a mí. Y estoy convencido de que hay algo más, hermana. Creo que se extiende por la compañía. Derviche, Uro Matador... no he hablado con ninguno, pero tengo sospechas.

Dime una cosa , ¿te contó su sueño?

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CABEZA CORTADA (PRIMERO DEL INVIERNO).

DÍA: 18, por la tarde

Negué con la cabeza, mientras estudiaba innecesariamente una de las heridas del infante. Era evidente que lo hacía para evitar mirarle a los ojos.

- No... aunque supongo que sueña con aquella batalla, con Fuerte Chuda. Lo que sí me dijo es... que cree que, si aún no ha matado a nadie en un ataque de ira... es gracias a mí.

Sigo sin mirar a Cielo mientras hablo, pero no es difícil ver que, tras decir aquello, me sonrojo, y aparece una pequeña sonrisa en mis labios. Una sonrisa débil y triste, acompañada de cierta humedad en los ojos.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: JAGUAR (PRIMERO DEL INVIERNO).

DÍA: 26 por la mañana

Llevaba tiempo rondando el lugar en el que se encontraba Ponzoña, esperando que despertara. Y una vez que despertó, esperando que Khadesa se separase de él aunque fuese sólo un momento. Y para cuando por fin lo hace, resulta que Ponzoña sigue sin quedarse solo. Pero poco importaba. Quería hablar con él, y no me molestaba que Caracabra escuchara lo que le quería decir, así que me acerco a ambos hombres una vez la mujer sale de la tienda.

- Perdonadme, hermanos, si interrumpo. - ​Digo a modo de introducción y saludo. - Sólo quería decirle a Ponzoña que me alegro de que la operación haya salido bien, y pedirle perdón una vez más.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: CABEZA CORTADA (PRIMERO DEL INVIERNO).

DÍA: 18, por la tarde

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- El amor puede ser un poderoso sentimiento, tomo nota. Quizá Matagatos y tú hayáis encontrado un remedio sin buscarlo. De todos modos seguiré perseverando y trataré de ayudar al Cabo antes del asalto a Galdan, eso será la gran prueba para todos. Gracias Dedos.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: HIENA (SEGUNDO DEL INVIERNO).

DÍA: SEXTO DE MES, justo antes de la comida.

Había permanecido los últimos meses, tras su entrenamiento con Lagrimita, en la tienda de los heridos, cosa que comenzaba a ser una desagradable costumbre en él, tras cada entrenamiento serio que realizaba. Sin embargo gracias a los cuidados de su primo Matagatos se encontraba mejor y en no mucho tiempo estaría fuera de aquel lugar. Lo único bueno de pasar tanto tiempo entre los heridos, es que se aprendía a conocer los tiempos de invalidez a los que se podía estar sometido.

En los últimos tiempos, la tienda había olido como un estercolero por culpa de las dos bestias de Desastre, el de infantería, que al parecer había llegado herido de una salida fuera del Campamento Principal o algo así le había parecido escuchar entre sueños. Por allí también había estado Ponzoña, herido por un entrenamiento. Estos estaban demostrando ser más letales que los propios enemigos. En pensamientos de Pelagatos, si permanecían cuatro o cinco meses más sin entrar en combate se matarían ellos mismos.

De reojo, pudo observar como entre varios sacaban fuera a Desastre y a sus dos animales, miró al aburrido techo de la tienda y asintió agradeciéndolo. Al fin, podría dejar de oler a mierda. Echó un vistazo a la tienda y negó con la cabeza, estaba harto de ese sitio.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: HIENA (SEGUNDO DEL INVIERNO).

DÍA: SEXTO DE MES, final de la tarde. 

Desastre apareció al final de la tarde de nuevo por la tienda de los heridos con las manos y el pecho cubiertas de sangre. Se había levantado y su esfuerzo por llegar desde su tienda hasta allí era patente en su gesto de dolor y en las gotas de sudor que poblaban su frente. 

- "¿Matagatos?" -  preguntó el infante quedándose apoyado en uno de los pilares a la entrada de la tienda.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: HIENA (SEGUNDO DEL INVIERNO).

DÍA: SEXTO DE MES, final de la tarde.
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Las labores habituales de la tienda me tienen algo absorto, hasta que oigo la voz familiar de alguien que no debería estar ahí.
Efectivamente, en la puerta se perfila Desastre, herido hasta las trancas y sangrando inevitablemente. Unos rápidos pasos me llevan hasta él.
- ¡Pero estás tonto! Que haces aquí, te vas a matar tú mismo. - me fijo en si los leones que acompañan a Desastre habitualmente se encuentran cerca. Que vuelvan a entrar en la tienda no es una opción.
Busco a Matagatos con la vista y llamo su atención.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: HIENA (SEGUNDO DEL INVIERNO).

DÍA: SEXTO DE MES, final de la tarde. 

- La sangre... No es mía. - dijo el infante reprimiendo un quejido. - "He sacado las flechas. Quería que matagatos pudiese echar un ojo a ver si lo he hecho bien." - explicó Desastre. - "Han sangrado mucho, están descansando." - terminó el soldado al ver que Lagrimita estaba buscando con la mirada a los leones. 

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: HIENA (SEGUNDO DEL INVIERNO).

DÍA: SEXTO DE MES, final de la tarde. 

-No tenías que haberte levantado, Desastre-dijo Matagatos con tono serio cuando apareció, cosa que no se demoró demasiado-hace poco te estabas muriendo, y preferiría que no se te abrieran de nuevo las heridas. Echaré un vistazo a los leones, si dices que están calmados. Pero no vuelvas a darte paseos mientras estás herido de gravedad. 

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: HIENA (SEGUNDO DEL AÑO, SEGUNDO DEL INVIERNO)

DÍA: 18, al mediodía

Derviche entró como un ciclón a la tienda de los heridos, como buscando algo o a alguien, hasta que recapacitó, y dejó de montar revuelo, no era el lugar ni las maneras para hacerlo. Más calmada, y al no encontrar a quien buscaba, le preguntó al cabo.

-Cabo, vengo a buscar a su novia, ¿Donde está?-

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: HIENA (SEGUNDO DEL AÑO, SEGUNDO DEL INVIERNO)

DÍA: 18, al mediodía

El cabo Matagatos no pudo evitar fruncir un poco el ceño cuando Derviche se refirió de ese modo a Dedos, y dejó lo que estaba haciendo para encararse hacia la mujer, cruzando los brazos.

-Si te refieres a Dedos, no sé donde está. ¿Por qué lo preguntas? Espero no necesitar recordarte la orden del Teniente respecto a que están prohibidos los combates entre nosotros hasta nueva orden. 

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: HIENA (SEGUNDO DEL AÑO, SEGUNDO DEL INVIERNO)

DÍA: 18, al mediodía

A veces la desesperaba que todo el mundo pensase, que cada vez que buscaba a alguien, era para pegarle. Aunque a decir verdad, ella se había ganado su fama. Le gustaba, así la gente tomaba más en serio el hecho de ir a decirle cualquier tontería.

Se cruzó de brazos también.

-Bueno, supongo que puedo esperarla por aquí, las gallinas no suelen pasar mucho tiempo lejos del gallo, no daré problemas si es lo que teme-

Luego se le vino a la mente la mención de los entrenamientos. Como si fuese una idiota se lo recordaba...

-Tranquilo cabo, sé la prohibición para entrenar, nada me disgustaría mas, que esta noche su novia llegase a sus brazos con la cara hinchada y amoratada, perdería su encanto, aunque es cierto que me sería más molesto recibir castigo por infringir la orden del teniente Rompelomos, no se preocupe, no cruzaremos palitos de madera, lo juro-

AÑO: 201.

Mes: Octavo (Segundo del verano). Mes de la Cebra

Dia: 3, por la noche.

¿Yo....? - dijo el K'Hlata un poco confuso - Poco... no sé... estaba entrenando cuando sucedió, si no sangrara tanto estaría en mi tienda - replicó Odio volviendo a limpiar la sangre de su cara con la palma de la mano.

Ya había visto lo que pasaba con las infecciones y no quería tener eso en su cabeza, debía estar al 120% para aplastar a sus enemigos, y para eso debía serguir entrenando. Convalecer en su lecho no lo ayudaría a acabar con aquellos que se cruzaran en su camino.

Rápido, no me gusta este sitio - Odio se sentía excesivamente molesto al frecuentar lugares públicos, al menos la tienda de heridos tenía algo más de privacidad, pero seguía sintiéndose incómodo en un lugar en el que pudieran verle herido sus hermanos.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: HIENA (SEGUNDO DEL AÑO, SEGUNDO DEL INVIERNO)

DÍA: 18, al mediodía

Vuelvo a la tienda de heridos tras ir a buscar agua limpia y comida para los comparecientes. Al entrar, veo allí a Derviche. Su presencia no sería del todo extraña si no fuese porque parece estar encarándose con Matagatos, lo que tampoco sería raro del todo, en realidad. Pero la tienda de heridos no es lugar para armar bronca.

- ¿Qué pasa ahora?

Pregunto, en general, no importándome quién sea quien me conteste.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: HIENA (SEGUNDO DEL INVIERNO).

DÍA: SEXTO DE MES, final de la tarde. 

- Sangraban mucho y quería asegurarme de que lo hice bien. Están muy débiles. - dijo el infante con escusa. - Si vienes ahora entre lo débiles que están y mi presencia estarán calmados. Yo me encargaré de ello. - prometió el infante al médico.